Mariana la vio levantarse y al intentar seguirla Gabriel la detuvo poniendo una mano en su brazo, sosteniéndola con cuidado y con dulzura, ahora se daba cuenta que había invitado a la chica equivocada y esto le daba la oportunidad de enmendarlo, Erick tendría que darle algunas explicaciones cuando lo viera, pero por ahora estaba bien con la compañía que tenía.

-Déjalos, terminemos la cena, por favor...

Mariana lo observó y algo en su interior la hizo asentir, volvió a sentarse y lo miró, le regaló una sonrisa y se acomodó para comer. Quizás no era algo muy bueno, pero tampoco es como que pudiera hacer mucho, si Camille se había levantado así era porque algo había pasado con Alex y no podría estar allí, ella apenas si le dejaba acercarse al niño, podría ser como una tía para él, cuando ella confiara, por ahora sólo la dejaba cuidarlo muy de vez en cuando, aunque fuera su mejor amiga, no se separaba del niño. Llamaría a Camille cuando estuviera segura de que estaba en casa.

 Erick salió detrás de ella casi tan rápido como podía, no podía dejar que esa chica se fuera, quería esos ojos jade en la mañana, verlos al despertar, se apresuró tanto hasta que la divisó en la puerta, se veía desesperada y algo en su interior se apretó, algo que hacía mucho tiempo no había sentido, algo cuando ella aún estaba con él. Camille corrió fuera a buscar un taxi, tenía que llegar rápido, no podía permitirse dejar a Alex sólo, no estando en el hospital, le tenía terror, pero había topado con la mala suerte de que no había ninguno cerca; escuchó los pasos de alguien en su espalda y se giró justamente para escucharlo hablar.

.¿Qué pasó? -un tinte de preocupación en su voz, la miró con atención. Erick podía ser imponente en ocasiones, en otras era tan inofensivo como un cachorro, esta oportunidad era una de esas, suspiró y se acercó a ella-. Si tienes que irte, te acompaño, no puedo dejarte ir sola...  -El auto estaba al frente, el chófer no estaba, así que le abrió y la ayudó a subir, sin ninguna pregunta, subió él y la miró-. ¿Cuál es nuestro destino?

-El Hospital Central..

Escuchar esas palabras hizo que Erick condujera como nunca lo había hecho, el hospital nunca auguraba buenas noticias, saltó todos los semáforos en rojo que se había encontrado, conduciendo como un profesional, esto le recordaba la vez que había tenido que ir así por sus padres, las calles estaban, al menos, vacías, lo que hacía que pudiera ir tan rápido como pudiera, miró a Camille y la preocupación en los ojos de ella lo estaba volviendo loco.

Camille no podía dejar de pensar en lo que había podido pasar con Alex. No podría perdonarse si algo, cualquier cosa, le hubiera pasado a él cuando ella estaba en una cita, no podía ser tan irresponsable, era su responsabilidad, ella lo cuidaría, se lo había jurado cuando lo sacó de aquella casa llena de gritos, de golpes, objetos lanzados, la última vez que lo había llevado al hospital. Miraba por la ventanilla, agradecía que Erick la llevara tan rápido que no hizo un movimiento para alejarse cuando él tomó su mano y le dio un ligero apretón.

-Todo estará bien... Tranquila, Camille...

Esas palabras calaron en ella. Eso espero o no voy a poder vivir con ello. Asintió y al ver el hospital tan cerca se soltó y se quitó el cinturón, apenas se detuvieron, bajó para correr hacia la entrada de emergencias, buscando desesperada a la Señora Morrinson.

-Está en uno de los cubículos, no nos dejan pasar a verlo aún.