
Capítulo 10:
—Ahora puedes guardar las nubes en una foto —escuché la voz de mi madre, solo su voz, estaba dormido o eso creía. Mi cuerpo no se movía y mis ojos permanecían cerrados.
Sentí el clic de la cámara al tomar una foto. Luego un profundo silencio. Intenté moverme, despertar, abrir los ojos, pero había perdido el control de mi cuerpo.
—Cloud, mami regresará mañana, debes portarte bien, estudia mucho —ella seguía hablándome, no sabía dónde estaba.
—Mami, la cámara no funciona bien —me escuché a mí mismo.
Algo no estaba bien, yo no recordaba haber hablado con mi madre de que la cámara no funcionara.
—Iré a arreglarla cariño —su voz se escuchaba exactamente igual a como la recordaba.
Me preguntaba si había viajado en el tiempo, o si estaba alucinando.
—Cloud, Cloud —de repente escuché a Sunny, quise responder, pero no podía.
Sus gritos se escuchaban a lo lejos, muy lejos y se desvanecían en mis oídos.
—¡Sorpresa! —Volví a escuchar a mi madre—. Arreglamos tu cámara. Esta vez tomará mejores fotos.
—Es cierto, enfoca mejor, la imagen es más nítida, gracias mami.
Esas voces en mi mente me confundían mucho, estaba convencido de que no era un recuerdo.
—Cloud, debes prometerme algo.
—Claro, mami.
—Prométeme que, pase lo que pase, jamás vas a dejar de estudiar, que te convertirás en un profesional con las mejores calificaciones, y lo más importante, nunca, escucha bien, jamás entregues tu cámara a nadie. Ella te dará la fuerza para superar cualquier obstáculo, debes jurarme que nunca le darás la cámara a nadie.
—Lo juro, mami.
—Cloud. ¡Cloudin! —Volví a escuchar los gritos de Sunny, esta vez más cerca.
Mi cuerpo se desbloqueó, las voces desaparecieron y recobré la conciencia.
—¿Sunny? —fue lo primero que dije al abrir los ojos.
—Esto parece un bucle —espetó Scott cruzado de brazos—. A este chico lo soplas y se desmaya.
—Scott no bromees —pidió Sunny—. ¿Te sientes bien? —Preguntó regresando a mí y acariciando mi cabello con ternura.
—Eso creo, tuve un sueño, un recuerdo, algo raro ocurrió, escuché voces.
—¿Te conectaste con los muertos? —Scott fingió asombro y descruzó los brazos.
—Idiota —murmuré—. Escuché a mi madre, algo raro, relacionado con la cámara.
—Cloud tiene una gran conexión con el objeto, como la tenías tú con el collar Kolie. El alma atrapada puede comunicarse —anunció Armin mientras abrazaba a Scott por la espalda.
—Hay veces que las almas de los objetos muestran lo que les conviene, lo que piensan que te hará ser débil para liberarlos —informó Kolie que jugaba con Joseph agarrados de las manos.
Ese chico podría ser maestro ancestral, tener millones de años, y hablar como adulto, pero no dejaba de ser un niño pequeño y actuar como tal.
—Tal vez fue eso. Escuché que le hice una promesa a mamá que no recuerdo haberla hecho en realidad.
—Prometiste no entregar la cámara —Scott rodó las palabras y los ojos a la vez.
—Scott dije que no cambiaría a Sunny por mi hermano y lo cumpliré.
—¿Realmente crees que no conoces a tu hermano? ¿Qué te criaste solo?
—¡Basta Scott! —Chilló Sunny—. Es su mente, no juegues con ella.
—Respóndeme algo —dijo ignorando las peticiones de su hermana, mi cuerpo volvió a inmovilizarse—. ¿Cuándo tus padres murieron a quién abrazabas por las noches? ¿En tus ratos libres qué era la única compañía que tenías? ¿Qué llevabas siempre en tus manos y cuando lo perdías una fuerza sobrehumana se apoderaba de ti? ¡Responde! —exigió.
Las cosas conectaron tan perfectamente en mi cerebro que me hicieron dudar hasta de mis palabras y recuerdos.
—Mi cámara —susurré.
—Exacto, tus fotos siempre fueron brillantes con esa cámara. Hace más de un año tomas fotos con otra cámara, no dejan de ser buenas, pero no se comparan a las imágenes de la cámara anterior, la vieja y anticuada cámara. Ni siquiera las que tomabas con las cámaras profesionales de tu trabajo de medio tiempo eran tan fabulosas. ¿Cierto?
Cada vez que pronunciaba la palabra cámara, un fuerte latigazo se extendía desde mi cerebro hasta la punta de mis pies, dolía.
—No me había puesto a pensar en ello —respondí sintiendo las fuerzas abandonar mi cuerpo, no tenía idea de lo que me ocurría. Mi cuerpo estaba allí, pero mi mente era absorbida por algo invisible.
—Con la nueva cámara pasas más trabajo para encontrar la luz correcta, el ángulo perfecto, el momento indicado para capturar la foto. Ni te voy a preguntar si es cierto lo que digo. Llevo suficiente tiempo vigilándote, sé todo de ti, incluso que cada tarde te sientas como en un ritual frente a tu vieja cámara y le agradeces que te llevara a este punto.
—Eso... —analicé débilmente sus palabras—. Es cierto, pero yo no lo sabía —negué con la cabeza que me palpitaba, sentía una fuerte jaqueca.
No noté cuando había empezado a llorar, todas las palabras de Scott eran ciertas, mi cámara estaba ahí, jamás la tuve en cuenta porque era un objeto valioso que atesoraba, no tenía idea de los efectos que causaba el mantenerla conmigo. Recordé la vez que me la intentaron robar y con lo delgado que era logré enviar a los tres matones principales de mi preparatoria al hospital. Recordé lo feliz que me hacían las imágenes que tomaba con mi vieja cámara, y confirmé que diariamente, desde que le hice un altar, le agradecía por haberme ayudado a llegar a donde estaba.
—Ahora lo sabes, ahora sabes que la única persona que te ha mantenido a salvo de caer en un abismo de drogas, alcohol, desgaste, no ha sido tu determinación de convertirte en profesional como le prometiste a tus padres, sino tener la cámara para fotografiar las nubes que tanto te gustan. ¿Sabes por qué te gustan? Porque una nube fue la última cosa que vio tu hermano.
Su última frase me hizo entrar en trance y volver a perder la conciencia, todo volvió a ser negro ante mis ojos, sentía que estaba cayendo y no podía sujetarme de nada. Intente pedir ayuda, las palabras volvieron a atascarse en mi garganta. Esa sensación de desorientación me desesperaba.
—¡Basta Scott! Basta, le haces daño —pidió Sunny desesperada. Podía oírla a lo lejos.
Me preguntaba si era Scott quien hacía que me sintiera tan mal.
—Cloudin —escuché de nuevo la voz de mi madre en mi mente—, ¿vas a romper tu promesa? ¿Vas a entregar la cámara que te hizo tan feliz?
—¡Basta! ¡Basta! ¡Basta! —Grité internamente.
—Traidor, mentiroso, no quieres honrar nuestra memoria
—Mami, no digas eso, por favor —pedí.
Sentí más lágrimas recorrer mi rostro, aunque mis ojos continuaban cerrados. Volví a olvidar dónde estaba y con quién. Hablaba internamente con la voz de mi madre que invadía mi mente.
—Es cierto que lo último que vi antes de ser encerrado dentro de la cámara fue una nube —una voz melodiosa e infantil se coló por mi cerebro—. Es cierto que tú estabas en el vientre de mamá cuando eso ocurrió. Cloud, nuestra conexión no viene del momento en que mamá intercambio las cámaras, viene desde el mismo instante que tú te formabas en su barriga y yo sufría en silencio dentro de un baúl sucio. Te preguntabas si, ¿hubiese sido tan sobreprotector como Scott con Sunny? Mira en nuestros recuerdos la respuesta. Yo siempre estuve ahí como hizo él con ella. ¿Pregúntale a Sunny si ella entregaría a su hermano para salvarte la vida? ¿Pregúntale si ella lo traicionaría como me estás traicionando a mí? Hazlo.
—No, no, necesito salir de aquí.
—Deséalo con fuerza, regresa junto a mí, solo deséalo con fuerza y estaré a tu lado.
—Por favor, que el dolor se detenga.
—Solo se detendrá si estás conmigo, deséalo, ahora.
—¡No! —saqué fuerzas de algún lugar desconocido y logré enfrentarme a la voz de mi mente—. Tal vez prometí no entregar la cámara a nadie, pero también he prometido no intercambiar a Sunny contigo. Solo hay una solución para no romper mis promesas. Si deseas un alma, toma la mía...
Una luz blanca se expandió en mi mente, silencio, calma, el dolor se detuvo y abrí los ojos.
Septiembre de 2021.
—¡Cloud, ven a desayunar! —Gritó mi abuela desde la cocina.
Tras la exposición a los poderes mentales de mi hermano, ella había decidido regresar a vivir conmigo. No solo por eso, sino que mi estabilidad emocional estaba por los suelos. Susceptible e irritable a la vez. También lo hizo por su propia tranquilidad, dijo que estaba harta de ser quien no era en Lyuvov.
Me levanté de la cama sin ánimos, arrastré los pies hasta el baño para hacer mis necesidades y cambiarme de ropa. Luego bajé a la cocina a desayunar, ya que debía ir a la universidad, comenzaba mi último año, estaba a un pequeño paso de graduarme.
—¿Cómo te sientes? —Preguntó colocando unos waffles sobre un plato.
—Bien, gracias por preparar mi desayuno —besé su frente y me senté en la mesa.
—Sunny llega esta tarde —continuó sus labores sin mirarme.
—Lo sé —sonreí de medio lado degustando el dulce sabor de la miel.
No voy a mentir, me emocionaba el hecho de que Sunny pudiese vivir en la tierra sin asfixiarse. El poder que emitía mi hermano dentro de la cámara causaba tales efectos o eso me dijeron. Se preguntarán, ¿qué ocurrió? ¿Cómo estoy vivo si di mi alma por la de él? Les cuento.
Mi determinación le hizo bajar la guardia, aquel día, mientras luchaba internamente con él, Scott lo trasladaba a la bóveda de la reina. No le dio tiempo a defenderse porque intentaba convencerme de que mi lugar era a su lado. Ciertamente, el mago era muy hábil, me provocó para conectarlo y él poder atraparlo. Al momento que di mi alma por la de él, un sello justo a tiempo de la reina evitó el intercambio.
—Scott te ha dado un voto de confianza, supongo... —indagó.
—Abuela, te recuerdo que Sunny y yo somos amigos
—Cierto, cierto, solo amigos, casi lo olvido —expresó con ironía.
—Me voy a alistar para ir a la universidad.
—Adiós mi niño, que tengas un buen día.
Mi relación con Sunny no había avanzado mucho en esos meses. Cada uno se dedicó a sus propios problemas. Ella lidiando con su tóxico hermano y yo con los secretos familiares que me habían ocultado durante toda mi vida.
Una semana después de la conexión con mi hermano decidí que podía ser lo suficientemente fuerte para aguantar lo que viniera, error garrafal, los próximos cinco minutos del video me desplomaron de la peor forma.
—Cloud, el tercer secreto de tu familia, está relacionado con la muerte de tus padres y tu hermano, obviamente. Aquella noche, aunque no lo recuerdes, ellos salieron contigo, huyendo de los guardianes de Lyuvov que habían descubierto el fraude de la cámara —me desconecté un lapsus de tiempo de lo que escuchaba. Lo que había dicho mi hermano mientras estaba inconsciente cobraba sentido, los recuerdos que no recordaba, él los había borrado—. Imaginamos que cuando ocurrió el accidente tu hermano te sacó del auto antes de que cayeran por el peñasco. Tus abuelos lo sabían, pero como tus recuerdos mágicamente habían desaparecido no indagaron en el tema, lo dejaron así. Ellos pensaban que el trauma había sido omitido por tu cerebro para protegerte. Siempre atribuyeron tu comportamiento pasivo-agresivo a esos daños emocionales.
Aquella vez Sunny no llamó para dividir en secciones el video, me limpié las lágrimas al descubrir que había sido testigo de los últimos instantes de mis padres y no había hecho nada para salvarlos. Tampoco es que pudiese, la culpa me consumía, la impotencia duplicaba mi rabia. Ese pequeño descubrimiento provocó que intentara suicidarme, por suerte mi abuela llegó y me convenció para que desistiera de la idea.
Lloré, grité, golpeé cosas e incluso a mi mismo contra las paredes, ella me sostenía y abrazaba con fuerza, pero yo no tenía conciencia de mis actos, un arranque de locura se apoderó de mí y tuve que retomar las sesiones de terapia psicológica, obviamente con una amiga de la doctora Sunny que también poseía magia y trataba este tipo de situaciones.
El último fragmento no fue necesario verlo en el video. Mi abuela se armó de valor para contarme lo que faltaba. Un mes después del incidente, rodeado por ella y Sunny, que apretó mi mano con fuerza para darme ánimos, me revelaron la parte de la historia que desconocía.
—El cuarto secreto que te hemos ocultado todo este tiempo está relacionado con un asesino a sueldo temido por los seres mágicos. Ya no debemos preocuparnos por él, entre Kolie y Armin se encargaron de ponerle fin a su maldita existencia. Su participación en nuestras vidas influyó muchísimo. Se llamaba DARD, o así se hacía llamar, fue quien se infiltró contratado por tus padres para robar la cámara. Pasó años extorsionándonos. Lo peor del caso fue que tus padres durante ese tiempo lo ayudaron a ocultar sus crímenes. Actuaban de forma involuntaria. Por favor, no pienses que ellos fueron malvados. Todo lo que hicieron fue por tu bienestar. Es una lástima que descubras que nuestra familia no ha sido tan pura como te mostramos ni tan transparente como nos hubiese gustado.
El último secreto, a decir verdad, no me afectó tanto, el método que usaron para robar la cámara era insignificante en comparación con el daño psicológico que ocasionaron los primeros tres secretos mezclados. El hecho de que mis padres hicieran cosas erróneas, extorsionados por un asesino, no cambiaría el recuerdo que guardaba de ellos. Fueron los mejores padres que pude tener, eran humanos, se equivocaron como también me equivoqué yo.
Meses después de las revelaciones, de sesiones y sesiones psicológicas intentando recuperarme emocionalmente de mis descubrimientos, con el apoyo virtual e incondicional de Sunny retomé el curso natural de mi vida y me esforcé por aprender a vivir con el pasado, resignarme.
Ella comenzaría a vivir en la tierra y por primera vez en los años que la conocía tenía la esperanza de enamorarme profundamente y juntos sanar las heridas que el pasado y las mentiras nos causaron.
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