Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

3

- La reunión de hoy fue tan larga - bostezó Soobin.

- Ay ni me digas, escuchar al señor Jeon hablar sobre estado de cuentas, casi me hace dormir en la silla. - dijo Yeonjun.

Ambos habían ido a desestresarse a campo abierto, es decir, tomar su forma de animal, y correr sin rumbo alguno.

Yeonjun y Soobin eran dos chicos que pertenecían a la manada de pumas en la ciudad Bystry. Recién cumplían los 18 años, así que estaban en etapa de aprendices, Soobin como alfa y Yeonjun como omega.

- Sabes que, yo daré paso a mi puma ahora - mencionó Soobin, retirando su camisa. Yeonjun reviró los ojos.

- Haz lo que quieras, ve. - Yeonjun quería cambiar, pero le daba una enorme pereza tener que volver a vestirse después.

- No te vayas, donde lo hagas como la vez pasada me las pagarás.

- Ya cierra la boca, anda.

Soobin cambio a su forma de puma y salió corriendo hacia la ladera. Yeonjun sonrió negando, su amigo era un caso, pero lo quería mucho. Él tomó la camisa y pantalón de Soobin, caminado tranquilamente.

Varios minutos después, Yeonjun se sentó cerca de un árbol, arrimandose al tronco y admirando el hermoso horizonte del campo con flores.

Entonces, su tranquilidad fue interrumpida cuando pudo escuchar a lo lejos los rugidos de Soobin. Cuando un puma rugía de esa manera, era para que alguien más lo escuchara, así que debía ir hacia él.

Sin esperar más, Yeonjun corrió hacia Soobin, siguiendo su aroma pero sin cambiar de forma, algo le decía que no lo hiciera. Después de algunos minutos, llegó hasta donde se encontraba Soobin, viendo al puma cerca de la ladera.

Yeonjun frunció el ceño, al ver como este estaba en posición de ataque, rugiendo hacia...hacia algo. Corrió hasta quedar a un lado de Soobin, y pudo ver lo que este señalaba.

- Oh... - Yeonjun miró sorprendio a aquella chica que se encontraba sentada cerca de la ladera. No tenía aroma a... - Por un carajo... - susurró.

Se trataba de una humana. ¡Una humana! Aquello no podía ser, era prohibido. La chica se encontraba llorando y temblando, mientras sostenía su tobillo, el cual parecía estar lastimado.

Soobin se mantenía gruñendole y viéndola como una presa, aquello tenía más que asustada a la humana, la cual veía a Yeonjun de forma suplicante.

- Por favor, por favor, no me hagan daño, fue un accidente, nunca quise entrar a su territorio, por favor... - sollozaba.

Yeonjun suspiró frustrado. - Ahora que hago. - dijo para si. - Soobin, detente, es solo una chica, no hay peligro alguno.

Soobin dejó de gruñir, pero no dejó de observarla como si fuera a comerla. - Sabes que esto no es simple Yeonjun, está chica está en graves problemas - le dijo Soobin en la mente. - Además, no está sola, hay dos personas más arriba, en el filo de la ladera.

Yeonjun alzó su mirada, comprobandolo. Se veían dos cabezas, que trataban de ver hacia abajo. Negó varias veces, regresando su vista hacia la chica.

- Tendrás que explicar el porque has roto la ley que es conocida por todos, tanto tu, como tus acompañantes... - dijo Yeonjun con toda la seriedad posible.

- ¿Q-Qué? - la chica comenzó a llorar más fuerte. - Dije que fue un accidente, no tengo motivo alguno para haber venido aquí y...

- Hey hey hey, a mi no debes explicarme nada, sería por gusto. Mejor guarda esas palabras para nuestro alfa líder. - Yeonjun hizo una seña a Soobin, y este con dos saltos ya estaba arriba en el filo de la ladera acorralando a los otros dos chicos, los cuales dieron un estruendoso grito.

Su momento tranquilo donde aprovechaba a dibujar, fue interrumpido cuando Jungkook tocó su puerta.

Jimin bufó molesto, cerrando su libreta de hojas tamaño A3, mirando la puerta.

- Pasa - habló sin ganas.

Jungkook abrió la puerta, entrando a la habitación. La expresión seria y preocupada de este, intrigó a Jimin.

- Menos mal estás aquí.

- ¿Donde más estaría? La reunión ya concluyó y acabé lo que tenía que hacer por la mañana.

- Si, yo también había acabado, pero, sucedió algo inesperado. Necesito que vengas a la sala principal ahora.

Jimin se levantó de donde estaba sentado, cerca de la ventana, yendo hacia Jungkook. - ¿Qué sucedió?

Jungkook suspiró haciéndose el cabello para atrás. - Solo te diré que, si creías que este día sería aburrido, estás equivocado. Solo vamos, ya te diré todo.

Con toda la intriga y suspenso, Jimin salió de su habitación junto a Jungkook, caminando hacia el salón principal de la casa.

- Solo dime, ¿es algo grave?

- Lamentablemente si - susurró Jungkook.

Jimin levantó una ceja. Aquella respuesta aumentó su intriga. - Por la luna, a veces quisiera dejar de ser tu beta asistente.

- Créeme Jimin que yo también quisiera vivir aunque sea un día sin ser el hijo del alfa. - Jungkook reviró los ojos.

Después de unos minutos, llegaron a la sala principal de aquella casa donde habitaban la familia del alfa líder, el beta principal, y la omega de cargo.

En la sala ya se encontraban Jeon JungWoon, el alfa, Yunjin su omega, Kai, el director de la junta y Lana la omega de cargo. Todos se saludaron con una venia.

- Bien ahora que estamos todos aquí, primero les diré que lamento haber interrumpido parte de su tiempo personal, sé que en la mañana fue la reunión, pero, esto es algo imprevisto. - habló el alfa.

Jimin miraba la cara de Yunjin y Jungkook, quienes obviamente ya sabían lo que estaba pasando.

- ¿Qué sucede alfa Jeon? - preguntó Jimin, no podía más con la intriga.

- Hace una hora Yeonjun y Soobin, los dos pumas aprendices, estaban paseando cerca de la frontera, todo estaba bien hasta que...descubrieron a tres humanos que estaban en nuestro territorio.

Los ojos de Jimin, Kai y Lana, se abrieron sorprendidos. De acuerdo, Jimin no se esperaba algo así para nada. Si que era algo grave.

- Pero... ¿qué? - habló Kai. - ¿cómo es...

- Aún no lo sabemos. - respondió JungWoon - Yeonjun y Soobin se encargaron de arrestar a esos tres humanos y traerlos hacia acá.

- Señor Jeon, es decir que... esos humanos ahora están aquí - dijo Lana.

- Así es Lana. Antes de interceder y hablar con esas personas, debía informarles de esto a ustedes. Lo que menos quiero es que se rieguen rumores falsos o se exageren las cosas.

- Tres humanos - susurró Jimin para si mismo. - ¿Podría decirnos lo único que se sabe hasta ahora?.

- Se trata de tres jóvenes. Dos chicos y una chica. No sabemos la edad, pero según los describieron Yeonjun y Soobin, no pasan de los 21 años.

- ¿Que hacían aquí? Todos conocen la ley, sin importar la edad. - respondió Jimin.

- No lo sé Jimin, pero ya lo vamos a averiguar. Jungkook, Lana y tu vendrán conmigo. Yunjin y Kai se quedarán aquí, serciorandose que todo esté tranquilo.

Todos asintieron y obedecieron.

Era un pesado silencio lo que reinaba en aquel cuarto. La única excepción eran los sollozos de Yoongi, mientras Haein y Tae lloraban en silencio.

Los tres eran vigilados por unas cuatro personas, las cuales llegaron después de que Yeonjun y Soobin los dejaron allí. Ninguno había dicho ni una palabra. ¿Qué se iba a decir? Era obvio el gran problema en el que se habían metido, sus padres los matarían si salían vivos de esta.

¿Salir vivos? ¿Sería eso posible acaso? Aquel pensar hizo sollozar más a Yoongi, quien apretó sus manos sobre sus piernas. Los cuatro cambia formas los miraban serios, intimidandolos y asutandolos.

Se encontraban sentados cada uno en una silla en medio de aquel cuarto, con la cabeza gacha, ninguno tenía la valentía de alzar la mirada hacia esos cambia formas.

Unos pasos se escucharon por el pasillo, indicando que alguien se aproximaba. Entonces, segundos después la puerta fue tocada, y al instante abierta.

Una mujer le dijo algo en el oído a uno de los hombres y este asintió. Al parecer fue una orden, porque después de que la mujer se fue, los tres fueron tomados del brazo para que se levantaran y los obligaron a seguir el paso fuera del cuarto.

El cuerpo de Yoongi tembló aún más. Mordía su labio, tratando de callar sus sollozos, pero era muy difícil. Al tener la vista hacia abajo, podía ver de reojo, como Haein cojeaba, a causa de su lastimado tobillo. Pero a los cambia formas no les importaba nada, pues los hacían caminar a su ritmo, el cual era rápido.

Después de caminar por unos pasillos más, se detuvieron frente a una puerta de vidrio polarizado. Esta fue abierta, y los tres fueron levemente empujados para que entraran allí.

Yoongi presentía que las cosas iban a empeorar.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro