12
Aún sollozando, Taehyung terminó de arreglar la maleta de Yoongi, dónde estaban las pocas cosas que había llevado a Polonia. Puesto que solo tenía planeado quedarse una semana, no eran muchas cosas.
Se sentía muy culpable junto a Haein, por la situación en la que se encontraba Yoongi.
- Si nunca hubiéramos ido a la frontera... - susurró Haein, mientras se encontraba en el marco de la habitación de Taehyung. Este negó, sacando la maleta de Yoongi.
- Lo sé Haein, lo sé...es nuestra culpa...
Al llegar a la planta baja, sus padres junto con los de Yoongi lo esperaban. Hani, la madre de este, lloraba en silencio, mientras que su padre, DoonJo, se encontraba serio, mirando con reproche a sus hijos. Haein se dió cuenta de eso, y solo bajó la cabeza.
- A-Aquí están las cosas de...de Yoongi. - mencionó Taehyung, conteniendo un sollozo.
Los padres de Yoongi, le llevarían sus pertenencias a Bystry como excusa para poder verlo otra vez antes de volver a Corea, y poder comenzar el proceso legal para librar a su hijo de aquella vida que le habían impuesto esos cambia formas.
Ly Shan, puso una de sus manos en el hombro de Taehyung, y con la otra tomó su mentón. - Tae, por favor cálmate. No quiero que te sientas culpable. Jourdan y yo no lo vemos de esa manera. - miró a Haein. - Cariño, tu tampoco lo eres.
- Tía Ly, perdóname...si es mi culpa...
- No mi niño, esta situación pudo haberse dado fueran a la frontera o no...
- Pero tía, los cambia formas no podían pisar nuestra ciudad ni nosotros la suya, Yoongi jamás se hubiera encontrado con ese tipo si nosotros no...
- Ya ya, Taehyung, por favor deja de culparte. - lo interrumpió Jourdan. - Encontraremos una solución para esto. Ponernos a llorar y pensar en el "hubiera" no ayudará en nada a tu primo.
- Sus tíos tienen razón - mencionó DoonJo. - Dejen ese tema por ahora, y mejor vayan a descansar, mañana comienza su labor social.
Haein mordió su labio inferior, impotente. Labor social. Aquello había sido el castigo que recibieron de parte de Giżycko por lo sucedido con Bystry, y a esta tuvieron que pagarle una considerable multa. Sus padres si que se la cobrarían con sus trabajos de medio tiempo. Aunque aquello no era nada agradable, al menos estaban en casa y protegidos, no se comparaba para nada con la situación de Yoongi.
- Le escribí una carta a Yoongi, por favor entreguensela. - dijo Taehyung.
- Lo haremos Tae.
Despidiéndose, Ly Shan y Jourdan salieron de la casa, rumbo a Bystry.
- Espero que Yoongi pueda salir de esto y no esté tanto tiempo encerrado en esa ciudad - mencionó Hani.
- Espero que esto les quede de lección. No volver a actuar como niños que solo piensan en divertirse sin medir las consecuencias. - DoonJo negó, subiendo hacia la habitación.
Haein y Taehyung sabían que su padre seguía enojado con ellos, y la verdad es que no lo culpaban.
- Entiendan a su padre, todo esto lo tiene muy mal.
- Lo sé mamá. - respondió Haein. - Tiene todo el derecho a estarlo.
- Vayan a descansar, ustedes también deben cumplir con lo suyo.
Asintiendo, Taehyung y Haein fueron hacia sus habitaciones. El ambiente tenso y triste aún permanecía en aquella casa de jardín.
Todo estaba pintado de gris y con mucha neblina en el mundo de Yoongi.
Hace media hora se había despedido de sus padres, quienes volverían a Corea para pedir asesoría y ayuda legal para su caso. Estos habían sido llevados al edificio de guardia, donde se abrazaron, lloraron y le entregaron la maleta con lo poco que había llevado a Polonia, obviamente también sus documentos básicos de identidad y pasaporte. Su padre, le había mencionado que no le enviarían el resto de sus cosas, cómo señal y motivación de que no viviría en Bystry por mucho tiempo. Además, Jimin le había mencionado muchas veces a estos, que él le daría todo lo necesario.
Ahora, había terminado de leer la carta que le dejó Taehyung. Sus ojos estaban llorosos ante la disculpa absurda de su primo. Él no culpaba a sus primos por lo sucedido. Él único causante de todo era ese cambia formas Jimin, quien quería mantenerlo encerrado en ese mundo que no era suyo.
Desde el marco de la puerta, Jimin observaba a Yoongi, sintiendo un gran dolor en su corazón al ver la tristeza de este. Si, las palabras dichas por él hace unas horas en la cocina fueron muy hirientes, pero verlo en ese estado y no poder hacer nada para evitarlo lo hacía sentir peor.
Suspirando, entró. Sutilmente se acercó a Yoongi, quedando sentado al lado de él en la cama.
- Yoongi...
Limpiando sus lágrimas con el borde de su suéter, Yoongi dobló la carta. - ¿Por qué no puedo tener mi celular? Voy a estar alejado de toda mi familia y amigos, y ni siquiera podré llamarlos.
- La cobertura y el android de tu celular no funciona aquí Yoongi, pero mañana te compraré uno ¿Si? Puedes elegir el que tú quieras, yo me encargaré de darles tu nuevo número a tus padres y que ellos se lo pasen a tus amigos.
Yoongi lo miró de reojo. - ¿Lo harás?
- Porsupuesto. Yoongi, tu no eres ningún prisionero, ahora eres un ciudadano más de Bystry. - Jimin se acercó un poco más a él, tomando su mano con sutileza y tembloroso, con miedo de que este lo apartara, pero no sucedió. - Me duele verte así. Eres mi alma gemela, mi mitad, lo último que quiero es que estés encerrado en estas paredes, sufriendo. - con su dedo pulgar acarició con parsimonia sus nudillos. - No te aisles aquí. Por favor...
- ¿Qué más puedo hacer? Yo no soy de este mundo, no pertenezco aquí, no sé como se vive aquí o...
- Déjame mostrarte. Enseñarte la ciudad, sus lugares principales, presentarte a mis amigos. Ya conoces a Ryna y Liam, ellos son personas a las que les tengo mucha confianza, pero hay más quienes desean conocerte.
Yoongi puso toda su mirada en Jimin, quien tenía un brillo peculiar en sus ojos. La verdad es que aún con toda esta situación, al menos aquella teoría de que los cambia formas eran unos salvajes inhumanos había sido descartada. Si no supiera que Jimin era un puma, parecería una persona común.
- Yo tampoco quiero quedarme en estas paredes, pero...tengo miedo.- susurró.
- Lo comprendo... - apretó un poco más la mano de Yoongi, sintiendose aliviado de que no se alejara. - ...pero, recuerda que eres mi pareja, nadie en esta ciudad puede hacerte daño o siquiera tocarte, estás protegido por mi. Además, las personas que desean conocerte, te darán su apoyo y cariño, ya lo verás.- Jimin me sonrió levemente, soltando sus feromonas.
Aquel aroma a chocolate negro volvió a envolver a Yoongi. Frunciendo el ceño, apartó su mirada. Jimin le había dicho que ese era su aroma, él no era un cambia formas, ¿Por qué podía olerlo?.
- Quizá tengas razón, pero no es solo eso lo que me asusta. - miró hacia la luna por medio de la ventana. - Me da miedo no poder entender todo esto...lo del vínculo, los aromas...
- Hay cosas que yo tampoco entiendo, y me intriga mucho descubrirlo. Yoongi, encontremos esas respuestas - Yoongi regresó su mirada a Jimin - entendamos nuestro vínculo juntos.
Sintiéndose nervioso, Yoongi tragó grueso apartando su mano. - Entonces, ¿Podré conocer la ciudad? - si, prefirió cambiar de tema. Por ahora no quería encontrar las respuestas a eso del vínculo por más que le intrigara, pues le asustaba lo que podría descubrir. - Si voy a estar aquí por un tiempo, quiero al menos sentirme libre.
"Por un tiempo". Aquellas palabras hicieron sonreír a Jimin, por lo irónicas que se escuchaban. Él nunca dejaría que Yoongi se vaya de su lado, así que no solo estaría por un tiempo, pero decidió no darle largas a eso, ahora que Yoongi estaba calmado y cedía.
- Claro, puede ser desde mañana. También aprovecharemos para comprarte ropa y todo lo que necesites.
- Yo no tengo di...
- Corazón, no te preocupes por eso, jamás lo hagas. Yo siempre te daré todo lo necesario, o lo que desees.- Jimin apartó uno de sus mechones azules de su ojo. Yoongi suspiró incómodo.
¿Lo que deseara? Él lo único que deseaba en ese momento era poder regresar a su vida en Corea y olvidar toda esta pesadilla.
Jamás aceptaría tal cosa como ser el alma gemela de ese cambia formas, pero si o si tenía que ingeniarselas para poder librarse de esto. Conocer a fondo en que se basaba este mundo, entrar en confianza, era lo primero que tendría que hacer.
Si o si se iría de Bystry.
- Está bien, gracias.
- No me agradezcas corazón, es mi deber. - Jimin le sonreía, con ese toque de esperanza porque las cosas mejoraran. - ¿Podrías venir a cenar al comedor, conmigo?. - preguntó, ilusionado.
Yoongi mordió levemente su labio. Bien, si quería ganar la confianza del cambia formas, tenía que ceder un poco. - De acuerdo.
"Todo va a mejorar, estoy seguro", se dijo Jimin en su interior. Su puma estaba feliz por sentir el aroma de su pareja, más sutil y dulce, ya que el aura de tristeza había desaparecido un poco.
Que equivocado estaba.
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