Buenas intenciones - Parte 4
Buenas intenciones - Parte 4 (por Vitina)
Es la primera vez que estoy saliendo de Tidew desde que llegué a la ciudad. Han pasado casi once años desde aquel entonces y menos de un año desde mi sorpresivo encuentro con Sveta, es el año 821 EMD ya. Probablemente aquello fue inesperado para ustedes también, sobretodo por la manera en que transcurrió.
Su reacción era de esperarse, en especial ese intento por tratar de ser indiferente conmigo. Tal vez yo reaccionaría de la misma manera si me encontrara por mera casualidad con su padre o Emperador, sobretodo en mi situación actual. La diferencia es que Sveta sigue siendo a nuestros ojos una niña, y es totalmente comprensible su actitud y su desinterés por la realidad del gran mundo.
Por suerte otra reunión de esa clase sería muy extraña que sucediera nuevamente aquí en Maikut. Gracias a la información que ella me proporcionó en aquel momento, al parecer soy la única farleds por estos lados, aunque nunca está de más ser un tanto cautelosa al respecto.
Como les había contado hace un momento, han pasado unos meses desde entonces y ahora me encuentro viajando en dirección noroeste, hacia una pequeña ciudad llamada Vijad. A mi lado está Beziel cuyos nervios por momentos la superan. Supongo que jamás se imaginó que yo estaría de acuerdo en cumplir su pequeño capricho.
Viajamos en la parte trasera de una camioneta, en medio de bidones de agua y cajas con comida. Si no fuera por el dueño del vehículo que nos ofreció un lugar aquí, aún estaríamos varadas en medio de la nada. Su nombre es Derve, es un tanto mayor que nosotras, y antes de aceptarnos como sus acompañantes nos advirtió que era posible que no pudiésemos regresar de inmediato si nos arrepentíamos.
Los campos verdes y vírgenes se extienden a los costados de la ruta, se nota que no han sido trabajados en años. Realmente da gusto salir de Tidew a pesar de que este no sea un viaje de placer.
-"¿Estás tomando coraje?"- le pregunto a mi amiga con voz calma.
-"Todo el que puedo encontrar."- me responde tímidamente, dejando entrever cierta duda en su voz.
Le comento que observe hacia el frente y su mirada recupera la vitalidad al distraerse por un momento de sus pensamientos. Ante los ojos de Beziel se encuentra Vijad y puedo notar cómo su emoción se va acrecentando. La tomo de las manos para acompañarla e intentar darle fuerzas, mientras mi vista se dirige más allá, pasando la ciudad, a donde el humo hace acto de presencia ensuciando el cielo de Maikut.
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