Allí te encontré, lamiendo tus heridas, temblando en la fría lluvia
Te tomé como mascota, me dediqué a cuidarte, a protegerte, a amarte
Quién dirige lo bueno y lo malo, a quién amar, a quién odiar
Quién me dirá que no puedo amarlo, si hay muchos aún peores que él
Disfrazados de corderos, esperando mostrar sus garras para atacarte
Un cordero fue quién me llevó a aquel lugar, uno que decía amarme
Fue allí bajo la fría en un oscuro callejón donde lo único atesorado por mí me robó
Fue allí donde aquel, en quien confié y jugué sus cartas sin dudar, me ultrajó
Mis ropas rasgadas al igual que mi alma, un maldito personaje de caricatura
Alguien que se decía adorador de Dios, alguien así con mi vida acabó
Sus sucias y asquerosas manos transformadas en garras se metían por mi cuerpo
No podía creer lo que estaba viviendo, era una pesadilla, una pesadilla en tiempo real
Despiértenme! Ayúdenme! Creía gritar pero estaba muda
Mis labios sellados por aquella pestilente boca no podía gritar
Fue allí que apareciste tú, aquel que al que todos temían, al que todos odiaban
El demonio de la ciudad...
Refugiado en las tinieblas saltaste sobre él, tus fuertes brazos pudieron más que sus garras
Con tus alas rotas emprendiste tu último gran vuelo
Para alejar aquel demonio disfrazado de cordero
Mi cuerpo mojado, adolorido y paralizado no respondía a mi pedido
Quería correr, salir de allí, miedo, terror, que hacer?
Te vi frente a mí, fuerte, gigantesco, quise huir pero...
Caíste frente a mí, débil por haber peleado para salvarme
Tú, el demonio al que desde ese momento adoré