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26. La Flecha

Una vez que recuperamos el aliento, tras nuestra breve pero ardua pelea con Cíclope de la cual por mera suerte salimos con vida, emprendimos nuestro viaje de regreso, apaleados, pero victoriosos, con el Marcum en nuestras manos y un amigo menos.

Kevin se estaba encargando de llevarme por los aires, pero yo no podía quitar mi vista de Felicity, quien en un momento de desesperación recuperó sus poderes y pudo intervenir justo a tiempo. Le debía mi vida, desde ese momento para siempre.

Sin embargo, a pesar de haber recuperado sus poderes, Rocket no parecía muy feliz. Se encontraba claramente pensativa, con la mente aún en la batalla, y seguramente no era la única. Todos la habíamos visto aparecer de repente y darle una buena paliza a Cíclope, quien a pesar de salir vencedor, no pudo hacer menos que sorprenderse ante la fuerza y habilidad de nuestra compañera. Ninguno de nosotros sabía con exactitud qué era Felicity, ni siquiera ella, y se notaba que eso la molestaba, pero teníamos algo en claro: era la más poderosa de nosotros. Tuve que aceptar que, muy en el fondo, luego de ver semejante despliegue de poder, sentía algo de miedo y tendría que aprender a lidiar con ello.

Por algunos segundos mi mirada se dirigió a la callada Emma, quien se encontraba sollozando en silencio. Era impresionante lo que había tenido que soportar esa joven en los últimos días. Primero asesinar a su padre, y ahora había muerto uno de sus mejores amigos, Malcom.

Ciertamente Torch no era el miembro más querido del grupo. No le gustaba trabajar en equipo, y sus comentarios sarcásticos solían ser más hirientes de lo que pretendían, sin embargo, no podía dejar de recordar nuestra primera noche fuera como equipo, donde él se encargó de rescatar a un pequeño de un edificio en llamas. Emma había sabido ver lo mejor de ese joven rebelde y había llegado a apreciarle, y aparentemente el sentimiento era mutuo. No sé si alguna vez llegaron a ser algo más que amigos, pero no me hubiera sorprendido para nada.

Malcom se había "marchado", dejándonos con una primera baja en nuestro equipo, y Cíclope fue directamente responsable por ello. A pesar de ser bastante molesto, Malcom era uno de Los Vigilantes, y no íbamos a dejar su muerte sin ser vengada. El dictador se iba a tener que enfrentarse a nosotros, e iba a pagar por todos sus crímenes.

Todos permanecíamos en silencio, con la mente en la tarea que seguía para ocultar el dolor de la pérdida, y fue entonces cuando el fuerte sonido de los propulsores de un avión me obligó a dirigir la mirada hacía dos jets de combate que surcaban el cielo a unos cuantos metros de distancia.

—¿Esos son lo que creo que son? —preguntó Joel, con claro terror en su voz.

—Esperemos que no... —respondió de inmediato Jax.

Pero todos sabíamos de qué se trataba: por el motivo que fuera, Cíclope había decidido lanzar los misiles en ese mismo momento, y nuestras sospechas quedaron confirmadas cuando nos dimos cuenta que los aviones se dirigían directamente hacia los barrios anunciados por Cíclope, y llegado cierto punto se separaban para ir en busca de cada uno de sus objetivos.

—Zero, Archer, Emma, a Kane-B, Felicity, Surfer y yo nos encargamos de DC-52. —Sin perder un segundo, nos separamos de acuerdo a lo establecido por Jax, simplemente no podíamos tener un descanso.

De inmediato, la velocidad del vuelo aumento, haciendo que el aire frío me golpeara con más fuerza, resecando mi boca y mis ojos. Sin embargo, no había tiempo de preocuparme por eso, debíamos detener ese avión antes de que soltara el explosivo.

Emma nos rebaso por el costado a toda velocidad, estaba totalmente determinada a parar ese Jet de combate. Supongo que tras la muerte de Malcom, arruinar los planes de Cíclope iba a ser bastante satisfactorio.

—Gravity, ten cuidado —le anuncié por el comunicador—, espera a que lleguemos antes de hacer algo.

Emma no respondió, su sed de venganza la hacía peligrosa, para nosotros y para ella misma. Así que Zero decidió aumentar la velocidad de su vuelo hasta el límite, dejándonos justo detrás de ella.

Cuando Gravity se encontraba bastante cerca de la nave como para poder detenerla, los sistemas de defensa del Jet se activaron, y así fue como un grupo de metralletas se desplegaron de las alas del avión, y comenzaron a disparar contra nuestra compañera.

Esto la obligo a bajar su velocidad para esquivar los disparos, de manera que la pudimos alcanzar.

—¡Gravity! ¡Necesito que me suspendas en el aire para que pueda destrozar esas torretas!

Por algunos segundos pareció no escucharme, y pensé que iba a hacer otro intento por detener la nave, pero luego reaccionó, y tras asentir con la cabeza comenzó a hacerme levitar mientras que me acercaba al veloz transporte.

Las balas comenzaron a pasar peligrosamente cerca de mí, pero hice acopio de valor, y cargué una flecha. Fue recién cuando estiré mi brazo para tensar la cuerda que sentí un fuerte dolor en el pecho. Claramente los golpes que me había dado Cíclope eran mucho más serios de lo que pensaba.

Un dolor agudo recorrió todo mi cuerpo en cuestión de segundos, y me obligó a soltar la flecha que estaba cargada, haciendo que caiga de punta hacia el suelo.

—¿Estas bien, Archer? —preguntó Zero, claramente preocupado.

—Si... —Tomé una gran bocanada de aire—. Solo dame un segundo...

—No tenemos un segundo, ese avión va a matar a millones de personas en cuestión de segundos. —Kevin sonaba desesperado.

Haciendo un esfuerzo sobrehumano, levanté nuevamente mi arco y cargué una flecha. Cuando tensé la cuerda, el dolor volvió a recorrer mi cuerpo, pero esta vez me obligué a aguantarlo. Rogando que llegue a destino, solté y la nueva flecha comenzó a surcar los aires, y milagrosamente logró impactar en el cañón, destruyéndolo por completo, y devolviéndome un poco de confianza en mí mismo. Nuevamente disparé y el impacto fue directo sobre la segunda torreta. Emma tenía el camino libre de problemas para realizar un ataque directo sobre el jet.

Sin embargo, cuando ella ya se encontraba prácticamente sobre el avión, esta disparó un grupo de bengalas que nos desconcertó y nos hizo perder el equilibrio. Logrando que Zero, Gravity y yo empezáramos a caer directamente hacia el suelo.

Por suerte, rápidamente nos recuperamos y pudimos acomodarnos nuevamente, pero ya era demasiado tarde. El jet había aprovechado el momento de libertad para poner sus propulsores a toda marcha y se había alejado demasiado.

No pudimos hacer otra cosa que ver como soltaba la bomba directamente sobre Kane-B, entre espantados y decepcionados por nuestra derrota.

No pasó mucho tiempo hasta que la bomba tocó suelo, eliminando un millón de vidas de la existencia en un mísero instante.

Dirigimos la mirada hacia la izquierda, donde un evento idéntico se estaba llevando a cabo en DC-52. Claramente Jax y los demás tampoco pudieron detener al otro jet.

—No, no, no, no... Esto no tenía que suceder así —comenzó a lamentarse Kevin.

—¿Archer? ¿Zero? ¿Me copian? —Jax nuevamente se estaba contactando con nosotros.

—Hmmm... —fue lo único que atiné a responder, con la mirada aún clavada en el lugar de la explosión.

—Revisen Kane-B en busca de supervivientes, nosotros nos encargamos de DC/52.

La conversación se cortó, pero no hacía falta decir nada más, así que por algunos minutos volamos directamente hacia el lugar de la explosión, y cuando llegamos no podíamos creer el grotesco espectáculo que teníamos ante nosotros.

El lugar que anteriormente se me había asignado para defender, esas oscuras y terribles calles de Kane-B, todo había desaparecido. La estructura de la torre del reloj donde yo solía esconderme aún se mantenía precariamente en pie, pero solo iba a hacer falta un fuerte viento para terminar de tirarla abajo.

Junto a Emma y Kevin, comencé a revisar entre los escombros, en busca de alguien con vida. De más está decir que no pudimos encontrar a nadie que aún respirara, de hecho, no habíamos encontrado ningún tipo de cadáver. Claramente la bomba que soltó Cíclope había hecho mucho más que deteriorar los edificios y hacer un gran cráter en el medio del barrio, sino que todas las personas habían quedado vaporizadas al instante.

En ese momento nos dimos cuenta de que el poder de destrucción de Cíclope era aún mayor de lo que creíamos, y nuevamente nuestros ánimos bajaron. Ese día Cíclope había matado a millones de personas, entre ellas uno de nuestros amigos, y todo sin que le importase en lo más mínimo.

—Exo... no hay nada aquí, todo quedó destrozado por la explosión —informé a nuestro líder.

—Lo mismo aquí, no sé qué tipo de arma utilizo Cíclope, pero tiene la fuerza para borrarnos del mapa en un instante. —Jax sonaba genuinamente devastado—. Bien, nos encontramos en la base, voy a buscar un poco más.

A pesar de las ordenes de Jax, todos decidimos seguir buscando, así solo pudiéramos encontrar a un solo superviviente, eso nos habría hecho felices.

La noche comenzaba a cubrir el cielo cuando llegamos a la más reciente base. Y allí, para nuestra sorpresa, no se encontraban ni Gladiador, ni mi padre. Algo horrible había pasado con toda seguridad.

No tardamos en ponernos a buscar algún indicio sobre el paradero de nuestros padres, pero nada. Era como si se hubieran desvanecido en el viento.

Estábamos a punto de darnos por vencidos, cuando la puerta de entrada se abrió de repente, dejando entrar a Gladiador, quien sostenía a mi padre, quien aparentemente había recibido un disparo.

Cuando lo vi no pude evitar acercarme y abrazarlo, sinceramente no me importaba donde había estado mientras estuviera a salvo, sin embargo Joel tuvo que indagar.

—¿Dónde estaba, Gladiador? —preguntó tímidamente Surfer.

—Chicos, miren, mientras ustedes trataban de conseguir el Marcum, nosotros, con un grupo de rebeldes de Liberty, nos encargamos de desalojar a todas las personas que pudimos de ambos barrios, y escoltarlos hacía una zona segura —respondió Gladiador—. Lamentablemente el Alex recibió un disparo en el hombro mientras intentábamos volver.

—Un momento... —dijo Zero mientras se levantaba— ¿Me están diciendo que nadie murió en esas explosiones?

—Algunos soldados de Cíclopes, demasiado idiotas como para abandonar el barco aunque su capitán estaba dispuesto a mandarlos a todos al infierno, ahora que alguien me saque esta bala de adentro... por favor —apuró mi padre.

Sin perder el tiempo, quitaron el proyectil y lo vendaron en cuestión de minutos.

—¿Por qué Cíclope volaría dos barrios vacíos? —preguntó Emma de repente.

—Porque no puede parecer débil, no de nuevo, él anunció que iba a destruir ambos barrios por televisión, si no lo hacía iba a parecer que no es capaz. —Gladiador se movía de lado a lado sin cesar—. Ahora los noticieros, si es que quedo alguno, solo van a estar hablando de la cantidad de personas muertas que dejaron las bombas, aunque las bajas hayan sido cercanas a cero, supongo que al enterarse de que habíamos logrado evacuar las dos áreas adelantó el bombardeo para ver si podía aniquilarnos.

Entonces entendimos la razón de la partida de Cíclope. Sin saberlo, mi padre nos había salvado la vida.

—Bien, ahora que les informamos sobre el bombardeo es hora de que nos digan cómo les fue a ustedes... ¿Consiguieron el Marcum? —interrogó ansiosamente mi padre.

El silencio se apodero del salón, y todos desviamos nuestras miradas al suelo, como si sintiéramos culpa, y en parte así era.

—Chicos, ¿qué paso? —preguntó nuevamente mi padre.

Jax de inmediato tomó el pedazo de Marcum que había guardado bastante precariamente en su bolsillo y se lo arrojó a su padre, quien lo agarró sin ningún problema.

—Lograron el objetivo, hijo ¿a qué se debe que estén así?

—Ni siquiera se dieron cuenta, ¿verdad? —dijo Emma mientras caminaba hacia Gladiador.

—¿Darnos cuenta de qué? —preguntó el gigante.

—Oh, Dios mío... Cuanto lo siento... —dijo mi padre al darse cuenta de lo que estaba pasando.

Emma seguía caminando lenta pero constantemente hacia Edward, quien miraba alrededor en busca de respuestas. Finalmente su cara se ilumino, y todos supimos que lo había notado.

—Emma, lo siento, es que... —comenzó a decir Gladiador.

‒Ya lo notaste, ¿verdad? Notaste que Malcom no está aquí, que sacrifico su vida para detener a Cíclope mientras tú estabas muy ocupado siendo inútil. —Lentamente las cosas a nuestro alrededor comenzaron a moverse, Emma estaba perdiendo el control— ¿Y lo mejor qué se te ocurre decir es "lo siento"? Él murió en manos de Cíclope, lo mataron delante de mí, "lo siento" no alcanza a cubrirlo.

Con un simple movimiento de su mano, Emma arrojó a Gladiador al otro lado de la sala, y cuando quisimos acercarnos, una enorme ola expansiva nos mandó volando hacia atrás.

De inmediato mi padre sacó una de sus flechas con anestesia y la disparó contra nuestra amiga. Esta se detuvo justo antes de impactar contra su espalda, y sin dirigirle la mirada, Emma la hizo estallar en miles de pedazos.

Gladiador estaba acorralado, y Gravity estaba totalmente fuera de control, y nosotros éramos incapaces de intervenir.

—No somos tus soldados, no somos dispensables —acusó Emma, ya a escasos centímetros de Gladiador.

—Emma, siento lo de Malcom, si piensas que matarme va a solucionar algo, entonces deberías hacerlo —Edward miró a los ojos a nuestra amiga, quien se detuvo justo delante de él.

Todos nos quedamos esperando, pacientemente, para ver si Emma iba a pulverizar a Gladiador como había hecho con su padre. No podíamos acercarnos, y no podíamos detenerla. Si decidía matarlo, nada iba a poder evitar que lo haga.

Sin embargo, y para nuestra sorpresa, Emma simplemente se desplomó de rodillas y comenzó a llorar desconsoladamente. Gladiador la envolvió rápidamente en sus enormes brazos, y allí quedaron por varios minutos.

—Te prometo que Malcom no va a ser olvidado nunca... —dijo Edward al oído de Gravity.

Tras algunos minutos de llanto y abrazos, finalmente Emma se levantó y se fue a sentar a una solitaria silla, alejada de todos. Teníamos suerte de tener a esa chica de nuestro lado, sus poderes eran enormes, y parecían aumentar a cada minuto que pasaba.

Lentamente mi padre y Gladiador se acercaron a la mesa central, y comenzó la que, sin saberlo, iba a ser nuestra última reunión en ese oscuro y abandonado sótano desde donde dirigíamos una rebelión contra el más grande dictador de la historia.

—Lamentamos la pérdida de Malcom, pero estamos seguros de que él no hubiera querido que nos detuviéramos ahora, tan cerca de le acto final... —dijo Gladiador, dirigiendo una mirada preocupada a Emma—. Todos ustedes cumplieron con su objetivo, finalmente tenemos otro pedazo de Marcum en nuestras manos, y esto nos da una nueva oportunidad para detener a Cíclope, pero esta es la última que vamos a conseguir, el dictador no va a parar hasta matarnos.

—Lamentablemente, el arma que había construido Wells para incapacitar a Cíclope quedo destruida en nuestro primer encuentro con él, así que vamos a tener que recurrir a un método un poco más primitivo —dijo mi padre mientras tomaba el trozo de Marcum.

Tardé unos segundos en darme cuenta a lo que se refería mi padre. Iba a hacer una flecha de Marcum, y se la iba a disparar al dictador, lo que significaba que el último encuentro iba a tener que ser cercano, personal, y estaba de acuerdo con esto. Quería estar bien cerca cuando Cíclope pagara por sus crímenes.

—Bien, Alex va a preparar el Marcum, mientras tanto, descansen, queda poco tiempo para el final —dijo Gladiador, mientras se alejaba de la mesa—. Joel, quédate conmigo, tenemos que charlar de un asunto.

El pequeño Green se acercó a Gladiador, mientras que nosotros nos alejábamos de la mesa.

Las horas fueron pasando, y Surfer seguía manteniendo una conversación larga y seria con Edward. Fuera de eso, el único sonido que se escuchaba en toda la sala, era mi padre dándole forma al Marcum, convirtiéndolo en la letal arma que acabaría con el mandato del dictador.

Me encontraba apoyado contra una pared, ajustando las puntas de mis flechas, cuando Felicity se me acercó. Sus rasgos habían mejorado bastante, lo que me hiso pensar que tal vez se curaba más rápido de lo normal. Incluso con mi regeneración acelerada, hubiera sido bueno tener la capacidad de Rocket para curarme, después de todo el tratamiento que le dieron a mis costillas quebradas fue bastante rudimentario, y no evitaba que siguiera doliéndome.

Lentamente, Felicity se deslizó a mi lado, hasta quedar en el suelo junto a mí.

—Daniel, estoy asustada... —dijo por lo bajo, y no pude evitar dirigirle una mirada confundida.

—¿Qué? ¿Por qué? —pregunté, y de inmediato me di cuenta que era la pregunta más estúpida de la historia. Teníamos buenos motivos para estar terriblemente asustados.

—Yo... yo no quiero perderte...

—Felicity —dije mientras le tomaba la mano—, no me vas a perder, vamos a ganar...

—¿Pero qué pasa si mueres? No creo que tenga la misma misericordia que tuvo Emma... no creo que dejaría que la persona que te lastimó salga viva... Porque, Daniel, yo también te...

—¡Esta lista! —dijo mi padre de repente, dejando a Felicity a mitad de frase, y con su bella mirada clavada en mí.

Lentamente nos paramos, y nos acercamos hacía donde estaba mi padre, quien había estado trabajando por horas, y en ese momento se encontraba totalmente sudado.

Sin más preámbulo, soltó el producto de su trabajo. Una hermosa y brillante flecha de Marcum, la cual estaba destinada a acabar con Cíclope.

—Bien, es hora de enviar un mensaje —dijo Edward por lo bajo, clavando la mirada en Joel, y dejándonos a todos con la intriga.

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