10. El entrenamiento
—¡Excelente! —exclamó el Doctor Wells, con una sonrisa de oreja a oreja—. El experimento salió aún mejor de lo planeado.
Sin embargo, no había necesidad de que lo dijera. Todos nos encontrábamos ya de pie, y si bien a veces teníamos altibajos a la hora de controlar nuestras recientemente adquiridas habilidades, ya podíamos sentir que estábamos tomando poco a poco el control. Mi padre y Edward sonreían, y hasta sacaron de una vieja y oxidada heladera una botella de vino, algo a lo que creí que solamente tenía acceso Cíclope. Utilizando unos lapiceros que andaban dando vueltas por el lugar como copas, brindaron y felicitaron a Howard por el éxito que había tenido.
—Sí, sí, ya está bien de felicitaciones —dijo modestamente el científico—. Ahora que los análisis terminaron puedo darles más detalles de sus habilidades, y creo que todos deben estar al tanto.
De inmediato todos nos reunimos alrededor del Doctor Wells, y cuando estuvimos acomodados nos dirigió una mirada a cada uno y comenzó.
—Kevin, como ya pudiste comprobar, tu cuerpo se vuelve de hielo a voluntad. Éste parece ser lo suficientemente compacto como para aguantar varios golpes, e incluso disparos, y debido a que tú mismo lo puedes generar creo que podrías repararte en caso de que algo se... rompa, pero eso no es todo, también puedes moldear el hielo de tu cuerpo de la manera que desees, por supuesto te va a llevar tiempo y práctica desarrollar tus habilidades a un cien por ciento y hasta ese momento no podemos estar seguros del alcance de tus poderes... esto va para todos ustedes.
Kevin asintió, se podía ver que estaba satisfecho con sus poderes, y tenía motivos para estarlo, después de todo seguía siendo él y, hasta el momento, era quien mejor había podido controlar sus habilidades. Teniendo en cuenta que podría haber terminado como un monstruo, tener la habilidad de convertirse en un cubo de hielo no estaba para nada mal.
Tras esa breve descripción de los poderes de Kevin, el Doctor Wells, dirigió su mirada a su hermano menor.
—Joel, parece que eres el único que no demuestra cambios físicos exteriores, en su lugar la droga elevó tus capacidades cognitivas millones de veces, no es sorprendente entonces que puedas entender cómo funciona cualquier tipo de tecnología en cuestión de segundos, tu memoria también debió de mejorar, y tu habilidad para cálculos, pero para estar seguros hagamos una pequeña prueba... ¿Cuánto es 56123 elevado al cubo?
—176775727532867 —dijo Joel en menos de un segundo y sin ningún tipo de duda.
—Muy bien, ¿y eso dividido en quince partes?
—11785048502191,13, el tres es periódico... —respondió el joven con una gran sonrisa en su rostro.
—Bien, no creo que necesitemos más pruebas... —y ciertamente no las necesitábamos, el Doctor Wells se aclaró la garganta y dirigió su mirada la hermosa joven que se encontraba junto a Jax—. Emma, por alguna modificación en tu cerebro causada por el FX9 adquiriste alguna forma particularmente poderosa de telequinesis, sospecho que si sigues entrenando esta habilidad al cabo de un tiempo vas a poder levantar camiones por los aires sin ningún problema, y tampoco me sorprendería si en un futuro desarrollas otras habilidades similares, como la telepatía.
—Eso podría resultar útil —dijo Emma con una gran sonrisa en su rostro.
—Ahora, Jax, tu habilidad es sencillamente sorprendente. Por algún motivo, tus átomos pueden reagruparse de manera que, cuando entras en contacto con algún material, como digamos... el metal, tu cuerpo adquiere las características propias de ese material, también es posible que con el entrenamiento adecuado, tu capacidad de alternar entre un material y tu cuerpo normal no requeriría contacto...
—Un momento... ¿Eso quiere decir que si practico lo suficiente podría convertirme en el hombre de acero a voluntad, sin ni siquiera tener que tocar algo de ese material? —preguntó Jax con evidente ansia.
El científico respondió asintiendo con la cabeza y en la cara de Jax se formó una de sus típicas sonrisas, algo que no veía desde que había despertado, y que me hizo saber que mi nuevo amigo ya empezaba a sentirse un poco más cómodo con su poder. Por último Howard dirigió su mirada hacía mí, y nuevamente me distraje mirando sus sucios y antiguos lentes.
—Daniel, como habrás notado, la droga tonificó un poco tus músculos, y esto no fue lo único que hizo. Aparentemente esta tonificación se debe a que tanto tu musculatura como tu esqueleto aumentaron su resistencia y flexibilidad a niveles increíbles, esto básicamente quiere decir que puedes resistir mejor una golpiza y que probablemente seas mucho más ágil que antes. No puedo estar seguro hasta realizar aún más pruebas, pero parece que el factor curativo de tu cuerpo también aumentó ligeramente, lo que quiere decir que mientras que una persona normal puede pasar meses para recuperarse de una herida, tu lo harás en apenas semanas, o tal vez días, sin embargo trata de no recibir muchos balazos, no creo que seas tan resistente —comentó el anciano a modo de broma—. También la sensibilidad de tus sentidos se incrementó, y esto combinado a todo lo anterior te va a servir de mucho en el combate.
Ahora todos conocíamos los poderes de los demás en mayor profundidad, y esto ayudo en mucho a la coordinación del grupo. Sin embargo aún faltaba un largo camino para recorrer antes de que pudiéramos empezar a pelear contra las infinitas legiones de Cíclope, pero ya habíamos dado el primer paso, y ciertamente se sentía muy bien.
—Bien, es momento de dejar las palabras y pasar a la acción... ¿Qué les parece? —El padre de Jax estaba claramente ansioso por empezar a probar los poderes de todo el grupo en conjunto y creo que todos deseábamos lo mismo, así que sin esperar respuesta continuo hablando—. Muy bien entonces, vamos a la sala de entrenamiento.
—Disculpa Edward, pero ¿Cómo vamos a justificar nuestra ausencia en el colegio? —pregunté con cierta preocupación, y Malcom lanzo una risa burlona.
Sin embargo tenía motivos para preocuparme. El solo hecho de que faltáramos un día podía hacer que desapareciéramos de la faz de la tierra.
—Es una buena pregunta, pero no tienen nada de lo que preocuparse, tenemos preparadas coartadas que los hacen quedar tan bien con el régimen que no les va a molestar que hayan perdido un día de colegio —respondió el enorme sujeto con una sonrisa en el rostro.
Mi padre abrió la puerta que se encontraba al fondo de la sala y todos entramos, yo por primera vez, a esa enorme y vacía habitación. Las paredes estaban construidas con unas extrañas placas metálicas que, casi con seguridad, antaño habían tenido alguna función.
Todos nos dirigíamos al centro de la sala, cuando el Doctor Wells entró y comenzó a hablar con Gladiador.
—Voy a llevarme a Joel a trabajar con las computadoras, ambos sabemos que sus habilidades no son aplicables en un combate cuerpo a cuerpo, tal vez incluso pueda conseguir que repare los paneles...
Por un segundo Edward pareció no gustarle demasiado la idea, pero tras pensarlo unos segundos asintió, y así el pequeño Green salía del lugar con el Doctor Wells.
Durante las siguientes horas los entrenamientos en combate se vieron interrumpidos continuamente porque siempre alguien perdía el control de sus poderes y esto desestabilizaba a todo el grupo. Los únicos que no tenían problemas para manejar sus habilidades eran Malcom y Felicity. Supongo que haber nacido con poderes hubiera sido mucho más fácil que tener que aprender a controlarlos en un día antes de volver a la colegio.
Nos encontrábamos practicando algunos movimientos de lucha cuerpo a cuerpo cuando de repente hubo un fuerte sonido, como de energía aumentando, y de un momento al otro aparecimos en una ciudad totalmente destrozada y vacía.
Por un momento pensé que la droga estaba causando que perdiera la razón, pero al ver como todos miraban extrañados lo que ocurría, supe que no era el único, sin embargo noté que mi padre y Edward sonreían.
—No lo puedo creer... —dijo Gladiador por lo bajo—. Lo hizo funcionar... el chico lo hizo funcionar.
—¿Qué hizo funcionar? —preguntó Jax de repente, pero antes de que su padre le pudiera responder la voz de Joel nos llegó desde muy lejos, como si nos estuviera hablando una deidad oculta.
—Los paneles, estos generaban un campo de entrenamiento totalmente virtual, pero a la vez muy real. Durante las luchas contra Cíclope los temblores debieron dañar los circuitos, pero ahora ya están totalmente funcionales.
No podía creer que lo que estaba viendo no fuera real, incluso me agache y tomé el polvo del suelo, y podía sentir como los pequeños granos se escapaban entre mis dedos. Era simplemente asombroso, y no creo que nadie hubiera discutido con eso.
—¡Muy bien! —exclamó mi padre—. Esto me recuerda a los viejos tiempos...
—Joel, implementa el entrenamiento de combate War 7/11 —ordenó Gladiador, sus ojos brillaban y apenas podía contener la emoción.
Me hubiera preocupado más por lo que estaban experimentado los dos grandes héroes de épocas pasadas, si no hubiera sido porque de repente la desolada ciudad se llenó de sonidos de guerra, gritos, disparos, explosiones, todo sonaba sin cesar y por un momento olvidé que me encontraba en un entrenamiento y me sentí realmente en una zona de combate.
De un momento a otro nos encontramos rodeados por un grupo de soldados armados hasta los dientes que no paraban de gritarnos que nos rindiéramos, pero la única respuesta que recibieron fue que Gladiador golpeara a uno debajo del mentón y lo hiciera volar a metros de distancia.
Mi padre tampoco se quedó atrás, ya que de repente empezó a disparar flechas contra los soldados.
—¡Si esperan sobrevivir, lo mejor va a ser que empiecen a moverse! —nos gritó Edward, y esto fue suficiente para que reaccionáramos y empezáramos a pelear.
Sin embargo, la primera vez nos fue terriblemente mal. Malcom se encendió en llamas de inmediato y salió disparado hacia arriba desde donde empezó a rostizar a los enemigos, pero sin preocuparse por defendernos a nosotros, sus compañeros, dejándonos totalmente al descubierto. Jax apoyo sus manos en un poste de luz que estaba tirado en el suelo y de inmediato su cuerpo se cubrió de un color plateado brillante, haciendo uso de su fuerza levanto el poste y comenzó a golpear a los soldados que estaban a nuestro alrededor, pero no pudo evitar asestar un golpe a un desprevenido Kevin que estaba intentado activar su poder, sin embargo el choque contra el poste pareció ser suficiente como para hacer que Kevin se transformara nuevamente en el hombre de hielo y empezara a repartir golpes. Emma se encontraba totalmente aturdida por la situación y por esto no pudo poner en práctica su poder, de manera que, sin poder cubrirse del ataque de los enemigos fue la primera en ser eliminada, cuando un soldado disparo su arma contra ella y recibió una descarga eléctrica que la dejo totalmente fuera de combate. Felicity se las arreglaba para alternar momentos de vuelo, en los que esquivaba los balazos de los soldados, con momentos de lucha en tierra, en los cuales repartía golpes a diestra y siniestra, sin embargo se notaba que nunca había estado en una situación parecida, ya que se mostraba errática e indecisa a la hora de empezar a atacar, contrario a la Felicity seria y fría que había conocido en la otra sala. Por mi parte, lo repentino de la situación causó que todos mis sentidos se dispararan y tuviera que luchar para controlarlos nuevamente, cuando finalmente lo logré comencé a imitar a mi padre y a disparar mi arco con toda la precisión posible contra el enemigo. A pesar de que lo estaba haciendo regularmente bien, cometí el error de alejarme demasiado del grupo, y si bien me di cuenta que un soldado me estaba por disparar por la espalda, no fui lo suficientemente rápido como para lograr eliminarlo o esquivarlo, y así, con una descarga eléctrica fui el segundo en caer.
En poco más de quince minutos ya nos encontrábamos todos en el suelo, menos mi padre y Edward que seguían luchando arduamente contra la masiva cantidad de soldados que habían aparecido. Cuando se quitaron las ganas de golpear gente, ordenaron que la simulación se detuviera y los que nos encontrábamos en el suelo nos despertamos con un terrible ardor en donde los "disparos" nos habían dado.
—¿Saben en qué se equivocaron? —preguntó Gladiador, pero no espero respuesta—. Cada uno estaba peleando por sí mismo... y si esperan sobrevivir en el mundo real, van a necesitar empezar a confiar en sus aliados... prepárense para otra ronda.
Nuevamente dieron la orden y la situación de guerra volvió a empezar. Sin embargo nuestra organización no mejoró en lo más mínimo. Nuevamente volvimos a repetir los mismos errores y creo que la segunda vez duramos incluso menos que la primera. Era ciertamente vergonzoso, pero esperable, ya que nuestros poderes se negaban a ser controlados, y nos dificultaban mucho la pelea.
Tardamos más de diez intentos en empezar a organizarnos, y entre cada uno de esos intentos mi padre y Edward aprovechaban para gritarnos un poco y remarcarnos nuestros errores, como si el ardor de las descargas eléctricas no fuera suficiente para saber que en una guerra de verdad ya estaríamos muertos.
Las horas fueron pasando y ya empezábamos a agotarnos, pero entonces, casi como por arte de magia, ocurrió... finalmente nos encontrábamos actuando de manera parecida a un equipo.
La secuencia se inició como siempre, los soldados nos rodearon y mi padre y Edward empezaron a repartir golpes y flechazos hacia todas las direcciones. En ese momento cada uno de nosotros miró a los demás y asentimos al unísono. Kevin dio un fuerte golpe en el suelo que generó una muralla alrededor de nosotros, que sin bien era débil, basto como para que pudiéramos evitar los primeros disparos. Nuevamente Malcom se encendió y salió disparado hacia arriba, pero esta vez se dedicó a eliminar a todos los soldados que se encontraban en las cercanías de la muralla de hielo. Entretanto Jax apoyaba las manos en el suelo, adquiriendo así un aspecto rocoso y aterrador. Solo bastó con que corriera contra la fina pared de hielo para que la destrozara, y mientras él embestía a un gran grupo de soldados que se preparaban para acribillarnos con sus armas, yo disparaba con mi arco a los enemigos que aparecían a sus costados. Emma comenzó a hace flotar rocas de un tamaño considerable y las arrojaba contra los soldados que pretendían disparar contra Felicity, quien por su parte se encontraba repartiendo puñetazos a un grupo de soldados que casi lograban dejarnos fuera de combate a Luke y a mí.
Tras eliminar a todos los soldados de zonas cercanas nos reagrupamos en el centro, y nos preparamos para arremeter nuevamente contra los confundidos enemigos virtuales. Durante aproximadamente dos horas nos encontramos por primera vez luchando contra las amenazas como un equipo, y descubrimos que, bajo presión, el aprendizaje sobre cómo controlar nuestros poderes se hacía mucho más rápido.
Finalmente, tras un arduo combate, todos los soldados restantes soltaron sus armas y levantaron sus brazos simultáneamente, y todos al mismo tiempo comenzaron a recitar las palabras que indicaban que habíamos ganado: "me rindo".
Dirigimos la mirada hacía los dos Ex Guardianes, y se notaba que no podían estar más orgullosos de nosotros. Gladiador dio la orden, y la ciudad desolada volvió a ser una habitación vacía.
—Bien, creo que aprendieron bastante hoy, demos por terminado el día —dijo mi padre y se dirigió a abrir la puerta.
Del otro lado el Doctor Wells también se mostraba muy satisfecho respecto a los resultados que su droga había tenido, y Joel se encontraba todavía sentado frente al monitor escribiendo sin cesar.
—¿Se cansaron de que les pateen el trasero? —preguntó el joven Green con una gran sonrisa en su rostro— Y... listo.
—¿Qué está listo, Joel? —se apresuró a decir Kevin.
—Mientras los soldados los destrozaban, decidí mirar las coartadas y noté que si decían eso en la escuela iban a estar muertos antes de que terminara el día, así que me tomé la libertad de hackear la red del colegió y poner que estuvieron presentes en todas sus clases.
—¿Qué? ‒exclamó Jax— Pero los profesores... ellos van a saber que no estuvimos ahí.
—Si... ¿Pero se van a atrever a desafiar lo que dicen las actas oficiales? No lo creo.
Sonreí al ver lo brillante del plan. El joven Joel acababa de utilizar el sistema de Cíclope para hacer que el mismo fallara, era simplemente hermoso.
Para terminar la reunión, todos nos juntamos alrededor de la mesa y el Doctor Wells aclaró su voz para decir unas palabras.
—Hace apenas unos meses que los conozco... a algunos incluso menos, pero quiero decir que estoy totalmente orgulloso de lo que se han convertido, todos y cada uno de ustedes. Mi droga tal vez los hizo poderosos, pero ustedes mismos se hicieron valientes, y eso es todo lo que se necesita para destrozar el gobierno de Cíclope... gente valiente. Por sobre todas las cosas ustedes deben hacer una promesa... la promesa de que no importa lo que pase, siempre van a intentar detener a todo aquel que quiera imponerse sobre los otros, aquel que sea injusto y lastime a gente inocente ¡Viva la Insurgencia!
El entrenamiento había terminado, y con nuestros poderes bajo relativo control nos retiramos cada uno en una dirección distinta, pero esta vez salíamos como personas distintas, ya no seríamos los adolescentes cuya mayor preocupación era aprobar los exámenes para poder pasar al año siguiente. Esta vez, salíamos de esa oscura guarida como los nuevos héroes que protegerían este mundo...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro