• C A P I T U L O T R E S •
"Tensión"
-¡Jordan!
Jossy corrió a mis brazos apenas crucé la puerta, dejando caer un par de muñecas en el suelo, las cuales fueron culpables de que Jamie estrellara su cara contra el suelo, por estar concentrado en su teléfono y audífonos.
Jossy estalló en risas mientras lo señalaba, contagiandome de la graciosa escena. Pero no tan graciosa para Jamie.
-¿Y tú de qué te ríes, enana? -Jamie le puso mala cara.
-Es que... ¡Ay no! - se reía - Tu cara... Tienes que verte. ¡Pareces Calamardo!
-Sí, su nariz aplastada - señalé entre risas.
-¡Uy! ¿Pero qué te pasó? -apareció Jayden sorprendida con una mochila colgando de su hombro.
-¡Jayden! ¡Es igual a Calamardo! -Jossy seguía riendo.
-Sí, eso noté.
-¿Se ve muy mal? -Jamie se dirigió a Jayden angustiado.
-Nah, estarás bien -hizo un ademán con la mano de restarle importancia -De hecho, ya vuelve a su forma normal.
-Gracias a Dios, no podía ir a la escuela con ése aspec... ¡AY NO! -chillo apenas se vio en el espejo- ¡NO, NO, NO!
-¡¿Y ése grito?! -apareció mamá en el salón.
Todos señalamos a Jamie, que aún se miraba en el espejo.
-Es que vió su reflejo, nunca lo había hecho y tuvo la reacción que todos esperábamos -bromeé.
-¡Mi nariz está más grande! -lloriqueó.
-¡Ah, no! Jamie, ese tamaño lo tiene desde que naciste -bromeó Jayden.
-¿Y tú qué sabes? Todavía ni pensaban en tenerte.
-Tengo pruebas -Jamie la observó con una ceja encarnada- Fotos de un tierno bebé gordinflón y con nariz de Pinocho.
-Eso no -Jayden rió-¿Quieres jugar sucio, eh? ¡Pues a ti, te encontraron en el suelo del hospital!
Jayden abrió la boca ofendida y le dedicó una mirada asesina a Jamie, pero entonces... Jossy soltó una carcajada y esta vez la mirada fue dirigida a ella.
-Y a ti... ¡Ni siquiera te planearon! -Jossy dejó de reír.
-Jay, es una niña -dije entre dientes.
-¡Tú eres un reemplazo! -se dirigió a mi.
-Eso en parte es cierto, pero no es justo -la señalé- ¡Ni siquiera me estoy metiendo contigo!
-¡Igual!
-Eso no es justificaci...
-¡Muy bien, muy bien! -apareció mamá dando aplausos- Gracias por la función, pero ya se acabó.
》-Jossy, levanta tus juguetes, súbelos a tu habitación y comienza a cambiarte para la escuela, cariño. Jayden, ya veo que tienes tu mochila lista pero aún debes cambiarte, así que, sube a tu habitación, Glenda irá enseguida a ayudarte. Jamie, toma tu música y tus audífonos y sube a hacer tu tarea, de lo contrario estaré encantada de quitarte tu móvil. Y Jordan, esa carpeta sólo significa algo, y es trabajo.
Volvió a aplaudir.
-Ahora, vayan todos.
Y así fue, Jossy se apresuró a recoger sus cosas y Jayden subió a su habitación. Jamie se dirigió a la cocina detrás de mamá y yo le seguí.
-¿Y ustedes dos? -mamá nos apuntó con una cuchara.
-Yo sólo vine por una manzana -Jamie alzó sus manos en señal de rendición.
-Y yo tengo sed -imité a Jamie.
Asintió y siguió revolviendo algo en la olla.
-¿Qué tal el trabajo, Jordan? -preguntó mamá.
-Seré presidente de nuestra empresa.
-Lo siento tanto.
-¡Eso es muy bueno, cariño!
Dijeron ambos al unísono. Mamá lo miró mal.
-¿Qué? -dijo Jamie con la manzana en la boca, mamá sólo negó con la cabeza- Entonces Jordan, conociste a la secretaria de papá.
Alzó sus cejas repetidas veces, mientras sonreía pícaro.
-Eh... sí.
-A que está buena.
Arrugue mi rostro.
Definitivamente, los gustos de éste crío eran muy distintos a los míos.
-No daré mi opinión en voz alta sobre esa chica. No suena lindo -mamá me observo- Subiré a organizar los itinerarios familiares.
-Aburridoo -canturreó Jamie.
-Y tú, vienes conmigo, Mimi -lo tomé por la nuca, empujándolo fuera de la cocina.
-¡Nooo! ¡¿Por qué?! -sollozo.
-No sé cómo te aguantan en la escuela -se giró a verme.
-Con eso no -advirtió apuntándome con su dedo.
-Si quieres tu secreto a salvo, dame información.
Jamie observó alrededor de nosotros y soltó aire.
-Bien, pero no aquí.
Señalé a mi habitación y él asintió subiendo las escaleras, le seguí hasta llegar a mi habitación, a la cual entró como perro por su casa.
Apenas estuvo dentro, se lanzó en la cama.
-Hace tanto que no entraba aquí -suspiró viendo el techo- Me traen tantos buenos recuerdos.
-Sí, a mi también.
-¿Recuerdas la vez que nos quedamos las cajas de chocolate para nosotros?
-¿Qué luego nos comimos y parecíamos drogados? Sí, créeme que lo recuerdo -sonreí con nostalgia.
-Al día siguiente parecía que teníamos resaca - Jamie soltó una carcajada -Nos arrastrabamos en el suelo como zombies para llegar a cualquier lugar.
-Sí, yo le agarré un tobillo a Glenda pidiéndole agua y se asustó. Así fue como nos descubrieron.
Ambos suspiramos mientras negabamos con las cabezas.
-La secretaria está para meterlo.
Casi me ahogo con mi saliva.
-¿Qué?
-Lo que escuchaste.
-Primero que nada, no veo a las mujeres como un lugar donde "meterlo" y segundo, ¿Si sabes lo que tienes que "meter" y dónde lo debes hacer? No, espera, déjame reformular mi pregunta, ¿Lo haz "metido" antes?
-No -levanté las cejas asintiendo - Pero, ya he visto clases de educación sexual.
-De seguro es la única clase que te gusta. ¿Por qué será? -dije sarcástico.
-Hablo en serio -rodó los ojos.
-¿Por qué piensas en "meterlo" a los dieciséis años?
-¿Podrías dejar de hablar con el verbo "meter"?
-Responde mi pregunta.
Jamie puso una mueca incómoda. Teníamos la suficiente confianza para hablar de cualquier tema, siempre me había esforzado en no trazar líneas entre nosotros, pero Jamie parecía apenado. Sin embargo, tomó aire y habló.
-Es que los chicos de la escuela ya lo han hecho.
Eso explicaba mucho.
Me aproximé hasta la cama y me tumbe a su lado.
-Entonces, todo esto es por aceptación, tu fama de chico malo, rompecorazones, todo eso es pura fachada.
-No quiero sólo verme cool, quiero ser cool. ¿Entiendes?
-Jamie, no necesitas acostarte con cientos de chicas para ser cool. Tampoco necesitas crear un personaje para ser popular -le miré y él hizo lo mismo- La popularidad está sobrevalorada. ¿De qué te sirve ser popular en la escuela?
-Pues... -se mantuvo pensando por un rato, sin encontrar respuesta.
-¿Quieres un consejo? -él asintió atento- Enfócate en lo que tú quieres ver y esperas de ti mismo, no en lo que esperan los demás. Eres muy joven, tienes tanto por vivir, crecer y madurar, y lo harás a su tiempo. Te convertirás en un gran hombre, lo sé.
Jamie sonrió y yo también lo hice.
-Ahora, dame mi información.
-Claro. ¿Qué quieres saber?
Fui por un cuadernillo y un lápiz, para anotar lo relevante.
-Todo.
♤ • ♡ • ◇ • ♧
Después de escuchar toda la versión de Jamie, encontré más de lo que esperaba.
En conclusión, papá llevaba meses, casi un año, actuando de forma extraña cada vez que regresaba de la oficina y en los primeros días cuando se notó el cambio, Jamie pensó que era por estrés en la oficina o cosas graves con la empresa, y lo confirmó.
Pues un día, intentó indagar sobre lo que le mantenía a papá con esa actitud, pero la reacción fue peor. Papá se puso a la defensiva y muy agresivo, le gritó a Jamie que no se metiera en sus asuntos y nunca lo volvió a hacer.
Por otro lado, cada que se instala un ambiente tóxico, tenso o agresivo en la casa, o incluso cuando papá llega de malas. Mamá les ha impuesto la tarea a Jamie y Jayden de llevar a Jossy a su habitación y luego, ellos marcharse a las suyas.
Jamie me aseguró que las cosas ya no eran iguales a antes. Papá nunca estaba en casa o nunca tenía tiempo, siempre les exigía, era muy malhumorado, también desaparecía por días, en las noches no volvía a casa, a veces llegaba pasado de tragos y los despertaba a todos. Tenía nuevas amistades y trabajaba en nuevos negocios, cuando las cagaba en algo los recompensaba con dinero y demás lujos.
Aunque le creí, me costó hacerlo. No se parecía en nada a la imagen de padre de Jake Royal con la que había crecido.
Escondí todos mis apuntes en un pequeño baúl donde solía guardar mis juguetes cuando era niño. Y seguido escondí el baúl en un lugar donde nadie se le ocurriera revisar.
Bajé con los nuevos itinerarios familiares, que me había dedicado a hacer apenas terminé de hablar con Jamie. Aprovecharía para mostrarlos en la cena, ya que estaríamos todos.
Hace un rato había visto por la ventana a las niñas bajar del auto que siempre solía llevar Cory. Se suponía que Jamie debía estar haciendo sus tareas, pero conociéndolo, de seguro era lo menos que estaba haciendo.
-¿Qué tal la escuela, niña bonita?
Saludé a Jayden que se encontraba en la pequeña mesa de la sala, concentrada haciendo sus deberes. Sin embargo, su concentración no fue obstáculo para robarle una sonrisa.
-Genial, como siempre.
-Que bien, entonces... ¿Sabes dónde está mamá?
Jayden señaló a la biblioteca con su pequeño dedo. Murmuré un gracias y desaparecí por las puertas de la biblioteca.
-Quiero ideas, algo innovador.
La voz de mamá tomó lugar en la silenciosa biblioteca. Caminé un poco hasta encontrarme a mamá sentada, conversando con un Jamie que se reclinaba en la silla y a una Jossy sentada en la mesa.
-Jordan debe tener buenas ideas -Jamie se encogió de hombros.
-Tienes razón. ¿Nadie lo llamó? -preguntó mamá y mis hermanos se vieron las caras - Jossy, ve por él.
-No hace falta, ya estoy aquí, a lo que sea que sea esto.
-¡Jordan! -Jossy se lanzó a mis brazos.
-¿Qué se traen?
-No sé si lo recuerdas y sino lo haces, no te juzgo, yo tampoco lo recordaba...
-¡Pronto es el cumpleaños de Jayden! -Jossy interrumpió a Mimi y éste la miró mal.
-Shhh -todos la callaron.
-Y mamá está buscando ideas -susurró.
-No sé que hacer éste año.
-¿Y si le construimos un palacio personal y privado al que pueda ir cuando quiera? -ideó Jossy y mamá negó.
-¿Un teléfono inteligente?
-Eso es muy básico, Jamie.
-¿Por qué no le preguntan qué quiere y ya?
Todos giraron a verme y no lo negaré, sentí miedo.
Mucho miedo.
Un silencio se instaló en el lugar, mientras que los tres me observaban neutros, como perforando mi alma.
Lo gracioso, es que mientras ellos escudriñaban lo más profundo de mi ser. Yo sólo podía encontrar las coincidencias entre éstos tres, y es que eran idénticos.
Ambos de mis hermanos tenían los rasgos de mamá. Cabello oscuro, ojos cafés, nariz perfilada; lo único que los diferenciaba: Jamie de tez morena, no tan oscuro, al igual que mamá. Y Jossy de piel blanca como papá.
Pero al igual que todos, lo suficientemente atractivos.
-Bueno, suena bien -Jamie interrumpió mis pensamientos.
-No lo había pensado -le siguió mamá.
-Sigo pensando en el palacio -Jossy hizo un puchero cruzándose de brazos- Le quitas lo divertido a la vida.
Abrí mi boca en una perfecta "O", sorprendido y ligeramente ofendido de la reacción de mi pequeña hermana. El resto estalló en risas por el comentario de la pequeña y no me quedó de otra que unirme.
Se levantaron de sus respectivos lugares -aún bromeando y riendo- e incluso Jossy se impulsó para bajar de la mesa.
-Esperen. -todos se detuvieron- En realidad, había venido por esto.
Agite las hojas en mis manos y luego procedí a entregarles a cada uno sus itinerarios correspondientes.
-¿Sólo tres horas diarias para la televisión? -la primera queja vino de parte de Jossy.
-¡¿Tres?! ¡Yo sólo tengo una y media! -Jamie me miró con una sonrisa fingida - De verdad, sí que sabes quitarle lo divertido a la vida.
-¿Ves? ¡Lo dije!
-A mi me gusta el mío.
-A ver... -Jamie se asomó a ver el de mamá - ¡Por supuesto que te encanta! ¡Tienes todas las horas de tus novelas!
-Eh, revisa tus horas con el móvil -le señalé a Jamie en la hoja.
-Vale, vale. Está muy bien organizado el itinerario, gracias hermano -me lanzó un beso y se marchó de la biblioteca.
-¿Y yo qué, Jordan?
Me agaché hasta su altura y le señalé sus horas de juguetes. Cosa que le hizo brillar los ojos, como si hubiera visto un tarrón lleno de dulces.
Jossy y juguetes, era lo mismo que, Winnie Pooh y miel.
》-Gracias, gracias, gracias -chilló emocionada, mientras se colgaba de mi cuello en un intento de abrazo -Eres el mejor hermano del mundo.
No lo negaría, eso me hizo sonreír.
Sobretodo por lo que habían estado pasando mis hermanos en mi ausencia. El que aún tuvieran la libertad de expresar lo que sentían, sin avergonzarse de ello y sin sentir la presión de papá sobre ellos, era un verdadero milagro.
Conocía lo duro que podía ser papá, ya lo había vivido en carne propia. Y sabía que era capaz de privarlos de expresar sus sentimientos. De estar con alguien que no fuera lo suficiente para él. De elegir con quién deben estar, cuando, dónde y porqué. E incluso, de herir herirlos lo más que pueda, hasta que ya no les queden otra opción más que aceptar lo que él les impone.
Cuando pequeño, solía ver a papá no sólo como alguien admirable de quién seguir sus pasos, alguien que a diario se convertía en mi héroe. También estaba esa parte maligna o eran mis ideas de chiquillo.
La cosa era que, papá se podía convertir en la persona más horrible y detestable en un segundo, solo debía tener un detonante. Lo peor era que, esa faceta implicaban dos cosas: Una, que papá tuviera el control sobre la vida de todos y dos, que de lo contrario acabará con ellas.
Y no hablaba de muerte, no. Para Jake Royal habían mejores formas de destruir la vida de alguien y lo sabía, porque las nuestras no serían las primeras y quizás tampoco las últimas.
En mi niñez y adolescencia, solía ver esa faceta salir de vez en cuando, muy pocas veces, casi nunca. Pero por lo que me había contado Jamie, esto era algo normal para ellos.
Y aunque me afectaba saber que ellos, mis hermanos, Jossy con apenas seis años, Jayden de nueve y Jamie con dieciséis, sólo unos niños, tuvieran que lidiar con toda esta mierda solos.
Sí, tenían a mamá, afortunadamente la tenían a ella y sé que ella jamás los abandonaría. Pero no quiero imaginarme lo que pasaba por sus mentes al saber que papá había llegado a casa con mal temperamento y que ellos tenían que esconderse, solos, separados, cada uno en distintas habitaciones, esperando que todo acabará y mejorará al día siguiente.
Le pedía a los cielos, con todas mis fuerzas, que a ninguno se le hubiera ocurrido salir en alguna de esas noches.
Con todo esto, sólo se me ocurría una cosa y era, hablar con mamá. Eso haría.
-¡Niños a cenar! -mamá se asomó por la puerta de la cocina -En eso también te incluyo a ti, Jordan.
Hablando de Rey de Roma...
Sonreí y me levanté del sillón, para dirigirme a la cocina muy tranquilamente, pero tres veloces personitas pasaron a mis costados, haciéndome tastabillar de un lado a otro, desorientado.
Flash, el caracol Turbo y un automóvil de la fórmula uno, me arrebasaron a toda velocidad.
-¿Pero qué...? -pestañeé repetidas veces.
-¡El último en llegar a la mesa es un huevo podrido! -gritó Jayden.
Reí mientras negaba con la cabeza. Caminé a la cocina, como si nada hubiera pasado y al entrar me encontré a los tres angelitos de hermanos que tenía, esperando por sus platos.
-¿Y quién ganó? -pregunté.
-Es obvio que tú no, huevo podrido -Jamie se tapó la nariz y todos rieron.
-Necesitas ambas manos para cubrirte la nariz por completo, no nos engañas Calamardo -más risas siguieron.
¿Recuerdan esa parte donde dije "nariz perfilada"? Sí, ahí sólo me refería a mamá y a Jossy. Para mala suerte de Jamie eso lo había sacado de papá y aunque su nariz no era enorme, se había convertido en una costumbre familiar hacer bromas con eso.
Nada que Mimi no pudiera soportar.
"No era tan grande como la de papá, o el abuelo". Me reí mentalmente por mi chiste.
Lo que me llevaba a preguntarme: ¿Por qué la mayoría de los abuelos eran de grandes narices? Misterios de la vida, supongo.
-¿Y...?
-Yo gané -admitió Jayden.
-Esa es mi niña bonita. -ambos chocamos los cinco- Eso explica porque Mimi, no quería admitir su derrota.
-Ya deja de decirme así -me arrojó un trozo de pan al rostro.
-Y tu deja de jugar con la comida -mamá le acestó un manotazo en la cabeza.
Tomé asiento en mi respectivo lugar. Y una cualidad de nosotros los Royal, es que no solíamos sentarnos como la mayoría de las familias, no.
En uno de los extremos de la mesa iba -como era de esperarse- papá, a su mano derecha mamá, al lado de esta iba yo, seguido de mi y en el otro extremo Jamie, a su mano derecha Jayden que iba frente a mi y a su lado Jossy, quedando de frente a mamá y al lado de papá.
Descuidadamente, estábamos organizados por edad.
-Buenas noches, familia.
Papá apareció por la puerta trasera que daba a la cochera. Y dejó su maletín, abrigo y bufanda en el pequeño armario que allí había.
-Buenas noches, padre. -respondimos al unísono.
Me sorprendió, pues el resto parecían una especie de máquinas o robots, mientras que yo había respondido por inercia, ellos parecían estar siguiendo una rutina o aún peor, un protocolo.
-No saben lo feliz y orgulloso que me siento al verlos así. -nos señaló - Mis cuatro preciadas joyas.
Sonreímos y él también lo hizo.
》-Y sobretodo, vernos juntos -alzó una copa y todos nos colocamos de pie con las nuestras- La familia Royal, familia de unión, poder, fuerza y sabiduría. Porque tengamos muchas más cenas así, juntos.
-Salud -dijo mamá.
-Salud -correspondidos el resto.
Finalmente volvimos a nuestros asientos y nos dispusimos a comer, luego de dar las gracias. Algunas pláticas se dieron, nada importante a excepción de tres.
-Entonces Jayden, nos preguntábamos qué te gustaría hacer por tu cumpleaños. Es dentro de tres semanas -canturreó mamá y papá sonrió.
-¿Qué quieres, pequeña? ¿Una gran fiesta? ¿Cien vestidos? ¿Un pastel de cuántos pisos? -preguntó papá.
-Eh... Bueno, no lo había pensado -rió nerviosa - Creo que ya lo tengo.
-Te escucho -papá dirigió toda su atención en ella.
-Quiero una salida con mis hermanos, a donde sea, el sitio es lo de menos. Y un pastel, del tamaño que sea pero de chocolate y quiero partirlo con todos ustedes.
-¿Segura?
-Segurísima.
Papá nos miró a todos en busca de una respuesta.
-Yo estoy disponible -sonreí y Jayden también lo hizo.
-Será divertido -Jamie estuvo de acuerdo.
-¡Yeii! ¡Salida de hermanos! -Jossy aplaudió feliz.
-Me encanta la idea -apoyó mamá.
-Perfecto, no se diga más -finalizó papá y Jayden esbozó una gran sonrisa.
-Gracias, a todos -nos miró.
-Ahora, ya que hablamos de fiestas. Cariño, necesito que organices dos en una.
Aunque papá tenía asistentes, siempre le encargaba a mamá la tarea de organizar festejos, reuniones y demás eventos importantes. Confiaba plenamente en su criterio, después de todo había estudiado moda.
》-Como ya saben, Jordan ha regresado -me señaló - Me gustaría dar una fiesta de bienvenida en su honor.
-Papá, no es necesario.
-Sí lo es. Y también quiero anunciar su nuevo puesto en la empresa, es una gran noticia y hasta ahora, sólo nosotros conocemos tal información.
-Está bien, mañana comenzaré a planear todo. ¿Cuando será?
-El próximo fin de semana, suena bien. ¿Jordan?
-Para mi también suena bien -suspiré.
Una patada en mi pierna me hizo girarme a Jamie, que me observaba.
-Te lo dije -gesticuló.
"Va a decidir por ti, Jordan. Y no tendrás otra opción, más que aceptar". Recordé sus palabras.
-Por otro lado. ¿Qué es esto? -papá mostró su itinerario.
Jamie ahogó una risa y yo sentí mi presión arterial bajar.
》-Me encanta lo de Domingo Familiar.
-¿Hay Domingo Familiar? -preguntó Jamie en una mueca.
-Sí, en todos los itinerarios está.
-¿Y qué día es hoy? -inquirió Jayden.
-Viernes, cariño -respondió mamá.
-¿Saben que significa eso? -Jossy le agregó suspenso.
-Que falta un día para el domingo -aclaré.
-Querrás decir, para el Domingo Familiar -corrigió papá.
Tragué grueso por la tensión que implicaba estar todos juntos, un día entero.
Comenzaba a arrepentirme de mi idea de investigar a la familia en un sólo día, cada semana.
Y también comenzaba a dudar de que algo verdaderamente, estuviera mal con papá.
♤ • ♡ • ◇ • ♧
Siento que hay muchísimo en este capítulo, más de lo que yo esperaba y quería contar. La verdad, es que ya les quiero soltar todo el chisme, pero es necesario que se los vaya soltando de a poquito así que, relájese María Lorenza.
Me gustaría saber sus opiniones de mis chiquitos Royal, así que, háganlo saber con sus comentarios.
No se olviden que los adoro y que les mando muchos besos en la cola<33
~Jai.
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