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• C A P I T U L O S E I S •

"Cansado"

-¿Cómo haz estado, hermano?

El castaño le dio un sorbo a su vaso con Whisky, mientras me observaba atento.

-Todo está bien.

-¿Seguro, Jordan? -le miré- Sí, podremos haber tenido años sin vernos y sí, en ocasiones pasamos meses sin hablar, pero eres mi mejor y te conozco. Te noto preocupado.

-No pasa nada, Dy -hice un ademán con la mano, restándole importancia.

-Está bien -se reclino en su silla. -Pero sabes que puedes confiar en mí, eh.

Señaló en un tono de advertencia, seguidamente le hizo una seña al mesero y este se acercó hasta nuestra mesa. Tomó mi orden, mientras que Dylan se ponía al corriente conmigo y esperábamos al resto.

Mientras conversábamos, nos vimos interrumpidos por un par de chicas que se acercaron a nuestra mesa, con la clarísima intención de coquetear. Fue el turno de Dylan entrar en acción, pues yo no estaba interesado y él estaba soltero.

Además su buen físico, le añadió puntos a la conversación con las dos chicas. Dylan, era de tez morena suave, ojos claros y su cabello negro, lo que más lo caracterizaba, pues en una parte de él tenía un mechón de rubio.

Atraía a muchas y con muchas siempre estaba. Sin embargo, era un buen amigo.

-Eh, disculpe- un hombre de la misma edad, se acercó-¿Sabe dónde queda el baño?

-Claro. Es por allá -señalé el camino.

-Gracias.

Dijo y tomó rumbo hacia el baño. Sin embargo, noté algo familiar en su forma de hablar, lo detallé y con él, a sus características físicas.

Tez oscura, cabello corto, lentes y sonrisa envidiable. ¡Por supuesto! ¿Por qué no lo había notado?

-¿René? -el hombre se volvió a mí, me observó confundido.

-¿Jordan? -asentí -¡Tienes barba, hermano!

Reí y me puse de pie, para saludarnos con un fuerte abrazo, al que Dylan no dudó en unirse.

-¡Esperen, esperen! -un revuelo se escuchó tras nosotros.

Me volví para encontrarme con el pequeño Odd agitando su brazo para llegar hasta nosotros y detrás de él, el alto Pol le seguía. Cuando estuvieron en nuestro lugar, los incluimos al abrazo.

-¡Abrazo de Oso! ¡Sí! -bromeó Odd.

Como anteriormente lo había mencionado, solíamos llamarle el pequeño Odd, porque era de baja estatura mientras que el resto parecíamos unos robles a su lado.

(Descripción física de Odd, es decir, ojos cabello y color de piel)

Y Pol, por su lado, a pesar de ser su primo de sangre no se parecía en absolutamente nada a Odd. Y en eso incluía sus personalidades opuestas por completo y en sus características físicas.

Pol era alto y de bajo peso, aunque tenía buenos brazos formados, no era precisamente alguien que pudiera considerarse "fornido". Y aunque su aspecto infundiera miedo en la mayoría de personas, en realidad era una persona muy dulce y tímida.

Nos sentamos en la mesa y mientras que compartimos pláticas y charlas, con incontables bromas, bebiamos whisky y cerveza. Después de muchas horas y muchos tragos, a René se le iba la lengua, Odd no paraba de hipear y Pol le sonreía al techo del lugar.

Dylan y yo, teníamos muy buena resistencia en el alcohol. Él porque siempre organizaban fiestas en las ferias de campo y porque su familia le encantaba celebrar las cosechas. Además, salía mucho a bares y discotecas con chicas y algunos otros amigos que tenía.

Y yo, estaba acostumbrado al sabor del whisky. Como empresario, figura pública e hijo de un hombre que pulía mis inicios en el negocio de una forma... extraña. Siempre me había acostumbrado a tomar tragos de whisky, sobretodo en la empresa.

Papá siempre me mostraba qué y cómo debía hacer a la hora de recibir un trago de parte de algún negociante o cliente.

-Al un hombre de negocios entrar a tu oficina, lo primero que debes hacer es ofrecerle una bebida. Pero no cualquier bebida... -dijo mientras servía dos tragos.

-Whisky. -asentí.

-Eso le demostrará al cliente que no sólo puede confiar en ti, sino que también tienes confianza en ti mismo. Es decir, no cualquiera se atrevería a hacer negocios con un par de tragos de whisky, eh -me codeó y ambos reímos.

Recordar las lecciones que papá siempre solía darme, me hizo desaparecer del bar. Dylan me estremeció.

-¡Hey! ¿Estás bien? -me observó preocupado- Estabas paralizado.

-Sí, sí -espabilé- Creo que sólo estoy algo cansado. Vine desde la oficina y...

-¿Estás seguro que sólo es cansancio? -echó un vistazo al lugar de la mesa, donde me encontraba.

Seguí sus ojos confundido y descubrí el motivo por el cual, me observaba de esa manera, pues mis puños estaban cerrados empuñando la tela de las servilletas. Reí nervioso.

-Estoy bien.

-Si tú lo dices...

-Chicos, chicos, chicos, chicos, chicos -René mareado se inclinó hacía adelante -Es mi turno de decirles algo muy, muy, muy, muy, muy importante.

-El disco está dañado, no deja de reproducir la misma palabra. Cambienlo- dijo Odd, quien tenía la cara contra la mesa.

-Ji, ji, ji. Mira, mira las maripositas -Pol señaló el techo del lugar, donde claramente no habían mariposas.

-Chicos, me voy a casar -dijo René.

-Okey, ya está empezando a calumniar, debe ir a casa ahora -dijo Dylan mientras lo tomaba del brazo.

-No, no, no, no, no. Me voy a casar, ya Cristine aceptó y también, también, también, también...

-¡¿También qué?! -exigió Dylan.

-Golpeenlo, así se destraba -Odd levantó su dedo índice.

-También, tendremos un bebé.

Escupí mi trago en el rostro de Pol, quien había posado su mínima atención en René. Me observó con el ceño fruncido y luego sonrió mientras no paraba de decir la palabra: "Bebé".

-¡¿Tendrás un bebé?!

-¡¿Cómo que un bebé?!

Dylan y yo nos alarmamos. Quizás los demás también lo hubieran hecho, éso sí se encontraban en sus cinco sentidos, cosa que no era posible, al menos no por ahora.

-Los bebés son lindos -interrumpió Odd.

-Tú pareces un bebé -Pol le acarició el cabello.

-Bien. ¿Sabes qué? Mejor hablemos de esto cuando todos estén en buenas condiciones -propuso Dylan.

-¡Jordan será mi padrino de bodas!

-¡Oh, sí! ¡Definitivamente hay que hablarlo cuando esté sobrio!

Dylan se levantó y ayudó a René a levantarse para subirlo al auto. Yo por mi parte, tomé el último trago que había pedido y pagué nuestra cuenta, tomé a los dos que quedaban en la mesa y caminé con ellos hasta la salida.

-Tú no eres un bebé -Pol me miró disgustado- No tienes la cara suave.

-Pero la colita sí -Odd me apretujó un glúteo.

-¡Eh, eh! ¡Que se ponen muy cariñosos! ¡Ayuda, ayuda! -le grité a Dylan y éste vino en mi rescate.

-Odd, niño malo. Sabes que no tienes que agarrar colitas que no sea la tuya -le dió un manotazo en la mano.

-Perdón, bebé.

Reí, asegurandole que no pasaba nada.

-¿Y bien? ¿A quién me toca llevar?

-A nadie, yo los llevaré todos.

-¿Qué? Dylan, puedo llevar a alguno, no tengo problema.

-Hermano, dijiste que estabas cansado y creo que necesitas ir a la cama. Ve, estarán bien, los dejaré en sus respectivos hogares y luego iré a dar una vuelta -me guiño un ojo.

-Sólo te deshaces de mí. Vale, lo entiendo -coloqué una mano en mi corazón "herido".

-Nuestra amistad es muy importante para mí, Jordan. Pero hay prioridades y una de esas, es atender mis deseos carnales.

-Y no me apetece saber de tus deseos carnales, hermano.

Ambos reímos y nos dirigimos a su auto. Subió a Odd del lado derecho en el asiento de atrás y yo hice lo mismo con Pol, pero del lado izquierdo. Dejando así a René en medio de ambos.

-¿Seguro que no es problema?

-No te preocupes, no pasa nada -sonrió.

-Hablaba de si, Odd no se aprovechará de René.

-No importa, que hagan un trío.

-Si te descuidas, será un cuarteto.

-Entonces que Dios me bendiga, hermano.

Reímos y extendió su mano, la cual no dudé en tomar para luego darnos un pequeño abrazo.

-Cuídate, hermano.

-También tú.

-Y suerte, con lo que sea que debas hacer después de llevar a esos tres -los señalé, mientras me alejaba.

-Y suerte para ti, en lo que sea que te tenga así.

Intenté esbozar una media sonrisa, pero terminó siendo una mueca. Caminé hasta mi auto y subí en él, revisé la hora y aún era temprano, en casa seguían despiertos.

Y lo confirmé, apenas llegué. No fue hasta cruzar la puerta que escuché una pequeña y reñida discusión. Entre nada más y nada menos que, mamá y Jossy.

-¡Mamá! ¡Yo no quería hacer esto! ¡Tú te ofreciste! -se quejó la pequeña.

-Sino participas en estas cosas, cuando seas grande te sentirás mal por ello. Ya verás.

-¡Yo no me aprenderé eso!

-Sí lo harás. Actuaras en la obra de teatro, - la reprendió - además, ya el vestido está casi listo. No puedes arrepentirte ahora.

-¡Me he arrepentido desde que aceptaste!

Uhh, cada vez se ponía más tensa la cosa. Los gritos eran provenientes del cuarto de costura de mamá, el cual quedaba por un pasillo al fondo en la planta baja.

Seguí el camino del pasillo, hasta llegar a la puerta, donde toqué un par de veces hasta escuchar la voz de mamá al otro lado, permitiendome la entrada.

-No hay nada mejor, que llegar del trabajo y escuchar ambas melódicas voces, resonando por todo el piso. Es decir, la mejor bienvenida.

-Lo siento, hijo. Alguien... -le lanzó una mirada asesina a Jossy- está de mal humor.

-¿Esta pequeñuela? ¿De mal humor? Eso es nuevo.

Me agache a la altura de Jossy, que llevaba sus brazos cruzados y el ceño fruncido.

-Mamá quiere obligarme a actuar en la obra de la escuela. Seré una estúpida luna.

-Eh, eh. Jovencita, el vocabulario.

-¿Con qué estúpida luna, eh? No estoy de acuerdo contigo -le di la espalda.

-¿Qué? ¿Por qué? Ella no es importante.

-¿Qué no lo es? Pffft, no sabes nada. ¡Por supuesto que lo es!

-¿Por qué lo es? -quiso saber.

-¿Mamá? ¿Te la puedo robar por algunos instantes? -mamá asintió.

Le hice un ademán a Jossy con la mano, invitándola a seguirme afuera. Ella rodó los ojos y luego de soltar todo el aire, se levantó y me siguió.

Salimos del cuarto de costura, dejando a mamá ocupada con lo que restaba por hacer en el vestido de Jossy; Por otro lado, nos dirigí al patio trasero de mi hogar.

Gracias al cielo, esta vez las mascotas de papá dormían tranquilas en sus respectivas casas. Me volví a Jossy y le pedí que no hiciera ruido, para evitar despertarlas.

Pasamos al lado de la piscina en puntillas, ya que a su lado yacían Maze y Coco dormidas. Nos adelantamos y decidimos sentarnos en una especie de silla columpio con techo, que teníamos en el patio, la cual solía ser usada en su mayoría por papá y mamá.

-¿Haz escuchado la historia de la luna? -Jossy me observó.

-Que es un satélite, que lleva más de un montón de años existiendo y...

Reí, debido a la expresión que usó.

-No, no. Hablo de la verdadera historia -Jossy frunció el ceño confundida.

-Pero eso es lo que me han dicho, que es un satélite.

-Jossy, Jossy -ella volvió a verme- Te estás basando en lo que dicen los demás y es bueno que tú misma, tengas pensamientos.

-¿A qué te refieres con eso?

-A que tú puedes elegir en lo que crees. Nadie puede decirte cómo son las cosas en realidad, sólo tú misma -seguía sin entender- A ver, supongamos que yo te digo que debajo del agua de la piscina, vive un cocodrilo. ¿Tú qué dices?

-Que es mentira.

-¿Por qué?

Jossy me observó con perplejidad, debido a mi pregunta. E intentó levantarse para ir a revisar la piscina, sin embargo, la detuve.

》-Eh, sin trampas. Esto se trata de lo que tú crees, Jossy. -coloqué mi mano sobre la suya- Te he dicho que hay un cocodrilo debajo del agua y no los haz dudado, simplemente ibas a revisar, aún sabiendo que no lo hay. Confías en mí y en el resto de los demás, pero primero tienes que confiar en ti misma.

-¿Y esto qué tiene ver con la luna?

-Que cuando te pregunté sobre la historia de la luna, me diste la respuesta que otra persona pudo haberme dado, pero no respondiste con lo que en realidad tú crees -pareció entender- Ahora bien, tú crees que la luna es estúpida, ¿no es cierto?

-No, no creo que sea estúpida. De hecho, estuve investigando sobre ella mucho, me gusta mucho la luna, no lo sé -rascó su cuello.

-¿Y qué investigaste de ella?

-Muchas cosas, cómo quién fue el primero en llegar a ella, cómo se puede llegar a ella o porqué sólo sale en la noche. Y creo que tengo la respuesta, una leyenda antigua, habla que los antepasados y creo que Dioses, de una tribu, hicieron un cierto ritual para darle luz al planeta, en ése ritual dos de los hombres entraron al fuego y ardieron en el. Finalmente, en el cielo aparecieron ambos juntos, al ritual le añadieron algo más para separarlos porque estaban muy cerca y así fue como crearon la noche y el día, la luna y el sol.

-Y crees en ello -afirmé.

-Sí -lo dijo sin pensar. Luego abrió la boca sorprendida, entendiendo- ¡Ohh! Eso querías decir.

-Así es -asentí- Creo que por eso, te molesta tanto. En tu obra de teatro tienes que hablar de algo en lo que no crees. ¿Qué tal si mejor hablas de lo que tú crees?

-Pero, para los adultos eso no es real.

-Y no tiene que serlo, sólo tiene que ser real para ti -tomé su barbilla- Eres un niña, no necesitas saber el origen verdadero de las cosas, sino el que le das tú misma. Cree en lo que quieras, pequeña, pero antes que nada, cree en ti misma.

Jossy sonrió y luego me abrazó.

-Gracias, Jordan.

-No hay de que, pequeña. -dejé un beso en su frente- Ahora entremos, no queremos que pesques un resfriado, eh.

Ambos nos levantamos, tomé su mano y nos dirigimos nuevamente al cuarto de costura, pero antes de entrar Jossy me detuvo.

-No le digas a mamá de mis planes, sólo di que todo está bien -asentí -¿Pinky promise?

Me ofreció su dedito meñique, y enlacé el mío sin dudar.

-Pinky promise.

Entramos y mamá se volvió a vernos.

-¿Ya se le pasó la rabieta?

-Sí, ya todo está bien -le guiñé un ojo a Jossy, y ella sonrió.

-Bien, pruebate la luna, por favor.

Jossy se dirigió a una mesa y tomó una luna hecha de cartón, se la colocó en la cara y le quedaba perfectamente.

-¿Te molesta?

-No.

-Intenta hablar bastante, haz caras.

-¿Por qué tengo que usar disfraz? No quiero usar disfraz.

Mamá me observó.

-Dijiste que ya se le había pasado -me encogí de hombros y ella suspiró- Como sea, tienes que usar disfraz, Jossy.

-¿Y por qué necesita un disfraz? -me acerqué y tomé a Jossy en brazos, mientras la alzaba por los aires- Ella ya es la luna que ilumina mis noches.

Jossy rió a carcajadas y mamá negó repetidas veces.

-Jordan, deja de apoyar las locas ideas de tu hermana.

-Sean cuerdas o no, siempre apoyaré las ideas de mi hermana.

-¿Qué tal si vas a mañana a la obra de teatro en mi escuela? -propuso Jossy.

-Bueno... Creo que mejor, no todas sus ideas -reímos.

-Tienes que venir -suplicó- Si vienes, me pondré el disfraz.

-Y si no vienes, también se lo pondrá -mamá sonrió angelicalmente.

-Oh no, no me lo pondré.

-Oh sí, sí te lo pondrás.

-Oh no, no creo que se lo ponga, créeme -interrumpí. -Está bien, iré. No tengo nada importante que hacer en la empresa, mañana.

-¿Seguro, Jordan? Tu padre...

-Si él no tiene tiempo para sus hijos, no quiere decir que yo no lo tenga para mis hermanos.

-¡Yeii! ¡Irás a mis escuela!

Jossy me abrazó y mamá compartió miradas conmigo. Hice un movimiento con mi cabeza y ella se limitó a negar. Finalmente, baje a Jossy.

-Bueno, estoy algo cansado. Así que, subiré a mi habitación.

-Adiositooo. -dijo Jossy agitando su mano.

-Descansa, hijo.

Subí a mi habitación, lo suficientemente agotado como para lanzarme de cabeza en la cama y no despertar por una semana.

Cuando estuve frente a la puerta, justo a punto de girar el pomo y dar un paso dentro de lo que veía como mi salvación o mi compensación por un gran día de mierda.

La algo aguda voz de alguien detrás de mí, me detuvo. Giré sobre mis talones, dándole mi entera atención a Jayden, que se asomaba desde su habitación.

-¿Sucede algo, Jay?

-Quería saber si... -jugueteó con sus dedos- ¿Podrías ayudarme en una clase? Es que tengo el exámen final en la siguiente semana y papá me mataría si no apruebo, y luego eso significaría que tendría que repetir el año y eso sería mucho peor, porque...

¡Pero que poder para hablar rápido! Apenas y pude seguirle el paso, hasta medio discurso.

Me acerqué hasta su lugar, mientras frotaba sus brazos, en un intento por ayudarla a qué se relajase.

-Jayden, Jayden, Jayden. -repetí- Calma, te ayudaré. Mañana regresaré temprano y no te preocupes. ¿Está bien?

Ella asintió y le regalé una dulce sonrisa.

» -Ahora, ve a descansar -dejé un beso en su coronilla.

-Descansa, Jo.

Está vez regresé a mi habitación, cerré la puerta con pestillo y apoyé mi espalda en esta. Y ahí, me dejé caer.

Y no sólo en el sentido literal, estaba agotado.

Porque aunque mantuviera la esperanza, también era conciente de toda la mierda que se venía y en la que estaba metido.

Y pasaba a ser, lo mismo en lo que convirtieron a mis hermanos.

Unos títeres que fingían. Fingían que todo estaba bien, mientras nuestra familia y todo lo que la involucra, se cae a pedazos.

Pasé la mano por mi cabello frustrado, estresado y cansado. Mire al techo, intentando decidir que haría, cuál sería mi plan.

Porque esto, era mucho peor de lo que había imaginado.

• • • • •

De vuelta una vez más en la oficina. Hoy había despertado con la mente más clara, tenía en mente justo lo que haría.

Antes de dormir, había trazado un plan y me aseguré de ocultar bien, toda la información que de a poco, iba recolectando. Sin embargo, el camino era largo y aún me faltaban muchas más cosas que saber.

Aprovecharía mi estadía y el cargo en la empresa para enterarme de ésas cosas.

-Buenos días -saludé a todo mi equipo.

Me sorprendió ver la forma en la que actuaban hoy, al parecer el pequeño discurso y la dinámica que había empleado ayer, rindió frutos.

Algunos bromeaban, otros iban de un lado a otro con papeles y el resto estaban en sus computadoras o en la cafetería que ya no me pertenecía.

Y no, no era caos. Era libertad.

La gran mayoría correspondieron mis buenos días, con ánimo, respeto y confianza. Por fin, algo estaba como siempre debió haber estado.

Sonreí para mí mismo. Porque sí, ellos no lo sabían y tampoco lo notaban, pero ése gramo de confianza que habían depositado en mí, me motivaba.

Me motivaba y me demostraba, que podía lograrlo. Podía cambiar todo para bien, podía ganarme el respeto y la confianza de muchas personas y podía transformar la empresa en lo que debió haber sido siempre.

Las empresas, compañías e industrias, se pueden definir como una especie de familia profesional. Es decir, hay convivencia diaria, respeto mutuo, intercambio de ideas e intereses. Y es la misma organización, un padre que debería ser el líder y todos los empleados, sus hijos.

Entonces, si podía mantener el resto de la empresa como mi equipo de trabajo. Podía salvar a mi familia, también.

Era cuestión de persistencia, de no rendirse y de no fallar. Y si fallaba, volverlo a intentar.

-Buenos días, señor Jordan -apareció Natalie a uno de mis costados.

-Señor, el señor Royal llamó y pidió que apenas llegará le regresará la llamada. -asentí, mientras seguíamos caminando a mi oficina- Dylan llamó y le dejó un mensaje, el resto de las demás llamadas fueron inofensivas, excepto por una, señor.

Me detuve y ellos también lo hicieron, dirigí mi atención a Jeremy, le miré con el ceño fruncido.

-¿De quién se trata?

-Es la señorita Penny Richardson.

Levanté las cejas entendiendo. Asentí y abrí la puerta de mi oficina, dónde ambos me siguieron.

-¿Y...? ¿Qué quería?

-Dijo que: "De modo que poco le importó revisar el proyecto, se presentará al mediodía en su oficina, para que ambos lo revisen y si llegase a ser el remoto caso de que lo haya revisado, espera obtener una respuesta concreta de su parte. No quiere perder el tiempo".

Natalie imitó su voz con gracia, a medida que hablaba y finalizó rodando los ojos. Cosa que me hizo sonreír.

-Ahora señor, dígame qué ya revisó ése proyecto -preguntó Jeremy.

-Ya lo hice, Jeremy.

-¿Y? Cuente el chisme. ¿Lo va a aceptar o no? -se cruzó de piernas y colocó sus manos sobre éstas.

-Lo sabrán si acepto o no.

-Espere -interrumpió Natalie- ¿Es posible que lo rechace?

Asentí.

»-Pero, los Richardson... Ellos son grandes inversionistas y su padre es muy buen amigo del señor Grayson.

-¿Y eso quiere decir qué...? -ojeé una revista sobre mi escritorio.

-Que si no lo acepta se romperán lazos y su padre, pues... Pues...

-¡Lo asesinará! -completó Jeremy.

-Natalie, mis decisiones en la empresa se basan en el futuro y lo mejor para la empresa, no en lo que sea mejor para mí padre y mucho menos, en mantener sus lazos.

-Uhh. ¡Que rudo! ¡Me encanta, Jordan! -señaló Jeremy y Natalie lo codeó- Perdón, perdón, señor Jordan.

Corrigió algo apenado, hice un ademán con mi mano restándole importancia.

-Por favor, notifiquenle a la señorita Richardson que no hay nada que revisar y que por favor, se límite a gastar su valioso tiempo en realizar una visita que no tiene ningún sentido.

-¿Tal cuál? -cuestionó Jeremy bocabierto.

-Tal cuál.

-¡Diosss! -alargó la "s"- ¡Lo amo, señor Jordan! ¡Lo amo! -gritaba, mientras Natalie lo empujaba.

-Cierra la boca -dijo entre dientes- Si nos disculpa, señor Jordan.

-Adelante -reí.

Y entre empujones y reprimendas de parte de Natalie, se marcharon de mi oficina. Me alegraba que ahora se mostrarán tal cuál eran sus personalidades.

De hecho, me alegraba que todos lo hicieran.

Salí de mis pensamientos, recordando que debía llamar a papá y así lo hice.

-¿Qué pasa? -pregunté apenas descolgó.

-Tengo la rueda de prensa, sería para esta...

-No puedo.

-¿Qué? -me limité a guardar silencio-¡¿Entonces para qué carajos me haces organizar una rueda de prensa si no vas a estar en ella?! ¡Tengo mejores cosas que hacer, Jordan! ¿Crees que puedo estar todo el día perdiendo el tiempo contigo y con tus putos caprichos? Irás a la rueda de prensa, me importa un bledo lo que sea que tengas que hacer.

-No, no iré, papá. Ya te lo dije.

-Jordan... Irás.

-¿Sabes qué? Coordina la fecha nuevamente para el día de la fiesta, creo que será mejor.

Me mantuve relajado, cosa que cabreó aún más a papá.

-¡Por un demonio, Jordan! ¡No puedes hacer este tipo de desplantes con los medios! Perjudica a nuestra imágen.

-¿Nuestra imágen, papá? ¿O la tuya? ¿Te das cuenta que eres el único que se preocupa por ésas mierdas? Si tan importante es recibir una entrevista de Jake Royal, entonces ve y hazlo, yo no iré.

-Claro, como siempre soy yo quién se debe encargar de mantener una imágen intachable, lo haré. Pero a partir de ahora, serán ustedes mismos quiénes se encarguen de su reputación y a mí no me van a estar jodiendo.

-Ajá.

-Y la próxima que se te ocurra la "fantástica" idea de organizar una rueda de prensa, hazlo tú mismo y con tus propios contactos.

-Lo haré, gracias por el consejo.

-¡No me jodas, Jordan! Deja de tomarte las cosas como un juego, pensé que eras mejor que esto. Madura.

Oh no, eso sí que no. Por supuesto que no quiso decir eso.

-¿Yo? ¿Madurar? Papá, soy yo quién tiene que apoyar a nuestra familia como si fuera "el hombre de la casa", no soy padre y sin embargo, tengo que apoyar a mis hermanos como si lo fuera -reclamé molesto- Déjate de ésas mierdas conmigo, quieres.

Papá guardó silencio desde el otro lado de la línea.

»-Me atrevería a apostar que ni siquiera estás en casa y tampoco estás aquí en la oficina, sabrá Dios dónde andas metido. -escupí- Dime, ¿Sabes algo de tus hijos? ¿Sabes que Jossy tiene una presentación hoy y debo ir yo, porque sucede que a su papá le importa una mierda lo que haga o no? ¿Sabes que Jayden tiene un exámen final la próxima semana y tiene que estudiar, y que debo llegar temprano para ayudarle? ¿Sabes que Jamie aprendió a conducir autos y porque Cory, nuestro chófer, le enseñó? No, no sabes éso. Entonces, déjame en paz, porque tengo que arreglar toda la mierda que haz hecho.

Y colgué.

Tomé aire e intenté tranquilizarme, coloqué mi puño sobre el escritorio y cerré mis ojos con fuerza.

Tú puedes, Jordan. Tú puedes.

Me repetí. Abrí mis ojos y me sentí más calmado, podía ser una persona muy pasiva y tranquila, pero definitivamente si tenía un punto débil, era mi familia.

Me dispuse a revisar un par de documentos marcados que tenía sobre mi escritorio, en la esquina de cada hoja explicaba los cambios y el sentido de cada uno. Cosas sencillas, nada del otro mundo.

Pasé -según mis cálculos- un par de horas sentado y sumamente concentrado en cada documento que leía, realizando las debidas correcciones y aprobando los correctos.

Pero cierto alboroto fuera de mi oficina llamó mi atención, algunos gritos se escuchaban afuera y mientras forzaba a mi oído a escuchar atentamente, era más difícil, pues poco se entendía. Sin embargo, logré identificar una de las voces, era Natalie y discutía con otra voz femenina.

Cuando tuve la intención de levantarme de mi asiento para intentar poner fin a la contienda, la puerta de mi oficina fue abierta abruptamente, dejando entrar a la hija de Grayson repiqueteando sus tacones a medida que daba un paso y se acercaba a mi lugar, no sólo con rapidez, sino con clara molestia en su rostro.

Okey...

-Señorita Richardson, le dije que no puede entrar de esa forma, además el señor Royal avisó que no la aten...

Levanté mi mano callando a Natalie en el acto.

-Está bien, Natalie. Puedes regresar a tu puesto, yo me encargaré.

Natalie me observó con cautela y yo asentí, demostrándole que todo estaba bien.

-Permiso -dijo antes de cerrar la puerta.

-Ahora, señor Jordan Royal, ¿Podría informarme la razón por la cuál no puede aceptar mi proyecto? -se cruzó de brazos.

-¿Su proyecto? Creí que era de su empresa -dije dándole la espalda mientras servía un trago- ¿Algo para tomar?

-Champagne, gracias -tomó asiento- Está bajo el nombre de la empresa, pero lo dirijo yo.

-Y yo dirijo las decisiones más fortuitas para esta empresa.

Le ofrecí la copa y ésta la aceptó, dándole un sorbo, mientras yo saboreaba mi whisky.

-¿Entonces qué? ¿No es fortuito hacer negocios entre los Royal y los Richardson?

-Nunca dije eso.

Se levantó de su silla y rodeó el escritorio, acercándose peligrosamente hasta mí. Posó una de sus manos sobre mi pecho, mientrasa subió acariciándome. Me observó con una mirada coqueta, a través de sus lentes.

-¿Sabe qué? Mejor sólo dígame qué quiere, qué necesita para aceptar mi proyecto -habló con voz suave, arrastrando la lengua y con una lentitud increíble.

Levanté mis cejas asombrado, dejéi trago sobre el escritorio y posteriormente, coloqué ambas manos sobre sus brazos y la alejé de mí.

-Lamento informarle, señorita Richardson, que esos trucos no funcionan conmigo. Así que le pido de la manera más cordial, por favor, que se retire de mi oficina, -señalé la salida- no pretendo faltarle el respeto y mucho menos, aceptaría que usted lo hiciera conmigo.

-Bien -de golpe, se tomó todo el contenido de su copa- Pero al menos, dígame el motivo.

-¿El motivo de qué? Perdone.

-De haber rechazado mi proyecto.

-¿Y quién dice que rechacé su proyecto? -dije mirando mi reloj.

-¿Y por qué no quería verme, entonces? ¿Por qué no quería que perdiera mi tiempo?

-Porque no estoy disponible -recogí y organicé mis cosas.

-Pues yo lo veo aquí -se cruzó de brazos.

-Sí, pero no debería estar aquí, usted me ha retrasado.

-Perdone por tomar su valioso tiempo para exigirle una explicación al niño de papi, con aires de qué puede gobernar el mundo entero -ironizó.

Había finalizado de recoger todo y estaba dispuesto a dirigirme fuera de mi oficina, después de su comportamiento grosero poco me importaba si la dejaba hablando sola. Sin embargo, me dirigí hasta su lugar, logrando que se pusiera de pie una vez más, quedando así frente a frente.

-Señorita Richardson, si es eso lo que piensa de mí, entonces le pido encarecidamente que no me tome en cuenta para su proyecto, no quiero que se vea afectada por el hecho de ser un "niño de papi" -antes de dar un paso más, me detuve y me volví a ella.

»- Y no me lo pidió, pero le aconsejo que en sus próximos negocios, no intenté... ¿Cómo decirlo sin que suene irrespetuoso? Usar sus truquitos para que algún hombre con poder sucumba ante sus deseos. Y no, no me malentienda, no soy un hombre con poder, supongo que por eso no funcionó conmigo o quizás fue por algo más. Que tenga buen día.

Y ahí la dejé, bocabierta en medio de mi oficina, me dirigí fuera de esta y le avisé a Natalie que ya no estaría disponible hasta el siguiente día. Finalmente, regresé a mi auto y me puse en marcha de inmediato, dirigiendome a la escuela de Jossy, pues ya iba tarde.

Apenas llegué, entré corriendo al lugar, encontré el teatro y corrí hacía el. Abrí las puertas con cuidado y visualice dónde se encontraba mamá, pues varias personas se habían girado a verme, alguien levantó su mano entre la multitud y rápidamente reconocí a mamá.

Me dirigí hasta el lugar y para mí sorpresa, no se encontraba sola. Sí, ahí estaba papá a su lado.

• • • • •

Mira, es que no puede decirme que los tengo abandonados, estoy intentando estar más activa y por eso, quiero traerles más capítulos seguidos. Actualmente tengo más disponibilidad tecnológica (si me entienden:P) así que, estaré de nuevo por aquí. Casi no me tardo, lo juro.

Si tienen alguna duda, pueden dejarme la en los comentarios (o aquí). Ojo sin spoilers.

Y qué opinan de todo, los leo. No sé olviden de comentar y darle una estrellita.

Cuidense, los amo y muchos besos en la cola<33. Siganme en mis redes como:

~Jai.

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