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• C A P I T U L O O C H O •

"Felices"

Hace tres días atrás había ocurrido la discusión entre la mayoría de nosotros.

Y aunque a la mañana siguiente de esa noche las cosas en casa estuvieron tensas –por mí y mis hermanos– cuando todos regresamos de la escuela, preparatoria y el trabajo, parecía que nada hubiera pasado.

Papá se había mantenido más bromista y pasaba más tiempo en casa, por lo que no tenía el ojo tan encima de él.

Claro que eso no quería decir que todo ya estuviera bien.

Sin embargo, hoy era un día muy especial e importante y de verdad, esperaba y quería que nadie las cagara.

Ni siquiera Jamie, aunque esa fuera su especialidad.

Hoy había decidido quedarme todo el día en casa, eso explicaba mucho que siguiera en pijamas a eso de las 7:46 de la mañana. Miré mi reflejo en el espejo y me gustó lo que veía, era lindo verme tan casual, en pijamas y con el cabello despeinado.

Me veía despreocupado... Caí en cuenta y arrugue la cara.

¡No, no, no! No quería parecerme a Jamie. ¡Dios, no!

No me malinterpreten, pero cada uno era muy distinto al otro y creo que todos estábamos bien con eso. De hecho, estaba muy seguro de que Jamie odiaria la idea de que nos parecíamos.

No obstante, sí pude hacerme la idea de un Jordan despreocupado sin parecerse en nada a Jamie, lo cual me hizo sonreír.

Me ví interrumpido debido al ruido en el pasillo fuera de mi habitación, dónde se suponían quedaban el resto de habitaciones de mis hermanos.

Tomé los lentes de sol rojos gigantescos que tenía sobre mi cómoda junto a un matasuegras, el cuál coloqué entre mis labios y apresuradamente me asomé en mi puerta.

Soplé, logrando que apenas hiciera un pequeño chirrido y el papel se cayera, debido a la poca fuerza que usé al darme cuenta que no era quién esperaba.

  También asomado en su puerta, estaba Jamie con una peluca, nariz y boca roja auténtica de un payaso y en su mano llevaba varios globos.

Pestañeé observandolo con una mueca incómoda.

—¿Pero qué demonios traes puesto?

—¡Buaj! ¿No podías esforzarte por ser original, Jordan? Al menos intenté innovar y ser un payaso.

—No hace falta que te disfrazaras para saber que lo eres —Jamie me enseñó su dedo corazón— ¿Si sabes que a Jayden le dan miedo los payasos, no?

—Exactamente por eso.

—Eres un inmaduro.

Dije negando con la cabeza y cuando pensaba replicar, Jamie se vió interrumpido debido a un pequeño grito.

—¡SOR...!

—¡¡Shhhhh!! —dijimos ambos al unísono.

Jossy apareció desde su habitación con un gorrito de cumpleaños sobre su cabeza y un cañón de confeti en manos, el cuál había estado a punto de hacer estallar sino hubiera sido por mí y Jamie.

—¡Oh! Eran ustedes —escondió el cañón detrás de su espalda— Je, je. No pasa nada.

—¿Era eso un...? —levanté mi mano en dirección a Jamie.

—Mejor no preguntes.

—¿Por qué estás vestido de payaso? —Jossy también lo miró con la cara arrugada.

—Mejor tú tampoco preguntes sobre eso.

Terminé saliendo por completo de mi habitación para dirigirme a la cocina, mientras los otros dos me seguían.

—Lo decía porque no era necesario el disfraz —reí por su comentario.

—¡Venga ya! ¿Es que todos creen eso? — Jamie levantó las manos al cielo frustrado.

—No. Es que todos lo sabemos.

Jamie le regaló una mirada asesina a la pequeña, y yo sólo no podía dejar de reír.

—A ver qué tienes ahí, enana.

—¡Eh, eh! —lo manoteó— Vista al frente, chismosillo.

Jamie le hizo caso y luego giró a verme.

—¡Que mandona que es! Dime qué no le estoy haciendo caso a una niña de 6 años, por favor.

Coloqué una de mis manos sobre su hombro.

—Tienes razón, mejor vive en la mentira, hermano.

Al entrar en la cocina, el lugar estaba decorada muy bonito. Varias guirnaldas de papel colgadas por casi todo el lugar, un par de globos regados por el suelo, el mármol de la cocina y la mesa del comedor. Sosteniéndose del techo, había un cartel que decía en grande "Feliz Cumpleaños Jayden". Algunas serpentinas por el resto del lugar y demás decoraciones de cumpleaños.

¿Lo peor? Bueno, para nosotros tres. Era que todo iba combinado de colores rosa pastel, rosa viejo y dorado.

Los tres nos miramos las caras. Jamie iba en su mayoría de rojo y blanco, Jossy de azul y verde, y yo de negro y amarillo. Aunque no estábamos fuera de contexto, nos sentíamos muy fuera de contexto.

—¡Ahí están, niños! —apareció mamá con una pequeña caja con flores rosas.

—Eh... ¿Por qué no nos dijiste nada de ésto? —Jamie señaló el lugar.

—Creí que todos le tenían una sorpresa a Jayden.

—Así es, pero al menos pudimos ponernos de acuerdo para ir todos de un sólo color.

—El color favorito de Jayden es el rosa—mamá pareció caer en cuenta de como íbamos cada uno— ¡Pero no están mal!

Dijo con una voz demasiado fingida.

—¡Nooooo! Claro que no, para nadaa —solté sarcásticamente.

—A ver, Jordan es una abejita, eso me recuerda a qué a Jayden le gusta mucho la película de la abeja que salva el mundo —pude escuchar la risa baja de Jamie.

—Bee Movie, mamá —sostuve el puente de mi nariz.

—¡Esa! Bueno... Jossy es... —la pequeña la miraba con ilusión— Pues... Pareces un pitufo lleno de vómito ¡Sin ofender, cariño!

Jossy la miró mal y en su espalda ví como sostenía el cañón con más fuerza, algo que me hizo esplayar los ojos alarmado. Comencé a hacerle señas a mamá de que lo cortará, con una mano en mi cuello.

»Ehm... Bueno sí, cariño. También, podrías ser... ¡Burbuja y Bellota! ¡Las chicas superpoderosas! Jamie fácilmente puede ser Bombón.

—¡Eh! —reclamó el moreno.

—O también ¡Sullivan y Mike! Y a Jayden también le gusta Mani a la obra, también te sirve.

Jossy aflojó el agarré del cañón y le hice una seña con mi pulgar a mamá.

—Y tú, Jamie. ¿Por qué eres un payaso? Tú hermana los odia.

—Lo sé, precisamente por eso... —mamá lo miró mal— ¡No lo soy! ¡Dios, no! Por supuesto que no.

—¿Ah sí? ¿Y entonces que eres?

—¿Un pastel de Red Velvet? —mamá levantó una de sus cejas— ¿Turbo–tástico?

Se cruzó de brazos y Jamie me miró en busca de ayuda. Rodé los ojos y disimulando hice con mis manos unas orejas sobre mi cabeza.

»Ehm... ¿Orejas? —dijo confundido y quise abofetearlo.

—¿Orejas? —repitió mamá.

—¡Sí! ¡Orejas, mamá! ¡Tenemos orejas, qué alegría! —imitó la voz de Mickey Mouse.

—¿Y por qué tú nariz es roja?

—Porque no encontré la negra —mamá rodó los ojos.

—¡Ven! Cada uno simula algo que le gusta a Jayden.

—Sí mamá, finjamos que esto no parece la reunión de los Power Rangers —dijo Jossy tomando soda.

—¡Buena esa! —la apoyó Jamie.

—Como sea, iré por el pastel al auto.

Cuando mamá había desaparecido del lugar, dirigí mi atención a Jamie que comía algunas gomitas de un tazón a mi lado.

—No, pero en serio. ¿Por qué rojo y blanco? Podías haberte disfrazado de cualquier otro color.

—¿No es obvio? Pennywise, duh. El payaso más terrorífico de todos y el que Jayden odia más que nada —asentí.

—¿Y la peluca roja?

—Por el cabello de Jayden —lo miré confundido— Ya sabes, su cabello sandía.

—Jayden no tiene el cabello rojo, Mimi.

—¿Ah no?

Le acesté un manotazo por el cogote, que lo hizo sobarse.

—Claro que no. Y si en dado caso quieres compararla con un alimento, sería mejor una zanahoria.

—¿Jayden tiene el cabello naranja? —me miró confundido.

—¡Sí! Bueno, no. Pero técnicamente sí, es pelirroja y ya.

—¡Igual que tú!

—¡No! Mi cabello es más oscuro. Es como una mezcla del color de papá y el de mamá, el mío sería más un caoba rojizo y el de Jayden un pellirojo cobrizo.

—Ósea, tú eres la sandía y ella la zanahoria —lo miré mal— ¿Sabes qué? Yo me entiendo.

—Eso sigue sin explicar tu cabello rojo.

—Lo sé.

Largó un suspiro mientras negaba con la cabeza y se iba a otro lugar de la cocina. Lo observé descolocado y luego volví mi vista a la torre de donas de la que me apresuré a tomar una, pero me detuve al ver a Jossy del otro lado de la mesa analizandome mientras bebía soda de una pajita.

—¿De verdad estaban discutiendo por sus colores de cabello?

—Eso parece —me apoyé en la mesa— ¿Ése no es tu segundo tercer vaso de soda? ¿No es muy temprano para tanta?

—Lo sé.

Se limitó a decir, antes de imitar la acción de Jamie y marcharse también a otro punto de la cocina.

Mis hermanos estaban raros hoy. De hecho, más raros de la cuenta.

Estaba terminando con mi dona, cuando escuché pasos en la escalera, gracias al silencio que se había instalado en la cocina. Dejé de masticar y me giré lentamente a ver a los otros dos, que estaban igual de congelados que yo. Jamie con la boca llena de gomitas y Jossy con el trago de soda a media pajita.

—¡Muevanse! —dije con la boca aún llena.

Terminé de tragar mientras me colocaba mis lentes apresuradamente y buscaba la matasuegras en mis bolsillos sin poder hallarla. Jamie corría con la boca llena de gomitas en busca de sus globos que los había dejado a un lado. Y Jossy por los nervios había dejado caer el cañón a un lado de la puerta por dónde se suponía entraría Jayden.

Jamie y yo frente a la puerta terminamos de arreglarnos, él su peluca y nariz, y yo apenas coloqué la matasuegras en mis labios, cuando Jayden comenzaba a abrir la puerta.

Apenas levantó la vista, cuando Jossy se deslizó por el suelo y activó el cañón de confeti frente a nosotros tres, mientras ella permanecía en el suelo acostada posando, hice sonar el tubo de papel y Jamie pinchó un globo. Jayden se sobresaltó y soltó un grito, levantando la vista a medida que el confeti caía.

—¡Sorpresa! —gritamos al unísono.

—¡Sí, sorpresa! —se unió mamá detrás de nosotros sosteniendo el pastel.

Jayden rio viéndonos a los tres.

—¿Pero qué es todo esto? —dijo con una sonrisa.

—¡Tu cumpleaños! ¡¡Sii!! —Jossy se levantó y colocó una corona de cartón sobre su cabeza— ¡Te quiero mucho, Jay-Jay! —le dió un abrazo.

—¡Felicidades, niña bonita! —también la estreché en mis brazos.

—¡Feliz cumpleaños, Sirenita! —Jayden rodó los ojos, mientras Jamie la despeinaba para luego abrazarla.

—Gracias a los tres... ¿Tortugas ninja? —nos señaló.

—¡Claro, sí!

—Por supuesto.

—Esas mismas somos.

—¡Genial! Si hubiera sabido, me vestía de morado. Y seríamos las cuatro tortugas ninja, listas para la acción ¡Haiyah!

Lanzó una patada de gruya. Algo que nos hizo reír a todos y es que no era tan común ver ésta versión de Jayden, solía ser muy correcta y... Rígida.

Como una versión mini de papá, pero más dulce y educada. Y femenina, obviamente.

—¿Y tú por qué vas como un payaso? —se dirigió a Jamie.

—Pennywise, tu favorito —extendió ambos brazos a los lados.

—¿No era qué "la mouske herramienta misteriosa"? —interrumpió mamá.

—Shh, Evans, Shh. Estamos hablando los adolescentes de esta casa —señaló a Jayden y a él.

—¡Es cierto! ¡Ay, estás entrando a la pre-adolescencia! —mamá chilló acercándose a Jayden para tomarla de las mejillas— ¡Eres como un capullo que empieza a florecer! Tendrás tantos cambios y la pubertad...

—¡Iugh! ¡No, mamá! Nadie quiere hablar de eso, ahora —dijo Jossy con mueca de asco.

—Tú también vas a pasar por eso, Jossy.

—Eso no cambia que no quiera hablar de ello.

Todos reímos mientras mamá la miraba mal y negaba con la cabeza.

Mamá se acercó hasta el lugar de Jayden y dejó un muy bonito pastel blanco con detalles rosas. Jossy y yo compartimos miradas confundidas, pero optamos por guardar silencio.

Sin embargo, la imprudencia de Jamie no le permitió quedarse callado.

—Eh, mamá, pero era de chocolate —le di un pisotón debajo de la mesa —¡Au..! —lo miré mal— ¡Auuuh! Así está perfecto.

—No pasa nada, chicos. De hecho, éste regalo no es de parte de ninguno de nosotros.

—¿Ah no? ¿De quién es?

—¿Acaso la zanahoria tiene un admirador secreto? —Jamie se cruzó de brazos mientras encarnaba una ceja.

—¡¿QUÉ, QUÉ?! ¡¿TIENES NOVIO?! —Jossy abrió los ojos de par en par.

—Pero...

—No puedo, no. Me niego a aceptar que tenga novio. Mamá no tiene edad, mírala es una niña —me levanté de mi silla.

—Yo tampoco estoy de acuerdo... ¡Ni siquiera yo tengo novia!

—¡Shh! ¡Tú calla, Jamie! No haremos que ésto también se trate de ti —Jamie miró a la pequeña ofendido.

—¿Qué? Pero si yo no tengo novio, mamá —Jayden la observó ceñuda.

—¿Ah no? ¿Y entonces cómo explicas ésto?

Jamie se acercó y tomó la pequeña tarjeta que había al lado del pastel, la cuál leyó en voz alta.

»"¡Feliz Cumpleaños, cielo! Con amor, la tía Mary"... ¡Oh, bueno! ¡Pennywise, tienes una tía que te adora!

—Sí, y un trío de hermanos celopatas —mamá y Jayden rieron.

—¡Eh! En nuestra defensa, ella es mucho peor —objeté.

—Muy bien, muy bien. Ahora a cantar cumpleaños.

Todos nos reunimos alrededor de Jayden rodeándola de nuestras voces y aplausos, mientras cantabamos "Feliz Cumpleaños". La pelirroja pidió un deseo antes de soplar las velas y todos nos turneamos para acercarnos a darle un abrazo y felicitarla.

Partimos el pastel, el cuál irónicamente era de Red Velvet. Jamie y yo reímos por la coincidencia, pero nos atiborramos de él, ya que estaba delicioso.

En serio delicioso.

Todos comimos dos trozos de pastel cada uno y algo de soda, excepto por Jossy ella llevaba más litros de soda en su cuerpo, que vida.

Esa salida de hermanos, sería caótica con tanta azúcar corriendo por las venas de esa niña.

Y hablando de la dichosa salida, después de ayudar a mamá en la cocina –ya que Berta había salido temprano– subí a ducharme y arreglarme, pues los demás ya se habían ido a arreglar apenas acabaron sus desayunos.

Entré a la ducha e hice la misma rutina que de costumbre. Después de bañarme, salí y busqué en mi clóset lo que me pondría.

Teniendo en cuenta que el lugar al que iríamos haría frío. Me decidí por jeans gamuzados, un suéter negro de algodón sobre una camisa de mangas largas blanca, tenis blancos, el reloj deportivo en mi muñeca izquierda y mis típicos lentes de sol sobre mi cabello.

Tomé mis llaves, dinero, documentos, teléfono y salí de mi habitación. Lo primero que vieron mis ojos, fue a Jamie recargado de la puerta de su habitación, esperándonos al resto.

—Tienes que estar jodiendome —dijo apenas me vió.

—Ya tienes que dejar de hacer esto.

—¿Yo? Tú eres el que lo hace —me apuntó.

Aún no sabía a qué se debían las coincidencias de ropa entre Jamie y yo. Podría ser que ambos tuviéramos gustos similares o sólo que mamá nos haya criado a ambos con formas de vestir casi iguales.

Jamie iba con un suéter beige encima de una camisa de mangas largas blanca, pantalones gamuzados cortos, medias blancas con tenis del mismo color. Pero a diferencia de mí, su accesorio era una cadena plateada alrededor de su cuello.

—Para la próxima, que cada uno se ponga de acuerdo —Jamie rodó los ojos.

—Listas.

Interrumpieron las dos pequeñas saliendo del cuarto de Jossy. La antes nombrada iba con un conjunto de suéter y mono de lana naranja, sus tenis y un pequeño bolso de lado.

Y Jayden, iba también con un conjunto de falda y chaqueta de cuadros en tonos rosas, una playera de tirantes blancas debajo, zapatos de tenis blancos y una boina a juego con su falda y chaqueta.

Me causaba gracia ver lo distintas que eran ambas, mientras que Jayden era toda femenina, Jossy era toda "comodidad, lo primordial".

Era mucho más gracioso imaginarlas de grandes. Jossy toda rebelde y casual, Jayden toda popular y elegante.

—¿Listos todos? —los tres asintieron— Bien, a despedirse y nos vamos.

Las niñas bajaron las escaleras corriendo y puedo jurar que en cada paso acelerado que daban, mi corazón salía del pecho y regresaba a su lugar constantemente.

Observé a Jamie a mi lado, que tenía sus ojos fijos sobre sus tenis a medida que daba un paso.

—¿Estás bien?

—Sí, sólo pensaba en algo —sonrió a duras penas.

—¿Puedo saber de qué se trata? —intenté averiguar.

—¿Sabías qué, al finalizar éste año entraré a una nueva preparatoria? Ya lo hablé con mamá.

—¿Qué pasa con ésta preparatoria?

—Nada, es sólo que mamá quiere mejorar mis calificaciones —me giré a verle.

—¿Vas mal en tus calificaciones?

—No tanto, es sólo que no tengo el mismo nivel de aplicación escolar como tú, o Jayden —se encogió de hombros.

—Entiendo, quizás si te ayudo puedas subir tus calificaciones y mamá no te cambie de preparatoria —propuse.

—No lo creo, mamá está convencida.

—Pero podemos...

—Dejalo, Jordan —sonrió tranquilo— Está bien, tengo que aprender mi lección.

—Si es lo que quieres está bien, Jamie. Cuentas conmigo —coloqué mi mano sobre su hombro— Así que, esmerate en tu nueva preparatoria para hacer cambiar a mamá de opinión y si me necesitas, te ayudaré.

—Gracias —sonrió— Pero no necesito de nadie, ni nada, soy el jodido Jamie Royal.

Me adelantó y extendió sus brazos a los lados orgulloso.

—¡Jamie!

Salió mamá desde su taller, acompañada de las dos pequeñas, que se cubrían las bocas para callar las risas.

—¡Mamá! Que soy... Soy, soy... ¡Soy el grandioso, Jamie Royal!

Mamá rodó los ojos, mientras negaba.

—¡Dios! ¿Qué voy a hacer contigo?

Jamie se acercó hasta su lugar y la abrazó de lado, dejando un beso en su cabeza.

—¿Qué te parece amarme?

—Ni modo —Mimi abrió la boca ofendido.

—Juro que nunca te abrazaré de nuevo.

—Claro.

—Bien madre. Vamos de salida, te enviaré fotos de todo —le di un corto abrazo y un beso en la mejilla— Estaremos bien.

—Lo sé, confío en ti.

—Eso me ofende aún más —Jamie nos apuntó.

—Mimi, ni tú mismo confías en ti.

—Bueno... Sí, pero eso no quita que me ofenda, jum —se cruzó de brazos.

—Jum

Lo imitó Jossy y el resto se carcajearon, a excepción de Jamie, claramente.

Después de habernos despedido, mamá nos acompañó hasta la puerta principal, dónde al frente nos esperaba mi auto estacionado listo para irnos. Todos subimos, ambas niñas en los asientos traseros y Jamie de copiloto, encendí el auto y saqué mi cabeza por la ventana para gritarle a mamá, que aún se mantenía de pie en la puerta.

—¡Te amo!

—Te amo, mamá —gritó Jayden.

—¡Mamii, te amoo! —casi sale por completo Jossy de la ventana.

—Te amooo —le siguió Jamie.

Todos nos dirigimos miradas extrañas, mientras que mamá se rio mucho.

—Yo los amo más, mis niños —agitó su mano en despedida.

Los cuatro volvimos a nuestros puestos y después de salir de lo que me gustaba llamar como "fortaleza", que en realidad era sólo el vecindario familiar, tomé la W 34th st, hacia High Line.

—Mejor, no hablemos de lo raro que fue eso —agregó Jamie.

—Mejor, no hablemos de lo raro que fue escucharte decir "te amo" a alguien que no fuera tu mismo reflejo —le di un corto vistazo.

—Seee, mejor no. —Jossy estuvo de acuerdo.

—¡Oh, por favor! A mí me encantaría hablar de eso.

Definitivamente cada que Jayden encontraba una oportunidad para descobrarselas todas de Jamie, las aprovechaba.

—Silencio, llamen a los bomberos. ¡El auto se incendia! —Jamie dramatizó.

—Lastima, no llegaron a tiempo y el tuyo ya se quemó, pobre bebé —hizo un puchero en burla.

—¿De verdad los únicos que no se andan matando somos Jossy y yo?

—Jo-jo. Éste es el ciclo de la hermandad; Tú molestas a Jamie, Jamie me molesta a mí, a Jossy y a ti. Yo lo molesto a él y muy pocas veces a Jossy. Y Jossy —la observó de reojo— a ella casi ninguno la molesta, porque ella es mucho amor y paz, por eso nadie quiere verla de malas.

—Buen punto.

—Pero si yo soy un angelito.

—Clarooo. Admito que no sé quién de los dos es más bully, si tú o yo —agregó Jamie.

—Tú —dijimos los tres al unísono.

—Definitivamente, con hermanos como ustedes, para que enemigos.

Exclamó dolido.

—Bueno, ¿A dónde iremos? —preguntó Jayden emocionada.

—Por favorcito, que sea algo normal —Jossy juntó ambas manos en señal de súplica.

—No por nada soy el mejor hermano —canturreé.

—¡Eso sí que no! ¡Niñas! ¡¿Cómo qué el mejor hermano?! —reclamó Jamie volviéndose a ellas— Yo no las dejé tiradas por varios años, eh.

Le di un manotazo en el cogote, mientras lo miraba mal.

—El mejor hermano mayor, Mimi. El mejor hermano mayor —Jossy hizo una pausa en cada palabra.

—Tú no me digas, Mimi.

—¿Entonces, yo sí? —pregunté.

—No, tú tampoco, —Jayden intentó hablar, pero la interrumpió— ni tú. Nadie me llama, Mimi.

—Está bien, Mimi.

—No te preocupes, Mimi.

—Tranquilo, no lo haremos, Mimi.

—¡Basta, Dios! ¿Qué tortura es esta? —levantó sus manos al techo.— ¿Te los llevas o te los mando?

—¿Para qué sufras como un pobre bebé extrañandonos? —Jayden se asomó en medio de nuestros asientos— ¡Ja! Claro.

Pellizco su mejilla y volvió a su lugar. Jamie parpadeó repetidas veces y sus ojos se cruzaron con los míos.

—Ignora éso.

Hice la señal de un cierre con mis dedos sobre mi boca, mientras escuchaba las risas de las pequeñas de fondo.

Giré a la derecha con dirección hacia la 12th Ave y continúe al pendiente del camino, mientras mis hermanos intentaban adivinar a dónde iríamos.

—Cerca de aquí hay un Starbucks.

—¡Oh! ¿Y si es la panadería francesa que hay por aquí? ¡Oh, lala! —Jayden le dió un beso a las puntas de sus dedos.

—¿Qué? El mejor restaurante de aquí es el de comida coreana.

—Tú ni siquiera sabes usar los palillos, Jamie —acusó Jayden

—No importa, estamos hablando de comida, silencio.

—La verdad es que sí, estas calles están infestadas de restaurantes. —los tres esperaron atentos a qué continuará hablando— Y aunque la mayoría son buenos; No, no los llevaré a comer. Bueno sí, pero no específicamente a un restaurante.

Me miraron confundidos y luego pasaron a mirarse entre ellos intentado descifrar. Mientras, giré nuevamente a la derecha con dirección a W 58th St.

—¡Ahhh! —dijeron los tres al unísono.

—¿Lo descifraron?

—Es obvio —dijo Jamie.

Seguí en línea recta, hasta que llegué a nuestro destino.

—TSCC —dijo Jossy.

—¿Qué dices? —Jamie la miró mal.

—The Shops at Columbus Circle —aclaró Jayden.

Busqué un lugar dónde aparcar el auto y cuando al fin pude conseguirlo, –debido a que era un lugar que a diario tenía muchos visitantes– nos bajamos y entramos a –como lo decía su nombre– el montón de tiendas en círculo.

Era un lugar bastante bonito y muy bien iluminado, pero sobretodo lleno de personas. Sabía muy bien que entrar a un lugar así era exponernos demasiado, sin embargo, si había algo en común entre mis hermanos y yo, era que los cuatro teníamos el poder de ignorar al resto del mundo cuando estábamos juntos y pasábamos un buen rato.

Jayden tomó mi mano mientras caminábamos y a su lado, iban Jamie y Jossy también tomados de la mano, mientras señalaban varias tiendas y reían. Fue tan tierno, que sin que ellos lo notarán les tomé una foto y se la envié a mamá.

Después de caminar un poco, nos cruzamos con tres princesas. Blancanieves, Cenicienta y Bella, las cuales recibieron a nuestras hermanas con mucho cariño para tomarles una foto junto a ellas.

—¿Y ahora qué? —preguntó Jayden emocionada.

—Nuestro plan de hermanos preferidos.

—¿Será lo qué creo que es? —agregó Jamie con complicidad.

—¡Helado! —exclamó Jossy apenas vió el puesto frente a nosotros.

Todos fuimos al lugar emocionados. ¿Otra cosa en común? Amamos el helado. Jayden pidió sabor brownie de chocolate, sirope de chocolate encima y chispas de colores. Jossy de cookies and cream, sirope de chocolate blanco y chispas de colores. Jamie se fue por lo básico, vainilla, caramelo y chispas de colores. Y yo, por pedir algo diferente, me decidí por fresa con sirope de fresa y chispas de colores.

Cómo que teníamos una obsesión con las chispas de colores. Y creo que todo se debía a sentir ése toque crujiente mientras el suave helado se derretía.

Nos dirigimos a una mesa que había cerca del puesto de helado y ahí nos sentamos a disfrutar de nuestros helados. Mientras tanto, hicimos una competencia para ver quién lograba acabar su botecito de helado primero.

Y por supuesto, el que perdiera era un huevo podrido.

Algunos nos congelamos el cerebro –sobretodo Jamie y Jossy– y el equipo Jordan y Jayden ganó. Pero como los buenos competidores que somos, todos estuvimos de acuerdo por la revancha.

Así que, volví a pedir cuatro botecitos de helado de cualquier sabor. Ahora lo que importaba era la competencia y comenzamos a atiborrarnos de helado; Esta vez fue mi turno de parar, porque rápidamente me congelé el cerebro, al igual que Jayden, lo que le dió ventaja a los otros dos. Logrando así que ganarán.

—¡Ja! Ganamos, venga acá, enana —chocaron los cinco.

—Y nosotros ganamos primero —aclaró Jayden

—Querida Mérida, Valiente, lo que sea. Cuando dices "revancha" te olvidas de quién ganó anteriormente y quién gana, es el ganador definitivo. Así que, ganamos.

—¿Cuánto apuestas a qué sí Jamie perdía, hubiera dicho todo lo contrario? —Jayden se dirigió a mí.

—No apostaré nada, porque estoy seguro que lo haría.

—Jamie... ¿Hueles eso? —dijo Jossy olfateando el lugar hasta detenerse en Jayden, para luego taparse la nariz— Huele a perdedores y derrota.

—Vale, vale, ya está —los detuve yo— ¿Quieren más helado?

—Yo no. Dios, basta de helado — Jayden echó la cabeza hacia atrás, agotada.

—Bueno, entonces todos de pie —

Los obligué y obedecieron a regañadientes, todos quejumbrosos. Pero ni modo, debíamos ir a hacer el resto del itinerario.

Vale, sí. Era obvio que iba a crearme un itinerario para éste día. Era imposible que no lo hiciera.

Caminamos por el resto del centro comercial, hasta llegar al área de cine. Cosa que tampoco se esperaban, habían varios estrenos y todos estaban emocionados.

—¡Veamos a Winnie Pooh! ¡Por fis, por fis, por fis! —suplicó dando saltos Jossy.

—¡No, no, no! Las películas animadas duran media hora. Cuando mucho cincuenta minutos, no vale la pena.

—¡No te atrevas a decir que Winnie Pooh no vale la pena! ¡Tú no vales la pena!

Sí, era un pecado hablar mal de Winnie Pooh frente a Jossy. No querían conocer ésa parte oscura de mi hermana.

—Como sea, yo propongo Resident Evil —propuso Jamie.

—¡Iugh! ¡No veremos eso!

—¿Ah, pero sí podemos ver a Winnie Pooh?

—¡Eh, eh! Basta los dos, veremos lo que decida Jay-Jay —los detuve y me volví a Jayden— ¿Y bien, niña bonita?

—Yo digo que veamos Hotel Transilvania, pero el resto suena muy bien también, cualquiera de ésas.

—¡Oh, no! Hotel Transilvania se verá, Jordan —Jamie palmeó mi hombro.

—¡Sí, sí! Hotel Transilvania es súper.

Rodé los ojos. Éstos dos creían que Jayden no se había dado cuenta de lo que hacían.

Fui a comprar las entradas con Jossy, mientras Jamie iba con Jayden por las palomitas, gaseosas y algun que otro dulce, colándose por ahí.

Ambos puestos tenían una fila, no tan larga pero, al fin y al cabo, era una fila. Por lo que nos retrasó un poco y lo peor de todo, es que la función de cine que había comprado empezaría en unos 10 minutos.

Jossy logró encontrar a los otros dos, a quiénes aún le quedaban dos personas por delante. Tanto Jamie como yo movimos nuestros pies, intentando aliviar la impaciencia que teníamos, hasta que un llamado me detuvo.

—¡Eh! ¡Jordan!

Busqué a la persona de la que provenía esa voz femenina. Y cuándo volví mi vista al mostrador donde atendían los pedidos, había una morena con cabello estilo afro agitando su mano en mi dirección, a la cuál reconocí inmediatamente.

—¿Katrina?

—¡Sí! Ven.

Me llamó, debido a qué estábamos llamando la atención de todo el mundo. Al llegar hasta su lugar me abrazó fuerte.

—Dios, volviste. ¡Que alegría verte de nuevo!

Reí, correspondiendo su abrazo.

—Sí, y yo no sabía que tú trabajabas aquí.

—Bueno, las pelis son mi pasatiempo favorito. Creo que era de esperarse que viviría metida aquí —ambos reímos— ¿Ésos son tus hermanos?

—Sí, esos mismos. Jamie el chico, Jayden la de rosa y Jossy la que está de brazos cruzados.

—Vaya que todos se parecen —bromeó— Sí quieres puedo tomar tu pedido y te adelantas, para que no pierdan su función.

—No, prefiero esperar mi turno.

—Vale, pero puedo ir adelantando tu pedido y cuando vengan tus hermanos en su turno, sólo se llevan sus cosas —la miré dudoso— Anda, no pasa nada.

—Bueno, vale.

Pedí dos cubos grandes llenos de palomitas con mantequilla, cuatro vasos de gaseosa grande y un paquete grande de una especie de bolitas de arroz cubiertas de chocolate. Eran deliciosas.

Para cuando llegaron mis hermanos sólo faltaban las gaseosas, de las cuales cada uno eligió el sabor que quería. Que había sido algo tonto, pues todos elegimos lo mismo.

—Gracias, Katrina —sonreí.

—No es nada, cuando quieras, amigo— se despidió alegre.

Tomamos nuestras cosas y nos dirigimos a la sala en la que nos tocaba nuestra función. Mientras las niñas caminaban al frente con las entradas en mano, Jamie y yo nos manteniamos atrás, llevando toda la comida.

—¿Con qué Katrina, eh?

Me codeó y lo miré mal.

—Es sólo una amiga.

—Claroo.

Y era cierto, Katrina era una amiga que había estudiado conmigo en preparatoria. Conocía a René y también a Dylan, los tres éramos muy buenos amigos y lo que me pareció más curioso de ella cuando nos conocimos, era que habíamos nacido el mismo día y que su prima, estudió conmigo en el jardín de niños.

Muchas coincidencias, a qué sí.

—¿Al menos te gustan las mujeres, hermano? —asentí— Es que nunca te he visto con novia, con alguna chica y mucho menos enamorado.

—A ver, sí he tenido novias pero el amor no es el principal enfoque en mi vida, Jamie, al menos no por ahora. Y, no soy de salir con cada chica a la que le guste, creo que soy algo... ¿Exclusivo? No... Selectivo —sus cejas se levantaron— Y sí, tienes razón, nunca me he enamorado.

—¿Qué? ¿Nunca te haz enamorado? —negué— Dios, eres una roca de hielo, en serio.

—Para nada —reí— sólo no ha llegado la indicada.

Asintió y justo cuando los dependientes recibían las entradas para dejarnos entrar a la sala, mi teléfono sonó.

—Debe apagar su teléfono antes de entrar.

Miré a Jamie y él asintió.

—Ve a atender, yo iré buscando nuestros asientos con las niñas, tranquilo.

Asentí y me alejé un poco para contestar. Era un número desconocido.

—¿Hola?

—¿Señor Royal?

—Sí. ¿Quién habla? —era una voz femenina.

—Penny Richardson, se acordará de mí, soy...

—La del proyecto, sí. Cómo le habrán notificado en mi oficina hoy tengo el día libre, así que no estoy disponible para trabajo hoy. Entonces, si me disculpa señorita Richardson...

—¡Espere! Sólo quiero invitarle mañana a mí casa para empezar a coordinar el proyecto.

Alcé ambas cejas, aunque ella no pudiera verme.

—¿En su casa?

—Ujum.

—¿Mañana?

—Que sí.

—Envieme la hora y trataré de buscarle un tiempo en mi agenda. Que tenga lindo día.

Colgué y sonreí un poco. A ver, que la señorita Richardson no era mala conmigo, simplemente era de los que querían hacerle notar al resto del mundo que eran es mejores.

Y no, no quería demostrarme mejor que ella. Sólo quería que notará que tampoco era inferior, además me había gritado y estaría bien cobrarmelas un poco.

¿Mi agenda? Mi agenda estaba completamente disponible. Reí y me dirigí a la sala, dónde me esperaban el resto en sus asientos, dónde levantaron sus manos para que los ubicará con más facilidad.

Cuando estuve en mi asiento, Jamie alzó ambos pulgares preguntando si todo estaba bien, lo imité dándole a entender que todo estaba perfecto.

Después de varios anuncios dió inicio la película, en la que por las próximas casi dos horas, toda la sala llena de niños, adolescentes y algunos adultos se carcajeaban y disfrutaban del buen repertorio de canciones que tenían. Para cuando finalizó las niñas querían ir al baño, por lo que tuvimos que apurarnos y bajar las escaleras para correr al baño, dónde claramente no podíamos entrar ni Jamie, ni yo.

Tuvimos que dejarlas a su suerte.

Jayden se encargaría de cuidar a Jossy y Jossy se encargaría de cuidar a Jayden. Mientras que estuvieron dentro, Jamie también había aprovechado para ir a "vaciar su vejiga" tal y como había dicho.

Aproveché para enviarles un mensaje a Jeremy y Natalie, por el grupo que había creado para los tres, pidiéndoles que me esperarán en la oficina por la tarde, ya que iría a trabajar en el proyecto con la señorita Richardson.

—Eh, Jordan.

Despegué mis ojos del teléfono y frente a mí ya se encontraban mis hermanos.

—¿Qué pasa? —Jossy me miró apenada.

—Eh.. bueno, no quiero arruinar tus planes. Pero, creo que tengo algunos problemitas —miró sus pies.

—¿Problemitas? —arrugue mis cejas sin entender.

—Sí, problemitas... Es que, bueno, creo que me pase un poco de golosinas y puede que ahora tenga dolor de panza y toda revuelta.

—Oh.. —miré a Jayden y ella asintió.

—¿Es decir qué te estás cagando?

Jayden abrió los ojos y yo le pegué un manotazo por el cogote a Jamie y Jossy le dirigió una mirada mortal, mientras él se sobaba.

—Bueno, mira pequeña, no pasa nada. Creo que es mejor que comas algo de comida de verdad, con eso te pasará y te compraré una medicina y estarás mejor. ¿Vale? —ella asintió— Si quieres ir al baño una vez más, sólo dilo.

—Está bien. Gracias, grandote —me jaló y dejó un beso en mi mejilla.

—Bueno, ahora a Burguer King, hermanitos.

La verdad es que el puesto de Burguer King no quedaba tan lejos de allí, apenas unos pasos más allá. Caminamos hasta el lugar y mientras iba a comprar la medicina para Jossy en una farmacia cerca de ahí, había dejado a Jamie a cargo de las niñas mientras ordenaba la comida.

Para cuando regresé ya estaban sentados y a lo lejos ví como la mesera se acercaba a entregarles sus pedidos. Mesera a la cuál Jamie le sonrió más de la cuenta y le guiñó el ojo, causando un sonrojo en ella.

Dios, que sinvergüenza.

—Volví —levanté la bolsa con la medicina y los ojitos de Jossy brillaron —Aquí tienes, toma una de ésas.

—Gracias, Jordan.

Le hice un ademán de restarle importancia y me senté al lado de Jamie, mientras compartíamos un buen almuerzo de hamburguesas, papas y jugo. Basta de gaseosas, hasta más tarde.

Ya eran pasadas las cuatro de la tarde y les avisé a los demás que ya era hora de regresar a casa. Con la promesa de que haríamos éste tipo de salidas en algo casual, algo de hermanos y que se convertiría en una tradición de los cuatro.

En el camino de regreso conversamos de la película, de las escenas que más nos gustaron, mientras reíamos y la pasamos bien. En ése pequeño momento nos olvidamos del resto del mundo y éramos sólo nosotros cuatro, dentro de mi auto, bromeando y pasando el rato.

Me di cuenta que si tuviera que elegir algún superpoder alguna vez, elegiría sin dudas el poder de crear una burbuja indestructible donde puedan estar ellos y estar siempre así, felices.

° • ° • ° • ° • ° • ° •

Ay Diosito, volví. Primero que nada sepan que éste capítulo lo tenía listo desde hace una semana y la tensión que he tenido por subirlo ha sido grande, tanto así que me ví obligada a escribir y publicar un extra en "El Chico De Mis Sueños"💜 para calmar mi ansiedad.

Estoy muy feliz de haberlo aguantado, porque en serio, me hacía mucha ilusión subirles éste capítulo hoy, que es oficialmente la fecha de cumpleaños de Jayden. En un principio sería el próximo mes, pero vuelvo y repito, la ansiedad no me lo permitió.

En fin, disfruten disfruten, cuídense, besitos en la cola, los amo. No sé olviden de votar comentar y seguirme en mis redes.

~Jai.

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