Al sentir los rayos del sol colarse por mi ventana, sé que es la hora de levantarse, lo que es muy difícil, ya que con los kilos extra que voy aumentando con el tiempo, se me complica cada vez más ponerme de pie.

Me levanto con esfuerzo, y al lograrlo, estiro mis brazos acalambrados.
Hoy es un día nuevo de escuela, y mi barriga no puede impedir que siga asistiendo a clases. Me siento como si estuviera en Juno, con el embarazo accidental y la ropa holgada. No es que antes del embarazo no usaba ropa de ese tipo, por lo contrario, la usaba todos los días, sin importar las quejas de mis amigas, que decían que yo tenía un cuerpo hermoso para tener que esconderlo en vestimentas de ese tipo.

Qué va, es mi cuerpo, que ahora tiene otra vida dentro, aparte de la mía.

(...)

Con la mochila en hombro, camino dificultosamente por el pasillo, intentando no chocar con los demás alumnos, aunque éstos últimos sean los que me esquiven y me observen con una expresión indescriptible. Afortunadamente, tengo a mis amigas desde el principio que, aunque que esté embarazada, nunca me mirarán raro. Siempre les agradeceré por eso, y también por la ropa diminuta que me habían obsequiado en el Baby Shower.

—¡Ava, aquí!—exclama mi mejor amiga, Melanie, señalándome una esquina en el pasillo en la que las personas no pasaban.

Camino lo más rápido que mi cuerpo me permite, hasta llegar junto a mi amiga.

—Ho-hola—saludo, sintiendo algo de cansancio. Ella me sonríe, y acto seguido me ofrece una botella de agua que tenía en un bolsillo abierto de su bolsa.

La acepto al instante, susurrando un "gracias".

—Gina me mandó un whatsapp; dice que hoy no asistirá, ya que al torpe de su hermano se le ha roto una rueda del auto—me informa, mientras que yo siento el líquido frío deslizarse por mi garganta seca.

—Qué idiota—Es lo único que digo, para luego seguir bebiendo de la maravillosa agua.

Ella se ríe sin ganas.

—Hablando de idiotas, Harry está viniendo hacia nosotras—avisa, y dejo de beber para soltar un suspiro: Melanie siempre ha odiado a Harry, y no hay manera de convencerla para que le caiga bien.

—Hola, amor—oigo detrás mío, y al instante siento un brazo rodear mis hombros.

—Cursi de mierda—susurra Melanie entre dientes.

—¡Harryyyyy!—exclamo con emoción exagerada, intentando pasar el comentario de mi amiga, que sé que él lo ha escuchado.

Harry me sonríe, para luego darme un corto beso en los labios. En momentos complicados como estos, él sigue siendo igual de optimista y feliz con todo. Ojalá pudiera tener una alma alegre como él, pero mi desastroso pasado siempre me va a impedir ser miles de cosas. Aunque, en el embarazo, he logrado que muchas cosas me hagan más feliz de lo que lo hacían antes.

—He escuchado que hoy de postre habrán Nutter Butters—dice Melanie, llamando la atención de Harry y de mí.

—Odio las Nutter Butters. Son repugnantes—comenta Harry, arrugando la nariz.

Noto la furia en mi amiga.

—Ah, ¿quieres que te diga algo?----dice con enojo, y sin dejarle contestar, continúa—: a) nadie te ha pedido opinión, b) no me interesa y c) aquí el repugnante eres tú—Le sonríe con suficiencia, y luego clava sus ojos en mí—. Cariño, sabes que te quiero infinitamente, pero no aguantaré a este idiota ahora. Nos vemos en Álgebra.

Me da un beso rápido en la mejilla, y sin esperar reacción, se esparce entre los alumnos.

—Qué mala es esa tipa—dice Harry.

Al parecer, Melanie parece escucharlo, ya que se da vuelta a medio camino y le levanta el dedo corazón. Sigue su camino sin esperar la reacción del chico a mi lado.

Nunca he entendido por qué ella nunca ha querido esperar la reacción de las personas, específicamente de los chicos, al hacer las cosas. No es que mi amiga sea gallina, porque sé que no lo es, pero me parece extraño.

—¿Qué harás hoy?—me pregunta Harry, mirándome fijamente. Sus ojos verdes siempre han sido una debilidad para mí.

—Ehm, ¿iré a clases?—bromeo con una pisca de nerviosismo.

Se ríe ligeramente.

«Su risa, otra cosa más que amo de él. Es como mi droga».

—No eso, digo después de clases. Si es que saldrás a algún lado a comprar ropa o alguna otra cosa para nuestro hijo o hija—Su sonrisa torcida y el suave golpe de sus bótas negros son acompañados por sus palabras.

—No, no, hoy no haré nada. Lo mejor que podría hacer ahora es estar contigo, para estar más unidos cuando seamos una... f-familia.

Todavía me cuesta creer que seré madre, y que una hija o hijo será algo que estuvo dentro de mí. Todo esto parece un sueño. Una mentira. Pero sé que, mientras más imposible de creer sea, habrá más posibilidades de que bruscamente me llegue un golpe a la realidad.

—¿Sabes que eres hermosa, cierto?—me dice con una sonrisa, dándome un suave beso en los labios—. Tenía planeado ir a ver un departamento que vi en alquiler cerca de aquí. He preguntado por el precio y los pagos de la electricidad y demás cosas cada mes—Siento en su voz el entusiasmo, y éste último se va expandiendo por mi cuerpo—. También anoche he visitado la página de empleos de Starbucks, y he dejado un e-mail con un curriculum mío.

» Quiero tener todo preparado para la hora de que nazca.

Suspiro, aunque le dedico una sonrisa algo ansiosa.

—Lo haces parecer muy fácil—le digo, intentando abrazarlo, pese a mi barriga.

—Si nos esforzamos, no será tan difícil como piensas que es—Me mira dulcemente—. Lo lograremos, amor.

N/a: No he podido poner los guiones largos, ya que estoy escribiendo este capítulo desde el celular. Cuando toque la computadora, que ni siquiera está en mi casa, lo arreglaré.
No he mirado las notificaciones(y eso que aparecen +99), porque es más sencillo hacerlo desde la computadora. En la app me tardaré mil años.

Gracias por esperar. :'v

- A.