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THE WOUND OF THE PAST


Shoto finalmente suspiró y decidió ser honesto, sabiendo que la confianza podría ser su mejor aliada en un lugar tan desconocido como aquel. Con voz tranquila pero decidida, respondió a la pregunta de Uraraka, dejando a un lado las mentiras y permitiendo que la verdad fluyera entre ellos.

—No soy de este universo.

Uraraka mantuvo su mirada de forma analizadora sobre Shoto para luego simplemente soltar un suspiro pesado y cruzando sus brazos.

—Se nota.

—¿Como? —dijo desconcertado con aquella respuesta tan simple.

—Pues no fue tan difícil de saberlo, en verdad eres muy diferente al príncipe Shoto que conozco.

Uraraka se dirigió a una mesa llena de pociones, frente a ella también había un estante lleno de libros y los cuales la jóven bruja fue leyendo y lanzando a sus lados, tratando de encontrar la información que ella necesitaba.

—Además, tu energía es diferente, contrasta con la energía de todos los que vivimos en este universo.

—¿Cómo es que sabes eso?

—Cada persona tiene un aura diferente, pero también conocemos las historias de los mundos diferentes a los nuestros, algunos colisionan con el nuestro, razón por la que tenemos diferentes criaturas y no solo humanos. Tu energía es diferente.

Cuando finalmente Ochaco halló el libro que había estado buscando, una expresión de triunfo iluminó su rostro. Con paso decidido, se aproximó al lugar donde yacía Tsuki, dejando el libro flotar en el aire a su lado. Sus manos se elevaron hasta las sienes de la joven, y una concentración intensa se apoderó de ella. Una suave luz rosada comenzó a tomar forma en las palmas de la bruja, creando un aura que reflejaba sus esfuerzos mágicos.

Era una escena digna de un cuento de hadas: la bruja joven, con su determinación y poderes, intentando desentrañar los secretos que mantenían a Tsuki en un sueño profundo. Aunque Ochaco se esforzaba con tenacidad, algo parecía bloquear el acceso a la consciencia de Tsuki, desafiando los intentos de la bruja por traerla de vuelta a la realidad. El aire estaba cargado de magia y tensión, mientras Ochaco luchaba contra los obstáculos invisibles que impedían su éxito.

—¿Qué es lo que pasó con ella? —preguntó la bruja mientras seguía concentrada en despertar a Tsuki.

—Pues... caímos en este mundo hace ya bastantes horas y desde ese entonces ella no-

—A eso no me refería... —Ochaco interrumpió, de sus manos con el aura rosa algunas veces salía un aura oscura que al instante se iba desintegrando gracias a la magia de la jóven. —La magia y las emociones de las personas en este universo están fuertemente entrelazadas, como una conexión que sí o sí depende del otro para poder existir. —Ochaco iba explicando. —Tu amiga no puede despertar en este universo porque algo en su mente no la deja, o no quiere hacerlo...

En medio de la conversación, Shoto quedó en silencio, reflexionando sobre las palabras de la jóven bruja y las implicaciones de la situación. En este mundo lleno de magia y misterios, donde las emociones parecían ser un vínculo crucial con el poder, las palabras de Ochaco resonaban en su mente. Las posibles razones detrás de la inconsciencia de Tsuki se expandieron como sombras en su pensamiento.

La idea de que las emociones de Tsuki, quizás dolorosas o complejas, podrían ser el obstáculo que le impedía despertar, hizo que su corazón se comprimiera con angustia. ¿Era posible que Tsuki no quisiera despertar, que estuviera rechazando el mundo exterior por alguna razón desconocida? Shoto luchó con el torbellino de sentimientos que se agolpaban en su interior: preocupación, tristeza y el anhelo de que Tsuki volviera a estar a su lado, en este mundo o en cualquier otro.

—¿Qué pasó con ella antes de que ustedes llegaran aquí?

Shoto miró a Ochaco por varios segundos y comenzó a apoyar su espalda en la pared más cercana.

—Ella no es de mi mismo mundo, cayó por accidente y de la misma forma también seguí con el mismo viaje que ella está haciendo... pero solo sé que estuvo sola por mucho tiempo y que... muchos de sus amigos murieron en su mundo.

Ochaco asintió con seriedad, dejando que su mirada se posara en la viajera multiversal con una expresión de comprensión y preocupación. A pesar de la inconsciencia de la joven, su rostro transmitía un profundo agotamiento y tristeza que parecían penetrar en el ambiente. La situación era tan desalentadora que Ochaco sentía una profunda empatía por la chica, deseando arduamente que encontrara la paz y la tranquilidad que necesitaba, ya fuera en su interior o en el mundo que la rodeaba.

—Toma su mano...

Shoto experimentó una lucha interna entre la incertidumbre y la determinación. A pesar de sus dudas sobre su capacidad para ayudar a Tsuki, la mirada decidida de Ochaco fue como una chispa de coraje que lo impulsó a actuar. Se acercó con cautela al lado de la joven, tomando su mano con suavidad. La textura de la piel de Tsuki transmitía una historia de luchas y desafíos, marcada por cicatrices y heridas que hablaban de su trayectoria.

—¡Izuku! —la voz llamando a Izuku rompió el silencio, y el joven de cabellos verdes entró en la habitación con la evidente preocupación reflejada en su rostro. —Prepara el caldero, ahora.

—¡Si!

El ambiente estaba lleno de urgencia y concentración, como si cada movimiento contara en el intento por ayudar a Tsuki. Shoto observó con asombro cómo Izuku seguía las órdenes de Ochaco, preparando un caldero con pociones e ingredientes mágicos. Una pequeña chispa desató el fuego bajo el caldero, y Shoto quedó maravillado por las habilidades mágicas de sus compañeros.

Sin embargo, sus pensamientos rápidamente regresaron a Tsuki, a su mano en la suya. A pesar de su inmovilidad, la esperanza de que aquel ritual mágico lograra despertarla inundaba el ambiente, y apretó suavemente la mano de su amiga, como si a través de ese gesto pudiera transmitirle fuerza y aliento.

Izuku se movía con agilidad y rapidez por la habitación, recogiendo las pociones y vertiendo los líquidos de colores en el caldero. La mezcla de colores y vapores daba vida al caldero, que parecía adquirir una energía propia en respuesta a las acciones del joven. Mientras tanto, Ochaco mantenía sus ojos cerrados, sumida en una profunda concentración mientras posaba sus manos en las sienes de la viajera.

El aura rosa que rodeaba las manos de Uraraka comenzó a oscurecerse, lo que generó una mezcla de preocupación y anticipación en la habitación. Shoto observaba con atención, preguntándose qué tipo de magia estaba desplegando Ochaco para despertar a Tsuki. Sin embargo, su atención se desvió rápidamente cuando algo inesperado ocurrió: Un liquido negro comenzó a salir de la boca de Tsuki de forma violenta, haciendola arquear su espalda y abrir sus ojos lo cual aterró a todos los presentes.

—¡Tsuki! —exclamó Shoto asustado.

El líquido negro parecía tener una especie de conciencia propia, moviéndose con agilidad y tratando de escapar de las manos de Ochaco. Shoto quedó sorprendido por la escena, sus ojos fijos en el líquido en movimiento. No podía evitar sentir cierta inquietud por lo que estaba sucediendo, pero también percibía la determinación en el rostro de Ochaco y confiaba en que ella sabía lo que estaba haciendo.

—¡Lo tengo! —exclamó Uraraka con una sonrisa triunfante mientras tenía aquél líquido en sus manos, pero además de tener cierta vida, también tenía fuerza, lo que hizo que la jóven bruja comenzara a luchar por mantener aquello en sus manos mientras trataba de escapar de su agarre. —¡Necesito un poco de ayuda!

Izuku reaccionó rápidamente al ver que el líquido negro intentaba escapar y tomó las manos de Ochaco para ayudar a retenerlo. Sin embargo, la fuerza de lo que se asemejaba a un simbionte era sorprendentemente intensa, y ambos jóvenes fueron arrastrados por sus esfuerzos. Shoto, al ver la situación, se apresuró a unirse a ellos, extendiendo sus manos y usando su fuerza para ayudar a contener la sustancia.

Finalmente, después de un arduo esfuerzo conjunto, los tres lograron contener a la criatura y la arrojaron de nuevo al caldero. El líquido negro entró con un siseo y un humo oscuro comenzó a elevarse. A medida que el humo se dispersaba, el aire se llenaba de tonos violetas y purpuras brillantes, creando una atmósfera tranquila y mágica en la habitación.

Ochaco y Izuku se soltaron el uno al otro, y Shoto retrocedió un paso para tomar aliento. El caldero seguía emitiendo humo de colores cambiantes, y una sensación de magia vibraba en el aire. Los tres jóvenes se miraron entre sí, compartiendo un momento de alivio por haber superado el desafío.

—Creo que lo logramos —dijo Ochaco, con una sonrisa cansada pero satisfecha en su rostro.

Izuku asintió, también sonriendo, y Shoto les miró a ambos con gratitud y admiración, pero algo nuevamente captó la atención de los tres.

El humo que emanaba del caldero comenzó a tomar formas etéreas, creando imágenes en el aire como en una pantalla mágica. Los tres jóvenes se quedaron mirando con atención, expectantes por lo que revelaría esta visión. Poco a poco, las imágenes se volvieron más nítidas y comenzaron a mostrar escenas del pasado de Tsuki.

A medida que las imágenes se desarrollaban, se pudo ver a Tsuki en momentos de soledad, de desafíos y de luchas internas. Imágenes de su pasado, se entrelazan en una danza mágica en el aire. Se mostraban momentos de dolor y tristeza profunda.

Las imágenes revelaban las heridas emocionales de Tsuki, sus miedos y dudas, sus momentos de vulnerabilidad que había ocultado. Shoto y los demás podían sentir la intensidad de estas emociones, como si estuvieran conectando con la esencia misma de Tsuki.

A medida que las imágenes avanzaban, se centraron en un evento particular: la pérdida de alguien cercano en su vida.

Tsuki yacía en la camilla, su cuerpo agotado y herido, pero su dolor era mucho más profundo que las heridas físicas que había sufrido en la batalla. El estruendo de la lucha y la devastación a su alrededor parecían desvanecerse en comparación con la angustia que sentía en su corazón. Las lágrimas se mezclaban con el sudor en su rostro, y cada vez que pronunciaba el nombre de Shoto, su voz se quebraba con la desesperación.

Los pro-héroes y médicos a su alrededor trabajaban diligentemente para atender sus heridas y estabilizar su condición. Pero para Tsuki, todo parecía borroso y distante, como si estuviera atrapada en una pesadilla de la que no podía escapar. Shoto, el chico que había llegado a ocupar un lugar tan especial en su corazón, estaba ausente en ese momento de necesidad.

Sus pensamientos se entrelazaban con los recuerdos de su tiempo juntos, los momentos compartidos, las risas y los desafíos superados. Tsuki recordaba sus conversaciones, sus miradas, y cómo Shoto la había apoyado incluso cuando todo parecía en contra. Pero ahora, en medio del caos, se sentía sola, y eso le causaba un dolor abrumador.

A su alrededor, el caos de la batalla continuaba, pero en ese momento, todo lo que importaba para Tsuki era encontrar a Shoto, saber que él estaba bien y poder sentir su apoyo una vez más. Sus gritos de desesperación se mezclaban con el rugido distante de la destrucción, creando una sinfonía triste y desgarradora en medio del caos.

La desesperación se apoderó por completo de Tsuki, un torbellino de emociones incontrolables que la hacían sentirse como una marioneta atormentada por la angustia. Sus intentos por escapar de la camilla eran frenéticos, sus gritos de desesperación llenaban el aire, pero había algo más profundo en su interior que la consumía: el presentimiento doloroso de que Shoto ya no estaba con ella.

Sus lágrimas se mezclaban con el sudor, y sus movimientos bruscos solo empeoraban el dolor en su cuerpo. Cada intento por escapar, por encontrar a Shoto, solo la dejaba más exhausta y agotada. A medida que su mente luchaba por comprender la realidad que estaba enfrentando, el mundo a su alrededor parecía desdibujarse en un caos de emociones desgarradoras.

Entonces, en un instante de pura desesperación, Tsuki dejó escapar un grito tan lleno de dolor y angustia que resonó en su interior. La energía de su quirk, incontrolable en ese momento, reaccionó ante su sufrimiento, creando portales que aparecieron a su alrededor de forma desordenada. Estos portales, que representaban su pérdida de control y su agitación emocional, la envolvieron en una luminosidad brillante y caótica.

Sin quererlo, Tsuki había comenzado su viaje por el multiverso, siendo arrastrada por la vorágine de sus propias emociones y por la energía de su quirk descontrolado. El mundo a su alrededor se desvanecía mientras era llevada a través de portales que la llevaban a lugares desconocidos, realidades alternas, y tiempos diferentes. Era como estar atrapada en un torbellino interdimensional, sin dirección ni destino claro.

La tristeza emanaba de la imagen, y todos podían sentir la magnitud de la pérdida que había afectado a Tsuki.

Finalmente, las imágenes se desvanecieron y el humo del caldero volvió a la normalidad. Los tres jóvenes quedaron en silencio, asimilando todo lo que habían visto y sentido. Habían presenciado un vistazo profundo en el corazón y la mente de Tsuki, comprendiendo las razones detrás de su tristeza y la energía oscura que la había mantenido en un estado inconsciente.

El sollozo de Tsuki llenó el aire de la habitación, un sonido que resonó con la intensidad de sus emociones desgarradoras. Los tres presentes la miraron con preocupación y sorpresa mientras ella parecía atrapada en su propio mundo interior. Su rostro reflejaba un profundo sufrimiento, y en sus ojos se veía una mezcla de dolor, tristeza y confusión.

Para Shoto, verla en ese estado fue como un puñetazo en el corazón. Había deseado tanto poder ayudarla, entender lo que le había sucedido y brindarle apoyo, pero ahora se daba cuenta de la magnitud de su dolor. Uraraka y Izuku también se encontraban atónitos, sin saber cómo reaccionar ante la desolación que emanaba de Tsuki.

—Tsuki...

El ambiente en la habitación se volvió tenso, cargado de una energía emocional abrumadora. Shoto se acercó lentamente a Tsuki, tratando de ser lo más cauteloso posible para no asustarla aún más. Extendió su mano con delicadeza, como un gesto de apoyo y consuelo, aunque en su interior sentía la impotencia de no saber cómo enfrentar esta situación.

Tsuki golpeó la mano de Shoto, alejandola de ella.

El golpe inesperado de Tsuki dejó a Shoto desconcertado, su mano colgando en el aire en el lugar donde había sido rechazado. La expresión de Tsuki era una mezcla de miedo y dolor, una tormenta de emociones que él no podía entender por completo. El shock y la tristeza que reflejaban sus ojos herían a Shoto más profundamente de lo que hubiera imaginado.

Las palabras que Tsuki no pronunció eran tan fuertes como si las hubiera gritado en voz alta. El pasado que había revivido, el recuerdo que había vuelto a aflorar, todo estaba claro ahora para Shoto. Podía sentir la desesperación que había experimentado la chica en ese momento, la sensación de estar atrapada y sin poder escapar de la situación que la había marcado de por vida.

Los sollozos y las lágrimas de la castaña eran un testimonio silencioso de su dolor interno, una angustia que Shoto anhelaba poder aliviar. Pero antes de que pudiera decir algo, antes de que pudiera expresar su preocupación, Tsuki se levantó de un salto y comenzó a huir de la habitación, escapando de la intensidad de las emociones que había resurgido.

Shoto estaba paralizado por un momento, sorprendido por la reacción de Tsuki y por su propia incapacidad para ayudarla en ese momento. Miró a Uraraka e Izuku con una mezcla de frustración y desamparo, sintiéndose impotente ante la situación. Sabía que no podía forzar a Tsuki a enfrentar sus demonios internos, pero también sabía que no podía quedarse de brazos cruzados mientras ella luchaba en su interior.

La habitación quedó en silencio nuevamente, solo interrumpido por los latidos acelerados del corazón del jóven de hielo y fuego. Se quedó allí por un momento, contemplando el lugar por donde Tsuki había desaparecido, antes de finalmente tomar una decisión. Con determinación en sus ojos, Shoto se dirigió hacia la puerta, decidido a buscar a Tsuki y estar a su lado, sin importar lo que enfrentaran juntos en ese viaje emocional.

El viento frío soplaba a través de las montañas, llevándo consigo el eco de los recuerdos dolorosos que habían asaltado a Tsuki. Con sus manos cubriendo sus oídos, la joven luchaba por encontrar la calma en medio de la tormenta emocional que la abrumaba. Su respiración agitada chocaba con el aire gélido, formando pequeñas nubes de vapor que se dispersaron rápidamente.

A medida que el dolor en su pecho se intensificaba, Tsuki instintivamente posó sus manos sobre su pecho, como si de alguna manera pudiera apaciguar la tormenta que ardía dentro de ella. Sus dedos temblaban ligeramente, una muestra física de la agitación que la consumía. Cada latido de su corazón parecía un recordatorio de sus emociones tumultuosas, una montaña rusa de sentimientos que amenazan con sobrepasarla.

En medio de su angustia, Tsuki sintió una presencia detrás de ella. Una sombra que no era solo el frío viento que soplaba a su alrededor. Cuando giró la cabeza, se encontró con Shoto, quien había seguido sus pasos en silencio. Sus ojos se encontraron en un instante de entendimiento mutuo, sin necesidad de palabras

—Ya basta... ya basta... para... —Tsuki se susurraba a ella misma volviendo sus manos en sus oídos y escuchando con fuerza el sonido de su corazón latiendo con rapidez.

—Tsuki... lo lamento tanto... –Shoto susurró mientras poco a poco se iba acercando a ella, pero aún manteniendo una distancia considerable para no alterarla.

—¿Por qué me dejaste sola? —aquellas palabras lo dejaron atónito. —Dijiste que volverías, que todo estaría bien... ¡Mentiste!

Las lágrimas ahora caían a grandes cantidades por las mejillas de la chica mientras él la miraba con tanto dolor, entendiendo algo muy importante, ella necesitaba dejar salir todos esos sentimientos de una vez.

—Dijiste que podrías con Touya, me prometiste- ¡Prometiste estar bien! ¡¿Por qué no dejaste que te acompañara?!

Los sollozos de Tsuki resonaban en el aire, como un eco de su sufrimiento pasado. Sus manos temblorosas ocultaban su rostro, como si quisiera protegerse de las imágenes dolorosas que la acosaban. El suelo frío parecía solidarizarse con su agitación, y la montaña misma parecía cargar con el peso de su tristeza.

Shoto, mientras mantenía su distancia respetuosa, también sentía la pesadez del pasado apoderarse de él. Las lágrimas en sus ojos eran un reflejo de la empatía que sentía por Tsuki. El recuerdo de su propia pérdida se entrelazan con la de ella, y aunque no podía comprender cada detalle de su dolor, sabía lo suficiente como para sentir la profundidad de su tristeza.

Con pasos silenciosos pero determinados, Shoto se acercó un poco más a Tsuki, sintiendo una necesidad instintiva de estar cerca de ella. Sin embargo, se detuvo a una distancia prudente, consciente de su propia presencia y cómo podría influir en sus emociones. No quería ser un recordatorio constante de su dolor, pero tampoco podía evitar sentirse conectado a ella en este momento de vulnerabilidad compartida.

Observando a Tsuki arrodillada en el suelo, Shoto sintió una lucha interna. Quería decir algo que pudiera consolarla, algo que pudiera aliviar parte de su sufrimiento, pero sabía que sus palabras podrían caer en oídos sordos o incluso empeorar su dolor. En su lugar, eligió una acción que trascendiera las barreras del lenguaje: se arrodilló junto a ella, manteniendo una distancia lo suficientemente cercana para que ella supiera que no estaba sola.

La brisa fría continuaba acariciando sus rostros, pero en medio de ese momento de silencio compartido, Shoto esperaba que Tsuki sintiera la compasión y la empatía que irradiaban de él. No necesitaban palabras para entender el dolor del otro; solo necesitaban estar presentes el uno para el otro y compartir un momento de conexión genuina. En ese instante, el mundo parecía detenerse, y aunque no podían borrar sus heridas pasadas, quizás juntos podrían comenzar a sanar.

—No puedo siquiera mirarte sin pensar que eres él... —Tsuki dijo aquello, su voz sonaba quebrada y llena de dolor. —Quiero abrazarte, quiero decir cuánto lo siento, quiero golpearte por haberme dejado sola... ¡Pero no eres él! No eres el Shoto que conozco... no eres mi Shoto...

Las lágrimas de Shoto se unieron al viento que soplaba a su alrededor, una expresión silenciosa de su propio dolor y pérdida. Aunque él había aprendido a ocultar su sufrimiento tras una máscara de fortaleza, las lágrimas eran la prueba de que incluso el corazón más fuerte no podía evitar el dolor que venía con la pérdida. Recordaba los momentos compartidos, las risas, las conversaciones y los momentos de complicidad. Cada recuerdo era un puñal en su corazón, pero también era una prueba del vínculo especial que habían tenido.

—La primera vez que hablé con ella en realidad me pareció una chica insoportable. —Tsuki alzó su mirada confundida al escuchar las palabras de Shoto, pero él aún así siguió hablando. —No podía entender cómo alguien podía ser tan feliz y vivaz... luego de un tiempo en realidad me dí cuenta que sentía envidia de ella, de cómo todo lo podía ver como una oportunidad de siempre demostrar que puedes ayudar a los otros y alegrar su día... Pero de todas formas seguí sin entender por mucho tiempo...

Tsuki se mantuvo en silencio escuchando a Shoto, mientras él seguía tratando de encontrar las palabras adecuadas para explicar lo que él siente en ese momento, y cómo se sintió con Tsuki.

—Normalmente no dejo que nadie entre a mi vida... no deseo que las personas tengan un lugar en mi corazón porque eso significa ser vulnerable, cuando toda mi vida siempre me enseñaron a ser el fuerte sin importar qué... la cicatriz lo demuestra y es un claro recuerdo de ello... Pero- —la voz de Shoto comenzó a temblar un poco. —Pero ella simplemente se instaló allí, ¿Sabes? Como si fuera su hogar de hace años, como si supiera todo de mí...

Shoto recordaba cada vez que Tsuki lo hacía sentir feliz, especial, tranquilo, incluso enojado y molesto, pero lo hizo sentir algo... Porque ella había logrado acercarse a él cuando todo estaba en su contra.

—Incluso si yo no fuí bueno... Tsuki vió algo en mí, vió que necesitaba un amigo, alguien a quien yo pudiera contar... que necesitaba amor... y la perdí...

Shoto apretó sus puños con un poco de fuerza, decir aquellas palabras dolían muchísimo, pero él necesitaba decirle de alguna forma, necesitaba liberar este peso de una vez por todas.

—Cuando te ví sabía que no eras mi Tsuki... te ves como ella, hablas como ella y... dios... ¡Eres exactamente igual pero sé que no eres ella!... —Shoto sintió su voz quebrar y bajó su mirada a sus puños. —Te extraño como no tienes idea porque fuiste la que logró hacer que mi vida ya no se sintiera tan triste y solitaria, que supiera cómo es tener a una persona que siempre te acompañe y te apoye, que te haga sentir seguro y a bajar la guardia... cómo es sentirse querido...

Las palabras de Shoto resonaron en el aire, llenas de la tristeza y el anhelo que había estado guardando en lo más profundo de su corazón. Era un torrente de emociones que finalmente encontraron su salida, una confesión sincera de lo que Tsuki había significado para él y cómo su ausencia había dejado un vacío en su vida que nunca había sido llenado por nadie más.

El viento susurraba entre los árboles, como si estuviera llevando las palabras de Shoto hacia Tsuki. La distancia entre ellos se volvía insignificante en ese momento, porque las emociones compartidas trascendía cualquier espacio físico. Tsuki podía sentir en cada palabra el amor y la añoranza que Shoto tenía por ella, una conexión que el tiempo y el espacio no habían podido borrar.

Shoto levantó la mirada para encontrarse con los ojos de Tsuki, sus propias lágrimas reflejadas en los ojos de la chica. Aunque había una variante en esta realidad, el sentimiento detrás de sus palabras seguía siendo real y profundo. La comprensión que existía entre ellos, la conexión que habían compartido en su propia línea de tiempo, trascendía cualquier cambio en el multiverso.

Tsuki podía sentir el poder de las palabras de Shoto resonar en su propio corazón, y aunque el dolor y la confusión seguían presentes, también estaba la certeza de que había sido importante en la vida de alguien, que había dejado una huella profunda. Las lágrimas continuaban cayendo, pero ahora no eran solo lágrimas de tristeza, también eran lágrimas que expresaban la emoción de ser recordada y querida.

El viento parecía llevar consigo un suspiro de entendimiento y complicidad, como si el mismo universo estuviera testificando el momento en que dos almas heridas se encontraban para sanarse mutuamente, a pesar de las adversidades y las diferencias.

El momento de conexión y cercanía entre Tsuki y Shoto se vio interrumpido bruscamente por la cruel realidad que los rodeaba. El glitch, como una ráfaga de electricidad errática, sacudió sus cuerpos y mentes, recordándoles que estaban fuera de lugar, que sus almas pertenecían a líneas universales distintas. El dolor que experimentaron fue más allá de lo físico, era una sensación de desarraigo, de sentirse atrapados en una realidad que no les correspondía.

Los destellos distorsionados y las interferencias visuales inundaron su percepción, como si sus propias existencias estuvieran siendo desgarradas por las diferencias entre universos.

Shoto y Tsuki quedaron frente a frente, pero la brecha entre ellos parecía insalvable. Los recuerdos y sentimientos compartidos aún estaban presentes, pero la realidad cruel se interponía en su camino. En sus ojos, se podía ver la tristeza y la resignación de no poder cambiar lo que eran ni donde se encontraban. Sin embargo, incluso en medio de esa desolación, aún existía un atisbo de esperanza, una chispa que les recordaba que el vínculo que habían compartido no se desvanecerá completamente.

—Shoto... —Tsuki trató de hablar pero otra oleada de dolor inundó a ambos, haciendo que de a poco comenzaran a retorcer en el suelo.

El descontrol del quirk de Tsuki se manifestaba en forma de portales que se abrían a su alrededor, como fisuras en la realidad que amenazaban con tragarlos a ambos. El viento comenzó a soplar con fuerza, arrastrando hojas y ramas que parecían ser arrastradas hacia los portales como si fueran aspirados por una fuerza magnética. Los destellos y parpadeos en el espacio-tiempo eran como cicatrices en el tejido del multiverso.

Shoto luchó para ponerse de pie, sintiendo cómo la energía que fluía a través de los portales parecía arrancarle la esencia misma. Pero a pesar del dolor y la debilidad, sus ojos nunca abandonaron a Tsuki. A medida que los portales se abrían y se cerraban caóticamente, Shoto dio un paso hacia ella, extendiendo una mano en su dirección.

—¡Tsuki, lucha contra ello! ¡No dejes que te arrastre! —gritó con todas sus fuerzas, la determinación en su voz reflejaba la urgencia de la situación.

A pesar de las circunstancias, Shoto no podía evitar sentir un vínculo inexplicable con Tsuki. Aunque sus realidades eran diferentes, algo en su encuentro los había conectado de una manera única. La lucha contra los portales no solo era física, sino también una lucha interna de ambos para mantenerse en pie y resistir la atracción que los separaba.

Tsuki, con sus manos temblorosas y lágrimas en los ojos, luchaba por retomar el control de su propio quirk. La fuerza de su voluntad se enfrentaba a la vorágine de los portales, como si estuviera desafiando las mismas leyes del multiverso. Su grito de determinación se mezclaba con el ruido ensordecedor de la energía que se liberaba.

En ese instante, el destino parecía balancearse en un filo afilado, el tiempo y el espacio colisionaban mientras Shoto y Tsuki luchaban para mantenerse unidos, para no ser arrastrados por las corrientes turbulentas de sus propias realidades. En medio de la tormenta de portales y emociones, sus miradas se encontraron una vez más, y en ese breve momento, el miedo inundó a ambos al ver como los portales comenzaron a llevarlos a los lados contrarios...

Tsuki y Shoto extendieron sus brazos queriendo tomar al otro, pero fué en vano... La voz de Tsuki llamando a Shoto de forma desesperada y desgarradora resonó en las montañas cuando finalmente todo en la vista de Shoto... se oscureció. 

MARATÓN 3/3 Y CON ESTO FINALIZAMOS LA MARATÓN DE MULTIVERSE AAAA
Dios, fue re intenso escribir este capítulo sin llorar jaja
Espero que lo disfruten mucho y nos vemos en los próximos capítulos <3
Atte: Masha 🐻

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