terminamos nuestro entrenamiento y estábamos agotados. Me senté en una silla y Bree lo hizo a mi lado. Me agarró la mano y empezó a juguetear con mis anillos. Le sonreí y volví mi mirada al resto de los biónicos.

-¿Estamos todos de acuerdo que estos entrenamientos son demasiado largos?- pregunté.

-Sí.- dijo Bree.- Hemos entrado durante cuatro horas en sábado. Los adolescentes normales se quedan en su casa durmiendo un sábado.

-O viendo una película.- dijo Adam, yo le miré y chocamos los puños.

-O estudiando.- cuando Chase dijo eso, los tres le miramos con el ceño fruncido. Vi unas cajas y me levanté a por ellas. Las abrí y empecé a sonreír.

-¿Que hay ahí?- preguntó Bree.

-Fotos. De la primera vez que nos vimos.- Chase se puso a mi lado y cogió otra foto.

Estuvimos durante media hora viendo fotos hasta que en una se veía a una mujer morena con el pelo rizado muy sonriente junto al Sr. Davenport y otro señor. Miré triste la foto y Bree lo notó. Suprimí un sollozo y guardé la foto.

-Katy, estás bien?- preguntó.

-Sí, es que esta mujer se parece mucho a mi madre.

-¿Puede que sea tu madre?- dijo Adam.

-No creo. En ese caso cuando murió me habría dejado a cargo de alguno de ellos.- señalé al Sr. Davenport y al otro hombre en la foto.- Pero me quedé con mi padre.

-Kath... He utilizado mi reconocimiento facial de Industria Davenport y hay una coincidencia.- dijo Chase. Todos le miramos.- Esa mujer es Hayley Rogers.- Yo aparte la mirada a punto de llorar.- Es tu madre.

-Necesito un momento.- dije con la voz temblorosa.

Salí del laboratorio y estuve caminando sin rumbo durante cuarenta y cinco minutos hasta que llegué a un lago y me senté en una roca que había. Empecé a hiperventilar y de un momento a otro, solté una honda expansiva de energía. La misma energía que mi biónica. Caí de rodillas llorando. Noté una ráfaga de viento detrás mío. Era Bree con sus hermanos. Decidí ignorarlos. De repente noté unos brazos rodeándome en una abrazo. Yo seguí el abrazo. Me giré y vi a Chase.

-¿Estás bien?- preguntó.

-No. Sigo sin poder descubrir la razón por la que mi madre me dejó a cargo de mi padre aún sabiendo que él no era la mejor persona para mí. Conocía al Sr. Davenport pero decidió dejarme al cargo de un alcohólico.

-No puedo decirte que se como te sientes porque no es verdad, pero sí que puedo decirte que ahora nos tienes a nosotros. Ahora me tienes a mí.- volvieron a salirme lágrimas. Adam, Bree y Leo se unieron al abrazo.

-Quiero volver a casa.- susurré.

-Ven, te llevo.- dijo Bree extendiendo la mano. Yo se la di.

-Pero quiero ir andando.

-Pues andando iremos.- dijo Leo.

Les sonreí a los chicos. Bree me dio la mano y fuimos juntas todo el rato. Estábamos un poco más adelantadas que los chicos. En ese momento solo quería llegar a casa y que Bree me contara todo lo que quisiera. Yo hablaba a Bree pero mi mente solo pensaba una cosa, lo que me había dicho Chase. Que ahora les tenía a ellos y que me olvidara del pasado.