Parte 2
- Sigamos, el tiempo es oro en estos días - dijo rápidamente Nami.
- Cierto, además de que si no nos apuramos Ester nos puede pillar - murmuro Ran por lo bajo.
Todos volvieron a poner atención a la pantalla.
De pronto se empezó a escuchar un tambor a la distancia a lo que Fa Zhuo pone una cara seria y se levanta.
Todos los soldados se tensaron al escuchar los tambores.
- ¿Qué es eso? - pregunta Mulán volteando la mirada.
Se muestra a un hombre tocando un gran tambor en la sima de una torre roja.
La pantalla muestra cómo se acercan desde la distancia tres caballos en los cuales se acercan dos caballeros robustos sosteniendo unas banderas y un hombre delgado de ropas azules.
Chi-Fu al verse en la pantalla algo hiso clik en su cabeza y miro a Mulán impactado a lo que la chica se encogió de hombros. El delgado hombre se puso pálido y se encogió en su lugar cosa que llamo la atención de todos los presentes.
Fa Zhuo abre la puerta junto a su esposa, atrás de ambos se encuentra Mulán tratando de ver hacia afuera. El hombre sale con un rostro serio mientras la mujer mira preocupada a su esposo, antes de salir gira para ver a su hija que tenía la intención de seguirlos.
- Mulán, quédate adentro - le dice su madre logrando que Mulán detuviera su andar.
- ¿Alguien más tiene un mal presentimiento, o solo soy yo? - pregunto un soldado del general Li.
- Yo igual lo tengo - dijo uno de los compañeros de Mulán.
Las hermanas al oír eso solo pudieron hacer unas muecas y desviar la mirada lo que incomodo a los que pudieron verlas.
En eso la abuela que estaba detrás de la chica carraspea llamando la atención de la joven. Entonces apunta en dirección de el granero antes de seguir a la mujer y Mulán va corriendo en la dirección indicada por su abuela.
- Me sigue agradando tu abuela. - comento Yao.
Se ve como Mulán está mirando sobre el muro que separa la casa de la calle.
- ¡Ciudadanos! - grita el hombre delgado de vestimentas azuladas llamando la atención de los ciudadanos - Traigo una proclamación de la ciudad Imperial. ¡Los Hunos han invadido China! - al decir eso se empezaron a escuchar murmullos preocupados de las personas de la calle. Mulán ve esto y desvía su mirada a una mujer joven que estaba entrando a su pequeña hija dentro de su respectiva casa - Por orden del Emperador un hombre de cada familia deberá enlistarse en el ejército imperial. - anuncia para despues abrir un rollo de papel y empezar a leer
- Emm.. de casualidad, ¿no tendrás otro pariente que sea hombre aparte de tu padre? - pregunto un soldado del general Li a Mulán.
Mulán solo negó con la cabeza.
- Ho...
- ¡La familia Xiao! - se ve como un hombre delgado y alto con vestimenta azulada pero desarreglado toma el rollo que le es extendido por uno de los guardias - ¡La familia Yi! - un anciano de bajá estatura, barba ya blanca por la edad y vistiendo ropas azules se acerca, pero es detenido por un joven a su lado. El cual era más alto y vestía con ropas verdosas.
- Yo serviré al Emperador en lugar de mi padre. - dice el joven para tomar el rollo de papel.
El hombre se detiene un momento antes de leer el siguiente nombre mirando en la dirección de la casa de Mulán.
- ¡La familia Fa!
Todos los presentes se tesaron un poco.
- No.. - dice la joven en un susurro angustiada antes de dirigir su mirada hacia sus padres.
Fa Zhuo le da su bastón a su esposa antes de pararse recto y empezar a caminar cojeando hacia los soldados, mientras la mujer miraba preocupada y triste a su esposo mientras las personas del pueblo se movían para dejarlo pasar.
Hace una reverencia ante los soldados antes de hablar - Estoy dispuesto a servir al emperador. - dice firme y uno de los soldados le extiendo un pergamino.
Pero antes de que lo tomara - Padre, no puedes ir - dice Mulán angustiada desde atrás.
- Ho no.. - fue el pensamiento de los compañeros de la chica.
Por otro lado, los soldados se quedaron impresionados por la imprudencia de la niña en la pantalla.
- Esto acabara mal... - murmuro alguien en la silenciosa sala, pero nadie pudo decir quién fue.
- ¡Mulán! - dice el hombre sorprendido al ver a su hija interponerse entre él y el soldado.
- Por favor señor, mi padre ya ha peleado valientemente- - le suplica la joven antes de ser interrumpida por el hombre delgado que cabalga hasta quedar frente a ella.
- ¡SILENCIO! - le demando el hombre ates de dirigirse al padre de Mulán
Los compañeros de Mulán se tensaron al escuchar el grito y miraron al pálido hombre que estaba con ellos con rabia.
En respuesta a esas miradas frías Chi-Fu solo pudo temblar ante las miradas divertidas de las hermanas.
- Debería enseñarle a su hija a no abrir la boca, en presencia de un hombre - de dice con altanería antes de extender su mano al soldado quien le entrega el pergamino de la familia Fa.
En la sala se escucharon barios gruñidos.
- Mulán, me estas deshonrando... - le murmura a su hija preocupado mirando al rededor.
Solo con esas palabras la temperatura de la sala bajo de golpe.
La abuela se acerca en silencio a su nieta y la aparta lentamente de su lugar y la hace retroceder lentamente.
- En el campamento Wo-shon mañana - le ordena extendiéndole el pergamino el cual Fa Zhuo acepta rápidamente.
- Si señor - dice en voz alta antes de girarse y caminar lentamente hacia su casa mientras los ciudadanos nuevamente abren un camino para él.
- La familia Chao - se escucha la voz del hombre de ropas azules mientras se enfoca en Fa Zhuo que va cojeando hasta llegar a las puertas de su hogar donde Fa Li le extiende su bastón, pero este no lo toma y sigue caminando.
- La familia Mei
Todos miraban la pantalla con atención y con una rara sensación en el estómago.
Las tres mujeres de la familia se miran preocupadas antes de ver en la dirección donde se fue el único hombre de la familia. En ese ínstate se enfoca la espalda de Fa Zhuo quien caminaba lentamente debido a su pierna en dirección a su casa.
La imagen cambie mostrando ahora como se abre un armario. Mostrando desde atrás como Fa Zhuo mira su armadura la cual se encontraba guardada.
- Wow...
Los presentes prestaron más atencion al ver a Fa Zhuo, pero aún estaban algo tensos por la situación.
Mulán se acerca lentamente con una pequeña vela y en completo silencio hacia la habitación donde estaba su padre y lo ve desde afuera como esté toma la espada del armario.
Se ve como el hombre saca la espada de su funda antes de darse la vuelta y ponerse en posición, Mulán mira preocupada desde la esquina de la puerta como su padre practica con el arma con gran fluidez y precisión.
Todos miran impresionados los movimientos fluidos y precisos del hombre.
- Tal vez... él si pueda... - dijo al aire uno de los soldados, tensando a Mulán.
- La verdad se ve bastante bien - dijo otro soldado.
Y así siguieron los mormullos y comentarios de los soldados del general Li. Sin embargo, los compañeros de la chica, así como Shan y Chi-Fu que habían escuchado las razones de la chica para hacer lo que hizo estaban dudosos.
Se muestra la sombre del hombre en la pared practicando y aun lado se distingue un poco como Mulán ve todo, hasta que al hacer un movimiento extendido suelta un quejido antes de soltar la espada por el dolor. Se muestra la espada cayendo al suelo y despues a Mulán que en un auto reflejo quiere acercarse a su padre al verlo caer al suelo, pero rápidamente retrocedió ocultándose.
Todos se impactaron al escuchar el quejido y se miraron entre ellos impactados.
El hombre se logra parar con mucho esfuerzo y apoyándose en uno de los pilares mientras respiraba con dificultad antes de tomar el pergamino y mirarlo un segundo para despues apoyarse en el pilar. Se ve cómo Mulán a su vez retrocede con miedo y se apoya en la pared respirando con dificultad por el miedo.
- Sean sinceras - dijo el General Li - Si ese hombre vuelve a entrar en el ejército, ¿qué le hubiera pasado?
Las hermanas se miran entre ellas nerviosas antes de que Mari tomara la palabra por todas las demás.
- Si Fa Zhuo volviera a enlistarse... bueno, lamento decirlo, pero lo más probable es que no hubiera sobrevivido ni siquiera al entrenamiento inicial. - dijo la joven de pelo lizo.
Se escucho el grito ahogado de Mulán quien impactada se llevó la mano a la boca.
- S-sabía que él no soportaría el volver a pelear, pero.... esto.... - dijo la chica ahora estaba tan blanca como el papel.
- Lo sentimos mucho Mulán, pero teniendo en cuenta el nivel de medicina que tienen y sabiendo que tu padre casi se desmaya por practicar unas cuantas poses de batalla no podemos asegurar que tan bueno sea su estado de salud y que tanto daño haya causado esa vieja herida en el tejido muscular de tu padre - dijo ahora Sofi de forma suave para intentar calmar a la joven frente a ella.
- Para darte una respuesta completa tendríamos que revisar el estado de salud de tu padre por nuestra cuenta y aun así tardaríamos unos meses en hacer unos estudios y tener los resultados de las pruebas que consideráramos prudente hacerle. - siguió Mari con la explicación de su gemela.
- Espera, ¿ustedes pueden hacer eso?
- Podemos, pero qué tal si terminamos esto primero y despues hablamos de si podemos ayudar a tu padre, ¿estás de acuerdo con eso? - pregunto Ran a lo que Mulán solo pudo asentir.
Después de eso la sala quedo en completo silencio mientras Li Shan, Yao, Chien-Po y Ling se sentaban más cerca de la joven. Unos minutos despues todos volvieron su atencion la pantalla.
La escena cambia la de Mulán sirviendo el té a su familia durante la cena.
- Soy solo yo o esto es incómodo - murmuro un soldado a lo que muchos asintieron.
Todos comían en absoluto silencio, lo único que se escuchaba eran los truenos que resonaban desde afuera anunciando una tormenta. La joven mira a su abuela la cual le devuelve la mirada preocupada, despues mira a sus padres que comían en silencio sin mirar a nadie.
La pantalla enfoca a Mulán que miraba a la nada de forma seria antes de fruncir el señó.
- Va a explotar~ - dijo de forma juguetona Hanna a lo que Nami asintió igual de divertida.
Debido a esas palabras un escalofrió recorrió las espaldas de los presentes. (A excepción del Emperador, ese estaba igual o más divertido que las aprendices)
En eso dejar bruscamente su tasa de té en la mesa.
- ¡No es tu obligación! - dice levantando levemente la voz mientras se para de forma brusca.
- Y exploto~ - murmuro entre risitas el Emperador, pero no lo escucharon.
Mientras él y las chicas estaban divertidas por lo que estaban viendo, Mulán se sonrojaba fuertemente divido a la vergüenza mientras los hombres se sobren saltaron, algunos dando leves brincos.
- Mulán - exclama su madre sorprendida.
- Ahí muchos jóvenes que lucharan por China.
- Bueno, ella tiene un punto - dice el general Li.
- Es un honor proteger a mi país y a mi familia - le responde calmado su padre.
Todos se miraron entre ellos, para despues mirara a las chicas que los trajeron a ese lugar.
- Es terco, como una mula - dice Ran mirado la pantalla.
- De algún lugar tenía que salir Mulán - comento divertida Nami a lo que la mencionada se puso más roja.
- ¿Así que morirás por tu honor? - le reclama enfadada.
- Tengo que hacerlo por dignidad - le dice parándose de la mesa.
-Pero-
- Se cual es mi lugar, y es tiempo de que conozcas el tuyo - le dice de forma molesta a lo cual su hija lo mira sorprendida antes de irse corriendo y su padre se sienta nuevamente de forma lenta.
La sala queda en un silencio sepulcral mientras la joven se removía incomoda.
- Si de algo ayuda, puedo decir que tu familia es mucho más funcional que muchas otras que he visto. - le dice Hanna con una sonrisa.
Se ve como Mulán sale de la casa y se apoya en un pilar intentando retener las lágrimas, mientras el viento soplaba cada vez más fuerte. La joven ve al cielo viendo como las grandes nubes oscuras cubrían el cielo nocturno.
Shang junto a los amigos de la chica la miran preocupados mientras Mushu le daba un abrazo junto a Criki.
La imagen cambia ahora mostrando a Mulán llorando, sin importarle la lluvia en la estatua de dragón ubicada en su patio. Ella levanta la mirada para ver su reflejo en un charco de agua que se formó a sus pies, para despues levantarla y mirar en dirección a la ventana de la habitación donde estaban sus padres, donde puede ver sus sombras gracias a la luz de una vela.
En esta se aprecia como Fa Zhuo intenta consolar a su esposa, pero esta se aleja de él ante la mirada angustiada de su hija, el hombre despues de que Fa Li se alejara apaga la vela dejando la habitación en completa oscuridad.
La pantalla se acerca a la cara de Mulán y como poco a poco su expresión cambia de preocupada a decidida, para despues irse de aquel lugar.
- ¿Ahí se te ocurrió? - le pregunto Yao a lo que la joven asintió con una sonrisa nerviosa.
Ling le dio un codazo de forma amistosa relajando un poco a la chica que le devolvió el gesto.
Se aprecia como Mulán entra al templo familiar donde enciende incienso como ofrenda a sus antepasados antes de hacer una reverencia he irse corriendo, todo esto siendo visto por el grillo que dejo en libertad entes quien la empezó a seguir.
La sala queda en silencio una vez más totalmente pegados a la pantalla con un poco de incomodidad.
La imagen enfoca a las tumbas antes de cambiar a la habitación de sus padres donde la joven toma el rollo de su padre que estaba aún lado de la cama para dejar su peineta, deteniéndose a ver con una sonrisa como estos duermen tranquilamente para despues correr afuera de la habitación.
Tanto el General como el emperador junto a varios soldados que eran padres se tensaron notoriamente al ver la escena en la pantalla antes de dirigir su mirada a la chica en la sala y después de unos segundos volver a mirar la pantalla con seriedad.
La imagen cambia al reflejo de la chica en la espada de su padre, mientras esta la sacaba de su funda para despues acercarla a su largo cabello para despues serrar los ojos para tomar valor y cortarlo con la espada. Se ve como poco a poco en el suelo caen mechones de su cabello.
Mulán para este punto estaba bastante incomoda con las miradas que a ratos le enviaban.
Se ve como la joven ya con el cabello corto se lo toma en un moño con una cinta verde. La imagen vuelve a cambiar esta vez al armario donde su padre guarda su armadura, la cual la chica abre para despues pasar a ver como esta termina de ponerse la armadura. Se muestra la espada de frente para despues ponerse de lado dejando ver la cara de la joven antes de guardarla.
- En realidad, ahora que lo pienso - murmuro Nami mirando fijamente la pantalla - Te pareces mucho a tu padre cuando este era joven.
- ¿En serio? - pregunto sorprendida. - Normalmente me dicen que me parezco más a mi madre.
Las chicas solo sonrieron ante eso y siguieron viendo la pantalla.
La pantalla cambia ahora al establo donde Mulán entra asustando a su caballo al no reconocer a la chica, la cual rápidamente se acerca a calmarlo lo cual funciona ya que el corcel reconoce la voz de su dueña. Para despues ambos salir del establo de forma lenta, ante la atenta mirada del pequeño grillo. Una vez afuera tanto la chica como el corcel giran sus cabezas para ver la casa antes de que Mulán salga de esta rápidamente con su corcel en medio de la lluvia.
La pantalla cambia al interior del templo dende una de las lapidas se ilumina levemente para pasar rápidamente la cara de la abuela quien se acaba de despertar de un salto.
Ante lo visto todos jadearon en una sincronía casi perfecta.
- ¡Mulán se ha ido! - exclama entrando repentinamente al cuarto de Fa Zhuo y Fa Li los cuales despiertan alterados
- ¿Que? - pregunta desorientado el hombre antes de enfocar su vista en la mesita aun lado de su cama donde se encontraba la peineta de su hija tomándola y negando con la cabeza - No puede ser...
Mulán mira angustiada la pantalla, el ver como su padre reaccionaría a la noticia realmente la preocupaba.
La escena cambia mostrando como Fa Zhuo va rápidamente al armario donde se encontraba su armadura el cual se encontraba semi abierta. El hombre abre completamente las puertas encontrando el armario vacío ante la mirada impactada del hombre.
La pantalla cambia a fuera de la casa, mostrando como Fa Zhuo corría como podía con su bastón, intentando ir por su hija - ¡Mulán! - Pero apenas llega a la mitad del patio delantero antes de tropezar mirando las puertas abiertas que chocaban débilmente la una con la otra - No...
- Papá... - Dijo en un jadeo llevando una mano a la boca.
Los soldados por otro lado miraban con lastima al hombre en la pantalla o simplemente desviaban la mirada de la pantalla. Las princesas se sintieron mal tanto por el hombre como por la chica que estaba presente a unos asientos de distancia.
En ese momento Fa Li quien venia siguiéndolo le ayuda a ponerle de pie antes de decirle preocupada - Debes ir tras ella, podrían matarla - en ese momento se pone de pie nuevamente.
Pero el hombre la detiene rápidamente.
- Si la descubro, morirá... - le dice para despues abrazarla para consolarla.
La sala estaba en un tenso silencio, nadie se atrevía a decir palabra ante la tensa situación.
La abuela los ve desde la entrada de la casa con una linterna en silencio.
- Ancestros, escuchen nuestra oración, cuiden a Mulán...
La imagen cambia al del templo donde la única luz en el lugar es el incienso que dejo la chica antes de irse, el cual fue apagado por una ráfaga de viento. Entonces las letras de una tumba empezaron a iluminarse con una luz celeste que fue subiendo.
Para este punto todos dejaron el incomodo silencio y tención a cambiarlo por la incredulidad y asombro por lo que se estaba mostrando ante ello.
- Y aquí es cuando Mushu entra en escena. - dice feliz Hanna totalmente ignorante al asombro de los presentes.
Por otra parte, el mencionado estaba oculto en la mochila de Mulán.
De pronto una alarma empezó a solar del reloj que tenía la mayor de las gemelas.
- Oh mierda - dijo Ran
- Tenemos que irnos, nuestra hermana está saliendo de su habitación - dijo rápidamente Nami parándose siendo seguida por sus demás hermanas
- Ella no sabe que están aquí y nos matara si se entera, así que terminamos por hoy.
- Creo que no les dijimos, pero si van por el camino de la derecha saliendo de esta sala encontraran habitaciones, acomódense ahí. - le dijo rápidamente Ran a los presentes que miraban confundidos
- Les enviaremos la cena a sus habitaciones - le siguió Mari - mañana temprano los despertaremos y les daremos su desayuno, por mientras intenten pasar desapercibido, al menos por ahora.
- Nos vemos mañana - todas se despidieron para despues salir corriendo por la puerta.
Se quedaron sentados aun confundidos mirándose entre ellos.
- ¿Que acaba de pasar? - pregunto un soldado amigo de Mulán.
Rápidamente el general Li se recompuso junto al emperador y ambos se pararon de sus asientos.
- Bueno, por el momento seguiremos sus indicaciones he iremos a nuestras habitaciones - dijo el emperador dirigiéndose al general y sus hijas.
Las princesas se pararon de forma delicada para despues seguir a su padre.
Los soldados se miraron entre ellos para despues rápidamente pararse y ponerse en fila siguiendo las indicaciones del general y así todos salieron de forma silenciosa de la sala de reacción.
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