La tarde es hermosa y tranquila, los pájaros cantan sus melodías armoniosas, las personas están tranquilas al saber que el día laboral a terminado, el viento sopla en mi rostro con una agradable brisa y Jimin reclama que el bus no llega... Algo tenía que cagar el momento. Lo miro maldecir en bajo, por alguna cosa, sonrió como tarado al ver su nariz rojita.

—¡¿Qué tanto me vez?! —salgo de mi nube de pensamientos.

—Nada —bien es hora del poner en marcha el plan, el bus llego con quince minutos de retraso, Jimin se sentó en la ventana, sacó su libro y siguió leyendo y yo como buen compañero me senté a su lado para observar lo que leia— ¿Que lees? —le pregunté.

—Qué te importa —muerdo mi lengua ignorando su falta de respeto.

—Vamos ¿Dime? —insisto.

—IT —responde de mal humor.

—¡wow! ¿No sabía que te gustaba leer esas cosas? —El plan comenzó, tal vez preguntándole por sus gustos me muestre su sonrisa.

—No me gusta —me responde cortante.

—¿Ah? —ahora no entiendo nada.

—La película fue muy aburrida y tonta quiero saber por qué el cine arruino una gran obra de arte. —sigue leyendo y yo lo Observo, aleja su vista de la lectura y me ve burlon— acéptalo la película fue horrible, es mejor leerlo que verlo uno puede imaginar mejor las cosas.

Asiento perdido en sus bellas facciones—  Tienes razón la película fue un asco.

—Uhg —y ahí terminó nuestra conversión, ambos nos dirigimos a la casa del menor para empezar nuestro trabajo.

Plan número cuatro: ¿fallido?

Nota: Prefiere lo clásico que lo nuevo. Hablando honestamente a mi si me gusto la película pero no le digan a Jimin.

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