Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

XXI

Ya había pasado una semana desde el incidente.

Chris ya podía caminar normalmente, sin forzarse demasiado.

Estaba de vuelta a casa después de ver a Erick toda la tarde.

Entró y su madre lo esperaba en el living.

—Hola, amor. ¿Hay noticias?

—No, nada —dijo desanimado y se sentó junto a ella.

—Lo siento —Chris se limitó a asentir levemente y mirar sus manos sobre la mesa.

—Oye... Chris.

—¿Qué sucede?

—Tu padre quiere volver a la casa. Sabes que de ser por mí no entraría pero, me tiene amenazada y no sé qué hará si no lo dejo entrar. Hoy fui a la comisaría y lo denuncié, tengo que esperar. Mañana llamaré al número de quienes ayudan a las mujeres víctimas del maltrato de género.

—Está bien, no te preocupes por mí. Pienso ir más tiempo al hospital.

—¿Estás seguro?

—Sí.

—Está bien. Hay comida en la nevera, voy a ir a mi cuarto.

—Gracias.

—No es nada —se levantó y se fue.

Christopher se quedó en la mesa.

Tenía muchas emociones atrapadas.

Quería ver a Erick, quería verlo sonreír, que vaya de aquí para allá animado e insistiéndole para que vayan a la heladería.

Quería oírlo reír y que le dijera que lo amaba.

Se levantó sintiéndose débil y fue hasta su habitación con pasos torpes.

Cerró la puerta y al ver el cuarto a casi oscuras, viéndose a él solo llevó su mirada a sus pertenencias.

Aún podía ver a Erick dormido en su cama como un burrito mientras él jugaba a su videojuego.

Aún podía ver a Erick sentado en su escritorio tratando de dibujar un paisaje.

Aún podía ver a Erick ir y venír en su cuarto, haciendo idioteces, contándole alguna anéctoda, hablándole de sus estudios.

Lo necesitaba más que a nadie.

Al siguiente día llegó al hospital con el mismo estado de ánimo.

Sentía que Erick estaba perdiendo su vida lentamente, sentía que con cada segundo lo perdía aún más.

Tenía tanto miedo de dejarlo solo, quería quedarse a su lado las 24 horas del día, le daba igual estar solo con un chico en coma, porque al fin y al cabo era su chico.

Llegó al cuarto y para su sorpresa Richard se encontraba ahí.

—Hola. Buenos días —saludó.

—Hola. Igualmente —devolvió y se sentó en el suelo puesto que el contrario estaba en la silla.

—Vine temprano porque no podré verlo en la tarde y por dos días no voy a poder pasar. Espero que no te moleste.

—Para nada. Me alegra que le hagas compañía.

—Gracias.

—No hay por qué. Oye, Richard.

—Díme.

—Sabes... yo... todos los días, bueno, menos los que sólo llego a pasar menos de una hora pero fuera de esos, me encargo de estimular los músculos y articulaciones de Erick.

—¿Qué cosa?

—Estimular sus músculos y articulaciones. Lo hago durante 3-4 horas, para que Erick el día de mañana, si despierta, pueda tener una rehabilitación más rápida y no tenga muchas dificultades. A lo que voy es, yo una vez a la semana debo ir a recojer pastillas para mi depresión y ansiedad, desde que Daysi dejó de ayudarme en esto, casi un mes, dejé de ir a buscarlas, abandoné mis medicamentos. Lo que yo quería pedirte es que cuides a Erick un día a la semana y si puedes, hagas los ejercicios que yo hago para ayudar a su cuerpo. El viaje para buscar mis pastillas es largo y me toma mucho tiempo, me da miedo dejar a Erick solo, más en estos momentos tan críticos.

—Entiendo —asintió levemente y permaneció pensativo un momento—. Puedo venír los viernes, ¿Te sirve?

—Sí, claro. Muchas gracias.

—No es nada. Necesito que me digas los ejercicios y me ayudes a practicarlos.

—Desde luego, no hay problema con eso. En verdad te agradezco.

10 de octubre, 2016.

Christopher despertó perfectamente con su alarma, creía que tendría problemas pero por suerte no fue así.

Se vistió con la ropa que había preparado la noche anterior y se aseguró de tener todo antes de salír.

Hoy le tocaba ir a pie a la casa de Erick ya que, no irían a tomar un helado, al parque o a la casa de Chris.

Llegó tras media hora de caminata y ahí estaba su chico, abrigado a más no poder por el fuerte frío de esos días y, con un moretón en su mejilla izquierda.

Chris hizo un pequeño ademán y se regañó a sí mismo, no iba a hacer ningún comentario o pregunta respecto a ese hematoma visible, no quería incomodar a Erick en ese día especial.

—¿Y se puede saber para qué me hiciste levantar a las 6 de la mañana? Estamos en época de frío, ni siquiera el sol salió todavía.

—Shh, cállate un momento, Brian —dijo y el nombrado se levantó sin quitar las manos de sus bolsillos. Caminó hasta Chris y estampó un corto besito en sus labios.

—Buenos días.

—Igualmente. Ven, vamos a sentarnos un momento en lo que llamo a un conductor para que nos lleve.

—¿A esta hora?

—Trabajan desde temprano, tú dame tiempo.

—Lo que digas. Aunque, voy a morír de frío mientras esperamos, más aquí afuera.

—No importa, resiste, amor mío —comentó con un tono de novela y Erick rió.

—Qué idiota eres.

—Eso no es lindo de oír.

—Lo siento. ¿A dónde vamos?

—Es un secreto. Cuando lleguemos lo verás. Pasaremos toda la tarde allí.

—Agradece que me agarraste en domingo porque de lo contrario, tendría problemas.

—Anotado —Erick sonrió.

Se quedaron en silencio, Chris estaba enviándole un mensaje a un conductor que conocía y Erick miraba hacia la calle en silencio.

Se sentía mal por llevar un visible hematoma en su rostro, pero no podía hacer más.

Su padrastro aumentó el peso de su golpe la última vez y este fue a parar a su rostro.

—Listo, en 10 minutos sale para aquí. No tardará mucho —avisó y guardó su celular. Al notar que Erick no le respondió lo miró, viendo su perfil—. ¿Qué hay de interesante en la calle?

—Nada en particular —respondió y bostezó. Se volteó hacia Chris y al encontrarse con su mirada sonrió inconscientemente.

Estaba muy enamorado.

—Sabes que te amo, ¿Verdad? —dijo Erick espontáneamente luego de verse mutuamente unos segundos.

—¿En la mañana te pones cursi o cómo es? —el contrario sonrió.

—Tal vez.

—Voy a empezar a buscarte en la mañana más seguido entonces.

—Ni se te ocurra. Voy a denunciarte si lo haces.

—De igual forma lo pensaré.

—Ah bueno, haz lo que quieras —dijo y miró al frente riendo un poco.

Chris correspondió su alegría y tras pasar un momento, suspiró.

Amaba estar con Erick y temía que lo que sea que le pasaba, llegue a arrebatarle estos momentos.

Sentía a su corazón hacerse pequeño de sólo pensar en no tenerlo.

Se acercó a Erick aún este mirando al frente y depositó un dulce beso en su mejilla.

—Yo también te amo —"mucho más de lo que me gustaría" pensó.

Tardaron casi una hora en llegar a su destino, Chris fue cubriéndole los ojos a Erick desde que bajaron del auto, el contrario sólo lo regañaba y le pedía que lo soltara porque de lo contrario, dejaría de verlo.

—Bien, maldito quejón, ya puedes ver.

—Por fin. Y si me quejo es porque tú me obligas —dijo quitando las manos de Chris de sus ojos y al ver, se quedó impresionado.

Estaban en una pequeña colina, al borde del abismo.

Podía verse un amanecer hermoso, el cielo tenía una hermosa gama de colores cálidos que le provocaban una increíble sensación de paz.

Sus ojos se iluminaron y Chris sólo se dedicó a admirar el destello de estos.

Aún teniendo un hermoso paisaje frente a sus ojos, prefería admirar a Erick.

—Esto es hermoso —dijo maravillado y se volteó a Chris notablemente feliz.

Chris al verlo, sintió unas inmensas ganas de llorar.

Aún con ese moretón es su mejilla y sus notables ojeras se veía hermoso ante sus ojos.

Soportaba fuertes golpes, problemas mentales, temía por no estar vivo al siguiente día. Deseaba que su dolor acabara y todo se le hacía cada vez más difícil.

Y Después de mucho tiempo viviendo junto a todo aquello, Erick verdaderamente se sintió feliz.

Estaba emocionado y ansioso, le encantaba el paisaje a la vista.

Chris quería abrazarlo y romperse, amaba ver a su chico bien después de mucho tiempo que notaba cómo fingía.

No se arrepentía de haber gastado sus ahorros en ese conductor ni tampoco de todo el dinero que gastó en las salidas con Erick.

Al final del día, su felicidad la encontraba en ese chico.

Erick miró al frente nuevamente y sintió lágrimas aproximarse.

Temía tanto porque un día su padrastro se vaya de mano con los golpes, temía hacerse un fuerte daño él mismo. Temía morir.

Aún así, si moría, no le importaba.

Él moriría feliz por saber que conoció a Christopher y tuvo a alguien que lo ayudó a soportar todo su dolor.

No le alcanzaba esta vida para agradecerle.

Sin romper el silencio formado mientras se dedicaban a ver el paisaje, Erick tomó la mano de Chris y entrelazó sus dedos. Este lo miró al instante.

Para él el mundo se volvió sólo de ellos dos, estaban solos en el mundo por un momento. Creyó aquello al ver las lágrimas que caían de los ojos de Erick mientras este seguía con la mirada hacia delante junto a una pequeña sonrisa.

"Si mañana me muero, Chris. Ten en cuenta que, estoy muy feliz de haberte conocido, y te seguiré de ser necesario para volver a encontrarte, ya que, te necesitaré incluso en mis otras vidas".

Pensó Erick dolorosamente y a su vez, feliz.

. . .

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro