Sold
Tiempo, el tiempo era lo que probablemente ya casi termina con "Orfandad de la Cruz". En el transcurso de estas horas la preocupación de las fundadoras era una agonía mayor cada vez que el reloj avanzaba y no llegaba ninguna noticia que pueda ser una salvación. La triste realidad era que las probabilidades que se pueda realizar una compra que mantenga todo en pie eran casi nulas. En el punto que la iglesia y el estado ya no puedan brindar apoyo económico, ¿Quien seria la ayuda si parece no existir opciones?
Mientras el día transcurría lentamente esta alternativa parecía inútil. La opción de que un comprador fuera la salvación de que este establecimiento quede en el olvido no parecía un sueño, a estas alturas parecía una jugada sucia que les hicieron, una jugada que era imposible de superar, una esperanza que las oraciones no cumplirían.
En lo que el tiempo transcurría como si se tratara de una lenta bala que acabaría con la felicidad y seguridad de todos aquellos niños y niñas, una marca en el alma de las fundadoras se abría paso: una marca de frustración que dañaba el corazón al sentir semejante incapacidad. La desilusión que empezaba a absorber el pesado aire dejaba en los rostros una expresión de tristeza que destacaba en el orfanato.
En todos estos mortuorios minutos que azotaban los corazones, la preocupación era inimaginable. La idea en la monja de que todos los niños tienen un futuro incierto y desastroso estaba carcomiendo por dentro. Pero un golpe más estresante fue pensar un momento lo que ocurriría con aquella niña que ya a sufrido bastante, cuya vida esta repleta de dolor y sangre. La situación prometía ser el comienzo del fin de los infantes, y el olvido de este noble lugar.
En lo que las noticias sobre la venta seguían siendo completamente nulas, el sol caía en picada y marcaba el paisaje del anochecer; una puesta de sol que marcaba obviamente el fin de todo esto, como se agotaba el tiempo. Ya se extinguía la luz.
Fue en ese momento, faltando una cantidad de minutos para que concluya el tiempo limite, fue el momento en que ocurrió la posible esperanza, en el momento en que se escucho un llamado a la puerta principal. Las monjas acudieron y se encontraron con un hombre con los brazos cruzados firmemente. Este era alto, con un aspecto de seriedad en el rostro, y una mirada profunda.
-Con una voz gruesa y un asentó que sonaba algo alemán dirigió la palabra- Venga para ayudar, tengo entendido que este lugar esta en problemas.
Oh muchas gracias, ni se imagina, gracias a Dios que llegará- dijo la madre Claudia con un sentimiento de alivio enorme- Usted esta aquí por...
-La mujer fue interrumpida por la voz con un tono de seriedad- Para comprar todo, yo me encargare de este orfanato. No se preocupen, todo estará en buenas manos.
Disculpe, necesitamos ...
Apresurarse -dijo cortando nuevamente- antes de que ya acabe el tiempo.
Al ver el reloj la monja vio que esto era muy cierto, por lo que ella y sus otras 2 colegas tuvieron el acuerdo y por el dinero que les entregó este hombre, después de acabar unos papeles de documentos, el orfanato fue vendido a aquel sujeto que acababan de conocer. Aun así tuvieron que confiar en sus promesas y en que el orfanato continuaría. Aunque ellas ya no sean las propietarias, fueron ellas quienes tuvieron que dar el anuncio a todos los niños sobre este acto. Y despedirse, para su marchada, por asuntos que la iglesia que las mantendrían a muchas ciudades de distancia. Ahora el propietario era este sujeto.
En lo que las fundadoras se marchaban, este mundo estaría por cambiar. También se estaba alejando lo que este establecimiento tenia al comenzar: Bondad. Algo que nadie sabia en este panorama en el que mientras algunos niños se despedían a la distancia desde las ventanas, mirando por ultima vez a estas mujeres que se alejaban en el horizonte del paisaje, tomando otro rumbo. Dejando de largo un letrero metálico con el anuncio que provoco todo esto, en el cual todo ese texto lleno de datos era casi opacado por la palabra “SOLD" con letras rojas. Palabra que marco un destino.
Pero en cambio en ese instante, alguien no era parte del acto. Estando encerrada en su habitación, con la luz de las estrellas, simplemente mantenía la mirada a su puerta, en lugar de al menos despedirse de la madre Claudia. Simplemente entre el silencio acumulaba sentimientos en su interior y pensaba dentro de su inestable mente. Cosas que los demás probablemente no comprenden.
Lo ocurrido en estos 3 años en el orfanato estaría por acabar. Lo que ocurriría por adelante seria distinto a la alegría que abundó por toda esta estancia. Ahora esta felicidad seria remplazada.
Aquel hombre misterios salido de la nada para comprar el complejo. Tiene un pasado, tiene una intención, tiene una pensamiento y algo planeado. Pero nadie conocía exactamente estas cualidades por haberse confiado demasiado: Grave error.
Continuará ...
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