Único.
El sol brillaba en su máximo esplandor, demasiado caluroso para un dia de otoño. Su vestido rosa pastel, impecable entre tantos niños mugrientos.
Delicada era ella, damita era su apodo.
Sus pies balanceandose en los columpios, sin alcazar el suelo.
"Más alto, más alto" le pedia a su mamá. Sentia que podia tocar las nubes con sus pequeñas manos.
Los columpios eran sus favoritos. El viento golpeando en su cara, su pelo jugando al compáz y sus pulmones llenandose de aire, puro, con olor a flores y manzanillas.
La felicidad inconciente y natural de un niño, es eso mismo que los convierte en los seres más amados de la familia. Aquellos que traen risas y momentos divinos.
Pero aún en sus años luz, el invierno llega. De un momento a otro las risas cesan, no hay más alegria en los ojos de los familiares y solo queda un vacío al recordar su carisma.
Pero aún hasta sus últimos momentos, María siempre sonrió.
La muerte es a lo que todos lo temen. La máscara tentadora que juega con las personas e impone sus finas manos sobre tus ojos, mostrando la "Paz eterna".
Admiren a los valientes que siguen en este mundo, quienes la tentación era la misma que la de Eva.
La muerte su serpiente, la navaja su manzana.
Todas las noches ella tomaba cartas en el mundo. Un juego incierto, un fragmento elaborado por ella que nadie comprendia.
De tin, marín...
Te elijo a ti.
Con un solo roze, la sed de vida eterna te consume. Cayendo directo en las redes de la parca, quien dominaba sobre las personas.
Desde un edificio, con voluntad propia a entregarte.
Hasta un asesinato, poniendo el mayor esfuerzo para no dejarte a ti mismo.
Mañanas tranquilas, jugando con sus muñecos y pintando mariposas y principes.
-"Seré la más hermosa princesa, y quitare cada una de las injusticias que hay en este mundo"- Clamaba una pequeña niña de cinco años. Que ironía...
Su madre reia mientras tejia, una vez más, ocultando su dolor tras su sospecha. Su esposo no llegaba a la hora. La cena enfriandose y ellas esperando por un hombre, el cual llegaba más tardar a las dos de la madrugada. Una familia que se desmoronaba, si no fuera por esa niña.
Al borde del acantilado. De un hilo fino, como las esperanzas de que el pais se recuperara, de que todos pudieran salir de todo mal económico por el que pasaban.
Un paso en falso, y todo terminaba.
-Sientate en la mesa cariño.- levantaba a su pequeña hija del suelo.- Recuerda que tienes que acostarte temprano, asi que come.
El miedo de todos los habitantes. Se aproximaba, donde sea que estés, resguarda a los niños.
El solitario silvido de la muerte, que solo los niños podian escuchar. Una seductora trampa, una tan letal como asomar sus narices a la calle.
Terminaba de masticar la carne, dandole un enorme trago al vaso de agua, justo frente a ella.
- Terminé mamá- Daba un pequeño salto del asiento, corriendo hacia su habitación, lista para irse a dormir.
-No debes comer rápido- Decía su madre al tiempo que se sentaba al borde de la cama. Caricias. Mimos.. eso es lo que la pequeña María recibia todas las noches.
Canciones de cuna, y el padre nuestro, junto con una gran historia inventada por su madre. Algún dia, esperaba volver a tener los mimos nocturnos de su papá, pero cada vez ese deseo se alejaba más.
-Descansa... iré hasta la abuela a buscar algo, no te muevas de la cama por nada del mundo.- Advirtió con el dedo su mamá. Sin más salió por la puerta, no sin antes darle un último beso a su hija, acompañado de un "Te amo hija, buenas noches".
Si tan solo... pero no.
Unos minutos bastaron para que la niña se levantara nerviosa. ¿Dónde quedaba la casa de su abuela?. Su muñeco. . . Lo habia olvidado afuera.
Salió de la cama apurada. "No salgas" capaz está afuera, "por nada del mundo". Le era imposible dormir sin su muñeco, lo siento mamá.
Abrió la puerta y salió en pijama. El viento helado golpeando sin fuerzas contra su rostro, la soledad de la noche dejandose oir. Un silvido ligero, una melodia. Una sombra siendo alumbrada por el inestable farol.
Una sombra... ¿o era una persona?. No sabia, María lo apodaria en ese momento como "Bicho sin nombre". La máscara alargada era lo que más destacaba, sus largas y finas manos haciendole señas para que se acercara, sin dejar de silvar.
No, ella iba por su muñeco y solo por su muñeco. Las distracciones solo estaban en su mente creativa.
Dio un paso para agarrar su peluche, que efectivamente, habia dejado afuera. Y otra vez, ese silvido.
Levantó la vista, volviendo a ver al "bicho sin nombre" en el mismo lugar de hace rato. Su máscara le llamaba la atención, sus trapos arañados pero con varios brillos inusuales en ella. Dejó un momento el muñeco y se asomó a la vereda para ver si su madre estaria por llegar. Nada.
Sin miedo, volvió su vista donde habia dejado su amado jugete, no estaba allí. ¿Se habria caido? No, más bien, la parca lo tenia.
Se lo mostraba burlona desde la otra cuadra, moviendo el peluche de un lado a otro. Este, siendo agarrado como las maquinas de gancho en las cuales le costó sacarlo para obtenerlo.
-"Dame mi peluche, por favor"- Le decia dulcemente, de algún modo tenia que recuperarlo.
Pero una vez más, sacudia el muñeco de un lado a otro, el silvido seguia colandose por los oidos de Maria.
Suspiró. Descalza, como habia salido de su casa, avanzó a paso firme hacia esa "cosa". Estaba decidida a recuperar su muñeco, sin saber que esto le costaria la vida.
Cruzó la calle como si fuera inmortal, si un auto hubiera pasado, la habrian dejado estampada contra el suelo.
La muerte bajó el peluche escondiendolo tras suyo, moviendo su mano para atraer más a la niña.
Y llegó a su lado.
-"¿Me das mi muñeco, por favor?"- Pedia extendiendo su pequeña mano. La parca negó, tocando sus ojos.-" Veo todo oscuro... no me tapes los ojos".
La muerte la miró, alejando sus dedos de la niña, agachandose a su altura.
-"Ten"- Le entregó el peluche. La voz más rasposa y horrible que la niña habia escuchado jamás.-"Es hora de irnos"- Le decía. La máscara siendo retirada poco a poco.
Una de las caras más repugnantes que nunca habia visto, pero por algún motivo sin respuesta, le daba confianza y paz.
-"¿A dónde?"- La curiosidad mató al gato.
-"Con tu abuela"- Pero el gato murió sabiendo.
-"Pero falleció"- Decia triste.
-"¿Quieres ir a verla? Después puedo venir por tu mami. Estarian las dos personas que más amas."- Una oferta sin rechazo, porque la sonrisa que dibujo en el rostro de la niña, lo dijo todo.
-"Amo a toda mi familia, pero eso me encantaria bicho sin nombre"- La parca sonrió por ese apodo.
-"Abrazame. Verás un lugar tan hermoso que no necesitaras volver"- Dijo abriendo sus brazos. La niña sintió nuevamente, una extraña paz. Y aceptó el abrazo, ese que le quitaria la vida, pero no se daria cuenta.
La calle solitaria a altas horas de la noche. Solo los faroles iluminaban, pero no era más que una fachada artificial, al igual que la gran mentira de la muerte.
La niña envolvió en un abrazo el cuello de la muerte. Esta, sonriendo con malicia, pero a la vez con sinceridad.
-"¡Maria!"- Un grito aterrador, su mamá veia el cuerpo de su hija tirado en la esquina de enfrente. Corrió hasta ella entre llanto, gritó buscando ayuda de sus vecinos.
El peluche de la pequeña niña tenia una gran marca blanca. La parca estuvo con ella, la parca se la llevó.
Su padre, quien fue avisado, llegó al hospital con la ropa desalineada, labial en el cuello y con un tenue olor a vino tinto.
Su esposa le revoleó un vaso del hospital por la cabeza. Por primera vez en mucho tiempo dandose cuenta de lo queberia haber hecho, pero también, después de mucho tiempo recibiendo el consuelo de su futuro Ex-esposo.
La niña no se salvó, la parca se la llevó. Su madre conoció a alguien más, tenia que seguir con su vida.
De su padre no saben, capaz de mujeriego.
Y la parca elijiendo a su próxima víctima, estando segura, de que Maria estaba jugando con su abuela. Y que su partida, fue la pieza necesaria para que las cosas queden en su respectivo lugar.
Porque a veces, una partida es necesaria para abrir los ojos, y notar que hay cosas que no están bien desde hace mucho tiempo. Cosas que por ese alguien no rompiste, para no herir a esa persona, pero necesitaban.
Esta historia solo esta disponible en wattpad, no se puede leer en formato PDF ni en otras páginas.
Cualquier persona que vea que se comparte en formato PDF o en dichas páginas me podra informar sobre ello y tomar medidas, porque la copia de esta historia NO ESTA AUTORIZADA.
#NoAlPlagio.
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