°Frío°
"Todo el lugar era frío, no había calor, no se sentía como un hogar. Estaba todo tan vacío; sí, estaba todo el lugar amueblado pero aquel vacío no se iba. Este lugar sigue esperándote porque este siempre ha sido tu hogar.
He visto nuestra foto y he vuelto a caer por ti, tus ojos turquesa me hipnotizaron una vez más, ¿Mi amor no te cansas de enamorarme? Tu sabes cuanto te amo. Amor por favor vuelve."
La tormenta empezó, el viento entró por las ventanas, el frío había vuelto y ahora todo el lugar estaba frígido.
Suspiro una vez más en la noche, estaba completamente solo; observa con detenimiento la vela, la única fuente de luz con la que contaba esa noche. Sus mejillas ya se habían enrojecido por el poco calor que proporcionaba aquella pequeña llama, sus manos estaban heladas y sus piernas temblaban, todo era tan vano, la comida ya se había enfriado.
Apoya su cabeza sobre la mesa, apretando el puño solo desea pedir perdón, pensando que él estaba equivocado, deja que las lagrimas se acumulen en sus –ahora– cristalinos ojos, no quiere llorar pero no puede evitarlo, estúpido amor, cuanto sufriría por el, lo amaba tanto que se enojó consigo mismo por dejarlo irse.
...
Todo adornado con luces y el suelo tapizado con la blanca nieve, su hogar; el alumbrar de cada foco de color que colgaba del techo, la puerta tenia una hermosa decoración que resaltaba con la luz lunar, la noche mas fría del año.
Hace una mueca y revisa la hora en su reloj de muñeca, había pasado una semana, es un orgulloso y no importaba cuanto quiera a alguien porque él sabía darse su lugar, aunque sea a la fuerza, sin importarle si estaba equivocado o no.
Se acerca a la puerta, alza la vista , revisa en su bolsillo y coloca en la puerta el adorno que había traído.
mira la puerta, recuerda ese día, era nochebuena.
Dos golpes en el centro de la madera de la puerta fueron suficientes para que las luces de adentro iluminaran.
...
Prendió el foco del recibidor, una esperanza volvió a él. Camino por el pequeño lugar, tenía su mejor ropa aun cuando la comida ya se enfrió ahí estaba él, vistiendo sus mejores prendas para él. Tomó la perilla, la giró y abrió.
Ambos lo esperaban, la mirada arrepentida de ambos se reflejó con los colores de las luces que adornan el hogar.
El cabello rojo con blanco resaltó con la luna haciendo brillar el turquesa de sus ojos, los carmesí brillaron a la vez que las luces que parpadeaban lentamente alumbraron su oscura melena.
El rojo de sus ojos se alumbró más de lo normal, era por la cristalización que provocaron las lágrimas, ahí estaba la reacción por la que volvió, la que quería evitar, las pequeñas ojeras que se formaron debajo de la mirada del chico solo lo hizo volver a pensar en sus decisiones, aun si ya no podía razonar más.
—Lo lamento.
—Lo lamento.
Soltaron ambos al mismo tiempo a la vez que agachaban la cabeza. Él mayor fue el primero en subir su cabeza por la sorpresa de la disculpa.
—No, yo fui el que exagero —añadió el pelirrojo.
—Eso no importa, me disculparé si es lo que quieres pero por favor, no me abandones aquí —agrego el más joven.
Tiro la botella hacia otro lado y se abalanzó al chico, lo abrazó.
—Déjame disculparme, déjame aceptar la culpa, soy el culpable. Te amo mucho y por eso no te dejaré disculparte, y aceptaré que yo me equivoqué. No me importa si tengo que hacerte sentir un rey, de todos modos no interesa porque eso es lo que eres, cariño. ¿Sabes cuánto te amo, bebé? Eres mi dulce amor, sí, eres mi dulce amor —repitió escondido en la nuca del contrario.
—... —No iba a dejar que Touya se disculpara, no cuando sentía que era él quien había arruinado aquel momento.
—Amor, perdóname.
—Perdóname tu a mi, yo fui-
—No hiciste nada, fue mi culpa. Nunca debí haber abierto la boca, soy un insensible por no pensar en tus sentimientos, no soy un buen esposo.
las palabras empezaron a salir por inercia, era un orgulloso pero él, el chico frente a él, la persona que le juró amor eterno era diferente, no podía comportarse altanero con él, simplemente no podía hacerlo sentir menos de lo que es.
<<Tenko es realmente un idiota por casarse con un egocéntrico como tu, pero entiende, jamas se arrepintió de ello, de seguro él esta ahí, esperando tu regreso.>>
No quiere aflojar el agarre, solo siente su calor.
—Touya, ¿Recuerdas lo que te pregunté en nuestra última cita? Antes de casarnos, cuando me pediste matrimonio...
<<Touya solo te haré una pregunta, ¿Qué es el amor para ti?>>
—Claro que lo recuerdo; el amor es la sensación que cada día me haces sentir, sí, eso es lo que es el amor, mariposas, sonrojos y besos. Eres un amigo, mi amor lo eres, eres todo en uno, un amigo, un refugio y un amante, todo lo eres tú, mi dulce paz.
Tenko sonríe.
—¿Recuerdas lo que te respondí?
—Un idiota narcisista como yo probablemente traiga problemas en el matrimonio, pensar solo en si mismo cuando debe pensar en la otra persona en varias ocasiones.
—¿Qué más?
—... Solo pensaría en mí mismo y hablaría sin ver a los demás... Pero, aun así te casarías conmigo, porque me amabas y que no importaba si peleábamos porque de eso se trata el amor, caricias, mimos, peleas, comunicación, reconciliaciones, un poco de celos, posesiones, limites y dos personas incompletas que se sienten bien aun lado del otro, mientras sepamos que el amor sigue ahí todo estaría bien entre ambos.
—Yo aquí estuve, esperándote, tu me amas y yo lo recordé... No quiero volver a pelear así.
El menor alza sus brazos para corresponder al abrazo que llevaba tiempo dándole el mayor.
La nieve seguía cayendo pero el ruido era nulo, después de todo habían ido a pasar la navidad en una pequeña cabaña en un campo poco poblado a las afueras de la ciudad.
—Hay que pasar, hace frío, además, son las once de la noche —murmuró deshaciendo el abrazo.
—Claro.
El más joven se da la vuelta, algo hace clic en la cabeza del mayor y detiene a su pareja.
—¿Sucede algo? Necesitas entrar, no creas que no me di cuenta que venías tomado —expresó su disgusto por salir borracho, ¿Acaso no piensa en las cosas que pudieron haberle pasado en el camino cuando iba tomado?
—Sí, eso —apuntó hacia el dintel de la entrada.
El arreglo que había colocado antes de tocar la puerta, una pequeña planta silvestre de pequeñas bayas rojas; un muérdago.
Él más joven suspiro vencido. Toma del cuello a su esposo y de manera poco brusca lo acerca a él para depositar un beso, intercambiando salivas, jugueteando con sus lenguas y mordiendo un poco su labio, como a él le gustaban.
Ambos pasaron y cerraron la puerta tras de sí. Cuando ya habían avanzado antes de la entrada de la cocina Tenko hablo.
—La cena ya esta fría.
Touya suelta una ligera risa, se acerca al oído del chico contrario.
—Mi cena parece que se está calentando —susurró a la vez que metía su mano dentro de la camisa del más joven.
Sonrío, quería amarlo, deseaba besarlo y solo quería que lo acariciara, porque lo amaba tanto, todo se volvió tan confuso.
—Hueles a alcohol —renegó.
—Y tu hueles al amor de mi vida —respondió a juego.
—Tus coqueteos son tan estúpidos...
—Con esas estupideces te enamore.
—Nunca lo negué.
El beso volvió a iniciar.
A pesar de que la puerta se había cerrado el frío ya había entrado, ahora estaba más frío que hace rato; un pequeño viento sopló y apagó la vela con la que Tenko se había calentado. Ya no importaba, de todos modos el frío seguiría entrando.
Bajo las sábanas los dos amantes se demostraban una vez cuánto se amaban, el frío ya no les pegaba a ninguno de ellos.
En cada caricia una sensación increíble exploraba su cuerpo, una descarga eléctrica se puede sentir en cada éxtasis, húmedos besos que se repartían en su piel al igual que hábiles manos que lo hacían sentir bien, eso era lo que quería; había estado esperando, anhelando esa sensación desde el momento en que se habían peleado, pero eso ya no importaba.
Las doce ya han tocado, nochebuena ha finalizado y la navidad empezó.
Entre las palabras que se dedicaban no faltó aquel deseo.
—Feliz navidad, amor —gimoteo el mayor de ambos.
—Fue feliz cuando tú llegaste —aclaró el chico con una forzada sonrisa; los espasmos solo lo hacían resistirse a gemir.
—¿Me esperarás otro año, love? —preguntó moviendo su cadera para adentrarse más dentro del chico.
—... Siempre te he esperado- Ah... Cariño.
Feliz Navidad. Porque ambos esposos ya están felices durmiendo juntos otra noche más.
¡Hola!
Este pequeño One-Shot es por navidad y la persona que me tocó por intercambio espero lo tome bien, lamento mucho la tardanza, espero les haya gustado
Espero se la hayan pasado bien en navidad –25–, ¡Nos vemos luego! Los quiero mucho
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