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Día 4: "Cumpleaños"

Marinette suspiró, no del todo convencida de las ideas que su amigo estaba aportándole en ese momento de gran importancia.

Si bien tenía muy buenos puntos sobre el hecho de que su padre estaría feliz con cualquier cosa que ella deseara regalarle en su cumpleaños, además de sentirse halagada por él en más de una ocasión durante esa tarde referente a sus habilidades en cuanto a diseño y confección, simplemente algo no le terminaba de convencer.

― Ya le he regalado en el pasado abrigos, chaquetas entre otras cosas hechas por mí, pues es difícil encontrar en las tiendas departamentales algo que del ancho para su espalda ― soltó derrotada, dejando caer el bolígrafo que tenía en su mano con una expresión devastada en el rostro ― Porque sé que los aprecia tanto que rara vez suele usar lo que hago para él para que no se desgasten ― continuó su pesar dejando caer su cabeza sobre el hombro de él, sintiendo su cerebro completamente seco de ideas.

Chat Noir por su parte se limitó a sonreír mientras observaba las extrañas muecas que aparecían en el rostro de Marinette mientras ella seguía sacando su frustración sobre el regalo que podría darle a su padre para su cumpleaños.

Debía admitir que de cierta forma le encantaba verla discutir consigo misma; diciendo una idea lo bastante buena, para después terminar desechándola culpándose a sí misma por pensar algo tan absurdo.

― ¿Por qué no le das uno de los tantos regalos que tienes guardados para tu galán misterioso en tu baúl? ― preguntó de la nada en un tonó por demás burlón, ensanchando su sonrisa al verla separarse de él de repente con el rostro enrojecido.

― ¡Ni hablar! ― exclamó ofendida, como si las palabras de él hubiesen sido una clase de insulto, cruzándose de brazos dispuesta a no seguir el tema.

― Oh, vamos ¿Qué diferencia hay? ¡Son regalos! Cualquier persona es feliz si son regalos de parte de alguien que quieres ― refutó él, verdaderamente divertido ante la actitud de Marinette.

Ella misma le habia confesado (y solamente porque el terminó llegado de improvisto, viendo el baúl repleto de regalos) hacía mucho tiempo de aquel secreto sobre la gran cantidad de regalos que tenía preparados de antemano para el dueño de su corazón, y al contrario de lo que pensó ella en un principio (que seguramente se le haría algo por demás extraño), Chat Noir terminó diciéndole que era una dedicación que realmente admiraba y que sonaba como un gran detalle, agregando que sí que alguien pensará hacer algo como eso para él sencillamente estaría encantado.

Palabras que de cierta manera hicieron sentir a Marinette más segura al respecto.

― Claro que hay una diferencia. Podría provenir de alguien a quien quieres, pero resulta algo impersonal regalar algo solamente por qué sí, debe ser especialmente para esa persona ― se defendió ella, recordando con una sonrisa el amuleto de la buena suerte que Adrien le había obsequiado en su cumpleaños, al igual que ambas rosas que Chat Noir le habia obsequiado a ella (siendo Ladybug y Marinette respectivamente). Cosas que atesoraba mucho con cariño, porque le habían sido dadas con ella en mente.

Por su parte, Chat Noir no supo cómo responder ante las palabras de Marinette, dejándolo mudo durante unos segundos al recordar la cantidad de veces que su padre le habia regalado un bolígrafo por su cumpleaños, sintiendo aquello como un gesto distante.

Quizás una mueca se habia formado en su rostro, una que Marinette no pudo notar pues cambio rápidamente a una sonrisa al recordar cierta bufanda que, hacia no mucho tiempo, habia descubierto que Marinette habia hecho para él en su cumpleaños y que por algun descuido Nathalie lo habia entregado como un regalo de parte de su padre.

Fue entonces cuando le dio la razón a Marinette mentalmente, cayendo en cuenta que ella seguía sermoneándolo.

― Bien, ya entendí princesa, tendremos que pensar en otra cosa para regalarle a tu padre en su cumpleaños la próxima semana ― atino a decir, intentando ocultar una carcajada al verla rodar los ojos, para después sonreírle.

― Estoy segura de que tu presencia durante la cena será un regalo para él, más si dejas que te pida la revancha en Mecha Strike ― le respondió con una sonrisa, tomando el bolígrafo que habia dejado caer para guardarla entre las dos páginas repletas de ideas anotadas y tachadas que habían enlistado esa tarde.

Chat Noir asintió no muy convencido ante ello aunque la sola idea de que su presencia fuese un regalo le hacía sentir de cierta forma conmovido, recordando como un malentendido de sentimientos hubiese dado resultado a una amistad más fuerte con Marinette y una relación bastante especial con sus padres.

Dirigió su mirada al cielo, observando como poco a poco los colores rojizos en el cielo comenzaban a opacarse, dándole la indicación de que pronto anochecería y que debería llevar a Marinette hasta su hogar, pues seguramente el frío de la noche podría hacerle enfermar más al estar sobre un tejado donde la fresca brisa daba con mayor intensidad.

Pero, antes de mencionarle siquiera que era hora de dejarla en su torre, una idea cruzo por su cabeza; una broma para hacerla irritar y después terminar riendo a la par.

― ¿Y sí le regalamos a tu padre lo que más quiere? ― una sonrisa altiva apareció en su rostro, dejando confundida a Marinette durante unos instantes.

― Chat, no puedo conseguirle a mi padre la última edición de Mecha strike porque aún no sale a la venta ― sentenció ella, frunciendo el ceño, pues estaba segura de que eso ya lo habían descartado de la lista.

― ¡No! ― negó sin quitar la sonrisa de su rostro ― Me refiero a que se convierta en mi suegro, se veía bastante ilusionado ante esa idea hace meses ― y esperó paciente la respuesta de Marinette.

Una mirada molesta, así como también una negación por completo de lo boba que podía sonar su idea además de irreal.

Incluso un golpe, admitiendo que quizás lo tenía bien merecido.

Pero solo pudo ver en su rostro la estupefacción, la sorpresa al igual que un ligero sonrojo. Haciendo que por consecuencia él se sonrojara al pensar que en realidad estaba considerando esa opción.

― ¡Definitivamente prefiero confeccionarle mil y un atuendos antes que eso! ¡Incluso buscar por cielo y mar quien me pueda conseguir antes ese dichoso juego! ― se limitó a decir, entre titubeos mientras intentaba evitar su rostro.

Porque, estaba segura que eso era algo que terminaría haciendo muy feliz a su padre en su cumpleaños ¡Pero era algo que nunca ocurriría!

O eso creía ella.

Pues, años más tarde durante la celebración del cumpleaños de su padre, ambos habían decidido darle ese gusto por fin, luego de muchas peleas contra el mal y enredos románticos entre ellos.

Por fin Tom Dupain tenía el regalo de cumpleaños que tanto anhelaba; que alguien amara a su hija casi tanto como él, así como el que le respetara ¡Y qué mejor que fuera el superhéroe al cual le habia adquirido tanto cariño!

Que, después de esa velada de revelaciones, descubrió que después de todo siempre habia estado enamorado de su querida Marinette, solo que de una extraña forma. Siendo el mismo caso de su  amada hija.

[...]

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PALABRAS: 1200

NO CONSIGO HACER UN DRABBLE.

ME LLEVA LA QUE ME TRAJO.

Aunque bueno, al menos ya le baje un poco a las palabras y me centre en lo que tenía que centrarme jajaja.

4to día cumplido. Al principio pensé que fuese algo de "regalo de cumpleaños entre ellos", pero después pensé que sería lindo tenerlos charlando sobre el cumpleaños de alguien a quien aprecian y quieren, y pensé en Tom.

Espero que este día, el resultado sea de su agrado.

¡Saludos!

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