La tardes de otoño como ese día era algo que le gustaba bastante a pesar de que el frio comenzaba a llegar hasta él, pero sin duda podía decir que sin importar eso, era de sus momentos favoritos del año.

La gente particularmente para esas fechas comenzaba con las compras anticipadas para navidad, por lo cual podía observarlas ir y venir de un lado a otro con deberes que hacer, pero a pesar de que aquella era una época algo ajetreada para muchos, para él le parecía bastante tranquila.

Las personas estaban ocupadas en sus asuntos como para sentirse tristes y ser víctimas de Hawkmoth, pero no se encontraban en un nivel de estrés al estar ocupados, cosa que habia aprendido a notar, por lo cual era natural que esa época donde el frio comenzaba a hacerse presente en la ciudad la tasa de ataques de akumas bajaran.

Y él en definitiva se sentía más tranquilo, pues para esa fecha casi todo su trabajo del año estaba completado; Todas las sesiones de fotos para las temporadas venideras estaban realizadas, y tenía por lo menos un mes en el cual podía ser prácticamente libre si excluía sus clases particulares así como sus deberes escolares.

Razón por la cual se permitía más que nunca deambular por las calles de París (a regañadientes de Plagg, quien en esa época decía que era mejor dormir que nada más) y permitirse ayudar en cuanto pudiese.

Desde detener pequeños crímenes, evitar algun conflicto debido a algun aparatoso choque o incluso detenerse a jugar con unos niños que al verlo a lo lejos exclamaban emocionado.

Claro, no siempre hacia esas actividades en soledad. Usualmente Ladybug le acompañaba cuando parecía estar libre al igual que él, donde pronto se dio cuenta que a pesar de todo ella realmente disfrutaba esas actividades heroicas y por lo que podía ver, el hacer feliz a alguien con una pequeña acción podía hacer que el día de la chica mejorara.

En esa ocasión se encontraba completamente solo, observando a su alrededor mientras se encogía de hombros por la ventisca fresca que pegó contra su cuerpo, logrando que se percatara que ya habia caído la noche.

Se encontraba sentado en una de las pequeñas bancas de la plaza de los Vosgos, hasta hacia poco estaba en compañía del señor Xavier Ramier, quien al verlo había tenido la gentileza de invitarle un helado justo como cada ocasión que lo liberaban del poder de Hawkmoth, solo que esta vez lo había hecho por cortesía.

Y por más que le hubiese gustado aceptar la oferta, la declinó, preguntándose si en realidad existía alguien que podía comer helado ante esas bajas temperaturas. Pregunta a la cual pronto tubo una respuesta al ver al hombre pedir un helado y comenzar a comerlo mientras hablaba de la nueva mascota que tenía (rogándole que de favor no se la comiera).

Cuando estuvo dispuesto a continuar su camino, diviso frente a él un termo de lo que probablemente era chocolate caliente (si es que su gran olfato no le fallaba) y no pudo evitar dirigir su vista hacia el frente.

Nuevamente el hombre con el cual habia tenido una amena charla minutos atrás estaba frente a él, tendiéndole aquel termo con una sonrisa amigable.

Chat Noir lo tomó, agradeciendo el gesto con una sonrisa e incluso estaba dispuesto a agradecerle con palabras, pero Xavier hablo antes que él.

― Una linda chica me dijo que preferías algo caliente en esta época del año, y me entregó esto para que te lo diera ― intervino el hombre, sentándose a su lado con una copa extra que el termo tenia ― Quizás ahora ambos piensen que soy más raro al preferir un helado que algo caliente ― añadió sentándose a su lado.

El héroe negó con la cabeza, sirviéndole algo de aquella bebida caliente en la pequeña copa extra que llevaba en mano.

― Cada quien tiene sus preferencias al respecto de lo que le gusta o no ― sonrió con sorpresa que en realidad no se equivocaba, aquello era chocolate caliente.

Ambos compartieron una sonrisa antes de tomar de la bebida. Chat Noir se sorprendió al ver que esta no estaba demasiado caliente al punto de escaldar su lengua, si no que podía ser disfrutable por él sin tener que dañar aquel sentido del gusto que cuando era Chat Noir parecía volverse más sensible.

Hasta el momento, no se habia puesto a pensar en las palabras del hombre; Una linda chica, que sabía algo de él de forma quizás superficial, pero que de cierta manera sabia el asunto que llevaba con su lengua.

El calor de la bebida lo inundo, o al menos eso pensó que sucedía, porque en realidad su cabeza habia hecho clic sobre a quien se refería el señor Xavier.

No sabía si habia sido por aquellos detalles, por el inconfundible sabor que tenía aquel chocolate caliente ya habia sido probado por más de una vez por él o porque notó en aquel termo unas peculiares flores de color rosado.

Sonrió para sí mismo, perdiéndose en sus propios pensamientos mientras su acompañante hablaba. Sí, en definitiva todo aquello apuntaba a un solo nombre en su cabeza; Marinette, una linda chica que conocía sus gustos y también que lo conocía a él, aunque fuese poco estaba seguro que ella no olvidaba detalles así de las personas.

Agregando que su hogar se encontraba al cruzar la calle, la idea realmente no era descabellada.

Sin lugar a dudas esa noche fría con una compañía insólita se habia vuelto más cálida de lo que pensó que podría ser. Y realmente no sabía si aquello se debía a la bebida o al saber que Marinette había estado al pendiente de él aunque fuese durante un instante.

Quien, al entrar de regreso a la panadería despues de encontrarse unos minutos fuera de esta para apreciar la reaccion de Chat Noir, no pudo evitar tener una sonrisa en su rostro.

Claro, para despues golpear levemente su mejilla al incriminarse a si misma por espiarlo, pues era algo que claramente ella no hacia. Simplemente lo habia visto a lo lejos, decidió preparar su bebida favorita para esas noches frías y templarla a la temperatura que a el le gustaba beberla; simplemente eso.

― Sólo es eso ― se dijo a sí misma, volviendo a tomar en sus manos un costal de harina que su padre le habia pedido que moviera, sintiéndose extraña.

Pues a pesar de regresar de la calle donde el frio de la noche era intenso, solo sentía calidez en su pecho, y ella por el contrario no habia tomado nada de aquella bebida.

― Sólo es eso ― se repitió, intentando no pensar en la sonrisa que Chat Noir habia mostrado a lo lejos, quizás descubriendo que ella habia mandado aquel termo con el señor Xavier cuando lo vio pasar por la panadería.

Y, muy en el fondo, esperaba que realmente uniera los puntos. Aunque no estaba segura que tanto quería que descubriera sobre ella.

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Levemente corto. El día de ayer con "flores" lo hice más centrado en Marinette, en esta ocasión es lo contrario, para tener un balance.

Además ¿Saben que Xavier Ramier es uno de mis personajes secundarios favoritos? Simplemente lo adoro ¡Es tan tierno!

Hasta mañana con "Enfermo/Enfermedad"