El sol ya se había escondido en el filo del mundo, dejando entrever poco a poco las estrellas desde el lugar donde se encontraba.

No pudo evitar abrasarse a sí misma al sentir una corriente de viento, pues solo llevaba sobre ella una bata de baño de un color rosa pastel, estaba a nada de que llegaran a tocar su puerta y ella aún no se encontraba completamente arreglada, aun le hacía falta ponerse el vestido que llevaría esa noche, uno que había sido un regalo y que solo podía usar ese día.

Suspiró. Se encontraba sentada a un costado del gran ventanal que daba hacia el hermoso balcón adornado con rosas y de forma nostálgica no pudo evitar recordar aquel pequeño balcón diagonal terraza que tenía cuando vivía con sus padres; un lugar que guardaba muchos preciados recuerdos en su corazón.

Se levantó de la silla, dispuesta a cerrar la puerta corrediza del ventanal y proceder a ponerse el vestido. Su maquillaje estaba listo, al igual que su cabello que estaba peinado de forma sencilla, pero como según le habia dicho Chloé, de forma elegante.

Detuvo su mano antes de tener contacto con la puerta de cristal, observando como una figura se encontraba en el balcón, recargado sobre el barandal de metal, y si lo conocía bien estaba segura que una sonrisa traviesa estaba siendo formada con sus labios.

― ¿Qué haces aquí? ― cuestionó ella, dando unos pasos para estar fuera de la habitación del hotel Le Grand Paris, encontrándose ahora sobre el balcón y observando nerviosamente hacia los lados para percatarse de que nadie viese la presencia de él en ese lugar.

― Lo que es obvio, vine a verte ― contestó con sinceridad, empujándose con sus manos del barandal para acercarse de un movimiento hacia Marinette, quien a pesar de tener el ceño fruncido al encontrarse probablemente molesta, un leve sonrojo se encontraba en sus mejillas, y él estaba seguro que no tenía nada que ver con el maquillaje.

― Si alguien te ve, va a malinterpretar la situación, Chat Noir ― le reclamó a la par que colocaba su dedo índice sobre el pecho del héroe como si con aquello fuese capaz de alejarlo de él.

Logrando completamente lo contrario, pues ahora él la habia acorralado contra la parte del ventanal que se encontraba cerrada, colocando su mano sobre la cintura.

― Saben que eres amiga de Chat Noir, te visité muchas veces cuando éramos adolescentes ¿Qué un buen amigo no puede felicitar a su amiga por la gran noche que le espera hoy? ― inquirió, colocando su rostro en la curvatura entre el cuello y el hombro de Marinette, quien se estremeció al sentir la respiración del rubio en ese lugar.

― Tus acciones no parecen una sincera felicitación ― atinó a decir con algo de sarcasmo, logrando que el soltara una pequeña risa, separándose levemente del cuerpo de la mujer.

Llevó sus manos hasta el rostro de ella, acariciando con delicadeza los pómulos.

Sí, él sabía que Marinette era hermosa, para él no era necesario que ella usara maquillaje para decir eso en voz alta; pero el verla de esa forma solo logró que su corazón palpitara.

Sintiendo un poco de celos, por más estúpido que eso sonara en su cabeza.

― Quizás no lo son ― el tonó de voz sarcástico logro que Marinette soltará un suspiro, haciendo un mohín con su boca ― Vamos, princesa, siempre es; Adrien, Adrien, Adrien ¿Qué no ves que soy más guapo y carismático que él? Con quien deberías estarte casando hoy es conmigo ― agregó en un tono serio bastante exagerado.

Marinette no pudo evitar reír ante aquel comentario tan absurdo por parte de Chat Noir. Incluso llevó una de sus manos hasta su vientre al sentir que su estruendosa risa comenzaba a hacer estragos sobre ella, provocándole un pequeño dolor ahí ante la prolongada carcajada.

― ¡Oye! ¿Qué tiene eso de gracioso? ― agregó con un puchero en la boca, fingiendo sentirse ofendido.

Para cuando Marinette paró de reír, llevó una de sus manos hasta sus ojos para eliminar las lágrimas que se habían acumulado en estos debido al ataque de risa para no estropear su maquillaje, pues estaba segura que tanto Chloé como Alya terminarían matándola si eso pasaba.

― Pues, que quizás si consideré esa opción, pero no creo que el juez quiera casarme con alguien que no tiene una identidad ante lo legal ― atinó a decir con algo de burla, levantando sus hombros en señal de resignación ― Mala suerte, gatito.

Y con aquel comentario, Marinette tocó la nariz de él, haciéndolo reír por aquel gesto tan particular que ella usaba para alejarlo; solo que en esta ocasión no funcionó.

― Sólo espero que realmente te haga feliz, de no ser así, creeme que puedo darle una lección ― atinó a decir en tono burlón, acercándose peligrosamente hacia su rostro rosando de forma intencional sus mejillas.

En ese momento había tomado por desprevenida a Marinette, logrando que su sonrojo aumentara aún más debido a esa cercanía, quien después tragó saliva, sintiéndose ansiosa por que estuviese aún más cerca.

― Lo hará, además, sé que Ladybug estará para ayudarme si eso ocurre, no te preocupes ― aunque al principio sus palabras habían salido en un titubeo, pronto comenzó a recobrar su confianza al ver como ahora lo poco que la máscara del héroe no cubría era teñido de un color carmín intenso.

Ahora había sido ella quien la habia tomado desprevenido.

Guardaron silencio durante unos instantes a la par que sus labios comenzaron a rosarse con lentitud, esperando que el otro se atreviera a llevar aquel contacto más allá, pero ninguno de los dos cedía.

― Te haré feliz, palabra de gato ― murmuró con suavidad, sintiendo su cuerpo estremecerse al sentir como las manos de ella se colocaban sobre sus hombros, buscando atraerlo aún más ― Sabes que siempre estaré para ti, exista un balcón como este o no.

Y es que en ese momento muchos recuerdos llegaron a su cabeza por el simple hecho de tener sus labios a punto de iniciar un beso, ahí con la noche cubriéndolos, ambos en un balcón.

Justo como había la primera vez que se conocieron realmente, justo como había sido su primer beso, justo como le habían seguido muchos otros más.

Marinette iba a hacerlo callar besándolo de una vez por todas, pero un carraspeo al interior de la habitación los hizo respingar, separándose unos centímetros ante la intromisión silenciosa de dos mujeres, que los observaban desde dentro con una ceja alzada.

― Y Nino pensando que se había arrepentido de último momento ― se atrevió a decir Chloé quien se encontraba con los brazos cruzados, algo divertida ante la situación que veía ante sus ojos así como molesta debido al lapsus de pánico que sintió gracias a las palabras del moreno.

― Menos mal no llevaba el vestido puesto, si la hubiera visto así sería mala suerte de por vida ― añadió Alya, comenzando a textearle a su pareja que habían encontrado al gato callejero, especificando que estaba con su próxima dueña.

― Es un gato, Alya; creo que Marinette ya tiene suficiente mala suerte ― atinó a decir sin reparos en burlarse en su amigo, para después observar a Marinette, frunciendo aún más su ceño ― Entra ahora mismo y ponte el vestido, estamos cortos de tiempo Dupain-Cheng ― ordeno la rubia, haciendo un ademán para que entrara.

La pareja en el balcón simplemente se miró de reojo, intentando no reír ante la situación.

― Supongo que nos veremos después, princesa ― Chat Noir había hecho una reverencia hacia Marinette, besando la mano que había tomado al momento de inclinarse, logrando que las mujeres ajenas a la escena se limitaran a rodar los ojos.

Y antes de que ella pudiese responder algo, el héroe ya había saltado del pequeño balcón de la habitación, aterrizando sobre otro unos pisos más abajo donde se adentró en la habitación.

Marinette no pudo evitar sonreír ante aquel pequeño detalle y algo de coqueteo, los años a su lado le habían ensañado que simplemente aquello no se detendría por parte de él.

Y antes de que pudiese hacer o decir algo, fue arrastrada a la habitación del hotel por sus amigas quienes comenzaron a apresurarla para que se colocará su vestido de novia.

Como un pensamiento realmente bobo, se dijo a si misma que Adrien realmente no había robado su corazón por completo; Chat Noir había logrado aquello con su carisma, con la amistad que habían forjado con o sin la máscara. Adrien había tomado una parte, pero Chat Noir sin duda fue el que logró que su confundido corazón se diera cuenta de que todo aquello tenía sentido.

Y no necesitaba una promesa; ella estaba segura de que sería feliz a su lado.

Mientras tanto, ella no tenía idea que en la habitación del hotel a la cual Chat Noir había entrado había sido recibido por un Nino al borde del colapso y el pánico, prácticamente listo para quitar ladrillo por ladrillo del Le Grand Paris para encontrarlo.

Irónicamente, la suerte habia estado a su favor y llego a tiempo para que aquello no ocurriera y no arruinara su boda con Marinette, la mujer de su vida, a la cual amaba por completo en sus dos facetas. Así como estaba seguro que ella a él.

[...]

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PALABRAS: 1605

Este día lo traje tarde debido a que ayer estaba ocupada. El día viernes fue el cumpleaños de mi mamá, por lo cual tuve que viajar esa tarde/noche para verla, entonces ayer sábado fue su festejo y me fue imposible sentarme en mi laptop a escribir algo.

Este día por más que sonara fácil para mi ¡Fue algo complicado! Yo sé que los "Balcones" forman mucha parte de lo que es esta ship, pero realmente quería buscar algo que no estuviese ya tan grabado en la mente de muchos, y mientras buscaba una idea, me encontré con la imagen de una mujer en bata sentada observando desde dentro de su habitación de hotel el balcón, y entonces llegó a mi una imagen que vi hace SIGLOS de Marinette vestida de novia con Chat Noir "convenciéndola" de que no se casara, pensé que este par de bobos podrían bromear con algo así a pesar de ser "su gran día" y dije "why not", así que por eso esto.

Más tarde subo lo que corresponde al día de hoy que son "flores" :D

PD: ¡Muchas gracias por todas sus lecturas, votos y comentarios! Realmente me sorprende que en este conjunto de historias cortas ya tenga 6k en lecturas y 1k de votos :0 ¡Mil gracias a todos! Perdón si no he podido responder todos sus comentarios, espero darme el tiempo entre hoy y mañana uvu