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Día 14: "Angst"

Gabriel Agreste tenía su mirada fija sobre la pantalla frente a él, deslizando con delicadeza las imágenes que habían comenzado una nueva ola en la farándula; Chat Noir, el afamado superhéroe de París visitando a una jovencita en la azotea de esta, donde ambos parecían estar lo suficientemente cómodos hablando el uno con él otro como si conocieran todos los secretos.

En otras se podía observar cómo incluso los padres de la adolescente que reconoció al instante se les unían, llevando lo que parecían ser aperitivos en una bandeja. Se les veía felices.

Un set completo de fotos, seguramente esa persona había estado adquiriendo una gran variedad de imágenes en un periodo extenso de tiempo.

Pensó en ese instante que aquello era realmente bueno y no pudo evitar sonreír de forma maliciosa. Le era útil, después de todo, frente a sus ojos podía observar lo que parecía ser un punto débil para Chat Noir, alguien que a diferencia de Ladybug no se podía defender con facilidad.

No planeaba hacerle daño, quizás sólo hacerle creer al héroe que lo haría. Pensó en mil y un formas de hacerlo, desde el intentar usarla como un Akuma al cual seguramente él se rehusaría a luchar, e incluso pensando en usar a Lila Rossi de cierta forma para lograr aquello o simplemente otorgándole el poder de Volpina e incluso como Chamaleon para que se acercara lo suficiente al héroe y arrebatarle el Miraculous.

Tenía muchas opciones en mente, muchas formas de poder jugar sus cartas a favor con aquella información.

Pero de repente, como si de un pequeño chasquido en su cabeza se tratara, un peculiar detalle en una de las tantas fotografías llamó su atención.

Chat Noir en una de las fotografías llevaba un bonito suéter temático de un gato negro, con lo que parecía ser un gran cascabel dorado bordado meticulosamente, era algo hecho a mano seguramente por la joven aspirante a diseñadora, algo que seguramente habia hecho exclusivamente para él.

Pero aun así, ya había visto esa prenda, en Adrien y en más de una ocasión.

Recordó brevemente la primera vez que lo vio usar esa prenda, Adrien se encontraba listo para iniciar su práctica de piano frente a él y Nathalie, cuando el delicado bordado y sencillo diseño llamaron su atención, preguntándole donde habia conseguido aquello, pues se negaba a que su hijo diera publicidad gratis a otra casa rival.

Fue un regalo de Marinette, lo hizo para mí. Aun así, no te preocupes, padre, sólo lo uso en casa ― le respondió con nerviosismo en aquella ocasión, cosa que le hizo sonreír orgulloso al ver que su hijo entendía claramente el porqué de su pregunta tan repentina, además de sentir algo de admiración por el excelente trabajo de la joven, pensando que si se esforzaba lo suficiente podía llegar a explotar su talento al máximo y conseguir sus sueños.

Aunque claro, tampoco estaba dispuesto a que lo derrocaran de su título en el mundo de la moda; en ese momento pensó que el futuro sería interesante, una verdadera competencia si se lo preguntaban.

Pero ahora, después de tomar la tableta digital y dirigirse al dormitorio de su hijo quien aún se encontraba en clases y buscar entre sus pertenencias, observó nuevamente aquel curioso suéter.

Mismo que aparecía en la tableta que tenía en mano.

Mismo que Chat Noir portaba orgulloso con una sonrisa amplia en su rostro, luciendo realmente feliz, faceta que podía ver rara vez en su hijo, pero estaba seguro que salía a flote cuando el nombre de aquella joven salía a colación.

De pronto sus planes le importaron poco y sintió rabia; una que se acumulaba en su garganta de forma intensa y lograba hacerle tener una sensación de amargura en la lengua. Al contrario de lo que podía pensar en un principio, aquellas emociones no estaban siendo desatadas por la gran posibilidad de que su hijo fuese Chat Noir y que todo el tiempo el anillo del gato negro había estado frente a sus narices, sintiéndose levemente estúpido al ser engañado de una forma quizás absurda por su hijo.

No sentía rabia por la culpabilidad que se apoderaba de él al caer en cuenta de que habia puesto a su hijo en peligro, e incluso pelear contra él cara a cara.

Su rabia era por ver aquella clara sonrisa en el rostro de Chat Noir acompañado por una familia que no era la suya. Sonriendo ampliamente con una familia que no era la suya, porque la suya estaba quebrada.

Él hacía todo lo posible por reparar eso, por volver a tener a su esposa y que a su hijo no le faltara la madre que pareció ver cuando abrazaba a Sabine Cheng como muestra de agradecimiento en una de las fotografías, para después despedirse.

Mientras que, cada vez lo sentía más distante. Sentía que Adrien poco a poco se alejaba de él, y aquello lo dio por hecho pensando que era debido a sus propias acciones, pues estaba centrándose demasiado en el bien de su familia.

Pero no era solamente eso.

Era esa familia ajena, pensó con rabia al sentir celos, al no poderle otorgar esa felicidad a su hijo.

Porque más que una sospecha, prácticamente ante sus ojos se encontraba una confirmación. Las cosas cuadraban.

Él no salía con el suéter por dar publicidad a alguien más, no lo hacía para que la joven Dupain-Cheng no reconociera su propia obra.

― ¿Padre? ― la voz desconcertada de Adrien logró que elevará su mirada, sintiendo los pasos de su hijo a su espalda ― ¿Ocurre algo? ― preguntó el menor, colocándose a su lado.

Cuando Adrien fue capaz de distinguir el suéter que Marinette le había regalado a él siendo Chat Noir, notó de inmediato las imágenes que se mostraban en la tableta que tenía su padre en mano, dejándolo sin aliento.

Gabriel Agreste en ese momento se olvidó por completo de su alterego. Se olvidó por completo de su búsqueda por el poder, no existía en ese instante en él algo de Hawkmoth, sólo era Gabriel; un padre desecho ante una verdad.

Ante la verdad de que su hijo tenía alguien más a quien querer como una familia, en lugar de la que ya tenía. No podía culparlo, después de todo ¡Pero todo lo hacía por él, por su familia!

Pero aquello era lo más doloroso en su corazón; no poder culparlo, pues era su culpa.

― Parece que encontraste un lugar donde verdaderamente eres feliz ― soltó con amargura y sin pensarlo, tendiéndole la tableta de lleno a las manos de su hijo quien seguía pasmado por lo que veía.

Adrien había visto las fotos esa mañana, estaba algo alterado por cómo habían reaccionado todos con Marinette, así como el temor de que eso ocasionara que ella y su familia fuesen blanco de Hawkmoth. Miles de cosas en mente, pero nunca pensó que su padre podría relacionar algo tan simple, algo que de hecho no le habia tomado importancia en el momento.

― Padre, yo... es algo que puedo explicar, no es lo que piensas ― se intentó excusar, pero supo por la mirada de su progenitor que no existiría palabra de él que creyera.

Gabriel extendió una mano, pidiéndole con un gesto que guardara silencio.

― ¿Es bueno estar con una familia que no es tuya? ¿Acaso te están dando algo que yo no te he podido dar? ¡Te lo doy todo, Adrien! ― espetó con vehemencia, levantando su tono de voz mientras sentía como la acidez en su estómago acrecentaba ― Sí, se ve que son todo lo que quieres y más, liberándote de esta maldita vida que sufres en esta casa, porque nunca has estado más feliz ― añadió con desdén, comenzando a caminar hacia la salida de la habitación.

No deseaba verlo, porque sabía que le estaba dando toda la razón con sus palabras. Porque sus palabras eran verdad, y aquello era lo que más dolía en el corazón de Gabriel.

No observó como el semblante de Adrien cambió, mostrándose completamente abatido por las palabras tan directas de su padre; palabras que eran verdad.

Porque la familia de Marinette no era la suya, pero si le daban lo que su padre pareció desinteresado en darle; apoyo, amor y la oportunidad de ser escuchado.

Porque estar cerca de Marinette le llevó a recordar lo que era tener una familia de verdad, y en ella podía ver alguien en quien confiarle todos sus secretos así como hablar sus penas sin temer que pudiese pensar que era absurdo, pues pareció tenerlo todo. Aunque sabía que Marinette no era alguien que pudiese pensar así de él, era un miedo implantado en su cabeza debido a la inseguridad que sentía al no tener la máscara cubriendo su rostro.

― ¡No es cierto! ― exclamó el menor, sorprendiéndose a sí mismo de levantar la voz a su padre, pero era algo que tenía que decir ― ¿Crees que todo lo que quiero es algo material? ¿Crees que no necesito algo como esto? ― cuestionó, extendiendo la tableta que Gabriel miró por el rabillo del ojo.

No necesitaba una confirmación, pero ahora la tenía.

Adrien no necesitaba decir aquello para que su padre estuviese seguro de haber descubierto su secreto, así que poco le importo al sentirse impotente.

― ¿Ya has dicho lo que tenías que decir? ― preguntó el mayor, apretando sus puños mientras la voz sonaba realmente enardecida ― Lo siento por no ser suficiente para ti, gracias a Dios ella te rescató como un gato callejero ― sus palabras salieron como si fuesen cuchillos al no estar pensando con claridad, al tener tantas cosas en su cabeza ― Me sentaré y veré como continuas con tu espectáculo con esa familia, esperando a ver cuándo todo tu teatro explota en tus narices ¿Eso es bueno para ti? ― Adrien retrocedió unos pasos, sintiendo aquellas palabras como una súbita amenaza.

Como si de pronto no estuviese hablando con su padre, sino más bien con alguna clase de enemigo.

Y sin que ambos varones se observaron, cada uno salió de la habitación con sus cabezas intentando procesar todo lo ocurrido en una fracción de segundos.

Gabriel cerró la puerta de su hijo con fuerza, siendo observado por Nathalie quien se mostraba realmente preocupaba, deseando saber en qué podía ayudar o que habia ocurrido. Pero Gabriel no dijo nada, simplemente se encontraba destrozado por sus propias acciones, por el hecho de que su hijo estuviese involucrado en todo aquello y no ser suficiente para él.

Adrien le importó poco, y supo por el silencio de Plagg que estaba dispuesto a ayudarle para escapar de ahí donde de repente sintió todo más pequeño, sintiendo como las palabras de su padre se clavaban en su pecho, preguntándose si realmente le importaba y molestaba más el hecho que hubiese encontrado una forma de ser feliz fuera de sus muros que el arriesgar su vida diariamente combatiendo el mal.

Siendo Chat Noir salió por la ventana, con un sólo camino en mente.

Y en cuanto arribo, tocando con delicadeza la ventana circular que daba a la habitación de Marinette, ella no demoró mucho en abrirle para que accediera.

Ella enarcó una ceja al verlo entrar sin decir nada, con un semblante serio, pero rápido atribuyo que aquello no era debido a lo que podrían decir gracias a las fotografía que un paparazi habia tomado de ellos dos.

― Chat Noir ¿Todo está bien? ― preguntó por lo bajo, acercándose con cuidado a él para acomodar un mechón rebelde que ocultaba parte de su ojo que lucía levemente cristalino.

Marinette se atrevió a acariciar la mejilla de él, intentando infundirle un poco de ánimo.

― No del todo ― confesó con una sonrisa amarga, sintiéndose culpable por encontrarse ahí, sabiendo que realmente podría traerle muchos problemas a Marinette y a su familia ― Pero aquí me siento mejor, aunque entenderé si después de lo ocurrido piensas que es mejor que no vuelva ― añadió, con sus últimas palabras sintiendo como se atoraban en su garganta.

Ella negó con su cabeza, rodeando el cuello del superhéroe para atraerlo en un abrazo.

Uno que realmente necesitaba en esos momentos, y que no dudó en corresponder después de sentir como el cumulo de emociones en su cabeza comenzaba a templarse, todo gracias a ella.

Pero tenía en mente gracias a las últimas palabras de su padre e incluso a sus propios miedos sobre Hawkmoth que todo aquello en algún momento llegaría a su fin.

[...]

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PALABRAS: 2037

Realmente fue difícil escribir esto, pues imaginarme algo de angustia con esta ship simplemente se me venía a la mente dos escenarios ya bastante vistos; Marinette descubriendo que es Adrien es Chat Noir y reclamándole o viceversa, o uno de los dos perdiendo al otro en combate (Marinette sin poder ayudarlo debido a que ya no tenía sus poderes, y ella destransformandose al perecer al ser el caso que Chat no alcanzara ayudarle.

Pensé en otro, donde Adrien descubre que su padre es Hawkmoth, pero eso ya lo ocupe para el día de compañeros de cuarto así que dije no a reciclar, pues realmente espero que cada día sea algo diferente lo que puedan leer (NETA espero estar lográndolo)

GRACIAS A DIOS me puse a escuchar Dear Evan Hansen, la canción de "good for you" me dio la idea perfecta para esto, y aunque en realidad no "tiene tanto que ver" con el contexto de la canción, si tiene bastantes similitudes y boom, esto salió.

Espero que les guste este día. Ya mañana nos vemos con "Encontrado" que es el día 15. Dude, ya casi a mitad de mes y estoy por ello ¡Esto me hace sentir bien!

Hasta mañanaaaaa.

PD: Yo despues de escribir esto es como algo así

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