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3. Que

Una semana más había pasado y estaba comenzando a aburrirse de esa universidad de gente poco amable y formales uniformes azules.

Lo único que lo hacía querer ir a ese lugar era aquel hermoso muchacho llamado Hyungwon.

Quizá ya era tiempo de hacer algo más.

Necesitaba un poco más de diversión, así que se le ocurrió una idea.

La clase de "Planificación y Urbanismo II" estaba llegando a su fin y miraba ansioso el reloj.

Se inclinó hacia el lado donde estaban sus compañeros para susurrarles.

- Hey...

Axel lo miró haciendo un gesto para que continuara hablando.

- ¿Podemos salir a algún sitio hoy? Escuché que Axel vive cerca de aquí...

Axel asintió.

- Claro, podemos ir a casa a jugar un poco en el PS4 y puedo llevar bocadillos.

Matías miró a Axel.

- ¿Y tus padres?

- Yo vivo sólo.

Entonces se miraron unos con otros.

- ¿Entonces?

Todos asistieron en respuesta a la pregunta de Axel y justo en ese momento la hora de salida se anunciaba a través del ruidoso timbre.

Todos se levantaron y agarraron sus cosas para salir del salón de clases.

Wonho no pudo evitar buscar a Hyungwon con la mirada, aunque ya sabía que él se iba casi inmediatamente después del timbre.

Se reunieron afuera de la Universidad esperando indicaciones, aunque los planes de Wonho eran otros.

- Pueden ir yendo hacia mi casa, yo debo dejar a Aby a unas cuadras de aquí y de paso pasaré comprando las golosinas, pero no se preocupen, pueden irse acomodando...

Asistieron y Axel dio las llaves de su casa a Matías.

Todos comenzaron a caminar hacia la casa de Axel, mientras la mirada de Wonho viajaba hacia cierto lugar.

La hermosa floristería que estaba a dos casas de la residencia de Axel.

Al llegar a la casa, Gabriel y Matías comenzaron a acomodarse en la habitación de Axel mientras encendían la consola.

De nuevo Wonho estaba inquieto por inventar una excusa para alejarse un momento de sus amigos.

- ¡Rayos! Creo que olvidé algo en la Universidad...

Ambos chicos lo miraron extraño.

- ¿El que?

Wonho se rasco la cabeza mientras intentaba pensar rápidamente.

- Mm... un... papel, si olvidé dejar un papel, ya sabes lo del traslado, mi papá recién trajo un papel necesario desde la otra universidad y lo necesitan en mi expediente...

Ellos lo miraron con desinterés y le dieron señal de que podía irse.

Asintió y bajó casi corriendo las escaleras, tomó su mochila y salió de la casa intentando mantenerse calmado.

Vio a través del cristal de la floristería que su chico estaba allí, justo detrás del mostrador.

De repente sus manos comenzaron a sudar, iba a saludar a Hyungwon por primera vez y se sentía muy nervioso.

Entró en la floristería y Hyungwon lo vió al instante, así que se apartó de allí visiblemente sonrojado, le hizo señas a una mujer que estaba con él y la mujer se acercó a Wonho.

Wonho ingresó con una sonrisa pero al ver la acción de Hyungwon se sentía un poco decepcionado, suspiró y le regaló una sonrisa a la mujer que venía a atenderlo.

Pues por mucho que deseaba acercarse a Hyungwon, había visto que la mayoría del tiempo él pasaba solo y seguro tener comunicación con un extraño le sería raro.

Pensó en la melodía que Hyungwon tocó con la flauta y suspiró para poder seguir con su plan.

- ¿En qué puedo ayudarte?

Él se quedó pensando por un momento en lo que debía decirle a la mujer, pues no sabía quién era, ni que era de Hyungwon.

Pero decidió arriesgarse.

- Necesito flores pequeñas, que sean de colores suaves...

- ¿Rosadas te parecen bien?

Wonho asintió.

- Puede agregarle unas blancas y lilas si puede... quiero que el ramillete se vea colorido.

La mujer lo miró con una sonrisa.

- ¿Para novia o futura conquista?

Wonho le devolvió la sonrisa.

- Sólo diré que es para alguien especial...

Miró hacia donde estaba Hyungwon y percibió el cambio de humor que tuvo mientras fingia ordenar unas flores en la parte de atrás.

- El ramillete de flores esta listo.

Y entonces la mujer se lo extendió a Wonho pero él la detuvo.

- En realidad quería saber si podría incorporarlo de alguna manera a un regalo.

Wonho busco en su mochila y sacó una pequeña cajita blanca de allí y se la entregó a la mujer.

La mujer examinó el regalo.

- Creo que lo que podría hacer es amarrar el ramillete por el tallo con la cinta de la caja.

- Me parece perfecto.

Entonces la mujer terminó lo que su cliente le había pedido y definitivamente el regalo se veía precioso.

Wonho pagó el ramillete y justo cuando la mujer iba a entregarle la cajita, la detuvo de nuevo.

La mujer lo miró exigiendo una explicación.

- En realidad señora... espero que no le moleste, pero este regalo se queda aquí mismo...

La mujer estaba sorprendida.

- ¿Ah si?

Wonho asintió.

- ¿Podría entregarlo por mi? Quiero que el muchacho...

- ¿Mi sobrino?

- Si, Hyungwon, quiero que se lo entregue a él... dígale que es una edición especial de una excelente novela, no es un libro nuevo, pero es uno de mis favoritos y está en muy buen estado, en realidad espero que le guste.

La mujer sonrió con sorpresa.

- Esta bien... yo... lo haré... Pero, necesita saber quién es el remitente de este hermoso regalo.

- Oh, si... soy Wonho, nada más otro chico de la Universidad... muchas gracias por su tiempo, que tenga una feliz tarde.

La mujer se despidió de igual manera y él finalmente salió de allí.

La mujer no lo había notado, pero sus piernas estaban temblando levemente, sobretodo porque Hyungwon estaba escuchandolos.

¿Cómo reaccionaría? ¿Le gustaría?

Volvió corriendo a casa de Axel rogando al cielo para que él no hubiera llegado aún.

Pero afortunadamente Axel aún no llegaba o eso es lo que parecía porque la casa estaba silenciosa.

Ingresó en silencio sintiendo un poco de temor.

Ningún lugar era silencioso cuando estaban Matías, Axel y Gabriel.

Subió las escaleras en silencio e iba a ingresar a la habitación, pero justo cuando iba a hacerlo se dio cuenta que la puerta estaba entrecerrada dejando ver una extraña imagen de sus compañeros.

¿Matías y Gabriel están besándose?

Si, estaban besándose y no de manera inocente, Wonho no sabía que hacer así que decidió bajar a la sala, pero cuando llegó al sofá miró a través de la ventana.

Axel estaba llegando y se alarmó por aquellos dos, quizá Axel podría molestarse de encontrarse tal escena, así que quiso salvarlos de la incómoda situación fingiendo que recién llegaba.

- ¡Chicos, ya llegué y Axel viene conmigo!

Entonces Axel entró.

- ¿Qué pasa?

- Oh, nada, solo fui a hacer algo y le estaba avisando a los chicos que ya llegamos.

Entonces ambos subieron a la habitación y Wonho rogaba al cielo para que ellos estuvieran jugando con la consola o algo.

Y así fue, estaban jugando como si nada hubiera pasado y Wonho suspiró aliviado.

Al parecer, Axel era el único que no guardaba secretos...

Wonho estaba muy pensativo respecto a sus amigos, ellos jamás habían manifestado sus gustos y menos habían demostrado tener atracción uno por el otro.

Uno jamás es capaz de esconder ese tipo de sentimientos naturalmente, si lo hace, es intencional.

Pero ¿Por qué?

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