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Dos

Omnisciente

El sol del lunes apenas encontraba su lugar en el cielo cuando Yoongi corría de un lado a otro en el interior de su departamento, una vestimenta medianamente formal cubría su cuerpo, mientras hacía su mejor esfuerzo para peinar su cabello de la mejor manera posible y lustraba sus zapatos por tercera vez en los últimos treinta minutos.

Eran niños, simplemente eso, ¿por qué se preocupaba tanto por su apariencia? En el fondo de su corazón, muy al fondo, una pizca de nervios daba vueltas en su estómago, realmente se estaba esmerando en causar una buena primera impresión en los mocosos que dependerían de él por el resto del año.

''Llamarlos niños o infantes, nada de mocosos'', repitió cinco veces en su mente cuando el anterior pensamiento llegó a la misma.

Tras ajustar su corbata y revisar que el cierre de su pantalón se encontrase cerrado, Yoongi abandonó su vivienda con un maletín en su mano izquierda, vacío, ¿qué se su pone que debería llevar en él? No lo sabía, pero algo le decía que se miraba más presentable si lo llevaba consigo. Se le había anunciado con anterioridad que su primer día constaría de una pequeña capacitación por parte de la directora del jardín, por lo que esperaba que su mañana fuera tranquila y fácil de manejar.

Mientras conducía, se permitió sonreír durante unos segundos, convenciéndose de que seguramente los niños serían igual de tranquilos que su sobrino, por lo que no habría problema alguno que lo sacase de sus casillas.


...


— ¡No necesitamos una maestra sustituta! — Gritó Hyejin. — ¡Queremos a Miss Molly devuelta!

— ¡Mamá dijo que debemos luchar por nuestros derechos! — Secundó su mellizo. — ¡Tenemos que hacer algo, no dejaremos que esa tonta robe el trabajo de Miss Molly!

Algunos de sus compañeros abrieron sus bocas del asombro que les provocó escuchar tal grosería, sin saber si debían acusar a Hejin con la directora o hacer caso a las palabras de los mellizos. ¿Una maestra sustituta? ¡Ni siquiera sabían el significado del término, pero no sonaba como una palabra bonita!

Su madre se los había comentado durante el desayuno, alegando que su querida profesora estaría ausente durante unos meses por dolor en su corazoncito, y que debía desearle lo mejor para que se recuperara pronto. Sin embargo, al haberse quedado dormidos y estar cortos de tiempo, no había logrado explicarles con exactitud el papel de la maestra provisional. 

Los mellizos perdieron segundo alguno tras adentrarse al salón, preguntándole a sus amigos acerca de la situación, preocupándose al notar que algunos estaban enojados, otros tristes, y unos ni siquiera habían terminado de abrir los ojos, con más ganas de seguir durmiendo que estar en el salón de clases a primera hora de la mañana.

— ¿Qué significa tusistuta? — Se atrevió a preguntar la menor de todos.

— Se dice tutissuta. — Corrigió uno de ellos. — Creo que es cuando remplazan a alguien.

— Aaah. — Opinó otro niño, convencido de haber entendido. — Como cuando mi papá consiguió una nueva novia.

Sin esperar que pasara segundo alguno, ambos hermanos voltearon a verse boquiabiertos, ¡¿eso significaba sustituta?! ¡Con más razón, debían evitar que la nueva maestra pusiera un pie en el salón, mucho menos cuando su padre sería quien lo recogería ese día! Su madre no lo sabía, pero ellos la habían escuchado llorar a escondidas hace unos meses atrás, desde el día en el que su padre se marchó de la casa, tomado de la mano de una mujer que llevaba un bebé en brazos.

— ¡Las sustitutas son malas! — gritaron al unísono. — ¡Tenemos que hacer algo para asustarla!

El reloj apenas rozaba las nueve, demasiado temprano e irrealista como para que un grupo de treinta niños se encontrase protestando e intercambiado ideas cual sindicato, sin embargo, era el escenario que estaba ocurriendo.

Descartaban y seleccionaban ideas, pero ninguna les parecía suficientemente buena como lograr su objetivo, hasta que uno de los mellizos fijó su mirada en la estantería donde solían colocar los materiales de clase, al devolver su vista a su par, supo que ambos pensaban lo mismo.

Esa sonsa maestra sustituta se arrepentiría de por vida de haber tratado de quitarle el puesto a Miss Molly.


...


— La hora de entrada de los niños es a las ocho treinta, así que usted debería estar en el instituto a más tardar ocho en punto. — Yoongi reprimió una expresión de disgusto al escuchar a la señora hablar. — Las clases empiezan a nueve menos quince. No importa quién sea, mucho menos que su nombre sea reconocido a nivel mundial, si usted aceptó este trabajo debe seguir el reglamento al pie de la letra.

Genial, nunca pensó que la dichosa capacitación sería en realidad un regaño por parte de la directora, reclamando cosas que ni siquiera habían pasado.

Sin prestar mucha atención a la quejumbrosa voz de la fémina, el pelinegro se distrajo con los objetos que adornaban la habitación. Mucho más allá de la estructura moderna de las instalaciones, las paredes se encontraban cubiertas con distintos reconocimientos y diplomas, además de algunos trofeos exhibidos en los estantes; todo indicaba que se trataba de un kínder de renombre.

Segundos después, su mirada se distrajo al percibir unas pequeñas cabecitas asomarse por la ventana, a la vez que algunos pares de zapatos se hacían notar por debajo de la puerta. Cuchicheos y susurros que la directora no parecía escuchar, fueron los causantes de una enorme sonrisa en el rostro de Min Yoongi. 

''¡Lo vi, lo vi!'' y ''¿¡Es un hombre?!'' provocaron que tuviera que morder su labio para no soltar una carcajada.

Al final de cuentas, no parecía tan mala idea el cuidar niños ajenos, ellos parecían estar emocionados por conocer a su nuevo maestro y él empezaba a entusiasmarse también.

No le quedaba duda alguna, sería un lindo día.


...


— Buenos, mi nombre es Min Yoongi y cubriré a Miss Molly por unos meses... No, no creo que lo entiendan si lo explico de esa manera.

El varón se encontraba parado frente al salón de clases que le correspondía, practicando su presentación antes de abrir la puerta y adentrarse.

— Mucho gusto, soy Yoongi y seré su maestro a partir de hoy. — Chistó sus dientes cuando la segunda presentación tampoco fue de su agrado.

Un suspiro abandonó sus labios cuando la campana que anunciaba el inicio de clase resonó en el lugar, sin más, cerró los ojos y sujetó el tomo de la puerta, tratando de no tardar tanto en reunir el valor suficiente para empezar su primer como profesor.

Una vez más, los nervios se apoderaron de su cuerpo. ¡Ni siquiera había recibido la capacitación adecuada para hacer el trabajo de la manera correcta! ¡¿Quién en su sano juicio permite que un rapero sin conocimiento previo acerca de la educación inicial esté a cargo de un salón de infantes?! Si el fuera padre, demandaría al jardín.

¡Al carajo! Solo eran niños de cinco años, ¿qué podría salir mal?

— ¡Buenos días, mi nombre es Min Yoongi, pero pueden llamarme Mr. Yoonie! 

— ¡AHORA!

Sin siquiera permitirle procesar el momento, los niños empezaron a correr en dirección al pelinegro, quien segundos antes había tropezado con unas cuerdas que los humanos miniatura amarraron minutos antes de su llegada. Usando pistolas de juguete, rociaban su cuerpo con agua de acuarela, a la vez que lo cubrían de flores y brillantina.

— ¡Qué mierd...

Cerró los ojos cuando dos niños idénticos se acercaron a él, dejando caer una sustancia pegajosa sobre su cabeza.

— ¡Espero que te guste lo dulce, señorito miel!

No era un lindo día y todo podría salir mal.


Notita Morada 💜: 

Ayuda, llevaba meses sin que realmente me gustara algo de lo que escribo, pero debo admitir que amé mucho este capítulo 😭♥

Aprovecho el momento para compartirles el QR de un grupo hermoso de fanfics (hetero), donde hacemos dinámicas semanales de lectura. ♥

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