Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Extra.

Hay sonrisas que hieren como puñales.

-William Shakespeare.

Llego hasta el restaurante que August me dijo que estarían y los veo a todos riendo en una mesa del fondo. Sonrío al ver a Iliana con un pantalón ajustado blanco y una camisa suelta morada.

Poso mis manos sobre sus hombros y ella da un brinco asustada.

—Tranquila, dulzura, soy yo —susurro, inclinandome para hablarle en su oído. Gira su rostro de un solo golpe, dedicándome su mirada azulada.

—Pelirrojo —dice en un hilo de voz.

—Algodón —respondo. Se levanta de la silla y me envuelve en sus brazos, hundiendo su rostro en mi cuello. La escucho sollozar y la abrazo con más fuerza—. Amor, no vine para hacerte llorar, se suponía que debes alegrarte —susurro, mirando avergonzado al resto de personas en la mesa. Su familia me miran sonriendo.

—Son de felicidad —confiesa, separándose para secarse las lágrimas, apenas lo hace, se lanza de nuevo sobre mí, pero está vez para besarme. No dudo en corresponderla—. Te quiero tanto —reconoce al separarnos. Sonrío por inercia.

—Y yo te quiero a ti, dulzura —prometo.

—Perdón por no presentarlos, me emocioné —admite mirando a sus padres. Ellos sonríen alegres.

—Podemos entenderlo, cariño. Me pasó lo mismo con tu padre —confiesa su madre.

—Mamá, papá, August, les presento al hombre que ocupa mis pensamientos y habita en mi corazón —dice Iliana, logrando que mi corazón se haga bolita. Nunca creí que se sintiera tan bien que alguien te presente de esta manera—. Xavier, ellos son mis padres y bueno, a mi hermano ya lo conoces. —Señala a August a mi lado. Despeino su cabello con mi mano y él se queja.

—Deja que me acabo de peinar —chilla. Todos sonreímos.

—Es un placer conocerlos. Su hija también vive constantemente en mi mente y deseo que eso siga así, que no se vaya nunca de ahí ni de mi vida —admito, mirando a Iliana con ternura. Ella me devuelve la misma mirada. Estrecho la mano de su padre y su madre insiste en levantarse para abrazarme. Acepto el abrazo encantado y tomo asiento junto a ellos para comer.

Aunque creí que pasaría tiempo con Iliana, ahora me encuentro con August mostrándome todos los juegos que le descargó a su teléfono. Me divierto dejando que intente enseñarme. Es algo que jamás entenderé. ¿Para qué descargar juegos en un celular? Los teléfonos son para comunicarse y las consolas para jugar. Así de simple. Sin embargo, dejo que lo intente.

—Ahora no estás escuchandome —se queja. Sonrío y vuelvo a desordenar su cabello. Me quita la mano con las suyas.

—Lo lamento. Ya vengo, ¿sí? Iré a ver a tu hermana —declaro. Bufa, pero acepta. Me levanto del banco y camino hasta donde Iliana está acariciando unas flores—. Algodón —saludo, abrazandola por la espalda. Se da la vuelta, enrollando sus manos en mi cuello. La abrazo por la cintura—. ¿Ya te dije lo feliz que estoy de estar aquí contigo? —cuestiono. Sonríe.

—No lo habías hecho, pero supongo que yo tampoco había admitido que nada me hace más feliz que tenerte aquí conmigo —confiesa. Beso dulcemente sus labios. Al separarnos, la miro directo a los ojos. A esos ojos que me miran con devoción y amor.

—Estás oficialmente divorciada de James, dulzura —le cuento. Iliana abre los ojos y luego, como si un peso fuera quitado de sus hombros, sonríe alegre.

—Bueno, eso ocupa ahora el tercer lugar de las cosas que me hacen muy feliz. Tú y tenerte aquí conmigo sigue siendo el número uno —admite. Río bajo, rozando su nariz con la mía.

—Entonces, ¿crees que es hora de formalizar esto? —pregunto. Su sonrisa se ensancha.

—No lo sé, primero creo que deberías proponerlo, ¿no? —se burla. Río, mirando a los lados.

—Bien, hagamos esto, pero debo admitir que nunca he hecho algo así, ¿ok? Promete que si lo hago mal, no vas a burlarte —pido. Iliana se muerde los labios, conteniendo la risa. La pellizco un poco y ella se queja riendo. Ya con unos centímetros de distancia, me aclaro la garganta—. OK, veamos qué tal sale el primer intento. —Iliana vuelve a morder su labio—. Algodón de azúcar, desde que te vi no he podido dejar de pensar en ti ni un solo segundo, desearía, no. —Me callo para empezar de nuevo. Iliana ríe con ganas. La miro mal.

—Vamos, pelirrojo, ibas bien —confiesa. Suspiro y vuelvo a intentarlo.

—Algodón de azúcar, has ocupado cada día de estos últimos dos meses, mi mente, mi vida y mi corazón. No hay nadie más con quien quiera estar y no hay nadie más quien me haga sentir lo que tú. Me pregunto si estás dispuestas a darle a este pobre pelirrojo, la dicha de seguir teniendo en su vida tu mirada azulada, tu cabello negro y tu cuerpo de diosa por lo que le resta de vida. ¿Quieres ser mi novia, dulzura? —pregunto, tomando su mano y sacando de mi chaqueta, una cajita larga.

—Por un momento creí que era una propuesta de matrimonio —se burla. Giro los ojos, pero sonrío—. Por supuesto que quiero ser tu novia, mi pelirrojo ardiente —acepta, besando mis labios y tomando la caja con su mano. Al separarnos, abre la caja y saca la cadena dorada con un dije de uva brillante. Una vez le dije que ella no necesita diamantes, ella ya es uno. Por eso le compré eso con una piedra amatista que tiene forma de uva—. Es preciosa —confiesa, mirándola con entusiasmo. Se recoge el cabello, dándose la vuelta para que se la ponga. Lo hago con todo gusto.

—Tan perfecta como tú —declaro al verla usándola. Sonríe y vuelve a besarme—. ¿Qué se supone que hacen los novios en su primera noche de novios? —inquiero en su oído. Iliana ríe fuerte.

—Supongo que tendremos que arreglarnosla para descubrirlo esta noche —dice con un jadeo al final. Suspiro.

—¿A qué hora empieza la noche aquí? —cuestiono, haciendo que vuelva a reír.

—A la hora que los novios quieran —responde. Mi entrepierna palpita emocionado.

—Qué empiece desde ya, entonces —suplico. Iliana me mira con los ojos brillantes y besa de nuevo mis labios.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro