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Extra 2

Aunque no podemos adivinar el mañana, es fácil de predecir por nuestras acciones de hoy.
Aixa de Alsina 🌙


Veo que Iliana no ha dejado de moverse en todo el tiempo que llevamos en el Jet. Han pasado ya tres semanas desde que llegué a Estados Unidos y ahora debo volver a Londres para reunirme con Rose, Marcus y el mismo Rodolfo. Decidieron que les gustó Londres, y para mí buena suerte, eso quiere decir que no debo viajar yo ahora para las negociaciones. Eso es algo muy bueno. La familia de Iliana se quedó en California. La están pasando bien y me hace feliz poder ayudarles a que así siga siendo.

—Dulzura, ¿vas a decirme lo que te pasa? —inquiero. Iliana deja de ver por la ventana y me mira.

—Me preguntaba cómo empezó tu sociedad con James y George. ¿Empezaron la empresa juntos? —pregunta. Suspiro.

—Era la empresa de mis padres. Al ellos morir, todo pasó a ser mío y de Arianna, pero yo no supe manejar muy bien la pérdida de ellos dos al mismo tiempo —reconozco. Ahora el incómodo soy yo.

—¿De qué murieron tus padres? —pregunta en un susurro. Como si no estuviera segura de hacer la pregunta o no.

—Un accidente automovilístico —explico. Era un diciembre y estaban haciendo las compras de navidad. Fue algo inesperado —resumo. Iliana asiente—. George era el más cuerdo en ese momento y fue quien tomó las riendas del negocio cuando yo me hundí en el alcohol. Fue una época mala de mi vida, algodón. No me orgullece hablar de eso, pero tampoco me arrepiento del todo porque gracias a eso, cuento con los mejores socios en mi empresa y sé que hacen muy bien todo —admito. Iliana asiente

—Entonces, tú los hiciste socios a ellos —dice como entendiendo todo. Asiento.

—Cuando me recuperé, decidí que si George había hecho un gran trabajo manejando todo solo, merecía ser mi socio. Así que le dí un 20% a él, otro 20% a James, que George estuvo manejando hasta que James fue mayor de edad y responsable de asumir su puesto como socio. Arianna y yo tenemos el otro 60% de la empresa, pero como bien sabes, ella no participa en eso. Sin embargo, sigue teniendo su porcentaje y lo tendrá por siempre. Cada uno hacemos negocios por separado como juntos. Por lo menos el negocio que tengo con Rose, Marcus y Rodolfo, es solo mío —explico. Iliana asiente, pero sigo notando que algo me oculta—. ¿Qué es lo que te preocupa realmente? —insisto.

—El hecho de que tú y James son personajes públicos en Londres. Manejan una de las empresas más importante, están a la vista y boca de todos. ¿Cómo va a afectar nuestra relación en sus vidas? Ciertamente no me importa lo que digan de mí, porque yo no soy nadie importante para ellos, pero ustedes sí —dice. Bufo.

—Dulzura, hace años dejó de importarme lo que la prensa diga de mí. Cuando mis padres murieron y me arrestaron en más de una oportunidad por conducir ebrio, ellos no dudaron en hacerme trizas. No sólo a mí, también al apellido de mi familia y a la empresa. Eso lo único que hizo fue que yo siguiera cada vez más hundido. Me avergonzaba mirar a mi hermana a la cara y no poder explicarle como ser fuerte, porque yo era un maldito borracho hundido en su propia miseria. Me avergonzaba el hecho de que no podía defender mi nombre de lo que decían los noticieros o periódicos de mí, porque no mentian en nada. Todo lo que decían era cierto: El multimillonario Xavier White, fue arrestado por conducir a alta velocidad en estado de ebriedad y con dos mujeres de acompañantes. No sólo no le importa su vida, sino que juega con las de los demás —repito tal cual leí más de una vez en los diarios. Iliana hace una mueca.

—Nunca leí tal cosa. No me gustan los noticieros porque aunque dicen cosas interesantes, también se meten mucho en la vida de personas que de seguro, no quieren esa atención —habla Iliana. Asiento.

—Yo no quería su atención, pero tampoco me estaba esforzando en no obtenerla. No te imaginas lo que fue que al salir de prisión o de la clínica de rehabilitación, las primeras personas que veía afuera eran periodistas esperando la primera toma para el siguiente reportaje de mi asquerosa vida, así que no me importa, dulzura. No me importa que intenten hacerme trizas de nuevo porque esta vez no soy el mismo idiota —zanjo. Iliana vuelve a moverse.

—Tú crees que será fácil, pelirrojo, pero no lo es. No sólo está en riego tu nombre o el de James, está el de la empresa y tus socios. ¿Qué dirán tus socios cuando se enteren que la mujer con la que James se casó un día, ahora es tu novia? —argumenta. Bufo.

—Mis socios son socios en negocios, no en mi vida personal. Si a James que fue el más afectado, no le importa, no permitiré que más nadie opine de ti, de él o de mí. Además, la única opinión que puede importarme realmente es la de mi familia y de eso me encargaré al llegar. Llamaré a Arianna y voy a contarle lo nuestro. Ella es la única que no lo sabe aún, de resto, ya todos lo saben. Dulzura, no va a pasar nada malo —prometo. Iliana niega con la cabeza repetidas veces.

—No me mientas, pelirrojo. Estás demasiado tranquilo para la tormenta que se avecina. No puedes simplemente pretender que lo nuestro no va a molestar a más de uno. Aún no sé cómo voy a verle la cara a James después de todo esto. Puede que ya no sea mi esposo, pero sigue siendo tu hermano. Seguiré viéndolo, Xavier, y no estoy lista para eso —confiesa. Su mirada es de completo terror.

—No voy a mentirte diciéndote que no será incómodo. Porque ciertamente lo será, pero también conozco a James, él va a encontrar otra chica de la cual enamorarse y esto solo será un mal rato, dulzura. Él y yo estamos bien, ustedes también lo estarán —aseguro. No estoy seguro de eso, pero sé cómo es James.

—Sigo sin creerte del todo —admite—. Sigo pensando que estás viendo todo desde un panorama muy bueno al que probablemente será. Puedes decir que no te importa lo que tus socios o la prensa diga, pero una vez estemos allá y la realidad nos aplaste con el peso de una tonelada, entonces vas a cuestionarte toda nuestra relación y no puedo culparte. Yo ya lo hago y aún no llegamos —reconoce. Arrugo el rostro.

—¿Estás cuestionandote el que estemos juntos? —imcrepo. Iliana suspira. Sí lo hace. Cierro los ojos y toco el botón para llamar a la azafata, aparece rápidamente—. Tráeme un vaso de whisky, por favor —ordeno sin mirar a Iliana. La azafata se va y regresa enseguida. Le agradezco y se retira.

—No podemos mentirnos, pelirrojo. Sabíamos que en Estados Unidos somos solo dos personas enamoradas, pero en Londres, no. En Londres somos dos amantes. Un hombre que se quedó con la mujer de su socio y hermano, y una mujer que se revolcó con quien era su cuñado. Qué buen inicio para una relación —ironiza.

—Entonces, ¿qué? Creo que si queríamos evitar esto, nunca debimos fijarnos el uno del otro. Lo que estas diciendo son disparates. No podemos arrepentirnos de nuestras acciones. Yo sin duda no me arrepiento de estar contigo. Sí, no me enorgullece la manera en cómo todo inicio. No debí fijarme en ti ni seducirte, sabiendo que eras la mujer de James, pero dulzura, si no lo hubiera hecho, ¿dónde estarías ahora? Casada con él por agradecimiento, deseadome en silencio. Prefiero mil veces la realidad que tengo ahora, que la que desearía cada día de ser diferente —zanjo. Iliana me mira atenta.

—Yo lo único que digo es que esto de nosotros se siente bien, Xavier. Nunca me había sentido tan feliz con alguien, pero no puedo dejar de pensar que mi felicidad es momentánea y que al tocar suelo londinense, todo va a acabar. Temo que cuando todo esto estalle en tu cara, en la de James y repercuta en sus negocios, tú vas a decidir alejarte porque eso será lo mejor. Incluso si tú decides seguir a mí lado contra todo eso, sería yo la que se alejara para que sus vidas vuelvan a ser normales y todo por lo que han trabajado, no caiga por mi culpa. Por no poder mantener mi vida alejada de la tuya y mi deseo por ti a raya —explica. Niego con la cabeza y me termino el whisky.

—Si quieres irte de mi vida y terminar nuestra relación, no seré yo quien te lo impida, dulzura. Pero quiero que sepas que si decides hacer eso, no estarías haciendo nada bueno, sino al contrario. Te estoy diciendo que no me importa lo que digan de nosotros porque contigo soy feliz, algodón. ¿Cómo puedes tan siquiera pensar que voy a dejarte por unas cuantas malas críticas? ¿Cómo puedes cuestionar tan fácil lo que siento por ti? Creo que si en tu mente está ya declarado el hecho de que voy a dejarte, no deberías estar conmigo —sentencio. Iliana niega con la caabeza y se desabrocha su cinturón para sentarse en mis piernas.

—No estoy poniendo en tela de juicio tus sentimientos, pelirrojo. Solo estoy aterrada por lo que viene, nunca he estado en medio de una polémica. Ahora que me cuentas eso de tu pasado, me aterra más que vuelvan a pisotear tu nombre y con eso, arrastren todos tus logros y esfuerzos. Ya hice mucho daño a personas que no lo merecían, no quiero causarte daño a ti, mi amor —confiesa. Levanto mi mano para acariciar su rostro.

—Dulzura, te prometo que no va a afectarnos. Ni siquiera sabemos si cuando lleguemos a Londres, nada de eso que piensas suceda. Estás preocupandote por algo que no es seguro que pase. Entiendo que para muchos socios se les haga extraño verme ahora de la mano con la mujer que mi hermano llevó al altar, pero yo no hago negocios con cualquier persona, algodón. Son personas serias que mientras que nuestros negocios estén generando dinero, ellos están contentos. No van a entrometerse en mi vida ni yo en la de ellos. Así de simple —aseguro.

—¿Y la prensa? Vale, si de verdad tus socios no son problema, ¿qué pasará con la prensa? Ellos viven de lo malo que hacen los personajes públicos. Porque ciertamente no hablan tanto de las buenas acciones como de lo malo —explica. En eso tiene toda la razón.

—Puede que para ellos sea malo nuestra relación, pero para mí es lo mejor que me ha pasado hasta ahora, así que no voy a sentirme mal por esto —prometo. Iliana sonríe triste.

—No te merezco —susurra—. Yo aquí pensando que vas a dejarme apenas todo se venga abajo y tú desmostrandome de mil maneras diferentes que me amas y no dejaras que eso pase. Soy la peor por dudar de lo nuestro —confiesa. Suspiro, sonriendo para darle ánimos.

—Tus dudas no están sin fundamento, dulzura. Si esto hubiera sucedido hace algunos años, de seguro sí hubiese hecho eso. Te habría dejado por lo que la prensa dijera, porque en ese momento yo no podía valorar lo que tenía en mi vida. Mis amigos, mi familia, mi empresa y el legado que mis padres habían dejado para mí y mi hermana. Pero ahora, hermosa, ahora sí sé lo que tengo. Y me ha costado tenerlo, así que no dejaré que cualquier idiota quiera opinar sobre eso. Si tengo que comprar cada puto diario del país entero, lo haré, pero no dejaré que lo que ellos pongan ahí, te afecte a ti, a James, mi familia o mis negocios, lo prometo. —Iliana me mira ilusionada.

—Te encanta presumir tu dinero —se burla. Rio bajo.

—Si puedo comprarlos, no voy a dudar en hacerlo —admito. Iliana ríe y me acaricia el rostro.

—Quiero que sepas que te amo y que soy la persona más feliz de tenerte conmigo, pelirrojo. Nunca he amado a nadie como a ti y tampoco quiero hacerlo nunca. Solo quiero que seas tú quien esté a mi lado eternamente. No voy a dejar que nada nos afecte porque si tú estás conmigo al finalizar el día, yo soy feliz y viviré diariamente para hacerte feliz a ti —promete. Sonrío.

—¿Escuché mal o acabas de decirme que me amas? —Iliana abre los ojos sorprendida y se sonroja. Rio por su reacción—. Está bien, dulzura, me alegra que lo hayas dicho y solo quiero que sepas que yo también te amo y que al igual que tú, mi prioridad siempre será hacer que estés feliz a mi lado. Puedo vivir para complacerte eternamente porque tu felicidad alimenta la mía —admito. Le seco una lagrima que resbala por su mejilla y me acerco más a su rostro para besarla.

—Ya me haces feliz, pelirrojo —reconoce al separarnos. Giro el rostro para mirar a la cabina, ella ríe al verla.

—Créeme, puedo hacerte más feliz todavía —aseguro. Iliana se levanta, desabrocho mi cinturón y camino con ella al interior de la cabina para estrenar mi propio Jet. Es increíble que desde que lo compré, nunca he tenido sexo en él. Y nada mejor que estrenarlo haciendo el amor con mi chica.



A🌙A
Se acabó lo que se daba, amores😂

¿Les gustó? Sean completamente honestos, por favor.

Los amo.
Nos leemos en los agradecimientos y en mis próximas historias. Vengo con mucho más para ustedes😍✨

Aixa🌙

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