Mr.Policeman
Advertencias: contenido no apto para todo público: relaciones sexuales, menciones de acoso, asfixia erótica.
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BaekHyun retorció los dedos en su regazo, sintiéndose muy ansioso. No debería estarlo, pero en realidad, no lo podía evitar. Los acontecimientos de los últimos meses habían sido catastróficos para su vida.
Desde que vivía solo, su vida había sido pacífica, rutinaria, común. Iba a la universidad, sus padres por suerte le pagaban la renta del pequeño apartamento donde vivía, y trabajaba a medio tiempo en un restaurante de comida rápida para pagarse los demás gastos. Salía de vez en cuando con sus amigos, y estaba bien. Concentrado en su carrera y sobrevivir día a día en la universidad, hasta que pudiera conseguir un mejor trabajo y comprarse una casa propia y bla, bla, bla. Aún faltaba un año para esa meta.
Entonces… el acosador apareció.
No hizo una entrada amable en su vida. No empezó como un otro significativo y luego se volvió algo más oscuro. Simplemente pasó. Primero lo abordó en la tienda de comestibles donde BaekHyun estaba haciendo las compras del mes, insistiendo en saber su nombre y pidiéndole su número. Cuando lo rechazó, el tipo no pareció entenderlo, y sin que él se diera cuenta, lo siguió hasta su apartamento, y horas después, al trabajo, donde se apareció como cliente y no le dijo ni una palabra.
El tipo… simplemente se obsesionó con él. Porque sí.
El desgraciado empezó a ir a su lugar de trabajo cada día que BaekHyun trabajaba, y hace poco se dio cuenta de que el tipo lo esperaba también a la salida del trabajo para seguirlo a su departamento. Aún así, pensó que no había llegado más lejos. Había estado muy equivocado.
Dos días atrás, BaekHyun recibió una caja en la puerta de su apartamento llena de fotos de sí mismo impresas y llenas de corazones. Se asustó a muerte y vomitó.
Pensando en frío, se dio cuenta de que el tipo no solo lo seguía al trabajo, sino que también lo seguía constantemente en la universidad. Lo peor era que jamás se había dado cuenta del alcance de la situación. No se había ni siquiera dado cuenta de cuánto el tipo estaba pendiente de él; era un parásito que vivía en las sombras y lo seguía a donde fuera.
En la caja había fotos de él mirando por la ventana o el balcón de su departamento, fotos tomadas desde fuera de su lugar de trabajo atendiendo a personas aleatorias con su uniforme, fotos de él haciendo las compras de la semana, fotos de él saliendo con sus amigos en la plaza, fotos de él saliendo o entrando al edificio de su universidad.
Fotos de cada lugar donde él había estado en los últimos meses, allí estaba él como protagonista del paisaje.
“Te amo”, decía simplemente la carta.
Habían pasado dos días que BaekHyun no se había atrevido a salir de su casa.
La ansiedad era insoportable. La situación le había caído encima como un balde de agua y se encontró encerrado y desesperado sin saber qué hacer. Sus amigos le dijeron que lo denunciara a la policía, pero le daba mucho miedo, porque el tipo definitivamente se enteraría si lo hacía, y BaekHyun no sabía lo que le podía llegar a hacerle en venganza. Había visto muchas series policiales como para ser lo suficientemente crítico; en la realidad, la policía no actuaba tan rápido ni era tan eficaz como en la televisión, y probablemente estaría en peligro real. Su vida no era un drama de la tele. Ellos no le darían importancia a un caso de un tipo aleatorio tomándole fotos de forma obsesiva. Lo tomarían como algo inocente.
Nadie lo ayudaría realmente.
Y como no estaba seguro de qué demonios hacer, decidió llamar a la única persona que realmente podría ayudarlo: su ex novio.
Buah. Ni siquiera quería pensar en la palabra ex, porque aún le daba tirones en el pecho y el estómago. No quería recordar por qué él y SeHun terminaron su relación de tres años, relación que él aún no había superado correctamente. Todavía pensaba en SeHun mucho más de lo que quería admitir, y sí, a veces miraba sus redes sociales desde una cuenta falsa. Lamentablemente, SeHun era tan privado como lo había sido desde siempre, y no solía compartir mucho de sí mismo. Pero ver su rostro o sus fotos viejas era suficiente para BaekHyun, para calmar las ansias, lo mucho que lo extrañaba.
Bueno, solo a veces era suficiente.
Muchas otras quería más, lo quería de vuelta, pero no es algo que verdaderamente pudiera admitir ni para sí mismo. Sus amigos probablemente le cortarían las pelotas si dijera algo así, después de todo, ya había pasado un año y medio, y él debería haber seguido adelante para entonces, o hallado otro novio en la gran variedad de pretendientes que tenía. El problema era que ninguno había logrado llegar a su corazón como SeHun lo había hecho.
SeHun era el amor de su vida.
Era un poco estúpido que fuera él quien no pudiera seguir adelante, cuando también fue él quien terminó la relación (¡por su bien, maldita sea!). Porque SeHun, un policía prácticamente casado con su trabajo, no tenía espacio para compromisos reales con él. Ni siquiera tras tres años de relación. El solo haber aceptado vivir juntos, le costó más de dos años, y SeHun aún lo presentaba ante los demás como su “compañero de piso”. ¡Ni siquiera es que SeHun estaba en el clóset! Pero parecía reacio a comprometerse. BaekHyun no esperaba que ellos se casaran, todavía eran muy jóvenes, pero tras tres años de estar juntos, uno esperaba un mayor compromiso en la relación, porque se suponía que las cosas eran serias, ¿no? Bueno, SeHun no pensaba así. Y tras un mes entero de ansiedad y llanto a solas, BaekHyun decidió, con todo el dolor del alma, que debía alejarse de él y encontrar a alguien que pudiera darle las cosas que claramente SeHun no estaba dispuesto. (Spoiler: no había nadie).
Fue la decisión más dura que tomó en su vida. Y lo peor, es que nunca superó su enamoramiento por él. Aún así, nunca le pidió que volvieran a estar juntos, porque se había alejado de esa relación por la falta de compromiso de SeHun, y si hubieran regresado, seguramente nada habría cambiado y todo habría sido igual. BaekHyun no supo si podía lidiar con eso, así que no le pidió volver a intentarlo, por mucho que lo deseara.
Pero mierda, ahora SeHun vendría a su casa. Estaba en camino, como le avisó por mensaje. En diez minutos, o quizás cinco, el hombre estaría tocando su puerta, luciendo impecable y musculoso, con ese aspecto que hacía temblar las piernas de BaekHyun cada vez que lo veía. Seguramente tendría su cabello negro y corto para evitar mechones rebeldes en su frente, y la ropa ajustada a su figura en forma para permitirle mayor mobilidad. También olería al mismo perfume de siempre, porque SeHun usaba el mismo perfume desde que BaekHyun lo conocía en la secundaria, y su cabello tendría el mismo color aún, porque él había jurado nunca teñirlo.
Sus ojos seguirían igual de negros como un pozo sin fin que le devolverían la mirada y seguramente no contendrían los mismos intensos sentimientos que BaekHyun aún guardaba.
Era una mierda saber eso, pero lamentablemente tenía que vivir con ello, sabiendo que nunca podría tener al amor de su vida de la forma que él quería. Simplemente era imposible.
Ups. Se había perdido en sus dolorosos sentimientos, olvidando la verdadera razón de por qué SeHun estaba por venir a su departamento después de tanto tiempo. Pensar en SeHun siempre lo hacía olvidar todo lo demás, y por un buen tiempo, eso había estado bien. Sin embargo, al avanzar el tiempo en su relación, BaekHyun se había vuelto codicioso de mayor compromiso, y lamentablemente SeHun ni siquiera tenía un pasado traumático o algo así que le hiciera entendible su falta de compromiso. Era que, simplemente, su trabajo le agradaba más, o al menos así lo había demostrado. Realmente nunca se lo había aclarado, pero había dejado que BaekHyun se marchara pensando eso, así que hasta hoy, era lo que él creía.
A pesar de toda la mierda, aún era la única persona en la tierra en la que BaekHyun confiaba para ayudarlo en una situación así.
Dos golpes en la puerta lo trajeron a la realidad.
Se le aceleró el corazón y tuvo que recordarse a sí mismo que SeHun no venía para nada más que para ayudarlo a tratar con su jodido acosador. No le había explicado nada por mensaje, solo “estoy en peligro y necesito tu ayuda”. SeHun había dicho que sí al instante, claro que sí, y BaekHyun de antemano ya sabía que no le iba a decir que no ni con una pistola en la cabeza. Si por algo se identificaba el hombre era por su jodido sentido del deber, siempre más grande que él. Por lo menos BaekHyun podría beneficiarse de ello una vez.
Consciente de sí mismo, pensó que no estaba mal vestido para ver a su ex después de tanto: tenía una sudadera y unos pantalones de chándal de entrecasa (la situación ameritaba su falta de arreglo). Su cabello ahora estaba castaño claro, contrario a los colores que había solido cambiar cada semana cuando vivía con SeHun. Su rostro estaba más delgado, pues se había enfrascado en una dieta para refregarle en la cara a SeHun su buena forma (otro spoiler: no le funcionó). Al final siguió con ella solo por su salud y para distraerse de sus pensamientos haciendo ejercicio. Eso funcionó mejor.
Aunque ahora dudaba de todo eso, porque temía verse horrible a los ojos de su ex.
Yendo a abrir la puerta, sostuvo el aire en sus pulmones. BaekHyun se quedó estático. Ni aunque hubiera planeado decir algo al abrirla, habría podido hacerlo realmente.
SeHun. Estaba. Exactamente. Como. Había. Imaginado.
Era demasiado doloroso. La verdad, no iba a mentir a esta altura de su vida: era dolorosísimo. Probablemente ni hacerse daño físico a sí mismo le hubiera dolido tanto como eso. No había estado preparado para verlo en persona, definitivamente no. Estaba tan mal, pero quería dar dos pasos para acortar la distancia y abrazarlo, enterrar el rostro en su cuello, oler su fragancia para saber si usaba un perfume diferente, y besarlo, frotarse contra él, llenarlo de su propio aroma, hacerlo suyo.
Pero claro, él no era un lobo ni nada, y lo único que iba a parecer iba a ser un jodido pervertido que no había podido superar a su ex. Así que mantuvo la boca cerrada para no decir algo estúpido, pero luego la abrió, porque el silencio se extendió, y los ojos de SeHun eran tan negros y no decían nada, que se sintió aún más estúpido por no hablar.
—Ho-hola —tartamudeó.
Se sonrojó hasta las orejas. Maldición. Lo intentó disimular relamiendo sus labios y frotándose la nariz, esperando una respuesta.
—Hola, BaekHyun. ¿Cómo estás?
—Emm… Bueno, como sabes, en peligro, por eso te hablé. ¡Sálvame por favor, señor policía! Ya sabes, todas esas mierdas.
Silencio.
BaekHyun se sonrojó hasta la punta del cabello y deseó haberse caído a la mañana en la ducha y muerto en ese mismo instante.
Se cubrió la cara con ambas manos para evitar decir algo más. Y para no verlo, porque se moría de vergüenza.
—¿Puedo pasar? —dijo SeHun finalmente, su voz grave rompiendo el incomodísimo silencio.
—Sí, sí —dijo BaekHyun haciéndose a un lado.
Tomó una profunda respiración, tratando de calmarse, justo cuando SeHun pasó junto a él. Llegó a oler su fragancia. No era el mismo perfume de menta, eso lo sorprendió. Era… oh. El perfume que BaekHyun usaba. ¿Se estaba oliendo a sí mismo? Qué extraño. Se olió disimuladamente el hombro y no sintió el mismo aroma. ¿Podría ser…?
Frunciendo el ceño, se encaminó hacia la sala mientras esperaba que SeHun se quitara los zapatos. No, no. Debía olvidarse de cualquier estupidez. Si realmente era el mismo, pues no quería saber. Lo mejor que podía hacer para proteger su corazón ya de por sí bastante roto, era ignorar esa información. Realmente debería hacerlo. Quizás ni siquiera era el perfume de SeHun, y se había impregnado en él por un am… ama… aman… BaekHyun ni lo quería decir en su cabeza.
—Bonito apartamento —escuchó a SeHun a su espalda, soltando un silbido impresionado.
BaekHyun sintió que le temblaban los dedos, así que apretó sus manos en fuertes puños e invitó a SeHun a que se sentara con él en el gran sofá, que era, lamentablemente, el mismo que habían compartido en su antiguo departamento.
Esperaba que SeHun no lo recordara, pero este miró por un largo momento el mueble, y ambos supieron en ese instante lo que estaba pensando el otro. Incluso aunque había pasado mucho tiempo, no es como que pudieran olvidar las veces que habían tenido sexo desenfrenado en ese mismo sofá, con BaekHyun gimiendo sin parar y SeHun follándolo hasta que no podía pensar en nada más que en su polla.
BaekHyun tuvo que tragar saliva ante el repentino giro de sus pensamientos, y apartó la mirada de SeHun, tratando de recomponerse, porque mierda, de verdad que parecía que su cerebro había descendido por su cuerpo y de alguna forma se instaló en su pene por la mera presencia del policía.
Se acomodó mejor en el sofá, manteniendo la distancia de brazo con su ex.
—Entonces… —SeHun habló, rompiendo el silencio. BaekHyun se maldijo, porque después de todo, él lo había invitado, pero SeHun era el que había hecho toda la charla hasta ahora—. ¿De qué me querías hablar? ¿Dijiste que estabas en problemas?
—Eh… sí. —Recordar la razón real por la que su ex estaba allí logró calmarlo apenas. Con una mueca, tomó la caja sobre la mesa de café y la apoyó en su regazo—. Tengo… un gran, gran problema, que he estado ignorando por un tiempo pensando que iba a desaparecer por sí solo, pero no lo hizo y se volvió muchísimo peor.
Destapó la caja. Justo sobre la superficie había un par de fotos de la pila de quizás miles que habían en su interior, sumadas al pedazo de papel que decía “te amo”.
—Oh. —Es lo único que salió de la boca de SeHun—. ¿Puedo…?
—Sí.
BaekHyun le dio la caja, asqueado. SeHun la apoyó en su regazo y comenzó a mirar las fotos una por una. Las fue dejando en pilones sobre la mesa, y las empezó a dividir con un criterio que pronto BaekHyun reconoció: las fotos tomadas en la universidad, en su apartamento, en el almacén, en el trabajo, con amigos, en lugares aleatorios. Pronto habían pilas tan grandes que las fotos comenzaron a deslizarse, pero BaekHyun se encargó de mantenerlas en su lugar mientras SeHun las continuaba clasificando. BaekHyun trató de no pensar en que él salía en cada una de ellas, solo trabajó a la par que el policía, con la mente en blanco.
Una vez que terminaron, SeHun finalmente giró hacia él, viéndolo preocupado.
—¿Sabes quién es?
—No… solo le vi la cara unas dos o tres veces. Realmente no lo registré. Pero luego me he dado cuenta de que… me sigue a todos lados, como una sombra. Y hace dos días me llegó esto. Sabe dónde vivo, dónde trabajo, dónde estudio… No pude volver a salir de casa.
—¿Sabe de mí? —cuestionó SeHun, cuidadoso. Sus ojos negros lo estudiaron y BaekHyun se sintió muy nervioso—. ¿De algún otro ex? ¿O de tu novio?
—No lo sé. No lo creo. —BaekHyun además borró todo de sus redes sociales sobre SeHun. No había nada, al menos eso creía—. No hay nadie aparte de ti, y no hay nada sobre ti así que sería extraño que supiera… Además, mis cuentas no son públicas…
—De todos modos, es posible encontrar algo si realmente lo quieres. Si sabe dónde vives, seguro sabe tu nombre completo. Te debe haber buscado en internet. Quizás no pudo ver el perfil, pero por lo que veo, las fotos no son de ningún aficionado, así que probablemente te ha hallado en internet; quizás a tus amigos, y sacado conexiones desde ahí. El que busca encuentra, en internet todo queda.
BaekHyun sintió su estómago revolverse, y bajó la mirada a sus manos. Se sentía impotente. Además, ni siquiera sabía qué era lo que podía haber en él como para que un total desconocido se obsesionara con él. Era hasta gracioso, e ilógico en su cabeza. No se consideraba ni tan bonito, ni tan simpático, ni tan interesante en ningún sentido. No le veía el sentido a que alguien lo persiguiera, simplemente no. Era como si estuviera viviendo el cuento de alguien más; era demasiado irreal que le estuviera sucediendo a él.
Y ahora estaba acorralado. La verdad, tenía miedo de lo que pudiera llegar a sucederle.
SeHun no ayudó en nada.
—Enviarte las fotos es un cruce de la línea del acoso desde lejos. Es un mensaje: se cansó de mirarte y fotografiarte a lo lejos, y quiere dejarte claro que se encuentra por ahí, muy cerca tuyo. Te envió las pruebas de su acoso, como si fuera algún tipo de gesto romántico. —SeHun se veía genuinamente asqueado—. Hiciste bien en llamarme a mí.
—¿Qué sigue ahora? —preguntó, tratando de no mostrarse muy asustado. Lo cierto era que estaba cagado de miedo.
SeHun le apoyó una mano firme pero amigable en el hombro, y BaekHyun se encogió sobre sí mismo. Si supiera ese hombre lo que un solo toque suyo le hacía, definitivamente retiraría su mano lo más rápido posible.
—Tengo una idea…
—¿Cuál?
SeHun apretó los labios, evaluando si realmente debería decirlo o no. Se puso de pie y caminó lentamente hasta la ventana, luego abrió las cortinas, y se asomó para mirar casualmente hacia abajo en la calle.
—¿Qué haces? —cuestionó BaekHyun con pánico en la voz. Se puso de pie, tembloroso. No tenía ni idea de si su acosador era alguien violento y si se pondría celoso si veía a alguien más en su departamento. SeHun seguro lo sabía, ¿qué estaba haciendo?
—Estoy tratando de buscarlo casualmente, necesito saber de dónde saca las fotos ese tipo, y parece que es desde el edificio en diagonal, a la derecha —comentó, su voz casual y amortiguada, con una sonrisa en la cara que no pegaba con sus palabras—. Piso dos, probablemente. Oh, mira, ahí está el hijo de…
—¡SeHun! —gritó BaekHyun, espantado, tomándolo de un brazo musculoso para alejarlo de la ventana—. ¡Eres un idiota arriesgándote así!
Si SeHun no hubiera querido dejarse mover, el hombre tenía la suficiente fuerza para mandar a BaekHyun volando de un empujón. Sin embargo, se dejó arrastrar lejos de la ventana, la sonrisa de su rostro borrándose, para ser reemplazada por una mirada oscura, algo que BaekHyun no había visto en mucho tiempo.
Tragó saliva, soltándole el brazo. El aire podía cortarse con tijeras; todo había cambiado de repente. Esa era la cara de SeHun que había querido ver muchas veces, pero pocas había conseguido. Su mirada que iba más allá de solo celoso, llegaba a ser algo primitivo, como una bestia que quiere poseer algo. Muy animal, y BaekHyun no debería haberlo deseado, pero realmente lo ponía mucho que ese hombre quisiera hacerlo suyo y solo suyo.
Solo que ya no eran nada. No podían serlo; debía recordarse a sí mismo eso. Tenía que hacerlo, porque sino, la mano de SeHun ahora mismo tocando su mentón sería la perdición para él.
Mucho más esa mano bajando hasta su cuello y rodeándolo con facilidad, apretando apenas.
Mierda.
Sintió que le subía la sangre al rostro. BaekHyun realmente debería salir de allí, o echar a SeHun de su apartamento, o decirle que se calmara y pedirle que le propusiera aquella idea que había dicho que tenía. Pero después de tanto tiempo habiendo esperado a que SeHun regresara y lo mirara de esa misma manera, tocándolo de aquella forma que lo estaba poniendo imposiblemente caliente… era muy difícil resistirse.
—SeHun… —susurró, su voz casi inaudible. Los dedos del policía seguían alrededor de su pálido cuello, sin apretar demasiado, solo sosteniéndolo, como dejando claro lo que podía hacer. Ni siquiera quería recordar todas las veces que habían jugado rudo, con cuerdas, con esposas, con cualquier cosa que se doblara un poco. BaekHyun había sido asfixiado por SeHun más veces de las que podía contar. A SeHun realmente le gustaba tener el control y jugar duro durante el sexo, y a BaekHyun le gustaba obedecer y de vez en cuando ser castigado. Pero esto, de alguna forma, era diferente. Ninguno había dicho nada al respecto de jugar.
Esto era el puro deseo de SeHun hablando por él.
—¿Has estado con alguien después de mí? —murmuró ronco el policía—. Antes dijiste que no había ningún ex aparte de mí, pero ¿estuviste con alguien más?
BaekHyun se mordió fuerte el labio. Era una pregunta tan injusta, porque SeHun seguramente sabía que no había estado con nadie, mientras que quizás él había estado con muchas personas. Realmente no lo podía saber y eso le hacía doler el estómago.
—Ya sabes la respuesta a eso —susurró, renunciando a su orgullo.
SeHun apretó la mandíbula y sus dedos alrededor del cuello de BaekHyun también se apretaron apenas. BaekHyun suspiró y dejó que SeHun le girara el mentón hacia la derecha haciendo únicamente uso de su pulgar, para dejar libre todo el lado izquierdo de su cuello.
Inmediatamente SeHun se inclinó sobre él y chupó en la curva de su cuello, haciendo una marca que seguramente iba a durar por mucho tiempo. BaekHyun gimió, deleitado por el arranque, y lo agarró de la camiseta. Se apegó a su cuerpo como si hubiera estado esperando toda su vida para eso. Habría sido patético, si SeHun no hubiera estado tan malditamente desesperado por el contacto como él.
—Mierda. Te extrañé tanto —gruñó ahogado SeHun contra su cuello, su otro brazo envolviendo la cintura de BaekHyun para apegarse a él. Continuó besando su cuello, succionando de forma posesiva, bajando hasta el borde de su camiseta—. Ese tipo ha estado más cerca de ti que lo que yo he estado desde que terminamos. ¿No es jodidamente injusto? —Le mordió fuerte la piel, su mano siempre apretando, sosteniendo—. Dime que no y me detendré.
BaekHyun lo agarró con más fuerza.
—No te detengas —alcanzó a decir, prácticamente temblando de la necesidad.
SeHun no esperó mucho más para empujarlo hasta que BaekHyun se chocó contra el brazo del sillón. Casi cae hacia atrás, de no ser porque SeHun lo agarró con fuerza y BaekHyun volvió a ponerse de pie. Rodearon apenas el brazo del sofá y finalmente SeHun lo empujó hacia abajo, sentándolo en el mueble, y se montó sobre él, abriéndose paso entre sus piernas y recostándolo a lo largo del bonito sillón.
BaekHyun respiraba agitado y aún ni siquiera habían hecho algo real —ni siquiera se habían besado—, pero era imposible no sentir la adrenalina cuando SeHun estaba encima suyo, su gran y fibroso cuerpo presionado contra él. Sus rostros estaban tan cerca que BaekHyun se olvidó de lo que había venido a hacer ese hombre a su casa en primer lugar. Solo sabía que lo quería, dentro, fuera, encima, por todos lados, follándoselo hasta que se olvidara de su nombre y cualquier preocupación que pudiera tener.
Necesitaba sentirse a salvo, sentir algo familiar.
Por unos momentos, SeHun lo miró desde arriba, tan cerca de su cara mientras al mismo tiempo lo sostenía con una mano de la cintura y la otra le daba el apoyo suficiente en el sofá para mantenerse encima de él sin llegar a aplastarlo. Esos ojos negros seguían viéndose posesivos. BaekHyun se preguntó si SeHun sentía celos de su stalker, y notó que una risa burlona era arrancada de su estómago, pero la guardó dentro suyo por poco.
—¿Vas a besarme o haremos algún tipo de concurso de miradas? —preguntó BaekHyun, sin aire, medio sarcástico, necesitando empujar a SeHun al límite. Se iba a aprovechar de la debilidad que acababa de descubrir en el policía. ¡Estaba jodidamente celoso!—. Porque sino, le puedo pedir a mi acosador, seguramente él ya ha estado mirándome todo el rato y esté disponible para−…
SeHun ni siquiera lo dejó continuar. Lo besó duro, castigador, aunque también alarmantemente sexy y caliente. BaekHyun no quería admitirlo, pero era el primer beso que recibía en muchísimo tiempo. Había intentado tener sexo con un amigo suyo pero no funcionó y ni siquiera pasaron de segunda base, así que este beso… mierda. Encendió una fogata en su interior, o mejor dicho, una llamarada solar. No podía pensar en nada más que en la lengua de SeHun sondeando su boca, buscando sus puntos débiles de nuevo, como si los recordara de memoria; haciéndole curvar los dedos de los pies.
Mierda. Mierda. Realmente, mierda. Esto era mejor de lo que recordaba. SeHun estaba en todos lados. Era demasiado caliente, en todos los sentidos. Aquella bendita mano de nuevo estaba en su cuello, haciéndolo arquearse, mientras la otra mano —gigante, se sentía como que lo podía tocar en todos lados— se metía debajo de su sudadera y tocaba cada punto de su estómago hasta que era un desastre de sonrojos y gemidos, carente de aire. BaekHyun se encontró a sí mismo besando y chupando desesperado la boca que SeHun le ofrecía, casi era patético lo mucho que lo necesitaba.
Pronto esa mano conocedora tocó sus pezones, y BaekHyun lo perdió. Gimió, fuerte y roto, casi que sintió que se iba a poner a llorar por las sensaciones. Era más de lo que había pedido. Era perfecto. Estaba bajo el control de SeHun, que lo estaba tocando como si le perteneciera completamente, y no había nada que BaekHyun deseara más.
De repente, SeHun se echó apenas hacia atrás. Tomó la sudadera de BaekHyun y rápidamente se la quitó por la cabeza junto a la camiseta que llevaba debajo, como si le ofendiera que aún estuviera vestido. BaekHyun decidió aprovechar esa breve pausa y tironear del borde de la de SeHun para invitarlo a hacer lo mismo. Se ganó en respuesta a un SeHun sin camiseta, que fue realmente la imagen más pornográfica que había visto en un tiempo. Sinceramente, no creía que posiblemente pudiera existir un hombre con mejor cuerpo que el de SeHun. Para él, era simplemente perfecto.
Ansioso y hambriento, sus manos se perdieron en la curva de los músculos de SeHun. Pasaron por sus firmes y duros abdominales, por sus pectorales, luego los hombros, los bíceps, los antebrazos. Estaba tan bien trabajado como lo recordaba. SeHun siempre se había mantenido en forma, pero ahora que era mayor, más adulto, se veía todavía más apetecible. A su gusto, tocó y miró todo como si estuviera tratando de recordar la letra de una canción que tenía en el fondo de la cabeza pero a la cual no le podía terminar de completar las frases. Todo esto bajo el escrutinio de la mirada de SeHun, quien intensamente lo observó con esos ojos negros y posesivos pero que no le impidió que lo tocara como si intentara conocerlo otra vez... o peor, grabarlo en su mente para siempre. Sería muy vergonzoso si él lo supiera, aunque seguro que ya lo suponía.
Al terminar con satisfacción su exploración, BaekHyun enterró las uñas en la espalda baja desnuda de SeHun y lo atrajo hacia él haciendo fuerza con ellas y con sus muslos, que se hallaban alrededor de las caderas del policía. Sus miembros duros como rocas se frotaron separados por varias capas de ropa, pero eso no evitó que ambos soltaran algunos sonidos de placer. SeHun volvió a apoyar uno de sus brazos a los costados de la cabeza de BaekHyun, cubriéndolo con su enorme estatura y tamaño, y embistió contra él, creando una dulce fricción que BaekHyun odió, porque lo quería desnudo, lo necesitaba desnudo, y eso no era jodidamente suficiente.
—Por favor —susurró ido contra la boca húmeda e hinchada de SeHun. De alguna forma una de sus manos había terminado en el corto cabello del hombre, tironeando cerca de la zona de la nuca para que no se apartara de él—. Vamos a desnudarnos. Ahora. Necesito que me folles, o me moriré.
—Siempre tan demandante —se burló—. ¿No te acuerdas de quién está a cargo, cariño?
Sin embargo, SeHun no parecía querer llevar esa burla más allá, y al parecer estaba igual de desesperado que BaekHyun, porque se apoyó en sus rodillas sobre el sillón y salió de encima suyo para tener espacio de maniobra. Lo aprovechó, quitándole sin ceremonia los pantalones y la ropa interior a BaekHyun, quien inmediatamente después de tenerlos retirados, volvió a atrapar la cintura de SeHun entre sus piernas.
BaekHyun se sintió expuesto, ahora que SeHun se había quedado lejos de él, de rodillas. Pero también le permitió observar mejor, apreciar el tono bronceado de su cuerpo meticulosamente trabajado, los pezones rosados, la forma de su ombligo y las líneas duras de la agresiva V de músculos que se perdía en sus pantalones, los cuales contenían una grandiosa erección.
Casi había olvidado el gran tamaño de SeHun, pero ahora que veía el bulto en sus pantalones, lo recordó. Gimió de solo imaginarlo sin ropa, y se ganó una sonrisa ladeada de SeHun. El hijo de puta sabía cuánto lo quería. Era obvio. Además, BaekHyun ni siquiera estaba haciendo alguna cosa para disimularlo. La verdad es que a esa altura tampoco le importaba haberse mostrado tan necesitado ante su ex. Planeaba lidiar con su vergüenza luego; ahora, a la acción.
Se sentó en el sofá, enfrentando a SeHun. Le dio un corto pero potente beso en los labios, y luego bajó su atención a la polla del policía, tomando la cremallera rápidamente con los dedos y bajándola con un poco de dificultad. Mierda, ¡en serio que era grande! Los dedos le temblaron cuando trató de abrir el botón y no pudo. Había perdido práctica.
SeHun suspiró y de repente sus dedos estaban sobre los de BaekHyun, evitando los movimientos involuntarios.
—No pasa nada, relájate —susurró contra su mejilla, luego besando su hombro desnudo. BaekHyun sintió ganas de llorar por lo íntimo que se sentía todo. Pero se le pasó cuando finalmente liberó el botón e impacientemente le bajó el jean con la ropa interior.
Al fin, la atracción principal de la noche.
Tomó firmemente la polla de SeHun con su mano y se bajó del sofá para poder arrodillarse en el piso, delante de aquel miembro que había querido probar de hacía un muuuuuy largo tiempo. Había llegado a soñar con esa polla. Y ninguno de sus juguetes igualaba el esplendor de esta.
SeHun se sentó mejor en el sofá tras captar su intención, más en el borde y con las piernas abiertas, algo que BaekHyun agradeció para no tener que matarse la espalda. No tardó en darle una probada al glande rojizo, el cual ya lloraba con una pequeña gota de presemen que saboreó en su lengua. Lo hizo estremecer, pero no retroceder, al contrario: con valentía, BaekHyun humedeció la extensión con la lengua y boca, dejando besos mojados bajo el incentivo de los dedos de SeHun tironeando de su cabello cada vez que su aliento le rozaba el pliegue de la ingle y el muslo.
—Sí, cariño, tómala toda... —gruñó SeHun, empujando su boca contra él. Era casi terrible lo drogado que chupar a SeHun lo hacía sentir. Era como estar en una dimensión diferente y superior, porque lo hacía sentir tan lleno, y dios...—. Te ves tan bonito con mi polla en tu boca, es como si estuvieras hecho para ella.
BaekHyun se sonrojó profusamente ante el cumplido y decidió levantar la mirada para, al fin, observar los ojos de SeHun. Estos estaban fijos en él, y luego su mano otra vez estaba alrededor de la garganta de BaekHyun, quitándole apenas el suministro de aire cada vez que se metía aquella deliciosa polla lo más profundo que podía en la boca. Era exorbitante el placer que BaekHyun podía recibir de ello; el ser dominado, el creer que tenía poder cuando en realidad estaba en la posición más vulnerable de todas... mierda, lo estaba destrozando.
—Para. —SeHun le tiró el cabello con fuerza para retirarlo de su boca, pero BaekHyun solo se excitó por la brusquedad. Se imaginó cómo se veía: el rostro sonrojado, la boca hinchada, el cabello despeinado, una leve capa de sudor en sus sienes. A juzgar por la mirada de SeHun, se veía bastante apetecible—. Hermoso. Ven aquí. —Se palmeó el regazo.
Las manos de SeHun en su rostro, espalda, muslos y culo... BaekHyun no podía seguir el ritmo. Era demasiado para él. Sumado a su boca traviesa chupando marcas en sus clavículas, apenas podía procesar el hecho de que estaba siendo preparado. Solo podía temblar y gemir en el regazo de SeHun, enterrar las uñas en sus bíceps y rezar por no desarmarse en mil pedazos antes de que este lo follara duro. Porque ya no podía soportar más eso, únicamente dedos ensalivados abriéndolo como no lo había hecho nadie en una eternidad. Aunque sabía que tenía que tomarse su tiempo, su cuerpo le pedía otra cosa, impaciente, con un síndrome de abstinencia insoportable. Lo necesitaba duro y profundo en su interior, porque lo había extrañado tanto que joder, no creía que ningún otro hombre pudiera hacerlo sentir como lo hacía SeHun. Lo odiaba y lo amaba al mismo tiempo, por quitarle el disfrutar con alguien más, por marcarlo sin saberlo para siempre como suyo; por eso lo besó con enojo, con amor, con odio, con pasión, mientras esos dedos se hundían en su interior y lo abrían hasta que estaba listo para lo mejor de todo.
Fue vergonzoso, la verdad, lo fuerte que gimió y se aferró a SeHun cuando este al fin se empujó en su interior. Quemaba, pero era perfecto.
—¿Se siente bien? —susurró SeHun, ronco, en su oído.
—Perfecto —lloró—. Por favor, SeHun…
Sus manos gigantes le abrazaban el culo y lo movían a gusto sobre él, y BaekHyun se sintió un muñeco deshuesado que solo existía para ser follado, completamente a la disposición de SeHun. Este lo movió un par de veces sobre su polla, probando su peso, y luego finalmente empezó a follarlo como él quería; profundo, duro, a un buen ritmo que los hizo rebotar apenas en ese sofá que los había visto hacer eso mismo un millón de veces, y era tan bueno que era insoportable, y entonces BaekHyun escuchó lo que él mismo estaba diciendo, como si saliera de una bruma repentinamente:
—Sí, sí, dame, por favor, soy todo tuyo, mi culo es tuyo...
Ni siquiera se había dado cuenta de que estaba balbuceando sin sentido, pero se avergonzó demasiado al notarlo. Trató de cerrar la boca lo mejor que pudo, pero entonces...
—¿Sabes qué, cariño? Tengo una mejor idea.
SeHun lo sacó de encima de su polla y de hecho trató de ponerlo de pie. Pero a BaekHyun le fallaron las piernas de lo débil por placer (y amor) que se sentía, así que SeHun fue el que lo sostuvo de un brazo y lo hizo caminar hasta la ventana, contra la cual le aplastó el pecho y la cara.
Estaba sumamente helado el vidrio, pero a BaekHyun ni le importó. Se apoyó en él tratando de sostener su cuerpo, mientras sentía a SeHun de alguna forma metiendo de vuelta su polla en él, y entonces:
—¡SeHun! ¡Ah! ¡Más! —gritó. Ni siquiera le importaba que cualquiera desde afuera lo pudiera ver del ombligo hacia arriba, desnudo, apoyado contra la ventana, con cara de que estaba siendo follado. Al contrario... lo excitó aún más. Especialmente sabiendo que había alguien que seguramente lo estaba viendo—. Oh dios, oh dios, más duro...
—Esto te excita, ¿no es así? Que ese hijo de puta vea cómo eres mío —gruñó SeHun contra su oreja, pegando el torso contra la espalda de BaekHyun. De repente, esa mano que nunca faltaba, se acopló alrededor de su cuello como el collar más perfecto; mientras los movimentos de SeHun hacía sus cuerpos sonar en cada choque de forma obscena—. Ahora él lo sabe. Sabe que eres mío, que tu culo es mío, que nadie más que yo te ha tocado en tanto tiempo...
BaekHyun gritó, roto, gimiendo por cada embestida en su interior. Esta era la bestia posesiva que quería y necesitaba con dolor. No recordaba que el sexo con su ex podía ser tan placentero, tan violento, tan crudo de la forma más maravillosa. Iba más allá de lo que BaekHyun consideraba bien o mal, era algo más primitivo, muy animal, muy tóxico, pero no podía evitar amarlo.
Se arqueó para recibir mejor su polla y gritó cuando comenzó a rozar constantemente su punto dulce. Dios, era tan grande.
—Todo tuyo. Sí, papi, todo tuyo —lloriqueó.
Y pareció que SeHun se perdió a sí mismo también, follándolo hasta que no les quedaba a ninguno ni un gramo de cordura, apretando sus dedos en el cuello de BaekHyun para marcarlo, y su polla entrando y saliendo de él para marcar un único punto.
Que BaekHyun le pertenecía.
—Siempre has sido mío. Y siempre lo serás. No dejaré que nadie te ponga un dedo encima. Solo yo. —La mano se apretó más fuerte y a BaekHyun le faltó el aire. No podía pensar: todo era SeHun, SeHun, SeHun—. ¿Lo entiendes? ¡Mío!
Le aflojó apenas el agarre en el cuello. Con una bocanada de aire fresco, BaekHyun clavó las uñas en la ventana y cerró aún más fuerte los ojos.
—¡Todo tuyo! Soy todo tuyo —admitió, más que con el calor del momento, con todo su corazón—. Deja que me corra, hah, por favor —añadió desesperado, aprovechando la brizna de aire que pasaba por sus pulmones ahora que SeHun había quitado la mano de su cuello para envolverla alrededor de su polla dolorida y llorosa. BaekHyun gritó al sentir los dedos de su ex en su miembro.
—Córrete, cariño —susurró agitado SeHun contra su oído, como si ya no hubiera nada civilizado en él, solo deseo y necesidad. Su mano estaba tan caliente alrededor de la polla de BaekHyun, que añadido al calor de su cuerpo y todos los puntos de contacto entre ellos, era insoportable pero de la forma más placentera—, muéstrale a ese hijo de puta a quién le perteneces. Di mi nombre.
—¡SeHun! —Y eso fue todo. BaekHyun se corrió con fuerza, gritando una y otra vez el nombre de su ex.
SeHun al parecer lo encontró demasiado excitante, porque pocos segundos después, se corrió a chorros en su interior.
—Joder, te amo tanto —le susurró SeHun tembloroso, sin dejar de embestirlo, o de masturbarlo, haciendo que BaekHyun perdiera la cabeza, que temblara hasta el núcleo de su ser y se desplomara contra él, incapaz de sostenerse a sí mismo.
Te amo tanto.
Cuando BaekHyun finalmente pudo salir más o menos de la bruma de su orgasmo, SeHun lo estaba abrazando con fuerza, besándole el cuello y los hombros como si fuera algo muy preciado. Aún estaba en su interior y BaekHyun tembló, suspirando abatido, pensando en las consecuencias de lo que acababan de hacer. El problema era que estaba tan cansado, y había sido tan bien follado, que no podía pensar en nada.
Solo en SeHun.
Con expresión vacía, observó abajo en la calle despejada, casi ningún auto pasaba y el día estaba nublado. Ni siquiera le importó. Solo cerró los ojos y se relajó contra SeHun, preguntándose si algo de lo que había dicho durante el sexo había sido cierto —porque lo que él dijo, sí lo era. Le pertenecía.
Sus cuerpos desnudos y tibios se mecían con cada respiración. Se mantuvieron cerca, en silencio, disfrutando la intimidad de aquello, como si tuvieran miedo de pensar en algo más que en las crudas sensaciones del placer de aquel reencuentro.
Sin embargo, cuando la bruma del orgasmo y la lujuria finalmente pasaron, BaekHyun empezó a preocuparse de que le rompieran de vuelta el corazón. Mierda, en el momento había sido bueno, pero ahora...
SeHun salió de su interior lentamente y BaekHyun hizo una mueca, adolorido, sintiendo el semen deslizarse por la cara interior de los muslos. No le importó tanto, de todos modos, porque SeHun aún lo tenía pegado a su pecho y continuaba besándolo como si no pudiera despegarse de él.
BaekHyun tampoco quería despegarse. Apoyó sus manos en el brazo que le rodeaba el pecho y tomó una gran respiración, olvidando la calle, olvidando la situación por la que SeHun había venido, solo pensando en el hecho de que todavía no lo quería dejar ir, su agarre firme, sus besos posesivos.
—¿SeHun? —cuestionó, con un tono de miedo en su voz debido al temor de ser rechazado.
El mencionado tardó en responder, aún entretenido con sus besos, hasta que al final enterró el rostro en la nuca de BaekHyun y lo dejó ahí, como si no se atreviera a enseñar sus expresiones ni siquiera al reflejo del vidrio.
—Realmente... —La voz de SeHun salió ahogada, el aliento cálido enviando escalofríos por su columna vertebral—. Realmente quise decir eso.
No queriendo ilusionarse, BaekHyun trató de controlar los latidos de su corazón, porque SeHun los iba a poder sentir.
—¿Qué de todo lo que dijiste?
SeHun dejó de respirar contra su nuca por cinco segundos, y BaekHyun temió que este se hubiera arrepentido de decir eso.
—Todo —susurró—. Todo. Sé que soy un idiota por decirlo ahora, pero quiero que seas mío.
Sin poder evitarlo, BaekHyun sonrió. Giró entre los brazos de SeHun y lo abrazó de la cintura, mirándolo a los ojos.
—Ya lo soy —le dijo con toda la sinceridad del mundo—. Siempre lo he sido, Hun.
Los ojos de SeHun brillaron ante el apodo. Ese había sido solo suyo.
—También quise decir la parte de que te amo demasiado. Y realmente es... muy difícil vivir sin ti. —Se veía tan sincero que a BaekHyun le dolió el pecho de pensar que ambos sufrieron por igual—. Quise recuperar lo que teníamos, pero tenía miedo de que ya no me quisieras, de que ya hubieras seguido adelante, realmente no te fui digno de ti y cometí un montón de errores... por eso no te busqué. Sabía que la había cagado y que merecías algo mejor. Solo... —Parecía no encontrar las palabras correctas—. Estoy dispuesto a darte todo lo que no pude la última vez, Baekkie. Lo digo en serio.
BaekHyun decidió apiadarse de él. Le tomó el rostro con ambas manos y le dedicó una sonrisa sincera. Dios, lo amaba. Sentía que se le iba a escapar el corazón por la boca de lo emocionado que estaba. Ni en sus mejores sueños hubiera imaginado esto.
—Está bien. Aún tengo un problema mucho más grande que eso... pero luego de que me ayudes a resolverlo, mi hermoso y caliente policía —dijo mientras le apretaba una mejilla en broma—, podemos ver qué pasará con nosotros.
SeHun sonrió en respuesta, sus ojos negros brillando llenos de amor. Se empujó contra su toque como un gato hambriento de mimos. O mejor dicho una enorme pantera mimosa.
—Me parece un trato justo. ¿Tendré alguna recompensa de tu parte si me libero de tu stalker en menos de dos semanas?
Fingiendo que sí se lo estaba pensando, BaekHyun hizo una suave expresión pensativa, y luego asintió con solemnidad.
—¿Una cita conmigo es una buena recompensa?
Como si BaekHyun le hubiera bajado las estrellas, SeHun asintió, sonriente. Luego se inclinó contra su boca y susurró:
—Está más que bien, cariño.
Inmediatamente luego, SeHun lo besó en los labios, y sellaron en silencio pero con compromiso muchas promesas que en el pasado habían pasado de largo.
Y, a lo lejos, una cámara telescópica hizo click, capturando aquel íntimo momento.
•••
Hola! Dios, no puedo creer que haya pasado tanto tiempo desde la última vez que publiqué algo acá. Seguramente algunas personas se acuerden de esta historia formaba parte de los 30 días de smut. Como wattpad me borró el libro entero voy a intentar volver a subir algunas de las historias como publicaciones individuales para que puedan volver a leerlas.
Ojalá les haya gustado este one shot, amamos a Sehun polícia 🥹🥹
Muchas gracias por su apoyo, a pesar de que estou passando un momento horrible (no pensaba que se podía poner peor pero sí se puede xd) me anima mucho publicar cositas acá, así que espero que nos leamos pronto otra vez. Les mando un cariño enorme.
Con amor, Pulida 💗💗 digo Pilusa, corrector cochino
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