Capítulo 32
Historia Original de Spaghetticat123
Llegué al edificio de la
universidad con una gran
sonrisa dibujada. Habían
muchas razones por las cuales estaba alegre: me arreglé con mi mejor amigo, Gulf estaba a mi lado, y la más mportante ¡tenía una nueva camisa!
Sabía que tenía que irme a
clases ya, pero la realidad es
que siempre esperaba a que
Gulf entrara, porque me gustaba saber que se
encontraba bien. Me gustaba
cuidarlo aunque sea a lo lejos.
Lo esperé unos cinco minutos, pero como no entraba decidí al menos avanzar un poco en el camino hacia el aula. Mientras caminaba, escuché que alguien me llamó. Me giré a para mi alegría era Bony. El traía en sus manos dos capuchinos.
-¡Bony! ¿Cómo estuvo tu fin de semana?
-Estuvo bastante bien, me vi un maratón de Glee -yo reí amistosamente -¡Oh, es
cierto! Mira...
ÉI bajó su mirada hacia los
cafés que traía en sus manos.
-Mientras venía para acá
compré dos cafés por si te
encontraba. Así que ten.
-Gra... ¡Oh Dios! -cuando me estaba dando el café,
accidentalmente se tropezó
y el café cayó en mi camisa.
¡Solo a mi me pasa esto!
¡Maldición!
-Y era nueva... -suspiré
-Lo siento Mew...
Puse mi mano en su hombro y le dije que estaba bien. Pensé en las consecuencias de lo que pasaría si dejaba que la mancha se esparciera en mi nueva camisa, y me negué a dejar las cosas así.
-Tendré que ir a mi
apartamento a cambiarme.
-¡Te acompañaré!
-Esta bien Bony, tú deberías de ir a clases... -rápidamente él me interrumpió.
-¡No! Bueno, fue mi culpa,
al menos te debería de
acompañar; no sé, digo yo.
Solamente acepté su compañía, ya que en realidad
no quería que la mancha
dañara más la camisa si me quedaba hablando mucho
tiempo.
Giré para ver si podía encontrar a Gulf, y lastimosamente no lo logré
localizar. Así que sin pensar
mucho saqué mi celular y le llamé. Le conté lo que había
pasado y lo triste que me
sentía. Luego él me preguntó si iría solo y comenzó un debate conmigo mismo:
"Si le digo, se enojará e insistirá en ir conmigo, y no
quiero que pierda horas de su trabajo"
"Pero si no le digo, y lo descubre, se enojará aún más"
Llegué a una conclusión que podría o no traerme problemas. Le dije que iría solo. Colgué y rápidamente
comencé a caminar a la salida junto a Born.
(...)
Al llegar a mi apartamento,
rápidamente fui a la terraza
donde se encontraba la
lavadora. Sin esperar mucho
me quité la camisa y la metí
para que se lavara, de paso
metí más ropa blanca que
tenía que lavar después de
clases.
-Ahh -suspiré ya aliviado.
Giré para entrar nuevamente, pero para mi sorpresa Bony se encontraba en la entrada.
-Me-Mew, estás bastante
delgado y pálido.
Miré mi cuerpo y en realidad
sí estaba delgado.
-Hmm, creo que necesito
comer más y broncearme un
poco... Bueno, hazte para un
lado que quiero pasar.
Comencé a caminar hacia la puerta de cristal, pero nuevamente Bony se puso en mi camino.
-Hombre, ya. Déjame pasar
que me das miedo -le dije
bromeando.
Bony se apartó de la puerta para mi gran alegría -¡Gracias! Creí que te habías paralizado por mi belleza. -dije sarcásticamente.
Caminé hasta mi cuarto para ponerme otra camisa y correr nuevamente hacia la universidad. Entré a mi cuarto y me acerqué al armario, de donde saqué una camisa negra.
Antes de ponermela, Bony me llamó y yo volteé para ver qué quería.
-¿Qué pasó Phi?
Born tenía los ojos en blanco, su mirada se miraba ¿vacía? No entendía el porqué, él siempre ha sido alguien muy alegre y amigable. Me acerqué y toqué su frente para ver si tenía fiebre.
-No tienes fiebre, pero ¿te
sientes bien?...
Bony tomó mis muñecas y me
sostuvo muy fuerte, ¡¿qué le
pasaba?!
-¡Phi! ¿Qué te pasa?... ¡Déjame maldición! ¡Sabes que no me gustan estos juegos!
Sentí un escalofrío por mi
espalda ¡Born me estaba
acariciando la cintura!
-Cometiste un error al
tocarme la frente, Mew...
Alzó mi mano y la olió, justo
en ese momento estaba más
asustado de lo que jamás
estuve. Mis piernas estaban
débiles, y mis muñecas dolían.
¡Mi mejor amigo me estaba
haciendo algo así y yo no
podía decir nada! Me sentía
impotente.
Traté de golpearlo en el
estómago, pero él retrocedió.
Sin siquiera verlo venir, se
acercó a mi cuello y comenzó
a succionar mi piel.. yo me
encontraba asqueado. Podía
sentir sus dientes morder mi
cuello y luego pasearse por mi clavícula, y sin siquiera haber mirado, sabía que dejaría una marca.
Me estaba hartando. Asì que
con toda mi fuerza levanté mi rodilla y lo golpee en el
estómago, y justo cuando se
alejó de mi, choqué mi palma
contra su mejilla. ÉI se alejó y ambos nos miramos con
lágrimas en los ojos.
-Lo-lo lamento Mew. ¡Lo siento! -sin más salió corriendo del apartamento y a lo lejos escuché la puerta
principal azotarse.
Y lo único que yo pude hacer... fue cerrar la puerta de mi habitación, y sentarme en la esquina de mi cama.
Comencé a llorar, me sentía
patético y angustiado ¿qué
hice? ¿qué hice?! ¡Maldición Mew! Tenía miedo, tenía
pánico, tenía un dolor en el
corazón que me consumía por dentro. El simple hecho
de pensar que me quedé
paralizado frente a Born, me hacia sentir terrible. ¡Pude
haberlo parado, y no hice
nada!
Me levanté y me miré al
espejo: tenía mordidas y
chupetones por todo el cuello
y clavícula. Abrí el cajón de
ropa, donde guardaba mi
vestimenta de frío y tomé un
suéter con cuello de tortuga.
Necesitaba dejar de ver lo que él hizo.
-¡Mew! ¡Mew Suppasit!
Reconocí esa voz. Esa pacífica
y arrolladora voz, esa hermosa y grave voz, que me ayudaba a dormir por las noches, y me alegraba las mañanas: era Gulf.
Me subí el cuello de la camisa, me limpié las lágrimas y salí del cuarto. Tenía que ser fuerte y no dejar que Gulf se diera cuenta.
-Te dije que no tenías que
venir, Gulf -le dije sonriendo.
-Mew, por favor dime qué paso...
No quiero dejarte ir Gulf, no podré decirte la verdad. Por
favor. perdóname esta vez.
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