9. Meses 1/3
El primer mes
Shun se encontraba en el baño de la casa luego de haber sufrido mucha náusea, Hyoga tenía recogido su cabello y le daba leves palmadas en su espalda.
-¿Te sientes mejor?
-¡Puaff!... Si... muchas gracias amor.
Él le ayudo a ponerse de pie y se marchó a la sala, mientras ella se lavaba los dientes para quitar todo el mal sabor de la boca, sin embargo, tras seguir con su limpieza bucal Shun escupió un poco de sangre.
Eso llamó demasiado su atención ya que eso no era normal para una mujer embarazada, Hyoga la llamó y ella terminó por lavarse la boca para no preocupar a su esposo.
La diosa Eris apareció por el espejo aún con aquella rosa en la mano y la cual había botado otro pétalo marchito.
Tercer mes
Hyoga no podía dejar de contemplar a su amada quien dormía plácidamente en la cama, sin hacer ruido se acurrucó entre su estómago y sus piernas, acariciaba al bebé y repartía muchos besos. Shun abrío levemente los ojos y observó a su esposo sonriendo tiernamente a su vientre.
Tras los estudios realizados se enteraron que era un varón el que estaba por venir a este mundo, el ruso era el más feliz estaba ante la hermosa noticia, hablaba con su pequeño de un tono infantil.
-Patito bebé ¿cómo estás? Papi Hyoga te está hablando. Sabes pequeñín... cuando me dijeron que ibas a ser un niño no he borrado esta sonrisa de idiota que tengo en estos momentos.
-Hyoga...- levanta la mirada hacia la peliverde.
-Shunny, perdón si te desperté... Pero me es imposible dejar de hablar con mi bebé quien será lo mas hermoso que vamos a tener en nuestros brazos.
-Me pregunto a quién de los dos se va a parecer... Aunque no estaría mal que se parezca más a ti.
-Eso es obvio, soy muy guapo- dice en tono sarcástico. -Pero, yo quiero que el niño sea igual de hermoso como su mamá.
Tomó la mano de su pareja y le plantó un beso, Shun acarició su rostro.
-Nuestro bebé será lo más hermoso que haya existido en la tierra, verdad mi dulce terroncito de azúcar.
-¡Te amo! Y gracias por darme a este hermoso bebé - Hyoga sonríe.
-¡Y yo a ti mi cielo! Gracias por compartir mi vida contigo.
Hyoga se puso a la altura de su esposa para así poder besarse, por defecto un fuerte dolor se hizo presente en el vientre de la amazona, cisne se percató que la parte baja de su esposa comenzaba a derramar sangre sin razón alguna.
Shun comenzó a gritar del dolor preocupando a su pareja que no hallaba que hacer ante ello, para empeorar la situación una manada de serpientes irrumpieron en su hogar acorralandolos y comenzaron a atacar al caballero cisne.
La diosa Eris apareció detrás de Andromeda y la tomó bruscamente de ambas manos llevandosela a un extraño portal que apareció en la habitación.
-¿Pero qué?... ¡Eris!
-Athena y tú van a sufrir por su inútil amazona.
-Maldita sea... ¡¡Suelta a mi mujer!!
Hyoga enfureció y atacó por cuenta propia, sin embargo la diosa de la discordia logra desaparecer junto a Shun.
-¡Jajajaja! Sin tus compañeros no eres nada cisne, mataré a tú esposa.
-¡¡No!!
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