Los chicos levantaron la vista hacia Shun luego de que esta había sido cubierta por la magia de la hada Urgania, sin embargo a Até le provocó furia ver qué aún la ojiverde seguía con vida.

—Esto no puede ser cierto... ¡¡Tú Portando una armadura dorada!!

—Asi es, gracias a esta armadura podré mi fuerza y mi cosmos han aumentado, no hay nada que puedas hacer para detenerme ¡se acabó el juego Até!

Andrómeda respondió con voz alzada, Até nuevamente atacó pero las cadenas de la ojiverde le protegieron, como respuesta atrapó a la diosa con ambas cadenas. 

—¡Liberame! O juro que tu y los demás caballeros se van a arrepentir.

La diosa trataba de romper las cadenas pero Andrómeda se negó, en el su mente y corazón aún prevalecía el cosmos de su pequeño el cual luchaba por recuperar el conocimiento. Sin embargo Até comenzó a darle una que otra descarga a través de las cadenas a Andrómeda con tal de que la liberará cosa que esta última rechazó.

Las descargas cada vez más se habían muy peligrosas, sin embargo Shun no se iba a dar por vencida hasta recuperar a su hijo.

—¡Estúpida!, si sigues así terminaré por matarte.

—¡No me importa si muero! — contestó. — Alek, se que aún estás ahí mi niño... ¡por favor despierta! No te dejes vencer, ¡lucha con todas tus fuerzas! ¡¡Cómo el futuro caballero que serás!!

Até se liberó de las cadenas y tomó a Shun por el cuello, los chicos entraron en pánico al ver que su compañera estaba en peligro, Seiya se levantó nuevamente mientras corría hacia la diosa y atacaba con sus meteoros, Até los esquivó una vez más para después golpear a Pegaso con el báculo, cayó al lado de Ikki.

—¡Desgraciada! Ahora verás... ¡Dragón Naciente!

Shiryu también atacó pero al igual que Seiya sus golpes no le hicieron nada a la diosa, Ate lanzó una gigante bola de energía el cual Dragón no pudo esquivar, Ikki se enojó aún más cuando observo a Seiya muy herido, utilizo todo su poder en contra de la deidad, el ataque solo pudo rozarle en el labio superior. Ikki no tuvo escapatoria de Até quien le lanzó otra bola de energía causándole más heridas a los caballeros, miró nuevamente a Andrómeda y se puso a reír.

—¡Que dulce! Tus amigos aún te defienden, lastima que están perdiendo mucha sangre cada vez que reciben mis ataques — apretó con más fuerza el cuello de la amazona, ella hizo un gruñido. —Ya basta de tanta payasada... — con el báculo apunto a su pecho. — Dale saludos a tu esposo de mi par...

Una luz interrumpió lo que estaba por hacer la diosa malvada la cual dejó caer a Shun al suelo, frente a ellas apareció Atena quién afortunadamente había recuperado el conocimiento, junto a ella venía Tatsumi el cual traía consigo a Hiro en brazos. Al ver al pequeño peliverde Ate intento atacarlo a él y a Tatsumi pero Atena se interpuso en medio y esquivó el ataque con su báculo.

—¡Hazte a un lado Atena! ¡quiero que me entreguen a ese niño!

—Tu no le harás daño a este bebé — la diosa malvada la golpeó con el báculo.

—¿Crees que vas a detenerme Atena? Estos humanos no son nada contra mí, mucho menos tú que no comprendes que esta gente merece su castigo por haber matado a un dios. ¿Por qué te importa tanto proteger a este engendro?

—Porque este bebé y su hermano algún día pasarán por lo que sus padres han pasado, se convertiran en unos fuertes caballeros, ellos serán la esperanza que habrá en el futuro, ellos serán... Unos valientes guerreros. No permitiré que le quites a la humanidad estas jóvenes promesas.

Atena se recuperó y lanzó su cetro en el estómago de Até, la diosa retrocedió e inmediatamente comenzó a liberar  toda el aura malvada que había en el cuerpo de Alek.

—Nooooo... ¡Qué me haz hecho! Mi cuerpo... ¡Mi hermoso cuerpo!

Até salió del cuerpo de Alek quedando únicamente su espíritu, Shun corrió hacia donde iba descendiendo el cuerpo de su hijo, la amazona lo abrazó con cuidado mientras le daba uno que otro beso en la frente. El bebé  había quedado dormido.

—Alek... Me alegra tenerte en mis brazos, gracias al cielo que estás bien.

—¡Devuélveme ese cuerpo, Andrómeda!

El espíritu de Até fue tras Shun, la ojiverde se levantó y miró a la diosa.

—¡Kahn!

El espíritu de Até quedó inmóvil ante la palabra que recitó Andrómeda, un número elevado de ilusiones acorralaron el espíritu de la diosa.

—¡Quitense! ¡No me toquen!

—Ahora no te queda de otra que sufrir por el resto de la eternidad en el mundo de los dioses... ¡¡Seis Samsara!!

—No... Nooooooooooo

Até terminó siendo eliminada de la existencia de todos al ser enviada al mundo de los dioses, lugar donde nunca más podrá salir.

Tiempo después

Shun se acercó a Hyoga y cayó de rodillas, pasó su mano sobre su estómago, la herida que había recibido fue de muerte, los chicos se pusieron muy tristes de ver a su amigo tirado en el suelo, la amazona se puso a llorar sobre el pecho de su amado. Los niños también se pusieron a llorar, Tatsumi y el resto acompañaron el llanto de la joven.

La hada Urgania apareció nuevamente ante todos, miró a Shun por un momento y luego observó a Hyoga, la hada notó lo mucho que sufría la peliverde ante la muerte de su esposo, miró también a los niños y eso le conmovió mucho.

Urgania lanzó un hechizo sobre el cuerpo inerte de Cisne al momento en que desaparecía todo malo que había en el lugar, Atena y el resto a excepción de Shun comenzaron a ver qué todo estaba volviendo a la normalidad. Todos habían regresado a la casa de Shun, el cielo estaba despejado y se sentía una brisa muy acogedora en el lugar, aún así la amazona no dejaba de llorar hasta que sintió que alguien acariciaba lentamente su cabello.

—Hey... ¿Por qué estás llorando? No me he muerto... Mírame Shun, estoy bien.

Andrómeda quedó asombrada luego de escuchar la voz del hombre al cual amo con toda su vida, Shun miró a Hyoga quien rápidamente quitó las lágrimas de su amada. Ella se dejó caer encima de Cisne mientras todos los chicos celebraban el regreso a la vida del joven ruso, entre ellos Ikki a quien le alborotó sus rubios cabellos.

Tatsumi entregó a los niños para que Cisne y Andrómeda le brindará tanto amor después tantas batallas, sin embargo escucharon los quejidos de un hombre, todos voltearon a ver qué Algol había reaccionado.

El santo de plata se impresionó de ver a todos los de bronce, a la diosa y a Tatsumi celebrando y arqueó la ceja.

—Ustedes si que son muy raros.

Algol se levantó del suelo y se marchó, todos se miraron de reojo ante lo que dijo. El santo de plata no tenía idea de que era lo que había pasado, aún así los caballeros siguieron festejando el haber ganado a la diosa malvada.

Hyoga y Shun se miraron también de reojo y luego se dieron un tierno beso en los labios, escucharon a Ikki decirles algo.

—Por favor, hagan eso cuando estén a solas. ¡Me causa diabetes!

—Entonces deja que te ayude con eso.

Seiya se lanzó encima de Ikki y lo atacó a puros besos, Shiryu, Saori y Tatsumi rieron.

Por otra parte Shun y Hyoga siguieron con sus besos entre ellos, y varios besos en las mejillas de Hiro y Alek.

El bebé peliverde dijo su primera palabra frente a todos.

—Ma...ma

Shun sonrió mientras que Hyoga aplaudió a su hijo.

—Excelente pequeño patito. Ahora te toca a ti Alek — el bebé de cabello rubio sonrió.

—Yo..va

—¿Yoba? — cuestionó Shun.

—Ma-ma... Yo-ba — dijo el pequeño, sin embargo para Hyoga eso fue un golpe bajo.

—Vale, haré de cuenta que no me dolió que ni tú ni Hiro me dijeran papá — el rubio comenzó a irse del lugar.

—Cariño ¿a dónde crees que vas? — preguntó Shun.

—A llorar — finalizó Hyoga.

Fin de la Temporada 1