Andromeda liberó su tormenta nebular que fue esquivada por Até quien se dió a la fuga, Shun se acercó junto a Hiro en sus brazos hacia donde estaba Hyoga, se arrodilló frente a él sin dejar de lado su rostro lleno de preocupación hacia él.

—¿Esta bien cari... — cuestionó pero fue interrumpida por un abrazo de su esposo.

—Si... Me alegra que hayas regresado a la normalidad, no sabes lo mucho que te extrañé mi amor — respondió Cisne a la vez que levantaba el mentón de Andrómeda y acariciaba a Hiro, esta sonrió por un momento pero luego entristeció.

—Y yo a ti... Perdóname por haberte tratado muy mal, no quería lastimarte de esa manera  — agachó la mirada.

—No... tú perdóname por haberte dicho cosas desagradables de ti, por todo y... por no haber admitido mis estúpidos celos  — alegó tristestemente —Tenía miedo de perderte por culpa de ese infeliz... eres todo para mí Shun, jamás quiero que te separes de mí — Andrómeda puso un dedo en su labio.

—Shhh, ya pasó Hyoga, tranquilo sí — contesto Andrómeda mientras limpiaba sus lágrimas. —Por ahora lo más importante es rescatar a nuestro bebé y evitar que Até le siga haciendo daño —  le ayudo a ponerse de pie.

—Tienes razón, no permitiré que esa diosa se apodere de mi bebé — miró a Hiro. —Salvaremos a tu hermano, te lo prometo Hiro, aun si tenga que dar mi vida por él — Hiro sonrió.

—Todo saldrá bien papi, tú y mami son muy fuertes — a través de su mente el niño respondió, cosa que a Shun dejó asombrada.

—Hiro... ¿Fuiste tú?

—Si mami, soy yo — replicó.

—Ohhhh... Es increíble que uno de mis niños pueda... Comunicarse con nosotros — esboza una sonrisa. —No sabes lo feliz que me hace saber que uno de mis ustedes posee esa habilidad — afirmó.

—Si, eso mismo pensé querida — Cisne sonrió también.

Sin embargo el tiempo apremiaba para ellos y para Alek, Shun se acercó a su hermano quien con ayuda de Shiryu se levantó mientras que Seiya intentaba ponerse de pie.

—Por favor, cuiden de Hiro — dijo Andrómeda a la vez que entregaba al pequeño en brazos de Dragón.

—Hermana, iré contigo — respondió Fénix.

—No Ikki, es mejor que descanses para que puedas recuperar tus energías — dijo la ojiverde. —Hyoga y yo iremos a salvar a nuestro hijo.

—Pero... Chicos... — habló Shiryu.

—Es mejor que se queden aquí Shiryu, cuiden de Saori mientras nosotros volvemos — contestó Hyoga mientras iba marchándose con Shun.

—Shun, Hyoga... ¡Esperen! — respondió el castaño e inútilmente se quería poner de pie pero al momento de caer fue sostenido por Ikki.

—No te preocupes por nosotros Seiya, pero esto es un asunto de familia que Shun y yo debemos resolver — respondió Hyoga, Seiya comprendió a pesar de no poder hacer nada para ayudarlos.

—Esta bien... Solo no mueran por favor — fue lo único que se escuchó decir de Pegaso.

Shun y Hyoga dejaron a sus compañeros para que se recuperarán de los ataques sufridos, la vida de su hijo estaba en juego.

En su camino aparecieron varias serpientes dispuestas a evitar que llegarán hacia la diosa Até. Harto de tantos intermediarios, Cisne no tuvo compasión de ningún reptil y a través de un fuerte rayo de aurora fueron eliminados.

La travesía aún no terminaba para el santo y la amazona pues más serpientes estaban al acecho, en esta ocasión las cadenas de Shun descargaron su rabia en contra de ellas. Sin embargo, una serpiente salto  por encima de ella a punto de darle una mordida la cual terminó recibiendo Hyoga en su brazo izquierdo.

—¡Hyoga! — exhortó Shun, la serpiente iba a atacarla pero ágilmente le propinó un cadenazo. —Hyoga, ¿Estás bien? — le preguntó.

—Tranquila, estoy bien — contestó.

Prosiguieron en su camino hasta finalmente llegar a un templo hecho ruinas y en el cual se encontraba Até sentada sobre una serpiente gigante.

—Vaya, parece que mis serpientes no pudieron con ustedes... ¡Pero yo sí!

Até atacó con su serpiente a Shun y a Hyoga pero los dos lograron evadirla con un gran salto dándoles la oportunidad de atacar.

—¡Polvo de diamante!

—¡Cadena de Andrómeda!

Los dos atracaron al mismo tiempo, sin embargo para Até solo fueron cosquillas las que le provocaron y con un fuerte aire los hizo estrellarse contra los pilares. A pesar de los golpes que habían sufrido Cisne y Andromeda se levantaron nuevamente.

—Me sorprende que aún tengan la capacidad para aguantar mis ataques, pero déjenme decirles esto... ¡Nunca podrán vencerme! — enfatizó la diosa.

—Puede que tengas razón... Más sin embargo estamos dispuestos a darlo todo... Por recuperar a nuestro hijo y sobre todo por el bien de la humanidad — respondió el de ojos azules mientras pasaba la mano sobre su boca quitando la sangre que escurría de ella.

—No importa si estamos en desventaja... Hyoga y yo estamos listos ...

—¡Para morir!

Ambos respondieron con valentía, sus cosmos ardían más allá de lo que se imaginaba la diosa quien sonrió ante ello y retó a ambos caballeros a hacerle frente.

...

Mientras los chicos se recuperaban de las heridas provocadas por Até notaron que alguien venía aproximándose al lugar, Tatsumi había llegado con una cajita de color dorada la cual Fénix logró identificar

—Esa cajita... Es la que Shaka le entrego a mí hermana y al pato, ¿por qué la has traído?  — cuestionó el peliazul.

—Es que me pareció haber escuchado un ruido dentro de ella... Y me asustó, pensé que era un animal el que se había metido en ella — respondió el mayor.

—¡Miren! — Shiryu quedó asombrado de ver la caja.

La caja se alzó por si sola y una fuerte luz salió de ella haciendo que todos ellos se taparan la cara, una vez terminará de desparecer el resplandor los tres caballeros observaron que dentro de esa caja había un pergamino dorado, Seiya tomó el papel en sus manos.

—¿Un pergamino? pensé que era un arma o algo similar que Shaka le había dado a mi hermana... Que tacaño es el buda — bufó Ikki.

—No digas eso Ikki, debe de haber algo escrito en este pergamino — contestó Seiya.

—Obviamente que hay algo escrito burro tonto — comentó Tatsumi.

—¡Cállense ya! — dijo Shiryu a Tastumi y a Ikki. —¿Que dice ahí, Seiya? — preguntó.

—Eso mismo quiero saber... — quitó el listón y comenzó a leer el contenido del pergamino.

"Hada Urgania, tú que reinas en el corazón de la tierra, donde los minerales se convierten en bendiciones de cristal, en nubes de cuarzo que curan y difunden la luz bienhechora; tú que crear los cristales que cantan a la luna y sanan al enfermo, que los haces fruto de la tierra para alimentar con energía y poder al necesitado, que haces de la tierra una gema más valiosa que los diamantes. Te pido tu guía para abrir los ojos a la felicidad y para reencontrar el camino perdido. Toma de mi mano y llévame a la salida del laberinto, donde esperan la vida y sus retos.”

Una vez terminada esa oración, los tres caballeros presenciaron otro fuerte destello acompañado de una fuerte brisa, la imagen de un hada apareció frente a ellos y se acercó a  Pegaso e inmediatamente curo las heridas que este tenía, lo mismo sucedió con Fénix y Dragón.

Una vez realizada su tarea, la hada fue en busca de los otros dos caballeros. Seiya y compañía le siguieron no sin antes dejar a cargo a Tatsumi de cuidar a Saori.

Notas adicionales:

*Volví a resubir este capítulo debido a que quería añadirle más cosas y arreglar uno que otro detalle por ahí.

*El siguiente capítulo es el final.

Pero de la primera temporada XD así que estén pendientes a ello, trataré de darle un buen final de temporada a esto

*Quiero decirles que la siguiente temporada tratará acerca de la vida de los pequeños patitos y las nuevas aventuras que ellos tendrán que afrontar para llegar a ser los mejores descendientes de Shun y Hyoga.

*También agradezco a todos ustedes por el apoyo que le han dado a esta historia, gracias a ustedes está historia casi llega a los 9k y no saben lo feliz y orgullosa que me siento por ello :')

Sin más que agregar, me despido y gracias por leer.

HyoShun_Passion99 😘