Al haber arruinado su momento íntimo y la mansión casi quemada en su totalidad a Hyoga y Shun no les quedo otra que dormir en las afueras del lugar. Ella no podía dormir debido al frío pasto además de usar una pequeña manta qué llegaba hasta sus piernas, caso contrario a su esposo que yacia plácido en el suelo y no estaba tapado.

—¿Cómo puede dormir sin quejarse?

Pensaba y una fuerte brisa le dio escalofríos, abrazo a su pareja con fuerza y con su cosmos hizo que ambos entraran en calor. Hyoga abrió los ojos al sentir dicha calidez observando a la peliverde que se acurrucaba en su abdomen.

—Umm...¿no puedes dormir?

—Obvio que no tonto, extraño mi cama— replicó.

—Lo entiendo querida, pero no te preocupes...en cuanto amanezca prometo llevarte a tu nueva casa.

—¿Casa? Como conseguiste una si ni siquiera trabajas.

—Lo ves, tengo mis contactos— sonríe bobamente.

"Algo ha de haber hecho para que actúe así"

Su pareja le miraba desconfiada aunque después de un abrazo y muchos besos de su parte le hicieron feliz.

—Esta bien, buenas noches querido.

—Buenas noches amor

Beso los labios de su esposa, se abrazaron y cerraron los ojos, Tatsumi estaba dormido al lado de ellos cubriendose con una manta de bebé mientras titiraba del frío.

Mañana siguiente...

Los esposos aun permanecían dormidos al Igual que Tatsumi, no obstante fueron despertados por los gritos que cierta bruja de cabello lila estaba dando, Seiya y los demás chicos quedaron con la boca abierta al ver sus habitaciones incenciadas. Ikki era el más afectado y sin buscar una explicación alguna abofeteo a su cuñado con un harisen.

Nota: Un "harisen" es un abanico japonés de tamaño grande el cual es usado para golpear a las personas.

—¡Qué diablos haz hecho ahora!

—¡Ow! vaya forma de darnos los buenos días cuñado— Ikki estaba por golpearlo nuevamente con el Harisen pero Seiya interviene.

—¡Alto!

—Burrito, hazte a un lado— Ikki estaba furioso.

—Es que no te das cuenta de lo que haces— responde el castaño y le hace ojos de cachorro. —Si vuelves a golpear a Hyoga... Lo vas a dejar más pensante de lo que ya es

Shun arrojó al castaño lejos del lugar con su tormenta nebular, Saori, Shiryu y Tatsumi mostraban unos carteles de calificación perfecta. Ikki miró nuevamente a su cuñado de forma amenazante.

—Más te vale que hagas feliz a Shun, aunque a todo esto... — observa a la peliverde. —¿Cómo es posible que te hayas fijado en alguien como él? digo, no es por ofender pero...pudiste haber escogido a alguien mejor como por ejemplo... ¡Afrodita!

—Afrodita es de Máscara— responde.

—O que tal... ¿Mime?

—Lo odio por haberme dejado sorda.

—Que te parece... ¡Sorrento!, la música de él es muy bonita.

—Si claro, si bonito te refieres a que por poco y no la cuento...es tu asunto. Además... —abraza a Hyoga. —Yo solo quiero a este galán que es mucho mejor que todos los hombres que existan en la tierra, hay algo que lo diferencia de todos ustedes pinches desgraciados.

—Y qué es lo que diferencia a Hyoga de ellos— Saori estaba con la duda, Shun se sonroja y desvía la mirada.

—¡Ay! Pues eso no se dice...eso ya es personal

Saori entendió a la primera, cosa que a Shiryu, Tatsumi e Ikki los dejó muy confundidos.

—Y es mejor que se queden con la duda, ¿nos vamos mi Shunny preciosa?

—Esta bien mi Cisne bebé.

Hyoga le toma de la mano para después marcharse del lugar, Seiya aterrizó en lo único que quedaba de la mansión que luego terminó hecha escombros.