—Hemos regresado pelón, cómo te ha ido con mis sobrinos? — Seiya fue el primero en ingresar a la casa seguido del resto de sus camaradas, sin embargo no hubo respuesta del mayor.

—De seguro que ya fue a hacer la meme — Shiryu miraba a su alrededor con tal de localizar a Tatsumi.

—Iré a ver a mis bebés — Shun subió las escaleras para ir a la habitación, al llegar se llevó la sorpresa de ver al mayor tendido en el suelo mientras Hiro llorababa, Alek miraba fijamente a su madre con una sonrisa. —Que pasó mi amor, ¿por qué lloras? — la amazona cargó al peliverde entre sus brazos mientras calmaba su llanto.

—Shunny, ¿qué le sucede al patito?— Hyoga entró a la habitación y observa que Tatsumi estaba en el suelo, lo movió pero aún así no parecía reaccionar. —Oye pelón, despierta... ¡Tatsumi! — dijo con mucha preocupación.

—¡Tatsumi! — gritó la ojiverde, Seiya, Ikki, Shiryu y Saori entraron a la habitación de inmediato.

—Lo sabía, se fue a hacer la meme — dijo el dragón con sarcasmo.

—Lagartija, no creo que Tatsumi se haya quedado dormido en el suelo así como si nada — respondió el Fénix.

—Déjenme ver — la pelo lila se agachó para mover al mayor. —¡Esta inconsciente! — dijo.

—¿Inconsciente? Pero, cómo es que ha quedado de esa manera — habló Seiya, el llanto de Hiro se hizo más audible.

—Ya pequeñín, mami esta aquí, todo estará bien mi dulce niño, siento haberlos dejado por un momento se cuanta falta les he hecho — daba palmaditas en la espalda de Hiro que lo tranquilizó. —De seguro debes tener hambre — se sentó al borde de la cama para sacar su pecho del vestido y le dio de comer, las manos del pequeño se colocaron sobre el pecho de su madre cosa que le ocasionó una tierna sonrisa.

—Si, le haz hecho tanta falta — Hyoga sonrió.

Alek llamó la atención de todos al ponerse a llorar, Hyoga lo cargó entre sus brazos y al igual que su esposa quizo calmarlo, sólo que al pequeño rubio no parecía estar a gusto. El pequeño Hiro iba quedando dormido, Shun le sugirio al rubio dárselo para darle de comer porque pensaba que ese era el problema, pero al momento de alimentarlo Alek mordió con tanta fuerza su pezon que le hizo sangrar, todos quedaron sorprendidos al ver la acción del niño ya que no se explicaban como pudo hacerle ocasionado dicha mordida si aun no tenía desarrollado sus dientes.

—Auch... Auch — entre quejas Shun se levantó de la cama mientras le entregaba a Alek a su padre.

—Alek... Pequeño demonio, como es que tú... — Seiya se acercó a Hyoga y al bebé, sus manos abrieron con sumo cuidado su boca. —Qué extraño, ¡aún no tiene dientes! — pegaso quedó confundido.

—En serio, pues yo no pienso lo mismo... Auch! — decía Shun.

—¡Diablos patito!, cómo pudiste morder así a tu mami, tú sabes muy bien que sólo yo puedo morderla — dijo en regañadientes el rubio mientras era observado por los demás, tras ello Alek se puso a llorar nuevamente.

—¡Estúpido!, ya lo hiciste llorar otra vez — dijo esto y con el ave Fénix lo mando a la CHINGADA, el peliazul tomó entre sus brazos a su sobrino el cual se tranquilizó. —Eres tan dulce y tierno eres bebé, no como tú papi que es un completo idiota — el bebé sonrió.

—¡Oyeeeeeeeeee — dijo el rubio a lo lejos.

Saori observaba el comportamiento del bebé, habían muchas cosas que le llamaron tanto la atención, entre ellas que Andromeda recibiera una mordida y Cisne fuera rechazado por el hijo de ambos.

—Aquí hay gato encerrado — dijo en voz baja.

—¿Sucede algo bruja? — se acerca Seiya.

—¡¡Shhhh!! — responde de forma seria.

—Hay perdón flor — Seiya se fue con Ikki.

—Esto apenas es el comienzo de sus peores pesadillas, acabare con todos ustedes y vengare a mi madre... Hahahahahahahahah —
Ate miraba a todos a través de Alek sin darse cuenta que Saori le miraba un tanto extraña.