14. Cadenita Celosa 2
Pasaron las horas en que Seiya y el resto de los caballeros continuaron dándole regalos a Hiro y a Alek, los esposos descansaban plácidamente en su cama, Shun abrazaba a Hyoga como un peluche mientras él no despejada la vista del techo y pensaba en muchas cosas.
Los bebés dormían en la cuna, al lado de ellos estaba un peluche de oso que el tío Seiya les había obsequiado.
Hyoga
Muy bien Hyoga, ahora que ya eres papá tienes muchas responsabilidades, por ejemplo tus niños van a necesitar comida, pañales cosas de baño entre otras. Aunque mi maestro y el resto de mis amigos me han ayudado en ese asunto no significa que no deba seguir trabajando.
Y no sólo eso, muy pronto habrán más gastos para el hogar además de que debo entrenar a mis niños para que sigan el mismo camino que yo he tomado como caballero para que puedan cuidar de este mundo y de las personas que lo rodean.
Así es... Quiero que Hiro y Alek sean los mejores caballeros.
Mañana siguiente
Shun abrió sus ojos verdes acompañados de un leve bostezo, mira hacia donde Hyoga estaba durmiendo aún, le sonrió dulcemente y le dio un beso en los labios. Quizo levantarse de la cama para ver a sus hijos pero terminó cayendo al suelo, dio un pequeño grito el cual despertó a Hyoga quien también cayó al suelo.
—Shunny, ¿te encuentras bien?
—Recordé que aun no puedo moverme, quise levantarme de la cama y me caí — la ojiverde hizo un puchero.
—Ven, dejame ayudarte.
Como todo caballero Hyoga la cargo entre sus brazos y la colocó en la cama, ella sonrió.
—¡Gracias corazón!
—De na...
—!!Buah!!
Los niños comenzaron a llorar, Cisne los sacó de la cuna para llevarselos a su madre, ella revisó a uno de ellos cuyo olor indicaba que era hora de cambiar pañales.
—Creo que alguien ha amanecido de mal humor ¿no?. Amor, necesito los pañales por favor.
—Ahora mismo.
Hyoga
Fui de inmediato al armario a buscar los dichosos pañales, el problema era que no sabía distinguir cuál era cuál porque habían muchos de ellos.
Así que torpemente le pregunte a mi conejita, quien dijo que trajera ambas cosas.
—Está caja de color azul son pañales.
—Ok.
—Y esta de color amarillo son toallas.
—Oh, jeje... No lo sabía.
Le di los pañales y puso manos a la obra con el pequeño Alek, por otro lado me puse a darle cosquillitas a Hiro, escucho que tocan de nuevo a la puerta, tome a mi bebé en brazos y me dirigí a abrir llevándome una gran sorpresa.
Flare estaba frente a mi y sin perder el tiempo me arrebato un beso en mis labios, Shun me miró un tanto molesta.
—¿Porqué hiciste eso?
—Qué, me vas a decir que no te gustó Hyoga...ha pasado mucho desde la vez que nos vimos y quería saludarte de la mejor manera.
Me abrazo mientras yo observaba a Shun que tenía con los brazos cruzados y su rostro mostraba enojo.
—Mi amor... No es lo que parece.
—¿Mi amor? — Flare se separa y observa a Shun. —Acaso ella es tú...
—Si Flare, tal como te lo han dicho... Ella es Shun, mi esposa y madre de mis hijos — respondí.
—No me digas, no creo que sea cierto... ¡Cómo haz podido olvidarme tan pronto!
—Pues ya ves, ahora él es mío así que ¡deja de tocarlo!
Veo que las cadenas de andromeda aparecieron detrás de Shun, le dije a Flare que se marchará de la casa pero ella se negó y la miró con total desagrado.
—No me importa que seas su esposa, se que en el fondo Hyoga aún me ama... ¿O acaso no es cierto?
—Claro que no... Yo amo a Shun, a ti ya te olvide desde hace mucho tiempo y sabes algo... Me alegro que te hayas ido de mi vida.
—Si claro, a mi dijiste eso la última vez que nos vimos... Y fue exactamente en la que yo me entregue a ti por primera vez.
—¿¡Qué!?
—¡¡Flare!! — alce la voz.
—Y no digas que los haz olvidado porque fue verdad, o no se lo habías dicho a tu esposa... ¡Que malo eres!
—Callate Flare ¡vete de aqui!
—No te preocupes querido... Pero ya te lo dije, lo que paso entre tú y yo es verdad.
Me dijo y salió de la casa, al voltear a ver a Shun note que ella tenía las lágrimas de fuera mientras negaba con su cabeza toda la estupidez que Flare había dicho.
—Shun, te lo aseguro... No es...
—¡Cómo te atreves Hyoga! Tuviste que...
—Mi amor... Yo...
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