11. Meses (3/3)
—¡¡Desgraciada!! Ya me tenes harto.
Cisne estaba que echaba fuego y quiso ir tras Eris pero sus compañeros lo sostienen de ambos brazos, Saori/Athena le pidió que se conservara la calma mientras buscaba una manera de poder salvar a la amazona sin exponer la vida tanto de ella como la de su bebé.
—No hay tiempo que perder, ¡¡mi esposa y mi bebé van a morir!!
—Lo sabemos viejo, no eres el único que está preocupado por Shun— pegaso responde.
—Y bien Athena, qué es lo que debemos hacer para salvar a Andromeda.
—Caballeros... A Andromeda no le está quedando mucho tiempo, todo parece indicar que Eris ha estado detrás de todo lo que está pasando con su embarazo.
—¡¿Qué dice?! — Fénix quedó con la boca abierta.
—Entonces, esa pesadilla iba a pasar y todos estos meses ella ha estado así por culpa de.... ¡¡HOY SI LA MATO!!
Cisne salió en búsqueda de su pareja y de su bebé, sus compañeros de armas le siguieron.
CygnsusxAndromedaxCygnusxAndro
En alguna parte...
—¿Porqué? ¿Qué es lo que te hecho para que intentes lastimarme a mi y mi bebé?
Shun no dejaba de llorar por culpa de maldito dolor que albergaba en su vientre, Eris sonreía al verla sufrir de esa manera y le mostró una rosa cuyo color rojo se estaba perdiendo poco a poco, eso no era todo pues la flor tenía pocos pétalos que al momento de desprenderse terminaban por marchitarse.
—¿Quiere saber porqué?
Porque me encanta ver sufrir a las personas. Sobretodo a ti que estás por perder al hijo de cisne, y del cual yo me encargue de hacerle daño la última vez que tú y el resto de los caballeros me vencieron.
—¿Tú?... Entonces por esa razón era que yo estaba muy mal, tú tuviste algo que ver ¡¡verdad!!— Eris asintió.
—Así es Andromeda, yo sabía que estabas embarazada de cisne y que mejor forma de afectar tu condición con una mordida de serpiente o no recuerdas esa vez aquel animal que te mordió.... Pues déjame decirte que era yo— Shun le observa con sumo enojo.
—Tú bebé ha sido afectado por una maldición, la cual consiste en absorber tus cosmos mientras tu embarazo continúe, si ese bastardo absorbe todo tú cosmos tanto él como tú van a morir. La única manera de liberarte de esa maldición es que uno de los dos deberá ser sacrificado al momento del parto.
—No... No dejaré que mi bebé muera, ¡eso jamás!
—¿Entonces piensas morir en su lugar?
Eso hizo pensar a la amazona un momento, o era por el bien de su bebé o el bien suyo, a pesar de los hermosos momentos que había pasado tanto con sus amigos, su hermano y con su esposo ella estaba decicida a afrontar su destino.
—Si es por el bien de mi bebé, yo estoy dispuesta a dar mi vida.
Séptimo mes...
—Llegamos, pero no hay tiempo que perder.
—¡¡Shun!! ¡¡Mi amor!!
Cisne y compañía llegaron al templo de la diosa Eris, al ver que no había nada en el lugar decidieron tomar caminos separados, sin embargo no pudieron irse ya que los ghost saints habían reaparecido ante ellos.
—Miren a quienes tenemos de vista otra vez— Orfeo hablaba con sus colegas.
—Ya me hacía falta matar a alguien— Maya miraba a Seiya con odio.
—No me digan también que ustedes han revivido— Seiya los observa con impresión.
—No seas payaso, somos ghost saints y nosotros revivimos por cuenta propia porque a la diosa le valió nuestro cariño— habló Jan haciendo puchero.
—No mames, que ingrata la verdad— responde el castaño mientras se rascaba la cabeza.
—¡¡Ya callense!! Y díganme donde tienen a mi mujer.
A Hyoga le restó importancia a lo que estaba pasando y sin mediar palabra comenzó a atacar, uno a uno se iban enfrentando a pesar de los fuertes golpes que recibían de ambas partes no se rendían.
—Esto se está poniendo más difícil— Shiryu esquiva los ataques de Jan.
—Devuelvan a mi hermana... ¡¡Ave Fénix!!— Ikki ataca a Jager.
Mientras que Hyoga seguía peleando con Crhist
—Y bien cisne, aún no te piensas rendir
—Jeh, estás loco... No pienso rendirme hasta recuperar a mi mujer y a mi hijo.
—¿Te refieres a Andromeda verdad? Esa amazona está a punto de morir y no habrá nada ni nadie que pueda impedir...
—¡¡Ejecución de Aurora!!
Hyoga dejó a Christ fuera del combate y se dirigió a buscar a Shun, los demás ghost saints se dieron cuenta de ello e intentaron detenerlo pero Seiya y el resto se lo impidieron.
—Aguanta Shun, ¡voy por ti!
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En el templo de Eris
Y si se preguntaban que había pasado con Saori, pues déjenme decirles que ella se encontraba junto a la diosa de la discordia quien había puesta la manzana dorada entre su pecho dejándola inmóvil.
Por otro lado Shun estaba muy débil, su piel estaba demasiado apagada, sus labios se tornaron de color azul mientras tenía las manos sobre su vientre que se movía de forma violenta. La rosa tenía solamente un pétalo y el cual estaba a punto de caer.
—Jajajajaja, mira Athena... Tú amazona esta por morir, el bebé está por nacer.
—Eris, no te perdonaré lo que haz hecho a mi amazona.
—Pues creo que ese perdón llegará muy tarde para mí, ahora si Athena... ¡Por fin la tierra es mía! ¡¡Esta vez he ganado!!
La diosa celebraba la victoria que había conseguido la cual duró poco porque cierto caballero de los hielos la había acorralado en un anillo de hielo que la dejó inmóvil.
—No creas que esto ha terminado diosa de la discordia, sobre mi cadáver que eso sucederá.
—Pa... Patito... — Shun sonrió débil.
—Mi amor... ¡Te salvaré!
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