Capitulo 2
A la mañana siguiente me despierta el sonido de una guitarra eléctrica.
«Marcus»
Pensé de inmediato.
Me tapo la cara con la cobija y me doy vuelta por la cama.
El sonido de la guitarra se hace más fuerte.
Me quejo y me quito la cobija furiosa, volteo hacia mi despertador y miro la hora.
2:35 p.m
—Mierda.
Pronuncio, me levanto y salgo de mi habitación. Me dirijo hacia el baño, en el transcurso del camino escucho a Jack que me dice "buenos días", eso me hace voltear los ojos.
Estoy apunto de llegar al baño pero Max corre a toda velocidad a mi lado y entra al baño primero que yo.
Abro la boca y frunzo el ceño, la verdad no sé como me siento, tal vez una mezcla de ofendida y furiosa por la falta de caballerosidad de mi querido medio hermano.
Cuando Max sale del baño, lo recibo con los brazos cruzados y los ojos entre cerrados.
—Lo lamento, ya no aguantaba—me explica, un poco apenado.
No digo nada, sólo le paso por un lado y entro al baño.
—¡Marceline, ya no aguanto!—grita Marcus mientras toca la puerta.
—¡Y a mi que!—contesto enojada ya que apenas llevo como dos minutos en el baño, y anda tocando la puerta como loco como si llevara una hora encerrada en el baño.—¡Eres hombre, puedes orinar en un árbol! ¡Hay muchos en el patio!
Termino de gritarle desde adentro del baño.
—¿Pero quien dijo que iba a orinar?
Dice Marcus desde el otro lado de la puerta.
Abro los ojos y rio por lo bajo.
—¡Pues mejor para las plantas! ¡Abono!
Escucho a Marcus reír.
—Hablo enserio, Marceline.
—¡Ya voy!—digo para tranquilizarlo un poco.
Cuando salgo del baño, Marcus entra con rapidez y cierra la puerta.
Camino de regreso a mi habitación a cambiarme de ropa, paso por la habitación de Jack, que está tocando la batería. Ahora él era el que ahora tiene música en la casa.
Termino de ponerme mi blusa de rayas negras con rojo cuando escucho un auto llegando enfrente de la casa, miro por la ventana y veo que baja una mujer, una chica que tiene el cabello completamente teñido de color rosa y un chico con la cabeza rapada.
—¡Oh, no! Personas—murmure.
En cuestión de segundos el timbre de la puerta principal suena por toda la casa.
Salgo de mi habitación sigilosamente y me detengo antes de llegar a las escaleras.
Escucho a mi madre chillar de emoción.
—¡Margarita, cuanto tiempo!—escucho que le dicen a mi madre.
—Si, ¡te extrañe mucho Anna!.
—Ellos son mis hijos—asomo la cabeza para ver mejor a la mujer rubia y a sus dos hijos.
—Ella es Emma—presenta a la chica de cabello rosa.
Emma saluda de mano a mi madre con una sonrisa amplia.
—Y él es Lucas—presenta al chico de la cabeza rapada.
Él chico tiene la vista clavada en el piano que se encuentra en el vestíbulo principal. Su madre pellizca su hombro para que reaccione. Saluda a mi madre de mano y sonríe de boca cerrada.
—Mucho gusto—contesta mi madre, gentilmente.
Ryan llega y mi madre lo presenta a su amiga.
—Margarita, ¿Y sus hijos? Me gustaría mucho conocerlos.
Cuestiona curiosa la mujer rubia.
—¡Oh, si!—exclama mi madre—deja los llamo, mientras tomen asiento—señala los sofás que hay en el vestíbulo principal.
Ellos asienten y toman asiento.
Me escondo detrás de la pared cuando veo a mi madre darse la vuelta y subir las escaleras.
Cuando mi madre llega al pasillo donde se encuentran nuestras habitaciones, me encuentra mirando un cuadro de un campo de Margaritas.
—Muy hermoso—le digo a mi mamá con una pequeña sonrisa.
—Si—murmura mi madre, con la vista fija en la pintura.—Tenemos visitas, y quiero que bajes a saludar.
Me hace saber.
—Junto con tus hermano—agrega—Así que llámalos y luego bajen todos juntos.
Asiento y ella sonríe ampliamente antes de bajar.
Frunzo los labios y voy en busca de los chicos.
Llego a la habitación de Jack, que sigue en la batería. Está concentrado pero se lo arruino cuando toco la puerta, se detiene y voltea a verme.
—Hay visita y mamá quiere que bajemos enseguida—le hago saber.
—Okey, ya bajo—contesta.
—Mamá quiere que bajemos todos juntos—remarco.
Jack ríe ligeramente.
—¿De casualidad no te pidió que cuando bajemos lo hagamos en cámara lenta?—cuestiona Jack.
—Me parece que si me lo dijo—contesto y él ríe—¿Puedes ir por Marcus?
Él asiente mientras se pone de pie. Voy por Max, quien lo encuentro jugando con legos.
Ya los cuatro juntos, bajamos.
Los chicos se ponen de acuerdo y bajan las escaleras en cámara lenta, ruedo los ojos y me mantengo seria para no reírme de ellos.
En todo el transcurso cuando bajamos las escaleras sentimos las miradas de la mujer, la chica y del chico en nosotros.
Doy una pequeña ojeada hacia las visitas y me encuentro a la chica de cabello rosado sacando baba por mi hermano Marcus.
Por otro lado el chico tiene la vista fijada en mi, rápidamente regreso con mi vista enfrente.
Mi madre nos mira con una sonrisa de oreja a oreja. Todos vamos a lado de mi madre y Ryan.
La visita se ponen de pie y llegan hacia nosotros.
—Chicos, ella es Anna, una gran amiga—la rubia sonríe halagada—Ella me ayudo a que esta casa volviera a estar impecable y en buen estado.
—Ella es su hija Emma—la chica sonríe mientras mira a cada uno de nosotros—Y él su hijo Lucas.
Lucas hace un gesto con la cabeza como gesto de saludo.
—Son gemelos—agrega Anna.
Miro a sus hijos y en lo único que se parecen son sus ojos verdes.
—Hola—dice gentilmente Max.
Mi madre nos voltea a ver.
—Él es mi hijo mayor, Marcus—lo presenta mi madre—Mi hijo del medio, Jack. Mi hija Marceline. Y mi hijo pequeño, Max.
Me encanta como se expreso mi madre, con el "mi hijo" hacia cada uno de los chicos. Creo que también a ellos les provoco algo lindo.
—Un gusto conocerlos—dice Anna amablemente.—Los cuatro se parecen mucho—señala a los chicos y a Ryan. Y tiene la razón, los cuatro se parecen; tienen cabello rizado, sólo que cada uno lo tienen diferentes corte de cabello, ceja poblada, y ojos verdes.
Emma mira con dulzura a Max, y con una sonrisa gentil hacia Marcus, quien le regala una sonrisa haciendo que Emma se sonroje.
El silencio reina en el vestíbulo.
Vaya, quedamos en silencio incómodo.
—Trajimos un pastel—Anna rompe el silencio.
Sonrío de boca cerrada al escuchar tan encantadoras palabras. Me encanta todo tipo de pastel, o cualquier tipo que contenga pan, como las galletas, y donas.
Anna voltea hacia su hija que aún sigue mirando a Marcus como si fuera un príncipe.
—Emma—le habló a su hija, y luego la fulminó con la mirada—¡Emma! ¿Y el pastel?
Emma reacciona de inmediato y mira sus manos.
—Creo que lo deje en el auto—responde apenada.
Su hermano se lleva la mano hacia su frente. Mientras su madre suspira y niega, Emma sale corriendo hacia afuera yendo por el pastel.
....
El pastel estaba delicioso, buen desayuno.
Ryan se fue a no se donde. Mi madre se fue al jardín con su amiga Anna a platicar, dejando a sus hijos en la cocina comiendo pastel mientras intentan socializar.
Los chicos se encuentran hablando con Lucas. Parecen como si fueran amigos de años. Ojalá así sea igual de fácil para las mujeres hacer amigas.
—Tienes muy lindo cabello—me comenta Emma. Me le quedo viendo por unos segundos hasta que le respondo con una sonrisa.
—Gracias, el tuyo también es muy lindo—miro su cabello rosa.
—¿Cómo le haces en este calor?—cuestiona curiosa.
—Lo peino todo en una dona.
—Me imagino que pesa mucho tener todo ese cabello largo.
—Si, y no imaginas cuanto dura en bañarse y en cepillar su cabello—intervine Marcus.
Y si, duro bastante en sacar el champú de mi cabello, en secarlo y en cepillarlo. Pero a si me gusta, el cabello largo, casi llegando hasta mis rodillas.
—¿Quieren ver una película?—propone Marcus.
—Si—responde de inmediato Emma.
Llegamos a la sala y todos toman asiento, en excepción de Marcus y yo, ambos buscamos una película. Vemos los diversos nombres de los caset que se encuentran en una caja de cartón.
—Lo sé—escucho hablar a Max—Todavía no tenemos internet, así que por mientras vemos películas en caset.
Volteo hacia Max quien le acaba de explicar a Emma.
—¿Y que hacen para divertirse?—cuestiona curiosa Emma.
—Pues yo me entretengo con mis legos, comics, juego con Marceline juegos de mesas y a las escondidas, y me gusta ayudar en la cocina—dice Max—Jack se entretiene tocando la batería, dibujando, y haciendo funerales para los insectos junto con Marceline.
« Marcus toca la guitarra, juega basquetbol y escribe poemas. Aunque eso último nadie lo sabe.—eso último lo murmura. Marcus mira a Max con los ojos entre cerrados mientras niega con la cabeza.
—pulguita—me llama Marcus a mi lado—¿Qué tal esta?—me enseña un caset y leo el título: "Mr. Clay".
Asiento con la cabeza.
—¿Y Marceline que hace?—pregunta curioso Lucas hacia Max.
Volteo hacia Lucas y nuestros ojos se encuentran, no duramos mucho mirándonos por que Marcus se atraviesa en nuestro campo de visión.
Mientras Marcus y Jack averiguan como poner la película, Max está dando un breve resumen de mis pasatiempos.
—Marceline—pronuncia Max pensativo—Ella toca el piano, violín, lee, dibuja, juega béisbol, y escucha música en su stereo personal.
—¿Qué es un Stereo personal?—cuestiona Emma.
—Es un reproductor de casete, donde se puede escuchar música—responde su hermano.
—¿Y porqué no la escucha en su celular?—dice Emma.
—Por que no tiene—responde Jack burlón.
Emma se muestra asombrada y voltea a verme, la miro como si no fuera gran cosa.
—¿Porqué?—pregunta Emma.
—No le encuentro mucha utilidad, lo único útil para mi son las llamadas. Además me niego a ser esclava de las redes sociales—contesto.
Tanto como los celulares inteligentes y las redes sociales se apoderan de tu mente. Son como una droga la cual estas adicto a ella.
La tecnología avanza cada vez y cambia al mundo, pero no todos los humanos utilizan la tecnología y las redes sociales para algo bueno y productivo. No todos la utilizan de buena manera. La utilizan para tonterías; como para mostrar que tal te las pasaste en tus vacaciones o con tus amigos, lo que comiste, una foto tuya llorando—y que sólo la suben para que personas que a lo mejor ni conoces te consuelen—.También ofender, molestar o lastimar sentimientos de otras personas a través de las redes sociales.
Mi madre una vez me dijo que soy una alma vieja. Y tiene razón. Hay veces que me siento que nací en la época equivocada, porque tengo principios que ya se perdieron y amo cosas que en la actualidad ya no se valoran.
Volteo hacia donde se encuentra Marcus y Jack que aun no averiguan como poner la película. Así que voy a ayudarlos.
Pongo la película y vamos a tomar asiento. Jack apaga las luces, quedando a oscuras con solo la luz del televisor.
La película es igual de la misma animación de stop motion. Tiene de personaje principal un detective que es de color azul, aveces luce de traje y es muy sonriente, también es muy bueno en peleas.
Aun me sigo preguntando como es que mi tío hacía esas escenas de acción, ¿cuánto tiempo le tomaba? ¿Acaso no dormía? Por estar trabajando.
La película se acaba y quedamos viendo los créditos.
—¿En todos esos nombres aparecerá el tío de Marceline?—cuestiona Jack.
Al mencionar a mi tío se genera silencio.
—¿Solamente es el tío de Marceline?—pregunta Lucas.
—Si, nosotros somos sus hermanastros—dice Marcus.
—¿No lo sabían?—pregunta Max.
Los dos hermanos niegan.
El silencio incómodo vuelve.
Max aclara su garganta.
—Y...entonces ¿Ustedes saben la historia de lo que sucedió en esta casa?—pregunta curioso Max.
Jack le da un codazo.
—¡Ey! ¿qué?—se queja Max, mientras Jack lo fulmina con la mirada.
—Si la sabemos—contesta Lucas.
—De hecho no quería venir—confiesa Emma—Y sigo teniendo miedo.
—¿Y qué saben de lo que sucedió aquí?—pregunta Jack hacia los gemelos.
—Pues...—habla Lucas—En el año de 2006 vivía una familia muy feliz y tranquila. Y un día tu tío...—Lucas me señala— bueno, algunos dicen que enloqueció por una estupidez, ya que tenía problemas de ira. Otros dicen que sus hijos lo provocaron y es por eso que los asesino.
«Por su gran reconocimiento de sus famosas películas, donde él colaboraba. Se supo de lo que él hizo y de su arresto a nivel internacional.
—Con tan suceso tan espantoso, ¿sólo lo arrestaron?—dice Marcus sin creérselo.
—Si, cadena perpetua.—responde Lucas.—No sólo lo arrestaron por asesinar a sus propios hijos, también era sospechoso de posible homicidios de varias personas que trabajaban en el mismo estudio de películas donde él trabajaba.
—¿Porqué sólo lo arrestaron y no algo peor?—pregunte en un murmullo.
—Querían saber su secreto; el como es que terminaba las películas tan rápido—responde Lucas—No lo han descubierto y no creo que él lo confiese.
—También dicen que sobrevivió su única hija y su esposa—comenta Emma.
Los chicos y yo quedamos boquiabierta.
Fascinante.
....
—Fue un gusto conocerlos—dice Anna gentilmente hacia nosotros.
Sonrío con amabilidad hacia ella.
Lucas llega a mi lado y volteo hacia él.
—Un gusto conocerte, espero y nos vallamos a volver a ver—sonríe.
—Un gusto—le regalo una pequeña sonrisa.
—Por cierto, me gusta tu cabello.—comenta, señalando mi cabello negro y largo.
—A mi también me gusta tu cabello—comento con cierto sarcasmo, señalando su cabello rapado color rubio.
Lucas ríe ligeramente, con su palma de la mano toca su cabello.
—De hecho...—saca su cartera de su bolsillo trasero y saca una tarjeta, la cual me la enseña.
—¡Oh dios!—exclame entre risa, viendo una fotografía de Lucas con el cabello largo, dorado y rizado.
—Si, me cansó el cabello largo—dice antes de regresar su tarjeta en un billetera.
Río.
Lucas ricitos de oro.
...
Después de que Anna, Emma y Lucas se fueran, Max y yo empezamos a jugar las escondidas.
Camino por el jardín trasero buscando a Max.
—Aquí estás—pronuncio buscando en un arbusto, pero no hay nadie. Así que sigo buscando.
Entro de vuelta a la casa y busco por todos lados.
Me detengo de golpe al escuchar la voz de Max pedir ayuda.
—¿Max?
El grito confirmando que es él hace que camine más rápido siguiendo el sonido de su voz.
—¿Dónde estás?—le pregunto.
—No lo sé—alcanzo escuchar.—Sólo veo obscuridad.
—¿Dónde estabas antes de llegar donde estas justo ahora?
—Mm... En la sala—contesta, me dirijo a la sala en busca de rastro de Max.
—¿Qué buscas?—habla Marcus, que se encuentra sentado en el sofá junto con Jack jugando videojuegos.
—A Max—me limito a contestar.
—Max es muy bueno escondiéndose—comenta Jack mientras come helado—De hecho recuerdo de una vez que estábamos jugando y duramos dos horas en encontrarlo. Resulta que estaba escondido en el cesto de ropa sucia.
Cuenta Jack entre risas.
—Si, muy listo Max. Sabia que nadie se acercaría a la ropa apestosa—dice Marcus.
Max habla y eso desconcierta a sus hermanos.
Toco las paredes para averiguar si están huecas.
—¡Max! ¿Dónde estás?—pregunta Marcus preocupado.
—¡No lo sé!—responde Max—Sólo se que esta oscuro.
—¿No estará adentro de las paredes?—comenta Jack.
—Puede ser—sigo tocando las paredes con una oreja pegada en ellas.
—Okey...No tengas miedo Max, te sacaremos donde sea que estes—Marcus tranquiliza a Max, aunque se mira y escucha más alarmado Marcus que Max.
Sonrío al escuchar hueco una pared, aun lado de la chimenea de piedra. Pongo mi palma en la pared y dejo todo mi peso en ella. Y en cuestión de segundos llego a una biblioteca.
Quedo maravillada al ver la biblioteca y los libros, es pequeña pero tiene varias cosas: tres libreros recargados en las paredes, una mesa en el medio de dos sofás.
Paso por los muebles y paso mi dedo indice en ellos. Polvo. Hace mucho que nadie a estado aquí.
—Jack, ¿Y Marceline?—escucho que pregunta Marcus hacia Jack.
—No lo sé, hace un segundo estaba ahí.—responde Jack alarmado.
—¡¿Marceline?!—grita Marcus—¡pulguita!
—¡Estoy bien!—les hago saber.
—¿Dónde estás?—cuestiona Jack.
—En una biblioteca—contesto, mientras miro los libros llenos de telarañas en las repisas.
—¿Una biblioteca? ,Marcus, ¿Tenemos biblioteca?—pregunta Jack confundido.
—No, según yo no.
Contestó Marcus.
—Chicos—los llamo—Vallan donde está la chimenea y recarguen todo su peso en la pared.
Les ordeno.
Escucho sus pasos y en cuestión de segundos llegan conmigo en la biblioteca.
Jack y Marcus miran la biblioteca con asombro.
—Habitación secreta—murmura Jack.
—¡Chicos!—habla Max haciéndonos recordar el porque estamos en la biblioteca secreta.
—¡Ya vamos por ti!—grita Marcus.
—Max, no habías llegado a una biblioteca antes de llegar en ese lugar oscuro.
—¡Oh! Cierto, si—responde—Recuerdo a ver tomado un libro que me llamó la atención y luego terminé aquí.
Volteó hacia donde están los chicos, y rápidamente empezamos a mover cada uno de los libros que habitan los libreros.
—¿Qué especie de libro le llamaría la atención a Max?—cuestiona Jack.
—Un libro que contenga poca lectura y que sea colorido—contesta Marcus.
—¡Me conocen bien!—responde Max.
Soltamos a reír.
—Pero creo que no agarre un libro que con esas características—comenta Max.
Las palabras de Max hacen la tarea más difícil.
Seguimos buscando, hasta que veo un libro ancho, el cual se mira que es lectura ligera para mi y Hermione Granger.
Leo el titulo del libro: "secretos de la vida". Lo tomo y la repisa se empieza a mover. Dando pase a una nueva habitación.
—¿Max? ¿Estás ahí?—pregunta Marcus..
Suspiramos de alivio y sonreímos al ver a Max salir de esa habitación oscura.
Abrazo a Max.
—Te encontré—le murmuro, él me sonríe.
Me separo de él y camino curiosa hacia la habitación donde salió Max. Entro y busco algún interruptor, encuentro uno que ilumina toda la habitación.
Levanto ambas cejas, sorprendida al ver lo que contenía.
••••••
Autora: holaa, espero que les este gustando la historia. Y si es así, espero que la lean completa. Hay nuevos misterios por descubrir.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro