Final: 50% de la tierra, 50% del espacio
50% de la tierra, 50% del espacio
Canciones:
Spaceman; The Killers.
Placebo; Stray Kids
Tw-
Cuando JiSung se puso a pensar respecto a su relación con MinHo, notó que llevaban más tiempo siendo pareja que amigos, y con más de un año de conocerse, ambos no han pasado ni navidad ni año nuevo juntos.
—Hace un frío de mierda y se me acabaron los cigarros —masculló MinHo, entrando a su dormitorio desde el pasillo exterior de su casa. El chico, frustrado, dejó la caja vacía en su escritorio—. ¿Qué crees que sea más económico?, ¿Seguir comprando por cajetillas o comprar tabaco y papel?
—En retrospectiva, es más económico no fumar —admitió JiSung, apartando la vista de su resumen para el examen.
MinHo puso sus ojos en blanco, pero no respondió. Every Breaking Wave de U2 sonaba de fondo, y MinHo tarareaba al compás de ella mientras se paseaba por el dormitorio, pasaba por alto el colchón en donde JiSung había dormido, y se recostó sobre su cama junto a él.
—El microrganismo que está dentro de las vacunas..., ¿Cuánto es el porcentaje de probabilidad de que esta infecte a la persona para matarla? —consultó JiSung.
—La suficientemente alta si es que la persona tiene problemas inmunológicos —respondió MinHo, también observando el techo—. Y dependiendo de la vacuna. Al bebé con alergia al huevo lo matarán si es que no descubren que es alérgico al huevo.
—Pobre bebé con alergia al huevo.
—Donde sea que estés, pequeño, espero que Dios te cuide.
—¿Por qué nunca celebramos nuestro aniversario? —consultó JiSung con curiosidad.
—Porque somos hombres —dijo MinHo con simpleza—. Y porque no sabemos contar- después del aniversario de cien días, ¿Qué viene?
—Doscientos..., trescientos...
—¿No podemos celebrarlo a los mil?
—¿Estaremos juntos hasta los mil?
—Bueno- igual como que nos toleramos de vez en cuando —burló MinHo—. ¿Por qué tienes remordimiento?
—No pasamos navidad juntos..., ni año nuevo..., ni San Valentín.
MinHo, impresionado, se levantó para verlo. —¿Estás de joda?, te creí más izquierdista.
—Estar en contra del capitalismo no significa que no quiera ser idiota en esas fechas —se excusó JiSung, aunque sus mejillas empezaron a encenderse de la vergüenza—. Ya sabes..., yo también tengo esperanzas.
—Eso es lindo —canturreó MinHo, volviendo a recostarse—. Entonces- para los mil días, ¿Vamos a Japón?
—Oh, sí- por favor. Quiero ver la torre de Tokio y sacarme una fotografía en donde ambientaron Your Name.
—Entonces, Japón será...
Ambos se mantuvieron en silencio un momento, y Love of My Life de Queen empezó a sonar en el estéreo.
De repente, un pequeño hilo de terror se presentó en MinHo. —No nos iremos a vivir juntos, ¿Cierto?
—Bueno... —JiSung divagó—. No podemos casarnos.
—Sabes a lo que me refiero.
—Nah, de todas formas, ¿Cuántas son las probabilidades de que yo pueda entrar a la misma universidad que la tuya?
MinHo se encogió de hombros. —Eres listo, ¿Por qué no te tienes estima?, podemos ir a la misma universidad y ser esa pareja del clóset que todo el mundo creerá que son muy buenos amigos.
—Oh, podríamos decir que somos primos.
—¿Por qué?
—No sé, sería divertido. Imagina si alguien nos atrapa en una posición comprometedora- incesto y homosexualidad, les volaríamos la cabeza.
—Eres maquiavélico, me gusta.
—¿Qué tal si le robo el auto a mi madre y lo vendo por parte?, tendría dinero...
—¿Qué harás con él?
—Pagarme los estudios- o irme a vivir a Seúl. No quiero estar siempre bajo el techo de mis tías.
—Está bien estarlo- son tu familia.
—No, MinHo. Mi madre era mi familia. Mis tías son..., mis tías son otra cosa.
MinHo giró su cabeza para verlo. —Te sientes solo, ¿No es así?
JiSung se encogió de hombros, pero no se giró para verlo. —Me hace sentir mal. No quiero sentirme solo.
—Ve más allá de tu nariz, idiota.
—Lo intento- ChaeWon me dijo que debía de ver más allá y que siempre he estado acompañado —finalmente, JiSung se giró para verlo a los ojos—. ¿Soy una mala persona por no reconocerlos?
—Seh.
—Te odio.
—Mala persona sería alguien que hubiese sacado provecho de aquellos que te rodeaban siendo consciente de que no te sentías igual que ellos —explicó MinHo—. Tú no hiciste eso, tu solamente..., no podías verlo porque estabas encerrado en tu mundo.
—En un armario, específicamente.
—¿Qué?
—Mi mamá me encerraba en un armario.
—Oh...
De nuevo, el silencio se posó en ellos. Just Like Heaven de The Cure empezó a sonar.
—Eres un generador de traumas —comentó MinHo—. Nuestros hijos saldrán horribles.
—No podemos tener hijos- serán espantosos.
—Tendrían una muy buena memoria, tal parece.
—Y mis pensamientos suicidas.
—Serían neurodivergentes.
—Les pegaré mis trastornos alimenticios.
—También la demencia de mi familia.
—Y mis puntas partidas —coincidió JiSung, aterrado.
Sin embargo, la mera idea terminó haciendo a los dos chicos reír.
—JiSung —habló de repente MinHo.
—¿Sí?
—Sabes que te amo, ¿No?
JiSung se giró para verlo, y sonrió. —Lo sé.
—Y con todo el amor que te tengo..., por favor, la próxima vez que tengas insomnio, no me despiertes.
La alarma de la casa sonaría en los próximos quince minutos.
Inicialmente fue complicado, y eso MinHo pudo divisarlo sin culpa durante la tarde en la que llegaron.
JiSung tenía algo- una pequeña chispa particular que se encendía y apagaba con temor; encontrándose sentado junto a JeongIn en el sofá mientras la banda practicaba, burlándose de la pierna fracturada de SeungMin y firmando su yeso- su semblante de goce desaparecía para brindar terror y mirar compulsivamente fuera del garaje.
Una, dos, tres, cuatro, cinco veces en menos de un minuto. A veces era de reojo, y otras veces era su cabeza completa. Evitaba exponerse demasiado en la calle, o hacerse notar con bajar la voz y taparse el rostro mientras reía. Eran ciertas características que, para MinHo, le hacía sentir un poco más triste.
Sin embargo, no era algo de lo cual MinHo podía ser pesimista: JiSung había sobrevivido toda la semana con descarriles y ansiedad, pero pudo colectarse a sí mismo haciendo valer que el poco tiempo que llevaba de terapia algo lo había ayudado.
No lucía como si pudiese aguantar mucho tiempo, siendo sincero, pero MinHo se sentía orgulloso que JiSung quisiera caminar solo.
—... Entonces, Lacan es un hijo de perra. Freud es un hijo de perra. Las clases de filosofía de esta escuela son una mierda y no creo que nada de lo que los maestros nos enseñaron estos últimos tres años sirva para el examen —terminó por concluir JiSung su resumen en voz alta mientras que con MinHo caminaban hacia la oficina de HanSoo—. ¿Alguna duda?
—Sí- la parte en la que dices que Freud es un hijo de perra- yo no recuerdo que me hayan pasado algo de ese señor en clases —dijo MinHo—. Y- créeme, lo recordaría.
JiSung se puso pálido. —¿Dices que aprendí mal?, mierda, mierda-
—No, idiota. Solo digo que tu argumento de que los últimos tres años de estudio no servirán porque creo que aparecerán filósofos de nuestro periodo de oro —le golpeó el hombro—. Nuestros maestros son una mierda.
—Opino lo mismo.
MinHo golpeó la puerta de la oficina de HanSoo, y al escuchar el ligero 'adelante' de su interior, MinHo miró a JiSung. —No te suicides.
—No me digas qué hacer —farfulló el otro, revisando su resumen de nuevo.
Con una sonrisa, el chico entró a la oficina. ¿MinHo estaba tan mal de la cabeza que esa situación le causaba gracia?
No obstante, nada de eso importó. HanSoo estaba en su oficina, junto con un incienso de lavanda para tapar el olor a cigarro, junto con dos folios sobre el escritorio más una carpeta verde.
—Necesito que tomes una decisión.
MinHo hojeó los folios antes de notar que uno era perteneciente a la Universidad de Seúl y el otro de la Universidad Artística. La carpeta, por otra parte, era un contrato de trabajo en la tienda de música de HanSoo.
—¿Ahora? —cuestionó MinHo, alzando su mirada para ver a HanSoo—. Recién rendiré mis últimos exámenes.
—Ya tienen los resultados de los exámenes anteriores, los colgarán en la tarde después de tu última prueba —advirtió ella con seriedad, mientras bajaba el volumen de la música de su oficina en la escuela—. Las universidades te buscarán como loco por tu puntaje en el suneung, y algunas carreras tienen admisiones especiales o específicas. Decide luego.
—Lo haré —aseguró MinHo, aunque no se sentía complacido con el plazo—. De todas formas, iré a tu trabajo a la tarde.
—No lo harás. Hoy te libero —dijo, pero antes de que MinHo pudiera sonreír, ella volvió a hablar—: el domingo irás por un par de horas, ¿Está bien?
MinHo, soltando un profundo suspiro, asintió. —No es mi culpa si me encuentro con resaca.
—Idealmente, no debes ir a trabajar con resaca —pidió ella—. Porque si decides trabajar conmigo, RyangYah te querrá ver en tu mejor estado.
Rascando su tatuaje, él presionó sus labios. —¿No le convence la idea de que trabaje contigo?
—Eres un niño todavía, MinHo.
—Tengo diecinueve.
—Un niño —repitió, antes de sonreír—. Por favor, considéralo.
—¿Cómo puedo considerarlo? —el chico bufó con desgano—. Ni siquiera puedo cerrar las manos...
Hace dos meses MinHo se había atrevido a decirle a sus padres que quería estudiar música, pero antes de febrero terminó cayendo de un puente en un accidente para terminar con su túnel carpiano comprometido, sus manos adoloridas y su clavícula fracturada.
La idea de operarse para MinHo era tentadora, pero no quería usar todo el dinero ahorrado en ello cuando podía vivir con el dolor crónico hasta que tuviese la cantidad suficiente para invertirlo. La situación lo frustraba en demasía.
Aun rascando su tatuaje, MinHo guardó las cosas en su mochila y, sin más preámbulos, salió de la oficina.
—¿Entonces? —pacientemente JiSung había esperado junto a la puerta—. No te demoraste. ¿Qué pasó?
—Trabajar con ella o estudiar en la universidad —explicó sin ánimos—. Aunque mis opciones son reducidas.
—No si sabes lo que quieres hacer —replicó.
Los ojos de aliento que JiSung poseía a pesar del desastre de su cabeza contagió con una inexplicable alegría a MinHo, sonriéndole. —Bueno, qué decir-
—Lee MinHo.
—¡Ah!
Junto a ellos, y con una gran caja, Hana hija-del-diablo miraba con sus mismos ojos pálidos a ambos chicos, con su ceño fruncido y notoriamente cansada por la extensa semana de exámenes.
—¿Qué quieres tú? —cuestionó MinHo a viva voz, colocando a JiSung entre él y la chica para simular un escudo—. ¿No me ibas a dejar en paz?
Sin muchas palabras, Hana empujó la caja hacia el cuerpo de JiSung para que este lo sostuviera. —No me busques más, ¿Escuchaste?
—¿Qué? —MinHo vio a Hana pasar de él para perderse por el pasillo principal—. ¡Pero si eres tú quien me busca- bah, ella me escucha cuando quiere!
Girándose para ver qué tenía la caja, el alma de MinHo terminó por caer al suelo.
—Mira —JiSung, con una sonrisa de oreja a oreja, acariciaba a Doongie bajo la barbilla—. Está lindo.
—¿Doongie? —MinHo comprobó el sexo del gato y los colores. Estaba reconociblemente más grande de la última vez que lo vio, lo que le hizo sentir una mezcla de orgullo y pena—. ¿Por qué me pasó a Doongie?, ¿Qué mierda hago con Doongie?
—Comértelo.
MinHo golpeó a JiSung en el brazo.
—¿Qué hora es? —cuestionó.
JiSung reacomodó la caja para poder ver su reloj. —El examen es en diez minutos, ¿Vamos?
MinHo, colocando sus ojos en blanco, tomó la caja. —Veré si HanSoo me lo cuida por mientras.
El último día de clases. Último día de examen. Último examen.
En el pasillo del llanto, muchos estudiantes repasaban los últimos datos antes de rendir el examen de filosofía. MinHo no tenía mayor problema con ello, pero en toda la semana había dormido en un total de ocho horas a causa del insomnio de JiSung (directa o indirectamente, donde el remordimiento aparecía al no querer dejar solo al chico en medio de la noche). No se quejaba mucho en base a eso, en realidad; separaba el hecho de que el apetito sexual de JiSung estaba por el subsuelo y que el estrés lo hacía vomitar, lucía ser una buena experiencia para también MinHo permitir romperse en su propia decepción y baja autoestima.
(Cuando MinHo se lo comentó a JiSung, bromeando que eran almas gemelas, JiSung le dio un almohadazo en la cara).
—Voy a repetir, voy a repetir, voy a repetir —murmuraba HyunJin con nerviosismo mientras repasaba una vez más sus apuntes—. Voy a repetir, voy a repetir, voy a repetir.
—Si no hubieses pasado tu año comiéndole la boca a una lesbiana, te habrías concentrado mejor —le dijo ChangBin.
HyunJin cerró su cuaderno y lo golpeó con fuerza en la cabeza.
—Hay algo que se llama 'Ley de Atracción' que dice funcionar para estas cosas —comentó Chan, mirando el techo de la escuela completamente cedido y resignado a su rendimiento en los exámenes—. Solo tienes que hacer las afirmaciones en presente perfecto y traer el buen augurio. O poder jugar con un cuarzo.
—¿Cuántos cuarzos tienes tú metido en el culo? —le preguntó SeungMin.
—Cerca de quince. Tampoco creo que lo logre.
—Nadie cree lograrlo.
—¡¿Por qué tu no estás alterado?!, si no tienes un buen puntaje, no podrás ir a tu semana para prepararte para tu examen de ingreso.
—Comienzo el lunes- y con la pesadez de los exámenes créeme que estoy cuestionándome seriamente si quiero o no estudiar en la universidad —admitió.
—¿Tú por qué te ves tan tranquilo? —preguntó YiSu a ChangBin, quien solamente se miraba las uñas mientras que la chica anotaba datos en sus brazos con un lápiz azul.
—Amiga mía, yo ya estoy resignado —contestó el otro—. Incluso hice mi testamento para cuando mi padre me asesine por mis calificaciones.
—Es gracioso porque le creo —apuntó SeungMin.
MinHo no podía evitar sentirse lejano de todo lo que estaba pasando. Se sentía construido en un espacio surreal donde no se adecuaba a su propia existencia- o, tal vez, él simplemente no creyó que ese momento llegaría.
—¡Bien, escuchen! —el director Kwon apareció a mitad del pasillo del llanto, llamando la atención de todos los estudiantes—. ¡Como las veces anteriores, salones están ordenados por el orden de su ID, así que vayan a dónde les corresponde!
Como SeungMin, Felix y JiSung tenían ID consecutivos, el trío se separó primero. MinHo, por su parte, se encaminó junto a Chan y ChangBin hacia los primeros salones, perdiendo a HyunJin por el camino.
MinHo podía notar el obvio nerviosismo, incluso de Chan, quien mordía compulsivamente su labio mientras le entregaba miradas de reojos a ambos. Los sentaron por orden de ID y entregaron los facsímiles, MinHo rellenó sus datos personales correspondientes y, resignado al nombre de su futuro, empezó su examen.
Su mente estaba en automático, como todas las veces que rendía un examen. Sus respuestas eran casi impulsivas, y el ansia de querer escapar de eso le hizo terminar el examen en veintiocho minutos.
¿Qué era lo que podría decir ahora?, ¿Qué podía contar ahora?, su mente estaba atrapada en un torbellino de desinterés y nostalgia exótica que lo mantenía con una extraña sensación en el estómago. Al terminar de marcar las alternativas en la apartada hoja de respuestas, MinHo se dio cuenta que terminó la escuela.
Doce años a la basura.
Tras salir del aula, prefirió perderse un rato en el baño. Terminó de orinar y, tras lavarse la mano y ver su propia cara en el reflejo del espejo, MinHo sacó el folio informativo de las carreras de la Universidad de Seúl.
HanSoo había sido práctica y le había marcado con banderitas aquellas que eran del interés de MinHo, que se centraba en su buena memoria para el área científico como también la música.
¿Podía él verse en la universidad?, era un lugar sumamente complicado de entrar y, cuando estabas, era competitivo. Había compañeros que habían llorado al saber que no tendrían oportunidad en ir, e incluso ChaeWon se había suicidado tras rendir el suneung. MinHo no vivía con esa presión, pero se sentía culpable en ser un maricón sonriente mientras el resto se lanzaba desde la torre más alta como forma de escapatoria.
«No puedo basar mi decisión en las situaciones de los demás», se regañó, aunque pensar en JiSung, y en que toda su preparación no serviría más que en aplazar su ingreso universitario hasta dentro de un año más, dejaba a MinHo con un mal sabor de nota.
«Si que me ama», pensó, porque en su lugar probablemente MinHo se habría odiado con todo su corazón a causa de los celos y la envidia.
No se consideraba lo suficientemente bueno para hacer algo- o lo suficientemente convencido. Tenía una memoria de oro, quería desperdiciarlo en la música, pero sus manos se convirtieron en un gran obstáculo que terminaron por lesionarlo también emocionalmente.
Al salir del baño, notó que ChangBin salió también del aula, viéndolo soltar un suspiro mientras escondía sus manos en la cazadora. Ambos compartieron un extenso contacto visual antes de que ChangBin se acercara a él.
—Terminamos la escuela~ —canturreó el otro sin ánimos.
—Terminamos la escuela —repitió MinHo, con ambos chocando los puños.
Ambos se mantuvieron en silencio por un instante, escuchando la bulla lejana de los otros pasillos al estar presuntamente en receso. ChangBin carraspeó sutilmente y se rascó su frente. —Lily me comentó algo.
—Oh, no...
—Por si no lo sabías..., My Universe tuvo un gran alcance- nuestra interpretación —corroboró ChangBin. MinHo asintió a sus palabras—. Un pequeño bar en Itaewon que es como donde van los k-popers o los punk (ni idea) contactó a Lily y nos ofreció ir a tocar por una suma de dinero que en verdad es una mierda, pero...
«Claro —razonó—. Es la oportunidad de presentarse.»
—¿Cuándo es? —preguntó MinHo.
—Domingo- pero el día después de que Chan y JeongIn se van —dijo—. Es en la noche...
MinHo cerró los ojos y soltó un suspiro.
—¿Sabes que ese sábado SeungMin se iría a la Universidad de Chung-Ang si es que aprueba el examen de ingreso?
—¿Por qué se va el sábado y no el domingo? —cuestionó ChangBin.
—Preparación psicológica- yo qué sé.
—¿Crees que HyunJin y Felix quieran seguir con la banda después de hoy?
La pregunta, tan esporádica como algunas veces lo era ChangBin, atrapó a MinHo con la guardia baja. —Bueno..., ¿Por qué?, ¿No que tú querías matar a la banda?
—Mi papá me hace sentir un inútil cuando prefiero la música antes que meterme a estudiar en algo o irme al ejército —admitió ChangBin, apoyándose en uno de los casilleros—. Y es bastante horrible sentirte un marginado cuando tu interés no es estudiar en un país donde el estudio académico de la educación superior es la prioridad para cualquier persona.
«Coincido...»
—Lamentablemente, soy bueno para la música y malo para la escuela —siguió—. Tuve buenas calificaciones pero ya no recuerdo de lo que aprendí. Y la única cosa que hasta el momento no me hace sentir como un idiota o ignorante es la música. Quiero continuar con la banda.
MinHo, involuntariamente, terminó grabando cada una de las palabras que ChangBin había dicho, adaptándolas a su propia realidad y notando en cuántas cosas en común ambos tenían respecto a sus sentimientos con el mundo.
—Si Felix o HyunJin no se van de acá..., supongo que podríamos seguir —comentó MinHo.
ChangBin sonrió. MinHo sintió que estaba siendo muy romántico en la situación, por lo que volvió a abrir la boca.
—¿Y de dónde mierda sacas esa visión de ver el lado bueno de las cosas?, tú eres un jodido deprimente que vive con una nube en su cabeza —insultó enseguida MinHo—. Incluso Lily se harta de tu pesimismo.
—¿A mí qué me importa lo que opine Lily?
—¿En serio no te importa?
ChangBin se quedó callado, y MinHo lanzó una carcajada. —Oh, cállate. ¿Qué hay de ti?, tú ni siquiera puedes cerrar tus manos, ¿Cuándo me regalarás a Cessi?
—El día que me muera, hijo de perra.
—Vamos- si me das a Cessi, haré mejores canciones.
—Le diré a Chan que las haga.
—¿Recuerdas la canción que hiciste con él?
—Es nuestra obra de arte —se jactó MinHo—. We'll be dancing with the shadows in the night – the stars are jealous knowing that you're by my side.
—Feel the adrenaline, acceleration – in the course, we'll be driving so rough —siguió ChangBin.
—Ride like the motions of the ocean – high tide in the moonlight.
—One way emotion – Satisfaction
—Skrrt – Skrrt
—¿Terminaron de burlarse de mí?
—¡Ah!
Chan no tuvo piedad en golpear a los dos chicos.
Por otra parte, JiSung se perdió en sí mismo.
Forzándose mientras el pánico poco a poco entraba a su sistema, JiSung marcaba en la hoja de respuestas las alternativas que él aseguraba que se encontraban correctas en el folio del último examen de la semana y de su vida escolar.
Era una sobra- una enorme sombra que lo estaba persiguiendo desde su espalda y que ya le había agarrado los talones. Sus ojos poco a poco comenzaron a decaer cuando había marcado la respuesta de la pregunta 56, y con la forma en la que sus hombros poco a poco cedían al cansancio, JiSung creía que no lo lograría a tiempo.
«Vamos, solo un poco más. Un poco más...»
Su mano empezó a temblar, y su corazón se atascó entre sus costillas. Su respiración dejó de ser regular hace tiempo, y la carrera contra el tiempo de la duración del examen más de la energía que le quedaba terminó produciendo que, al marcar la última respuesta 80, soltase estrepitosamente el lápiz.
«He terminado... —pensó, pareciendo una situación completamente increíble para él—. Realmente..., realmente terminé...»
Su semana había sido extensa- extensa e infernal. Con el pánico, la angustia, el terror y el asco de sí mismo atacándolo en cada esquina del pueblo. Su cuerpo se había preparado para correr en cualquier momento que él considerase pertinente, con el fin de huir de aquella sombra que lo había estado perjudicando desde que tenía uso de razón.
El instinto de supervivencia dentro del pueblo solamente le brindó la cruda realidad de que no podría volver ahí- o al menos no a corto plazo. Del lugar que llamó hogar solo le producía ganas de vomitar.
JiSung, manteniendo su existencia por un momento, concentrando su vista en la hoja de respuesta contestada, intentó convencerse a sí mismo que se encontraba bien y que lo único que debía hacer era levantarse y entregar el examen. No obstante, otro lado de él insistía en una nueva corrección, o en solicitar una hoja nueva porque todo lo que había respondido estaba malo.
«Los resultados de los exámenes los entregarán en dos horas a contar del último chico que lo entregue... Eso puede ser en dos horas más o en cinco. No puedo estar estresado durante cinco horas. Debo tener confianza de que lo que hice está bien. ¿Tal vez la pregunta 42 está mal?, ¿O entendí bien la 14?, ¿Habrá alguien que haya contestado diferente la 52?, ¿O qué tal que todos tienen la 72 buena y yo mala porque soy un idiota?»
La idea lo ahogaba. Lo intoxicaba. Su fuerte visión sobre la hoja de respuesta poco a poco empezó a desaparecer cuando su mente se fue a negro, despertando por el propio golpe que su cabeza dio contra la mesa.
Los estudiantes se desconcentraron. El moderador se despertó. Pudo ver a Felix y SeungMin observándolo sobre sus hombros ante la repentina caída, y JiSung pudo recordar que estaba en una sala de clases.
—¿Desea entregar el examen? —propuso el moderador.
JiSung, restregando con fuerza su cabeza por el horrible dolor que tenía en su frente, asintió. Se levantó con el folio y la hoja de respuesta en cada mano y las dejó ordenadamente sobre la mesa, tal como los siete chicos antes que él que habían entregado los exámenes lo habían dejado.
Regresó a su asiento y tomó su mochila. Salió por la puerta sin querer mirar a alguien más dentro del aula y, cuando sintió la puerta cerrarse a su espalda, sintió físicamente cómo la adrenalina se drenaba por su cuerpo- de cabeza a los pies, dejándolo con hombros más ligeros, su cabeza eliminando la presión para presentar un humo de relajación.
Arrastrando los pies aun cuando los siente ligeros, caminó por el pasillo del llanto hasta llegar hacia su propio casillero- supuestamente, en ese periodo de tiempo entre que los maestros daban las calificaciones y los alumnos terminaban, debían de limpiar sus casilleros, pero el cuerpo de JiSung no soportaría más tiempo de pie.
Al llegar a su casillero, apoyó su espalda en ella y se resbaló hasta el suelo, dejando la mochila a un lado para permitirse una vez más que su cabeza se vaya a negro y, así, caer dormido.
A veces le costaba dormir en casa de MinHo. Otras veces él ni siquiera podía levantarse de la cama. Era una situación rara en donde JiSung no sabía en qué posición del planeta se encontraba pero tenía un fin irremediablemente contradictorio: existir sin sensaciones específicas, con la idea de que solamente debía seguir andando.
«Tres meses de terapia se fueron a la basura —pensó con recelo, dejando poco a poco que su consciencia se fuera—. Tres meses a la basura. Estaré destinado a nunca sanar.»
Entre sus brotes mentales, resignaciones, decepciones y odio hacia sí mismo, soñó un entorno confuso entre estar en el garaje de MinHo y su dormitorio en la casa de SunHee, donde la banda parecía gozar del espacio pero su madre aparecía para irrumpir el buen ambiente, ordenándole voluntariamente que termine de encerrarse en el armario.
HyunJin parecería con intenciones de lanzarle la batería, pero ChangBin comentaría que eso es lo que JiSung merece por las malas acciones que había cometido en la vida. JiSung, creyendo que una de las personas cercanas a él podía opinar respecto a eso significaba que no estaba lejos de lo irracional, y que JiSung era una mala persona.
Una sacudida lo despertó. JiSung casi lanzó un grito al ver a Yuna hincada frente a él.
—Lo siento, lo siento... —se apresuró en decir ella—. Es que..., estabas durmiendo.
—Uh- sí... —coincidió, tapándose el rostro con la mano.
JiSung era mala persona. Él llevaba una semana en la escuela y ni siquiera se había enfrentado a Yuna.
MinHo le había dicho que lo hiciera, que él ya había hablado con Yuna y que, de todas formas, JiSung tenía que cerrar su relación con ella- además de pedirle sus cosas de vuelta.
JiSung no quería hacerlo. La evitó a toda costa.
Pero la escuela era pequeña.
—¿Qué haces...? —preguntó JiSung, incorporándose para sentarse en el suelo.
—Oh, el discurso de graduación —dijo, apuntando al cuaderno que tenía en manos—. Voy rescatando ideas de los chicos de la generación que ya terminaron de hacer el examen y..., bueno, eso.
—¿Te fue bien en los exámenes? —preguntó, y ella asintió—. ¿En todos...?
—Sí..., me había preparado —respondió, escondiendo un mechón de cabello negro tras su oreja—. ¿Y a ti?, ¿Cómo lo hiciste?
—La señorita Ji me mandaba material para estudiar —contó, y de repente cayó en cuenta de que Yuna no sabía ni la mitad de las cosas que hizo él durante su estadía en Gimhae—. Eh- mis tías la amenazaron y me dio material.
—¿Cómo lo hiciste con el resto de tus calificaciones? —consultó.
—Me replicaron las calificaciones del segundo trimestre al tercero, y como tampoco eran bajas... —replicó con suavidad, intentando sostener su mirada con la de Yuna—. ¿Cómo estás tú?, ¿Cómo has estado?
Con la omisión del comportamiento de Yuna que mostrara una defensa por las evitaciones de JiSung, él asumió que ella estuvo igual de desesperada en no querer enfrentarlo durante esa semana.
—Bien. Trabajé con el Centro de Estudiantes en algunas cosas y ahora Min KwangSu está organizando la fiesta de mañana —comentó—. Ah- y MinGi hará un after después de ella, para que vayas con los chicos...
—Sí, claro...
Silencio. ¿Qué debía decir JiSung en esa situación, supuestamente?
—Yo..., yo te debo una disculpa —comenzó.
Yuna, sosteniendo en él su mirada por un momento, asintió. —No lo haces, ya lo hiciste-
—No, eso fue un momento dramático. Yo realmente te debo una disculpa por lo que te hice —siguió, tomando el suficiente aire para poder soltar todo en el mismo suspiro—. A la hora de engañarte no te prioricé, y eso estuvo incorrecto. Eras parte de la relación inicial, tú tuviste que ser mi prioridad-
—Y no lo fui porque lo querías más a él —interrumpió. JiSung la conocía, y podía notar los esfuerzos de querer mantener la tranquilidad aún cuando su entonación presentaba remordimiento—. Está bien, lo entiendo.
—No debí engañarte —repitió, moviendo sus manos para hacer énfasis—. Perdóname.
El silencio de ella fue tortuoso, en especial porque con sus grandes ojos cafés miraban a los de JiSung, siendo un canal mucho más viable para poder expresar con veracidad cómo eran sus sentimientos en ese instante.
—Yo nunca tuve que preferir a otro chico antes que a ti —dijo ella con voz quedada, mostrando sus ojos aguarse—. Fui hipócrita y egoísta. Yo siempre te quise a ti...
—Lo sé...
—Y- tú no estando acá..., estos últimos tres meses me hizo notar que fue mi karma —continuó—. Por un momento creí que estuviste vengándote de mí ya que- já, fue el mismo chico. Pero después- después de ver a MinHo, verlo afectado, y después pidiéndome disculpas por lo que pasó, realmente noté que te había perdido. Nunca quise hacerle frente a la realidad, aún cuando tú estabas acá.
»Yo lo sabía, lo supe cuando te escapaste con ChaeWon al cerro porque necesitabas huir de todo esto- necesitabas huir de mí. Y de repente, te veo viendo a MinHo... ¿Cómo pude reprimirte de tantas cosas?, ¿Por qué nunca me dijiste que te hacía sufrir?
—Porque no lo hacías —explicó JiSung, fácilmente contagiado por la emotividad de la chica—. Esos últimos meses no fuiste tú quien me trato mal-
—¡Estabas conmigo porque te aterraba tu mamá!, ¡Tú me veías y pensabas en cómo ella te haría daño si es que no estabas conmigo!
—Era más que eso, Yuna, mucho más —con desespero, él pasó una mano por su propia cara—. Te veía y pensaba en lo que merecías, y cómo lo que yo te hacía era algo que claramente no te merecías. Somos jóvenes y era normal no estar enfrascada en una relación, gustándote más personas porque..., mierda, eso pasa en una relación normal, ¿No?, una relación de personas inmaduras.
—Pero esto no tenía que terminar así..., no era como debía ser. Tuvimos que haber... Debimos...
—Sí, pero ya no resultó —concluyó JiSung, alzando su mano para alcanzar la de Yuna que reposaba sobre el cuaderno—. Eres alguien fantástica, solamente que no eras para mí.
—Yo te amaba, JiSung.
—Y si pudiste amar tanto al chico equivocado, imagina cómo lo harás con el chico correcto.
Yuna, manteniendo su boca cerrada mientras sostenía su mirada en JiSung, terminó levantarse y dar un paso hacia atrás.
—Tengo tus cosas de tu casillero —dijo, dándose media vuelta—. Enseguida te las paso. Yo te busco.
JiSung no pudo encontrar lógica a la ruptura de ambos; los dos estaban en su derecho de no ceder el perdón al otro por el daño que se habían hecho.
Tal vez era más favorable dejar las cosas como estaban.
Felix, apareciendo por la puerta del salón, salió cuan verde como manzana, manifestando su catastrófico rendimiento en el examen.
—No creo que me den la nacionalidad después de esto —comentó Felix, tendiéndole una mano a JiSung para que se levantase—. No soy tan coreano para quedarme.
JiSung solo pudo reír, y ambos se encaminaron hacia la cafetería.
Incluyéndose en el lugar donde Lily y JeongIn se encontraban sentados, terminaron esperando a que el resto del grupo se les uniese. Lily le informó a HyunJin y Felix respecto a la nueva propuesta para tocar en un bar, mientras que ChangBin seguía discutiendo porque MinHo no quería darle su guitarra y MinHo defendiéndose que no lo haría ni después de muerto.
—Cuando seas viejo y tengas demencia, iré a tu casa a robártela —continuó ChangBin—. Es una belleza.
—No, porque de viejo me casaré con JiSung y él tendrá la custodia de mis cosas —respondió MinHo, con JiSung sacándole la lengua burlescamente—. Supéralo.
—El matrimonio igualitario no es legal —comentó Lily, bebiendo de una caja de jugo.
—En un futuro lo será.
—No lo será —continuó JeongIn—, la tradicionalidad de nuestro país es demasiado grande y cerrada como para beneficiar a un grupo minoritario.
—No sé qué tanta minoría es —opinó SeungMin—. De nosotros diez, seis son heteros.
—En un mundo paralelo todos somos gay —dijo YiSu.
—O ficticios —siguió Chan.
—En otra línea dimensional, JeongIn y Felix se casaron —comenzó HyunJin—, tuvieron a SeungMin y a JiSung. JiSung se casó conmigo, tuvimos tres preciosos hijos: el mayor desapareció en extrañas circunstancias, el del medio quiere ser rapero y el menor tiene cinco años.
—¿Y qué hay de MinHo? —preguntó, aguantando la risa.
—Yo me casé con SeungMin y lo engaño con JiSung —concluyó MinHo.
—No nos hemos divorciado por asuntos financieros —agregó SeungMin, antes de que la mesa estallase en carcajadas.
En eso, dejando a todos en un extraño silencio, Yuna apareció para dejar una vieja caja de hojas sobre la mesa- específicamente junto a JiSung.
—Ahí están tus cosas —indicó ella—. Avísame si falta algo.
Incómodamente, JiSung carraspeó y asintió antes de que la chica se largara.
—Eso fue divertido —comentó HyunJin, mientras que Felix tomaba la caja para hurgar en ella.
—¿Puedo tomar tu material de estudio? —preguntó Lily—. Lo necesitaré para el otro año.
—Claro —accedió JiSung, antes de girarse para ver a MinHo—. Al final hablamos.
—Puedes avisarle a tu terapeuta que ya soltaste a tu horrible exnovia —jugó el chico—. Ahora solo puedes fijarte en mí, querubín.
—Son asquerosos —insultó ChangBin.
—Puedes unirte si te sientes solo —propuso MinHo.
—Sí- ya sabes, si no ha funcionado con ninguna chica, ¿Por qué no pruebas con un chico? —siguió el juego JiSung—. Podemos hacerte un espacio en nuestra relación Sodoma y Gomorra.
—Necesito un nuevo juguete sexual ya que JiSung no quiere coitear conmigo.
—MinHo, eres el único virgen del grupo. Tienes prohibido hablar de sexo —acusó SeungMin.
El rostro de MinHo decayó, mirando a cada uno de sus amigos hasta caer en cuenta de que- efectivamente, terminó la escuela siendo virgen.
—¿Incluso tú? —le preguntó a Lily.
—Yo no mencionaré mi vida sexual con ustedes —contestó ella—. Eso es faltarme el respeto.
Chan y JeongIn terminaron atragantándose de la risa mientras que ChangBin le propinaba un no-sutil patadas en las pantorrillas a la pareja.
—Ah- y adivina qué —agregó JiSung, calmando un poco la risa mientras miraba a MinHo.
—¿Qué?
—Yuna está haciendo el discurso que dará mañana. Busca sacar opiniones de todos los chicos de la generación para decir algo lindo de este lugar.
—¿Algo lindo de este lugar? —habló HyunJin, haciendo una mueca—. Este lugar fue horrible. Lo único que agradeceré de la escuela fueron los últimos dos meses donde no nos tiraron agua ni nos atacaron.
—Yo tampoco agradeceré algo —opinó Felix, abrazando a SeungMin por los hombros—. Es difícil no estar solo aquí.
—¿Se acuerdan de esa vez en la que me crucificaron para una clase de educación física solo porque me vieron salir de la iglesia? —recordó SeungMin, ofendido—. ¡¿Con qué fin?!
—¿Por qué no me acuerdo de eso? —preguntó JiSung.
—¿Recuerdas, aunque sea, algo de tu vida escolar, sin contar las clases?
JiSung frunció el ceño un poco, y negó.
—Me lo esperaba —concluyó SeungMin.
—El año pasado me bajaron los pantalones cuando aparecí en la 'Lista Negra' de los de tercero —murmuró MinHo por debajo—. Nunca me sentí humillado.
—Es una forma de actuar demasiado infantil —opinó YiSu—. ¿Cuál es el fin de bajar los pantalones a alguien?
—Creo que no hay que ser pesimistas con el recuerdo de la escuela —intervino Chan, al notar el cambio de energía en el grupo—. Existe buenos recuerdos- buenos momentos que se tuvo en grupo, ¿O no?, ¿Qué hay del campamento?
—Me saqué la mierda —dijo HyunJin.
—Yo igual —apuntó Felix.
—Me humillaron públicamente —recordó MinHo.
—¿La actividad de la ONU?
—Me enrolle con la exnovia de San —farfulló ChangBin.
—Perdimos porque revivimos la Unión Soviética —comentó SeungMin con orgullo.
—¿Y la obra de teatro?
—Ni siquiera pude estar presente —susurró JiSung con pena.
—Vale- si tuvieran que dar un discurso de sus años escolares, ¿Qué dirían? —preguntó.
El grupo se mantuvo en silencio un momento, pensando en algo que pudiese ser rescatable de esa situación.
Como era de esperarse, MinHo fue el que habló.
—Bueno, yo diría algo como: "odié cada jodido segundo de mi vida todas las veces que toqué la escuela. Realmente no extrañaré a nadie porque todos fueron como la mierda conmigo. No les echaré de menos. No me interesa no volver a verlos. Me importa una mierda romper con mi rutina solo para no estar interesado en ustedes. Y si tuviese que rescatar algo bueno de esto es que me acosaron lo suficiente como para generar carácter y decir: ¡todos váyanse a la puta mierda!, hombres y mujeres pueden chuparme el pene porque mi casillero sigue teniendo la palabra 'maricón' en grande."
—Eso es lindo —comentó SeungMin—. Me gusta.
—A mi igual —opinó HyunJin—. Tiene personalidad. Lástima que nadie lo escribió.
—¡Yo lo escribí! —indicó Lily, mostrando su gran libreta.
Para cuando JeongIn y Lily regresaron a sus clases, el resto del grupo pasó el rato en el mismo lugar, charlando y comiendo a la espera de que los resultados de los exámenes salieran.
Después de hora y media, fue notorio cuando estos fueron revelados por la diversa cantidad de chicos que salieron corriendo hacia el pasillo del llanto.
—Les juro que los besaré a cada uno si es que apruebo —dijo HyunJin.
—Hay que ver el vaso medio lleno —alentó Chan, abrazando a HyunJin por los hombros mientras el grupo caminaba hacia el tablero de calificaciones—. Nos hiciste hacer un ritual- asumo que eso tuvo que funcionar, ¿No?
—Tu optimismo me enferma —comentó ChangBin al otro lado de él—. Por favor, mátate.
—No~, sino, ¿Quién les recordará que deben sonreír?
—Yo no quiero sonreír —se quejó HyunJin, apoyándose dramáticamente en Chan—. Yo quiero estar triste, sufrir y llorar el resto de mi vida... ¡¿Cómo que aprobé?!, ¡Estoy en el lugar 115!
El gran grupo de la generación se había acumulado frente al tablero de calificaciones, que ordenados por los ID junto a un pequeño número al lado que indicaba en qué lugar del ranking escolar se encontraban, y separados por una hoja correspondiendo el salón donde rindieron el examen , fue fácil poder encontrarse y presentar reacciones: algunos gritaron de júbilo, otros se callaron con tristeza, pero genéricamente se escuchó un suspiro de alivio por haber superado la escuela.
—¡Mira, mira, mira!, ¡Lugar 49! —con orgullo, YiSu palmeó el brazo de SeungMin mientras apuntaba hacia sus calificaciones—. ¡Aprobé!, ¡Tengo las calificaciones para entrar a la universidad técnica!, ¿Con las tuyas puedes alcanzar a una beca?, estás en el lugar 13, ¿Puedes tener una beca?, ¿Tendrás una beca?
—Ni idea- tendré que hablarlo con Servicios Académicos —contestó SeungMin, aunque su rostro mostraba alivio—. Creo que dormiré por cinco años y-
HyunJin, de repente, tomó la cabeza de SeungMin y le dio un beso en la frente, antes de ganarse junto a YiSu y darle uno en la mejilla. Le dio un beso en la nariz a Chan y en el pelo a ChangBin (por lo bajo que era, se excusó). No tuvo miedo en poder darle dos besos en cada mejilla a Felix y, cuando dio sus largos saltos hacia MinHo y JiSung, se detuvo por completo.
—¿A ustedes qué? —preguntó HyunJin, viendo a la pareja quedar completamente perpleja ante las hojas.
—Bueno... —MinHo ni siquiera tenía palabras—. Primer lugar...
—Segundo... —suspiró JiSung, completamente impresionado—. Creo..., creo que hubo un error de conteos..., sí, hubo un error de conteos. Creo que iré donde el directo para decirle y-
Antes de que JiSung pudiese alejarse, MinHo lo tomó del brazo, lo regresó y apretó su brazo en los hombros del chico antes de apuntar a la hoja. —Mira, te superé en ciencias generales.
—Y yo en literatura, idiota.
HyunJin se abalanzó de nuevo sobre la pareja para besarles sus caras, antes de toparse con Yeji.
—¡114! —gritó ella.
—¡115! —gritó HyunJin.
—¿Yo también tengo que decir mi lugar? —preguntó MinGi, quien se encontraba junto a Yeji.
HyunJin le dio un fuerte beso a su hermana antes de darle un beso a MinGi, pero el otro chico también quiso jugar y le dio un beso en el mentón a HyunJin, comenzando así una extraña guerra de besos en donde Yeji pedía que se detuvieran.
—Sé que he tenido que acercarme a ustedes tres veces este día, pero tengo que decirle a MinHo algo...
MinHo y JiSung, ambos dándose vuelta para ver a Yuna con una mueca, se separaron al instante.
Esa parecía ser la primera instancia que Yuna los vería juntos, lo cual era, por alguna razón, incómodo.
—MinHo —llamó ella—. ¿Me acompañas?
Aunque MinHo no quisiera hacerlo, accedió en apartarse un par de metros del ruidoso grupo hasta llegar frente a lo que era el Salón Avanzado, junto con la profesora Ji mirando al chico con orgullo.
—Lee MinHo... —comentó la mujer—. ¿Sabes lo orgullosa que me siento por este gran logro?
—¿Cuál? —él estaba perdido—. ¿Estar en primer lugar?
—Exacto —asintió—. Es fantástico que un chico como tú haya alcanzado y sobrepasado a sus compañeros de generación. ¿Sabes las oportunidades que los resultados de los exámenes nacionales pueden darte?
Entonces, MinHo lo pensó por un momento. La maestra titular del salón avanzado lo estaba felicitando por ser el primer lugar en la generación de esa escuela a causa de los resultados de los exámenes nacionales. Eso habría sido halagador si no fuera por el hecho de que MinHo nunca estuvo interesado en ello.
«Espera... —cayendo en cuenta, MinHo volvió a mirar al grupo de estudiantes frente al tablero—. Superé a los ñoños del salón avanzado.»
Aquello no le hacía sentir bien.
—Normalmente los primeros puestos los usan mis chicos —dijo la maestra—. Pero esto parece ser un gran giro de trama- que tú lo hayas logrado.
—Tengo memoria fotográfica —recordó MinHo.
—Te quieren proponer la idea de que tú des el discurso de graduación mañana —intervino Yuna. MinHo pudo notar cuán molesta se encontraba ella—. Eres un estudiante ordinario con excelentes calificaciones. La esperanza de esta escuela con tener chicos increíbles.
—Ah —captando el punto que ambas mujeres estaban emitiendo, MinHo asintió—. Bueno- no quiero.
—Solamente es un discurso inspiracional —explicó la profesora Ji—. No es el hecho de que alguien llenara un primer lugar, sino que tú llenaste el primer lugar. Tuviste resultados increíbles en el suneung, tienes un futuro tan brillante en cualquier cosa que desees hacer..., MinHo, inspiras.
—Yo no inspiro-
—No seas modesto y goza de esa habilidad que tienes —alentó—. Te irás a estudiar y regresarás con éxito. Serás la esperanza de los chicos de pueblo.
—Sí, pero yo no estudio —volvió a explicarse MinHo, sintiéndose grotescamente incomprendido—. Yo no me esfuerzo. He estado ayudando a..., a alguien a estudiar estos días y por eso he tenido buenos resultados, pero esto no lo hago porque me esfuerzo- a mi realmente no me interesa.
—Es que todavía estás joven... —calmó la profesora Ji—. Pronto lo entenderás- cuando estés en una buena posición de trabajo. La señorita Shin ya hizo el discurso, tú solamente tienes que leerlo y mostrar tu mejor cara al mundo.
Aquello hizo sentir a MinHo enfermo. Ver el rostro de decepción de Yuna al notar que su esfuerzo fue en vano le partió el corazón, como también la viva imagen de ChaeWon en su mente.
MinHo se sentía hipócrita.
El mal sabor de boca intentó disuadirlo el resto de la tarde. La banda ensayó directamente después de que salieron los resultados para aprovechar las energías, pero fue cerca de las seis de la tarde que uno a uno cayó por el sueño.
MinHo y JiSung casi lo hicieron, en realidad, pero cuando MinHo les comentó a sus padres sus resultados y posiciones en el ranking escolar, ellos pidieron comida y celebraron la posición de los chicos, haciendo a MinHo sentirse aún más mal.
—¿Crees que debo tomar una decisión ahora?
JiSung, quien estaba recostado en su propio colchón jugando con Doongie, miró a MinHo. —¿Eh?, ¿Con qué?
—Qué hacer con mi vida.
—Depende, ¿Quieres hacerlo?
—Eres igual de condescendiente que HanSoo... —gruñó, dejando los folios universitarios en su cama.
JiSung dejó el pedazo de hilo encerado con el cual jugaba con Doongie para sentarse en el colchón y apoyar su cara en el colchón de MinHo. —Si fueras alguien normal, te diría que tomes la decisión ahora porque se te acaba el tiempo. Pero como eres un jodido genio..., creo que no puedo decirte eso.
—¿Te gustaría que hiciera algo?
—La verdad es que sí. No quiero que te vayas al Servicio Militar tan pronto- no estoy preparado psicológicamente para no verte por dos años.
—No estás preparado psicológicamente para nada —bromeó. JiSung le piñizcó la pantorrilla—. Auch.
—Idiota.
—No puedo estudiar música porque tengo mis manos malas.
—Es verdad, no puedes hacerlo —coincidió JiSung—. Pero, ¿Tú querías estudiar música?
—No lo sé, pero era lindo saber que tenía la oportunidad —admitió, recostándose sobre su hombro—. Salieron los resultados de los exámenes. Estamos en los jodidos primeros lugares. Con esto, podremos entrar a buenas universidades y estudiar cualquier carrera basura...
JiSung, sin saber qué decir en ese instante, estiró de nuevo su mano para esta vez acariciar con afecto la pierna de MinHo, esperando pacientemente a que volviera a hablar.
De repente, MinHo empezó a llorar.
—Oh, dios santo —exclamó él, limpiando rápidamente sus lágrimas—. Esto no debería pasar.
—Está bien, está bien... —sentándose más cerca de MinHo, JiSung acarició el cabello del chico—. No tienes por qué estar asustado.
—No estoy asustado —negó, secando sus mejillas con su dorso.
—Estás frustrado porque se te cerró una oportunidad —explicó JiSung, y MinHo solamente sorbió sus mocos—. Vamos, te conozco. No quieres estudiar. Eres terco. Si hubieses querido estudiar algo científico o ir a la NASA, ya lo habrías hecho, pero no quieres hacerlo.
—P-pero eso está mal... —dijo, intentando ahogar un sollozo—. Esto es ridículo..., la profesora Ji pasó por alto todos sus estudiantes para fijarse en mí, diciendo que soy un orgullo cuando no hice nada, ChaeWon se suicidó después del suneung- los chicos del salón avanzado lloran porque no saben su futuro universitario- Yuna está enojada porque el discurso que tenía que dar ella para la graduación lo daré yo- dios, tú estás sufriendo porque no sabes qué pasara- y luego estoy yo, quien fácilmente puede cumplir todas las metas que ustedes desean..., soy un asco de persona.
—Tú tienes una herramienta más pura que el resto de nosotros —JiSung siguió acariciando el cabello de MinHo mientras hablaba con suavidad—. Nosotros nos forzamos a llegarte a los talones..., pero tú, MinHo, tienes un cerebro increíble, con una fantástica capacidad de retención que muchos envidian.
—Y la gasto en la música.
—Porque es lo que te gusta..., tú amas demasiado a la música. Le prestas atención y la estudias porque la amas. No sientas remordimiento porque uses tu cabeza en ello.
—Siento que soy una decepción- la única cosa buena que pude hacer fue estudiar música profesional pero ahora yo..., yo ni siquiera puedo cerrar las manos —imitó el movimiento, mostrando cómo sus manos temblaban al forzar la formación de un puño—. Esto es asqueroso.
JiSung escondió su rostro en el cabello de MinHo y lentamente lo acarició con su nariz, mientras que MinHo simplemente lo rodeaba con sus brazos.
—Me siento un idiota —murmuró MinHo—. ¿Te conté que hace unas semanas estuve llorando y abracé a mi mamá?, ¿En qué clase de bestia me convertí?, ahora estoy sintiendo pena por Yuna...
MinHo sintió la sacudida de la risa de JiSung sobre él, antes de sentir cómo sus manos le tomaban por la mejilla para poder verse a la cara.
—Tú sabes lo que harás. La vida no se acaba cuando te gradúas —continuó JiSung—. Tú mismo me lo dijiste: hay tiempo después; sabrás lo que harás, y atacaré a todo aquel que te haga vacilar de tu decisión o te haga sentir inseguro de ti mismo. Tú no perteneces a la élite, MinHo, tú eres la buena estrella.
Apreciaba la forma en la que JiSung intentaba subirle el ánimo. El chico tenía no solo su autoestima sino su salud mental en el suelo, pero aun así podía mirar a MinHo a los ojos y presentar un voto de confianza en él.
Sin embargo, antes de que MinHo quisiera llorar aún más, una risa se atragantó en su garganta, haciendo que emitiera un ruido extraño.
—¿Estás bien?
—Tú nariz está sangrando —apuntó MinHo.
—Mierda-
Después de eso, MinHo no pudo estar más tranquilo, pero al menos deseó haber dormido más tiempo para no enfrentarse al día siguiente.
—Hoy mi cabello no colabora —comentó JiSung mientras se veía en el espejo, con MinHo cepillándose los dientes a su lado.
—Está lindo —dijo MinHo en tono burlesco, escupiendo su pasta de dientes—. Está esponjoso.
—Cállate- ¡Tía! —llamó JiSung, saliendo rápidamente del baño—. ¡Necesito ayuda!
Tras no poseer uniformes la escuela, todos los estudiantes de tercer año se presentaron ese sábado al mediodía con una camisa blanca y un pantalón o falda de color negra para entregar formalidad. Cuando MinHo y JiSung ingresaron al patio, junto con los fuertes vientos del frío invernal, rieron a carcajadas al ver un escenario lleno de estudiantes que lucían como pingüinos, monjas o camareros.
Sus amigos se encontraban en un rincón, juzgando con la mirada a todo aquel que parecía conmovido o melancólico en la previa de la ceremonia. Un grupo ruidoso proclamaba amor eterno a su amistad mientras que un trío de chicas hacía planes a futuro como si su propio destino no acabaría tras la entrega de diplomas.
—¿Supieron que nosotros también recibiremos un premio por reconocimiento de la escuela? —le comentó SeungMin a la pareja una vez que llegaron.
—¿En serio? —MinHo puso sus ojos en blanco—. ¿Por qué?, ¿Cuál fue nuestro error?
—Actividad de la ONU —contestó ChangBin, sonriendo con orgullo—. Nos premiarán por revivir la Unión Soviética.
—No sé si sea bueno en este tiempo... —murmuró Chan.
—¿Saben que es lo peor de todo? —abrazándose a sí mismo, HyunJin se acercó con YiSu—. Tendremos que cagarnos de frío solo para premiar a los ridículos lerdos de la escuela- ¿Por qué van a premiar el equipo de baloncesto si perdieron todos los torneos en los que se metieron?
—Yo me merezco un premio —dijo YiSu—. Hice ciento treinta vestidos y trajes de gala en menos de un año.
—Trabajaste tan duro y no nos pudiste hacer el vestuario para la presentación de esta noche —burló MinHo mientras le palmeaba sarcásticamente la cabeza—. No eres tan buena, reina.
Ella no tuvo piedad en golpearle el abdomen.
Antes de que la ceremonia de graduación empezara, Yuna le indicó a MinHo el momento en que él tendría que subir para dar el discurso. MinHo lo había leído la tarde anterior, y no creía que podría sobrevivir ante tal cosa vergonzosa como lo era mentir descaradamente ante tantas personas.
La graduación empezó con un largo discurso que el director Kwon repetía todos los años, comentando el orgullo de entregar un nuevo grupo de chicos a la cruel realidad con una sonrisa que intentase opacar el sufrimiento que llevaban en sus corazones. Abaló a los padres por la buena crianza en ellos (como si no hubiesen sido totalmente desinteresados) y enumeró públicamente las posiciones de los estudiantes que quedaron en el ranking escolar tras los Exámenes Nacionales.
Entonces, vino la tragedia.
Dos maestros comenzaron a llamar por grupo a los clubes de la escuela que habían ganado algo- al club de baile por ganar competencias, al club de coro por sus presentaciones, al club de ajedrez por sus torneos- incluso los equipos deportivos llevaron un par de ganancias con sus propias rondas, tanto que MinHo se preguntó si era necesario que para el equipo de béisbol, baloncesto y fútbol debían de recibir medallas por meramente existir.
Luego, premiaron a los que participaron en actividades extracurriculares. MinHo había subido al escenario antes, pero nunca había sentido tanta vergüenza ajena de sí mismo cuando lo llamaron a él, JiSung, SeungMin, ChangBin y Chan para recibir diplomas de participación por haber ganado el debate de la actividad de la ONU el año anterior.
—Abajo el capitalismo —aprovechó a gritar ChangBin en el micrófono antes de que bajara.
Entonces, llegó el momento.
El jodido discurso.
—Ahora, representando a los estudiantes de tercer año, primer lugar de la escuela y alguien buscado por las universidades más codiciadas de Corea gracias a su puntaje por el suneung...
«Esto me pasó por burlarme ayer de él —se dijo mentalmente, cuando el director Kwon llamaba a MinHo para que subiera al escenario. La hoja del discurso estaba tan arrugada que era ilegible—. Mierda. Esto es totalmente penoso.»
Podía ver a sus padres en el gran tumulto de familias, como también a JeongIn y a Lily. La madre Kim, mamá Ann y abuela Yang, el señor Seo y los padres Hwang. Todo lucía realmente irreal.
Al ganarse frente al micrófono, MinHo repasó una vez más su vista en los estudiantes- sus compañeros de generación a los cuales conocía desde su infancia. Había vivido toda su vida con ellos y no le tenía ningún aprecio real hacia ellos- ni siquiera abalando al tiempo que los conocía.
Sin embargo, sentía pena. De sí y de ellos. MinHo pasó toda su infancia en un salón especial donde lo marginaron para que después, al llegar a sus últimos años escolares, lo buscara el salón avanzado con la excusa de que era mejor que el resto.
«No soy mejor que ellos.»
—No soy mejor que ustedes —comenzó, y pudo ver a Yuna cerrar con frustración sus ojos. MinHo, pensando que cualquier maestro interferiría ante eso, abrió el papel donde el discurso estaba para simular que lo leía—. No soy mejor que ustedes. Tengo memoria eidética, por eso saco buenas calificaciones- sería como "hacer trampa", ¿No? —silencio—. Público difícil, ¿Eh?, como sea- yo no estudio. Yo no estudio. No me interesa estudiar después de esto. No me interesa la universidad. Soy bueno en cosas lógicas, pero si me piden analizar alguna mierda, fallaré horriblemente porque mi cabeza no está diseñada para eso. No soy mejor. Yo no reflexiono. No pienso. No medito. Yo, como lo pueden ver en mis calificaciones, repito lo que escucho. En un examen de alternativas, tienes el 25% o el 20% de probabilidades de acertar como no.
Vio el rostro de consternación que la profesora Ji puso, haciendo que toda la ira que MinHo tenía se canalizara en ella. ¿Por qué esa mujer tenía el descaro de hacer eso?
—Una chica se suicidó por no llegar a donde estoy yo —comentó, y escuchó a parte del público jadear—. Ella debería estar graduándose. Y la presidenta del Centro de Estudiantes debería de estar dando el discurso. Paren de joderme a mí que lo único que puedo expresar ahora es asco por cada una de las personas que nos hizo creer que yo soy mejor solo por estar en primer lugar en unos jodidos exámenes de alternativa.
El director Kwon se acercó a MinHo, por lo que el chico agregó rápidamente.
—Y disuelvan el salón avanzado. Enséñenos materias por igual, por amor de dios. Sacaron a un chico un mes antes del suneung solo porque estaba enseñándole a más personas cosas que era responsabilidad de la escuela enseñar, no sean imbé-
—Basta ya —atajó el director Kwon, antes de colocarse frente al micrófono mientras limpiaba sus sudorosas manos en el pecho. Sus ojos siguieron a MinHo bajando del escenario mientras levantaba los dedos del medio de ambas manos contra el público—. Disculpen por el percance...
Sin embargo, no pareció ser catastrófico. MinHo no se esperó que su propio grupo comenzase a gritar su nombre mientras que los estudiantes aplaudían alegóricamente. Más adelante JiSung le explicaría que eso era solo reflejo de un acto de rebeldía en un momento importante y que los estudiantes se sentían bien consigo mismos apoyando causas anti sistémicas, aunque en ese instante JiSung era el que gritaba más fuerte.
MinHo pudo sentir eso como un acto superficial, pero también se sintió un poco mejor consigo mismo.
El director Kwon intentó calmar el tumulto, pareciendo conectar sus propias neuronas viejas para invitar a Shin Yuna para dar el discurso generacional quien, al tener el papel MinHo, ella solamente pudo improvisar.
Las palabras de la chica, quien nerviosa y atrofiada por lo esporádico, no cayeron más que en la redundancia y el cliché que MinHo esperaba. Habló sobre el espíritu escolar y las buenas memorias creadas durante los eternos doce años de vida, y de cómo los amigos hechos en la escuela estarán en los recuerdos el resto de su vida.
Sin embargo, ella también aludió a MinHo, lo que le hizo sentir un pooooooco (no tanto) orgulloso.
Después de una ovación de aplausos por la ceremonia, los estudiantes entraron a la escuela para poder recibir sus diplomas por parte de sus maestros titulares.
—Eres un desastre —sin pudor, JiSung enganchó su brazo con el brazo de MinHo. Él no pudo evitar sonreír—. ¿Por qué eres así, MinHo?
—Porque yo no pertenezco a la élite, querubín.
MinHo sintió otro golpe en la espalda, y uno en la cabeza. No pudo evitar reír con fuerza cuando sus amigos empezaron a rodearlo mientras hablaban a la vez sobre sus opiniones respecto a lo que había dicho.
El pasillo del llanto se empezó a vaciar de a poco, entrando cada uno a sus salones.
Fue un momento extenso- un largo período donde se nombraban con nombre y apellido según el orden de la lista para entregar aquel pequeño e inservible cartón. MinHo creía que moriría de aburrimiento en la mera espera.
Al recibir el suyo, quiso romperlo al instante.
Al terminar con la entrega por salón, el pasillo del llanto se vació rápidamente. La mayoría de los estudiantes querían ir con sus propias familias, sacarse fotografías, celebrar o hacer alguna ridiculez que fuera de adolescente- cosa que la banda no se fio exenta.
—Vamos, vamos... —ganándose al otro lado de los casilleros, YiSu enfocó con la cámara de su celular al grupo que intentaba posar alrededor del casillero de Felix—. Antes de que nos echen de acá.
En el que fue el casillero de Felix, escrito con plumón permanente rojo: "me gusta chupar anos de hombres", el grupo rodeó la puerta con poses exageradamente ridículas, antes de ir hacia aquellos que tenían los mejores insultos puestos.
Sin embargo, antes de abandonar el pasillo, JiSung divisó una puerta abierta.
—No creo que alguien haya venido a reclamar sus cosas —comentó MinHo, dejando al grupo adelantar para que fuera al patio.
JiSung mantuvo sus ojos en el casillero de ChaeWon, el cual había sido abierto a la fuerza para poder rescatar un par de sus cosas que no fueron solicitadas el día que ella se fue. MinHo podía ver que JiSung luchaba consigo mismo para presentar algún tipo de reacción.
Abrió por completo la puerta y se hincó frente a ella. Hizo un amago con su mano para que MinHo se acercara.
Hincándose junto a él, MinHo vio hacia donde JiSung observaba: en el rincón, abandonada, junto a una tira para el cabello y un nido de arañas, una pulsera gris estaba camuflada en el lugar.
Sin saber qué decir, MinHo vio a JiSung colocarse la pulsera que una vez le hizo a ChaeWon.
—Traidora... —lo escuchó murmurar—. Ni siquiera la usó...
—¿Cuándo se la diste?
—Cuando nos fugamos al cerro —contó, antes de fruncir el ceño—. ¿Por qué me detuviste en ir?, me acuerdo de que estuve veinte minutos hablando con un árbol.
—Porque te veías como una cosita linda intentando pasar como un chico lúcido —comentó MinHo.
—Por lo que dijiste en el discurso- gracias. No sé por qué me alivió oír decir eso de ti.
MinHo le miró curioso. —¿Por qué?
—No sé... —se encogió de hombros, avergonzado—. Como tú eres tan inteligente..., te tengo respeto. Que dijeras algo así me hizo pensar que tal vez mi cabeza no está tan equivocada en esta situación.
Ningún estudiante en su último año regresaría al pasillo del llanto, por lo que tomó la cabeza de JiSung y acarició su pelo. —Créeme que tienes mucha más razón de lo que crees.
JiSung correspondió su sonrisa, dándole un corto beso en los labios antes de que ambos se levantaran para ir con el resto del grupo.
Después de la ceremonia, para su sorpresa, el grupo se sacó fotografías en memoria de la situación. MinHo pudo divisar cómo JiSung era robado por San, YeoSang y MinGi sin mostrar alguna molestia y disfrutar de sus amigos de la escuela media, mientras que MinHo compartía fotografías con JeongIn y Chan frente a la madre y abuela de ellos.
Pero de repente, Lia también quería una fotografía de recuerdo. MinHo no creía que su relación fuera tan íntima como para considerarla permanente dentro de su vida después de ese momento, pero se permitió dejar la amargura de lado y permitir esa foto de ella sobre su espalda mientras la madre de la chica burlaba tras la cámara.
¿Qué era de especial ese momento?, podía divisar una escena de cómo SeungMin atrapaba a YiSu con la guardia baja para entregarle un beso a mitad de una fotografía frente a sus madres. Pudo ver también a HyunJin y Yeji tomarse de las manos frente al escenario y posar de la misma forma que lo hicieron en sus fotografías de infancia ante la escuela, donde mostraba su crecimiento de hermanos. Chan se mostraba ligeramente emocional, por lo que no soltaba a JeongIn en ninguna de las cosas que él hacía.
—¿No quieres una fotografía también? —SooYoung preguntó cuando MinHo se acercó a ellos, mientras MyungDae preparaba la cámara para sacarse una selfie con ellos tres. JiSung había visto a sus tías en la multitud y se acercó a ellas.
—Nah —negó MinHo con desinterés, posando en la foto de su padre—. Ya me las enviarán.
De nuevo, en la distancia, podía ver a JiSung limpiarse con el dorso de su manga mientras cargaba a KyuBok y hablaba con sus tías, notoriamente sorprendido por la llegada de ellas.
—¿Vamos a saludar? —propuso MyungDae, con SooYoung asintiendo enseguida.
—¿Qué?, no-
Pero antes de que pudiera seguir negando, su madre lo tomó de la mano y lo empujó con fuerza hacia ellas, con MyungDae llamando la atención con un fuerte saludo que hizo que ambas mujeres se asustaran.
«Dios- esto es vergonzoso.»
—No nos hemos presentado —dijo MyungDae, inclinándose ante ellas junto a SooYoung—. Soy Lee MyungDae y ella es Lee SooYoung. Somos los padres de MinHo.
—Ah- un placer —se inclinaron HeaJung y KiungMi a la vez. MinHo pudo ver el rostro de pánico y vergüenza en JiSung—. HeaJung y KiungMi. Tías de JiSung. ¿Él no los ha molestado mucho esta semana?
—Oh, no, no, no. Es un chico tranquilo —negó SooYoung rápidamente—. Le gustaba ayudarme a plantar, o dormía después de los exámenes. Su presencia ni siquiera se hizo notar dentro de la casa.
MinHo aguantó una carcajada mientras JiSung se tapaba el rostro.
—¿Viajaron desde la mañana? —preguntó MyungDae.
—Nos quedamos en un hostal en Seúl. No queríamos dejar a Hannie solo en esta fecha tan especial —contestó ella, girándose para ver a su sobrino.
—Y que lo digas. De pequeño MinHo siempre pidió que no lo acompañásemos este día —contó SooYoung—. Pero siempre después pedirán que uno los acompañe. Somos sus padres, después de todo.
—KiungMi siempre dice que, mientras uno tenga la oportunidad de no hacer sentir solo a la otra persona, hay que tomarla —dijo HeaJung, con KiungMi moviéndose sutilmente a su lado.
MinHo, nervioso por la situación, terminó jalando a JiSung de la manga para que captara la señal.
—Creo- creo que iremos donde los chicos —apuntó MinHo—. Ya saben- ensayo de la banda.
—Si quieren pueden almorzar en nuestra casa —ofreció MyungDae a las mujeres.
—No —interrumpió MinHo.
—Oh- de camino para acá encontramos un restaurante en la carretera demasiado atrayente, podríamos ir ahí —ofreció KiungMi.
—No, por favor —pidió JiSung.
—¿Por qué no quieres que las conozcamos? —preguntó SooYoung a MinHo, palmeando sutilmente su espalda—. Es normal que se conozca a la familia de tu pare-
—Sí- no, no, no, no —cortó definitivamente MinHo. Si ellos querían conversar el tema, prefería que fuera lejos del alcance de los dos jóvenes—. Con JiSung nos vamos. Bye.
Antes de que JiSung pudiera despedirse, MinHo ya lo había arrastrado lejos de ahí.
—La verdad es que tengo que almorzar —admitió JiSung.
—Comeremos en otra parte- lejos de ellos —dijo con dramatismo—. No me preparé psicológicamente para este momento.
—Dramático.
—Cállate. Tú no sabes lo que es que tus padres te humillen frente al chico que te gusta.
—Tú te humillas solo, cariño, no tienes por qué culparlos a ellos.
Tal vez la noche llegó un poco rápido para MinHo, más de lo que hubiese deseado.
¿Podía eso significar cómo es que sus pensamientos se evaporan con tanta sencillez, y de cómo su memoria no es tan fantástica para recordar todos los sucesos de su vida?
No haría memoria sobre lo que comió ese día, pero sí el cómo mientras JiSung preparaba la comida, con sus padres fuera de casa junto con las tías de JiSung, tarareaba My Universe. No recordaría la enésima discusión en la que su grupo se metió durante el último ensayo antes de la fiesta de graduación, pero sí recordaría ver a ChangBin pelear con JeongIn mientras que Felix azotaba el trasero de ChangBin con un cable. No recordaría las veces que vio la hora, pero sí el nudo en su estómago cuando notó que la noche había llegado.
—Bien —Chan, retomando una vez más el rol de motivador gracias a la ausencia de JeongIn y Lily, reunió a la banda—. Esta es su primera presentación como adultos de verdad.
—Claro, y la última que presenciarás —apuntó ChangBin.
MinHo pudo divisar un poco de la pena en los ojos de su amigo, pero eso no lo irrumpió a darles un empujón más de ánimo.
El nerviosismo poco a poco se iba dejando atrás, aunque amaba el escenario como la primera vez. Escuchaba el vitoreo del público como llamados de amor para seguir haciendo lo que le apasionaba, y aunque no pudiese mostrar su brillo máximo con su compañera Cessi sobre él, podía enfocarse en su canto y gritar con el corazón las letras de las canciones que empezaron a formar parte de su propio himno como humano.
U2 era protagonista para MinHo, quien no los soltaba como parte de su infancia. Taylor Swift tomó un rol con un popurrí de goce cuya existencia solo apareció para molestar a ChangBin. Cantando a Hong JinYoung o a Yang HeeEun, como a Shin SeungHun o Lee SeungGi. No pudo dejar atrás grupos como TWICE cuyo arreglo fue por ChangBin y solicitado por un emocionado Felix, quien correspondía con su bajo cantando en voz baja como signo de goce.
HyunJin hacía retumbar la batería como si nunca la hubiese tocado, poco a poco empapándose de su propio sudor a causa de los reflectores y la fuerza. MinHo giraba para comprobar su estado, y de tanto en tanto mantenía su presencia escénica de forma fuerte que él no dudaría en que, si es que alguien los veía, siempre chequeaban a HyunJin.
Recibió también el fuerte grito del público cuando las notas de My Universe sonaron, con MinHo sintiéndose receloso ante la oportunidad de poder cantarla y lo glorioso que era su reinterpretación de la canción.
¿Podría aplazar un momento como ese?, MinHo sentía que desgarraba sus cuerdas vocales al alcanzar las notas de Spaceman de The Killers, pero parecía ser el disfrute que él quería.
Un disfrute que él necesitaba.
. . .
—¿MinHo?
El chico, levantando la vista del contrato, pestañeó.
—¿Sí?
—¿Vas a firmar?
—Me cuesta escribir —bromeó, pero la mirada seria de HanSoo lo hizo carraspear—. Perdón...
Con un rápido movimiento, MinHo firmó en los lugares donde el contratante era solicitado.
—Bien... —tomando el contrato, HanSoo lo revisó antes de cerrarlo y tender su mano hacia MinHo—. Bienvenido al sucio mundo laboral, MinHo. Tu horario es de lunes a sábado, de nueve a nueve, con un miserable sueldo mínimo.
—Yes... —falseó una emoción—. Mi sueño desde la infancia.
—¿Quieres quedarte en la mañana?
—Nah... —sonrió con burla—. Hoy será un día largo, HanSoo. Nos vemos el lunes.
Con rapidez, MinHo salió de la tienda de música para ir hacia su bicicleta estacionada, montándola y pedaleando con velocidad hacia su pueblo.
Tres semanas había pasado desde la graduación. Chan y JeongIn se iban, tal como SeungMin.
—Entonces..., ¿Le robaste el auto a tu madre?
Algunas veces los planes de JiSung eran ridículamente infalibles, como trágicamente cómicos.
—Técnicamente, no se lo robé —corrigió, secándose el cabello con una toalla mientras se sentaba en la cama de MinHo, aunque una sonrisa traviesa bailaba en sus labios—. Solamente..., la extorsionaron para que me lo diera. Así puedo venderlo.
—¿Y qué mierda harás con el dinero? —cuestionó, tomando a Doongie del suelo para poder hacerle cariño.
—Varias opciones, pero me dijeron que si lo vendo por piezas ganaré más —contó—. Mis tías dijeron que seguiré en tratamiento hasta que la psiquiatra o la psicóloga me den el alta, y- entre nosotros, no creo que sea en poco tiempo —murmuró con remordimiento—. Bueno- venderé el auto por piezas y me iré a Seúl. Me recomendaron vivir sobre los mercados porque es más barato, y asistiré a una escuela preparativa para rendir el suneung.
—¿Y te alcanzará el dinero? —MinHo cuestionó con sorpresa—. ¿Qué mierda?
—Ni yo sé, hombre, pero prefiero rezar a que sí —farfulló.
MinHo, nerviosamente movió sus pulgares. —Vale, espero que puedas hacerlo.
El plan de JiSung había sido sencillo, pero su aspecto de sonrisa era fácilmente corrompido por el reflejo doloroso que sus ojos mostraban. Con el auto y él, JiSung podría irse con SeungMin esa tarde a Seúl hacia la residencia donde la Universidad de Chung-Ang haría las clases intensivas para rendir el examen de ingreso a la carrera de ciencias económicas.
Sin embargo, entre su secado de pelo, JiSung quedó momentáneamente pegado. MinHo dejó a Doongie en la cama para tomar la mano de JiSung y acercarlo para abrazarlo.
—¿Por qué me tocas? —cuestionó JiSung, escondiendo su cara en el cuello de MinHo.
—Puedo verlo en tu cara, fue difícil —canturreó, hacienda a JiSung reír. MinHo no quiso soltarlo—. Estoy orgulloso de ti, JiSung. Te amo.
—Yo también te amo.
—Te amo a ti y a tu traserito plano.
—Ya no lo hago.
Una vez que JiSung terminó de vestirse, se encaminaron hacia la casa de Chan y JeongIn, donde podía escucharse los gritos de desespero de la madre Ann con la abuela Yang al tener una mudanza tan grande.
—¿JeongIn está tranquilo? —le preguntó MinHo a Chan cuando entró, viéndolo jugar Uno con ChangBin y Lily en la cocina.
—No —Chan ya no se veía preocupado con el tema—. Pero no espera nada, realmente.
SeungMin y YiSu ayudaban a subir las maletas y guardar las cosas de la abuela Yang, mientras que Felix y Olivia jugaban con los cuarzos de la abuela Yang para poder calmar a la madre Ann.
Llegando junto a él y JiSung, HyunJin era el que parecía más afectado por la mudanza. Se mantenía sereno junto a la puerta, mirando a JeongIn jugar Uno, pareciendo vacilante si ir o no ir con él.
—¡Ya, ya, ya! —alentó la madre Ann, guardando las cartas de Uno en su cartera—. ¡Despídanse que vamos tarde!, ¡Despídanse que vamos tarde!
—¿Qué?, ¿Ahora? —Chan, perdido, miró al resto del grupo—. Pero-
—Lo siento, vamos tarde —insistió Ann, ansiosa de querer irse de ahí—. ¡JeongIn, tus cosas!
JeongIn cargaba con culpa. Cualquiera que era capaz de leerlo se le era fácil reconocer ese sentimiento en su rostro, viendo a cada uno de sus amigos al borde del llanto.
«No voy a llorar. No voy a llorar. No voy a llorar», se dijo MinHo, mirando hacia el techo.
La situación fue en cámara lenta, aun cuando el tiempo pasó rápido. Sintió un golpe en la espalda y vio a Lily lagrimear sobre el hombro de JeongIn mientras él, sorpresivamente, la abrazaba con fuerza también. SeungMin, quien también era un alma sensible, forzaba su risa al abrazar a Chan como cachorro atropellado. Felix no se esmeraba en soltar a JeongIn, y lo sostenía por los hombros mientras el menor se seguía abrazando del resto, con una fuerza tan asfixiante que incluso YiSu reclamó en que lo soltara porque también quería darle un poco de su recuerdo.
—Demasiado contacto físico —comentó JeongIn con nerviosismo—. Esto es demasiado.
—¡Pero despídete de mí, aunque sea! —le encaró HyunJin, completamente dolido.
Mientras veía a JeongIn largarse al baño con HyunJin, también vio a Chan despedirse de JiSung, susurrándole un par de cosas al oído que hizo al muchacho soltar más lágrimas de lo que debía.
Entonces, Chan se giró hacia MinHo.
—Y te largas —observó MinHo—. Maldito bastardo.
—Así es como lo pide la vida —contestó Chan con su clásico aire filosófico, haciendo hartar a MinHo.
—Eres irritante.
Pero Chan no cayó en su juego, solamente lo jaló del brazo para darle un fuerte abrazo fraternal, susurrándole también un par de cosas al oído antes de separarse.
Cuando JeongIn terminó de despedirse de HyunJin, fue el turno tanto de JiSung como de MinHo en hacerlo, mostrando a un JeongIn mucho más débil que antes. MinHo podía esperar esa ruptura de rutina dentro de la cabeza del menor, quien podía seguir sin asumir lo que sucedía.
La abuela Yang se despidió con el agradable regalo de un cuarzo a cada uno de los presentes, y la madre Ann pidió que todos salieran para cerrar la casa. El grupo vio cómo la familia subía hacia su auto y, con un último movimiento de manos, el auto se fue.
Solamente quedaban ocho.
Sentados en la cuneta, pareciendo haber perdido el rumbo por un momento, se quedaron en silencio durante un largo tramo de la tarde, con algunas palabras que intentaron aliviar el aire de la esperada huida.
—¿Haremos algo después? —preguntó ChangBin, apoyando su mano en el hombro de HyunJin.
—JeongIn se me confesó —rompió el ambiente HyunJin, haciendo que todos los miraran.
—Mierda- ¿Qué pregunté?
—Se me confesó, me abrazó, y se fue —explicó, aunque en su garganta había un fuerte nudo de impacto—. Él realmente..., realmente hizo eso. ¿Acaso nadie lo sabía?
—Yo lo sabía —comentó Lily, abrazando sus rodillas—. Era obvio.
—¿Por qué para ti era obvio?
—Porque me lo dijo —contó.
—Todo este tiempo creí que ustedes dos eran novios.
—No puedes estar de novio con alguien que también le gustan los niños —murmuró ella.
MinHo estaba tan adentrado en la melancolía que ni siquiera se sorprendió por eso.
—JiSung —llamó SeungMin—. ¿Vamos?
—¿Ahora? —preguntó ChangBin—. Apenas son las ocho...
—Todavía no me acostumbro a viajar de noche —contestó JiSung.
La despedida de SeungMin no fue tan dolorosa como esperaba, o tal vez los sentimientos de Chan y JeongIn yéndose seguían carreando el hecho de que estaban perdiendo partes del grupo.
Seúl no quedaba tan lejos como Australia, por lo que con un simple afectivo abrazo SeungMin se despidió del grupo. A MinHo le hubiese gustado haber agregado algo más- no sabe qué, tal vez algo más significativo, dramático para ambos.
Confiaba en SeungMin con su vida, y verlo con emoción irse a estudiar rompía las barreras del temor con el cual vivió meses atrás.
Ambos tuvieron que hacer un contacto visual para poder comprenderse, y SeungMin terminó yéndose a su casa con YiSu tomada de su mano.
MinHo y JiSung terminaron por retirarse también, dejando a Felix, ChangBin, HyunJin y Lily pegados en la acera hasta cuando las estrellas aparecieran. Se regresaron a casa de MinHo en silencio y subieron a su dormitorio para simplemente pegar sus miradas en el techo con conversaciones tan banales que no estarían cerca de ser recordadas.
—¿Puedo consultarte algo?
—Dime —accedió JiSung.
—El auto de tu madre- ¿Tiene reproductor por CD o por bluetooth?
—CD, es viejito.
Levantándose de la cama, MinHo se encaminó hacia su computadora y colocar un disco virgen en el aparato. —Te grabaré un par de canciones.
—Okey.
—Estarás obligado a escucharlas.
JiSung, pegando su rostro a la almohada, sonrió. —Okey.
Trabajando en lo suyo, sintió a JiSung moverse alrededor del dormitorio y la casa en busca de Doongie, colocando al felino en aquella maleta que había comprado exclusivamente para él junto con una botella de agua para poder hidratarlo. MinHo terminó de grabar el CD cuando JiSung estaba despidiéndose de los padres de MinHo.
—Infórmale a MinHo cuando llegues, que es tu primera vez viajando solo —pidió SooYoung mientras abrazaba al chico.
—Sí, sí lo haré —afirmó JiSung, sintiéndose cálido por la repentina preocupación—. Aunque- me quedaré con SeungMin en su dormitorio. Mañana en la mañana me iré a Gimhae.
—Avisa de todas formas —insistió MyungDae.
Aunque los padres de MinHo no daban el sutil espacio para despedirse, MinHo encaminó a JiSung hacia la entrada de la casa para poder abrazarlo igualmente.
—De nuevo, estás obligado a escuchar las canciones —repitió MinHo, entregándole el CD a JiSung.
—Eres tan insistente- dime que contiene algo de Queen —pidió.
—¿Por qué crees que grabaría una canción con algo de Queen?
JiSung puso sus ojos exageradamente en blanco, y MinHo rio ante su expresión, robándole un beso.
—Gracias... —murmuró JiSung.
—No agradezcas actos humanitarios, querubín.
—Bueno, menos lamentos y más agradecimientos.
Dándole otro beso más, JiSung se echó su mochila al hombro y tomó la caja de Doongie para subirse al auto y acomodarla entre las cosas de SeungMin. Al estar en el piloto, despidió una vez más a JiSung y, conociéndose en querer quedarse, encendió el motor y se fue.
JiSung pasó a buscar a SeungMin a su casa, quien por la mezcla de emociones no sabía si el chico iba a lanzar una carcajada psicótica o un llanto, pero cuando hicieron contacto visual ninguno pudo evitar en pegar un grito adrenalínico antes de que JiSung presionara el acelerador.
—¿Tienes algo de música? —consultó SeungMin, bajando la ventanilla del copiloto para poder expulsar el humo de su cigarro.
—MinHo me pasó un CD —apuntó hacia su bolso—. Sácalo.
Y, repentinamente, SeungMin lanzó una carcajada.
—'Lista de canciones que usa Lee Know para amarte' —leyó el rayado del CD, burlándose ampliamente de JiSung—. ¡Es un puto cursi!
—¡Cállate!, tú eres igual de peor —defendió JiSung—. ¿U olvidas cuando fimos a la mierda de la ONU?, ¿Dónde lloraste todas las noches porque te habían dicho 'te amo'?
—Si no me acuerdo, no pasó —se ofendió, colocando el CD en el reproductor.
El auto demoró un momento en leer el disco, y hasta JiSung pensó que no fue más que una barata broma por parte de MinHo. Empero, desde los parlantes podía escucharse un suave sonido de bulla, de movimiento de sillas y palabras inaudibles que sonaban a charlas.
Entonces, la batería de HyunJin empezó.
—¿Esto...? —la guitarra de ChangBin sonaba con suavidad, con las cuerdas imitando la melodía de un sintetizador que ninguno tenía—. Estás de joda.
—Oh... —SeungMin, pareciendo chocar con un recuerdo, lanzó una risa—. Sí, me acuerdo de esto.
—¿Qué es esto?
La suave voz de MinHo resonó en el parlante, y JiSung sintió toda la felicidad posarse en su estómago.
—Tal vez le pidió a Lily las grabaciones de los ensayos —dijo—. MinHo hizo que en un día tocaran canciones específicas. Tal parece que para esto fue.
No era de esperarse que la banda interpretara a U2, pero la voz de MinHo modificando la línea vocal de With or Without You para hacerla sonar tal como su propia garganta podía permitirla, con una suavidad perfecta para el gusto de JiSung.
Antes de darse cuenta, unas lágrimas se resbalaron en sus mejillas.
—¡Dios! —SeungMin saltó en su asiento tras verlo, tirando el cigarro por la ventana para sacar su celular de su bolsillo—. Esto tengo que grabarlo.
—Cállate, idiota —insultó.
Pero JiSung no podía evitarlo. El agradecimiento y el alivio estaba tan acoplado en su sistema que era un goce de seguir viviendo.
Mientras tanto, en el pueblo, cuando MinHo vio el auto de JiSung perderse por la calle, él se regresó a su dormitorio para seguir con su mente pegado en el techo, pensando en que había perdido y ganado la mitad de su vida a la misma vez.
No le encontraba coherencia a ninguno de sus pensamientos en ese instante, y la amargura de distintos hechos parecían opacar la melancolía que cargaba.
Más a la noche, el grupo lo invitó a pasar de largo en casa de Felix, donde jugaron juegos de mesa y bebieron alcohol. Cantaron a coro con un karaoke dirigido por HyunJin; YiSu preparó un trago para todos; Felix ganó en el monopolio, y ChangBin cuidó de Lily cuando el sueño acabó con ella. Todo en son de prepararse para la presentación del día siguiente.
Quedaban seis en el pueblo, y después quedarían dos, pero las idas no serían a corto plazo.
—De todas formas, tenemos que crecer —recordó las palabras que Chan le había susurrado en despedida—, el tiempo pasa..., y eso está bien, MinHo, solamente tienes que ser optimista.
Fin
Canciones:
1. Every Breaking Wave
2. Love of my life; Queen
3. Just Like Heaven; The Cure
4. Drive; Bang Chan & Lee Know
5. With or Without you; U2
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