Extra 1 (2/2)
Dije que me demoraría dos años, pero solo fueron tres meses, ¿ven que soy responsable?
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—Dejen sus zapatos acá y- ugh, están mojados —comentó JiSung, mientras miraba a Doongie lamer la cara húmeda de MinHo—. ¿Quién toma la ducha primero?
—Yo, porque estoy que me meo —dijo MinHo, mientras se sacaba sus zapatos.
—Intenta no orinar en la ducha.
—No prometo nada.
MinHo dejó a Doongie en el suelo y rápidamente se encerró en el baño. JiWoon se sintió aún más intimidado.
No obstante, MinHo volvió a salir del baño.
—JiSung, JiWoon —los llamó. Ellos lo miraron—. A ambos les gusta Queen. Conversen —y cerró de nuevo la puerta.
JiWoon no sintió que eso era un buen tema de conversación para iniciar con alguien que recién conocías, pero tan pronto como vio los ojos de JiSung brillar de ánimo, supo que estaba acabado.
—¿Cuál es tu disco favorito? —consultó JiSung.
JiWoon estaba impresionado por el departamento de JiSung- si es que podía llamarlo así. Era monoambiente con el baño, y tanto la pequeña cocina con el pequeño refrigerador estaba en una esquina cerca de la entrada. La cama, que no era más que un futón, estaba escondido bajo un montón de ropa, toallas y objetos que JiWoon no reconocía. No tenía más que dos muebles, por lo que la mayoría de los objetos estaban guardados o acoplados en cajas de plástico.
En el suelo, cerca de lo que era el futón, había una pequeña montaña de textos, manuales, cuadernos y carpetas. En un rincón había un extenso tubo de cartón envuelto en soga totalmente desarmado y enmarañado, que iba desde el suelo hasta el techo (JiWoon creyó que ése era el juguete del gato). Y en la ventana, varios marcos de fotografías- tres levantadas, y una recostada.
—Perdón —se disculpó JiSung enseguida—. Lo sé, es un desastre.
—Es mejor que mi dormitorio —intentó disuadir JiWoon, con un vago movimiento de manos—. Tengo comida de meses escondida.
—Y probablemente yo también —murmuró con gracia. No obstante, la mirada de JiWoon seguía intimidándolo—. Uhm..., déjame ordenar un poco y-
—No te preocupes. MinHo ha comentado que estás ocupado.
JiSung hizo una mueca que JiWoon no supo cómo interpretarla.
—Vale...
«Este chico es demasiado raro», pensó JiWoon.
Tal vez fue la mención de MinHo que hizo a JiSung callarse; o, bueno, mantenerse en silencio en su cuenta propia porque JiWoon de repente sintió una intoxicante incomodidad emanar desde el otro que le hizo sentir bastante intimidado. No obstante, JiWoon ya había metido la pata con uno de los amigos de MinHo. No podía hacer lo mismo con otro.
—Me dijeron que estás estudiando para el suneung —comentó JiWoon—. Es admirable. Yo no tendría la cabeza para rendir ese examen.
JiSung volvió a hacer la mueca, pero pareció apreciar la motivación de la charla. —Sí, en eso estoy. Es una pesadilla rendirla de nuevo, la verdad.
—Creo que es valeroso como te has esforzado- desde alguien que no te conoce.
JiWoon intentó sonar lo más cordial posible para que JiSung no se ofendiera. El desorden era palpable, pero aun así él podía reconocer en los muros pegatinas de fórmulas matemáticas, líneas de tiempos y mapas tanto conceptuales como mentales para ordenarse. Intentó hacer la observación lo más obvia posible, para así JiSung tuviera algo con qué hablarle.
—Rendiré Historia y Literatura —contó JiSung, mientras apuntaba los mapas mentales pegados en la pared. A sus pies, Doongie maulló—. Son mis fuertes. Además, puedo optar a becas gracias a mis actividades.
—¿Te toman las actividades después de la escuela?
—Más o menos —JiSung hizo una mueca de inseguridad, pero parecía ansioso por querer hablar de eso—, es decir- generalmente se toman solo la escuela, pero me he hecho un par de contactos en algunas universidades con mis actividades- ah, no te dije, hago clases particulares.
—¿Las clases particulares te posicionan tan bien? —JiWoon sonrió—. En ese caso, te robaré el trabajo.
—Ja..., son clases particulares gratuitas. Con un grupo de chicos con quien voy a la academia de estudio nos dedicamos a entrenar a chicos en las escuelas de forma gratuita para que puedan tener buenas calificaciones y no tensarse demasiado con el suneung.
—Entonces, ¿no recibes pagas? —JiWoon se preguntó cuántas horas al día tenía JiSung. Al preguntarle, el otro negó. —Oh, que..., uh- genial, supongo. Yo no lo haría gratis.
JiSung no comentó, pero esbozó una sonrisa amable.
En eso, Super Tuna de Jin de BTS comenzó a sonar. Doongie lanzó otro maullido, y JiSung se aproximó a tropezones hacia su cama para atrapar su teléfono.
—La cena ya llegó —avisó él. Drásticamente, apuntó al suelo—. Saca toda la ropa y déjala sobre la cama- encontrarás cojines ahí.
—¿No quieres que te ayude? —ofreció JiWoon. JiSung era demasiado torpe y exagerado para moverse en su dormitorio: hacía malabares con su teléfono, billetera y llaves.
—¡Con que despejes la mesa está bien! —indicó JiSung. Doongie se ganó junto a JiSung y lo siguió hasta la puerta. Entre maldiciones por tropezarse y por los maullidos del gato, los dos terminaron por salir del dormitorio- dejando a JiWoon solo.
El agua de la ducha seguía cayendo, por lo que JiWoon no se limitó a soltar un nervioso suspiro mientras observaba, juzgadoramente, el gran desorden que había en el departamento. «¿Cómo puede vivir así?», se preguntó, mientras recogía la ropa del suelo y la dejaba sobre la cama; casi lanzó una carcajada al notar que, efectivamente, había cojines en el suelo para estar más cómodo.
Sin saber qué hacer, notó una pequeña mesa de café que probablemente usarían de superficie- la cual estaba plagada tanto de textos de matemáticas como hojas que, con un vistazo superficial, eran las cuentas del arriendo del local. «Es realmente económico», observó él, a la par que lo dejaba sobre el otro único mueble que había en el departamento.
Con curiosidad, siguió divagando desde su lugar el departamento. Él recordó las veces que su madre le pedía ordenar su habitación porque un cuarto ordenado era una mente ordenada; JiSung parecía tener caos en todas partes. Igualmente, curioso, JiWoon se encaminó hacia la ventana para ver la vista: nada. El muro de otro edificio lo cubría a cinco metros de la ventana; JiWoon se preguntó cómo es que el lugar era cálido, y vio en el techo un viejo calefactor.
Entonces, con la ducha aun sonando, JiWoon observó las fotos.
La primera, un marco de un pequeño que no superaba los seis años con un perro. En la segunda, un hombre con la bandera de Corea del Sur fuera de un estadio- un poco arrugada, y pegada con cinta en una esquina. La tercera era una foto del mismo hombre quien sostenía, presuntamente, a un JiSung de cuatro años.
La cuarta foto, la cual estaba boca abajo, le llamó la atención a JiWoon. Se preguntó por qué estaría así y qué contendría; tal vez se había caído con el movimiento y fue un accidente, por lo que JiWoon tomó el marco de la fotografía y la acomodó junto a las demás.
No la distinguió muy bien, solamente eran dos siluetas frente a la playa. Abajo, escrito con tinta sobre el retrato de la arena, se mencionaba Incheon en Diciembre del 2022.
—¡¿Qué estás hurgando?!
—¡Ah! —chilló JiWoon, asustado.
Detrás de él, MinHo reventó en risas mientras se hincaba sobre las cajas de plástico, presuntamente buscando algo. JiWoon habría pensado por qué él estaría buscando ahí cuando su mente se vio totalmente distraída por el simple hecho de que MinHo solamente tenía una toalla en su cadera.
Toalla, en su cadera.
Mojado.
Desnudo.
«Santa madre.»
Las gotas de la nuca de MinHo cayó por los tatuajes que tenía en su cuello, y esta bajó por toda la espalda hasta llegar a su espalda baja. Antes de perderse por la toalla, la gota bordeó una tinta negra que se encontraba presente: un tatuaje que JiWoon nunca había visto.
—¿Te gusta la vista? —bromeó MinHo, mientras descolocaba las cajas y hurgaba en la última.
JiWoon sintió su boca secarse por un instante, y apenas asintió cuando lo apuntó. —Tu tatuaje...
—¿Hm? Ah, sí —MinHo no pareció impresionado. De la caja, sacó una completa muda de ropa y la olfateó—. Es viejo. ¿Nunca lo viste?
JiWoon negó torpemente.
—No es la gran cosa. Recuerdo que vine con mis chicos a beber acá a Seúl y nos hicimos amigos un tatuador. Como puedes ver, cometimos dos malas ideas en una sola noche —reconoció. MinHo se levantó del suelo y, con cuidado, bajó un poco más de su toalla para que JiWoon viera el tatuaje por completo.
—No lo entiendo —admitió. Aunque, JiWoon solo esperaba que MinHo no viera cuán sonrojado estaba.
—No lo sobrepienses demasiado —recomendó MinHo—. Es la fecha del nacimiento de mis padres en números romanos. Una muestra de afecto.
«Oh». JiWoon creía que la relación de MinHo con sus padres era tensa, pero él se había hecho un tatuaje.
Sin embargo, la mente de JiWoon terminó por fracturarse al ver a MinHo, deliberadamente, sacarse la toalla de su cintura.
«¡¡¡PUTA MIERDA!!!»
Tan pronto como, con calma, MinHo se colocaba la ropa interior que encontró dentro de las cajas, JiSung entró con dificultad al departamento con dos bolsas de comida en mano y Doongie maullándole a sus pies. Al ver a MinHo desnudo, JiSung frunció el ceño.
—Exhibicionista —acusó.
—Sabes que me encanta —contestó MinHo, mientras hizo azotar el elástico de su bóxer en su abdomen. «No voy a sobrevivir a esto». —Le estaba contando sobre el tatuaje que me hice con los chicos del bar. Muéstrale el tuyo.
—¿También tienes uno? —JiWoon hizo su mayor esfuerzo para no sonar nervioso.
JiSung pareció disgustado por la petición de MinHo, pero se quedó quieto cuando MinHo lo tomó; le alzó la gran camiseta de algodón que JiSung usaba para mostrar un par de flores de cerezo a color tatuadas en su antebrazo.
—Aunque junto dinero para poder borrármelo —se apresuró a explicar JiSung.
—Oh- está lindo. —Jamás creyó JiWoon que aplicaría toda su concentración en el tatuaje de un chico solo para no ver a Lee MinHo, con las gotas de su cabello húmedo caer por su cuerpo, mientras se vestía. —¿Qué significa?
—Dile lo que me dijiste a mí —incitó MinHo, con una sonrisa burlesca.
JiSung se bajó rápidamente la manga y golpeó a MinHo en el estómago, lo que hizo al otro doblegarse hacia adelante. —Muérete. No significan nada, JiWoon, es solo que soy alérgico a la primavera y es el chiste de la ironía.
MinHo se recompuso y terminó por vestirse, con una sonrisa encantadoramente socarrona. —A él le encanta.
Rápidamente, JiWoon se giró hacia un lado, y pasó una mano por su cara para no notar el nerviosismo y sonrojo que tenía en ese instante. —Y-yo tomaré una ducha —anunció.
«¡No tartamudees!»
—Ah- bien. —JiSung se abrió paso en el suelo y dejó la comida sobre la pequeña mesa. Doongie rápidamente asomó su hocico ahí, pero JiSung lo correteó enseguida. —Te paso la toalla enseguida.
¿Qué demonios hacía JiWoon ahí metido? MinHo seguía en las cajas hurgando algo que él no sabía qué, pero estaba en ropa interior. JiWoon hizo todo lo posible en su trayecto hacia el baño para que sus ojos no se pegaran en la espalda del muchacho- sería demasiado raro si lo hacía frente a JiSung.
—Para que te salga agua caliente, abre primero la llave de agua helada —indicó JiSung, en la entrada del baño. JiWoon lo inspeccionó rápidamente y notó que no había alguna cualidad significativa que pudiese ser nombrada; salvo, si podía contar como adorno de baño, la pesada mirada que JiSung le daba en ese instante—. Allá está el champú y bálsamo, e intenta no dejar mojado.
—Vale- gracias —JiWoon se inclinó con torpeza como muestra de agradecimiento. JiSung le tendió la toalla y una muda de ropa—. ¿Esta es...?
—Es mi pijama. No te vas a poner ropa mojada —obvió JiSung.
Dicho eso, él cerró la puerta. JiWoon podría colectar como pokemón a todos los amigos de MinHo que parecían desagradarle su presencia.
«Lily, JiSung..., ¿cómo serán los otros?»
Con ligero temor él tomó una ducha. Se lavó el cabello y su cuerpo casi con la incomodidad de que alguien estaba viéndolo. Creyó que, si mantenía un poco el ritmo, no demoraría mucho como para que JiSung se enojara con él por lo-que-sea que había hecho para que se molestara.
Al terminar, cerró las llaves. Tomó la toalla y se comenzó a secar con lentitud. Debía de avisarle a sus padres que pasaría la noche afuera.
—... SooYoung me invitó a su graduación. —JiWoon sobre escuchó la voz de JiSung desde el baño.
«¿Quién es SooYoung?»
—Sí me dijo —contestó MinHo—. ¿Arrendarás tú un auto?
—Yep. Pero no tengo mucho dinero, así que...
—De por sí tú eres el único que sabe manejar, entre nosotros cuatro —MinHo rio ligeramente—. Y es la graduación de mi madre. Yo pagaré el arriendo.
Mientras JiWoon se vestía, no pudo evitar sentir un nudo impaciente en su garganta ante el tono de voz con el cual MinHo usaba para hablar con JiSung. Era igual de burlesco que con el resto, tan así que parecía ser siempre su estado predeterminado; no obstante, había algo en la entonación- o era algo en el volumen de su voz que le hacía notar más íntimo. Un tono más suave.
«JiSung debe de ser muy cercano a MinHo si es que su mamá lo invita a su graduación», pensó JiWoon. Intentó pensar en alguno de sus amigos cercanos, y si con alguno de ellos podría tener el mismo nivel de confidencialidad que MinHo tenía con JiSung. Con tan solo pensarlo, su estómago se revolvió del asco.
»Ni de chiste.»
¿Qué es lo mejor que podría obtener de eso? Solamente JiWoon debía de fluir entre ellos dos; acostarse temprano, y esperar a que el día se secara para poder huir de ahí lo más pronto posible.
Al salir del baño, se topó con JiSung intentando ordenar el desorden de su dormitorio. Acomodó todas las cajas bajo la ventana y abrió otro futón al otro extremo del departamento, cerca del baño. Entre ellos, la mesa de café donde estaba la cena preparada era acechada por Doongie.
—Desinfectado y con una colcha lavada —indicó JiSung, con una mueca que simulaba su sonrisa—. Pero primero..., cena.
JiWoon sonrió con cierta timidez- la cordialidad de JiSung era espeluznante. Había cena situadas en colaciones con jugos en lata para cada uno. JiWoon tomó asiento en el otro lado de la mesa, ubicado frente a JiSung y MinHo, y los tres se dispusieron a desarmar la cena para comerla. No era más que ramyeon con kimchi.
—Entonces, ¿qué fueron a hacer hoy aquí? —preguntó JiSung, aunque JiWoon notó que era más para MinHo que para él.
Tras sorber sus fideos, MinHo contestó. —HanSoo me pidió que viniera a ver la sede de acá porque iban a dejar unos muebles, así que le dije a JiWoon que me acompañara.
—¿Explotaste laboralmente a alguien que no recibirá paga?
—¿No recibiré paga? —JiWoon no sabía eso.
—¿De qué me hablas? —MinHo, ofendido, lo apuntó con sus palillos—. Conociste a mis amigos y mañana nos acompañarás a nuestra presentación. Eso yo lo considero paga suficiente.
—Así que nos acompañará mañana...
—¿Tú también vas? —JiWoon preguntó a JiSung—. Ah- sí, bueno, MinHo me comentó que eras parte del equipo.
—Cuando dijiste que invitarías a tu amigo del trabajo, pensé que te referías a HanSoo —comentó JiSung a MinHo con cierto tono de voz que JiWoon no reconoció.
—HanSoo me compró las entradas para galería —explicó MinHo. Como JiWoon no entendió, ladeó su cabeza. MinHo le explicó—: está la galería, donde va el público, y la platea, donde estarán los invitados de las bandas. Ahí usualmente está el staff o la prensa independiente. También va público, pero es más costosa.
—¿Tanta convocación tiene el festival de mañana? —JiWoon estaba asombrado—. Pensé que sería más pequeño-
—Creí que te mencioné que era en un estadio.
—Pero- ¿Cómo el que presentan los idols?
—¿Acaso somos BLACKPINK? Es un estadio municipal.
—Ah...
—¿Y hace cuánto trabajas con HanSoo? —JiSung pareció querer rescatar a JiWoon de las bromas sarcásticas de MinHo. JiWoon no entendía por qué- él se consideraba lo suficientemente fuerte como para soportarlas.
—Un tiempo, en realidad. Navidad —contó JiWoon—. Nunca me topé con MinHo porque él trabajaba los turnos completos, mientras yo tomaba los fines de semana. Mis horarios de este año me ayudaron, así que tomé el turno de la tarde y..., y él estaba ahí.
«¡Ay, dios! —JiWoon sintió más vergüenza al notar la mirada de JiSung sobre él, tan indescriptible que no sabía si lo juzgaba o solamente se burlaba de él en silencio—. ¡Relato como una niña enamorada!»
—Como sea. —MinHo se direccionó hacia JiSung para hablar. —Está todo amueblado. HanSoo cree que estará para el otro año, pero yo creo que estará para a fines de este año.
—¿Te mudarás enseguida o esperarás a los chicos?
—A los chicos, aunque creo que podría colocarle el futón mientras ellos se deciden. Así, no me transportaré desde el pueblo hasta acá todos los días.
—Puedes pedirle uno de los autos al señor Seo para que te transportes.
—¿Y dejar que use mis bolas como collar? No, gracias. Además, hoy Lily se fue a hacer examenes médicos.
—Ay- no...
—Sep. Discutía con ChangBin porque ella quiere ir mañana al festival, pero él no la dejaba porque decía que estaría muy cansada. Dudo que ChangBin vaya al ensayo de mañana.
Por un instante JiWoon se sintió fuera de lugar al no saber por qué se formó un repentino ambiente de seriedad entre ambos, per rápidamente fue roto por JiSung.
—¿Haces algo más?
JiWoon demoró en captar de que era hacia él quien JiSung se dirigía. Un poco desconcertado, JiWoon repensó la pregunta y asintió con torpeza. —Sí, estudio en una universidad técnica.
—Oh, eso es genial —dijo JiSung, asombrado.
—No es necesario decirlo así —murmuró JiWoon con humildad—. Es una universidad técnica. No soy tan inteligente como tú para rendir el suneung.
MinHo lanzó una fuerte carcajada ante el comentario de JiWoon, lo que le hizo sentir mal.
—¿Qué? —preguntó JiWoon—. ¿Qué es lo gracioso?
De pronto, el semblante de JiSung cambió esporádicamente. Su tranquilidad y timidez con querer interactuar con JiWoon fue modificada a una más brusca y determinada. Apoyó su codo sobre la mesa de café y apuntó a JiWoon con su índice, seguro.
—No vuelvas a decir eso, que todo tipo de educación cuenta —manifestó JiSung.
Fue así como, entre los pensamientos remotos que JiWoon tenía sobre cuán deliciosa estaba la comida, cuán delicioso se veía MinHo y lo terrorífico que era escuchar a JiSung, digirió un gran discurso por parte del amigo sobre la importancia de todos los niveles de educación dentro del país.
—Perdónalo —MinHo interrumpió a JiSung, mientras palmeaba con amabilidad su hombro—. Es solo que- le motiva un poquito la educación.
—Cierra la boca —le dijo JiSung.
—Quiere ser profesor. Ve estudiantes en todas partes.
—Es importante que sepa que sus decisiones son valerosas y de que no son más insignificantes solo porque socialmente así está puesto —insistió JiSung, antes de mirar a JiWoon—. Te hicieron creer eso.
—... Estoy bastante seguro de que así es como funciona el sistema —opinó JiWoon, mientras comía de sus fideos—. Es decir- dices que socialmente está puesta esa posición de las universidades técnicas en la sociedad, pero es que esa es su función- nunca serán lo mismo que una universidad profesional porque no tengo el coeficiente para hacerlo.
—Las universidades solamente se encargan a discriminarte según la metodología que tenías tú para poder contestar preguntas. Si tienes dislexia o algún tipo de comprensión, te vas al carajo —dijo JiSung—. Sin embargo, aun con gente neurotípica (o como quieran llamarle) fallará de todas formas porque la enseñanza escolar es la forma en la que se responde, no el fondo de la respuesta.
—Pero yo no me siento mal por estar en una universidad técnica —se explicó JiWoon—. Tengo beca y- y hago lo que me gusta. Solamente que el tecnicismo de "técnica" hace que uno se sienta..., ya sabes, apartado o mediocre.
—Sigue siendo una casa de aprendizaje. —JiSung elaboró su respuesta con un movimiento de manos. MinHo parecía divertido de escucharlo hablar- tan divertido que JiWoon notó que no le había sacado los ojos de encima junto con la mantención de una sonrisa burlesca. —Por favor, no puedes no sentirte orgulloso de tu conocimiento.
—No es útil para la sociedad-
—Hay lugares en el mundo donde imparten una carrera que se llama «ingeniería comercial». Dime tú qué mierda es eso.
JiWoon no supo que contestar, por lo que, avergonzadamente, bebió de su jugo. MinHo se rio abiertamente de él y, con afecto, rodeó con un brazo los hombros de JiSung.
—No discutas con él —aconsejó MinHo—. Una vez vinimos a un debate de la ONU, y él ganó haciendo revivir a la Unión Soviética.
—Tuve ayuda de China —comentó JiSung con modestia.
—La humildad no te queda —MinHo pinchó sarcásticamente una mejilla de JiSung.
—Bien- entonces no seré humilde. Fui el mismo anticristo en ese momento con la ayuda de Chan, ChangBin, SeungMin y el equipo de China —JiSung miró a JiWoon—, y claro que sin la ayuda del idiota de acá, si sabes a lo que me refiero. Dos días de debate y él lo único que hizo fue hacer dibujos.
—HanSoo a veces lo regaña porque le entrega las boletas de la caja en forma de barcos de papel —contó JiWoon.
JiSung rio ante la anécdota de JiWoon, pero su risa se reemplazó por una sonrisa y suspiro melancólico.
—Tampoco me gusta recordar mucho eso —admitió.
JiWoon conocía a MinHo, pero nunca lo había visto interactuar con sus amigos. La única persona recurrente que iba a la tienda y JiWoon le prestaba atención era a la supuesta novia de MinHo: YiSu. MinHo no era afectuoso con ella, y a pesar de que YiSu le llamara con apodos cariñosos o le llevase un poco de dulces de una tienda de tanto en tanto, MinHo no interactuaba con ella de la misma forma en la que lo hizo en ese instante con JiSung; con sus ojos simulando sonrisa y su mano tatuada acariciando el cabello de él como si fuera un cachorro.
—Eres un pequeño sociópata —comentó MinHo. Libró a JiSung de su abrazó, y se apoyó con sus codos en su espalda—. Ahora- dame de comer. Me duelen las manos.
—Crío —insultó JiSung, pero hizo caso.
Por un instante, recordando que MinHo mantenía una llave del departamento de JiSung y que el gato Doongie parecía afectivo con él, le generó una punzada de celos por querer preguntarse cuánto sabía JiSung de MinHo que JiWoon no lo hacía.
Era ridículo, y se sintió avergonzado al instante. No merecía pensar de esa forma de JiSung porque, a pesar de verse introvertido y retraído, le dio a MinHo comida en la boca con total normalidad.
Se veía como una amistad cercana. ¿Cuántas cosas sabría JiSung que JiWoon pareciera jamás poder enterarse?
Quería saber todo de MinHo.
«Recuerda tu plan —se dijo JiWoon—. Conquista a su amigo.»
—Es admirable —comentó JiWoon en voz alta. Los otros dos lo miraron—. Es decir- luces admirable, JiSung. Revivir a la Unión Soviética.
—Fue solo un acto infantil. No es la gran cosa-
—¿Cómo que no? —MinHo parecía bastante ofendido ante el comentario. Se dirigió a JiSung y lo apuntó con su mano—. Este satánico se robó el armamento de Estados Unidos, cambió la capital de Rusia, se tomó el territorio de Montenegro, formó alianza con China e hizo que ambas Irlandas se ahorcaran entre ellas. También nos llevó a todos a un dormitorio para alcoholizarnos y drogarnos, todo para vernos vulnerables y así manipularnos a la perfección.
—Psicópata —susurró JiWoon.
—Solo organizamos una pequeña fiesta en un dormitorio, eso es todo —insistió JiSung—. No te tomes en serio todo lo que sale de la boca de este mentiroso.
—Él es un mentiroso —coincidió JiWoon. MinHo jadeó, ofendido—. Como sea- ¿Has hecho algo más? Aparte de revivir la Unión Soviética.
JiSung, un poco perplejo, miró inseguro a MinHo antes de contestar.
—Nada, en realidad.
—No seas modesto —le dijo MinHo.
—Él ha hablado de lo que haces —delató JiWoon—, como la banda.
—¿Por qué le hablas de mis cosas? —preguntó JiSung en voz baja a MinHo, un poco extrañado.
MinHo no perdió su característico personaje bufón, y solamente le guiñó el ojo. —Porque puedo.
—¿Qué tanto sabe de mi vida personal?
—¿Eres una superestrella? Yo debería de estar consternado de que él sepa toda mi vida —MinHo apuntó a JiWoon con una risa sardónica—. Puede venderle información a las sasaengs.
—¿Qué vas a tener tú sasaengs, si lo único que ha llegado a estar enamorado de ti son las moscas?
—Pensé que habías tenido novia —comentó JiWoon, suavemente.
MinHo se reacomodó para apoyar sus codos en la mesa de café y hacer memoria. —Ah..., no, no he tenido.
—¿Qué hay de Rena? —recordó JiSung.
—Ah- ¡Rena! —MinHo lanzó una fuerte carcajada que dejó a JiWoon un poco perplejo—. Sí, me había olvidado de ella.
—Siempre te olvidas de ella.
—Como sea- JiWoon, JiSung le hacía tutorías a estudiantes de grados más pequeños para que no tuvieran tanta carga de estudiar en casa —continuó MinHo, orgulloso—. Hizo una obra de teatro con mis amigos. Nos defendía de los acosadores. ¡Y logró sacar segundo lugar en nuestra generación!
JiWoon sintió una punzada de algo ante las palabras de MinHo. No sabía si era de celos o conmoción, pero la manera tan orgullosa de la que él hablaba le generaba curiosidad al reconocer, ante cada escalón que subía, que JiSung era importante para MinHo.
«¿Y si...?»
—¿A todos los que conoces les cuentas eso? —JiSung le preguntó a MinHo con un sonrojo que decoraba hasta sus orejas. Le propinó un golpe en el brazo.
—Solo cuando te pones idiotas.
JiSung esbozó una ligera sonrisa hacia MinHo de la misma forma que él le regalaba; sus hombros bajaron como signo de sus defensas, y su cabeza cayó a un lado para, con lentitud, asentir. —Okey, me lo merezco.
JiWoon volvió a darle un vistazo a la habitación. Todo se tornó más melancólico. MinHo le dijo algo a JiSung que JiWoon supo que no debía escuchar, y prefirió concentrarse en el gran cantidad de estudio que JiSung tenía en todas partes, en la forma que Doongie jugaba en el desorden, y en los cuadros que él tenía en la ventana.
—Tus padres deben de estar orgullosos de ti —comentó JiWoon, para colocar su mirada en JiSung una vez más—. Eres asombroso.
JiSung inclinó un poco su cabeza hacia él, como signo de modestia. —Gracias. Yo estoy orgulloso de mí.
JiSung cambió el tema rápidamente, y comenzó a conversarle a JiWoon (con un deje de más confianza) sobre lo que hacía en sus clases, pidiéndole a JiWoon comentarios de sus propias clases universitarias. Luego, MinHo se involucró con un tema social donde los tres se metieron en una extensa discusión política con palabras que JiWoon no conocía, pero se sentía seguro de poder hablar con ellos.
Por un instante se enorgulleció de él mismo por cómo sobrellevó la tensión de JiSung. Si podía tenerlo de su lado, demostraría a MinHo que era una persona correcta; no obstante, en su corazón se encontraba una espina de remordimiento. MinHo parecía realmente conocer a JiSung.
¿JiSung lo conocía de la misma forma? Tal pareciera que sí, porque MinHo solo lo jalaba de la camiseta para que JiSung agarrara de sus palillos fideos con un poco de kimchi y darle de comer en la boca. Incluso cuando la mente de JiSung pareció sucumbir en la conversación que tenía con JiWoon, MinHo le picaba las costillas y le recordaba que comiera. JiWoon sintió celos por la intimidad de ambos.
«Hagamos cálculos —se atajó JiWoon, mientras JiSung le hablaba sobre un tema que no tenía idea de cómo contestar—. ChangBin es su amigo de la banda de quien conoce de la infancia. Lily es una amiga que lidera la banda. SeungMin es "su persona" que no nos recibió en su casa. Entonces, JiSung es..., es su mejor amigo».
—Ah- mira la hora. —Por completo, MinHo desvió la atención de la discusión para revisar su celular. —JiWoon, mañana nos largamos temprano.
—¿Antes o después de que yo me vaya? —le preguntó JiSung.
—Antes. Me da pena despertar y no verte.
El tono burlesco hizo que JiWoon soltara una pequeña risa, mientras que JiSung solamente colocaba sus ojos en blanco y ordenaba a MinHo a que recogiera las cosas de la mesa. Por cordialidad, JiSung obligó a JiWoon que no hiciera nada y que solamente fuera a lavarse los dientes.
—¡MinHo!
Pero MinHo se escapó de su aseo. Se ganó codo con codo con JiWoon y ambos comenzaron a lavarse los dientes mientras JiSung insultaba a MinHo en su espalda. MinHo tenía una sonrisa socarrona que hizo a JiWoon observarlo por un largo tramo.
—Eres jodido —continuó JiSung con los insultos, mientras guardaba toda la basura en una gran bolsa de plástico. Acto seguido, abrió la puerta del departamento y salió junto a Doongie. —Te odio.
Cerró la puerta de un portazo. MinHo solamente reía por lo bajo, pero JiWoon sintió cómo de a poco su propio brazo paraba de colaborar con el lavado.
—Lo quieres mucho —comentó JiWoon.
MinHo le sonrió y asintió. —Es un buen amigo.
—Demasiado, como para tener las llaves de su departamento y su gato te ame.
—Es hijo del gato de mi abuelo, pero yo no podía quedármelo por el trabajo de mi papá —explicó—. Y JiSung quería un gato, así que- bueno, es mi niño.
Un aire dramático rodeó a JiWoon a medida que su corazón latía. MinHo, a su lado, se cepillaba sus dientes mientras tarareaba una canción de U2, totalmente absorto de los pensamientos que JiWoon estaba teniendo en ese instante.
De repente, JiWoon deseó cepillar sus dientes junto a MinHo con mayor frecuencia.
—¿Qué te pasa? Te quedaste pegado —MinHo habló tras escupir la pasta dental en el lavabo.
JiWoon, un poco nervioso, relamió sus labios.
—Creí que te conocía, pero parece no lo hago mucho.
—Ah, es normal. No todos conocen tooodo de una persona —obvió MinHo—. No es razón para sentirte mal, en verdad. Yo tampoco sé mucho de ti- o sea, ¿al menos tienes algún recuerdo ridículo de tu infancia?
—No sabía que tuviste novia.
—¿Lo dices por Rena? Ella es completamente olvidable. Duramos un mes y me terminó porque no quise acostarme con ella —se encogió de hombros—, no es una gran historia. Mi historial de citas tampoco es el mejor.
JiWoon recordó a MinHo preguntarle si él era el tipo de ser una persona que tenía citas o estar en una relación, y la manera cómplice en la que hizo referencia solo permitió que la duda surgiera en JiWoon. Necesitaba corroborar.
—¿Cuántas? —preguntó él.
—¿Cuántas citas o cuántas personas me gustaron?
«Personas —repitió en su cabeza, con un deje de felicidad—. ¡Dijo personas!»
—Las dos —contestó.
MinHo lavó el cepillo de dientes y mugió en meditación. —Uh..., ¿dos citas y media? Con personas distintas.
—¿La media es porque saliste con sus piernas o qué?
—No sé si se consideraban citas reales- solo nos enrollábamos —admitió MinHo, un poco avergonzado—. Pero solo tuve una novia.
—¿Y la persona que me hablaste? ¿La que creíste que valía la pena? —insistió. «¿Es la chica de la tienda? ¿Es una chica?»
MinHo pareció asombrado por la forma en la que JiWoon hacía las preguntas, lo que le hizo sonrojarse un poco. No parecía leer las intenciones de JiWoon, lo que lo frustraba, porque solamente rascaba su nuca con un ligero mohín en sus labios.
—Es una persona totalmente distinta —contestó, finalmente—. Quiero decir- no es parte de mi historial de citas. Esa persona está..., está fuera de la liga.
«Oh —JiWoon sintió el peso en su corazón—, ¿amor no correspondido?»
—¿Cómo-
—Saliste bien chismoso, ¿eh? —MinHo le interrumpió con un guiño de ojo—. Me gusta eso, pero no tanto con mi vida. Solo te diré que me metí en una relación a fuerzas y fui el amante cerca de siete meses. No es agradable recorda-
La puerta del departamento volvió a abrirse con Doongie maullando a los pies de JiSung. De nuevo, él cargaba una pesada bolsa de tela en su hombro, lo que dejó a JiWoon impresionado y confundido.
—Me topé con la vecina del piso de arriba, y justo le había sombrado un par de pasteles —informó JiSung, mientras iba hacia su pequeño refrigerador—. Será nuestro desayuno mañana.
—Delicious! —exclamó MinHo.
Sin embargo, para sorpresa de JiWoon, MinHo se acercó abruptamente a él y, con su boca pegada en la oreja, susurró:
—No se lo menciones a JiSung.
MinHo dejó su cepillo de dientes en el vaso junto al lavabo y se fue del baño, dejando a JiWoon no solo con su rostro hirviendo en el sonrojo, pero con una realización máxima que le hizo sentir mal cuando miró hacia el interior del departamento.
«¡MinHo estuvo con la novia de JiSung!»
»Oh, ¡eso sí que es chisme!»
Por ende, si la lógica funcionaba como JiWoon lo tenía construido en su cabeza, eso significaba que MinHo y la chica (o persona, aunque JiSung no se veía como alguien que estuviese con un chico) estuvieron en una relación, terminaron, y ahora MinHo y JiSung se habían hecho amigos a causa de eso.
El hecho de ser consciente que MinHo se había involucrado en una relación le entregó una diferente mirada a JiWoon de él. Del muchacho inocente e incrédulo que no sabía hablar con personas, a alguien que sabía lo que hacía- se involucra en una relación, y lo hizo de una forma tan apasionada que incluso aprendió para poder hacer feliz a esa chica.
«Oh...»
A medida que salía del baño y se ubicaba en su propio futón, se aclaró en su mente que MinHo no solo era ese tipo de persona, sino que, por la forma de relatarlo, parecía continuar habiendo estragos o residuos de esa relación que hacía a MinHo ser como era ahora.
«—¿Luzco como alguien que estaría en una relación?»
Una vez más, y desde su propia imaginación, JiWoon vio a MinHo en otra liga. Jamás se fijaría en él.
Apenado, vio a MinHo jugar con Doongie en el suelo hasta arrastrarse hacia la otra cama que había en el departamento. Doongie saltaba sobre él y mordía sus brazos; MinHo se vengaba, lo tomaba de la barriga y pasaba sus manos por todas partes hasta hartarlo.
JiSung salió del baño tras lavarse los dientes. Apagó las luces y lo único que iluminaba era una pequeña lámpara al lado de la cama.
—¿Estás bien, JiWoon? —preguntó JiSung—. ¿Quieres otra almohada, manta extra, o un té?
—No. De todas formas, gracias por todo —agradeció JiWoon mientras estiraba la manta que lo tapaba. No sabía por qué estaba tan nervioso—. La cena- el baño, que me dejes dormir acá...
—No te preocupes —JiSung se encaminó hacia su cama y, al mismo tiempo, MinHo se corrió para darle la orilla—, era mejor que se vinieran acá con la lluvia que regresarse al pueblo.
—Si eres un ángel que bajó a la tierra —bromeó MinHo. JiSung le dio un manotazo en el hombro—. Ow.
JiWoon le esbozó una última sonrisa y se recostó dándole la espalda a los otros dos chicos. No se imaginaba pasar su primera noche con MinHo de esa forma.
¿Por qué debía de ser así? Era solo un enamoramiento que consumía a JiWoon por completo. Le dolía cada segundo que pasaba al notar que MinHo jamás sería suyo- aun conquistando a sus amigos, o aun cuando hablaban de sus vidas. MinHo parecía tener cero interés en él.
—... ¿Por qué no querías venir? —JiWoon escuchó a JiSung susurrar al otro lado del departamento.
—No quería molestarte —susurró en respuesta MinHo, tan bajo que JiWoon apenas lo escuchó.
—Por favor, detente. Deja de dudar en venir hacia mí.
—No lo hago. Solo ahora me preocupo porque el suneung se acerca-
—Dices que no quieres molestarme, pero me también me apartas de tus propias cosas, MinHo. ¿Por qué no me dijiste que HanSoo consideraba colocarte de gerente en la tienda de acá?
—Pero sí sabías.
—No sabía que vendrías hoy a ver la tienda. SeungMin incluso me dijo antes de que tú llegaras que lo llamaste a él cuando quedaste varado en el terminal. ¿Por qué me haces esto?
—No lo tomes personal. Tú tienes tu vida-
—No, hombre. No tengo una vida separada de ti.
JiWoon sintió su respiración atragantarse. La confesión había sido tan abrupta que el silencio cayó tan fuerte en ellos que JiWoon temió que los otros dos hubiesen notado que él estaba despierto.
«Ah..., mierda —realizó JiWoon—. JiSung gusta de MinHo».
De a poco, Doongie comenzó a ronronear. Escuchó un par de susurros más, bastante inaudibles, y demoró en conciliar el sueño.
A la mañana siguiente, de a poco recobró la consciencia con la radio sonando de fondo After Live de IVE. El sol de la mañana pegaba demasiado fuerte en el departamento, lo que hizo que de a poco abriera los ojos para poder recordar dónde demonios había pasado la noche.
—Uh- despertaste.
De forma repentina, MinHo se hincó junto a la cabeza de JiWoon. Su boca estaba llena de algo, pero alrededor de su labio tenía crema pastelera. Con cordialidad, dejó una taza de café en el suelo junto con un plato con dos pequeños pasteles de plátano.
—Desayuna, que tenemos que irnos —ordenó MinHo, con su mismo ánimo de siempre.
El sueño era tan grande en el cuerpo de JiWoon que tuvo que sentarse un poco y procesar toda su vida mientras bebía un poco de café. Apenas logró interpretar todo lo que sucedía en el departamento cuando recordó la discusión que MinHo y JiSung tuvieron anoche.
—No sé por qué, esta canción me recuerda a Park JinYoung —JiSung comentó desde un rincón, limpiando el arenero de Doongie.
—¿El de GOT7 o el raro de JYP? —consultó MinHo.
—El de JYP.
En otro rincón, en una de las grandes cajas de plástico que JiSung tenía, MinHo estaba hurgando ahí. Seguía en pijama, pero de la caja sacó una camiseta de estampado, unos pantalones y ropa interior.
—¿Viste el polerón de SeungMin? —preguntó MinHo—. El que tiene las llamitas en las mangas.
—Uh- creo que está en mi montón de ropa.
—¿En la limpia o la sucia?
Silencio.
—La limpia o la sucia, JiSung —insistió MinHo.
JiSung se giró para verlo y le entregó una incómoda sonrisa. —Adivina...
MinHo colocó sus ojos en blanco y ordenó las cajas. —Eres un cerdo.
—Y tú un crío. Cómprate ropa, pobre.
—Yo también quiero que mi amigo tenga ropa mía en casa —murmuró JiWoon, recibiendo la atención de los otros dos—. Él es más bajo que yo. No me quedan sus pantalones.
—¡Ja!
Al contrario de lo que JiWoon podría esperar, MinHo y JiSung no lucían perturbados por la discusión de la noche. Ambos incluyeron a JiWoon en las conversaciones que tenían y, por la velocidad en la que MinHo se movía por el departamento, terminaron por salir de ahí veinte minutos después.
En la calle, los tres caminaron hacia la estación de trenes. Era cerca de las nueve de la mañana, pero al ser fin de semana, era poca la gente que transitaba. El frío era molesto, tanto que JiWoon tuvo que pedirle a JiSung un polerón extra para abrigarse (quien se lo entregó enseguida), y los rastros de humedad de la lluvia de ayer solo hizo que su cabello se esponjara. JiWoon odiaba dormir en casa ajena.
Llegaron a la estación de trenes, y los tres viajaron al centro. Una vez que se acercaron a la parada del terminar de buses interurbanos, JiSung se levantó del asiento.
—Me bajo acá —avisó él, dos estaciones antes. Se giró hacia JiWoon y se inclinó cordialmente—. Nos vemos en la tarde, JiWoon.
—Nos vemos...
MinHo, en su personaje, alzó su mano y la inclinó un poco hacia adelante, haciendo alusión a que la besara. JiSung intercaló su mirada en la mano, en MinHo, de nuevo en la mano y, una vez que las puertas se abrieron, JiSung empujó con suavidad la cabeza de MinHo con una sonrisa.
—Idiota.
—Imbécil —se despidió MinHo.
—¿Dónde iba tan temprano? —preguntó JiWoon.
—A las tutorías del suneung —contó—. Pero no a las suyas- ya sabes, a las que él hace.
Una punzada de celos atravesó a JiWoon en ese instante.
El trayecto hacia el pueblo fue tranquilo; sin embotellamiento o desvío a causa del accidente de la noche anterior. Los dos se bajaron en el pueblo de MinHo, y caminaron en dirección a la casa suya mientras que JiWoon, siendo primera vez en estar ahí, miraba las casas, almacenes, postes de luz y gente que pasaba por ahí.
—¿No hay humanos en tu pueblo? —bromeó MinHo, ante la impresión de JiWoon.
—No de esta clase.
—Ja. Ahí está mi cas- oh, mierda...
MinHo le había dicho a JiWoon que su banda era una banda de garaje, pero no creyó que realmente tenía un garaje. Había un cartel de neón a un lado que indicaba las atenciones dentales del padre de él, y había una maltrecha camioneta verde estacionada en la acera.
Cuando se acercaron, JiWoon reconoció a ChangBin salir del garaje y, con ira, apuntar a MinHo.
—¡¿Dónde mierda estabas?! —le gritó.
MinHo, aterrado, alzó sus manos. —Me venía-
—¡Ensayemos! —espetó. Tomó a MinHo de la manga de la chaqueta y lo arrastró hacia el interior del garaje. JiWoon, igualmente atemorizado, los siguió—. ¡No sé quién hace que me estrese más! ¡Tú, Lily o YongBokkie!
—¿Qué le pasó a YongBokkie?
«¿Quién demonios es YongBokkie?», se preguntó JiWoon. La respuesta la obtuvo al instante, cuando entró al garaje y visualizó a un chico lindo, cabello rubio y pecas que eran enjuagadas en una gran cantidad de lágrimas. Por otra parte, desde la batería, había un chico grande recostado sobre los tambores- totalmente ignorante de todo.
—¡Ya, ya, ya! —vociferó ChangBin entre aplausos—. ¡Ensayemos! ¡¿Tú quién eres?!
JiWoon demoró en captar que le hablaban a él.
—Mi amiguito de ayer —le recordó MinHo.
—Ah- vale. ¡Toma asiento! —ordenó. JiWoon hizo caso al instante, sentándose junto al chico que lloraba desconsoladamente a su lado. —Felix, mierda. ¡Suelta ese teléfono al instante y agarra tu bajo!
—¡P-Pero! —Felix alzó la mirada. En su mano empuñaba su celular con fuerza, y con la otra se secaba la cara. —¡M-me terminaron...!
—¡Como por décima vez, hombre! ¡Mañana seguro vuelven! ¡Ahora, agarra tu bajo si es que no quieres que te lo meta por el-
—¡Ah! —De forma abrupta, el chico de la batería se despertó y miró a todas partes totalmente desorientado. —¿Qué...? Ah- MinHo, hola. Hola también, chico que no conozco.
—JiWoon —MinHo alzó su voz sobre la de ChangBin, y apuntó al chico del llanto y al chico de la batería—, ellos son Lee Felix y Hwang HyunJin, los de la banda —presentó respectivamente.
Felix sostuvo momentáneamente su mirada en JiWoon y, entre hipidos, se acercó a él.
—¿Cuántas rupturas crees que..., crees que son normales antes de- antes de ser to-tóxicos...? —preguntó Felix a JiWoon.
JiWoon, nervioso, alzó su mano y palmeó el hombro de Felix. —Eh..., ¿veintitrés?
Y aunque Felix pareció considerar el número, volvió a reventar en llanto mientras se levantaba e iba hacia el bajo.
—HyunJin, por el amor a mi padre, mantente despierto —ChangBin pidió, con su mandíbula apretada—. Marca el inicio.
—Ah~, realmente perdón. MinJoon y YeongGi me tienen loco —se disculpó HyunJin. Se sentó recto en su asiento y se estiró lo más que pudo—. No paran de llorar y no paran de morderse el dedo. Es un desastre.
—Me importaría un poco la vida de ellos si pudieses marcar el inicio —exigió ChangBin con lentitud—. ¡Hazlo!
—¡Ah! ¡¿Perdón?! —HyunJin posicionó una mano en su pecho, totalmente ofendido—. ¡No trates a mis niños así! ¡Que ellos tienen mejor personalidad que tú hora!
—¡Son bebés, HyunJin, ni siquiera tienen personalidad!
—¡Como tú!
—Amo a la banda —admitió MinHo en voz baja, mientras Felix continuaba llorando de fondo.
No es como si JiWoon pudiese decir algo en ese instante más que posicionarse incómodamente en el sofá. El garaje era un desastre, aunque en el viejo escritorio que tenían ahí había diversos stickers y panfletos de los lugares donde la banda había tocado los últimos dos años; todos parecían tener un deje de oscuridad que les daba personalidad, y JiWoon pensó en serio qué tipos de canciones tocaban ellos. En el fondo del garaje había cosas de la casa acumuladas, con estuches de guitarras, amplificadores, cuerdas de guitarra, varios atriles viejos y baquetas rotas.
—¿Se recompusieron? —preguntó ChangBin, luego de un rato. Felix había parado de llorar y ahora terminaba de afinar su bajo, mientras que HyunJin regresaba de la casa luego de haberse hecho un café. MinHo, por su parte, estaba en su mundo calentando vocalmente. —Bien, quiero que hagamos el set-list completo. Sin faltas. Lo tocaremos cerca de cinco veces.
—¿Cinco veces? —HyunJin preguntó—. Me duelen los brazos~
—¿Y a mi qué mierda? No es mi culpa que tus sobrinos pesen una tonelada.
—¿Puedes dejar de atacar a mis sobrinos? No conoces la magia de tener bebés.
—Por favor, nunca seas padre —pidió MinHo, ante tal comentario.
—¡Hablo en serio! —JiWoon vio a HyunJin lanzar una brillante sonrisa. Desde la homosexualidad latente suya, aseguró de cuán atractivo y caliente HyunJin era con su cabello tomado, musculosa que destacaba sus brazos, y personalidad sensible. —MinJoon es una dulzura- siempre atenta a todos los movimientos del dormitorio, ¡no se le escapa nada! Ah~, y YeongGi, ¿alguna vez han pensado en cómo MinGi sería de bebé? ¡YeongGi lo es! Tan torpe y disperso..., ay~, los amo mucho.
—¿Cuánto tienen? —preguntó JiWoon.
—Van por los siete meses~ —continuó con su carreo, antes de pegar fijamente la mirada en JiWoon—. ¿Y tú quién eres?
—Kwan JiWoon —se inclinó hacia adelante—, amigo de MinHo —«nos acaban de presentar...»
—Ah, el extra —saludó—, hola, yo soy Hwang HyunJin.
«El extra». JiWoon quiso reír ante el apodo.
—¿Podemos ensayar? —ChangBin llamó la atención una vez más, esta vez cansado—, por favor..., quiero que nos larguemos pronto a Seúl.
—¿Lily? —consultó Felix. ChangBin asintió—. Pensé que estarías con ella...
—La idiota me echó —masculló—. Tuvimos una pelea en el hospital- fue vergonzoso. Al final quedamos de acuerdo en que yo la pasaría a buscar al hospital después del festival.
—¿No nos acompañarás a comer, después? —preguntó HyunJin.
—Nah, prefiero traérmela y que duerma un poco. Estará agotada.
JiWoon vio a MinHo y a HyunJin compartir una mirada de complicidad y, con lo que JiWoon la conoció en la conversación en el auto, dudaba que ella lo esperaría hasta la noche.
—Eso es conmovedor —dijo MinHo, y se posicionó en su micrófono—, ¿comenzamos? ChangBin's mom has got it goin' on~
—Ah- hijo de puta. —JiWoon podría jurar ver a ChangBin explotar en rabia, pero de todas formas siguió la batería de HyunJin para comenzar a cantar la canción de Fountain of Wayne.
Era una canción de práctica, pero JiWoon no quería decir cuán asombrado estaba por la presentación. HyunJin y Felix lucían como si tocar instrumentos no fuera lo más complicado del mundo, y ChangBin ni siquiera veía sus notas a la hora de tocar la guitarra. MinHo, por otra parte, se movía con una banalidad y teatralidad por el garaje- coqueteando con sus amigos e incluso con guiños a JiWoon que le daba una muestra espectacular de lo que eran como banda.
JiWoon jamás los había escuchado en vivo- solo un par de veces a través de videos en YouTube que él había encontrado de forma ocasional (ocasionalmente accidental). La forma en la que sus ojos seguían a MinHo no era una cosa de romance- era un factor real de cómo el dramatismo de MinHo, sumado con su egocentrismo, permitía que fuera el perfecto centro de atención como vocalista.
Entonces, comenzaron con la lista de canciones, pero JiWoon solo podía pensar en lo fascinante que MinHo era, y de que su amigo JiSung gustaba de él.
«¿Los demás lo sabrán?», se preguntó JiWoon. MinHo sonreía y chocaba caderas con ChangBin mientras abrazaba a Felix por el cuello, todo que podía considerarse fanservice. Debía de ver una comparación en tiempo real entre las dinámicas para poder asegurar su teoría.
JiWoon nunca se dio cuenta de cuánto tiempo estuvo concentrado en su ensayo cuando, desde la puerta del garaje, entró una mujer atractiva, joven y terroríficamente parecida a MinHo.
—Vayan a almorzar —ordenó ella—, MyungDae hizo cangrejo.
—¡Sí! —celebró la banda como unos niños.
Sin embargo, la pesada mirada de ojos negros se detuvo en JiWoon, que lo hizo colocarse recto.
—No te conozco —dijo ella.
—¡Madre! Él es amigo del trabajo: Kwan JiWoon —presentó MinHo. Se acercó a JiWoon y lo alzó del brazo para colocarlo frente a ella—. Buen chico. Nos acompañará en el festival.
—Un placer —susurró JiWoon, nervioso.
—Espero que te guste el cangrejo, porque MyungDae no hace dieta vegetariana —amenazó ella.
Prontamente, JiWoon se sintió fuera de lugar. Estaba en la mesa del comedor de MinHo (como en sus sueños), almorzando con los padres de MinHo (como en sus sueños), mientras compartían un ambiente grato con conversaciones maduras por parte de los padres de MinHo hacia él (como en sus sueños) al mismo tiempo que la banda hablaba sobre alguna-qué-cosa. Sin embargo, el movimiento en su corazón sobre la asunción de que su amor-no-amor correspondido por MinHo hacía que cada una de las pequeñas cosas que JiWoon tanto deseó, hace menos de veinticuatro horas, solo fueran un doloroso puñal en el corazón.
Al terminar de almorzar, JiWoon se ofreció en lavar la loza, pero fue ChangBin quien se apoderó bajo la excusa de que necesitaba desquitarse con algo; mientras, Felix dijo que quería llorar tranquilo, así que prohibió el paso a la cocina.
—Me gusta cuando él está triste —comentó MyungDae, sentado un sofá individual, mientras bebía una taza de café—, siempre hace ricos postres.
—Tenle piedad a Felix, papá, o tendremos a su ex en la puerta de la casa de nuevo —recriminó MinHo.
HyunJin, por su parte, estaba con SooYoung en el sofá extenso con su celular en mano; ella arrullaba ante cada fotografía de los sobrinos de HyunJin que pasaba.
Una vez más, JiWoon era un pez fuera del agua.
—¿No quieres pasar a tu casa, antes? —ofreció MinHo—. Podemos pasarte a buscar. No nos iremos dentro de un rato.
—No, está bien... —JiWoon asumía que nadie le extrañaba en casa.
Felix hizo postres, y ChangBin continuaba refunfuñando entre su rabia. JiWoon entabló una conversación con Felix sobre el fracaso de las relaciones amorosas y le rogó un par de consejos para evitar el ciclo de las rupturas. JiWoon no entendía mucho, porque Felix le hablaba con una complicidad y secretismo que no entendía demasiado. ChangBin lo regañaba por ser arrastrado y HyunJin solamente lo alentaba porque, con amor, todo era posible.
No fue hasta cerca de las tres de la tarde que comenzaron a cargar la camioneta verde (que era de HyunJin) con los instrumentos. SooYoung y MyungDae comentaron que irían con el padre de ChangBin a Seúl, así que MinHo se despidió de sus padres y ellos le desearon buena suerte a la banda. Cuando JiWoon se montó en la camioneta, en el asiento trasero, se dio cuenta que los padres de MinHo ni siquiera se acordarían de su nombre.
—Creo que es bueno que nos demos un tiempo —continuó Felix, sentado en el medio del asiento trasero—, es decir- nos hemos intoxicado con el otro. Deberíamos crecer por separados y, si los caminos nos unen, volver a juntarnos- ¡HyunJin, despierta!
HyunJin, desde el piloto, saltó en su asiento y desvió el auto que estaba a punto de chocar. —¡Woah! ¡Eso estuvo cerca! ¿No crees, ChangBin?
ChangBin, quien estaba en el copiloto, solo sostenía la manilla de la puerta con intenciones de querer bajarse de inmediato.
—No puedes terminar tu relación con la esperanza de volver a encontrarse. Para eso siguen juntos —opinó MinHo, desde el otro lado de Felix—. Solo rompan, YongBokkie.
—Pero es difícil cuando ha estado ahí para mí —se excusó—, es decir, ¿cómo te sentirías tú?
—No soy tan idiota como para meterme en una relación tóxica.
—¡ChaaangBiiin!
—¿Qué me hablan? —ChangBin farfulló, aun de mal humor—. Tómense las cosas en serio, por favor.
—¿Qué quieres hacer, YongBokkie? —consultó HyunJin, mientras lo veía por el retrovisor—. ¿Quieres contacto 0? Él está en Australia- se te será fácil.
«Ah».
Un silencio muerto se formó en la camioneta, al igual que una fuerte tensión. En el medio, Felix se tensó tanto que sus puños se pusieron blancos; mientras, tanto ChangBin como MinHo se removieron en sus asientos.
«¿Él? —pensó JiWoon, con un poco de emoción en su estómago—. Estás de- ¿Felix es gay?»
»Mierda- todos están callados. Rápido, di algo.»
—HyunJin t-tiene razón —JiWoon habló, con un gran esfuerzo de no desafinar—, el contacto 0 con una persona que vive en otra parte es más fácil. Es la única forma de crecer. P-pero también va a lo que quieres tú con tu... con tu persona...
—Mierda... —HyunJin dijo con nervios—, per-perdón. Se me esca-
—Está bien, está bien —se apresuró en decir JiWoon. Estaba nervioso, sí, pero también tenía un brote de emoción que le generó una bizarra seguridad. Ni siquiera debía de pensar así con un grupo de chicos que conoció un par de horas. A su lado, Felix se atrevió apenas a dirigirle la mirada cuando JiWoon intentó formar su mejor sonrisa. —Yo también soy..., oh- gay.
«Lo dije».
El silencio se mantuvo, y JiWoon notó a MinHo enderezarse ante la confesión. Era la primera vez que JiWoon lo decía en voz alta, y solamente quería bajarse de la carretera y largarse a llorar.
—No soy gay —aclaró Felix, con sus ojos finalmente en él—, soy bisexual.
—Ah- bien...
—Aunque ahora me arrepiento. —De nuevo, Felix miró su celular con su labio inferior abultado. —Si fuera hetero..., no estaría llorando por él...
—Oh, mierda —exclamó ChangBin, tras escuchar a Felix volver a llorar—, ¿en serio te pones-
—¡HyunJin, despierta! —chilló esta vez MinHo.
El corazón de JiWoon latía a mil, y no podía asegurar si era por la posible prematura muerte que tendría en la carretera o por su confesión. MinHo no le había dicho nada directamente, pero la conversación entre el grupo se convirtió aún más fluida de lo que JiWoon pensó. Incluso, Felix se dedicó a contar toda su historia romántica con el muchacho a JiWoon para recibir un mejor consejo.
Una vez que llegaron al estadio municipal de Jung-gu, estacionaron en una zona exclusiva para los participantes y, entre los cinco, llevaron los tres estuches de guitarra y la batería en partes.
El estacionamiento ya entregaba la perspectiva de ser un festival de rock. Los autos- camionetas gastadas, algunos con estilo ochentero, todo con chicos que parecían arreglarse para la presentación. A la banda los guiaba una chica alta que daba los horarios del ensayo general (donde, para la magia del espectáculo, no presentaran la misma canción que harían luego), a la hora que deberían estar en los escenarios y cuánto duraría el evento.
Al llegar a la cancha, JiWoon se sorprendió de la estructura. La cancha tenía cinco escenarios distintos donde estarían las bandas, y en ese instante estaban ensayando el juego de luces. Había un sector cerca de ellos donde estaría el staff y las personas que pagaron entradas más costosas; mientras que, para el asombro de JiWoon, las gradas del estadio estaban de a poco llenándose con jóvenes adultos y adolescentes emocionados por el evento.
Les designaron en el escenario, y JiWoon los ayudó con la batería. Después, se dirigieron hacia el estacionamiento a la espera del resto del grupo.
—Me muero de calooor —exclamó HyunJin, mientras se sacaba su chaqueta y quedaba solo en musculosas—. ¿Cuándo se supone que llega el resto?
—YiSu dijo que ya venía —contestó ChangBin, tras revisar su celular—. Hay tráfico afuera, así que el uber los dejó más lejos de lo que querían.
JiWoon seguía nervioso. MinHo le miraba de esa forma en la que quería hablarle sobre algo, y que no pudiera dar el primer paso molestaba a JiWoon.
—Wah.
—¡AAAHHH!
HyunJin saltó cuando YiSu le tocó las costillas, junto con un grito que llamó la atención de los otros chicos del estacionamiento. El lugar reventó en una fuerte carcajada.
—Ay, no me canso de hacer eso —suspiró YiSu, mientras se secaba una lágrima falsa.
—¿Y tus cosas? —preguntó ChangBin.
—Me lo traen mis burros de carga —contestó ella con una sonrisa. Entonces, ella se giró hacia JiWoon—. ¡Ah! ¡Viniste!
—Sí..., gracias por la invitación, de todas formas —se apresuró en decir JiWoon.
YiSu se acercó a MinHo y le golpeó en sus costillas. —Te dije que era una buena idea, ¿o no?
—Si te digo que no, te pondrás a llorar, ¿verdad? —bromeó MinHo con ella.
—Sip.
Tal como la recordaba, YiSu vestía de forma extravagante. A diferencia de la prenda que usó cuando invitó a JiWoon al evento, esta vez llevaba una falda negra apretada con botas altas de cuero; su camiseta no constaba más de un top negro y una chaqueta de cuero que asombraba a JiWoon de que no pasara frío. Estaba vestida para la ocasión.
—Ay, Felix... —exclamó YiSu al ver al chico—, ¿te volvieron a botar?
Felix, con su labio abultado, asintió.
En eso, desde el fondo, JiWoon vio a JiSung caminar junto a un chico desconocido, ambos cargando maletas con ruedas. Una vez que se acercaron, ambos dejaron las maletas en el suelo.
—No vuelvas a hacer eso —amenazó el chico desconocido a YiSu—. Tus maletas pesan más que la mierda. ¿Qué demonios trajiste?
—Lo suficiente para hacer a todo este grupo de gremlins los más atractivos del lugar —alentó ella con una sonrisa.
—¿No somos atractivos? —le preguntó MinHo.
—Con los ojos de ostras de Felix, la cara de somnolencia de HyunJin, el ceño fruncido de ChangBin y tu rostro por sí solo los hacen de todo menos atractivos —contestó YiSu, totalmente orgullosa. Entonces, con una gran palmada, estiró su mano hacia el otro chico que JiWoon no conocía—. ¡Mi amor! ¡Las cosas!
El chico colocó sus ojos en blanco, pero se hincó para abrir la maleta y sacar una bolsa con base en crema de maquillaje. Al tendérsela, notó por primera vez la presencia de JiWoon.
—¿Y tú eres...?
—JiWoon- Kwan —se presentó con torpeza—. Y tú...
—SeungMin- Kim —le imitó, con su semblante aburrido.
—Ah- eh... —Con un poco de incomodidad, JiWoon intercaló su dedo entre MinHo y SeungMin, para preguntarle a MinHo. —¿Él fue...?
—Este mismísimo hijo de la gran puta me ha rechazado —acusó MinHo en voz alta al mismo tiempo que apuntaba a SeungMin indiscriminadamente—. Ayer yo me quedé varado con mi amiguito JiWoon en Seúl, y acudí a él en busca de ayuda, pero el bastardo con pene de puberto no me quiso recibir.
—Cuando tengas a tres compañeros de cuarto sedentarios que solamente juegan Valorant, me entenderás —se defendió SeungMin.
—Sí- igual fue mi culpa. Yo no quería desatarlo —agregó YiSu.
—Ah. —El asombro se escapó de la boca de JiWoon, quien se la tapó rápidamente al notar a todo el grupo mirarlo. Con timidez, apuntó a YiSu. —Pensé que..., creí que eras novia de MinHo.
El grupo calló al instante, casi al mismo tiempo que JiWoon sintió que había dicho un sacrilegio para todos. El silencio fue tan pesado que terminó por romperse por una arcada de MinHo y una burlesca carcajada de SeungMin.
—No soy un mal partido —YiSu le discutió a MinHo, ofendida.
—Al contrario, reina, solo no eres el mío —bromeó. JiWoon vio a MinHo hacer un ademán a JiSung y sonreírle—. Acompáñame a comprar.
JiSung hizo una mueca de cansancio. —Vengo de afuera...
—Vago.
«Ah», JiWoon apenas pudo hacer un movimiento cuando MinHo y JiSung volvieron a salir del estacionamiento. A nadie del grupo pareció importarle mucho.
—¡Bien! —YiSu llamó la atención, una vez más, con una palmada—. ¡A arreglarse!
Durante el tiempo de preparación, JiWoon encontró lógica al por qué MinHo y YiSu no estaban en una relación. Por la forma tan dominante que ella tenía en liderar su área de estilista tal vez haría que MinHo se rehusara a la mitad de los comandos- o eso creía JiWoon, porque cuando ella le pidió a él que aplicara base a la cara de ChangBin no pudo negarse por miedo a que ella lo regañara.
—No te voy a delinear la línea de agua porque has llorado mucho —dijo YiSu a Felix—, así que, solo te haré un juego de sombras.
—¿Tan hinchado tengo los ojos?
—Depende, ¿desde hace cuánto llevas llorando?
—La mañana, quizás.
JiWoon, por su parte, terminó de aplicar la base en el rostro de ChangBin; era la primera vez que lo hacía, y consideró que no le quedó taaan mal. Por otro lado, HyunJin se vestía al otro lado de la camioneta, donde no fuera visto por los demás chicos del estacionamiento.
—¿Cuál es tu fetiche con el arnés? —preguntó HyunJin.
—¡Es sexy! —dijo YiSu. Ella terminó de maquillar a Felix y fue hacia una de las dos maletas abiertas para sacar un chaleco de lanilla y se la lanzó a Felix por la cabeza—. Tú usa eso, que tiene el cuello suelto. Así se te ven las clavículas.
En eso, cuando MinHo y JiSung regresaron, ambos bebían un jugo en caja cada uno. JiSung se sentó junto a SeungMin en la orilla de la camioneta al mismo tiempo que YiSu le lanzaba ropa a MinHo. Él se cambió enseguida, sin pudor frente a todas las personas; a diferencia de HyunJin con su arnés, MinHo tenía una camiseta apretada que tenía un cierre en el medio.
YiSu tomó la punta del cierre del cuello y lo bajó hasta la mitad del pecho. MinHo, ofendido, lo subió. YiSu lo bajó y él lo volvió a subir.
—JiSung —llamó ella.
JiSung, sin entender, bajó el cierre hasta el pecho. MinHo no lo subió de vuelta.
—Ah, Hanji, tú también te tienes que cambiar —ordenó YiSu—. Venimos como grupo. JiWoon, tú igual.
—¿Cómo te sabes mi tallaje? —preguntó JiWoon.
—Te he visto —contestó ella, y le lanzó la ropa.
JiWoon se sorprendió. La prenda se veía de buena calidad, y no tenía etiqueta. Se colocó en el mismo lugar apartado de donde se había cambiado HyunJin para cambiarse: no era más que una musculosa con letras rojas y unos pantalones negros que eran sueltos. No pudo ocultar la impresión.
—Ella hizo la ropa —contó JiSung a su lado, al notar la mirada de asombro de JiWoon—. Ha hecho toda la ropa.
—La ropa- ¿pantalones y camiseta? ¿También los arneses? —JiSung asintió—, oh...
JiSung esbozó una sonrisa y se cambió con rapidez de ropa. A JiWoon le llamó la atención cuán delgado JiSung era, y de cómo con la musculosa le hacía ver mucho más pequeño. Sin embargo, sus ojos se direccionaron al enrojecimiento de su cuello.
Un chupetón.
«Ah- la mierda».
»Vamos, ¿tienes quince años? No deberías de por qué perturbarte porque alguien tiene-»
—¡Ay! ¡Woof! —HyunJin ladró al ver a JiSung—. ¿Y ese chupetón, casanova? ¡Tápatelo, pecador!
—Los niños de hoy en día no tienen pudor —comentó MinHo, ofendido.
—¿Quieres tapártelo? —ofreció SeungMin—, YiSu tiene una base resistente.
JiSung enrojeció enseguida ante la broma. Se tomó el cuello y lo ocultó con su mano. —¿Qué tan resistente?
SeungMin hizo un ademán en su propio cuello. JiWoon se atragantó con su propia saliva.
—Bueno- sí —accedió JiSung—. ¿YiSu-
—Olvídalo, te da carácter —negó ella, mientras hacía un cuadrado con sus dedos para ver a JiSung—, un mujeriego. ¡Lindo!
—Yo- ay, yo ni siquiera presento.
—Entonces, MinHo debería tener uno.
JiWoon miró con horror hacia MinHo, y en vez de tener una respuesta defensiva, el vocalista solamente apunto su cuello y le guiñó al ojo a JiSung. —Cuando quieras, cariño.
JiSung solo lo miró y fingió una arcada. El resto del grupo reventó en risas.
«Entonces... —JiWoon continuó con su teoría—, JiSung no puede gustar de MinHo- es decir, tiene un chupetón. Alguien tuvo que hacerle un chupetón, y como se fue temprano..., a lo mejor se juntó con alguien antes de venir. Sí, una pareja o un amigo o amiga con beneficios. Lo que sea. JiSung no debe de gustar de MinHo.»
—Tengo la ropa de Lily —informó también YiSu, una vez que terminó de arreglar a MinHo y se dispuso de ordenar su maleta—. ¿Sabes a qué hora viene?
—Ah- ugh... —SeungMin emitió solamente sonidos, antes de cerrar los ojos.
YiSu abrió su boca al caer en cuenta de lo que dijo, y JiWoon miró cómo ChangBin tiraba su cabeza hacia atrás mientras bufaba un profundo gemido de decepción.
—¿Lily viene?
—T-tú sabías, ¿o no? —preguntó YiSu.
—¡No! ¡¿Lily viene?!
—N-no...
—SeungMin —ChangBin se giró hacia él.
SeungMin solo se encogió de hombros. ChangBin comenzó a buscar apoyo en el resto de la banda, pero todos comenzaron a desviar miradas.
—¡¿Todos sabían?!
—Ay- hombre, para de ponerte tan denso —pidió MinHo, antes de darle una bofetada en el brazo—. Lily es terca. ¿Alguna vez te ha respetado un «no» cuando ella ya lo va a hacer?
ChangBin consideró las palabras y, un poco avergonzado, negó.
—Déjate de llorar. Llegará a la hora que llegará, y lo mejor que puedes hacer al respecto es hacer una buena presentación en honor porque esto se logró gracias a ella.
JiWoon no tenía idea de qué tipo de persona era Lily para la banda, pero por la forma en la que MinHo hablaba de ella notaba ser alguien demasiado querida. ChangBin se replanteó las palabras de MinHo para que, finalmente, poder bajar sus hombros tal como sus defensas.
—Bien, okey, vale —accedió ChangBin—. Me rindo.
—Yes! —exclamaron HyunJin y Felix.
Esa fue la primera vez que JiWoon vio a ChangBin sonreír, pero rápidamente fue borrada para darle una patada a MinHo, HyunJin y Felix con murmullos de cuánto los odiaba.
Cuando faltó cerca de media hora para el espectáculo, la banda se despidió. JiWoon no pudo más que darle los buenos deseos para una buena presentación mientras que el resto solamente daba palmadas en las espaldas o abrazos por cuán emocionados estaban. Incluso SeungMin les sacó un par de fotografías para conmemorar el momento.
JiWoon tuvo que entrar con JiSung, SeungMin y YiSu por la entrada oficial, y fueron llevados como parte del staff a la platea del estadio. Ahí, JiWoon se sorprendió cuántas más personas se encontraban, con la galería casi llena y la platea cargada de periodistas independientes sacando fotografías o grabando la espera del evento.
—No me esperaba que tuviera tanta convocatoria —admitió JiWoon, mientras veía la gran cantidad de personas—. O que la gente pagara por ver esto.
—Es algo así como una pelea de bandas —contó SeungMin. JiWoon se preguntó cómo no pensó en la existencia de una relación entre SeungMin y YiSu porque, al instante en que él la abrazó por la espalda, notó que venían con un vestuario de parejas.
—¿Has visto Scott Piligrim contra el mundo? —preguntó JiSung. JiWoon asintió—. MinHo es fanático de esa película. Cuando supo de la existencia de esta competencia, quiso entrar al instante.
—No entraron el primer año porque no eran lo suficientemente buenos —continuó SeungMin—, y ahora pareciera que sí.
YiSu le dio un suave codazo en el abdomen, y SeungMin la abrazó con más fuerza.
Cuando faltaban diez minutos para que comenzara el espectáculo, Lily llegó.
—¡Lo logré! —exclamó ella en victoria. Alzó sus brazos tras llegar a ellos, y soltó un gran bufido de cansancio—. ¡Eso fue horrible!
YiSu rápidamente rebuscó en su cartera y le tendió una botella de agua. Ella bebió de un solo trago.
—¿Cómo te fue? —le preguntó SeungMin.
—Ah- no sé.
SeungMin colocó tus ojos en blanco.
—¿Te dieron los resultados de tus examenes? —preguntó YiSu.
—Sí.
Todos esperaron a que Lily continuara, pero ella solo siguió bebiendo.
«Como sea...»
Para cuando las luces se apagaron, se generó una ola de griteríos que los cinco chicos acompañaron. JiWoon no sabía por qué se encontraba tan nervioso, pero aseguraba que la presentación sería distinta. El maquillaje con la vestimenta le daban una apariencia punk rock, y las versiones de las canciones a interpretar eran mucho más distintivo a lo que el grupo hacía.
—¿Qué grupo son? —preguntó SeungMin a Lily.
—¡El cuarto, de buena suerte!
«¿Quién demonios dijo eso?»
Las demás bandas eran buenas- ridículamente buenas, en realidad, tanto que la competencia incluso llegó a intimidar a JiWoon por el profesionalismo que tenían al tocar interpretaciones de canciones de otros artistas. Reconoció en los tres primeros grupos al menos uno que tocaba una canción de k-pop con arreglos para darle un género más punk, mientras que otras canciones eran rock del mismo estilo de los viejos artistas ochenteros con dosis de intensidad de por medio.
JiWoon no creyó que lo disfrutaría tanto. Bailaba en su lugar mientras cantaba las canciones que él conocía. La gente era activamente interactiva, y se formaban dinámicas de comunicación que entregaban un rico resultado. Incluso una banda había imitado a Freddie Mercury con sostener notas vocales.
Entonces, las luces del tercer escenario se apagaron. La gente gritó y, con una tímida iluminación, se apunto al cuarto escenario. Los chicos se encontraban en su lugar.
—Buenas noches, buenas noches —la suave voz de MinHo en el centro como vocalista resonó en los reventados parlantes. Él tenía su sonrisa socarrona de artista, y le dio una barrida visual a todo el público—, woah, demasiada es la gente que está acá. Bien, no nos vamos con tantos preámbulos porque el tiempo es oro. ¿La batería? HyunJin. ¿El bajo? Felix. ¿El guitarrista? ChangBin. Y les habla su querido Lee Know con intenciones de querer hacerlos pasar un buen rato, así que, si tienes el corazón roto, espero que pongas en práctica tu inglés.
No dejó tiempo para la incertidumbre cuando Good 4 u de Olivia Rodrigo sonó al instante. Lily chilló de emoción y rápidamente sacó su celular para grabar la presentación, y la oleada de gritos les llegó para cuando MinHo interpretó dramáticamente la letra de la canción.
Con un estancamiento de seriedad y ceño fruncido, totalmente contrariado a la fanfarronería de la introducción. MinHo interpretaba la canción con el sentimiento de la teatralidad, agarrándose el pecho y preguntando por qué Dios era tan malo con él; escupía cada palabra con odio hacia el público, entregando una imagen de total despecho.
—... ¡Jódeme!
JiWoon se giró. JiSung zamarreaba a SeungMin de un lado a otro, igual de emocionado, pero apuntaba algo al escenario que JiWoon no tenía idea.
Para el puente, MinHo se hincó frente al público mientras cantaba con falsa inocencia, a medida que tomaba potencia en cada verso hasta llegar al puente final, donde su voz salió ronca por la potencia que dio el grito antes de tocar el coro final.
Al terminar la canción, no dio tiempo para los abrazos. MinHo se encaminó rápidamente hacia la tercera guitarra posicionada: roja y brillante, la cruzó en su espalda y comenzó a menearse con el micrófono en mano. Diamonds are Forever de The Cab no era una canción muy conocida, pero MinHo pareció comer cada una de las letras.
JiWoon podía decir que ChangBin también se estaba robando el reflector, aun cuando MinHo movía sus caderas juguetonamente durante el coro. El chico, con sus grandes brazos, tocaba la guitarra como él sabía hacerlo; mientras que, Felix, se esforzaba en el bajo en movimientos divertidos de un lado a otro. HyunJin tocaba la batería con intensidad; movía su cabeza ante cada ritmo y, cuando la canción lo pedía, dejaba de tocar para dar el impacto vocal de MinHo.
—All you want from him is everything – but he's no happy ever after – I'm not saying that I'm the one – but this hips sure move faster —cantó MinHo mientras se paseaba por el escenario.
La guitarra eléctrica de ChangBin había llamado la atención, pero todo quedó a segundo plano cuando él dio un paso hacia atrás. MinHo posicionó el micrófono en su podio, giró la copia de The Red Special y comenzó a tocar el solo de guitarra.
JiWoon no sabía cuánto duraba, pero lo hizo extender hasta cerca de treinta segundos. A su lado, JiSung, SeungMin, YiSu y Lily gritaron de una emoción increíble, en especial porque MinHo continuó tocando el resto de la canción mientras ChangBin destacaba con su propia guitarra.
Para cuando terminó la canción, MinHo jadeó en el micrófono.
—¿A que no se lo esperaban? —preguntó. El público gritó en respuesta—. Gracias por el apoyo, terminaremos con esta última canción y- ¡Ay!
HyunJin hizo una introducción de batería que duró cerca de diez segundos, tomando a MinHo desprevenido y le hizo soltar una carcajada con Felix. De pronto, MinHo volvió a cantar, y aun con su guitarra en mano él continuó tocando Anywhere but here de Mayday Parade.
—Secret love, my escape -take me far, far away – secret love, are you there? Will you answer my prayer? Please tale me anywhere but here~
Para el ultimo coro, con el movimiento a ritmo de la cabeza de todos, terminaron de hacer su presentación con un tono alto final de MinHo que duró cerca de siete segundos más de lo esperado, y un outro por parte de Felix y ChangBin antes de que HyunJin golpeara la batería por última vez.
—¡Muchas gracias!
—¡¿Tú sabías de eso?! —JiWoon escuchó a JiSung preguntarle a Lily.
—¡Obvio! —gritó ella.
—¡Lo hicieron bien~! —YiSu zamarreó a SeungMin, emocionada—. ¡Lo hicieron bien~!
—¡¿Por qué hizo un solo?! —preguntó SeungMin, desconcertado—. ¡Es un idiota! ¡Sus manos van a doler!
—¡No serás tú el que escuchará sus quejas! —repuso JiSung.
Pero JiWoon estaba con la boca abierta. Jamás pensó que el nivel de admiración y amor que sentía por MinHo en ese instante aumentaría drásticamente. Lee MinHo era genial.
El quinto grupo se presentó, y el público continuaba loco. Las canciones continuaron con la fórmula, pero JiWoon no podía dejar de repetir en su mente los movimientos de cadera de MinHo y la forma teatral que cantaba las letras. Creyó que estaría obsesionado con eso por un largo tiempo.
Después de la ronda de presentaciones, el animador habló sobre la motivación y la última ronda de la noche: la improvisación. Explicó la sencillez del juego: las bandas deberían tocar de acuerdo a cuando el foco llegue a ellos, y los últimos que quedaran en pie con la intensidad musical ganarían el encuentro.
Empezaron en orden, y con una improvisación que resaltaba más la batería. La banda de MinHo lo hizo bien, pero de pronto, la forma en la que los focos comenzaban a alumbrar a los escenarios fue más y más veloz, lo que hizo que de a poco el primer y último grupo desistieran.
En un instante, el tercer grupo fue eliminado, lo que hizo que el intervalo en que el reflector pegaba a las bandas era de treinta segundos. De a poco la música dejó de serlo para convertirse en ruido- solo ruido. HyunJin golpeaba tan fuerte la batería con situaciones a ritmo que JiWoon se preguntó cómo es que no perdía la coordinación, para que la siguiente ronda fuera Felix, ChangBin o incluso MinHo apoyaran con su propio solo.
Ida, venida. JiWoon incluso gritó de impresión por un instante ante la intensa tensión que se formó en el ambiente. Los gritos comenzaron a ser más insistentes- querían que alguien cediera, y la segunda banda no desistiría. Sin embargo, JiWoon logró reconocer la maldad en el rostro de MinHo hasta el punto de que HyunJin terminó levantado en su propia batería para golpear los tambores con más velocidad.
Y la segunda banda se rindió.
—¡¡¡Sííííí!!! —chillaron ellos desde el público, mientras que, desde el escenario, los cuatro chicos se apretaban en un fuerte abrazo de alegría.
De ahí, JiWoon no entendió mucho. Vio a YiSu abrazar a Lily mientras que SeungMin y JiSung le sacaban fotografías a la premiación. JiWoon también quiso, aunque no entendía por qué; la felicidad que tenía la banda lo hacía sentir aún más apartado.
Tuvieron que pasar otros veinte minutos antes de poder irse al estacionamiento para reunirse con la banda, con un calor horrible. Cuando JiWoon creyó que se sofocaría del calor, la banda apareció con un pequeño trofeo.
—¡Ganamos! —lloró HyunJin, mientras se acercaba para abrazar a JiSung—. ¡Ganamos primer lugar! ¡Nuestra primera venida!
—Los seguidores han estado subiendo como locos, como también los han etiquetado. Incluso se encontraba un integrante de The Rose acá —informó Lily mientras revisaba su celular, sin salir de personaje—. Ahora solo tendrán que formar un EP oficial para poder subirlo a las plataformas, además de una versión estudio de los cover que hicieron-
—¿Puedes dejar de hablar por un instante y disfrutar esto? —pidió MinHo, mientras se acercaba a ella—, te voy a abrazar, ¿vale?
Lily no dijo nada, solo se dejó abrazar los hombros. JiWoon vio a MinHo separarse con afecto y ser abrazado por YiSu mientras chocaba los cinco con SeungMin. Con una sonrisa deslumbrante, MinHo se giró hacia JiWoon.
—¿Te gustó la presentación? —preguntó MinHo.
—Me encantó —admitió JiWoon, torpe. No supo qué hacer cuando vio a MinHo abalanzarse sobre él para darle un fuerte abrazo. Cuando su cara chocó con el hombro de MinHo, soltó con torpeza—: m-me encantaste.
JiWoon se arrepintió al instante de sentir a MinHo tensarse en sus brazos. MinHo se separó de él, le dio una sonrisa y unas palmadas en sus hombros antes de girarse hacia JiSung.
—¿Cessi? —JiSung preguntó, mientras rodeaba el cuello de MinHo con sus brazos para abrazarlo—. ¿Por qué? ¿Qué se te pasó por la cabeza?
—¿No te gustó? —preguntó él, con una burlesca sonrisa.
JiSung se separó para corresponder su sonrisa. —Felicidades.
—Aw —HyunJin chilló—, a ver, bésense.
—No frente a pecadores —discutió MinHo.
—¡Y viniste! —Por otra parte, ChangBin parecía tener una discusión con Lily. —¿Por qué no respetaste mi decisión?
—Yo te dije que iba a venir —Lily discutió sin un ápice de arrepentimiento o expresión en su rostro—, solo fuiste tú el que quería que no lo hiciera. He grabado la presentación, y haré movimientos con los mánagers de la otras bandas para poder tener un contacto de-
—¿Puedes, por un instante, dejar de hablar como mi mánager y comenzar a hacerlo como mi novia, por favor? —pidió ChangBin, enojado—. Me preocupa tu salud. Te ves del asco y luces como que en cualquier momento te desmayarás.
—Es que quiero hacerlo.
—¡Lily!
SeungMin carraspeó desde la camioneta, llamando la atención de ChangBin. Cuando él los miró, notó la pesada mirada de la banda que le pedía que dejara el rollo. JiWoon notó a ChangBin soltar un suspiro y revolver su cabello, frustrado. Lily estaba ajena de todo.
—¿Por lo menos te hice feliz allí arriba? —preguntó ChangBin, rendido.
JiWoon no podía ver la cara de Lily, pero apostó que ella sonrió.
—Por supuesto —contestó ella, firme—. Tú me haces feliz.
—Te voy a dar un beso, ¿vale?
—Okey~
—Iugh —MinHo murmuró—, heteros.
JiSung le golpeó el abdomen antes de comenzar a reír. Felix, por su parte, miró la escena de ChangBin y Lily y comenzó a llorar.
—Yo también quiero que me quieran... —murmuró apenado.
—Aw, no te preocupes, YongBokkie —HyunJin lo rodeó con un brazo por sus hombros—, ya llegará la persona para ti.
—WooYoung lo era...
—Shhh..., cállate.
—¿Puedo irrumpir todo esto para preguntar cuándo demonios iremos a comer? —cortó SeungMin todo el ambiente—, quiero decir- me muero de hambre. ¿Podemos irnos?
—Tenemos que cargar la camioneta —indicó HyunJin—. ¿Vamos donde siempre?
—O lo que quede más cerca.
—Vale, cargamos y ustedes se adelantan en ir.
—Respecto a eso... —JiWoon llamó la atención. Todo el grupo lo vio—, estoy feliz por la victoria de ustedes- uh, felicidades, pero debo regresar a mi pueblo.
—¿Estás seguro? —consultó MinHo—, podemos pasar a dejarte y-
—No, no —negó enseguida—, ya desaparecí mucho, de todas formas. Pediré un auto afuera.
—Ah —JiSung sacó su celular de su bolsillo y se lo tendió a lo MinHo—. Acompáñalo y pídelo con mi cuenta. Tengo descuento.
—Siempre tan amable, querubín —bromeó MinHo.
«Ah».
Entonces, JiWoon tuvo la realización.
¡Por supuesto! ¿Cómo JiWoon pudo ser tan ciego?
JiWoon se despidió del grupo sin tener la certeza de que alguno de ellos agradó de él, y MinHo lo acompañó fuera del estadio, donde un montón de personas también pedían autos por teléfonos o taxis para ir hacia sus destinos. JiWoon no se dio cuenta que era cerca de las diez.
—Gracias por venir. —MinHo se ganó en una esquina y comenzó a usar el teléfono de JiSung para pedir el auto. —No sabes lo que significó que vinieras, JiWoon. Gracias.
JiWoon relamió sus labios un poco nervioso. —No hay de qué...
—El auto demorará un poco por la congestión de la gente.
Ambos quedaron en un silencio un poco extenso. JiWoon sentía sus manos sudar y su corazón latir con velocidad, como también se replanteó si era buena idea sentirse así en ese instante.
—Así que... —MinHo volvió a hablar, con un tono mucho más sutil—, ¿gay?
JiWoon casi se atragantó con su saliva, pero asintió.
—Genial —dijo MinHo—, gracias por la confianza, también. Mis amigos son bastante defensivos con eso.
—¿En el sentido de...?
—No, al contrario.
—Ah... —JiWoon no sabía cómo preguntarlo de vuelta, así que se armó de valor para poder divagar. —Y tú...
—No —dijo. JiWoon sintió su corazón presionar un poco antes de aliviarse con rapidez—, aunque- tampoco hetero.
—¿Bisexual? —MinHo se encogió de hombros—, aún no sabes...
—No sé, la verdad, pero yo..., yo me conozco —contestó demasiado seguro como para ser una respuesta ambigua—, sé lo que me gusta y lo que puedo soportar.
—¿Fue muy difícil para ti?
—Más que la mierda... —admitió—, meses y meses de complejos y tristeza. Era una nube gigante en mi cabeza, y yo no sabía qué hacer. No tenía a nadie con quien hablarlo porque me daba miedo que mis amigos me miraran mal. Además, ni siquiera fue por una realización como..., uh, no sé, como si un día los chicos me parecieran lindos. Fue todo una mierda.
—Entiendo... Yo también pensé que había una falla conmigo. Creí que era mejor dejarlo encerrado porque, de todas formas, era muy poco probable que yo pudiese salir de ahí. —JiWoon recordó con pena las noches que pasó llorando por no poder entenderse. —Entonces, ¿a ti te descolocó una persona?
MinHo le miró y sonrió. —Sí.
—¿La misma que quisiste aprender a ser mejor, porque en ese entonces valía la pena?
—Siempre valdrá la pena —aclaró, con sus mejillas sonrojadas—, es solo que..., ahora tengo seguridad de que no se irá.
JiWoon sintió una corriente de nerviosismo y tristeza pegarle en la columna. Tanteó sus bolsillos y sacó un cigarro; le ofreció uno a MinHo, y él aceptó.
—Es JiSung, ¿no es así? —preguntó JiWoon, finalmente.
Se preguntó por qué MinHo se tomó su tiempo en contestar, pero lo hizo; solamente asintió ligeramente mientras calaba.
—Solamente creí que eran buenos amigos —admitió JiWoon.
—También lo somos —coincidió—, pero él- uh, sí, él me descolocó.
—Puedo verlo. Con convicciones, terco, y bastante reservado.
—¿Eso fue sarcasmo?
—Solo un poco. No lo conocí mucho.
—No te preocupes, él no se deja conocer —consoló—, pero, cuando tiene la confianza, no se calla nunca.
JiWoon caló su cigarro. —Me imagino...
No quería manifestar su decepción- lo encontraba demasiado patético. JiWoon sabía que, independiente de lo que MinHo fuera, él no se iba a fijar en alguien como JiWoon.
«¿Qué creíste? ¿Qué al ser gay se iba a enamorar de ti?»
—Ah —JiWoon realizó otra cosa—, eso significa que- anoche, cuando me dijiste que estuviste involucrado en una relación, ¿no era con...?
—Sep, con JiSung.
—Noté enseguida que él te quiere —admitió, apenado—, era demasiado obvio.
Fue un comentario sutil, sin segundas intenciones. Sin embargo, JiWoon no se esperó ver a MinHo esbozar la sonrisa más grande que alguna vez le había visto- ni siquiera hace minutos atrás se podía comparar con la felicidad que se posó en su rostro.
—¿En serio parece así? —corroboró MinHo. JiWoon asintió—. Woah..., yo- yo siempre pensé que el obvio era yo.
Entonces, en un arrebato de emotividad, JiWoon presionó sus dientes y confesó:
—No lo sé, MinHo, yo no te veía esperando verte diferente con JiSung. Yo solo te veía a ti...
—Entiendo que pueda ser incómodo, pero te integraste bien —consoló MinHo, con una palmada en la espalda de JiWoon—. Uy, aquí viene el auto.
El cigarrillo de JiWoon cayó al suelo. Él ni siquiera le había prestado atención porque, ¿acaso él se le había confesado a MinHo?
No, alto, ¿se confesó a MinHo, y él no lo entendió?
MinHo chifló para llamar la atención del auto, y este paró frente a ellos. JiWoon no sabía qué más decir que sentirse bajo el impacto de la terqueza e idiotez natural de MinHo.
«Oh, puta mierda —se rindió—, me gusta un idiota».
—De nuevo, gracias por venir y lamento todas las molestias —dijo MinHo—, espero volver a salir contigo.
JiWoon, aun perplejo, asintió. Sin embargo, antes de poder subirse al auto, decidió mandar todo al carajo y abalanzarse sobre MinHo para dejarle un corto beso en la boca.
—Nos vemos, idiota —se despidió él.
Cerró la puerta del auto y el chofer avanzó. Sus manos comenzaron a temblar por la adrenalina, y una pequeña risa se escapó de su boca al notar que, por más que tratara a MinHo de estúpido, JiWoon también lo era.
«Oh, mierda —volvió a caer en cuenta—, le declaré la guerra a un chico que revivió la Unión Soviética».
. . .
—¿Me vas a dejar de ignorar?
JiSung se giró a su lado. Estaba distraído viendo twitter que no se había dado cuenta que MinHo ya había apagado su celular.
—No te he ignorado —contestó JiSung.
—Bueno, pero me has ignorado románticamente.
—Románticamente —repitió JiSung, sin entender.
—Sí. —MinHo tomó la mano de JiSung y la dejó sobre su cabeza. —Dame cariño.
JiSung palmeó tres veces la cabeza de MinHo, lo que le hizo perder la paciencia. MinHo se abalanzó sobre JiSung y lo hizo rodar sobre el futón del departamento de él, pasando a llevar en el proceso a Doongie.
—¡MinHo! —exclamó JiSung, tras quedar debajo de MinHo—. ¿Qué te pasa? ¡No te ignoro!
—¡Estás raro desde que dije que JiWoon me besó!
—Bueno, ¿y cómo quieres que lo tome? —admitió, con su ceño fruncido. MinHo colocó su índice en el entrecejo e hizo tiritar su mano—. Estuvo coqueteando contigo toda la noche- ¡En mi propio techo!
—No estuvo coqueteando.
—MinHo, tú le gustas —enumeró JiSung—. Pasó contigo dos días enteros y una noche solo para ver la presentación de tu banda. Te preguntaba cosas de forma romántica- ¡Mierda! ¡Y cuando se te dio por desnudarte frente a él, te miró como un pedazo de carne! Dime, ¿por qué te perdoné por eso?
—¿Debía pedir disculpas por desnudarme?
—¡No te desnudes frente a más personas, hombre!
—Pero por quééé~
Con una sonrisa divertida, MinHo comenzó a colar sus manos bajo la camiseta de JiSung. Él se resistió en un inicio, pero cuando MinHo comenzó a darle besos en su cuello y detrás de su oreja, terminó por enredar sus dedos en su cabello negro.
—Solo me interesa que tú me veas desnudo —complementó MinHo—, tómalo como un halago.
—Soy tu novio. Tu pediatra y yo somos los únicos autorizados para verte desnudo.
MinHo le terminó por dar un beso en la mejilla antes de volver a recostarse a su lado. Con cuidado, sacó sus manos bajo la ropa de JiSung para comenzar a sobarse sus dedos. Al notar eso, JiSung tomó las manos de MinHo y comenzó a masajearlas.
—Tuviste un solo, y tocaste en otra canción —observó JiSung—, no tenías por qué...
—Me pareció una buena idea —admitió MinHo, con sus ojos pegados en sus manos—, además, iba a ser una sorpresa para ustedes. ¿A que ninguno se lo esperaba?
—Pensé que ChangBin tocaría a Cessi, cuando la vi en el escenario.
—Ese bastardo solo la tocará cuando yo me haya muerto, ¿oíste?
Sin embargo, la mera mención de ChangBin hizo que los dos entraran en un ambiente de melancolía rápidamente. JiSung masajeó en silencio la mano de MinHo mientras que él, en lo más profundo de su mente, soltó un pesado suspiro.
—¿Cómo podremos seguir si sabemos que perderemos a Lily? —preguntó MinHo, de repente.
JiSung se sintió ligeramente impactado por la insensibilidad de MinHo, pero tenía razón; el cáncer se esparcía por su cuerpo como el propio veneno.
—Supongo que con fe —ideó JiSung—, o..., no lo sé, MinHo. No tengo idea.
No querían hablar de Lily; era doloroso.
—Bueno- como sea —JiSung cambió de tema—, ¿hablarás con JiWoon?
—Debo hacerlo —contestó MinHo—, no puedo dejar que me bese así como así. Tengo un novio en casa.
—Gracioso.
MinHo tomó la muñeca de JiSung y lo estiró sobre él para poder besar las flores de cerezo tatuadas en su antebrazo. JiSung, al ver la acción, dijo:
—No me vuelvas a apartar, MinHo.
MinHo detuvo sus besos y se dirigió hacia JiSung, como si lo que hubiese dicho no fuera más que una estupidez. Sin embargo, él parecía bastante seguro de sus palabras, haciendo a MinHo caer en cuenta de que, con su distanciamiento, realmente hizo a JiSung sentirse mal.
—Okey —accedió.
—Lo digo en serio.
—Vale~
—Nada de «vale~». Promételo.
—Por la garrita, mi querubín.
JiSung se incorporó para quedar arriba de MinHo y pasar sus dos manos por la cara de él. —Eres un traidor infiel.
—Ah..., perdón~ —MinHo canturreó.
Tan pronto como JiWoon se había subido al auto, MinHo les había comentado a los chicos lo sucedido. No fueron más de cinco segundos de silencio antes de que HyunJin lo golpeara en la cabeza por ser tan ciego. JiSung tuvo que darle una cátedra a MinHo sobre que debía de volver a hablarle y rechazarle como corresponde si es que quería seguir con él, y MinHo solamente se ofendió por la idea de tener que terminar con JiSung por alguien que era solamente un amigo del trabajo.
En un momento, antes de que se quedaran dormidos, JiSung volvió a hablar.
—¿No quieres quedarte mañana también?
MinHo se movió un poco entre sueños mientras mugía. La verdad es que él debía de trabajar, y estar con JiSung era una recarga de energía que no quería perder. Sin embargo, recordó en cómo JiWoon le dijo cómo notó enseguida que JiSung lo quería.
—Hm..., pero solo hasta mañana —contestó MinHo.
—Okey.
«Algún día no me iré —pensó MinHo—. Compraremos una casa donde no me tenga que ir al día siguiente».
Mi problema con los slice of life es la creación de personajes y el saber qué es lo que pasará con ellos en todo momento, por ende, tengo demasiado material de historia en el sentido del slice of life más que del romance, pero siento que si le hago otro especial que siga avanzando en el tiempo, por como se contó en el epílogo, no serían cosas felices.
La gracia del slice of life no es que tenga un final, sino que acaba cuando se termina de escribir.
Por eso, prefiero que me dejen en este comentario cualquier duda que tengan con la historia, personajes, tramas, huecos, etc- para que yo pueda contestarlo<3
De todas formas, como siempre, les agradezco el apoyo, la compañía y la constancia de seguir leyendo esta historia. No saben cuán agradecida estoy no solo conque lleguen al final, sino que hayan podido disfrutarla. Los amo de verdad.
Gracias.
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