Extra 1 (1/2)
Antes que todo: mejor tarde que nunca. Subí las notas donde mencionaba un capítulo especial el 31 de enero del 2021, y diez meses después recién lo pude cumplir.
Inicialmente, tenía pronosticado cuatro especiales: uno que es este, otro que era un especial de Halloween, y dos capítulos extras: el primero donde se contaba el funeral de la abuela de SeungMin, donde también se hacía una introspección a su vida, y la otra era del capítulo 23 y 24 donde contaba lo que les pasó a los otros personajes en el pueblo mientras los otros estaban en Seúl; sin embargo, no sé cuánto me demoraré haciéndolos :')
Ahora quise traer este especial, el cual estará dividido en dos partes porque ya la primera parte tiene cerca de 10k palabras. Espero que lo disfruten :)
Y, aviso: este extra está basado dos años después del último capítulo
Canción:
Gorgeous; Taylor Swift
Kwan JiWoon nunca había estado seguro con su sexualidad, y para cuando entró a trabajar en la tienda de música que quedaba en su pueblo como trabajador de medio tiempo, jamás pensó que de pronto él se encasillaría en la homosexualidad.
Porque, dios, ¿quién demonios era ese chico tan lindo?
Su cabello oscuro que combinaba con sus ojos- usualmente peinado hacia el frente o hacia un lado. Sus tatuajes se perdían en el rapado de su nuca, pero que cautivaba a todos y la mayoría de los clientes halagaban cuando lo veían. Sus manos, largas con diseños de tinta esporádicos, los cuales usualmente temblaban cuando se sometía a cierta fuerza.
Tenía una sonrisa preciosa, y su carisma era naturalmente coqueta. La jefa Min adoraba al chico y, en secreto, JiWoon también lo hacía.
Había empezado como un trabajo de medio tiempo antes de las vacaciones de verano porque JiWoon se iría de viaje con su familia a la isla Jeju. La jefa Min había ofrecido el laburo de lunes a viernes después de sus clases en la universidad técnica y JiWoon lo había tomado casi como un milagro. Fue una gran oportunidad y no quiso desaprovecharla.
No obstante, el viaje a Jeju se canceló. Uno de sus padres se quedó sin trabajo y no podían darse el lujo de viajar. JiWoon quiso cooperar con los gastos de su hogar, así que aprovechó las vacaciones de verano para trabajar a tiempo completo, de lunes a sábado.
Jamás pensó que la belleza misma tomaría los turnos con él.
—¿Eres nuevo? —JiWoon un día había intentado sacar tema de conversación con él.
MinHo se llamaba. Lee MinHo, como el actor. También se hacía llamar Lee Know porque era el vocalista de una banda (¡Una banda!). Cuando JiWoon le había preguntado eso, MinHo había carcajeado en su buen sentido del humor y dicho que llevaba casi dos y medio trabajando ahí. JiWoon le había comentado que jamás lo había visto.
—Trabajo en las mañanas y los fines de semana. Aunque ahora trabajo los días de semana por completo porque quiero viajar para navidad —contó MinHo durante Julio.
MinHo era una persona naturalmente agradable, aunque JiWoon pudo notar cierto tipo de comportamientos erráticos que lo complicaban interactuar con las demás personas a su alrededor de forma fuera de personaje. El chico era listo- demasiado para el gusto de cualquiera, y a veces incluso evitaba hacer cálculos porque los resultados ya se los sabía antes de ser mencionados. JiWoon lo relacionó como una persona neurodivergente.
Una tarde, JiWoon intentó tocar ese tema con MinHo porque realmente le llamaba la atención el nivel de inteligencia tenía. MinHo se había sorprendido ante la pregunta, y JiWoon se maldijo a sí mismo porque él era consciente del poco tacto que tenía al preguntar cosas sensibles; pero MinHo solamente se encogió de hombros mientras asintió con lentitud.
—Tal vez. Pasé mi infancia en un salón para niños especiales. La mayoría era autista o tenían TDAH, así que supongo que también era uno de ellos.
«Vaya, no me he equivocado», había pensado JiWoon mientras su corazón se encendía porque- ¿acaso él le habló de su infancia?
¿Eso significaba algo?
Debía de serlo, porque MinHo y JiWoon pasaron cerca de dos meses y medio trabajando codo a codo en la tienda de música bajo la custodia de la jefa Min.
Y ahora, en octubre, JiWoon podría acertar en dos cosas:
1. Con las largas charlas que tuvo con Lee MinHo, JiWoon lo conocía.
2. JiWoon estaba remotamente enamorado de él.
Pero lo glorioso que MinHo era una clara referencia de que un chico como él no solamente jamás se fijaría en alguien como JiWoon (aunque él tampoco se consideraba un mal partido, ¿saben? Era un poco más alto que MinHo, pero su mamá le decía que era atractivo, y con las dos chicas que había salido antes de asegurarse de que era gay le habían dicho que era tierno). Había un factor tan grande que no solamente acentuaría la heterosexualidad de MinHo, pero lo haría más inalcanzable que nunca:
Lee MinHo tenía novia.
¡Era obvio! ¿Cómo un chico como él, tan inteligente, culto, con buen gusto en música y un gran sentido del humor, estaría soltero?
Además, su novia era de envidia.
Fue por eso que, para fines de octubre, JiWoon se vio sorprendido cuando la novia de MinHo lo miraba con ojos grandes y sonrisa abierta.
—¿Qué dices?
JiWoon miró de izquierda a derecha. ¿Ella le estaba hablando a él?
La novia de MinHo (de quien JiWoon no tenía idea de cómo se llamaba) había llegado de forma esporádica a la tienda de música y había saludado tanto a la jefa Min como a MinHo; entonces, ella le susurró un par de cosas en el oído a MinHo, y él junto a la jefa Min se encerraron en la oficina de ella para hablar qué cosa.
Y ahora, la novia de MinHo había invitado a JiWoon a una presentación.
—No es una presentación cualquiera, por eso hemos invitado a muchas personas para que vayan. —Dicho eso, la chica comenzó a rebuscar en su cartera. JiWoon jamás había visto a una mujer tan excéntrica como ella- con una falda apretada y corta a pesar de estar en octubre, con una camiseta negra y una chaqueta blanca tan larga que le llegaba detrás de sus rodillas, junto con unas botas altas del mismo color. —No sabes cuánto hemos intentado que la banda tenga esta presentación, ¡y lo hemos logrado! ¡Ah!, ¡aquí está!
De su cartera, ella sacó una entrada de cartón de no más de diez centímetros de largo, junto con una inscripción en rojo con las fechas y el nombre del evento.
—Es un encuentro de bandas de rock amateurs, e incluso habrá una sección de improvisación y batalla musical que estará muy divertido —contó la chica—. Es el otro fin de semana, en el estadio municipal de Jung-gu- el techado. Habrá mucha gente, mucho para comprar y una noche excelente.
—Ah- eh... —JiWoon no sabía qué contestar ante eso. ¿Estaba agradecido o avergonzado? ¿En serio lo habían considerado para eso?
¡¿En serio MinHo había pensado en él?!
—¿No debo pagarte por esto? —preguntó JiWoon, nervioso.
—Hubo una equivocación en la inscripción del staff de la banda y nos dieron una de más —contó ella—. Si quieres, puedes pagarnos con los tragos, pero no tenemos problema en invitarte.
¡¿Les había sobrado una entrada y pensaron en él?!, ¡¿qué significaba eso?!
(Que no tenían más amigos, en realidad, pero JiWoon no sabía eso).
—Ah- eh- uh... —De repente, JiWoon se sintió un poco más abochornado por no creer dicha consideración. Con torpeza, sacó su celular de su bolsillo y comenzó a revisar su calendario para ese fin de semana. —Sa-salgo temprano ese día, y no trabajo al día siguiente, así que...
—¡Genial! —la muchacha sonrió—, MinHo había dado la idea de invitarte, así que agradécelo a él. ¿Tienes pensado irte solo o te vas con nosotros? Ah, no importa, lo veremos entre la semana.
—Okey...
—¡Ups! —ella se revisó el reloj de su pulsera—. Debo marcharme. Despídete de MinHo por mí, ¿sí? Nos vemos.
Dio una media vuelta que hizo su largo pelo negro volar sobre su hombro y salió de la tienda de música. JiWoon tuvo que recordarse que debía respirar por el cúmulo de emociones que sintió en ese instante.
«Creo que me voy a morir...»
No obstante, MinHo salió de la oficina de la jefa Min. JiWoon tuvo que recomponerse y guardar la entrada en su bolsillo para cuando MinHo se acercó a él.
—¿Y bien? —preguntó MinHo—. ¿Se fue YiSu?, ¿qué te pareció?
JiWoon sintió su boca seca, y asintió con torpeza. —Es... muy linda.
MinHo miró a JiWoon por un instante, y él sintió que había metido la pata antes de que MinHo lanzara una fuerte carcajada.
—¡¿De qué hablas?! —preguntó MinHo entre risas, mientras se secaba una lágrima falsa—. Hablaba de la invitación, idiota. Además, ahora te parece linda, pero no la has visto dormir- su boca se abre tanto que ni te lo imaginas, y a veces se le ponen sus ojos en blanco.
«Dios.» —El concierto- sí. Uhm..., la verdad es que estoy halagado, MinHo. No sabía que me considerabas así de cercano para acompañarte.
—¿Bromeas? Has aligerado mis días —MinHo sonrió abiertamente mientras le golpeaba la espalda—. Teniendo a esa arpía en la oficina soplándome la nuca es estresante.
—¡Te escuché! —gritó la jefa Min desde adentro de la oficina.
—¡Esa era la idea! —contestó MinHo.
JiWoon no tenía idea de dónde nacía la confianza en MinHo para tratar de esa forma a la jefa Min, pero prefería quedarse con la idea abstracta.
Sin embargo, con el transcurso de los días, JiWoon sintió la tensión entre MinHo y la jefa Min más densa que nunca. No conocía los cimientos de su relación, y mucho menos hasta dónde llegaba la confianza.
No fue hasta el jueves, dos días antes de la presentación, que dos de los trabajadores de la tienda de música más JiWoon se ganaron frente a la puerta de la oficina de la jefa Min tras escuchar un estruendoso grito en el interior.
—... Te pedí desde hace meses este permiso. ¡No entiendo por qué me lo rechazas ahora!
—¡MinHo, dios mío!, ¡esta es una oportunidad!
—Yo esto bien acá, HanSoo. ¡No quiero largarme!
—No es necesario que te largues. Ni siquiera te pido mañana a que vayas a trabajar a Seúl. ¡Solo te pido que te quedes durante el día allá!
—Tengo la presentación el sábado por la noche. No puedo estar el viernes en Seúl- debo ensayar.
—MinHo, piensa en tu futuro. Solo te pido que el viernes vayas al local de Seúl.
—¿Y por qué no le pide a RyangYah que vaya?
—Porque él también trabaja, MinHo.
JiWoon no entendía el enfoque de la conversación, pero se podía escuchar a MinHo bastante alterado.
—No te estoy pidiendo esto como favor. Sino como parte de tú deber. —La voz de la jefa Min sonó más severa. —Aceptaste trabajar en la sucursal de Seúl, pero falta más de seis meses para abrirla. Solo te pido que vayas; le eches una mirada; estés presente para cuando los muebles lleguen y listo, te regresas al pueblo.
—HanSoo...
—Estoy segura que los chicos van a entender. Es solo la ausencia de un día. El sábado practicarán lo que necesiten y en la noche se presentarán.
—¡Sabes que mi problema no son los chicos, sino Lily!
«¿Quién demonios es Lily?», se preguntó JiWoon.
—Dios- MinHo, maduren.
—¡No quiero!
Drásticamente, la puerta fue abierta. Los dos trabajadores que estaban ahí se largaron hacia sus propios rincones, dejando a JiWoon congelado frente a la puerta.
MinHo, con su ceño fruncido y su pelo desordenado, apuntó acusatoriamente a JiWoon. —Tú me vas a acompañar.
—Eh- ¿eh?
—No te vas a llevar a uno de mis trabajadores —le dijo la jefa Min.
—Como futuro seudo gerente de la sucursal de Seúl, tengo derecho a llevarme a alguien para entretenerme —dijo MinHo con un tono de voz altivo—. No me aburriré como ostra para esperar unos malditos muebles.
—¿Y por qué no le pides a Hanji que te acompañe?
—Porque, a diferencia de mí, él tiene una vida propia. —Y MinHo cerró la puerta a su espalda.
JiWoon no tenía entendido qué demonios había pasado, y el enojo de MinHo era tan intimidante que le hizo tragar su lengua por un segundo (antes de pensar cuán atractivo MinHo se veía con el ceño fruncido).
—Si yo le gritase a mi jefe así, probablemente me cortaría las bolas —comentó JiWoon mientras acompañaba a MinHo a la caja registradora. Los pocos clientes que había estaban de forma autónoma revisando discos de diversos géneros.
—Eso sucede cuando vas a terapia con tu jefa —comentó MinHo con sarcasmo. JiWoon no entendió a primera instancia, lo que le hizo a MinHo hacer una mueca—. Ah- nunca te conté. Ella era la psicóloga de mi escuela.
—¿De ahí se conocen?
—De hecho, fue fortuito. —Mientras MinHo hablaba, sacó una paleta de su bolsillo. JiWoon lo vio intentar abrir el envoltorio, pero el temblor de sus manos le hizo exasperarse, así que él la tomó para abrirla. —Gracias. Ella entró a trabajar a la escuela para el tercer trimestre de mi segundo año, y yo había venido acá para las vacaciones de navidad. Me hizo grandes favores- me consiguió el trabajo, me ayudó con las decisiones vocacionales ansiógenas que alteran a todo adolescente corriente..., es como una hermana mayor para mí.
—Vaya... —A JiWoon le encantaba saber más de la vida de MinHo. —No pensé que eran tan cercanos.
—También lo es con la banda. Pertenecer a un grupo de chicos acosados hace que generes traumas o cosas así —comentó con sarcasmo, antes de soltar una risa—. Yo odié la escuela.
—¿En serio? Mi período fue normal —recordó JiWoon, desviando su mirada hacia la entrada del local—. Era parte de la liga de béisbol, y me iba bien. No lo suficiente para ser un nerd, pero sí para agradarle a los maestros.
—Tú me habrías odiado —reconoció MinHo, aunque una sonrisa bailaba en sus labios—. Le bajé los pantalones a un chico, y él junto a sus amigos nos amenazaron de muerte. Nos marginaron durante todo el período escolar hasta que..., bueno, hasta tercero.
—¿Por qué?
—Cosas de la vida —MinHo se encogió de hombros—. Quienes nos odiaban se fueron de la escuela, y el grupo con quien teníamos mayor rivalidad terminó calmando las cosas. No nos hicimos mejores amigos, pero uno de ellos comenzó a salir con la hermana de un amigo, y porque también abdujimos a uno de sus amigos a nuestro grupo.
—¿Cómo es eso posible? —JiWoon rio—. Lo haces sonar más dramático de lo que fue.
—Mi etapa escolar fue traumática, JiWoon. Créeme. —MinHo sacó de su bolsillo su celular y comenzó a buscar entre su galería una fotografía. Al mostrarla, era un grupo de ocho chicos con camisa blanca y pantalones negros posando ridículamente frente a una inscripción en un casillero. —Foto de nuestra graduación. Incluso para el último día nos rayaron cosas en los casilleros.
—Que se jodan.
—Y bien jodidos. Aunque ahora tampoco podemos estar tranquilos por la calle —MinHo hizo la mención de forma humorística, aunque su sonrisa se perdió por un momento—. Como sea- así que, ¿tú eras un atlético sin profundidad?
—Yo era normal.
—Gracias por decir que yo no lo fui.
Y tanto JiWoon como MinHo rieron ante eso.
Cerca de las nueve de la noche, los trabajadores cerraron la tienda de música. JiWoon, como no tenía nada mejor que hacer, se ganó frente a la galería musical junto a MinHo a esperar a que lo pasaran a buscar.
—Entonces, el plan de mañana —organizó MinHo—. Conque nos vayamos al mediodía estaremos bien. Mi amigo va a ir a Seúl también, así que le decimos que nos deje en la tienda. Luego, en la tarde- calabaza, calabaza, cada uno para su casa. Yo espero sobrevivir la ira de mis amigos y, luego, para el sábado, si quieres te vas con nosotros al estadio.
—Okey. —JiWoon ni siquiera podía contrariar lo que MinHo decía.
En eso, un kia sephia color negro se estacionó frente la acera. MinHo realizó una despedida militar y se subió en el asiento trasero. Lo último que JiWoon escuchó antes de perder de vista al auto fue un grito femenino.
—¡¿Que tú qué?!
Había cosas de la vida de MinHo que JiWoon no comprendía, pero no sentía que debía de recriminarse por eso. Era una amistad de meses que pavimentaba la posibilidad de poder continuar conociéndose. Aun cuando JiWoon sabía que no llegarían a nada más que eso.
A veces era doloroso, y otras veces le hacía sentir bien. Era parte de la vida sentir amores no correspondidos, y desde la perspectiva de un chico heterosexual que tenía novia, JiWoon no podía exigirle más que un poco de su amistad.
Aun cuando no durmió en toda la noche por el nerviosismo de visitar Seúl con MinHo.
A la mañana siguiente, JiWoon bebía un vaso de café en la barra de la tienda de música mientras esperaba a que alguna persona se asomara por el lugar el viernes en la mañana.
—Lamento pedirte este favor. MinHo es demasiado intenso —la jefa Min se acercó a JiWoon—. No te descontaré el día.
—No se preocupe. —La jefa Min no sabía que le estaba cumpliendo un deseo a JiWoon. —Él es un poco..., desastroso. Alguien debe de contenerlo.
JiWoon esbozó una sonrisa y asintió a la orden de su jefa. No sabría cómo llevarle la contraria a algo así. Además, le emocionaba un poco saber que confiaban en JiWoon para cuidar de MinHo.
Para el mediodía, MinHo cruzó la puerta del local. —¡Buenas, JiWoon! Hablo con HanSoo y nos vamos.
JiWoon asintió apenas, y fue a recolectar su mochila hacia su casillero de camino a la oficina de la jefa Min. Para cuando salió de la tienda, se encontró a MinHo y a la jefa hablando.
—Todos los que irán saben que estarás ahí, así que tu dales las indicaciones que te di —ordenó la jefa Min—. A las seis cierras y te regresas al pueblo, ¿vale?
—¿Al menos nos darás un viático? —preguntó MinHo con una sonrisa socarrona. La jefa Min piñizcó a MinHo en el brazo—. ¡Ay!
—Ahí está tu viático —se despidió ella.
MinHo puso sus ojos en blanco y le hizo un ademán a JiWoon para que lo acompañara.
—¿Emocionado? —preguntó MinHo mientras caminaban hacia la salida de la galería—. ¿Has visitado Seúl?
—Tampoco soy tan ignorante.
—Hay gente que te sorprende, JiWoon- dios, no me gusta tu nombre. ¿Tienes algún apodo?
JiWoon se atragantó con su saliva. —¿E-eh?
—¿No tienes? Vale, tampoco se me hace problema- ¡Ahí está!
Fuera de la galería, tal como la noche anterior (y todas las veces que JiWoon acompañó a MinHo a esperar el auto), el kia sephia de color negro estaba con sus luces intermitentes, con la canción Everywhere I go de Hollywood Undead resonando fuertemente por los parlantes. MinHo abrió la puerta del asiento del pasajero y dejó que JiWoon pasase primero, por lo que él se deslizó atrás; lo primero con lo que sus pies chocaron fue con un juego de cuerdas de guitarra y con una bolsa de tela.
—Cuidado —el chico que estaba en el piloto habló. Su voz era tan grande y rasposa que asustó a JiWoon—. Pásame la bolsa.
JiWoon hizo caso, y entre sus piernas la sacó para pasarla al asiento de adelante. La chica que estaba en el copiloto se giró para tomarla, pero al reconocer a JiWoon, mantuvo sus grandes ojos pegados en él.
—No te conozco —dijo ella.
—Ni yo a ti —respondió JiWoon.
—¿Quién es? —la muchacha le preguntó al piloto.
—¿Qué se yo?
—Un amigo del trabajo. Nos irá a ver mañana —MinHo contó a la par que se subía al auto y cerraba la puerta—. ChangBin- hombre, ¿no pudiste poner música más basura?
—No tengo los CDs que me diste, así que...
Indiscriminadamente, MinHo le dio una patada a ChangBin en el hombro.
—Hijo de puta.
—No tienes derecho a enojarte conmigo —dijo ChangBin, mientras bajaba un poco el volumen de la música y hacía andar el auto—. Cancelas un ensayo a último momento por el tema de tu trabajo. ¿Qué mierda?
—HanSoo quiso que hiciera esto. ¿No ves que alguien tiene estima por mi futuro? —mencionó MinHo con sorna.
No obstante, JiWoon no podía prestarle atención a la discusión. La chica que estaba en el copiloto seguía con su cabeza girada hacia él, mirándolo con sus grandes ojos cafés. El contacto visual incomodaba a JiWoon de sobremanera.
—Soy Kwan JiWoon —se presentó él, y le tendió la mano.
La chica miró la mano y lo miró a él. —Lily Morrow.
Ella no aceptó la mano, por lo que JiWoon la guardó con vergüenza.
—Ah- yo soy ChangBin —se presentó ChangBin, quien pareció olvidar un instante la existencia de JiWoon—. Así que- ¿colega de trabajo de MinHo?
—Sí, ¿y tú?
—Compañero de banda.
—Te presentas como si no nos hubiésemos comido los mocos del otro —insultó MinHo, ofendido—. ¿Tan poco significo para ti?
—Hay que ser profesionales, MinHo.
MinHo volvió a darle una patada al hombro de ChangBin. JiWoon no sabía si estar impresionado o asustado.
Después de diez minutos de trayecto donde se basó en insultos de idas y venidas por parte de MinHo y ChangBin, finalmente tomaron la carretera. Lily, por su parte, tomó el celular que estaba conectado al auxiliar del automóvil y cambió la canción a Anywhere but here de Mayday Parade.
—No me jodas... —MinHo se quejó en voz alta. Él había bajado hasta el tope la ventana y se apoyó en el marco—. No me trates como si jamás hubiese escuchado la canción.
—Ya que cancelaste el ensayo, debes de interiorizarte aun más con la canción porque el ensayo lo cancelaste —explicó ella. «¿Por qué habla así?»
—¿Quieres que coitees con el vocalista de Mayday Parade o qué?
—Creo que conjugaste mal la palabra —comentó JiWoon con timidez.
ChangBin y Lily lanzaron una carcajada a la par, aunque ella rio más fuerte que él, lo que hizo a JiWoon sentirse más incómodo todavía.
—¿Y ustedes? —MinHo cambió de tema de conversación—. Me maltratan porque cancelé el ensayo, pero ustedes se escapan a Seúl para tener una cita.
—Como cancelaste el ensayo, la mamá de Lily reacomodó los examenes médicos para hoy —contó ChangBin, antes de darle una mirada de complicidad a MinHo por el retrovisor—. Pero, como sabrás, la niña no podrá asistir a la presentación mañana.
—¡¿Qué?! —MinHo se incorporó para tomar el asiento del copiloto por los hombros—. ¿No irás a vernos?
—Yo no dije eso —Lily se vio notoriamente molesta con ChangBin por haber contado eso, o eso asumió JiWoon—. Solamente tendré que quedarme en la noche, también. Pero estaré bien para la presentación.
—Dile que no vaya —pidió ChangBin a MinHo.
—Uh- ¿Por qué faltaría? —JiWoon intentó incluirse en la conversación, aunque Lily lo intimidaba.
—Los examenes de rutina son importantes para las personas que continúan con rastros de tumores en sus cuerpos —le explicó Lily a JiWoon—. Como yo soy una persona con rastro de tumor en su cuerpo, debo hacerme el examen de rutina. Pero el examen es muy extenso, pero no necesariamente es agotador por ser extenso.
—Apenas tendrá energías para estar de pie. Yo insisto conque ella no vaya —persistió ChangBin—. ¿Cierto, JiWoon?
—Eh...
—Tú dices que mi cuerpo es autónomo de las demás personas, por eso ahora estoy viviendo contigo y tengo una pelea legal con mi madre sobre la autonomía de mi cuerpo —discutió Lily. JiWoon quedó con la boca seca ante la declaración repentina «¿Acaso eso es legal?»—. ¿Cierto, JiWoon?
—Eh...
—Vamos~ —MinHo, como un ángel, salió en defensa de JiWoon—. El pobre chico lleva quince minutos en el auto y ya lo bombardean así. No son buenas personas.
—No sabemos hacer amigos —se disculpó ChangBin.
—Yo me metí a un grupo a la fuerza —contó Lily con orgullo.
JiWoon estaba parcialmente impresionado por los amigos de MinHo. De alguna forma, se veían tan distintos a él: mientras ChangBin usaba ropaje con estampado militar, tenía un rostro tosco y serio, y unos brazos que amenazaban con romper a JiWoon cada hueso de su cuerpo, Lily emanaba un aura de ternura como de intimidación, con sus ojos penetrantes bajo su flequillo.
Si los viera en la calle, no pensarían que compartan pasatiempos; pero el sentido del humor era igual de ácido que el de MinHo, pero ende- dentro de la cabeza de JiWoon, sí tenía sentido.
—Entonces- ¿Mañana irás a la competencia? —preguntó ChangBin.
—Sí. ¿YiSu se llama? Ella me invitó.
—¿Y habías hablado con ella antes?
—Yo le pedí que lo invitaran —dijo MinHo—. Es decir, ¿por qué no? JiWoon ya es mi amiguito.
—Amiguito —repitió ChangBin. JiWoon se sintió momentáneamente avergonzado por el apodo, pero MinHo lucía orgulloso.
—Sep, y lo hice yo solito.
—Eres un fracaso.
MinHo lanzó una fuerte carcajada, tanto que contagio de nuevo a ChangBin y Lily. JiWoon no entendió muy bien por qué se reían, pero al ver a MinHo tan contento produjo en él una pequeña carcajada tímida.
Cuarenta minutos después en los que JiWoon se sintió cómodo con los amigos de MinHo, ChangBin manejó por la gran ciudad hasta una de las calles concurridas que JiWoon no conocía. MinHo le dio las indicaciones por donde pasar, y el auto terminó por estacionarse frente a un local cerrado.
—Ah~ —comentó Lily mientras salía del auto—. Luce como que lloverá~
—¿A qué hora comienzan con los examenes? —consultó MinHo.
—A las tres, así que les haremos compañía —contestó ChangBin.
MinHo sacó de su propio bolsillo (¿por qué no traía mochila? JiWoon se sintió ridículo con la suya) el juego de llaves del local. Sacó el candado de la cortina de lata, y con su ayuda los dos la subieron. El local tenía sus puertas de vidrio cubiertas con bolsas de basura, y pareciera que había sido tiempo desde la última vez que alguien estuvo ahí por la cantidad de polvo que había.
—¿Me jodes conque voy a tener que limpiar todo esto? —preguntó MinHo. ChangBin se encogió de hombros, y Lily se colocó una mascarilla KN-95 antes de ingresar al local. —Haré una llamada.
JiWoon se sintió nervioso al ver a MinHo llamar a la jefa Min fuera de la tienda, especialmente porque ni ChangBin ni Lily parecieron querer rellenar el espacio con algo en ese instante.
«Bien- es momento de ganarte a los amigos de MinHo», se alentó JiWoon.
—Entonces... —JiWoon sintió su boca secarse de nuevo—, ¿llevan mucho tiempo con la banda?
—Sí. —Aunque la pregunta iba dirigida a ChangBin, fue Lily quien respondió. —Llevan cerca de cuatro años activos. Debutaron el veinticuatro de diciembre del 2020 en el festival navideño de nuestro pueblo, y la presentación icónica fue Last Christmas de Wham! Luego continuaron con sus ensayos en presentaciones más pequeñas como la graduación de la generación 2021 de nuestra escuela, o el festival en la feria costumbrista el veintisiete de noviembre del 2021. Pero fue la primera presentación en el busking el cual se llevó toda la atención- en especial aquella que hicieron para el veintiséis de diciembre del 2021 donde presentaron My Universe de Coldplay y BTS donde se hicieron más conocidos.
—Mierda... —La cantidad de palabras que habría brotado de la boca de la chica tuvo que ser un récord, pero la forma en la cual hablaba con emoción sobre el trayecto de la banda y emitía pequeños sonidos de respiración hizo a JiWoon sonreír como idiota. —Eres adorable.
El semblante de Lily cambió rotundamente a uno serio, y JiWoon vio a ChangBin colocarse recto a su lado.
—No me digas así —comentó Lily con absoluta severidad.
Ella no volvió a dirigirle la palabra en todo el rato que estuvo con ChangBin ahí.
—Bien- HanSoo dijo que en la bodega hay palas, escobas y trapos —indicó MinHo mientras regresaba de afuera—. ¿Limpiamos?
—Oh, a mí me gusta barrer. —El cambio abrupto de ánimo de Lily confundió aun más a JiWoon, quien bajo su mascarilla se vio una sonrisa esbozada hacia MinHo. —Mi pasatiempo favorito en Australia era ver a mi madre biológica barrer porque no teníamos dinero para electricidad y habían empeñado mis juguetes por drogas.
«¡Mierda!»
Mientras Lily seguía contando su vida trágica seguida por ChangBin, MinHo ocultó una carcajada mientras palmeaba la espalda de JiWoon. —No te preocupes. Siempre hace eso.
—¿Y nadie le dice nada? —JiWoon se sentía incómodo con ella.
—Con el tiempo te acostumbras.
Las siguiente hora y media se pasó en la limpieza del local. Era mucho más pequeño que la tienda en el pueblo, así que MinHo ideó que tal vez los estantes estarían pegados en las paredes para que hubiese mayor circulación de personas. Incluso le comentó a sus amigos cómo él ordenaría el local mientras limpiaban las ventanas y los mesones.
—A mi me gustaría abrir una tienda de música —comentó ChangBin, mientras trapeaba el piso—. Tengo varios instrumentos. Puedo venderlos para comprar otros a precio más barato y así hacerlos accesible a la gente sin dinero.
—¿Y qué harás con el dinero que te falta? —cuestionó MinHo—. Tu sentido de no-discriminación económica haría que tu tienda se iría a la quiebra.
—No si es que empezamos a cobrar por nuestras canciones —alentó ChangBin con un deje de esperanza—. Lily, princesa. ¿Cuándo se supone que podemos monetizar mis canciones?
—Alcanzando los quince mil subscritores en Spotify podemos optar por consultar una monetización —contestó ella mientras limpiaba los vidrios.
—¿Ves? —ChangBin le sonrió a MinHo—. Optimismo.
—Me das asco.
—¿Y tú a mí no, querubín?
JiWoon vio a MinHo lanzar un trapo por todo el local hasta caer en la cabeza de ChangBin, lo que le hizo a ChangBin gemir de asco y correr hacia MinHo para golpearlo con el trapo de la escoba.
La gracia de la situación se terminó extendiendo hasta que fue suficiente. Lily ordenó que los dos chicos continuaran con la limpieza hasta que el tiempo transcurrió y fueron las tres. No es como si a JiWoon no le hubiese agradado los amigos de MinHo, pero tras el enojo de la chica...
—Bien- nos vamos al hospital —anunció ChangBin, mientras Lily guardaba su mascarilla en su bolsillo y asentía.
—Mañana ensayarás a primera hora con los chicos —ordenó Lily a MinHo—. No quiero más atrasos. Todos estarán ansiosos para mañana, así que te quiero presente.
—Okey~ —MinHo sonrió—. Que les vaya bien.
—¿Cómo me puede ir bien en un examen médico?
—Porque- ash, siempre haces las cosas complicadas.
MinHo meneó su mano, y ChangBin junto a Lily salieron del local. JiWoon vio a ambos montarse en el kia y se largaron de ahí.
—Le caí mal a ella —expresó JiWoon, casi como una exhalación de alivio.
—¿Cómo? —MinHo cuestionó, divertido—. O sea- no es muy difícil que Lily le desagrades, pero qué hiciste.
—Le dije que era adorable. —MinHo lanzó una carcajada burlesca. —¡No te rías! Ni siquiera sé qué hice mal.
—Ella es autista- o asperger- o alguna mierda así —explicó MinHo. JiWoon no entendía qué tenía que ver eso con el odio de la chica—. No le gusta que la traten de adorable. Dice que así no la toman en serio y- no te voy a mentir, somos culpables de eso. Pasamos la mayor parte del día arrullando lo linda que es en vez de tomarla en serio.
JiWoon alzó sus cejas de la impresión. Era ridículo y un poco incómodo dicha declaración, pero no podía comentar mucho al respecto si solamente avivaba la llama de la ira de ella. De todas formas, decidió tomar la opinión de MinHo para no tomarse personal el insulto de ella.
Al notar que habían quedado solos, JiWoon sintió otra punzada de nerviosismo en su pecho. Con cuidado, continuó con su limpieza; miraba a MinHo de reojo desde el otro lado de la tienda, quien tarareaba alguna de sus canciones que presuntamente presentaría mañana.
—¿No estás nervioso? —preguntó JiWoon.
—¿Hm? —MinHo le miró—. Los nervios son para los mediocres.
—No tiene nada de malo sentirte nervioso.
—Lo sé, pero eso es para los mediocres. —MinHo le entregó una sonrisa a JiWoon que hizo iluminar el mundo entero. ¿Por qué debía de tener novia? —Yo ya tengo experiencias, JiWoon. Tengo traumas.
—¿Qué tan divertidos deben ser que te ríes de ellos? —preguntó JiWoon, agraciado—. Yo apenas puedo hablar de mi familia sin ponerme a llorar.
MinHo tomó ese punto a consideración, haciendo una mueca empática. —¿Hijo abandonado?
—Síndrome del hermano mayor, mejor dicho —aclaró JiWoon, y carraspeó un poco. De repente, quería que MinHo supiera todo de él—. He tenido que lidiar con... mierdas mías. Y saber que tus hermanos menores cuentan contigo es... trágico.
¿Cómo JiWoon podía explicarle a MinHo que él ha estado lidiando con una sexualidad rara, lo que le hacía sentirse un fraude ante el mundo? Él jamás había salido del clóset ante alguien, y a pesar de que reafirmaba su homosexualidad y deseaba amarla, era complejo cuando eras un pilar de una familia que había insistido en nacer perfecto.
—Es increíble cómo es que no te forzaron dejar la universidad —admitió MinHo—, y lo admiro de ti, la verdad. Estudiar y trabajar es una mierda.
—Lo es —concordó—. En especial ahora- mi papá no ha conseguido trabajo desde Julio. Las deudas se acumulan y..., y quieren que mi hermano menor entre al ejército cuando termine la escuela. Él no quiere, porque también quiere estudiar, pero mi papá no está siendo muy flexible con ese tema. Y mi hermana- dios, mi hermanita menor está pensando en casarse con su novio..., ¡y ella tiene catorce años!
—¿Tu papá le metió esas ideas en la cabeza?
—No. Fue mi mamá. No podemos tener una familia funcional. —El sarcasmo en su tono de voz hizo a MinHo sonreír ligeramente, aunque él no perdió la cordialidad en su mirada para que JiWoon continuara sintiéndose en confianza. Después de lo que él consideró una eternidad mirar nerviosamente el rostro de MinHo, bajó sus ojos hacia la limpieza. —No me dejes hablando de traumas solo.
—No tengo demasiados, en realidad. Solo estaba siendo dramático —admitió MinHo. Con un deje de pereza, se encaminó hacia el mesón y se sentó ahí. JiWoon lo imitó—. Mis padres me tuvieron jóvenes, y mis abuelos maternos eran demasiado bizarros. Mi mamá lidió con una depresión post parto y mi papá tuvo que dedicarse a abrir una clínica dental para que nosotros pudiéramos vivir de algo. Aunque, la verdad, ellos fueron realmente dejados conmigo- nunca sentí que se preocuparan por mí.
—Oh...
—No pongas caras tristes- ahora estamos mejor. Bueno, sigo con el rencor en mi pecho y con problemas de abandono porque mi núcleo primario se desarmó de forma abrupta y yo todavía no he sanado eso. —JiWoon quedó con la boca abierta, desentendido. MinHo le restó importancia con un movimiento de manos. —Es historia para otro día- pero, como sea, estamos bien. Mi mamá se está recuperando de su depresión, y ahora toma tutorías aquí en Seúl para recibir su certificado de educación secundaria.
JiWoon no esperaba recibir tanta información de la vida de MinHo de golpe- pero él no se quejaba. Al contrario, se sentía maravillado al saber que MinHo tenía la confianza en él para hacerlo.
De repente, la mirada sensible que MinHo tenía respecto a su vida hizo que JiWoon lo viera de otra forma. No solamente como un rostro bonito que le gustaba lucirse y discutir con la jefa Min, pero también alguien que tenía una profundidad en su vida.
—No sabía que tu mamá no terminó la escuela —intentó comentar JiWoon. Sus palabras estaban atrofiadas.
—Los gajes del embarazo adolescente. Aunque ella tampoco era buena alumna —delató—. ¿Y acaso los tuyos...?
—Sí. O al menos la escuela. Yo soy el primero en mi familia en entrar a la universidad.
—Vaya. Sí que tienes mierdas duras.
—Mantenerme con la imagen del hijo perfecto es horrible, porque eres consciente de cuál es la perspectiva de tus padres respecto a ciertos temas, y saber que no te encasillas con ellos... —JiWoon hizo un ademán con sus manos para denotar impotencia—, es horrible.
—Te creo.
—¿No que tus padres te dejaron de lado?
—Sí, pero mi escuela me hinchaba las bolas por ser el centro de atención de todos- digo, yo solo era un estudiante promedio con memoria eidética. Había alumnos que eran mejores que yo, pero solo porque yo sabía cómo responder es que me consideraban mejor —MinHo se encogió de hombros—. Me gradué como el primer lugar de mi generación.
JiWoon quedó con la boca abierta. MinHo le había contado que era inteligente y su memoria sobresaliente, pero jamás había dimensionado académicamente qué era lo que eso significaba. «Vaya...»
—De repente me siento un poco intimidado —divagó JiWoon.
MinHo lanzó una carcajada y le palmeó la espalda. —No te creas. Mis amigos dicen que soy bastante idiota.
—Literalmente saliste primer lugar de tu generación.
—Y eso no me hace muy inteligente emocionalmente —entre medio, MinHo lanzó una risa—. De hecho- mi amigo y su novia tuvieron que hacer una intervención porque mi torpeza sobrepasaba lo ridículo.
—¿Cómo haces una intervención emocional? —consultó, agraciado.
—Yo estaba, uh..., yo estaba comenzando algo con alguien —contó MinHo—, y quería hacerlo bien- en ese entonces, realmente valía la pena.
«¿En ese entonces? —JiWoon alzó sus cejas—. ¿Acaso ya no?»
—Siento que me has contado toda tu vida, pero jamás tu vida amorosa —comentó JiWoon. Si él aplicaba la sutileza, tal vez podría sacar un poco de información respecto a su novia.
La pregunta pilló a MinHo desprevenido, tanto que su mirada se desvió hacia el suelo y su semblante cambió un poco. JiWoon entendió por qué se referían a MinHo con su torpeza emocional.
—No tengo demasiado que contar —admitió MinHo, antes de recomponerse con una sonrisa sarcástica—. Yo soy del y para el pueblo. Soy un vocalista.
—No sé por qué, pero me diste la impresión de estar en una relación —JiWoon confesó, repentinamente nervioso.
MinHo alzó y bajó sus cejas sugestivamente. —Mi compromiso es con Dios, JiWoon.
—Oh, idiota.
MinHo tenía novia, ¿no? Entonces, ¿por qué parecía complicarle hablar de ella?
Tampoco es como si JiWoon no la conociera- es decir, ella misma había ido a invitarlo para la presentación de mañana. Se habían presentado y habían conversado mientras MinHo hablaba con la jefa Min.
«Tal vez es una relación privada... —meditó JiWoon. MinHo había cambiado de tema sobre algo del trabajo y de la espera de muebles—. No debo forzarlo... a no ser que no sea su novia real.»
»¡No seas idiota! ¿Acaso MinHo te ha dado un mínimo de señal de que no sea heterosexual?»
MinHo lucía como un chico normal, y JiWoon forzaba por serlo.
Todo simplemente lo confundía.
Durante el transcurso de la tarde, en la espera de los muebles, JiWoon miró por un instante hacia afuera.
Llovía.
—¿No les afectará mañana en la presentación? —consultó JiWoon.
—Nah. —MinHo, aburrido, se encontraba con su cuerpo tendido en el mesón mientras revisaba su celular. —Es un estadio cerrado, así que el olor que habrá ahí...
JiWoon se encogió de hombros y se encaminó hacia MinHo con lentitud. El chico, tan tendido, jugaba con su celular hasta que la mano soporte comenzó a temblar, lo que le hizo dejar el teléfono en su pecho y tomar su muñeca con la otra mano.
—Mierda...
MinHo le había comentado lo que había pasado. Un accidente automovilístico que lo dejó con un temblor en las manos a causa del dolor de sus muñecas. No era el tema favorito suyo, así que JiWoon se limitaba a ayudarlo cada vez que lo ameritaba.
—¿No tienes pensado operarte? —consultó JiWoon.
—No sé... —MinHo se hizo presión las manos—. ¿Alguna vez te conté el plan que tenemos con la banda para venirnos a vivir acá a Seúl? Gastaría todos mis ahorros de eso en mis manos- no vale la pena.
—Es una solución a largo plazo.
—Me resigné a dejar de tocar por un tiempo, pero primero debo acomodarme antes de poder hacer algo.
—¿Y cuándo se supone que se vendrían a vivir acá?
—Ah..., bueno, las cosas se complicaron un poco —MinHo se incorporó del mesón—. El baterista de mi banda: HyunJin, se hizo tío. ¿Puedes creerlo? Y por dos: un niño y una niña. Son un jodido torbellino y eso que ni siquiera caminan. HyunJin está devoto con el cuidado de ellos con su hermana y su novio, así que ha vacilado. Por otra parte, ¿Lily, mi amiga? Le dio cáncer de sangre.
—Oh, jódeme...
—Me gustaría, pero así es la vida —MinHo se encogió de hombros.
—Entiendo lo de tu baterista, pero lo de Lily...
—Lily y ChangBin viven juntos —explicó MinHo con rapidez—. Ella se iba a ir con nosotros, pero con esto..., ChangBin no puede dejarla sola en el pueblo, pero ella no necesita en este instante la inestabilidad de una mudanza tan grande como lo es cambiarnos de ciudad.
JiWoon vio de nuevo a MinHo presionar sus labios con lástima. —Es una mierda.
—Una real mierda —concordó MinHo, antes de soltar un suspiro—. Pero está bien. Es bizarro- ¿sabes? Hicimos este plan hace dos años, y hemos estado trabajando para esto. Venirnos a vivir a Seúl a cumplir el sueño de una banda. No necesariamente ser famosos, pero sí hacer algo más allá de quedarnos estancados en el jodido pueblo que vivimos.
MinHo se levantó del mesón y comenzó a deambular por el local, mirando con ápices melancólicos cada rincón. JiWoon no le apartó la mirada.
—De hecho, éramos un grupo grande- como de diez idiotas. ¿Alguna vez te hablé de Chan y JeongIn? —JiWoon negó—. Ellos eran mis amigos de la infancia junto a ChangBin, HyunJin y SeungMin. Hacíamos todo juntos. Si uno iba a la galería, todos íbamos. Si uno se quedaba castigado después de clases, todos nos quedábamos. Si uno tenía un delirio místico con hacer una banda..., bueno, todos apoyaban.
»Fue un trabajo arduo: primero vinimos los cuatro originales, HyunJin, ChangBin, SeungMin y yo. Chan hacía los arreglos con tutoriales de libros y ChangBin intentaba rehacer canciones con nuevas letras. Luego, para nuestro segundo año, llegó un nuevo chico: Felix, o YongBokkie para los amigos. La gente no lo quería porque era australiano, y como Chan también lo era, lo adoptamos. Él apenas sabía manejar el idioma, pero tocaba el bajo como el Dios, así que fue fácil conversar con él a través de la música.
»Y luego llegó Hanji. Nos cedió un espacio en la escuela luego de que perdiéramos nuestro lugar original- bueno, original 2.0, porque migramos de la escuela al garaje de mi casa a de nuevo a la escuela (y, spoiler, de nuevo al garaje de mi casa). Luego estaba YiSu, quien nos ayudó con las confecciones y ropas- no sé, cosas de estilistas. Y luego llegó Lily, quien le apasionaba la música y vio potencial en nosotros. Éramos la banda y el staff. El equipo.
»Pero como dice mi amigo, el tiempo pasa y eso está bien. Chan y JeongIn se largaron de Corea del Sur, y tanto Hanji como SeungMin huyeron del pueblo para venirse a estudiar acá. El resto también quería huir, pero no teníamos una excusa válida como la universidad. Así que, luego de nuestra primera presentación después de graduarnos, Lily propuso la idea de comenzar la vida desde cero acá en Seúl. Habría sido una buena experiencia vivirla en grupo, porque el pueblo no nos había regalado nada bueno salvo desgracias y rencor; nos violentaban, acosaban y humillaban constantemente, y hay algunos de nosotros que no pueden ver una esquina de ese lugar sin sentir dolor. Irnos del pueblo habría sido genial, pero hay algunos que ya simplemente no pueden hacerlo.
Mientras más JiWoon creía que conocía a MinHo, el chico salía con algo nuevo que le hacía descolocarlo por completo. Una cosa era tener conocimiento de la banda de MinHo y de cuán importante era para él, pero de ahí a conocer verbalmente los sentimientos de MinHo respecto a ella..., era increíble.
Además, ver la melancolía que reflejaba no solo en sus palabras pero en sus ojos al ver el local era contagiosa y empática. JiWoon apenas conocía cuatro meses de toda una vida de MinHo, y le parecía la persona más sensible y genial que alguna vez él había conocido.
«Oh, hombre —se burló de sí mismo—. Estás acabado.»
JiWoon le habría gustado comentar algo al respecto, pero el camión que traía los muebles se había estacionado en la acera.
—A veces soy muy dramático para mis cosas —se excusó MinHo rápidamente; avergonzado por el largo monólogo—. Me han dicho que tengo complejo de personaje protagonista.
—No sé si abrir tu corazón sea de dramáticos —opinó JiWoon.
MinHo abrió la puerta del local, y le entregó una sonrisa simpática a JiWoon. —Soy hombre, JiWoon. Yo no tengo corazón.
La instalación de muebles se hizo extensa, y dio la sensación de que el local era más pequeño de lo que realmente era.
Tardaron cerca de una hora en instalarlo, y los trabajadores se fueron pasada de las seis de la tarde. JiWoon vio a MinHo destilar un poco de brillo cuando lo llamaron 'jefe'.
—Entonces, acá estarán los CDs pop, rock, trot y religiosos —apuntó MinHo hacia un lado, mientras JiWoon intentaba visualizar lo que decía—. Y... en este otro lado- irán las bandas sonoras. Y por allá la música extranjera. Y acá... —el estante junto a la caja, aquel que estaba en lo alto para llamar la atención de todos, MinHo lo miró con ojos ilusos—..., acá estará U2...
—Te tienes demasiada estima para esto —silbó JiWoon, aunque estaba impresionado. Ofendido, MinHo lo golpeó en el brazo—. Perdón. Es un bonito plan.
—Por esa boca suelta es que no trabajarás conmigo y tendrás que lidiar con HanSoo hasta el final de los tiempos —amenazó MinHo. No obstante, él no podía mantener su seriedad por mucho tiempo; por eso, como un niño, MinHo caminó detrás del mostrador y abrió una puerta: una pequeña oficina con un baño. —¿Ves esto? Aquí viviré yo.
Al inicio, JiWoon no entendió si es que MinHo hablaba en serio o no. No obstante, con el orgullo que él demostraba, era en serio.
—¿Me jodes conque vivirás acá? —cuestionó JiWoon—. Es muy... pequeño.
—Debo vivir de algo, ¿no te parece? —MinHo sonrió—. Además, así ahorro dinero y- ¡Mira! ¡Tiene una ventana!
—¿Por qué ahorrarás dinero, si no te vendrás a vivir acá? —JiWoon sintió que la pregunta sonó demasiado tosca, por lo que carraspeo—. Quiero decir- tu equipo no...
—Será muy costoso ir y venir del pueblo a acá —se explicó MinHo—. Es mejor vivir acá y ahorrar el dinero. Quiero una casa, JiWoon.
JiWoon casi se atragantó por la declaración. —¡¿Qué?!, ¡¿una casa?!
—¡Sip!
—¡¿Sabes cuánto cuesta una?!
—Por supuesto- no soy idiota. Por eso la compraremos entre dos.
«La compraremos entre dos». Por un instante, JiWoon se vio a él mismo sacando todo su dinero ahorrado para comprar una casa con MinHo en la gran capital.
»¡Alto! —JiWoon se atajó antes de sonrojarse—. ¡No se refieren a ustedes dos, idiota!»
—¿Con quién lo comprarás? —preguntó JiWoon. No era normal que gente de su edad se proyectase de esa manera.
—Con alguien —MinHo miró una vez más la oficina con orgullo—. Estamos en ahorro para poder tener algo digno.
—¿Tu novia?
La pregunta se había escapado como bala de su boca. Tan pronto como procesó su decir, supo que por el rostro de MinHo que JiWoon había arruinado todo.
—Yo no tengo novia, JiWoon —preguntó MinHo, antes de agregar con una sonrisa socarrona—. Te tengo confianza, JiWoon. ¿Realmente luzco como alguien que tendría novia?
«Oh —una burbuja de felicidad se inundó en su pecho—. ¿Eso significa...?»
—Luces como alguien que tendría una —contestó JiWoon, siendo lo suficientemente cuidadoso como para iniciar una burbuja de complicidad.
MinHo sonrió. —¿Por qué no me has hablado de tus novias?
—Porque tampoco luzco como alguien que tendría una.
Ante eso, MinHo lanzó una carcajada y asintió.
—Okey- pero sí, solamente quiero reunir dinero con alguien para comprar una casa. Aunque es un hecho que será como en diez años más —MinHo continuó con la conversación.
Si la conversación volvía a la normalidad, ¿por qué el estómago de JiWoon estaba volviéndose loco?
«¿Acaso él acaba de aclarar que no le gustan las niñas?, ¿acaso él entendió que a mí tampoco me gustan las mujeres?»
»Por favor, Dios. Ayúdame.»
—La lluvia continúa —aclaró MinHo, aunque JiWoon no sabía si tomarlo como algo bueno o malo—. ¿Te parece si nos vamos?
Caminar hasta la estación de buses más cercanas que guiaban hacia el pueblo fue mucho más complicado de lo que esperaban. La cantidad de personas con las cuales viajaron un viernes en hora punta hizo que el autobús fuese casi imposible de tomar, mientras que en el trayecto demoraron cerca de una hora al llegar al terminal.
—Odio la gente —comentó MinHo, mientras ambos bajaban del autobús en el terminal—. Entiendo que todos quieran llegar rápido a sus hogares, pero eso no me hace más tolerante.
—Yo los entendería. —JiWoon chocó con el cuerpo de MinHo al intentar bajar del autobús, con un montón de gente intentando interponerse entre ambos. —Todos quieren llegar a su casa- imagínate los de provincia.
—Yo no soy muy socialista, en ese caso —admitió MinHo.
De forma tímida, JiWoon aproximó su mano hacia la cazadora que MinHo portaba. MinHo no pareció complicarse con eso, y de encargó de liderar a JiWoon hacia la zona rural del termina de autobuses para que ambos fueran hacia el mismo lado.
No obstante, en el andén, había más gente de lo que MinHo contemplaba.
—Dame un momento... —MinHo aclaró, mientras sacaba su celular. JiWoon no quiso ver a quién le hablaba, pero ver el chat abierto de "mamá" le hizo a JiWoon sentir un poco de curiosidad. No obstante, entre el ruido de la lluvia, el bullicio de la gente y el estrés, de la situación, MinHo chistó su lengua. —Mi mamá ya se fue.
—¿De dónde? —preguntó JiWoon, desconcertado.
—De sus tutorías. Tomemos el autobús.
No obstante, para la mala suerte de ellos (o fortuna, JiWoon no le pondría un juicio de valor cuando MinHo estaba involucrado), el terminal de autobuses rurales estaba hecho un caos.
Gente alegando. El ruido de la lluvia rompiendo en el techo. Gente hablando con choferes de autobuses. Tanto disturbio que JiWoon no entendía qué era lo que sucedía; lo único que él podía hacer era afirmarse de la cazadora de MinHo y seguirlo hacia el lugar que él se dirigía- porque, en realidad, JiWoon no tenía idea.
Entre el disturbio y el desorden, JiWoon encontró a un hombre uniformado. Por un instante no lo pensó, y él jaló de la mano a MinHo para atraerlo hacia él y guiarlo hacia el hombre.
«Mierda», pensó rápidamente, tras sentir la mano de MinHo alrededor de sus dedos.
»Su mano es realmente pequeña.»
Pero su corazón no pudo terminar de dar la voltereta cuando él ya había chocado con el hombre uniformado, causando que soltara a MinHo.
JiWoon le preguntó al hombre qué demonios sucedía- haciendo todo su esfuerzo para que su voz no sonara tan endeble como sus sentimientos lo ahogaban en ese instante. El hombre, sin algún tipo de reacción o duda del comportamiento de JiWoon, contestó que hubo una gran colisión en la carretera a causa de las lluvias, por lo que el transporte se encontraría suspendido hacia las áreas rurales.
—¡¿Me jodes?! —gritó MinHo.
Pero ni la paciencia de MinHo dejó que JiWoon se librara de su mente. Si no había trayecto hacia la carretera...
De nuevo, su pánico se vio evaporado cuando fue él el que sintió el jalón de la mano. La lluvia que se veía a través de los grandes faroles del andén y el ruido de las personas se mutaron y olvidaron al notar que, esta vez, era MinHo el que lo guiaba.
De repente, la misma oración cómplice con la cual MinHo le había hablado durante la confesión de no tener novia se posó en su mente. El tono era tan específico que incluso JiWoon podía encontrar a de los suyos; además, si MinHo no tenía novia- y lo miraba de esa forma que lo hacía...
«¿Acaso...?»
Las manos de JiWoon eran grandes, y parecían encajar en las de MinHo a la perfección.
Atravesaron el mar de gente hasta salir del terminar de buses rurales. La cantidad de personas continuaba afuera, por lo que MinHo guio con rapidez a JiWoon hacia alguno de los callejones para poder tener un refugio momentáneo.
No obstante, a mitad de camino, JiWoon dejó que sus ideas se evaporaran al mismo tiempo que MinHo lo soltó.
—Bien. Ni puta idea de cómo mi mamá logró irse de todo este desastre —admitió MinHo, impresionado—. ¿Cómo demonios nos vamos al pueblo?
JiWoon no contestó al instante. Estaba más concentrado viendo las gotas de lluvia caer desde el cabello negro hasta la frente de MinHo, que cayó por su nariz y mentón. Se veía atractivo.
«Concéntrate.»
—¿Pedimos un auto? —ofreció JiWoon, antes de chasquear su lengua—. Nos saldrá costoso.
—¿Qué hacemos? —volvió a preguntar MinHo—. Estamos mojados y varados- ¿Dónde demonios-
MinHo calló de repente. Un foco de luz pareció encender su cabeza porque sacó de su pantalón su celular, y limpió la pantalla con su manga.
—Sé donde ir —informó MinHo. JiWoon sintió un rastro de esperanza en él.
—¿Tienes familiares acá?
—No, pero tengo algo mejor: SeungMin.
MinHo buscó el contacto de SeungMin y marcó la llamada.
—¿SeungMin? —JiWoon se sintió nervioso al saber que conocería otro amigo de MinHo.
—SeungMin es mi hombre —afirmó MinHo mientras esperaba en la llamada—. Mi alma gemela. Mi persona. Nosotros sangramos, vivimos y morimos juntos. El año pasado casi nos mataron a los dos juntos, pero nos salvamos por el poder del amor y de la amistad. Si hay alguien a quien le confío mi vida, es a él-
—Ocupado.
—¡¿Me jodes?! —La llamada había sido contestada de forma abrupta, tanto que JiWoon había saltado. MinHo, por su parte, solamente le gritó al teléfono con total ofensa. —¡Ni siquiera es domingo!
—A veces, MinHo, uno tiene necesidades —la voz de SeungMin sonaba bastante cansada, calmada y jadeante.
—¡Hombre!, ¡necesitamos un lugar donde hospedarnos!
—Mis compañeros de cuarto salieron, así que estamos solos.
«¿Y eso no nos beneficia?», pensó JiWoon.
—¡Vamos! —insistió MinHo. JiWoon lo vio patear el suelo, lo que le recordó a un niño.
—¿Y por qué no llamas a Hanji? —consultó SeungMin con un tono burlón. No obstante, JiWoon vio a MinHo cambiar su semblante al instante. El silencio de él pareció hacer a SeungMin interpretar algo que JiWoon no comprendió, porque el chico rápidamente agregó—: no debería de estar dormido, ¿cierto? Puedes llamarlo.
—Ugh... —MinHo se restregó con pésame un ojo, ligeramente hastiado—. No quiero molestarlo.
—Siempre lo molestas. ¿Por qué ahora te pones tímido?
Y SeungMin cortó la llamada.
JiWoon vio a MinHo maldecir entre dientes mientras continuaba restregándose un ojo.
—Podemos pedir un taxi y cobrárselo a la jefa Min... —intentó idear JiWoon una solución.
MinHo no contestó por un largo tramo- tanto que confundió a JiWoon. ¿Quién era Hanji y por qué MinHo no quería molestarlo?
Pero, finalmente, MinHo desistió. —Que se jodan todos. Voy a llamarlo.
JiWoon vio a MinHo vacilar un par de veces antes de llamar al contacto agendado como 'pelmazo de mal gusto'. Colocó la llamada en altavoz, y ambos esperaron unos segundos hasta que, finalmente, fue descolgado.
—¿Hm? —una somnolienta voz contestó en la otra línea.
—Estás en altavoz y- necesitamos hospedaje —se apresuró en decir MinHo.
JiWoon no entendía el nerviosismo de MinHo, ni por qué se mordía el labio durante el silencio prolongado. En la otra línea se escuchó un ruido raro y el maullido de un gato, para finalmente escucharlo lanzar una maldición.
—Mierda, me quedé dormido.
—¿Sabes qué? —MinHo se vio arrepentido de forma tan drástica que sorprendió a JiWoon—. Mejor insisto con SeungMin. No quiero-
—¿Con quién estás?
—JiWoon. Un colega de trabajo —se explicó, antes de agregar rápidamente—: mañana irá a la presentación. YiSu lo invitó.
Sin saber por qué, JiWoon se sintió un poco dejado ante la descripción que MinHo le dio a la persona desconocida. Es como si un muro hubiese sido puesto de forma abrupta, lo que le hizo doler su corazón.
—Hubo un accidente en la carretera. La estación de buses está colapsada y estamos empapados. No sabemos qué hacer —continuó contando MinHo.
—Hm- vale. Mándame tu ubicación para pedirte un auto.
—No. Podemos-
—¿Qué quieren cenar? Dios, me quedé realmente dormido —divagó la voz.
—Si estás muy cansado, no es necesario que vayamos-
—¿Y dejar que te resfríes y te presentes así mañana? —Hanji lanzó una risa sarcástica—. Mamerto. Envíame tu dirección y dime qué quieres cenar.
JiWoon vio a MinHo vacilar por un instante hasta mirarlo. —JiWoon, ¿qué quieres cenar?
—Lo que sea —contestó con rapidez.
—Sorpréndenos.
Y MinHo cortó la llamada. JiWoon se sintió mal por ver al chico tan nervioso.
—Oye, no es necesario que vayamos- o que yo vaya —comenzó JiWoon, sintiendo un grado de culpa por la incómoda situación—. Puedo pedirme un auto y-
—Nah, si ese no es el problema —renegó MinHo mientras enviaba por chat su ubicación a Hanji—. Es solo que- bueno, ahora en noviembre es el suneung, y él ha estado matándose en sus estudios. No quiero molestarlo.
JiWoon tomó aquello como un argumento sustentable, hasta que hizo cálculos en su cabeza y algo no cuadró.
—¿No era tu amigo de la escuela? —preguntó JiWoon—. ¿O él era el menor...?
—No. Hanji se graduó conmigo —explicó MinHo, aunque no se veía con muchos ánimos de querer hablar de él—. Pero él siempre quiso entrar a la universidad. La primera vez que rindió el suneung (cuando íbamos en tercero) decidió no entrar por su salud mental. Al siguiente año, prefirió no darla porque no se sentía preparado- estuvo todo ese año en tratamientos, así que su dinero se fue en él más que en sus estudios. Este año lo rendirá de nuevo, y entrará a la universidad.
JiWoon notó por un instante cuán rápido MinHo hablaba.
—Como sea —MinHo volvió a hablar—. Es un idiota, pero agradable. No te sientas ofendido si no entiende la mitad de las cosas que tú le dices porque ha estado delirando de cansancio. Pero puedes tomarle el pelo con eso —aconsejó.
JiWoon no entendía por qué estaba la aclaración, pero asintió. —Vale.
MinHo rellenó el espacio vacío con palabras aleatorias y con conversaciones adversas. JiWoon le seguía la corriente, especialmente porque MinHo comenzó hablar insistentemente de cómo sus amigos lo matarían mañana porque no llegó a dormir a casa.
—Uh- hablando de eso, debo informar en la mía —recordó MinHo, mientras volvía a mirar su celular—. ¿No vas a avisar a la tuya?
—Dudo mucho que les importe en qué parte del mundo esté —admitió JiWoon con sentido del humor, aunque MinHo lo miró serio—. Oye...
—Que nadie te haga sentir que no eres especial o importante —aclaró MinHo, mientras lo apuntaba con su celular—. Tal vez tus padres no te quieran, pero sí tus hermanos.
—Auch.
—Te enfrascas en lo malo, ¿sabías?
—Bueno... —JiWoon se encogió de hombros—. No es como si una persona como yo pudiese verle el lado bueno a las cosas- en especial acá.
—¡Ja! —MinHo se burló abiertamente de él—. Solo te falta una chispa de optimismo en tu vida.
JiWoon sonrió con simpatía, pero le frustró que MinHo no le entendiera. ¿No podía notar acaso que JiWoon tenía problemas consigo mismo, y que estaba desesperado por contarle a MinHo?
Empero, antes de que abrir la boca, el auto que Hanji había pedido se asomó por la calle. Los dos corrieron hacia el auto y se sentaron en el asiento trasero, y con un par de palabras de intercambio el auto se direccionó por la caletera de Seúl hasta el otro lado de la ciudad donde se encontraban.
En el trayecto, JiWoon miró por la ventana mientras llovía. MinHo se sumió en una conversación con el chofer cuando una canción anglosajona comenzó a sonar en la radio, lo que hizo que ambos intercambiaran ideas. Ver por la ventana la lluvia era un poco melancólico, y con la voz resonante de MinHo de fondo le generaba cierto compromiso o reflexión sobre por cuánto tiempo ha estado obsesionado con él.
Había conocido a MinHo para octubre, y JiWoon se sentía tan atraído hacia él que no solo le había confirmado su propia homosexualidad, pero lo había transformado en una figura tan ideal que en su mente tenía sentido tanto que no estuviera con alguien como JiWoon, como también gracias a los rastros de amistad que habían plantado, las probabilidades de poder estar en una relación. Y a pesar de que MinHo no se veía como una persona que podía estar soltera, saber que sí lo estaba era... casi un milagro.
Un milagro demasiado bueno a JiWoon.
«Y aunque fuese gay, ¿acaso se fijaría en ti? —se atacó JiWoon por un instante—. MinHo probablemente tiene estándares que tú ni siquiera puedes llenar.»
De todas formas, MinHo seguía siendo glorioso.
El auto terminó por desviarse de la autopista hasta llegar a un centro de comercio que estaba cerrado- salvo por un par de locales 24 horas que estaban abiertos. El auto se estacionó frente a un local de carne que estaba cerrando, y los dos se bajaron para correr hacia el techo de la carnicería.
—¿Hanji vive acá? —preguntó JiWoon, resignado a mojarse con la lluvia.
Entre locales, había una puerta de reja notoriamente vieja. MinHo sacó de su mochila sus llaves y, la de color dorado, la insertó en la cerradura. La puerta emitió un fuerte sonido al abrirse.
«Qué confianza debe tener Hanji para pasarle las llaves de su casa a MinHo», pensó JiWoon.
Pero el lugar era horriblemente aterrador. Las escaleras daban hacia un piso más arriba, y no había luz. JiWoon habría creído que ese lugar se había cometido un asesinato, en especial cuando MinHo ni siquiera encendió el flash de su celular para iluminar el camino porque presuntamente se lo sabía de memoria.
Subieron dos pisos por las escaleras hasta llegar a un pasillo de mala muerte con luz blanca tintineante, y con seguridad, MinHo caminó hasta la puerta al final del pasillo.
—¿Qué miras tanto? —preguntó MinHo, burlón.
—Es... tétrico —admitió JiWoon, antes de mirarlo—. No me trajiste acá para asesinarme, ¿cierto?
—¿Quieres escuchar algo divertido? —MinHo golpeó la puerta una vez con un dedo, y rápidamente un suave raspado sonó al otro lado. —Ese es el llamado de tu muerte.
—No me jodas... —JiWoon sintió que se ponía pálido.
Pero MinHo lanzó una fuerte carcajada, y golpeó con mayor seguridad la puerta. —Te tomo el pelo, idiota.
Se escuchó un fuerte ruido al otro lado. Un maullido y alguien lanzando una maldición. Finalmente, la puerta se abrió.
—¡Hijo! —exclamó MinHo, mientras se hincaba.
JiWoon no entendió que un gato naranjo salió de la puerta, y que el chico que estaba al otro lado parecía hacer equilibrio con toda la basura que había en su dormitorio. MinHo parecía estar más ocupado acariciando al gato para continuamente tomarlo en brazos.
—Lo siento —se apresuró en disculparse el chico—. No alcancé a limpiar.
—JiWoon —MinHo lo miró, y apuntó a su gato—. Él es Doongie. Doongie, él es JiWoon.
—Un gusto... —JiWoon se sintió un poco intimidado por la presencia del chico. Tenía una cara amable, pero su ropa ancha y su cabello castaño desordenado le daba la impresión de que no debía de estar molestándolo a esas horas. Miró a MinHo para esperar a que él hablara, pero él solamente desvió su mirada del gato hacia el chico de la puerta, y sonrió abiertamente.
—He llegado.
—No me lo dices y no me doy cuenta —él colocó sus ojos en blanco y, con una deslumbrante sonrisa, tendió su mano hacia JiWoon—. Discúlpalo por no presentarnos.
—Solo le enseño a mis personas importantes —se justificó MinHo.
—Soy Han JiSung —se presentó Hanji, finalmente—, amigo de la escuela.
[1] que no se haya notado que Lily era mi personaje favorito
[2] dos datos curiosos:
1. las notas musicales del banner son la intro de la canción Mr.Brightside
2. no sé si se han preguntado el físico del personaje de YiSu, pero para que tengan una referencia, es como el personaje de Wendy de South Park o Isabella de Phineas y Ferb (pésimas referencias)
[3] nos vemos en dos años más, donde espero subir la siguiente parte, jaja. Muchas gracias.
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