5. MinHo y JiSung son amigos- o algo así
MinHo y JiSung son amigos- o algo así
Canción:
WOW; Stray Kids
JiSung corrió con suerte, porque al despertar, más que ganas de vomitar, él se sentía completamente fatigado y con una inminente necesidad de comer lo que fuese para poder sentirse de nuevo en la tierra.
Pero en el mero consentimiento de despertar, JiSung se cuestionó.
«¿Por qué demonios desperté?»
Se sentó rápidamente en el incómodo sofá para ver hacia su lado: la puerta abierta del garaje, con el cielo nublado de ese día estaba en tonalidades anaranjadas fuertes, signos de un atardecer. Soltó un suspiro de miedo antes de poder desviar su atención hacia el interior del garaje, reconociendo en seguida que era de la casa de MinHo, y ver como siete personas lo observaban detenidamente.
«Me metí en una secta.»
De repente, uno de los chicos que estaban en el círculo levantó los brazos exageradamente, y gritó:
—¡Sigue vivo! ¡El muerto sigue vivo!
La mera exclamación hizo a JiSung cerrar los ojos; sentía como si su cabeza estaba siendo azotada por una ola de metal.
—Uh..., ¿Qué sucedió? —preguntó JiSung tímidamente; ubicaba a los chicos que estaban ahí, por supuesto, sus amigos se dedicaban a lanzarles hielo y latas de coca cola, por lo que era realmente embarazoso estar con ellos.
«Espera, ¿Y si me secuestraron mientras estaba drogado y ahora se quieren vengar de ellos?», pensó con paranoia; tal vez lo crucificarían o lo entregarían de sacrificio hacia el equipo de baloncesto, ¿Quién sabe?
Pero su pensamiento fue rápidamente desechado a la basura al ver el conocido rostro de Felix asomarse entre los hombros de los chicos, y a MinHo asomar su cabeza por arriba del grupo.
—Estabas drogado —tomó la palabra SeungMin, quien fumaba desinteresadamente mientras veía al chico—. Y vomitaste en mis zapatos.
—¿Vomité...? —más que pregunta era un dicho de incredulidad; JiSung se sentía, más que fuera de lugar, completamente inadecuado desde su misma existencia.
Chan tomó el mando de la situación y se levantó de su escritorio para ir hacia JiSung y sentarse en el sofá para examinarlo con cuidado. Tanto JiSung como el resto del grupo aguantaron la respiración y se mantuvieron en silencio para dejar que Chan lo escaneara tranquilo, ni siquiera el ruido de la lata de coca cola estrellándose contra la pared de la casa lo hizo desconcentrarse. Cuando Chan pareció examinarlo lo suficiente, JiSung tenía su rostro completamente rojo y su pulso se había elevado a más de mil por cardio. Esto no le hacía bien a su asma.
—¿Estás fatigado? —preguntó suavemente Chan. JiSung asintió lentamente—. Está bien, vas a comer algo y beberás agua, ¿Vale?, ChangBin te traerá comida.
—¿Eh? —llamó ChangBin, ofendido—. ¿Y de dónde demonios quieres que saque comida?
—De nuestra reserva. Hazle fideos instantáneos con sabor a carne-¿Eres vegetariano? —JiSung asintió—. Con sabor a queso.
ChangBin parecía querer protestar, pero la mirada de Chan hizo que se callase y entrara a casa de MinHo sin chistar demasiado; por otra parte, Chan tendió su mano hacia la botella de agua que se encontraba sobre su escritorio para que SeungMin lo tomase y se lo lanzara, para así entregársela al otro.
—Bebe tranquilo, y si quieres vomitar nos avisas. Tienes que hidratarte.
—Estaba drogado. No borracho —mencionó HyunJin.
—Tiene las mismas reacciones que JeongIn, así que sé cómo cuidarlo —dijo lo último con aires de grandeza.
JiSung abrió la boca para querer contestar algo más sobre eso, pero prefirió mantenerse en silencio y beber de la botella para dejar de ser una molestia.
—El gran hombre sabe cómo solucionar estas cosas, ¿Eh? —interrumpió el silencio MinHo, saliendo del círculo para ir hacia JiSung, con un semblante extrañamente nervioso—. ¿Cómo te encuentras?
—Estoy bien —se apresuró JiSung en contestar, incorporándose en el sofá junto a Chan para poder inclinarse hacia el chico con mejor hospitalidad—. Lamento las molestias, MinHo, y gracias por traerme. Supongo que me tendré que retirar-
—¡No hasta que te comas la sopa! —escucharon gritar a ChangBin desde el interior de la casa.
—¿La sopa no se bebe? —cuestionó JeongIn.
JiSung intentó una vez más hacer el ademán de levantarse, pero esta vez su propio cuerpo no reaccionó de la mejor manera causando que se sentase en seguida, con el mundo entero moviéndose delante de sus ojos.
—No te irás hasta que hayas comido algo, ¿Sí? —dijo Chan suavemente—. No comer cuando estás muerto de hambre por haber fumado marihuana es lo peor que puedes hacer.
El rostro del anaranjado palideció aún más de lo que ya estaba. —¿Cómo saben que fumé? ¿Se me nota mucho?
MinHo rio ante eso, al igual que SeungMin lo hizo incómodamente.
—No sé si te acuerdas de que nos encontramos en la mañana —dijo MinHo.
—Y vomitaste en mis zapatos —agregó SeungMin, acercándose también. —Si no te hubiese encontrado, probablemente estarías metido en un gran problema.
JiSung le sonrió a SeungMin con vergüenza, pero su sonrisa poco a poco se apagó cuando recordó algo que había pasado por alto.
«Yuna.»
—¡Mierda! —JiSung saltó del sofá, y tanto SeungMin como MinHo tuvieron que agarrarlo al verlo tambalear—. N-necesito el teléfono. ¿Qué hora es?, mi mamá va a matarme. Yuna va a matarme.
—Puedes usar el teléfono de mi casa si te apetece —ofreció MinHo—. O el del consultorio de mi papá. Cuando él llama se notifica automáticamente: "Está recibiendo una llamada del consultorio Lee, diga uno en voz alta si es un paciente, o dos si es un familiar"
—El de tu casa. El de tu casa.
MinHo guio a JiSung hacia su teléfono fijo, en la sala. JiSung aprovechó de saludar y presentarse a la madre de MinHo incómodamente y se dispuso a llamar.
En primer lugar, llamó a su casa. Su madre contestó y un gran regaño recibió por eso, pero tras nombrarle que se encontraba actualmente en casa de Lee MinHo, pareció calmarse con la noticia y le dijo que disfrutase su estancia, (claro, también agregando que aprovechase de ser su amigo y así se le pegaba un poco lo listo). Después, llamó a casa de Yuna, pero a la primera no le resultó; intentó marcar dos veces más pero nadie respondió el teléfono. JiSung asumió que la habían atrapado.
—Yuna me va a matar —murmuró JiSung contra el micrófono del teléfono fijo. MinHo estaba a su lado, sin realmente darle un espacio a solas para la llamada—. Me va a terminar por haberla dejado sola.
—Oye, no te culpes por eso —intentó consolar MinHo, sin saber realmente cómo—. No eres su niñero para cuidarla de eso. Es lógica básica que no puedes fumar marihuana en la escuela y no evitar ser atrapado.
—Pero debí estar ahí —insistió—. Digo, ¿Qué clase de novio soy si dejo a mi novia con un montón de tontos drogados?
—Ella estaba con sus amigas.
—¡Igual! —JiSung suspiró—. Soy un fracaso.
—¿Quieres ir a buscarla? —preguntó MinHo, empatizando con la desesperación del chico—. Puedo acompañarte.
—No es necesario que me acompañes-
—Vamos, apenas puedes orientarte. Debes estar acompañado si quieres ir a buscarla —le golpeó MinHo su hombro con suavidad—. Insisto, ¿Para qué son los amigos si no es para ir a buscar a la novia de uno que está drogada?
Aunque a MinHo no le agradase mucho Yuna, no podía dejar que JiSung se carcomiese su consciencia de esa manera. Y por más que MinHo lo negase, él sabía que JiSung tenía razón.
—Pero primero... —JiSung se quedó congelado un momento, pareciendo mentalmente disperso—. Tengo que lavarme.
MinHo parpadeó, inicialmente sin entender por qué lo decía, pero luego afinó su nariz y- yep, el chico necesitaba matar ese fuerte olor.
El pelinegro lo guio hacia el baño, pero JiSung se veía realmente familiarizado con la higiene porque, una vez al llegar, se acuclilló frente al mueble bajo el lavabo y comenzó a revisarlo.
—¿Tienes otro cepillo de dientes? —preguntó JiSung.
—¿Quién tiene dos cepillos de dientes?
—Una persona higiénica, tal parece —murmuró entre dientes.
—Tu aliento no apesta tanto, parece.
—¿Qué? ¿Eso crees?
—Comprobemos —MinHo apoyó sus palmas sobre sus rodillas, acercando su rostro al de JiSung—. Vamos. Sopla.
—¡¿Qué?! —JiSung lo miró, horrorizado—. ¡No!
—¡Vamos!, ¡¿Quieres ayuda o no?! —insistió MinHo inclinándose más adelante—. Vamos, vamos, sóplame la cara.
—Eres asqueroso —JiSung rodó los ojos, pero de igual manera terminó accediendo a la petición de MinHo y sopló, sonrojándose fuertemente hasta las orejas cuando MinHo comenzó a carcajear y a aletear su mano frente a su rostro para disipar el olor—. ¡Oye!
—¡Apestas! —rio MinHo—. Enjuágate con pasta dental si quieres.
JiSung volvió a poner sus ojos en blanco y se apoyó en el lavamanos, colocó un poco de pasta de dientes en su dedo y se lo pasó por la lengua y sus dientes; enjuagó con agua y escupió, para finalmente intentar comprobar su aliento con su propia mano. —Es pasable.
—Ahora, ¿Tienes desodorante ambiental? —cuestionó JiSung de nuevo.
—Tengo desodorante para humanos, tal vez te sirva —comentó MinHo haciendo un ademán para salir del baño- pero, obvio, JiSung se inclinó de nuevo sobre el mueble y encontró un desodorante ambiental con olor a manzana.
—El componente del desodorante de personas no es lo suficientemente fuerte como para matar el olor que tengo —el chico agitó el desodorante y lo destapó—. Permiso, MinHo.
—Ya qué, rarito.
Con una mano JiSung tapó su nariz, con la otra apretó el gatillo, y comenzó a esparcir las gotas por todo su cuerpo, enfatizando muy bien en sus pantalones de talla grande y en su camiseta de algodón aún más grande.
—¿Puedes...?
MinHo rodó los ojos, pero sintiéndose agraciado por la rareza del chico. Tomó el aerosol y, luego de que JiSung diera media vuelta, este esparció del componente por toda su espalda; sin querer inhaló un poco bruscamente y terminó con un ataque de tos que tal parece que a JiSung no le importó mucho porque le quitó el aerosol para esparcir un poco en su cabello y en sus zapatos y volver a guardarlo en el mismo lugar donde lo había encontró.
—¿Me veo bien?
—Fresco como una lechuga.
—Eso es suficiente —JiSung sentenció, arrastrando los pies mientras seguía a MinHo fuera del baño—. Bien, ¿Cómo...?
—Tengo una bicicleta en el garaje —contó MinHo, yendo hacia el lugar indicado con JiSung pisándole los talones—. Vamos, te dejo donde Yuna y si quieres te dejo a tu casa o te dejo donde ella.
—Estoy muy agradecido por esto, MinHo —la voz de JiSung hizo que MinHo se detuviese abruptamente, causando que JiSung chocase con su espalda.
Sería mentira que tras esa frase tan inocente no hizo volcar el corazón de MinHo, lo cual era extraño porque por qué demonios un chico, el cual le estaba dando las gracias, lo había puesto así de descolocado.
—Uh-, ni lo menciones —contestó MinHo antes de seguir. Evitando a toda costa que JiSung lo viera así de sonrojado.
Salieron por el marco hacia el garaje, donde los chicos ahora se encontraban sentados en el sofá conversando entre ellos. JiSung pudo observar cómo ChangBin traía en sus manos un paquete de fideos instantáneos calientes, con palillos sobre la cubierta. Se le hizo agua la boca al verlo.
—¡Ten! —se levantó ChangBin del sofá para entregarle el paquete a JiSung, y este ni siquiera alcanzó a dar las gracias porque atacó directamente a la sopa y a los fideos, ingiriendo tanto como sus mejillas se lo permitieron.
ChangBin, tomando de los hombros a JiSung para sentarlo en el sofá, se giró hacia su otro amigo. —¿Podemos tocar algo decente ahora?
—Iré a dejarlo a la casa de su novia —comentó MinHo, intentando acercarse al rincón de cachureos donde se encontraba una bicicleta negra asomada.
—Puede esperar a que termine de comer —HyunJin dijo mientras palmeaba el hombro de Felix para que lo apoyasen—. Vamos- que mi papá me pasará a buscar en cualquier momento.
MinHo, bufando de impaciencia, terminó por acceder. —Nunca negaré la oportunidad de dar un buen espectáculo.
—Baja un poco tu ego, maldito escorpio —masculló Chan con gracia, y riendo cuando el pelinegro le levantó el dedo del medio.
—De castigo, cantaremos el himno de ChangBin —ordenó MinHo, haciendo al nombrado bufar.
—¿Por qué?, ¿Qué problema tienen con mi madre? —preguntó, aunque fuera más al aire—. Ella no ha tocado el pueblo como desde hace cinco años.
—Toda una MILF —recordó HyunJin, con Felix riendo a su lado.
—¡Vamos! —alentó MinHo con gracia, haciendo que HyunJin marcara y el chico comenzase a cantar—. ChangBin, can I come over after school?
Fue un ensayo rápido, creando ambiente mientras que JiSung comía con Chan alentando a la banda por un lado y con JeongIn observando detenidamente a JiSung por el otro, haciendo al anaranjado sentir una punzada de incomodidad e intimidación.
—¿SeungMin también toca? —preguntó JiSung a Chan, observando cómo el otro castaño daba indicaciones rápidas a Felix mientras tocaban su propia versión de Stacy's mom de Fountains of Wayne.
—Él era el antiguo guitarrista —contó Chan, mientras JeongIn movía su cabeza con lentitud mientras seguía inspeccionando a JiSung—. Terminó por salirse porque su madre le dio un ultimátum: tenía algunos hobbies, lo que hizo que bajaran sus calificaciones. Fue un regalo del cielo saber que Felix tenía el mismo nivel de conocimiento musical que SeungMin.
—Vaya... —JiSung suspiró, sintiéndose impresionado—. Suenan profesionales.
—Es lo que produce la práctica de un psicópata -refiriéndome a MinHo- —siguió contando, apuntando con su barbilla a HyunJin—. Hace dos años él no sabía nada de la batería. Si no hubiese sido por el antiguo maestro de música, no podríamos haber hecho esto.
—¿Él les dio la idea?
—La verdad es que fue del loco MinHo que quiso hacer la banda —admitió—. Vio Scott Piligram contra el mundo y creyó que sería cool tener una banda también.
JiSung enfocó su mirada en MinHo; a diferencia del escenario anterior, aquí la delgada voz del chico sonaba bastante forzada para alcanzar rangos vocales que no eran compatibles con su garganta (o eso creía). No obstante, el muchacho parecía gozar de su propia presentación aún cuando no creía que alguien lo veía, tocando de su guitarra- copia de The Red Special de Bryan May de Queen.
Es una linda guitarra, pensó JiSung con nostalgia.
Cuando terminaron de tocar, y tanto MinHo como ChangBin se fanfarronearon con ecos finales, el pelinegro se sacó su guitarra para dejarla en su atril improvisado y regresar a la montaña de cachureos para sacar la bicicleta.
—¿Tan ansioso por echar a JiSung de tu casa? —bromeó ChangBin.
—Si un camarada quiere ver a su novia, el rol del otro camarada es ayudarlo —contestó MinHo con un falso tono militar—. SeungMin, campeón, te recomiendo ir a ver a YiSu también.
—¿Cuándo dejarán ir el tema de YiSu? —preguntó SeungMin al aire.
—Jamás —coreó el resto.
El pote de JiSung terminó por vaciarse, e (ignorando por completo la intensa y silenciosa mirada de JeongIn), se encaminó hacia SeungMin mientras abrazaba el objeto en su pecho.
—Uh, ¿SeungMin? —llamó JiSung. El nombrado levanta su cabeza hacia él, y JiSung considera que es un chico con quien no hay que lidiar de mala manera—. Uh-, yo lamento haberte vomitado los zapatos —estaba sonrojado porque estaba nervioso, y se sentía tan culpable que ni siquiera podía mirarlo a los ojos—, también gracias por sacarme de ahí, aún cuando no nos conocemos y todo eso-uh, ¡Gracias! —finalmente, abrazando aún más fuerte su paquete de fideos, en un acto de total dramatismo se arrodilló ante SeungMin causando que el chico levantase las piernas por la sorpresa, y se agachase igualmente para evitar que el otro lo hiciera.
—¡Dios, no! —exclamó SeungMin, mirando al resto de sus amigos sin realmente tener idea qué hacer—. JiSung, no te preocupes- en serio, levántate.
JiSung estaba apenado desde lo más profundo de su corazón, tanto que ni siquiera quería levantar su cabeza; por otra parte, SeungMin seguía sin saber muy bien qué hacer, por lo que solamente comenzó a reír mientras le palmeaba la espalda. Fue cuestión de tiempo para que todos rieran por la extrañeza del muchacho.
—¡Se han arrodillado ante SeungMin! —se burló HyunJin, ahora ganándose al lado de JiSung para estirar sus brazos hacia adelante e inclinarse una vez más—. ¡Dios te salve María, gran SeungMin!
JiSung no entendía mucho qué pasaba, ni siquiera el por qué Felix, JeongIn y ChangBin se unieron a la veneración de SeungMin; solamente se quedó ahí, congelado, sin entender realmente lo que sucedía. Y SeungMin, parte de la jugarreta, se sacó sus gafas para poder pasar una mano por su cabello, fanfarroneándose de sí mismo.
—Paren de jugar y pónganse a practicar —interrumpió MinHo, yendo hacia JiSung para jalarlo del collar de su camiseta para que se levantara—. Cuando regrese tocaremos U2.
—Supéralo, MinHo, a ninguno nos gusta U2 —le dijo HyunJin desde el suelo.
—A mi me gusta —susurró Felix.
Cuando JiSung se levantó, Chan se acercó a él para tomar el paquete vacío de fideos. —¿Te sientes bien?
JiSung se sorprendió ante el tacto del chico, por lo que asintió completamente aturdido.
—Está bien, espero que te vaya bien donde tu novia —terminó por sonreír el mayor.
El anaranjado volvió a sonrojarse, y asintió de nuevo pareciendo no tener palabras en ese momento.
—¡Muévete! —gritó MinHo.
JiSung caminó a tropezones hacia su mochila y se despidió del resto con la mano y un "adiós" un tanto desafinado. MinHo se acomodó fuera de su casa sobre la bicicleta y JiSung se acomodó en su rejilla trasera, pero antes de que MinHo partiera, el otro volvió a bajarse para ir rápido hacia SeungMin.
—Uh, SeungMin, puedo lavarte tus zapatos si quieres —mencionó JiSung con rapidez, aún nervioso.
De nuevo, SeungMin se quedó sin habla ante JiSung, y negó rápidamente mientras le entregaba una sonrisa amable. —No te preocupes, ya los lavé.
Han no sabía qué decir para compensarlo, y la campanilla que hacía MinHo sonar de su bicicleta no lo estaba ayudando para nada, por lo que solo pudo formular torpemente un "Te invito algo para comer" antes de volver a subir a la rejilla tras MinHo y largarse de allí.
Más allá de las indicaciones que JiSung le dio a MinHo en dirección a casa de Yuna, el recorrido fue silencioso. MinHo iba concentrado en manejar y apaciguar el nerviosismo de tener a JiSung atrás, mientras que este se mantenía afirmado de la rejilla por su espalda, manteniendo sus piernas estiradas y su cabeza hacia arriba, contemplando el cielo oscuro y las estrellas emergentes de este.
—Uh-, así que, ¿Cómo van con la banda?, ¿Qué tocarán para el veinticuatro? —preguntó JiSung con cordialidad—. Son..., son realmente buenos.
—Gracias y- eh, canciones comunes, creo yo. —respondió MinHo, intentando no desconcentrarse de manejar a causa del repentino halago—Creo que tocaremos la de Got7- ¿Te gusta Got7?
—Si, son buenos. —dijo JiSung a su espalda—. ¿Y tú cantas-cantas? ¿Así de verdad?
—También toco la guitarra de vez en cuando —contó—. Aunque para eso se encarga ChangBin. Felix también le pega con el bajo, aunque cuando necesitamos un tecladista él también aparece- a veces cambia con ChangBin cuando la canción requiere un teclado (ya que ChangBin sabe tocarlo). Y, bueno, ya conoces a HyunJin con la batería.
—Nunca suelta sus baquetas.
—Hicimos un gran sacrificio para comprarla, y tuvo que aprender a tocarla de cero—admitió entre risas, recordando ese día de hace un año atrás, antes de cambiar ligeramente de tema—. Estaban asustados, ¿Sabes?, tocar en el festival los puso un poco nerviosos.
—Tocar frente a un pueblo entero no es algo que te pueda mantener tranquilo, MinHo —sonrió JiSung, manteniendo su mirada en el cielo.
—Si, pero me refiero a que su razón es la escuela, sobre todo —a MinHo le ponía nervioso hablar de ese tema, ya que lo encontraba un poco penoso—. Tras el problema que tuvimos con el equipo de baloncesto, nadie nos quiere mucho.
—Una mierda que una simple acción te marque de esa forma —dijo JiSung, ahora posando sus manos en la cintura de MinHo casualmente. El otro casi se desvía del camino ante ese movimiento, y rezó para que el otro no se hubiese dado cuenta—. Es como si no dejaran aprender.
—Las ventajas de vivir en esta generación —dijo con sarcasmo.
—Tampoco creía que ustedes fueran agradables —continuó JiSung—. Bueno- tal vez no agradables, pero parecen mantener un buen clima. Eso es un punto de ventaja.
—Todos somos unos perdedores —dijo con gracia MinHo—. Aunque los condené yo- ja, ja. El único normal de nosotros pudo haber sido Felix, pero como lo atacaron ya el primer día Chan decidió adoptarlo y- bueno, tal vez no fue el plan más inteligente por parte de él.
MinHo supuso que JiSung no quería hablar más del tema porque no comentó más sobre hecho por un buen rato. Fue para cuando MinHo tuvo que apegarse a la vereda cuando un auto pasó que JiSung volvió a hablar.
—¿Desde cuándo son amigos? —preguntó.
—Todos nos conocíamos de pequeños por defecto —afirmó MinHo—Como a ti. Supongo que tendría que conocerte desde niños.
—Supongo lo mismo.
—Primero conocí a JeongIn, cuando yo estaba en primer grado, aunque él estaba en kínder- pero ambos estábamos en el mismo salón de enseñanza especial, y en mi segundo grado conocí a Chan por ser hermanastro de JeongIn —empezó a contar MinHo, y JiSung estuvo atento a cada palabra—. ChangBin era amigo de Chan y repitió el año, así que los tres éramos amigos mientras que JeongIn seguía siendo un grado menor que nosotros. En cuarto grado llegó SeungMin al pueblo y HyunJin apareció en quinto como un niño educado en casa. Y solo un dato curioso, después, en la escuela media, entré a la escuela con todos los mortales.
—Tengo varias preguntas...
—Diga.
—Lo dijiste pero- ¿Estuviste en ese salón durante toooooda tu infancia?
—¡Claro!, era estresante porque me hacían actividades que eran las mismas que las de JeongIn —explicó—. Yo no soy así- creo, solo me jacto de mi memoria eidética y soy más genial que el resto. Pero no quería ser un perdedor estando apartado en sociedad, y era inmaduro; yo también quería estar con mis amigos en el mismo salón. Por eso, le exigí a mis padres sacarme de ahí cuando el resto entró a la escuela media,
—ChangBin repitió..., ¿ChangBin es mayor que ustedes?
—Chan es mayor- él debería de estar en tercero o ya salido en la universidad —se explicó—. Luego viene ChangBin que me ganó en el parto solo porque fue cesárea, así que nació dos meses antes.
—¿Cómo rayos sabes de eso?
—A veces lo molestamos diciendo que es un tumor- como sea, y luego vengo yo, quien lo metieron tarde a la escuela por mi fantástica inteligencia —comentó lo último con sarcasmo—. HyunJin, SeungMin y Felix son del mismo año, y al final viene JeongIn que le llevo dos años.
—Y han pasado- ¿Cuánto?, ¿Seis años antes de agregar alguien al grupo de nuevo? —comentó JiSung con gracia, aunque se sentía bastante envidioso de ello.
—Me salté la clase de hacer amigos cuando iba en el kínder.
—Te creo. ¿Puedo preguntarte otra cosa?
—Dispara.
—¿Por qué le bajaste los pantalones al excapitán del equipo de baloncesto?
MinHo tuvo que haber visto esa pregunta venir.
—Si ubicas que el ala vieja de la escuela eran los antiguos salones de artes y música, ¿No? —JiSung asintió, aunque MinHo no podía verlo—. Bueno, cuando los cerraron, el salón de música iba a pasar a ser el almacén del equipo de deportes. Nosotros nos negamos. El equipo nos enfrentó en medio de la escuela y- bueno, tenía dieciséis y no sabía pelear, ¿Qué demonios quería que hiciera?
—Una historia bastante tonta —opinó JiSung—. MinGi, San y YeoSang están en el equipo de baloncesto, y siempre hablan de cómo ustedes son una plasta para la sociedad. Y ellos ni siquiera eran parte del equipo cuando eso pasó.
—Que agradable oír eso —susurró con sarcasmo
—No le encuentro sentido, realmente —continuó—. Digo, no somos niños. ¿Por qué tienen una rivalidad tan tonta?, te creería si fuese una película yankee, pero esto es la vida real...
—Hey, ¿Por qué me regañas a mí? —se defendió MinHo—. Ellos son quienes nos lanzan hielos y latas de coca cola.
—No te estoy regañando. Solamente...No sé, es muy tonto todo eso. Además de que te refieres a ellos "el equipo de baloncesto", ¿No tienen nombre, acaso?
—No tienen otra personalidad aparte de esa cosa —masculló MinHo.
—Eres gracioso —suspiró JiSung—. Pero- da igual, ¿No?, sigues detestándolos.
—Podrías hablar con ellos para que se detengan, tal vez así nos ayudarías —farfulló—. Y- espera, creo que llegamos a casa de Yuna.
MinHo frenó en la acera y colocó la pata trasera para mantener de pie la bicicleta. JiSung se bajó de allí y se detuvo unos momentos frente a la bonita casa de la chica, sin saber qué hacer realmente.
—¿Crees que termine contigo? —consultó MinHo.
—Probablemente —respondió, asustado. Su madre lo asesinaría si Yuna terminase con él, especialmente por esa razón.
—¿Quieres que te espere?
JiSung se giró para verlo con sorpresa, sintiéndose extrañamente agradable. —¿M-me esperarías?
—Todavía estás un poco tonto. Confieso que me da miedo dejarte ir solo a tu casa a esta hora y en ese estado —soltó pelinegro.
JiSung le sonrió levemente, pero por sus mejillas estas alcanzaron a achicar sus ojos. —Son recién las ocho treinta.
—Igual...
—Si me demoro más de quince minutos, puedes irte —opinó JiSung, caminando por el camino de piedras en dirección a la linda casa de dos pisos.
MinHo no tenía mucho qué hacer realmente, y por alguna extraña razón se sentía nervioso. Se sentó en la cuneta junto a su bicicleta y sacó -ocurrentemente- un cigarrillo suelto de su bolsillo de jean y lo encendió con la última cerilla que le quedaba para botarlo a un lado. Se recostó sobre la acera y se puso a contemplar el cielo mientras fumaba.
«¿No estaré actuando muy amigable con JiSung?», pensó MinHo, recordando como se había sentido y sido protector con JiSung cuando este no estaba en sus cabales. Sinceramente, él seguía sin poder reconocer sus sentimientos, en especial porque un miedo estaba naciendo desde el interior de su estómago, alarmando de un mal presagio.
«Algo saldrá mal de todo esto.»
Aún temía actuar frente a JiSung, no sabía si sus palabras lo ofenderían o si- oh dios, ¡¿Qué pasaba si el chico estaba siendo amable con él solo porque le daba pena?!, no quería pensar en eso ahora, ambos se saludaban en los pasillos cuando se encontraban y una que otra vez se encontraron conversando sobre cosas triviales antes de que JiSung fuese interceptada por su novia.
¿Estaba bien el plan que estaba llevando a cabo?
Su cigarrillo se apagó después de un rato, por lo que su única entretención ahora se convirtió en contar estrellas y cantar sobre las ciegas luces de la ciudad de U2.
—And I miss you when you're not around, I'm getting ready to leave the ground. —canto en voz baja, entrando solamente en el rol del protagonista—. Oh, you look so beautiful tonight in the city of blinding lights...
Ya no sabía qué hora era, pero sí era consciente del frío de noviembre, y en vez de estar en casa de Chan haciendo su noche de películas, estaba recostado en la acera de un chico que hace un mes no conocía.
—No creí que en serio me esperarías —dijo JiSung al salir. MinHo tuvo que levantarse del suelo para ver por completo al muchacho, quien aún con la poca luz pudo notar como él estaba sonrosado y con un beso marcado en su mejilla.
—Perdí la noción del tiempo —se sinceró MinHo, yendo hacia su bicicleta para acomodarse en su asiento—. ¿Al final no se enojó contigo?
—Prefirió la idea de que hubiese ido porque, o si no, me habrían suspendido a mí también —contestó JiSung, yendo también hacia MinHo para sentarse en la rejilla—. ¿Te importa si te agarro de la cintura?, olvidé preguntarte antes.
—Agárrame con confianza nomás —bromeó MinHo en doble sentido, haciendo a JiSung reír de nuevo.
Es bastante risueño, notó MinHo.
Pero no, si JiSung agarraba con confianza a MinHo este perdería el equilibrio de la bicicleta y probablemente caería, porque JiSung lo estaba descolocando.
Por otra parte, JiSung estaba a la defensiva.
Sí, puede que todo lo que hizo MinHo en esa tarde era realmente valeroso por la amistad, pero seguía cuestionando el por qué...
Bueno, ¿Quién querría ser amigo de alguien tan opaco como lo era JiSung?
De por sí MinHo era extraño y extrovertido, ¿Por qué gastó tanto de su tiempo querer ser amigo de JiSung?
¿Será por Yuna?, ¿O querrá sacar provecho de él?
MinHo parecía ser una persona realmente inocente ahora.
—¿Por qué te tomas tanta molestia? —preguntó repentinamente JiSung. Como sus manos estaban en la cintura de MinHo, él podía perfectamente inclinarse hacia atrás para seguir viendo las estrellas—. Eres tan intenso.
—Algunos dicen que es una virtud —comentó MinHo, agraciado—. Los amigos están para ayudarse, ¿Sabes?, y ahora que lo somos- deberíamos hacer cosas de amigos.
—¿Pintarnos las uñas, ver películas y hablar de lo guapas que son las actrices de Clueless?
—Aunque Alicia Silverstone sea atractiva, ella no es mi tipo —admitió.
—¿Oh? —JiSung levantó una ceja, antes de preguntar con una perturbada naturalidad—: ¿No te interesan las niñas?
MinHo frenó drásticamente, tan así que JiSung no pudo evitar chocar con la espalda de MinHo.
—¡MinHo!
—¡¿Por qué asumes que porque Alicia Silverstone no sea mi tipo soy gay?! —le gritó MinHo, girándose para ver a JiSung.
—Bu-bueno, es muy extraño conocer a un chico que no le guste ella —se defendió JiSung. «Mierda, así que es ese tipo de homofóbico, ¿Eh?»
—No soy gay.
—Vale.
El silencio se prolongó entre ellos. MinHo ni siquiera había vuelto a andar en bicicleta.
—N-no hay nada de malo de que lo seas, creo —agregó JiSung en seguida, intentando compensar la molestia de MinHo.
—No soy gay —repitió—. ¿Acaso tú lo eres?
—No-MinHo, tengo novia.
—Puede que todavía no hayas probado el pene mágico que te haga cambiar de opinión.
—¿Tú lo has probado?
—JiSung. Te vas a ir caminando hacia tu casa si sigues con eso.
—Lo siento.
MinHo volvió a emprender camino hacia la casa de JiSung. El silencio incómodo se prolongó tanto entre ellos que terminó causándoles gracia a ambos, estallando en carcajadas.
Cuando JiSung ingresó a su casa saludó a su madre rápidamente -quien seguía pegada al televisor como si su vida dependiese de ello-; no dudó mucho en sacarse toda su ropa apestada a manzana artificial y dejarla en el canasto para ducharse en seguida, y aunque se tuvo que sujetar un par de veces por la fatiga, pudo salir sin mayor complicación para colocarse su pijama de invierno. Colocó un poco de música para relajarse y sintió la necesidad de querer leer algo, pero su estómago no estaba en condiciones así que bajó por las escaleras otra vez en dirección a la cocina.
Contempló lo que había, tal vez se sentiría cerdo, pero lo mejor sería terminar de comer ese gran kimchi que había hecho su madre para la cena junto a las sobras de pasteles de queso que ella había comprado.
Al ingerirlo, había olvidado la sensación del dulce del postre, aunque su garganta se cerrase drásticamente.
—Ay, JiSung... —comentó la mujer tras ver como el chico pasaba el dedo por el plato donde el cheesecake había estado—. Si comes de esa manera terminarás engordando.
Instintivamente, JiSung detuvo su movimiento. Su respiración quedó repentinamente atascada.
—Tenía hambre —respondió en voz baja, sintiéndose avergonzado.
—Fue el cheesecake, ¿No? —observó ella, aunque su voz no sobresalía—. Creí que lo habías dejado, ¿No te cayó mal?
«Ahora que lo mencionas...» —Un poco —coincidió el chico.
SunHee se acercó a JiSung para hacerle un dulce cariño en el cabello, para luego besar su frente.
—Sabes que esto no te hace bien —siguió hablando ella, terminando por salir de la cocina—. No lo necesitas.
JiSungasintió, aunque su madre ya no podía verlo. La fuerte nube de pesadez que elladejó en el camino lo contagió, y un picabuey rondó por su cabeza haciéndolenacer náuseas de su entorno.
Canciones:
Stacy's Mom; Fountains of Wayne City of blinding lights; U2
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