Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

4. JiSung necesita nuevos amigos

JiSung necesita nuevos amigos

Canción:

Canción:

Friday I'm in love; The Cure

Días después de esa situación, a MinHo lo citaron a la oficina del director Kwon.

Él no era un mal chico. Puede que a veces dijera comentarios un poco fuera del contexto, y al ser erudito pasaba la mayor parte de la clase desinteresado, pero eso no significaba que él fuese malo en clase. Es por eso por lo que, cuando lo llamaron a la oficina del director, él pensó en los mil y una cosas que había hecho para que lo llevaran a esa situación, y él pensaba, personalmente, que no había hecho lo necesario para estar ahí.

Sin embargo, al estar ahí, el director lo recibió con una agradable noticia.

—Escuché que continúas con la banda —comenzó el director Kwon.

MinHo pestañeó, sin entender. —Uh- ¿Dependiendo de lo que diga variará el castigo?

El director Kwon sonrió con las encías antes de negar. —No. El ayuntamiento me contactó para preguntarles a ustedes en el festival navideño que se realizará el veinticuatro de diciembre en la noche.

Con esa simple propuesta, MinHo desencajó su mandíbula de una manera que no parecía natura.

«¡¿Qué?!»

—No sé si recuerdan, pero hace un par de meses ustedes tocaron en la boda de mi ahijado —MinHo asintió, recordando el hecho—. Y la verdad es que yo los recomendé, y algunos de tus vecinos también les han parecido que tocan agradable, así que el ayuntamiento les pidió si pudieran tocar esa noche-

—¡Sí! —interrumpió MinHo, dando un salto en el asiento—. ¡Por supuesto que tocaremos!

—¿No quieres consultarlo con tu grupo...?

—¡Estarán todos de acuerdo! —expresó—. No se preocupe- ¡Lo haremos genial!

La verdad es que se habían presentado dos veces en las bodas de la gente del pueblo cuando habían empezado a formar la banda -que fue hace un año atrás- así que, ¿Qué tan diferente sería tocar ahora?

Estaba impaciente, no podía evitar querer contarles a los chicos la gran noticia.

Pero por la mirada del director, MinHo se dio cuenta que esa no era la única información que iba a entregar.

—¿Sucede algo? —preguntó, vacilante.

El hombre no parecía como si fuese a darle una mala noticia, pero por lo comunicado anteriormente, MinHo no sabía si habría oportunidad de darle un anuncio mejor.

—Tu madre vendrá en un rato... Será mejor darles la noticia a ambos —sonrió—. ¿Gustas de un té?

Esos quince minutos en los que la madre de MinHo se demoró en llegar a la escuela fueron los más eternos para MinHo, dándole el tiempo suficiente para repasar mentalmente algún tipo de desastre que haya hecho en la escuela para haber logrado que llamasen a su madre. Le habían dado una buena noticia -excelente noticia en realidad-, así que no había necesidad de ponerse nervioso después de eso, además de que el director parecía realmente tranquilo con el chico, conversándole sobre temas triviales descolocando a MinHo.

Cuando su madre llega a la oficina del director, el hombre le entrega una sonrisa abierta.

—Lo que rompió mi hijo será pagado —fue lo primero que dijo SooYoung cuando llegó, con un semblante de culpa—. Puedo abonar en seguida.

—No la he llamado por eso, señorita Lee —dijo el director.

—Oh- ¿Le bajó los pantalones a alguien más?

—La verdad es que era una propuesta reiterada.

Ante eso, MinHo cerró los ojos.

Sabía lo que se le venía.

—Con los maestros estuvimos hablando, y propusieron la idea de integrar a MinHo a la clase avanzada —terminó por contar.

MinHo ya había pasado por esa situación, a inicios de primero, a inicios de segundo, y a inicios de ese trimestre.

Por alguna razón, su escuela segregaba a aquellos de los que tenían un potencial futuro universitario con aquellos que tenían algún futuro ordinario, por lo que encerraban a todos aquellos que entraban en primera categoría en un salón para enseñarle cosas específicas; especializarlos en su parea profesional, y realizar actividades que resultasen créditos universitarios para poder salir del pequeño pueblo del que estaban atascados. Incluso tenían una ley vomitiva para MinHo sobre no traficar información de la enseñanza de ese salón- ¡Caótico!

A MinHo nunca le interesó eso. Él nunca estuvo consciente de su futuro, aun cuando el próximo año estaría cursando tercero. Lo único que parecía convencerle un poco en hacer algo con su vida era la música.

Pero ¿Cómo podría vivir de la música?

A él le gustaba, mucho. Desde pequeño por influencia de su padre había aprendido a tocar guitarra y piano; pasó parte de su infancia junto a ChangBin y SeungMin en la iglesia especializándose en la instrumentalización; siempre ha invertido su energía en eso que, si le preguntasen ahora mismo qué estudiaría en la universidad, no sabría qué responder.

Él solamente se veía trabajando en la granja de la familia Hwang de HyunJin.

—Oh, no —dijo rápidamente mientras intercala su mirada con la de su madre—. Olvídelo. No lo haré.

—Por favor —SooYoung puso sus ojos en blanco, mirando al director—, vamos a tener la misma discusión que a inicio de año-

—Agradezco la oferta, pero no asistiré a la clase avanzada —negó—. Yo no me quiero ir de acá.

—No tienes por qué irte del pueblo, MinHo —dijo el director con calma en su voz—. Deberías darle una oportunidad a la clase; podrás reforzar tus conocimientos y abrir puertas para tu futuro—

—No lo voy a hacer —insistió—. No estaré allí.

—¿Por qué volvimos a tocar el tema? —preguntó SooYoung al director de nuevo.

—El chico consiguió la calificación máxima en el examen de literatura. —contó el hombre con orgullo a la madre de MinHo—. Y además, consiguió dos puntos extras tras una corrección gramática y ortográfica.

—Si van a contratar a un profesor de literatura, que sea alguien quien al menos sepa escribir —murmuró MinHo, consiguiendo una palmada en el muslo por parte de su madre.

—Conversaremos esto en casa mejor, señor —terminó respondiendo ella mientras se levanta y se inclina ante el hombre—. Le agradecemos de nuevo la oportunidad—

—Pero no la tomaremos —repitió MinHo, mirando a su madre—. Mejor dicho, no la tomaré.

—Tienen tiempo para pensarlo —informó el director a la señora—. Lo ideal es que MinHo ingrese lo antes posible, pero si quiere comenzar el nuevo año en el salón avanzado, no hay ningún problema.

—No comenzaré—

—Muchas gracias, señor —insistió SooYoung a su vez que le colocaba una mano en su boca a MinHo.

Ambos salieron de la oficina del director en silencio. Por ser horario de clases el pasillo principal se encontraba vacío, dejando que su madre mirase a MinHo y suspirase de por medio.

—¿Qué? —preguntó MinHo.

—¿En serio no quieres entrar al salón avanzado? —cuestionó SooYoung con un tono compresivo. Al ver a MinHo negar rápidamente, ella volvió a soltar un suspiro—. No le cuentes a tu padre esto. Él estará muy decepcionado por esto.

—Lo sé~ —canturreó sin mucho interés.

Su madre le palmeó el hombro antes de girarse y caminar hacia la salida, pero MinHo le tomó del brazo haciendo que ella lo mirase curiosa.

—¿Qué?

—¿No me llevas contigo? —sonrió juguetonamente.

Su madre se zafó con elegancia y le hizo un dramático desprecio. —Si no vas a ingresar a la clase avanzada, como mínimo deberías estar presente en todas tus clases.

Ella volvió a girarse y se perdió por el pasillo. MinHo despegó su vista de ella cuando un grupo de jóvenes pasaron por el lado de ella, llamando la atención del pelinegro porque todavía no estaban ni cerca de la hora del almuerzo para que los alumnos pudiesen deambular.

San y YeoSang llevaban a JiSung por los brazos mientras reían a carcajadas, a su vez que el chico del medio se dejaba llevar con una expresión incómoda -a percepción de MinHo. Tras los chicos, iban el grupo de amigas de Yuna liderado por una de las chicas: RyuJin, quien parecía hacer cantos alegóricos con alegría. Alzó su mano para saludar a Yeji quien iba conversando con MinGi, pero ella lo ignoró a propósito.

—Oh- ¡JiSung! —llamó MinHo con sorpresa.

JiSung frenó de repente, causando que San y YeoSang se tropezasen y el resto de la chica chocasen con ellos, logrando que el ruidoso grupo estrellase en una carcajada que rápidamente fue callada por el chisteo intenso de Yeji.

—¡Hola, MinHo! —saludó Yuna. MinHo mueve su mano hacia ella.

—Uh- voy en seguida —avisó JiSung mientras sacudía sus brazos para zafarse de los dos chicos.

—Nos vas a plantar como la otra vez —acusó YeoSang, apuntándolo.

—No lo haré —aseguró JiSung yendo hacia MinHo—. Estaré ahí en seguida, lo prometo.

YeoSang empujó suavemente a San y miró a JiSung con una sonrisa. —RyuJin no siempre consigue de la buena, así que ven cuanto antes.

—Ahí estaré. —Insiste JiSung.

El grupo pareció avanzar, aun cuando Yuna tenía intenciones de quedarse, pero tras una sonrisa que JiSung le entregó a la chica (curiosamente templando el corazón de MinHo), el grupo terminó perdiéndose por el pasillo en dirección al patio.

—Uh, ¿Qué van a hacer? —repentinamente, MinHo se siente torpe.

—Fumar, creo yo —contestó sin escrúpulos el chico—. Yo no lo haré- mi condición no me lo permite, pero insistieron en que fuera ya que la última vez no fui.

—¿Y te saltarás clases? —preguntó—. ¿Tú?

JiSung se rascó el cuello incómodamente mientras le entregaba una penosa sonrisa. —Algo así. Creo que me lo merezco- ¿Y tú que haces aquí?

—Oh, eh... —MinHo miró la oficina del director antes de ver a JiSung y contestar—. ¿Recuerdas que te conté que tengo una banda?

—Todo los saben. Sí.

—Cierto-bueno, nos ofrecieron tocar en el festival navideño que habrá el veinticuatro —contó, sintiéndose repentinamente emocionado—. Y además—

—Eso es fantástico —JiSung abrió sus ojos con sorpresa—. Digo, he escuchado que son buenos. Incluso Yuna los ha escuchado tocar. Estoy seguro de que les irá genial.

—Gracias —agradeció con humildad—. Tú... ¿Harás algo para esa época?

—Estaré en el pueblo —afirmó—. Así que los veré tocar.

—Genial. —dijo el otro—Genial, genial, genial, genial...

Cuando el silencio se posó en ellos, JiSung recordó que tenía que ir donde sus amigos, por lo que se despidió de MinHo y caminó por el pasillo en dirección contraria.

MinHo solamente pudo quedarse ahí plantado, mirando la figura de JiSung desaparecer cuando entró al patio de la escuela.

De repente, tuvo una idea que le pareció genial.

Caminó de regreso a la oficina del director y tocó un par de veces antes de entrar. El director Kwon miró a MinHo con extrañeza y abrió la boca para poder aclamar algo, pero MinHo lo interrumpió.

—Todo lo que supe para ese examen fue gracias a Han JiSung, del salón 1. —soltó con espontaneidad—. Gracias a él tuve una buena calificación.

. . .

Colocando las emociones de SeungMin en otro lenguaje, él no estaba in love, porque él estaba, literalmente, falling in love.

Había conocido a YiSu en el coro de la iglesia católica que tenía el pueblo en marzo. A pesar de que ninguno de los dos era perteneciente en ella ni creían en su religión, ambos disfrutaban el tiempo de cantar en una sala perfecta para la acústica.

También les gustaba leer a ambos; la fantasía era su género favorito. Y la moda; a SeungMin le gustaba mucho la moda en sí, y YiSu era conocida en la escuela por hacer sus propias prendas.

Eran el uno para el otro.

El problema estaba cuando ninguno de los dos se atrevía a dar el primer paso.

SeungMin tenía sus razones- y ella también. Él era consciente que la muchacha no era tan sociable como se esperaba, pero eso no significaba que a ella no le interesaba su propio estatus de pasar desapercibida por los demás. En cambio, SeungMin había pasado parte del año intentando ocultar la relación-no-relación que tenía con ella porque lo último que deseaba era ser molestado por sus amigos.

Sin embargo, aquella tarde en la alameda, donde perdió la uñeta de ChangBin, se dio cuenta que sus sentimientos eran ansiosamente correspondidos.

Empero, ambos seguían ahí, en el purgatorio.

—¿Dijiste que estaba por acá? —consultó SeungMin a la chica. Ella se encontraba agachada bajo las ventanas de los salones del ala vieja que tenía la escuela—. Algo del porte de una libreta no pasaría desapercibida en el patio.

—Sentí que cayó por acá —indicó ella, apuntando hacia una de las ventanas de los salones—. Ahí está el taller- cuando estoy muy apurada, salgo por la ventana. No me di cuenta de que algo se había caído hasta que recordé que, efectivamente, se había caído.

—Tal vez alguien lo dejó donde la secretaria, con objetos perdidos.

La chica hizo un puchero antes de asentir. —Si, probablemente.

La campana ya había sonado y sus amigos estaban reuniéndose fuera de la escuela para ir a casa de MinHo, pero él dijo que iría en un momento porque quería ir a dejar a YiSu a su casa. Cuando ambos estuvieron listos para irse, ella repentinamente recordó a su libreta perdida y cruzaron el patio hasta el pasillo al aire libre donde se asomaban las ventanas de los viejos salones del pasillo que había sido clausurado dos años atrás, junto con la pérdida de las artes.

Mientras YiSu seguía observando el suelo por alguna señal, SeungMin miró dentro de los vacíos salones solo para curiosear. La verdad es que normalmente esos salones siempre estaban vacíos, o eran destinados a algún tipo de club, o servían de bodega para alguna clase en particular, o los alumnos se drogaban en—

«¿Qué?»

SeungMin se detuvo abruptamente en uno de los salones y miró hacia su interior. Un grupo de nueve chicos estaban sentados en circulo mientras reían a carcajada y se pasaban entre ellos lo que parecía ser un cigarrillo de marihuana.

Eran sus compañeros de generación; divisó a sus clásicos matones San y YeoSang riendo a carcajadas mientras veían la pared; notó a la melliza de HyunJin: Yeji, conversar algo sumamente serio (por ende, incoherente) con MinGi, mientras que el resto de las chicas mantenían una conversación al margen junto a otro chico que se encontraba bastante descompuesto. Han JiSung.

Y Han JiSung pareció reconocerlo, porque cuando lo vio, caminó a bruces por el suelo hasta llegar a la ventana, la cual abrió ejerciendo una fuerza que no podía percibir y se dobló sobre el marco antes de sonreírle a SeungMin.

—Hola —le saludó.

El olor a marihuana golpeó a SeungMin fuertemente, pensando en cuánto tiempo estuvieron fumando allí adentro porque parecía que él también se drogaría.

—¿Estás bien? —preguntó SeungMin a JiSung, un tanto asustado al ver como se balanceaba hacia adelante por el marco de la ventana.

JiSung asintió, aunque no parecía realmente lúcido para contestar. YiSu se levantó del suelo y miró a JiSung con sorpresa. —Oh, pobrecito.

—La revolución no puede ser llamada revolución si no revoluciona un sistema estático. —le dijo JiSung a SeungMin con un tono agradable, arrastrando sus palabras dulcemente haciéndole parecer un niño—. Un sistema totalitario evitaría la revolución si se hiciese de buena manera...

—Está drogado —observó SeungMin, para luego ver el interior del salón y—, yep, están todos drogados.

—¿Nos lo llevamos? —preguntó ella.

Por el simple uso de ese pronombre hizo que SeungMin se sintiese torpemente nervioso. No sabía que respuesta dar, además, porque había conversado con JiSung una vez -o ninguna vez-, pero sabía que MinHo se molestaría si lo dejase allí, recostado sobre el marco de la ventana.

Pero antes de que SeungMin pudiese responder la pregunta, escuchó el sonido de una arcada y un líquido espeso sintió caer hacia sus zapatos.

. . .

MinHo se sentía raro, un poco tediado y tal vez hasta cansado, pero no podía decir nada en contra de su realidad porque, tal y como su padre le decía de pequeño: cada palo aguanta su vela. Además, ChangBin le había explicado un texto de Platón que daba a entender que cada hombre nació con una virtud, de la cual era innatamente bueno.

Él concluía que había nacido para ser un bufón, porque eso parecía ser en lo único que era bueno.

Con su grupo -como rutina- estaban esperando fuera de la escuela a los chicos que faltaban para ir a casa; SeungMin había avisado que llegaría más tarde porque iría a dejar a esa chica con aspecto de conejo a su casa. A MinHo no le molestaba que SeungMin intentase meterse en la ropa interior de ella, pero le molestaba que fuese a lo único a lo que se dedicaba; aun cuando se habían topado un par de veces y SeungMin seguía sin presentarla.

Su compañía hasta el momento era ChangBin, quien le hablaba acerca del último informe que había leído de un filósofo moderno que realmente a él no le importaba, pero Chan a su lado parecía bastante interesado por lo que llevaban una conversación de conceptos e ismos que MinHo no ubicaba. De JeongIn no se sabía mucho en donde estaba al igual que de Felix, pero si sabían de que un grupo de chicas había secuestrado a HyunJin para hacer una confesión romántica masiva.

—Es por eso de que el nihilismo de Heidegger es igual al de Daria —terminó concluyendo ChangBin con su magnifica presentación.

—¿Daria? —cuestionó Chan—. ¿El dibujo animado?, ¡Eso yo lo veía cuando vivía en Australia!

—¡Y ella seguía una filosofía nihilista! —siguió ChangBin.

—¿Estás comparando a un dibujo animado con un filósofo histórico?

Era viernes, lo que significaba: noche de películas. Pero si va a pasar esa noche de películas en donde Chan hablando de filosofía moderna, MinHo prefería pegarse un tiro.

Siguió prestando atención a U2 con sus auriculares mientras tarareaba Jean Genie para seguir divagando en sus propios pensamientos.

La presencia de JiSung repentinamente se hizo presente en su mente, el chico carcajeando de él acordando ser amigos. En un principio MinHo se había asustado ante la reacción tan burlesca que el anaranjado había presentado ante su propuesta, tal vez creyendo que lo tomaría por loco o un total dramático por haber hecho todo el circo que hizo con el simple fin de ser amigos, pero el corazón de MinHo se calmó tras ver como JiSung (con ciertas dudas en su expresión, para ser sincero) se calmó y terminó estrechando con fuerza su mano y declarando un "seamos amigos" completamente seguro.

Una pequeña carcajada brotó desde el pecho de MinHo llamando la atención de ChangBin y Chan, pero lo pasaron por alto.

Ahora que MinHo había hecho el primer paso de su plan, seguía el segundo.

Yuna.

Si MinHo lograba que Yuna y JiSung terminaran, entonces JiSung al fin sería libre de las garras de esa chica.

MinHo sabía que no le convenía, y ya podía escuchar la voz de SeungMin en su cabeza recriminándole por lo metiche y a HyunJin exclamando con un burlesco furor "todo en nombre del amor", aunque MinHo sabía que lo hacía para burlarse de él.

Dio su última calada al cigarro cuando la canción había terminado y lo tiró al suelo para continuamente pisarlo, terminando por sacarse sus auriculares al ver a HyunJin llegar con su cabello revuelto y su atuendo desordenado.

—¿Te comieron entre diez? —preguntó burlesco MinHo.

HyunJin chistea con su lengua pero aun así arreglándose su pelo largo hasta los hombros de manera arrogante. —Diez es muy poco.

—¿Y escogiste alguna?

HyunJin negó, fingiendo una pena mientras colocaba dramáticamente sus manos en su pecho. —¡Todas me quieren porque soy sexy! ¡No por mi personalidad!

—Si te quisiesen por tu personalidad, dudo mucho que tendrías el ganado que tienes ahora —se burló ChangBin, rompiendo su conversación con Chan para ese momento.

HyunJin lanzó una maldición al aire y se abalanzó contra ChangBin, pero este fue más rápido y lanzó su mochila al suelo para poder correr más ligero; ambos chicos salieron corriendo, chocando entre los alumnos que aún vagaban frente a la escuela y evadiendo las bicicletas que cruzaban repentinamente por la calle.

Luego de HyunJin apareció JeongIn, quien contó que el pastor de la escuela lo confirmaría antes de navidad por lo que tendría que ir más seguido a la iglesia católica del pueblo.

—El pequeño JeongInnie está creciendo —se burló Chan mientras acaricia el pelo del menor, este solamente se limitó a apartarse como un gato—. Papi está orgulloso de ti.

—Por favor no vuelvas a decir eso nunca más.

—¿SeungMin va a aparecer o va a llegar a tu casa, MinHo? —consultó JeongIn al pelinegro. Este se encoge de hombros.

—Me dijo que iría a mi casa, pero si corre con suerte con YiSu, ¿Quién soy yo para juzgarlo? —exclamó MinHo.

—¿Viste a Felix adentro? —preguntó ahora Chan a su hermanastro menor.

Este negó. —No me pareció—

Pero como si fuese un acto invocatorio, Felix apareció. Solamente que él no estaba solo, sino que estaba con SeungMin, YiSu y, entre medio de los dos chicos, un Han JiSung bastante ido de su existencia.

—¿Qué pasó? —preguntó en seguida MinHo cuando los cuatro cruzaron el portón principal de la escuela para alcanzarlos—. SeungMin, ¿Por qué estás sin zapatos?

—No te imaginas lo que pasó. —murmuró entre dientes SeungMin, mirando con veneno a su amigo—. No te quieres imaginar lo que pasó.

—Nos encontramos con JiSung-ssi y sus amigos en el ala vieja de la escuela —contó YiSu, quien al estar detrás del trio tuvo que rodearlos para contarles la historia a los otros tres que estaban ahí—. Se veía...mal, con SeungMin decidimos sacarlo de ahí, pero vomitó un poco sin querer en los zapatos de él —apuntó lo último mostrando una bolsa de nailon donde se encontraban los zapatos.

A pesar de que Chan fue cortés y aguantó la risa, JeongIn no acostumbraba a tener tacto y apuntó indiscriminadamente al de rostro de cachorro para burlarse abiertamente de él. MinHo solamente miraba con cierta perturbación a JiSung, quien miraba el suelo completamente ido y forzando su propio rostro para formar uno serio. No dudó entre las carcajadas de JeongIn para estirar su brazo entre SeungMin y JiSung para así ayudar él a cargar al chico drogado.

—Por dios, está muy mal —MinHo comentó con seriedad, para la sorpresa del resto de sus amigos quienes callaron al instante tras la acción del pelinegro—. Y apesta a marihuana.

—¿Lo vamos a dejar a su casa, entonces? —consultó Felix a su lado, igual de preocupado.

—Por lo que vi, su madre parece ser demasiado seria. —observó el chico, ahora mirando a sus amigos—. Lo llevaremos a mi casa, ¿Vale?, al menos hasta que regrese de su mal viaje.

MinHo le sacó la mochila a JiSung y se la lanzó a JeongIn (quien la tomó realmente sorprendido) para poder empezar a caminar. Chan observaba toda la escena sintiéndose realmente agraciado por la actitud tan seria que MinHo había tomado en torno a JiSung, por lo que solamente siguió el paso de los tres chicos cargando la mochila que ChangBin le había lanzado anteriormente.

—Puedo ir corriendo a mi casa para traerte los zapatos de mi abuelo —escuchó MinHo decirle YiSu a SeungMin.

—No te preocupes, le robaré un par a MinHo cuando lleguemos —respondió

«¿Y este qué se cree?», pensó MinHo.

—El amor es tan sobrante... —JiSung murmuró, llamando la atención de Felix y MinHo—. Sería mejor si me quisiesen realmente...

MinHo y Felix intercambiaron una mirada inquisitiva y decidieron ignorar a JiSung. Junto a sus amigos han experimentado de esa manera, y también han estado cuando han tenido malos viajes o cuando se emborrachaban, por lo que escuchar estupideces salir de la boca de alguien era completamente normal; como la vez en la que JeongIn y Chan se pusieron a discutir sobre quién era el favorito de mamá (—Soy su hijo biológico, a mi me quiere más. —Pero a mí me escogió, por lo que a mi me quiere más), o también cuando HyunJin se lanzó a llorar en los brazos de ChangBin exclamando que nunca sería amado y que debería rociar su rostro con ácido para que así la gente lo amase (bastante triste la verdad, pero MinHo gozaba de ese recuerdo).

—Que gris es el cielo... —siguió murmurando JiSung con aires melancólicos, mirando hacia el cielo haciendo que se tropezase con sus propios pies—. A mi papá le gustaba el gris, supongo que por eso está así...

—Es melancólico cuando quiere —observó Felix—. En clases se le ve realmente concentrado; no me sorprende que tenga una cabeza tan cavada.

—¿Qué quieres decir con eso? —cuestionó MinHo.

—Mientras más lees, más capacidad de conceptualización tienes —se explicó el chico con dificultad—. Mientras más conceptos conozcas, más adecuaciones emocionales tienes, por lo que...

—Mientras más palabras conozcas, mejor construyes tu realidad —concluyó MinHo, comprendiendo—. Entonces JiSung es inteligente en todas maneras.

—Aunque se esfuerza mucho, realmente —reconoció Felix—. No está pendiente del resto. Él solo quiere entender lo que está estudiando.

—Me gustaría ser un capibara, así los pelícanos no me comerían... —siguió murmurando JiSung.

Un poco después de su caminata apareció HyunJin y ChangBin, completamente agotados. HyunJin se lanzó sobre JeongIn para descansar (graznando en el asco) mientras ChangBin tomaba con cansancio su mochila de Chan mientras le preguntaba qué demonios había pasado.

Al llegar a casa de MinHo, abrieron la puerta del garaje y Felix y MinHo lanzaron a JiSung sobre el sofá, que con una facilidad increíble terminó por quedarse dormido tan pronto como tocó el mueble.

—Es una lástima —observó Felix.

—Da pena ajena —agregó MinHo.

—Me iré yo, entonces —anunció YiSu, entregándole la bolsa de nailon a SeungMin.

—Lamento no poder ir a dejarte a tu casa, YiSu —se disculpó SeungMin mientras tomaba la bolsa—. Te lo compensaré-

Pero alguien carraspeo, y SeungMin quiso ser consumido por la vergüenza al ver a sus amigos mirándolos.

—¿Qué?

—¿No la vas a presentar? —preguntó ChangBin.

—Ustedes la conocen...

—¿Es de segundo o de primero? —burló HyunJin.

—Tiene aspecto de ser de la escuela media —comentó JeongIn.

—¡Bien! —tomando aire y aguantando su paciencia, SeungMin hizo un movimiento de manos sobre la chica—. Kang YiSu —y, continuamente, hizo un movimiento de manos sobre los chicos—. Los enanos de la Blanca Nieves.

—Un placer... —con incomodidad, ella se inclinó ante ellos antes de dar pasos hacia el lado—. Bueno- nos vemos.

Un silencio se posó en los ocho (o siete, sin contar al inconsciente), sin saber realmente qué decir o qué hacer hasta que la chica desapareció del radar de ellos.

—¡Woah! —le gritó ChangBin—. ¡Eres un Don Juan!

—¡Enséñame tus tácticas, maestro! —exclamó HyunJin.

—Después de tu última novia, se veían bajas tus probabilidades de que alguien quisiera acercarse a ti —comentó JeongIn—. Y me he equivocado.

—Son unos ridículos —pateó SeungMin a JeongIn antes de irse a sentar al escritorio de Chan.

—Bueno, ya que estamos con buenas noticias —llamó la atención MinHo, apuntando su cabeza hacia MinHo—. Tengo una oferta directo desde el ayuntamiento.

—¿Ayuntamiento? —preguntó Chan, sentándose junto a SeungMin—. ¿Nos van a multar?

—Mejor que eso.

—¿Nos van a exiliar?

—Mejor.

—¿Nos van a—

—¡Nos ofrecieron tocar en el festival navideño! —interrumpió MinHo mientras alza los brazos para mostrar su felicidad—. ¡A nosotros! ¡A la banda!

MinHo esperó gritos de alegría o abrazos, o alguno que otro "MinHo, eres genial por haber conseguido eso", sin embargo, lo único que recibió fue miradas vacilantes de los cuales los integrantes de la banda se daban uno al otro.

—¿Qué pasa? —preguntó él, mirando a HyunJin, ChangBin y Felix.

—Tengo pánico escénico —dijo Felix.

—Y una mierda, nos hemos presentado antes. Díganme realmente qué pasa.

Entre los tres se codearon al no querer hablar. Al final ChangBin resultó ser cabecera por ser el más bajo del trío.

—¿Crees que somos buenos? —preguntó ChangBin finalmente.

MinHo se sintió ofendido con esa pregunta. —¿Disculpa?, ¡Claro que creo que somos buenos!

—Eso es genial- digo, que alguien nos tenga estima. —siguió—. A tú mamá también le gustamos, pero a ella le gusta Queen así que no es muy buen gusto que digamos—

—Al punto.

—Tal vez, solo que tal vez no estamos preparados para presentarnos en algo tan grande como lo es un festival navideño —confesó.

MinHo miró a ChangBin, escéptico por sus dichos, como si este le hubiese dicho que se había comido a su hámster.

—¿Qué?

—Es mucha atención, MinHo —tomó la palabra HyunJin ahora—. De vez en cuando nos lanzan latas cuando ensayamos, y todavía encierran a JeongIn en el baño siendo que ni siquiera es de la banda.

—¡Oye!

—Es por eso de que..., bueno —HyunJin se sacudió sus manos en sus jeans, nervioso—. ¿Podremos hacerlo bien?

—¿Qué clase de pregunta?, ¡Por supuesto que lo seremos! —exclamó, dando media vuelta para buscar a Chan—. ¿Cierto, Channie?

El nombrado le sonrió al vocalista y asintió de acuerdo.

—Por supuesto, chicos... —Chan se levantó de su escritorio para ir hacia el grupo—. Han tocado en bodas y no los han abucheado, eso es una buena señal, ¿no?

—¿Deberían abuchearnos?

—Además, nosotros congeniamos bien porque nos odian —recordó Chan—. Puede que todo haya empezado con un sueño lúcido de MinHo luego de ver Scott Piligram contra el mundo, pero eso no quita el hecho de que hemos sido capaces de tener una constancia que nos ha permitido hacer buena música, ¡Eso merece un poco de respeto!, ¿No creen?

—No tiene ningún sentido lo que está diciendo Chan —le susurró ChangBin a Felix.

—Miren, ya tocamos fondo en la escuela —reconoció burlonamente MinHo—. Nada puede ser peor que eso.

El grupo se sumió en silencio de nuevo. El sonido de una lata de coca cola estrellándose contra la vereda era casi recibido con naturalidad.

MinHo miró a sus amigos una vez más, usando el arma letal de sus ojos de gato triste para poder convencerlos, pero no fue hasta por la emoción de JeongIn que tanto ChangBin como Felix comenzaron a ceder.

—¡¿Pueden tocar esa canción de Got7?! —preguntó JeongIn.

—Tendremos un gran repertorio navideño en el cual trabajar, hombres —dijo MinHo—. Debemos prepararnos desde ya.

La energía del garaje volvió a encenderse con la emoción que MinHo esperaba, comenzando a lanzar canciones aleatorias navideñas para poder presentarlas con Chan ofreciéndose junto a ChangBin a hacer los arreglos de ellas.

Por otro lado, JiSung se encontraba con sus pies levantados en el respaldo con su cabeza colgada, no notando que la habitación se encontraba al revés.

Su mente no funcionaba correctamente, eso lo podía reconocer él, especialmente cuando intentó volver a recostarse en el sofá pero el ruido del garaje estaba siendo lo suficientemente fuerte como para poder quedarse dormido (aunque, efectivamente si había logrado quedarse dormido un rato).

Se sentía un fracaso realmente, no podía entender por qué no podía ser un chico normal, con una novia normal, que se drogaba normalmente sin ser interceptado por el maldito Lee MinHo. Por favor, ese nombre resonaba tanto en él que, seguramente si no hubiese conocido al pelinegro, JiSung pensaría que era una leyenda urbana.

«Amado por muchos, odiado por otros —piensa JiSung, divagando—. Ja, ¿Odiado por muchos y odiado por otros?, MinHo no es la gran cosa.»

—¡No eres la gran cosa! —gritó repentinamenteJiSung, apuntando descaradamente a MinHo e interrumpiendo la energéticaconversación que estaba teniendo el grupo. Todos se quedaron en silencio,observando al chico con rostro de cuestionamientos; y todo el mundo perdió lacabeza cuando al fin, JiSung cayó desmayado.

Canción:

Jean Genie; U2

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro