29. MinHo sigue sin tener buenas ideas
MinHo sigue sin tener buenas ideas
Canción:
Loser of the Year; Simple Plan
El sonido del reloj estaba produciendo una disociación en la mente de JiSung, concentrándose más en las veces que ha sonado desde que le había empezado a prestar atención que las palabras que la profesora Ji le estaba diciendo.
—JiSung —atrajo ella la realidad al chico.
Él, desconcertado, pestañeó y movió ligeramente para darle a entender que estaba prestando atención.
—Necesito que converses con tu madre sobre tu cambio de electivo —repitió ella, omitiendo la falta de esmero—. A final de ciclo tendré que entregarle una boleta con tus calificaciones, y ella notará que tu especialidad fue cambiada.
—Está bien —asintió JiSung.
—Si tienes algún problema, podemos traerla y contarle acá-
—No-, gracias, pero no se moleste —contestó cordialmente—. Yo sé cómo hacerlo.
La mirada de la profesora Ji era escéptica, pero terminó por acceder de todos modos.
—Bien, vuelve a tu asiento.
Una vez que JiSung llegó a su asiento, se colocó sus tapones en los oídos y continuó haciendo la redacción para su electivo de literatura y lengua, estrujando hasta el último de su concentración.
El ciclo escolar estaba próximo por terminar, lo que significaba que las últimas calificaciones estaban siendo colocadas causando estrés en la mayoría de los estudiantes de la escuela.
Nadie se libraba de ello, y, por lo que él presumía, sus compañeros del salón avanzado tampoco.
JiSung había notado una confusa relación entre sus compañeros, en el que le hacía sentir una ligera cadena de nervios por la pasividad agresiva con la cual se trataban durante segmentos del día como lo eran las clases ordinarias o trabajos evaluados, pero cuando el foco académico se disipaba por minutos, podía notar la base terapéutica que se tenían con el otro, un trato de consuelo silencioso que era triste para él.
Durante el transcurso de su redacción, vio como un chico le tendía un caramelo sin azúcar, y JiSung le regaló una de sus barras de cereal antes de continuar. Notó detrás del chico como una de las chicas lloraba desconsoladamente sobre su pupitre, por lo que sacó una segunda barra de cereal (la que usaba de reserva cuando el hambre lo mataba o la fatiga impedía dejarlo de pie) y le indicó con la cabeza al muchacho para que la entregara a la chica. El chico lo hizo, pero ella ni siquiera se percató.
En eso, sintió a la vez su celular vibrar.
Príncipe de Persia
>> hola guapo ☆⌒(≧▽° )
Mierda.
Era HyunJin, y JiSung se había olvidado de corregir su trabajo de Ciencias Sociales.
No deberías textear en clases <<
>> Estoy en el baño
>> Después de la práctica iremos a comer a la galería
>> JeongInnie encontró cupones luego de que lo metieran al basurero
>> ¿Qué dices? ☆⌒(≧▽° )
El mensaje de "¿MinHo también irá?" se encontraba escrito en la pantalla, pero encontraba ridículo hacer esa pregunta.
Como también rechazar la propuesta.
Vale <<
Rápidamente guardó su celular en su mochila a la par que sacaba el informe escrito de HyunJin para comenzar a corregirlo. No se habría sentido tan culpable si no fuera porque él se había ofrecido en hacerlo.
Últimamente JiSung se sentía confundido, tanto que a veces se olvidaba del lapsus de tiempo que había pasado desde su pelea con MinHo. Algunos momentos creía que se conocían desde hace años atrás y que esa pelea no era más que un tropiezo, y otros momentos la sentía tan palpable como si hubiese sido esa mañana; aunque ya habían pasado cinco días desde ese entonces.
JiSung había querido tomarse las cosas con calma. Nada radical ni que fuera lo suficientemente embarazoso como para dejar que otras personas supieran del tema- no quería humillarse más de lo que lo había hecho, ya era conocido como el novio llavero por ser un accesorio de la chica, y si alguien se enteraba de que su novia había besado al chico del cual corrían rumores de-
Ya era un trabalenguas explicarlo.
Lo que él hizo fue sencillo: tiró una moneda al aire con cada cara siendo la selección de una opción, y hacerse el tonto frente a los demás amigos de MinHo fue lo que salió.
Continuó trabajando en la corrección hasta que la campana sonó. Se encaminó aún con el informe en su nariz hasta llegar al gimnasio de la escuela, listo para poder entrenar.
Una hora y quince minutos después, JiSung salió del lugar sin molestarse en secar su cabello y sin calcetas.
—¿Harás algo hoy? —consultó YeoSang a JiSung.
Él se encogió de hombros. —Iré a comer con los chicos a la galería.
—Vale.
—¿Quieren hacer algo mañana?
—Estoy juntando permisos para el viernes —respondió MinGi—. Ya sabes, una sutil fiesta de fin de ciclo antes de entrar a tercero.
—Me parece bien.
—¿Entonces irás? —consultó San con sorna en su voz.
JiSung esbozó una sonrisa. —Claro.
Se encaminó con un leve nerviosismo en su estómago hacia el salón de música, esperando a que todos estuvieran preparados para poder largarse de ahí. Corrió con la suerte que tuvo durante la semana que, tras asomarse por los ventanales, MinHo ni siquiera se encontraba dentro del aula.
—Buenas tardes —saludó, atravesando el marco del ventanal para entrar y sentarse ahí—. HyunJin, tengo tu corrección.
El chico se levantó de su asiento en la batería y se encaminó hacia JiSung para abrazarlo por el cuello y darle reiterados besos en el cabello. —¡Eres el mejor, eres el mejor!
—Debes tener cuidado con tu ortografía, eso sí, y eres muy redundante —explicó.
—¡Lo sé!, Chan me dijo lo mismo con mi ensayo de filosofía —suspiró exageradamente—. Bien, entonces- solo falta mi corrección de matemáticas que la está haciendo SeungMin, el de bioquímica que lo está haciendo MinHo, la guía de trabajo que ChangBin se ofreció voluntariamente en realizar-
—¡Eso es mentira!
—Y Felix con su narración en inglés —terminó de contar él, antes de soltar una sonrisa—. ¡Si!, ¡No repetiré el año!
—Todavía te falta dar el examen de recuperación de Lengua —Chan contestó desde su escritorio.
—Bueno- si no paso el año, al menos estaré con JeongInnie en su misma clase —expresó románticamente.
JeongIn levantó su cabeza somnolienta de las colchonetas y miró a HyunJin. —¿Qué te hace pensar que quiero tenerte de compañero?, podemos dejar de ser amigos mañana y será todo muy incómodo.
—JeongIn no me quiere.
—Idealmente es que no repitas —alentó ChangBin, terminando de guardar sus cosas—. Bueno, ¿Nos vamos?
—¿Qué hay de MinHo y YiSu? —preguntó Felix, apartando la vista de su celular
—La llamaré cuando lleguemos. Dijo que está trabajando en un proyecto —contestó SeungMin—. Y MinHo...
En el taller de diseño y costura, la templanza del ambiente (donde la mayoría eran chicas) era algo atractivo en ello, teniendo un espacio agradable para poder mantenerse en silencio sumido en los propios pensamientos sin necesidad de ser juzgado, creando impresionantes prendas o diseños que podrían valer en algún futuro.
Sin embargo, la calma era algo que no estaba teniendo en ese momento.
—Cause there we are again in the middle of the night, we're dancing 'round the kitchen in the refrigerator light —cantó MinHo a la par que rasgueaba su guitarra—, down the stairus, I was there. I remember it all too well..., yeah~
—El primer día había sido divertido —comentó Rena a YiSu, descosiendo una blusa—. Pero ahora solo quiero que se calle.
—Tenle un poco de paciencia —dijo YiSu con amabilidad, viendo de reojo a su lado como MinHo seguía tocando la guitarra y cantaba—. Le gusta ser el centro de atención.
—¿Quién le rompió el corazón para que estuviera de esta manera?
—¿Por qué crees que alguien le rompió el corazón?
—And you call me up again just to break me like a promise, so casually cruel in the name of being honest —cantó MinHo con más fuerza que antes, cerrando los ojos mientras dejaba sus uñas rasguear las cuerdas—, I'm a crumpled-up piece of paper lying here, cause I remember it all, all, all... too well...
—Intuición.
—MinHo —YiSu se movió de su silla hacia el chico, golpeándole levemente el brazo—. Descansa un poco, ¿Sí?, creo que es momento de que hables contigo mismo.
—¿Acabas de decirme que me callara? —consultó él con voz nasal.
—Si.
MinHo bufó de molestia, pero hizo caso, tarareando ligeramente mientras seguía tocando de la guitarra acústica que le había robado a SeungMin.
—¿Y? —Rena volvió a acercarse a YiSu—. ¿Quién le rompió el corazón?, porque yo no tenía idea de que él tenía.
—No te voy a contestar esas cosas —le dijo—. Puedes preguntarle tú.
—¡Hey, MinHo! —la pelirrosa se asomó sobre la cabeza de YiSu para verle—. ¿Quién te rompió el corazón, cielo?
—Tu madre.
MinHo no quería salir del taller de diseño y costura; este había sido su lugar de refugio una vez que JiSung lo mandó al demonio.
Intentó hacerlo sutil en los primeros días, como no hablar directamente con él o estar muy cerca de su radar cuando salía con los chicos; sin embargo, JiSung no parecía poner resistencia en su relación con el grupo, lo cual era bueno para MinHo ya que eso significaba que una de las mil teorías que el chico había hecho en su cabeza estaba errado; pero también era malo porque, si JiSung estaba con ellos, el corazón de MinHo no tendría la paciencia para soportarlo.
Es por eso de que, cuando los entrenamientos de baloncesto acababan o JiSung se encontraba con alguno del grupo, MinHo se iba a refugiar al taller de costura.
(Chan le había prohibido terminalmente usar la vieja sala de música luego de que JiSung le comentara que lo atrapó fumando- lo cual era justo, pero MinHo no lo aceptaba).
Nadie parecía sospechar de los dos chicos, o ninguno se ha atrevido en preguntar; ni siquiera YiSu, quien había presenciado todo.
MinHo prefería que estuviera todo así- se le era más coherente y menos molesto.
Además, en el taller lo amaban.
—Bien- tenemos que irnos —anunció YiSu, guardando su blusa medio hacer en su bolso—. MinHo, ¿Vamos?
—Seh... —contestó con letanía, levantándose—. Cupones de la basura, yei.
La chica enganchó su brazo con él y ambos salieron de la escuela con lentitud y silencio.
—¿Qué harás para las vacaciones de primavera? —consultó ella, rompiendo la burbuja de pensamiento y melancolía que MinHo portaba desde hace días.
—Probablemente vaya a trabajar con HanSoo —contestó él desinteresadamente—. Ya sabes- tantear un poco de terreno antes de graduarme- ¿Tú?
—Lo mismo, pero con la sastrería. Ahora pueden aceptarme.
«Sí...», el sabor de la tarta de cumpleaños de YiSu de los días pasados seguía en su paladar.
—¿Vas a dedicarte a eso? —preguntó él—. En la sastrería.
—Si- aunque no solo quiero centrarme en los trajes —explicó—. Quiero hacer de todo, y creo que trabajando ahí ganaré experiencia.
—¿Cómo logras diferenciar una afición de tu futuro?
—Bueno- supongo que lo diferencias con el amor —dijo son simpleza—. Amor al arte, ya sabes. Si consideras que tu amor por la música es lo suficientemente grande como para soportar todas las desgracias que esta trae, entonces es tu futuro.
MinHo bufó con falso asco al escuchar eso. —Por favor, niña, ¿Por qué siempre hablas con aires de sabiduría?
—En mi defensa, tú eres el que me hace este tipo de preguntas —dijo, alzando las manos—. Hablemos de cosas más superficiales si es que te parece. Por ejemplo, ¿Supiste que una chica del salón avanzado, por sus calificaciones, perdió enseguida una beca en la Universidad de Seúl?
—¿Bromeas? ¿Y tú cómo sabes de esto?
—HyunJin la escuchó sollozar en el baño de niñas.
—¿Qué hacía él en el baño de niñas?
—¿En serio te enfocas en eso?, no se puede chismosear contigo.
Él volvió a bufar mientras ella soltaba una pequeña risilla de gracia.
—MinHo... —llamó ella en voz baja, un poco más tímida—. ¿Puedo hacerte una pregunta?
Sin entender mucho, asintió.
—¿Le has contado a los chicos sobre tu pelea con JiSung?
«Ah...», el tema que MinHo había narrado había sido traído a colación. No le gustaba caer en cuenta en las cosas.
—No... —admitió por lo bajo, antes de mirarla—. ¿Lo habrás mencionado o...?
—No- no se lo he contado a nadie —afirmó ella—. Ni a SeungMin- aunque, de hecho, sí me ha preguntado qué pasa.
MinHo alzó una ceja ante eso. —¿Oh, sí?, ¿Se dio cuenta?
—Más que cuenta..., me mencionó que le había llamado la atención que tú y Hanji- quienes siempre habían estado atados por la cadera, no estuvieran juntos ahora —explicó—. Solamente dije que era curioso y que no siempre las personas deben pasar todo el tiempo juntas.
—Tienes razón...
—Además... —ella calló un instante, pareciendo vacilante al continuar, pero siguió—, supongo que debe ser incómodo para ti ahora, ¿No?
Él no supo qué contestar en ese instante. Nuevamente, con la intención de las palabras de YiSu, MinHo se sentía expuesto ante su secreto, creyendo que ella lo había leído a la perfección con su mente de certera capaz de notar que gustaba de JiSung; sin embargo, se dijo a si mismo que debía de mantener la calma porque- si no, su situación terminaría tal y como en la que acabó con Yuna: malinterpretando todo.
—Un poco... —murmuró.
—¿Por qué no le has contado lo que pasó? —preguntó—. Podrían ayudarte a resolver el problema o-
—Creo que el problema se resolvió —admitió—. El viernes- cuando me dijiste, lo enfrenté cuando lo vi y él..., bueno, él sacó otro tipo de conclusiones.
No podía seguir hablando más del tema. Probablemente lloraría si lo hacía.
—Oh, lo siento... —acarició ella con su mano libre el brazo de MinHo.
—Cree que- cree que me acerqué a él solo para estar más cerca de Yuna, ¿Eh?, que así podría saber cómo llamar su atención- y que todo lo que pasó (meterlo a la fuerza al grupo, estudiar con él- y al parecer también incluye el viaje a Seúl) fue un plan maquiavélico mío para estar cerca de ella.
YiSu no contestó al instante. Se mantuvieron en silencio mientras seguían caminando con lentitud hacia la galería comercial, aprovechando de saludar a los abuelos de MinHo que paseaban por el otro lado de la acera y teniendo que soportar el dedo del medio que el abuelo les había lanzado a los jóvenes.
—Es difícil estar en tu situación —terminó por decir YiSu—. Ser amigo de alguien y que te guste su novia..., no sabes qué elegir.
—¿Qué? Yo- no, yo no-
—¿Realmente considerabas a Hanji como tu amigo? —él asintió—. Entonces- sí, estás en una situación difícil.
—Pero Yuna no me gusta —dijo.
—Pero tú la besas-
—Lo sé, y ni siquiera sé por qué lo hice —se apresuró en agregar—. Ella realmente no me atrae ni nada, solamente sé que le gusto yo- pero al parecer ahora no porque JiSung me dijo que ella lo escogió a él..., que triste es ser una opción.
—¿Por qué? —consultó—. Todos somos la opción de alguien.
—Si, pero- cuando tú estás en una relación -o te gusta alguien-, no quieres ser una opción, quieres ser..., bueno, tú me entiendes.
—¿Y qué harás con Hanji? ¿Dejarás que se quede con esa idea?
—Bueno- no puedo quitársela de la cabeza —se dijo—. Si él realmente cree que las cosas fueron así..., tú lo conoces YiSu, él es demasiado terco. No me va a creer a mí sobre la palabra de su novia. Además, por lo que vio..., ni siquiera tengo qué perder porque ya perdí.
—Siempre puedes intentarlo- o hablarlo con los chicos —opinó—. ¿JeongIn es cercano a él?, he visto que Chan y ChangBin también se juntan con él. ¿Por qué no se lo comentas para que te ayuden?
—No creo que valga la pena, realmente —terminó por admitir, soltando un suspiro que esperaba que no sonara tan triste—. De una u otra forma, YiSu, él iba a dejar de hablarme.
Tal vez si MinHo le hubiese confesado sus sentimientos a JiSung, probablemente la historia habría acabado igual- pero, al menos, MinHo habría sido honesto; pero él creía que, con lo intenso que MinHo era, se le sería un poco complicado mantener a JiSung tan cerca cuando ni siquiera podía tocarlo.
Ahora tampoco podía alcanzarlo.
—¿Y qué pasa con la chica que te gusta? —preguntó YiSu, rompiendo una vez más el hielo—. Esa chica que me hablaste la otra vez..., quien creías que te gustaba.
—Ah- —se atoró él con su propia saliva—. Bue-bueno..., eso es otra cosa- nada relacionado con Yuna ni JiSung.
«En especial JiSung.»
Al llegar a la galería comercial, bajaron por la rampa hacia el piso subterráneo donde se encontraba el patio de comida rápida, y no les fue tan difícil notar al grupo de seis chicos ubicados en una esquina gritándose de un lado a otro.
—¡¿Cómo puedes tener en consideración esa idea?! —Chan gritó, alterado, hacia ChangBin—. ¡¿Estás demente?!
—¡Vamos! ¡Será divertido! —ChangBin parecía no entender a sus amigos—. ¡¿Qué tiene de malo?!
—¡Es un puto cementerio!
—Chan, estás haciendo un drama —Felix interrumpió, asintiendo a favor de ChangBin—. ¡En Australia hacíamos eso todo el tiempo! ¿Qué tiene de malo?
—Perdón- pero no estoy de ánimos para que me maldigan los muertos —opinó HyunJin.
—¡Vamos! —insistió ChangBin, ahora mirando a JiSung y SeungMin—. ¿Ustedes qué opinan?
—¿Cómo pido permiso para eso? —preguntó SeungMin con sarcasmo—. "Mamá, iré a beber a la tumba de mi hermano, no me esperes despierta".
—SeungMin...
—No cuenten conmigo. Ni siquiera tendré permiso —advirtió enseguida JiSung, apoyando su cabeza en sus brazos sobre la mesa—. Diviértanse buscando fantasmas.
—Son unos aburridos —abucheó ChangBin.
—¿De qué hablan? —consultó MinHo, saludando a la par que él y YiSu tomaban asiento.
Por la mala distribución de las mesas, MinHo quedó frente a JiSung. Supuso que la tarde sería un poco incómoda.
«Sabía que tenía que quedarme en el taller.»
Sin embargo, MinHo se odio al tener las burbujas explotando en su estómago, sabiendo que, si JiSung no estuviese frente a él, probablemente se sentiría más triste.
«¡Maldita dependencia emocional!»
—A ChangBin se le ocurrió la idea de ir a beber a un cementerio —contó Chan, notoriamente perturbado—. ¿Qué está mal en tu cabeza, ChangBin? ¿Te golpeaste muy fuerte?
—Cállate.
—Ser joven y no ir a beber a un cementerio es antinatural —opinó MinHo—. ¡Estoy de tu lado, ChangBin!
—De todas formas, no iremos —HyunJin repitió—. Dos de nosotros saben conducir, y ni JiSung ni yo estamos a favor de la idea.
ChangBin y Felix soltaron un bufido de decepción.
MinHo presionó sus labios levemente para poder frustrar un poco su incomodidad ya que JiSung no parecía realmente perturbado por su presencia frente suyo. Empero, el otro no posaba su mirada ni remotamente cerca del chico.
—¿Cómo que los cupones están vencidos? —escucharon la voz forzada de JeongIn hablar con el cajero de la tienda de pollo frito—. ¿Por qué estarían vencidos?
—¿Tendremos que empezar a sacar dinero? —consultó Felix, casi inclinándose para sacar su billetera.
—Nah —respondieron Chan y HyunJin a la par.
—¡¿Sabes cómo conseguí esos cupones?! —consultó JeongIn, elevando notoriamente su voz—. ¡Me pusieron de cabeza a un basurero! ¡Así encontré los cupones! ¡Y no puede ser que ni oliendo a mierda pueda tener dos buckets de pollo más tres papas familiares con un descuento del 90%!
—Joven, cálmense...
—¡¿En serio quiere que le haga lo que me hicieron?!
—JeongIn es bueno haciendo negocios —rio Chan—. Debería de ser empresario.
—O abogado —opinó ChangBin a la par, con un semblante de terror por la actitud del menor—. Haría llorar a un juez.
—Para ser tu hermano, no se parecen mucho —murmuró Felix al lado de Chan, apoyando la cabeza en su hombro—. ¿Cómo es que...?
—¡Los cupones no pueden tener fecha de expiración porque normalmente se entregan de forma constante! ¡¿Qué clase de cerdos materialistas son ustedes que imprimen cupones en papeles que no son bio-degradables que además tienen fecha de caducidad?! ¡¿Creen que esto es gratis?!
—Nop- siguen sin parecerse para mí —concluyó Felix.
Luego de que el pobre chico del cajero llorara a causa de un chico ocho años más joven que él y una charla con el gerente, JeongIn llegó campante con dos bandejas de sus pedidos favoritos.
—¡Provecho! —sonrió él con la inocencia característica, sentándose junto a HyunJin.
MinHo notó como JiSung y SeungMin comían de una bandeja de papas fritas con aderezos mientras conversaban con el resto del grupo, con JiSung moviéndose en una normalidad y con su propio sentido del humor que hizo a MinHo extrañarlo.
«Por dios, MinHo, esto iba a pasar en algún momento —se recriminó con dureza, mordiendo con sus caninos el ala de pollo frito—. No podías estar acostumbrado a él; sabías que él se iría en algún momento.»
«Bueno, eso igual es erróneo porque una persona cuando se hace amiga de otra no espera a que se vaya.»
Pero las palabras de YiSu que días atrás le habían dicho volvieron a hacer acto de presencia, sobre cómo realizó que ese sentimiento que había rondado desde el primer día era la palabra gustar, y que ahora...
«Dios, ¿Vas a flagelarte todas las veces que pienses en ello?, supéralo, hombre, que él es de todo menos gay-»
De repente, su mente se puso difusa cuando sintió el golpe de una patada en su pantorrilla. Miró en frente y notó que JiSung se encontraba aguantando una carcajada mientras seguía prestándole atención a lo que sea que HyunJin le conversaba.
«Con que así vamos, ¿Eh?»
Sutilmente, MinHo estiró sus brazos sobre su cabeza y, notando que nadie lo miraba, golpeó la pierna de JiSung con su rodilla.
Lo vio también saltar, pero no detuvo su conversación.
—JiSung me comentó en la escuela que esta chica quería estudiar veterinaria, pero ahora no podrá —MinHo escuchó a HyunJin hablar con YiSu—. ¿Te imaginas lo catastrófico que eso?, por eso no hay que tener esperanzas.
—Eres pesimista- pero creo que el llanto lo aludo también porque terminó con su novio —chismoseó ella, moviendo su cabello—. Como sea- yo creo que su novio rompió con ella porque Mina de primero le ha estado coqueteando mucho.
—¿Bromeas? ¿la de primero? ¿Del salón cinco?
—¡Sí!
—¡Ella se me declaró la semana pasada!
—Hola, HyunJin.
MinHo lo vio saltar a su lado al notar la presencia de MinJu, como también lo vio cambiar su postura de una forma tan veloz que era casi patética.
—MinJu... —saludó él, sonriendo ladinamente mientras reclinaba su silla desinteresadamente hacia atrás—. ¿Cómo estás?, ¿Qué te trae por acá?
—Solo pasé a saludar- estoy con unas amigas —apuntó ella, también dando vuelta su bolso púrpura para sacar un cuaderno forrado en transparente—. También te regreso tus apuntes; me sirvieron mucho para hacer mis ejercicios de matemáticas.
—Cualquier duda que tengas solamente llámame —HyunJin sonrió a la par que tomaba el cuaderno, inclinándose un poco más hacia atrás—. Siempre es bueno ayudarte.
MinHo vio como la chica presionaba sus labios sutilmente mientras le daba una mirada al resto del grupo; por un momento MinHo y la chica hicieron un corto contacto visual antes de volver a enfocarse en HyunJin.
—Oye- ya que la próxima semana es el receso de primavera, ¿Qué te parece si vamos al cine uno de esos días?
MinHo saltó de repente, pero fue por una esporádica patada en su pierna.
—¿A-al cine? —de repente, HyunJin se veía como si hubiera chocado con un muro de cristal, mirando al resto de sus amigos—. Eh- ¿Solos?
HyunJin no veía la inseguridad de MinJu- y puede que MinHo tampoco lo hacía, solamente lo suponía por el sonroso de sus mejillas y la constancia mordedura de su labio inferior.
—Sí, si te parece bien —contestó ella.
Chan y ChangBin comían de sus pollos como si estuvieran ahogando sus vergüenzas; Felix ocultaba su rostro detrás de la pantalla de su celular; JeongIn jugaba junto a MinHo desinteresadamente con sus bolsas de aderezos; y SeungMin, YiSu y JiSung habían disminuido un poco la voz para poder escuchar la conversación.
—Me parece genial —HyunJin volvió a recobrar la compostura, mirándola—. Sí- me parece fantástico. Tienes mi celular- bueno, mi número, no mi celular, eso sería raro.
La chica sonrió y se inclinó ligeramente antes de regresar a su grupo de amigas, sin HyunJin apartando la mirada.
MinHo aprovechó para regresar la patada a JiSung.
—Tengo una cita con MinJu~ —canturreó HyunJin mientras movía el cuaderno en sus manos y se reclinaba cada vez más a su espalda—. Tengo una cita con MinJu~
—¿Ese no es mi cuaderno? —SeungMin apuntó hacia la mano de HyunJin, molesto—. ¿Le prestaste mi cuaderno sin mi autorización?
—Ay, SeungMinnie, todo es en nombre del amor-
Pero JeongIn ya lo había empujado con la silla hacia el suelo.
—Pensándolo mejor —HyunJin se afirmó de la mesa mientras se levantaba del suelo—. No puedo ir a una cita con MinJu a solas, ¿Qué tal si le digo algo estúpido?
—La mayor parte de tu vocabulario son estupideces —le dijo ChangBin.
—¡Tú!, ¡Ya que estás de cita con esa chica imaginaria!, ¿Por qué no la traes y tenemos una cita doble?
—No voy a hacer que Somi viaje al pueblo para esto —negó enseguida ChangBin—. Olvídalo, después ella se enamora de ti y termina conmigo.
—¡Le gustas! ¡Ella no se va a enamorar de mí! ¡Ella no es como las otras!
—No- todas las chicas que me han gustado han estado enamoradas de ti- no voy a arriesgarme —negó.
—¿Chan?
—Ni siquiera le gusto a alguien —contestó él con la moral un poco baja.
JiSung le regresó la patada a MinHo.
—¿JeongInnie? —se giró HyunJin, mirando esperanzado a su mejor amigo—. Puedes invitar a Lily-
—Olvídalo —negó enseguida, comiendo papas fritas—. No tengo ninguna intención de acercarme a una mujer con ese tipo de intenciones. ¿Por qué no les preguntas a SeungMin y YiSu, ya que ellos si son pareja?
Pero HyunJin ni siquiera pudo formular la pregunta cuando la pareja negó enseguida.
—Fuimos a una cita doble hace poco —contó YiSu—. De DonSoo, del chico que fue a la casa de HyunJin.
MinHo pateó a JiSung.
—Resulta que él engañó a su novia —siguió contando SeungMin—. Y ella se enteró en medio de la cita.
—Fue una divertida velada —reconoció la chica—. Con SeungMin hicimos un drinking game por cada insulto y/o frase cliché que alguno de los dos soltaba.
—Tengo el leve recuerdo de SeungMin llegar a mi casa en estado de borrachera —murmuró MinHo con aires de imitador astrológico. JiSung pateó a MinHo—. Ugh...
—JiSung, sabes que te amo... —empezó HyunJin, pero el chico negó.
MinHo lo pateó.
—¿Por qué han estado saltando ustedes dos? —terminó por interrumpir ChangBin—. ¿Tienen hipo dual o qué?
—No sé por qué él salta —JiSung contestó con el mejor tono de voz—. Yo tengo comezón.
—La silla es incómoda —se excusó MinHo, golpeando a JiSung una vez más.
—¿Podemos volver a mí? —HyunJin alegó—. ¿Felix?
—No.
HyunJin se echó sobre su mesa mientras expresaba un suspiro. —Son los peores amigos en el mundo.
—Ni siquiera le preguntaste a MinHo —se defendió Felix.
Ambos alzaron su cabeza a la par que se miraban, y MinHo enseguida supo lo que se venía.
—¡Por favor-
—HyunJin.
Antes de darse cuenta, HyunJin saltó sobre JeongIn para poder abalanzarse a los brazos de MinHo. —¡Por favor, amigo de toda la vida! ¡Dame esta oportunidad y ven a una cita doble conmigo!
—Eh... —MinHo sintió como todos sus amigos lo miraban, y el problema no estaba presente si no fuera por la evasiva mirada de JiSung que parecía realmente no importar la situación de MinHo.
«De todas formas, ¿Por qué le importaría?, si yo tengo una cita, JiSung ni siquiera-»
Entonces, un maravilloso plan se posó en su mente.
—Vale —accedió MinHo, sonriendo—. He tenido a una chica en mente con quien podríamos ir.
Cuando HyunJin volvió a su asiento, JeongIn saltó repentinamente y posó su cabeza en la mesa mientras aguantaba un quejido.
—Lo siento, JeongInnie —se disculpó JiSung—. Fue sin querer.
. . .
—¿Por qué siento que evitas a Hanji?
MinHo, alzando descaradamente su ceja, le sonrió a Chan. —¿Por qué crees eso?
—No se han dirigido la palabra y- cada vez que él se asoma con uno de nosotros, tú te ibas al taller de YiSu —explicó Chan con obviedad, catalogando los papeles de su casillero hacia lo que iba a la basura y lo que guardaba—. ¿Se pelearon?
—Nah —negó con tranquilidad, y frunciendo el ceño al notar que Chan sacaba una tarta a medio comer mohosa hecha por Felix—. Estamos bien. YiSu le ha estado haciendo un regalo de aniversario a SeungMin y yo la he ayudado como maniquí.
—Hm... —Chan asintió, notoriamente sin creerle.
En eso, dos chicos del equipo de baloncesto volaron por el pasillo en una silla de maestro usando un extintor como propulsor. Caos del último día de clases.
—¿Qué?
—Nada —contestó el australiano—. ¿Puedes revisar esta carpeta por mí?
MinHo hizo caso, y tomó las viejas guías de estudio que Chan guardaba y empezó a seleccionar todo lo que iba a la basura- aunque creyó que parte de ese material serviría para JeongIn el siguiente ciclo.
—JiSung me dijo que tú has estado ocupado interpretando nuevas canciones —admitió.
«Mierda, ¿Ni siquiera para mentir podemos estar al corriente?», pensó MinHo con recelo, asintiendo a la par.
—Bueno- también lo he hecho —dijo—. He tocado All Too Well de Taylor Swift- puedes preguntarles a los chicos del taller- los tengo aburridos.
—Me lo imagino —coincidió—. ¿Y trabajarás para la señorita Min para las vacaciones?
—Seh, dijo que podía trabajar los fines de semana con ella —contó desinteresadamente, tendiendo la carpeta—. A mis padres les agradó la idea, por lo que no pusieron resistencia para la firma del consentimiento- y eso, ¿Irás a verme?
—Puede que me pasee para hacer el repertorio —meditó—. La chica de primero, ¿Lily?, ¿La que la peluca?, ella me mostró el video que subió de la canción de ChangBin a YouTube y tiene 50 visitas.
—Cincuenta personas nos vieron... —MinHo murmuró con orgullo—. Somos geniales.
—O probablemente ella lo vio cincuenta veces —razonó—. Como sea- el punto es que pensé: ¿Por qué no subimos videos de los ensayos?, así podríamos tener un poco más de difusión.
—Difusión —dijo por lo bajo, y apartándose ligeramente del pasillo cuando los chicos de baloncesto pasaron volando con el extintor nuevamente—. No lo sé- yo toco para nosotros. ¿No sería volar alto creer que tendremos éxito?
—Nadie habló de éxito —sonrió—. Es solo un proyecto para estar más comprometidos. Así tal vez nos inviten a tocar a otros lugares y ganaremos más dinero.
—Oh, Chan, ¿Qué pasó con el anarco anti-capitalista que solías ser en la escuela media? —MinHo fingió llanto mientras se tiraba a sus brazos.
—La vida es dolorosa —rio Chan, apartándolo—. Bueno- ¿Vamos al club?
—No puedo —contestó, apartándose del pasillo cuando los chicos de baloncesto pasaron nuevamente con el extintor—. Tengo que ir al taller.
Diciendo eso, palmeó la espalda de su amigo antes de bajar por el pasillo evitando tocar la espuma del extintor, encontrando un par de metros más allá a SeungMin vaciando su casillero y a YiSu limpiando los insultos que el chico tenía en la puerta
—¡Hola! —saludó él con falso ánimo, mirando a SeungMin—. ¿Qué tengo que darte a cambio de que me prestes tu novia por cinco minutos?
—Depende de para qué la necesites —contestó SeungMin.
—¡Oye!
—Solamente quiero hablar con ella —pasó por alto MinHo a la chica.
—Quiero tu merienda —respondió el otro.
El chico dio vuelta su mochila para sacar una naranja de allí, se la entregó a SeungMin y, con un ofendido rostro, arrastró a YiSu hasta el vacío pasillo de los de tercer año.
—Dios- ¿Qué necesitas? —preguntó ella, desconcertada.
—Necesito que me digas qué chica gusta de mí —dijo enseguida.
—¿Qué? ¿Por qué- espera, ¿Esto va por tu doble cita con HyunJin? —aterrizó ella la idea.
MinHo guiñó. —¡Por supuesto!
—¿Y qué pasó con la chica que te gusta? ¿Por qué no la invitas a ella?
—Ella no es importante ahora- el caso es que tengo un magnífico plan.
—Oh, no...
—Escucha —MinHo la tomó de los hombros—. Es fácil- si salgo con una chica linda no solo seré un buen amigo con HyunJin, sino que JiSung verá que sí estoy interesado en alguien, por ende, no soy un real peligro para su relación y así él dejará de evitarme- ¡Mataré dos pájaros de un tiro!
—Ah... —ella parecía realmente sorprendida por la ocurrencia de MinHo que ni siquiera parecía querer formular una palabra—. Bu-bueno... ¿Buena suerte?
—¡YiSu!
—¡No sé qué quieres que te diga! ¡Es una idea muy rallada!
—¡Y es genial!, ¿Tienes idea de a alguien a que le guste? —preguntó.
—La última vez que te presenté a alguien terminaste en dirección por bajarle los pantalones a su novio —recordó ella.
—Detalles.
La muchacha soltó un suspiro, aunque no pareció completamente enajenada con la idea.
—¿Quién crees que pueda ser una buena chica ideal? —preguntó MinHo.
—Ah- ¿Y soy yo quien tiene que buscarla? —consultó ella, ofendida.
Ambos regresaron hacia el pasillo- el equipo de baloncesto junto a algunos chicos seguían correteando de allí para acá, tirándose agua y papeles, incluso un par se resbaló con la espuma que quedaba en el pasillo.
—¿Y tu ridículo plan tiene a alguien en mente? —YiSu seguía sin verse convencida—. Recuerda que debes decirle si es que no quieres que haya un problema de por medio.
—Yo soy un generador de problemas, reina, no es una amenaza —contestó.
En silencio, empezaron a observar. Cualquier chica era bonita para el gusto de MinHo, y si algo que él había aprendido con su poca capacidad de análisis de seres humanos, se veían agradables.
Claro, hasta que sus miradas se posaron en Shin RyuJin, quien discutía a viva voz con un muchacho que le triplicaba la altura de ella, presuntamente del pequeño equipo de voleibol
—¡¿Por qué sigues creyendo que tienes el derecho de no pagarme?! —manifestó ella, furiosa.
—Mierda- baja la voz que te van a escuchar —insistió el muchacho.
Entonces, con una simple maniobra, ella golpeó sus nudillos en la garganta del chico, le dio un rodillazo en el muslo para hacerlo perder el equilibrio, y azotó su cabeza contra la puerta de uno de los casilleros antes de tomarlo del pelo y acercarlo a su rostro.
—Si no me das el maldito dinero al final del día, no solo dejaré de venderte a ti y a todo tu equipo de drogadictos —amenazó ella—, sino que me encargaré de que todo recaiga contigo y te repudras en la cárcel como el maldito cafiche que eres.
—Bueno, yo no quiero terminar en la cárcel —opinó MinHo desde lejos—. ¿Alguna otra opción?
—Chaeryeong es linda —comentó YiSu, apuntándola hacia dónde ella se encontraba.
La chica, observando las puntas de su cabello mientras Yeji se arreglaba en la puerta de su casillero, comentó algo al aire que hizo a Yeji verla y darle un abrazo de ternura.
—¿Tiene que ser amiga de Yuna? —mencionó el chico, disgustado—. Sería caótico si fuera amiga de JiSung también.
—Tú eres quien las está trayendo a la mesa —contestó YiSu, antes de apuntar a un lado—. Mira- MinJu con Kaede.
—Claro que llevo a Kaede —dijo con sarcasmo—. Así hacemos la cita doble sin saber quién está con quién...
YiSu lo empujó desde el abdomen.
—¿Y ustedes qué?
Ambos se giraron. HyunJin iba pasando con JeongIn desinteresadamente a su lado.
—Observamos —contestaron los otros dos.
—De casualidad, ¿Conoces a alguien que guste de MinHo? —preguntó YiSu a HyunJin.
—Choi JiSoo —mencionó JeongIn, con HyunJin asintiendo a su lado—. HyunJin me lo dijo cuando lo encerraron en el baño de mujeres.
—Chica agradable. Suerte con ella —alentó HyunJin, antes de retirarse con su amigo.
MinHo, cerrando los ojos ante el nombre, terminó por asentir a su pésame.
Lia. Malditos Phineas y Ferb.
—¿Es, aunque sea, real lo que él dice? —lamentó MinHo.
—Tú eres el generador de problemas —repitió ella, palmeando los hombros del chico—. Vamos, Lee Know, creo en ti.
Ambos regresaron con un silencio cómplice donde SeungMin, a quien notoriamente le llamó la atención.
—¿Qué sucede? —consultó él.
—MinHo tiene un plan —respondió su novia.
—Olvídalo- no quiero saberlo.
Sin embargo, MinHo sostuvo su mirada en SeungMin por un momento extenso, haciendo que el otro lo mirara también directamente a través de sus gafas.
—¿Se te perdió algo?
«¡¿Por qué no me dejas contarte, hijo de puta?!», se lamentó enseguida MinHo, negando.
MinHo pasó un momento haciendo mal tercio con la pareja mientras planeaba cómo invitar a salir a Lia sin elevar sospechas con el entorno, con un poco de pánico fluyendo en sus venas ya que en menos de dos horas se acababa la escuela.
Lia, apareciendo en su campo de visión, se encontró con Yeji y Chaeryeong en el casillero de la primera y comenzaron a hablar de algo mientras se prestaban cepillos de pelo. MinHo se preguntó si, una chica presuntamente superficial como ella, realmente se fijaría en un fiasco como él.
MinHo quería estrellar desesperadamente su cabeza con el casillero más cercano.
—¿Irás al club? —consultó finalmente SeungMin al terminar de vaciar su casillero.
—Tengo que ir al taller —respondió con monotonía MinHo, apuntando con su cabeza a YiSu.
—No irás- hoy está cerrado —contestó ella, antes de sacar del bolsillo de su larga falda una llave con la inscripción de su aula, mirando a SeungMin con una sonrisa—. Me hicieron presidenta del taller.
MinHo vio a SeungMin regresar una alegre sonrisa antes de acercarse a ella y darle un beso en la frente.
—Estoy orgulloso de ti.
—Son asquerosos —interrumpió MinHo, finalmente levantándose al notar que el grupo de chicas se separaba para ir hacia sus propios salones. MinHo presumió que era para la despedida que se haría entre aulas.
—Cuando alguien te tenga a sus pies, entenderás la necesidad de decirlo —canturreó la chica mientras abrazaba el torso de SeungMin.
—A este paso, linda conejita, la única forma en la que alguien me tenga a sus pies será con un fetiche y con dinero de por medio —se despidió.
MinHo notó que Lia compartía salón con Chan y ChangBin, pero como los dos chicos estaban en el club, no hizo desapercibido asomarse hacia ella antes de que entrara.
—Oye —MinHo le llamó, un poco grosero y nervioso—. ¿Puedo hablarte?
Lia, ligeramente sorprendida, asintió.
«Bien, MinHo, ¿Cómo lo harás? ¿Fingirás que te gusta y la invitarás a salir? ¿O lo harás ver como un favor?»
Ambos se encaminaron un poco fuera del aula, y MinHo se puso repentinamente nervioso al ver los ojos de foca de Lia mirándolo.
—Eh... —finalmente, él optó por ser sincero—. HyunJin va a ir a una cita doble conmigo, y necesito que seas mi cita.
—¿Qué te acompañe? —preguntó ella, realmente desentendida—. ¿Yo? ¿A ti?
—Seh.
—¿Por qué yo? —ella se veía mucho más desconcertada de lo que MinHo esperaba ver—. Digo..., nosotros nunca hemos hablado.
—¿Cómo que no? —MinHo sonrió—. Hicimos un experimento juntos para la feria científica hace tres años.
—No fui yo —insistió—. Fue RyuJin.
—Ah..., eso tiene más sentido.
—De todas formas, no puedo hacerlo —dijo—. Yo...
—¿No quieres ir a una cita conmigo? —MinHo preguntó, usando su sonrisa ladina mientras alzaba las cejas—. ¿Por qué no?
«Por dios, hombre, eres patético.»
—Uh- tengo novio.
Eso pareció romper la burbuja de MinHo.
—¡¿Qué?! —gritó—. ¡¿Novio?!
La chica sacó de su bolsillo su celular e, indagando en su galería, mostró la fotografía de ella y de un chico que no parecía MinHo haber visto en el pueblo.
—Mentira —negó enseguida—. Yo escuché que te gustaba y que querías mantenerlo en secreto.
—No eres tú —insistió—. Me gusta mi novio: Lee MiDam.
«Malditos sean, YiSu y HyunJin.»
—¡Vamos! —se quejó MinHo—. ¡Ten una cita conmigo!
—Tengo novio.
—¡Podemos ir como amigos!
—Nunca hemos hablado, y tengo amor propio.
—Escucha, cara de oso perezoso —la detuvo—. Le estoy haciendo el favor a mi amigo. Por favor, tienes que ayudarme.
—Alguien me verá contigo —murmuró ella, ocultando un mechón de su cabello detrás de su oreja—. Que penoso.
«¡¿EN SERIO?!»
—¿Alguien sabe de tu novio? —se arriesgó a preguntar él.
Ella, con la misma monotonía y pupilas grandes, negó.
—¿Y por qué no?
—Él está en el equipo de baloncesto de otro equipo, y los chicos son un poco intensos —explicó ella.
—Bien- este es el trato, fingiremos que tenemos una cita- que te gusto y que soy el sol de tu vida —dijo MinHo—. Será solo para la cita, ¿Sí?
—¿Eres consciente que no tiene ningún tipo de sentido eso? —dijo Lia—. ¿Por qué estás tan desesperado en tener una cita conmigo?, ¿Te gusto?, escuché que te gustaba Yuna...
—¡No me gusta Yuna!
MinHo se iba a enfermar de los nervios.
—Esto es para ayudar a mi amigo —MinHo insistió, recobrando forzosamente la compostura—. Solo una cita, nada más.
Él tenía sus manos frente a él, prácticamente rogándole por ese favor. Lia no se veía realmente convencida por ese pacto- pacto que ni siquiera alcanzaba a serlo porque realmente no tenía ningún sentido (como la mitad de las cosas que MinHo trasmitía).
—Tendrás que pedirle permiso a mi novio —terminó por decir ella, sin convencerse.
—¡Sí!, ¡Si lo haré!, ¡Gracias!
Al regresar al pasillo, tal vez con la intención de dirigirse al viejo club o a su casillero, se topó con Yuna conversando con un par de chicos- tal vez haciéndoles algún tipo de favor o entregándoles un tipo de información; pero, sea como sea, MinHo sintió por un momento que sus ojos eran incapaces de apartarse de ella.
Belleza pelinegra que sonreía siempre, con una personalidad agradable y que parecía ser una líder innata en distintas cosas. Una preciosa joya en la que, probablemente, era el objeto de amor de más de un chico- causando así, por defecto, que JiSung fuese de envidia.
Él podía verlo. Podía ver lo que JiSung veía en ella- eran tantas cosas, tantas cualidades que MinHo no tenía que lo hacía sentir frustrado.
Y, sobre todo, el hecho de que Yuna era una chica, y JiSung un chico.
«No tiene por qué ser así —se recordó MinHo, intentar abrazar un poco su autoestima con su orientación sexual aún descubriéndose—. JiSung puede..., o tal vez no...»
JiSung era un total idiota. Molesto, intenso, terco, anhelante de que las cosas salgan a su forma y completamente cerrado en el pensamiento.
Sin embargo, a MinHo le gustaba eso. Le gustaba JiSung, y JiSung ni siquiera parecía lucir que gustara de un chico.
«De todas formas- en el caso de que JiSung fuese así de desviado..., ¿Se fijaría en mí?»
Ver a Yuna era un recordatorio de que JiSung era de ella, pero MinHo no querría vivir el resto de su vida no asumiendo que, lamentablemente, gustaba de él.
Vamos, MinHo solamente necesitaba un poco de buena suerte.
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