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1. El novio llavero

El Novio Llavero

Canción:

18; Anarbor

—El tiempo pasa, ¿Sabes?, y a veces eso está bien. Solamente tienes que ser optimista.

O eso le había dicho Chan a MinHo el primero de enero, antes de que una pandemia se les viniera encima.

La llegada de la nueva década era algo que daba a esperar de manera ansiosa para los habitantes del pueblo, donde los tarotistas atraían las buenas energías para así tener mejores cosechas como también los agricultores comenzaron a proyectar con buen pronóstico sus cultivos. Sin embargo, aún con la llegada de la nueva década, nada los apartaba de lo anticuado.

La gente del pueblo prefería ver televisión por cable que vía satélite, porque entre cerros la conexión no era muy buena, al igual que el internet y las señales telefónicas. La conectividad no era muy buena en ningún ámbito; por lo que para enterarse de noticias recurrían al clásico periódico, y para la música había una diversidad de tiendas en la galería del pueblo donde cada una especificaba en los gustos. La actividad era alta; el televisor era del último aparato usado al igual que el celular, es por eso por lo que todos recurrían a su clásica y leal amiga:

La radio.

Los murmullos y conversaciones amigables eran recurrentes, en especial cuando todos se conocían en el pueblo.

Cerca de los álamos y del bosque, un poco más allá alejado de la intensidad del pueblo y sus habitantes, se encontraba un chico característico de cabello negro que había revolucionado al pueblo con sus tatuajes de estrellas en el cuello, apoyado en los inseguros parapetos de madera del viejo puente bautizado como 'el puente de los besos', mientras escuchaba en su mp3 un poco de los conocidos Simple Plan, tamborileando sus dedos al compás de la batería y perdiéndose en sus vagos pensamientos junto al humo de su cigarrillo.

Era un mal vicio, claro está; sin embargo, en la sociedad donde había dos tipos de juventud: los que hacían algo para cambiar su futuro o los que no estimaban tener uno, Lee MinHo era catalogado forzosamente en esa segunda estancia, y aunque su padre lo regañase por sus dientes tintados, el pelinegro se decepcionaba de que a su padre le preocupase más su laburo de dentista del pueblo que por los pulmones de su hijo.

I remember every sunset, I remember every word you say... —canturréo MinHo con tranquilidad, viendo como el riachuelo carreaba sonoras piedras, sintiéndose orgulloso de la lista de canciones que él había creado, titulada "Canciones que Lee Know usa para sentirse protagonista"—, we will never gonna say goodbye...

...Será divertido.

—Por favor, Yuna, no seas vándala.

—Todo el mundo lo hace, Hannie, o me vas a decir que nunca nadie lo ha hecho.

—Si haces el grabado no te iré a dejar a tu casa.

—Hannie~

—No me digas, Hannie, por favor.

MinHo giró su cuerpo con curiosidad hacia el lazo izquierdo para ver, como metros más allá, la chica de la relación estaba acuclillada con una navaja en sus manos mientras que el otro chico de polerón grande le hablaba. Pudo reconocerlos como sus compañeros de escuela ya que ellos no tendían a pasar desapercibido, pero solamente conocía directamente a la chica por ser compañero de salón: Shin Yuna; era activa en las actividades municipales del pueblo al igual que en las actividades escolares, además que todo el mundo gustaba de ella por ser una rubia extrovertida. También reconoció a su acompañante, pero no por el nombre; lo reconocía por ser miembro del club de astronomía los jueves, por tener el cabello ridículamente anaranjado y por secundar a su novia en todo lo que ella se proponía.

Creyó pasar desapercibido de ellos, girándose para poder largarse del puente tras haber roto con su aire privado, sin embargo, la chica pareció exclamar su nombre.

—¡MinHo! —le llamó ella yendo hacia él. Su timbre de voz era demasiado agudo comparado con el timbre que el resto de las chicas tenía, tanto que podía escucharla a través de la música. Incluso JeongIn tenía un tono respetable—. ¡Hola!

«¿Por qué se emociona si nos topamos siempre?», se pregunta a sí mismo antes de darse la vuelta y sonreír forzosamente a su vez que se sacaba los auriculares. —Hola, Yuna.

MinHo no sabía cómo saludar al chico compañero de ella, por lo que inclinó la cabeza cordialmente el cual fue correspondido con un agradable movimiento de mano.

—¿Qué haces aquí? —y esto era lo que MinHo quería evitar. Comenzó a sentir incomodidad cuando la rubia parecía atenta a él, y su pobre novio llavero no parecía darse cuenta de los corazones que salían por los ojos de ella—. ¿Estás solo?, ¿No quieres estar con nosotros?

—Los tríos no son lo mío —responde en tono bromista. Tuvo que ahogar una carcajada cuando la chica se sonrojó hasta las orejas y su novio carraspeó avergonzado—. Mejor quédate con tu novio.

—Han JiSung. JiSung, él es mi compañero de clase: MinHo —presenta Yuna apuntando al muchacho. A MinHo le interesó que el chico llevase el jersey grande a pesar de que el día estuviesen a mitad de octubre.

—Un placer —saluda MinHo. JiSung no respondió, pero solamente inclinó su cabeza, notoriamente incómodo.

Cuando MinHo vio que la chica iba a abrir la boca para comentar algo más con altas probabilidades de convertir el ambiente más sofocante de lo que ya era, no dudo en volver a colocarse sus auriculares y despedirse de ambos adolescentes. Terminó por irse del Puente de los Besos sin mirar atrás.

Lee MinHo, -O Lee Know para los fans-, no era tan sociable con el resto de las personas y prefería mantenerse al margen de la sociedad que ser alguien vanidosamente conocido como lo era Shin Yuna junto a su novio llavero; aunque eso no lo quitaba de la vista de gente como ella, quien parecía tener algún tipo de fantasía sexual con querer involucrarse a chicos superficialmente asociales y vándalos.

MinHo no era un vándalo, solo era alternativo.

Aunque sí se consideraba un cliché por el tipo de vida que llevaba.

«Cliché...»

Rio ante ese pensamiento repentino que vino a su mente cuando Simple Plan fue reemplazado por su grupo favorito U2 con With or Without you.

Algunas veces SeungMin le decía que era un cliché andante por preferir siempre la soledad antes que estar con su grupo de amigos para dedicarse a escuchar música y fumar como loco (—Es para inspirarme. —No le quites el trabajo a Chan, MinHo).

Y si quería seguir acumulando boletas del bingo de los clásicos, también era vocalista de una pequeña banda que formaba junto a sus amigos; por eso, MinHo consideraba que el comportamiento de Yuna hacia él era calcado por las otras chicas al considerarlo un personaje de una película noventera yankees.

—SeungMin, deja de echar cenizas sobre las hojas —pidió Chan mientras correteaba los residuos de ello con su mano.

—Lo siento.

Los garajes siempre fueron un punto de reunión, en especial cuando se necesitaba algún tipo de indulgencia por parte de los padres, es por eso de que la madre desentendida de MinHo era demasiado ilusa (o desinteresada) con la idea de que su hijo tuviese una banda aspirante a rock alternativo, además de que tampoco eran tan malos con su música, por lo que mientras cumpliesen con las normas básicas de la casa (no ensayar pasado de las nueve los días de semana) los chicos tenían libre albedrío dentro del garaje.

—¿Y a qué hora se supone que llega MinHo? —preguntó HyunJin mientras hacía girar una de las baquetas con su mano izquierda y golpeando el bombo arrítmicamente—. No quiero sonar intenso, pero van a dar la autobiografía de Kim TaeYeon y no la quiero perder.

—Que gay —se burló SeungMin.

—Es más gay que no te guste Kim TaeYeon —apuntó HyunJin con la baqueta—. ¿A quién no le gusta esa Diosa?

—¿Tienes que hablar de que te excita venerar idols ahora? —discute SeungMin con gracia—, digo, está JeongIn presente.

—JeongIn parece estar más muerto que vivo —señaló al chico que dormía plácidamente en el viejo sofá del garaje.

—¿Pueden callarse, por favor? —pidió Chan, completamente desconcentrado—. Debo terminar esto si no quiero morir a manos de MinHo.

Ambos chicos bufaron y siguieron con sus actividades. SeungMin siguió fumando mientras balanceaba sus piernas por estar sentada en el icónico escritorio de Bang Chan, quien trabajaba dentro del garaje realizando los arreglos de los últimos sencillos para interpretar como tributo, mientras HyunJin tocaba en tono ambiente el último cover que habían hecho de U2.

Para MinHo, eso era lo más cercano a su familia. No esas tías que constantemente hablaban sobre su apariencia o su abuelo traumado con la guerra de las dos Coreas. Ellos -los chicos- eran su alegría después de la escuela, por lo que no temió expresar su cariño saludando a cada uno de ellos con un beso en los cabellos a cada uno antes de lanzar su mochila hacia el sofá del garaje –excusándose de JeongIn, aunque lo había despertado con el golpe-, tomar su querida Cessi (una copia de mercancía de la guitarra de Brian May, guitarrista de Queen) y colgarla a través de su espalda.

—¿Comenzamos?

—Llegas diez minutos tarde —acusó SeungMin—. ¿Dónde demonios estabas?

—Estás de buen humor —notó HyunJin—. ¿Le viste la ropa interior a Kim DaHyun?

—El día que lo haga me elevaré al cielo para irme con el hermano de SeungMin —se burló, pero luego chistea su lengua con molestia cambiando su semblante en seguida—. Buen día ni una mierda. La verdad es que estoy sofocado hasta los dientes y solo quiero relajarme —explicó mientras afina a Cessi—. Estaba en el puente de los besos, ya saben, siendo el chico alternativo que soy, y de repente llegó Shin Yuna con su novio llavero y, bueno, se imaginan lo que pasó.

—No, ¿Qué fue lo terrible? —preguntó HyunJin.

MinHo hizo una pausa dramática antes de contestar—: Me presentó a su novio.

HyunJin y SeungMin rieron ante el dramatismo de MinHo.

—Por favor, lo dices como si fuese algo raro —le dijo HyunJin encogiéndose de hombros—. Yuna parece simpática.

—¿Simpática?, contigo lo es, pero ella está rara conmigo y ni siquiera lo ocultó cuando me vio —dijo MinHo, completamente consternado—. Creo que a Felix se lo comenté- o a ChangBin. Ella era amable conmigo, pero últimamente..., me da pena el chico que está con ella, se comportó raro conmigo.

—Tal vez se sentía molesto porque su novia babea por ti —comentó SeungMin.

—¿En serio crees que Yuna va tras de ti? —le preguntó Chan, rindiéndose completamente a su concentración con la nueva canción —. Yuna tiende a presumir a JiSung mucho, y siempre están juntos...

—¡Llegó la comida!

De la entrada del garaje de MinHo aparece Felix junto a ChangBin cargando bolsas de frituras y de refrescos. Sin piedad dejaron la carga sobre las escrituras de Chan para continuamente acomodarse en sus respectivos instrumentos y comenzar a afinarlos.

—Son un asco —escupió Chan. SeungMin solo rio a su lado.

—¿Tienes, aunque sea, argumentos para decir que Yuna gusta de ti? —le cuestionó HyunJin, antes de apuntar a ChangBin—. Vamos- ChangBin, ¿Cómo decías que se llamaba esa mierda?, ¿Dialéctica?

—¿Por qué mencionas a Marx? —le cuestionó ChangBin a HyunJin, sin entender el tema de conversación—. Es un tema muy complejo, tus neuronas comenzarán a caer si abusas de eso.

—Hijo de perra.

—¿Quién te metió en la cabeza que Yuna gusta de ti? —le preguntó SeungMin esta vez—. O sea, ¿Lo dices en serio?

—¿Tú lo dices en serio? —MinHo se encogió de hombros—. No sé- Chan o Felix me dijeron cómo actúa una chica enamorada.

—Y porque nosotros somos unos casanovas con las mujeres... —murmuró Chan.

—Habla por ti —HyunJin lo detuvo—. A mí me aman.

—Por tu cara bonita —murmuró ChangBin, y HyunJin le lanzó su baqueta.

—A mi me parece que Yuna sí gusta de MinHo —opinó Felix con timidez. Él no había llegado hace mucho de Australia, y a pesar de venir de una escuela coreo-australiana, él no estaba muy seguro a la hora de hablar el idioma—. Que una chica centre ese tipo de atención tan directamente...

—¿Podemos ensayar? —cambió de tema MinHo—. Prefiero vivir en la teoría de que Yuna no me presta atención- ChangBin, HyunJin, Felix, prepárense.

—¿Qué quieres tocar? —preguntó ChangBin.

—Cosas clásicas —contestó MinHo, apuntando a ChangBin—. Comencemos. ChangBin, empieza tú con tu madre.

—Vamos, supéralo —reclamó el otro.

ChangBin's mom has got it goin' on, she's all I want and I've waited for so long~ —cantó MinHo.

La joven banda se dejó llevar por el ritmo que marcaba HyunJin en la batería para empezar a tocar una de las nuevas interpretaciones del cual, al igual que todas las piezas que tocaban, se habían esforzado en arreglar; cada sacrificio y desvelo para construcción una nueva canción bajo la autoría de Chan junto a la banda les hacía sentir un poco más satisfecho con su arte creado, y cada paso era más esperanzador que el anterior, donde creían poder ejercer con ese pasatiempo.

El pueblo era usualmente silencioso, pero cuando la banda tocaba, la música abundaba.

. . .

Como era de costumbre en los pasillos de la escuela, MinHo tamborileaba sus dedos en los costados de sus jeans al ritmo de la canción aleatoria que sonaba a través de su mp3 junto al tarareo de la letra y una desconexión con el resto del mundo. Paseó por su travesía hacia la biblioteca escolar para al fin devolver un libro que había pedido hace un par de semanas y que ya estaban molestándolo desde la dirección escolar para que lo regresase.

—Si sigues así te voy a suspender de la biblioteca —amenazó la anciana bibliotecaria.

—Lo lamento, señora Don —se disculpó el chico sin pizca de perdón.

—Ve a dejarlo a los estantes mejor —ordenó—. Deberías ayudarme en la biblioteca como mérito para que te perdone.

—Si me acusará con el director por cada atraso, entonces no —termina bromeando.

No era de mucho interés la literatura para MinHo. No era de su actividad diaria leer, y muy pocas veces lo disfrutaba; a diferencia de SeungMin que era un amante de la literatura fantástica, o de ChangBin que era un poseedor de la habilidad de la comprensión de la lírica en poesías, o en Chan que era amante de la narrativa cotidiana.

So if you wanna piss off your parents, date me to scare them, show them you're all grown up —tarareó, moviendo su cabeza mientras buscaba por los estantes—. If long hair and tattoos are what attract you-

—¡Mierda!

MinHo se detuvo en uno de los estantes tras escuchar un estruendo que llamó la atención a los pocos estudiantes que estaban allí. Retrocedió un par de pasos hasta encontrarse con el chico que había visto ayer en el puente recogiendo los libros caídos.

«Hey, es el novio llavero.»

Con una sonrisa socarrona, MinHo ingresó al pasillo caminando melódicamente para hacerse notar ante el chico, pero el otro ignoró tan al completo de su existencia quien se enfocaba tercamente en alcanzar todos libros en un puro brazo.

—¡Hola, Hannie!, ¿Necesitas ayuda?

—¡Ah!

JiSung soltó todos los libros que cargaba en su brazo junto a un pequeño salto por su susto. MinHo se sintió feo al ver como el otro se había asustado con solo verlo.

—Estoy bien, gracias —respondió JiSung antes de volver a su trabajo y esta vez acomodar uno por uno los libros en el estante—. Y no me digas Hannie.

MinHo rodó sus ojos y se estiró hacia abajo para alcanzar alguno de los libros caídos y así ayudar a JiSung a organizar de nuevo el estante.

—¿Buscabas algo? —preguntó MinHo.

—Un libro de astronomía que creo que no está.

—Uh, yo tengo uno ahora.

MinHo le muestra el libro a JiSung, la portada tenía como título con un blanco destacable 'Estrellas del amanecer' junto a distintas lunas del sistema solar asomándose sobre el sol. JiSung abrió los ojos al ver el libro y lo tomó con mucho cuidado de no rozar a MinHo.

—Desde hace semanas que lo estaba buscando —comentó JiSung, viendo el libro.

—Si, no tengo buena memoria para estas cosas —se excusó el otro rascándose la nuca.

MinHo se quedó un rato parado frente a JiSung mientras el otro seguía leyendo, ignorando por completo su presencia. El pelinegro se sintió insultado de que el chico no le estuviese prestando atención, por lo que carraspeó para llamar su atención.

—Oye...

—Vale, nos vemos luego.

JiSung alcanzó su mochila del suelo y se largó rápido de allí. En todo el momento que estuvieron enfrentándose, JiSung nunca lo miró a los ojos.

«Tengo razón, Chan», pensó MinHo, «es probable que no le agrade a JiSung.»

No tenía una buena reputación en la escuela, en realidad. Por acontecimientos inmaduros hizo que todo aquel que se acercara a ellos terminase siendo atacados por un grupo más grande, por lo que es normal que, o MinHo o el grupo no interactúen con más personas de la escuela.

No es algo de lo que realmente MinHo se perturbaría. A él no le importaba si alguien lo detestaba, pero si era un chico con quien nunca había hablado y que su razón para detestarle era injusta, eso hacía sentir mal a MinHo.

—Me da pena JiSung —fue lo primero que dijo SeungMin luego de que MinHo le contase en el garaje lo que sucedió en su encuentro casual con JiSung—. Saber que tu novia está colgada por otro...

—Pero fue grosero —dijo MinHo—, ni siquiera me dio las gracias.

—Tal vez es tímido —razonó Chan.

—Tímida mi madre, ¡Me evitó por completo! —exclamó frustrado el pelinegro—. No conseguirá amigos si es así de grosero.

—¡Oigan, idiotas!

El grupo que estaba en el garaje miró hacia la calle: dos chicos de la escuela -parte del equipo de baloncesto, y conocidos amigos de JiSung- pasaron por afuera en bicicletas, vieron como en cámara lenta lanzaban una lata hacia el interior mientras les lanzaban un par de insultos antes de retirarse.

—¿Por qué siempre latas? —Murmuró JeongIn, yendo hacia la lata para tirarla a la basura.

—¿Qué?, ¿Prefieres que sean piedras? —cuestionó SeungMin con sarcasmo.

—O sea, serían más dolorosas.

—Es sarcasmo, JeongInnie.

—¿Alguna vez has visto a JiSung, MinHo? —retomó el tema HyunJin con MinHo—. Lo digo en serio. JiSung está rodeado siempre de personas- ya sabes, Yeji es amiga de él ahora —mencionó lo último apuntando al par de chicos que pasaron.

—La verdad es que siempre lo he visto junto a Yuna —se encogió de hombros—. No me interesa si tiene amigos en verdad.

—Esos no son amigos —comentó ChangBin con obviedad—. Esas personas son como, no sé, ellos fuesen estorninos y JiSung fuese un colibrí.

—¿Qué el colibrí no era un insecto?

—¡Por dios, MinHo! —le gritaron los seis.

Pero ¿Qué se le podía decir?, MinHo estaba frustrado y lo siguió estando porque al pasar los días, cada vez que veía al anaranjado con Yuna o con esos chicos extrovertidos parecía más un accesorio que un amigo.

No conocía muy bien al grupo de JiSung y Yuna (salvo de que Yeji que era parte también de ellos), en especial porque no estaba interesado en ello, pero durante un día, mientras se forzaba a sí mismo en almorzaba en la cafetería con sus amigos, vio como JiSung comía en silencio mientras veía el juego ridículo que hacían los tres chicos mientras que otras cinco chicas -incluida Yuna- conversaban sobre qué cosa.

MinHo creía que no era más que un chico igual de adverso que ellos, no debería pensarlo mucho si tampoco era tan relevante para su día.

Lo que MinHo no sabía era que JiSung la pasaba un poquito mal.

. . .

JiSung era asmático. Constantemente, cuando su pecho presionaba y no sentía el aire, jalaba del gatillo de su inhalador para sentirse mejor; su madre le tenía estrictamente prohibido hacer algún deporte físico, y para las clases de educación física él tomaba respiros un poco más largos que el resto.

Y ese dato era absolutamente irrelevante para sus amigos.

Por un lado, tenía a Yuna, quien conversaba con sus amigas mientras compartían un cigarrillo electrónico con un tóxico olor de esencia de naranja; por otro lado, MinGi, San y YeoSang fumaban sin compasión junto a él, intoxicándolo el doble por el olor de cigarrillo.

Se encontraba en las gradas improvisadas de la cancha polideportiva que se habían hecho un par de años atrás en la mitad de la Alamenda viendo un partido de béisbol, notando como otros chicos perdían el tiempo jugando soccer y baloncesto con pereza; y mientras era ya viernes después de clases, JiSung en vez de disfrutar su juventud solamente se encontraba ansioso por querer estudiar.

—Yuna...—susurró JiSung a la chica suavemente para que le preste atención, pero ella simplemente alza la mano de su cigarro eléctrico para escuchar la absurda historia de su amiga—. Oye...

La chica no le prestó atención, cosa que exasperó a JiSung. Llevaba tres meses con la chica y aun así ella lo trataba como cualquier cosa, aunque tampoco podía exigir mucho porque JiSung -desde la perspectiva de su madre- no cuidaba su relación.

Ni él supo cuándo empezó todo- solamente había visto a una chica linda pasar por el pasillo junto a sus cuatro amigas hace seis meses atrás, y de repente su amigo MinGi profesó el amor de la amiga de ella (Hwang Yeji) y, bajo un plan falso que San le había creado al chico con el fin de conquistarla en treinta meses, terminó haciéndose realidad; haciendo que, antes de darse cuenta, ambos grupos colisionaran.

A JiSung le gustaba Yuna, obviamente, y cuando la invitó a salir por primera vez una tarde de domingo para ir al cine durante las vacaciones de verano, él nunca esperó que ella aceptara no solo la salida sino iniciar una relación formal a tan poco tiempo de conocerse. Su madre estuvo completamente encantada de que un joven de diecisiete años tuviese de novia una muchachita tan linda como lo era Yuna, de rostro elegante y alegre junto a ojos grandes y cafés completamente hipnotizante, además de que tenía la peculiaridad de que su cabello rubio sol estaba siempre tinturado artificialmente con colores llamativos dándole un toque más único a su personalidad.

Cuando JiSung veía a Yuna tintarse el cabello con crayones de colores cuando estaba aburrida, era un agradable recuerdo de lo fantástica que era ella y del por qué le gustaba. Le gustaba también que ella oliese a diversas velas porque le agradaban los olores frutales, y a pesar de que a JiSung lo marease un poco, era agradable llegar a casa con el olor de ella impregnado en su jersey. También le gustaba cuando salían, porque ella siempre compraba regalos para su familia y para la madre de JiSung. Y sobre todas las cosas, le gustaba Yuna cuando era amable con la gente.

Pero como todas las personas, ella tenía un defecto que hacía a JiSung sentirse culpable.

Yuna no gustaba de él.

Por más besos que ella le diese, tomadas de manos o insistencias románticas clichés que ella pedía recrear con él no era más para JiSung acciones vacías. Él no podía entender cómo una chica como ella gustaría de un chico como JiSung.

¿Qué era lo que ella veía en él?

—Debo irme —anunció JiSung mientras se levanta de las gradas.

—¡Oye, íbamos a ir a la caleta fuera del pueblo a buscar setas! —alegó MinGi.

—¿Tan pronto? —Yuna dejó de prestarle atención a la historia de su amiga Lia para mirar a su novio y hacerle un adorable puchero—. ¿Por qué?

—Tengo que estudiar —contesta en general, para luego dirigirse a ella—. ¿Vienes conmigo?

La chica parecía no querer irse de allí, sonriéndole lastimosamente a su novio mientras negaba. —No, me iré en un rato.

JiSung asintió y se inclinó sobre ella para despedirse de un corto beso en los labios; el resto del grupo hizo un ruido burlesco que hizo a JiSung sonrojarse hasta el cuello. Terminó por despedirse de todos de un sutil saludo militar y se largó.

Cuando JiSung había comenzado su relación con Yuna, su madre le había hecho unas reglas estrictas de cómo ser un buen novio -punto para ella en realidad, porque él no tenía idea de cómo serlo-, siempre calcaba lo caballeroso que tenía que ser y lo correspondiente a todas las demandas de ella sin ni siquiera vacilar a sus pedidos.

JiSung tenía solo diecisiete y su madre le recordaba lo hombre que tenía que ser, y lo hacía tantas veces que lo intoxicaban de la misma manera que el humo de las esencias de naranja con nicotina que fumaba Yuna.

—Oh dios...—expresó con asco el anaranjado tras sentir el sabor del humo en sus papilas gustativas, causando repulsión—, debo comer algo.

El olor a cigarro en verdad le daba asco, y aumentaba sus niveles cuando este normalmente se quedaba en sus fosas nasales y en su garganta por la inspiración constante de ella, así que decidió pasar por el pequeño super mercado que el pueblo tenía para apaciguar el sabor.

. . .

—Siempre yo, siempre yo... —murmuró MinHo caminando por las veredas del pueblo mientras pateaba piedras—. Deberían dejar de comer esos animales. Deberían ser como las plantas, ellas viven del sol y no se quejan del tipo de bebida que hay en casa.

Momentos antes, MinHo se encontraba sumamente relajado en su garaje, recostado en el viejo sofá mientras tocaba melodías al azar con HyunJin haciéndole el acompañamiento; ChangBin le explicaba sobre su nueva metáfora a JeongIn que lo ignoraba accidentalmente por estar enfocado en su dibujo (un fénnec disfrazado de un padawan de Star Wars); y Chan se encontraba conversando con Felix acerca del nuevo arreglo que estaba haciendo.

Todo fue desconcertado por un grito de SeungMin.

—¡¿Qué pasó?! —preguntó MinHo, asustado.

—Tengo hambre —comentó sin sentido HyunJin, levantándose para entrar a la casa del pelinegro.

—No encuentro la uñeta de ChangBin —lamentó SeungMin, tapando sus ojos bajo sus gafas con penuria—. Se me tuvo que haber caído cuando estuve en las gradas.

—¿Por qué tenía tu uñeta? —le preguntó Felix a ChangBin con un forzoso acento formal de coreano. Este se encogió de hombros.

—Me pidió prestada mi guitarra y mi uñeta durante el almuerzo, aunque...

—¿Qué estabas haciendo en las gradas? —volvió a preguntar Felix, ahora dirigiéndose a SeungMin—. ¿El que están en las Alamedas?

—Estaba con una chica, campeón —bromeó MinHo.

SeungMin no contestó a la defensiva de MinHo, haciendo que el grupo demorase cuatro segundos exactos en procesarlo.

—¡¿En serio?!

—¡¿Estabas con una chica?!

—¡SeungMin dejó de ser un impotente!

—¡Se acabó la comida! —anunció HyunJin, regresando al garaje—, pero no te preocupes, SeungMin, seguro comiste bien antes-

—¡Basta ya! —detuvo SeungMin, completamente colorado—. ¡Por eso no les cuento nada!

—MinHo va por la comida —ordenó Chan, evadiendo el tema de SeungMin.

MinHo, lanzó un potente grito lastimero mientras echaba su cabeza hacia atrás, pataleó. —¡No quiero!

—No seas llorón —dijo HyunJin yendo hacia él para golpearle las piernas—. Aliméntanos.

—Tú no te quejas porque no eres quien carga la comida —farfulló el pelinegro, dejando a Cessi sobre el sofá para sentarse y colocarse sus zapatillas—. ¿Alguien quiere algo?

—Yo quiero—

—Solo fui cordial, no voy a traer nada en específico.

—Te acompaño hasta la esquina —ofreció SeungMin con tono lastimero—, tengo que recuperar la uñeta de ChangBin.

—¡Y más te vale!

—Okey —MinHo se levantó y caminó hacia el característico escritorio donde Chan trabajaba; el pelinegro le tendió la mano y el otro se la palmeó. MinHo rodó los ojos—. No idiota, el dinero.

—¿De dónde quieres que lo saque? —preguntó Chan con gracia—. Estamos en quiebra gracias a la última batería de HyunJin.

—¡En mi defensa, fue culpa de ChangBin! —acusó HyunJin al otro—. ¡A él se le atascó el bombo en la cabeza!

—¡¿Y acaso se atascó sola?! —gritó el otro a la defensiva.

MinHo soltó un suspiro pensando en cómo pagar la comida; tal vez podría pedirle a su madre, pero ella lo mandaría al diablo. También pensó que en vez de comprar podría saquear la alacena de su casa, pero el recuerdo de su madre diciéndole expresamente: «ustedes financian su alimento, nada de andar hurtando porque no somos Hogar de Cristo.» lo detuvo en seguida.

—Podrías coquetearle al anciano de la caja para ver si te da una rebaja —dio la idea HyunJin en tono bufón.

—Para ti tal vez te funcione —apuntó—. A la mierda, le pediré que me deje endeudado.

MinHo y SeungMin salieron del garaje con MinHo insinuándole al otro para que le contase sobre lo sucedido en su hora del almuerzo, pero MinHo conocía a SeungMin y sabía que no le contaría nada hasta que o fuese de vida o muerte, o cuando esa chica podría nominarse como novia.

—¿No me acompañarás a comprar? —preguntó MinHo al ver que SeungMin realmente se separaba de camino.

—¿Y ser cómplice de tu robo?, olvídalo —se despidió con un signo de paz antes de irse a otra dirección.

Entre maldiciones, MinHo llegó al pequeño super mercado del pueblo y bufó tras ver la enorme fila que había en la caja; recién entraban a noviembre y el frío todavía no llegaba por completo, pero tal parecía que la gente ya estaba empezando a invernar por la gran cantidad de personas y escases de comida que había en los estantes del supermercado.

Pasó por los pasillos, agarró dos docenas de lata de soda y cuatro grandes de frituras para, con dificultad, ganarse en la fila y rezar para que sus brazos soportasen todo el peso y que no cayeran antes de pagar. Asomó su cabeza entre las personas de la fila para ver al anciano cajero tomarse su libertad y lentitud en cobrar.

«Tuve que haberle puesto viagra en su vaso para que la fila avanzase más rápido.»

Suspiró con exasperación y le siguió rezando a algún Dios para que las latas no se le cayesen, pero sus brazos temblaban más y más rápido y sus hombros comenzaron a tensarse con brusquedad.

«Oh, oh...»

¡Pero!, casi para el alivio de MinHo, notó el muchacho frente suyo era el famoso novio llavero.

—¡JiSung!

El nombrado se giró en su eje para ver a su espalda y lo primero que se encontró fue a ese chico con tatuajes de estrellas entregándole las dos docenas de lata abruptamente.

—¡¿Qué te pasa?! —gritó JiSung un poco asustado por los acontecimientos repentinos.

MinHo suspiró de alivio tras ver que nada se había caído y de que todo se encontraba en orden.

—Ufff..., eso estuvo cerca, ¿No crees? —comentó MinHo, agraciado—. Mis brazos estaban temblando como gelatina y juré que en cualquier momento se me caería y se reventaría todo dramáticamente y-

Detuvo su monólogo de alivio tras ver la expresión de ceja levantada de JiSung, pero más que intimidarse encontró ternura en cómo el chico tenía un rostro particularmente redondo y agradable que parecía imposibilitado de enojarse; casi se habría reído en su cara si no fuese porque JiSung seguía sin hablar.

—Digo, perdón y-uh, gracias por ayudarme —retractándose, MinHo se sintió repentinamente tímido.

JiSung rodó los ojos, disgustado, peor acomodó la comida entre sus brazos.

«Si esto basta para que ese idiota no me hable, lo ayudaré todo lo que quiera», terminó por pensar JiSung, sumándose en el silencio.

Is it getting better? Or do you feel the same? —empezó a cantar MinHo en voz baja, intentando desviar la mirada por todas partes—. Will it make it easier on you now? You got someone to bla-

JiSung le entregó una última mirada a MinHo, con notorias intenciones en la que le pedía que se callara.

—Perdón...

. . .

—ChangBin me va a matar...—canturreó SeungMin en voz baja, revisando entre el pastizal—, y habré muerto siendo medio virgen.

Se encontraba en el mismo lugar que hace horas atrás: bajo las gradas de la cancha polideportiva de la Alameda pueblo buscando la uñeta verde de ChangBin; SeungMin sabía que era una uñeta importante para ChangBin ya que la había comprado en una tienda profesional cuando fueron de excursión a Seúl, y se sentiría muy culpable si en verdad hubiese perdido la uñeta.

«¡Eureka!»

Se agachó y movió las colillas de cigarro que había sobre la uñeta para luego limpiarla con su pantalón y contemplarla con victoria. ¡No moriría virgen!

—Lee MinHo, ¿Cómo no lo ubicas?

La antena de metiche que SeungMin tenía se activó tras escuchar el nombre de su amigo en el grupo de cinco chicas que estaban sentadas en las gradas. Por el cabello colorido y el timbre afinado SeungMin pudo reconocer que era Yuna con sus amigas, reconociendo también a la melliza de HyunJin en el grupo.

—Es mi compañero de clase —escuchó SeungMin decirle Yuna a una de sus amigas—. Él es jodidamente caliente, además de ser muy gracioso.

—Es un cliché andante —dijo la hermana de HyunJin, Yeji—. No lo conozco mucho, pero por lo que HyunJin les cuenta a nuestros padres, MinHo es algo así como un Dany Zuko coreano.

—¿Quién?

—Eso no le quita lo atractivo. —insistió Yuna.

—No digas eso teniendo novio. —regañó otra chica: RyuJin, compañera de salón de SeungMin- no obstante, no se veía tan convencida—. Aunque, te entiendo, es demasiado caliente.

—JiSung es lindo y todo, pero no negaría una salida a Lee MinHo si es que alguna vez me invitase. —terminó por decir Yuna antes de reír nerviosamente.

Un mal sabor de boca dejó SeungMin esa conversación y supo que no quería escuchar más. Terminó alejándose rápidamente de allí sintiendo una inmensa pena por el novio llavero de ella.

Canciones:

Summer Paradise; Simple Plan With or without you; U2 18; Anabor One; U2 Stacy's mom; Fountain of Wayne

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