Cap. 28 "Lágrimas negras"
Estando en la preparatoria, fui directo con Mayra.
-¿Ya no recibiste nada más?.- pregunté.
-No.-se recogió un mechón de cabello y lo empujó hacia atrás.- ¿y tu?.
Se acercó Alice a mi izquierda, y escuchó atenta.
-En realidad si.- interrumpí, Alice me miró sorprendida.-Fueron dos.
-Luis.- me interrumpió Mayra.- No has hecho nada con Brown,¿verdad?.- frunció el ceño.
Aún no quería contarles todo, pero por las circunstancias...Creo que era lo mejor.
-¿Luis?.-Preguntó Alice.
-Si.- bajé la cabeza.- Pero ya le he dicho que no quiero continuar.
-Hay cosas que no sabes de Brown.- interrumpió Alice.
-¿Tu qué sabes?.- la interrumpí.
-Bueno... Mi hermana mayor fue amiga de...
-¡Hey!.- interrumpió Nadia.- Acompañenme con Brown, por favor.
-Ahora no, Nadia.- respondí.
-Oh, vamos, ¿acaso no te gustaría verlo un poco más?.- me tomó del brazo y comenzó a reír.
-¿Qué traes puesto?.- interrumpió Mayra, sorprendida pues vestía colores más alegres que en realidad la hacían ver mejor, entre ellos unos pequeños tacones rojos.
A final de cuentas, la terca de Nadia logró convencernos y fuimos hasta con el.- ¿Y qué se supone que harás?.- le preguntó Alice a Nadia.
Escuchaba los pasos claros de Nadia caminando a toda velocidad con su cuaderno y libro entre brazos.- Algunas lecciones, y quiero probarlo.
-¡Nadia!.-Me acerqué y la tomé fuerte del brazo.- No vayas a cometer una locura... O intentes hacer algo.
-Oye, suenas cómo si fueras su novio.- jaloneó para que la soltara.- Sino querías venir te hubieras quedado en el salón.
Fruncí el ceño y dejé que siguiera caminando hasta la puerta de la oficina.
Parada frente a la puerta, nos echó una mirada coqueta mientras llamaba a Brown.
-Te esperaremos aquí, afuera.- le dijo Mayra.
-Claro.- nos miró de pies a cabeza.- Espero no tardar mucho...- mordió su labio inferior.
Brown abrió y nos saludo con una grata sonrisa.-¿Chicos?.
-Profesor.- lo interrumpió Nadia mientras lo empujaba poco a poco hacia adentro.- Necesito que me revise ciertas páginas.- se metió y cerró la puerta.
-Estupida.-le susurré, miré a Alice y Mayra.
-Oye, ¡tú tienes algo que decirnos!.- me dijo Mayra.- Además, no te preocupes por Nadia... Brown jamás le haría caso si es eso lo que te preocupa.- alzó una ceja.
-Está bien... Les diré....- la miré directo a los ojos.- Y no tengo problema con Nadia.- mentía.
-Ay, ajá.- interrumpió Alice, cruzaba sus brazos y alzaba una ceja
La miré y sonreí ligeramente.- Vamos a un lugar...Algo más privado, por favor.- comencé a caminar hacia una aula vacía.
-Espero y le vaya bien a Nadia.- dijo Alice mientras se alejaba junto a Mayra de la oficina de Brown.
Una vez llegando al aula vacía, envié un mensaje a Nadia indicando el salón donde estábamos.
Mayra y Alice se sentaron a mis costados.
-¿Y bien?.- alzó una ceja.- Quiero saberlo todo.- se recargó sobre la butaca, Mayra.
Tomé un poco de aire.- He estado saliendo con.- paré un momento.- Brown.- lo susurré.- Y... Estuvimos a punto de hacerlo en su oficina.- seguía susurrando.
-¿¡Qué mierda!?.- gritó Mayra y se tiró a carcajadas.- Luis, ¿¡estás bien del puto cerebro!?
-¡Oye!, No es para tanto.
-¿No es para tanto?.- me interrumpió y acercó más a mi.- Te tiraste a un maestro.- lo susurró en mi cara.- Y si no mal lo recuerdo y mis cuentas no están mal, ustedes tienes trece años de diferencia.
Alejé mi rostro.- Ya sé, y por eso mismo quedé con él con que ya no haríamos nada de eso.
-Luis, no debiste hacer eso.- me dijo Alice.- Pueden llevar a Brown a la cárcel.
-Ya lo sé.- interrumpí.- ¡Es la segunda vez que les digo que ya no tengo nada que ver con el!.- susurré frente a ambas.- Pero tengo algo peor...
-¿Qué sucede?.- preguntó Mayra.- Oh por Dios, ¿Ángel lo sabe?.- cubrió su boca con ambas manos y mordisqueó las uñas de sus dedos índices.
-No sé si sea Ángel.-interrumpí.- Creo que puede ser alguien más...
-Pero, ¿por qué crees que alguien más lo sabe?.-Interrumpió Alice.
-Los mensajes que me llegaron ayer... Eran distintos.
Sentí la vibración en mi bolsillo. Y el tono de mensaje que ya comenzaba a darme miedo cada vez que lo escuchaba.
-¿Lo vas a revisar?.- me preguntó Mayra.
-No lo sé....
-De una u otra manera tendrás que hacerlo.- Interrumpió Alice.- Será mejor ahora que estamos contigo.
Asentí con la cabeza.- Tienes razón...- miré mi pantalón, tomé mi celular y lo desbloqueé.
Desconocido:
Será mejor que preparen un par de pañuelos si tienen. O unas buenas excusas para D...
-¿Qué mierda?.- les mostré el mensaje y al igual que yo fruncieron el ceño.
-¿Quién es D?.- preguntó Mayra, fruncia el ceño.- Creo que el imbécil que hace esto, molesta a alguien más. Ya no deberíamos hacerle caso.- rió.
Volvió a sonar el celular, pero ésta vez no fue el mío, ni el de Alice.- Es... Tu celular, Mayra.
Ésta tomó su teléfono y abrió el mensaje.
Desconocido:
Ríe, ríe todo lo que quieras pequeña perra. Que pronto darás lo que sea por querer estar en los tacones de ella.
- Genial, ¡ahora la amenaza fue para mí!.- gritó.
-Mayra, baja la voz.- la interrumpí.
Escuchamos unos lloriqueos acercarse rápidamente por el pasillo de afuera.
-Alguien viene.- dije y me levanté de mi asiento.
Los lloriqueos se hacían más y más fuertes, al igual que las pisadas de tacones... ¿Tacones?.
Nadia se colocó en la entrada del salón,su cabello despeinado y mojado junto con el rímel corrido de tanto llorar.- Alguien lo sabe...- cayó de rodillas y continuó llorando.
Me moví rápidamente al igual que las demás para ayudarla a levantarse, pero ella se aferraba a seguir de rodillas para desahogarse.-¡Nadia, por favor, levántate!.- le decía.-¿¡Qué pasó!?.
Levantó la cabeza y me miró.- Alguien sabe que le fui infiel a Daniel.- se limpió las lágrimas.- Y tiene pruebas.- volvió a llorar.
-Ooh...Vaya, creí que sería algo más... ¡Más grave!.- dije.
Se levantó y me miró.- Luis, lo que tú no sabes, es que mi familia depende de Daniel, estamos asociados con ellos de cierta manera y si mi relación se termina con el, la economía de mi familia también y nos iríamos a la banca rota total!.- me empujó.- Pero dudo que lo puedas entender.
-Nadia, disculpame.- bajé la cabeza.- No era mi intención, simplemente creí que alguien te había hecho daño físico...
-¿Alguien?.- interrumpió.-¿Quieres decir que sabes de alguien que me quiera hacer esto?
-No no...
Me empujó y acercó más.- ¡Dime quién es el imbécil que quiere hablar!
-Nadia, yo no sé nada...
-¿¡Es el imbécil de Ángel!?.-me interrumpió.
La sujeté de ambos brazos y apreté.-¡Escuchame!.- grité.- No sé quién te quiera fastidiar, pero no eres la única... Así es que relájate y piensa más las cosas, No sé quién sea, no sé si sea cierto y ¡mierda!, no sé de qué putas pruebas estás hablando.- la solté.
Tomó aire, se secó las lágrimas y después de un momento logró hablar:
-Hace un par de días... Fui a la bienvenida.- dijo mientras se acomodaba el vestido.-En la bienvenida, tomé mucho y... Un chico se acercó a mí ... Creo que puso algo en mi bebida por qué solo recuerdo que desperté en la cama de un motel muy lejos de mi casa.
Cerré los ojos.- Nadia, ¿Por qué nunca nos dijiste?.
-Solo lo sabe Valeria, ella me ayudó a comprar una prueba de embarazo...
-Dime que el resultado dió negativo...
-Si, por supuesto.- respondió.- Ahora espero los análisis del VIH... Pero... Alguien tiene fotografías mías junto al muchacho con el que me acosté esa noche y me está amenazando con decirle a Daniel sino hago algo.
-¿Hacer qué?.- le pregunté, sentía como mi cabeza daba vueltas en círculos.
Bajó la cabeza.- Le enviará a Daniel las fotos si no le digo al padre de Mayra sobre Leonel y que llevan rato... Teniendo relaciones.
-¡No!.- interrumpió Mayra.-¡No puedes hacer eso!, Nadia...
-Lo siento, pero es mi familia...
-Nadia, no hagas caso a lo que te dijeron, no puede ser posible.- le dijo Mayra.
-Lo siento mucho... Pero yo si soy la de las fotografías.- bajó la cabeza.
-¡Mierda!.- grité.
Las bocinas de la escuela comenzaron a hacer un sonido espantoso, parecían cornetas descompuestas tratando de matarnos o por lo menos dejándonos sordos por tan espantoso ruido.
-¿¡Qué mierda pasa!?.- gritaba Mayra mientras se cubría los oídos.
Salimos del salón y miramos las bocinas en las esquinas. Después del espantoso sonido se escucharon las risas de unos niños. Y además una niña que decía: ¡Vamos, ven a jugar!.
Miré a Mayra y miré que una enorme lágrima bajaba por su mejilla izquierda, una lágrima negra por el rímel que usaba.
-¿Mayra?.- pregunté.
-Es la voz de mi hermana...- respondió y la lágrima llegó al suelo.
Después de la voz de la niña, comenzó una canción, pero solo era el coro una y otra vez:
"No lo trates no..., no me trates de engañar.
Sé que tú tienes a otra... Y a mi me quieres para hmmm"
Ésta vez miré a Nadia y otra lágrima caía por su mejilla.-Esa canción...
Me acerqué y la tomé del hombro.-¿Qué tiene?.
-Esa canción es con la que conocí a Daniel.- bajó la cabeza.- Comencé a cantarla una vez y el me siguió la corriente...
Miré las bocinas que sonaban la canción, otros alumnos hacían lo mismo, pero en su gran mayoría seguían su camino mientras cantaban.
Miré al fondo del pasillo y venía Valeria caminando lentamente, tarareaba la canción.- Oh...Mierda.
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