Capítulo 7
El resto de la mañana fue más tranquila para Jimin después del incidente con el café. Para su sorpresa, Jungkook no estaba siendo un imbécil, al menos por el momento. Estuvo ocupado todo el tiempo y solo lo llamaba cuando realmente necesitaba pedirle algo importante.
El trabajo de Jimin también estuvo bien. Organizó la agenda de esa semana, estuvo pendiente del teléfono, entre otras cosas importantes.
A la hora del almuerzo, TaeHyung lo estaba esperando en el living, como lo prometió. A su lado estaba un hombre alto, de piel morena, bastante guapo, a decir verdad. Tae se despidió haciéndole una reverencia al hombre cuando lo vio.
—Jiminnie, ¿qué quieres almorzar? —Preguntó el castaño, rodeándole los hombros con el brazo una vez fuera del edificio.
—Lo que sea estará bien, aunque no conozco bien esta área —respondió Jimin.
—Te llevaré a un lindo restaurante, la comida es exquisita, yo invito —afirmó Tae con una radiante sonrisa.
—No es necesario —contestó Jimin de inmediato.
—No acepto un "no", Minnie —espetó Tae, comenzando a caminar hacia su auto.
Jimin iba a volver a protestar, pero sintió una mirada en su espalda. Miró por encima de su hombro y se encontró con los ojos oscuros y odiosos de Jungkook, que estaba justo al lado del hombre con el que TaeHyung había estado hablando antes.
El pelirrojo le restó importancia y subió al auto con su amigo. TaeHyung tenía razón: el restaurante era muy lindo y la comida deliciosa, aunque Jimin estaba seguro de que era costosa.
—¿Qué tal tu primer día en Golden Group? —Preguntó Tae, curioso.
—No va mal —respondió Jimin.
—Me alegro, Minnie. No puedo negar que me preocupé al saber que serías el asistente del hijo del Señor Jeon —Tae hizo una mueca—. Él tiene fama de ser un jefe difícil.
Jimin dejó salir un suspiro.
—¿Difícil? Es un completo imbécil —refunfuñó, antes de que pudiera detenerse.
La mueca en el rostro de Tae se hizo más grande.
—Lo siento, Jiminnie.
—No tienes por qué hacerlo. Necesitaba el trabajo y la paga es buena, pero soportar a Mr. Arrogante es un dolor de trasero —Jimin hizo un puchero.
Tae se rió.
—¿Mr. Arrogante?
—Así le digo cuando no quiero decir su nombre —Jimin se encogió de hombros—. Además, le queda muy bien, es un estúpido arrogante.
—¿Pero cómo es que lo odias tanto si apenas hoy es tu primer día? —Preguntó TaeHyung, curioso.
Jimin respiró hondo antes de empezar a contarle a TaeHyung todas sus desgracias desde que conoció a Jeon Jungkook.
Tae abrió la boca, asombrado.
—Pero qué puto imbécil es, pensé que los chismes sobre él eran exageraciones, porque, diablos, es hijo del Señor Jeon, y ese hombre es un ángel.
—Lo mismo pensé yo —afirmó Jimin—. ¿Cómo diablos el señor Jeon tiene a ese canalla como hijo? —murmuró, recordando cómo le había lanzado sus camisetas por el balcón.
—Aunque te envidio en algo —confesó Tae.
—¿Qué puedes envidiarme, TaeTae? —preguntó Jimin incrédulo.
—Vives con él, yo hubiera amado vivir con mi jefe cuando era un pasante— Tae hizo un puchero.
Jimin levantó una ceja. —¿Te gustaba tu jefe?—
TaeHyung dejó salir un largo suspiro de resignación. —Me sigue gustando.—
Jimin parpadeó un par de veces.
—No me mires así, Jimin— Tae hizo un puchero. —Es un hombre encantador, guapo y tan inteligente, su piel morena y esos hoyuelos adorables cuando sonríe hacen que mi corazón lata a la velocidad de la luz.—
—¡Oh Tae, estás perdido!— Se burló Jimin.
—¿Crees que no lo sé?— Tae puso carita triste. —Enamorarse de un heterosexual es jodido, Minnie, nunca lo hagas, y menos cuando está casado y tiene un hijo.—
—Tae...— Jimin puso su mano sobre la de su amigo.
—Soy un caso perdido, lo sé— Murmuró Tae con pesar, sosteniendo la mano de Jimin.
El pelirrojo levantó la mirada y se encontró con el rostro de Jungkook, estaba acompañado del mismo hombre del living. Tae miró en la misma dirección y su mirada cambió por completo.
Los ojos de ambos hombres se posaron en sus manos juntas y TaeHyung retiró la suya lentamente, sonriendo.
—TaeHyung, me hubieras dicho que vendrías aquí, habríamos llegado juntos— Afirmó el elegante hombre de piel morena.
—No sabía que tú también venías— Tae se encogió de hombros de forma divertida. —Además invité a Minnie.—
—¿Minnie?— Preguntó el moreno.
—Déjame presentarlos, Minnie, él es Kim Namjoon, mi jefe, Namjoon, él es Park Jimin.—
—Mi asistente— Hizo saber Jungkook entre dientes.
—Así que tienes un nuevo asistente, Jeon— Namjoon miró a Jimin, tendiéndole la mano cordialmente. —Mucho gusto.—
Jimin la tomó. —El gusto es mío— Respondió.
—Sí, Minnie es mi asistente— Murmuró Jeon.
—Solo mis amigos me llaman así— Aclaró Jimin de la manera más amable posible, en realidad quería decir "vete a la mierda".
Jungkook le dio una mirada para nada amistosa.
Namjoon se rió. —¿No son amigos?—
—Es solo el primer día de Minnie— hizo saber Tae, sonriendo.
—Espero que esté yendo bien— Namjoon le sonrió. —Ahora les dejamos comer tranquilos, vamos, Jeon.—
Jungkook asintió, siguiendo a Namjoon a otra mesa.
Jimin rodó los ojos. ¡Ese imbécil ni siquiera podía dejarlo disfrutar su almuerzo tranquilo!
Tae rió divertido. —Realmente lo odias.—
Jimin dejó salir un suspiro. —¿Podemos cambiar de jefe?—
—Aunque no sea para mí, disfruto de su compañía, así que no— Respondió. —Además, no será tan malo cuando te acostumbres.—
Jimin hizo un puchero. —No creo poder acostumbrarme a ver su insoportable cara de "me creo el amo del mundo" nunca.—
—Parecen Ron y Hermione cuando se conocieron— Se burló Tae.
Jimin abrió sus ojos. —¡Por supuesto que no! Ellos son mis personajes favoritos y no terminaré enamorado de él.—
—He oído hablar de eso del amor y el odio, ya sabes, solo hay un paso— Tae movió las cejas.
Jimin bufó. —Primero muerto, y si ese arrogante fuera un personaje sería Draco.—
—¿Eso te convierte en Harry?— Tae lo miró divertido. —Yo los shippeo.—
—¡TaeHyung!
Tae no pudo evitar reír. —El innombrable no deja de mirarte— Se burló.
Y eso era cierto. Cuando Jimin desvió la mirada hacia la mesa de los hombres, Jungkook lo estaba mirando, y aunque sonara infantil, Jimin quería sacarle la lengua. Pero logró contenerse.
Cuando regresaron al edificio, TaeHyung se despidió de él y Jimin volvió a su estación de trabajo. El resto del día fue exactamente igual, hablando con Jungkook solo cuando era estrictamente necesario y maldiciéndolo mentalmente.
—Mueve, Park, nos vamos— Le ordenó Jungkook al finalizar la jornada.
Jimin rodó los ojos. —Sé la dirección, puedo regresar solo— contestó.
—No tienes llaves y si no vienes conmigo no te abriré la puerta— espetó Jungkook con desdén al alejarse.
—Qué hijo de...— Gruñó Jimin por lo bajo, recogiendo sus cosas rápidamente y caminando hacia las escaleras.
¡No le cabía en la cabeza que TaeHyung hubiera sido capaz de insinuar que Jimin se enamoraría de alguien tan desagradable!
Jimin tomó una profunda respiración antes de dirigirse al lujoso Mercedes de Jungkook, subió al asiento copiloto y se puso el cinturón en silencio, trataría de hacer más corajes por hoy.
Sin decir una palabra, Jungkook pisó el acelerador y se alejaron del edificio. Llevaban varios minutos en el tráfico, pero Jimin notó algo importante: iban en la dirección equivocada.
—Oye, ¿A dónde diablos estás conduciendo?— Preguntó arqueando una ceja.
—Cierra la boca, Park— Murmuró Jungkook entre dientes.
—¿Cómo diablos quieres que cierre la boca si estás conduciendo como un loco a quien sabe dónde?— Preguntó Jimin.
Jungkook lo ignoró por completo y Jimin apretó sus manos en puños.
—Deja de ser un imbécil por un minuto, Jungkook— Pidió Jimin.
—Deja de tutearme— Exigió Jungkook.
—No lo haré en mi horario de trabajo— Se burló Jimin.
—Sin importar el jodido horario, sigo siendo tu jefe— refutó Jungkook. —Pero si así quieres jugar, está bien, Minnie.—
—Tú no puedes decirme así y tu edificio está del otro lado de la ciudad— Refunfuñó Jimin.
—¿Crees que no lo sé?—
—¿Y si lo sabes, a dónde diablos me llevas?—
Jungkook volvió a ignorarlo y cruzó en una calle hacia la zona residencial. Se estacionó frente a una casa. Ni siquiera la había visto bien y ya la odiaba.
Jungkook odiaba las casas familiares, y mejor dicho, todas en general. Realmente quería dejar al gnomo pelirrojo tirado allí y decirle a su padre que le importaba una mierda si no merecía el apellido Jeon, pero era demasiado orgulloso para hacerlo.
—Baja— Fue lo único que dijo.
—¿Qué hacemos aquí?— Cuestionó Jimin.
—Solo saca tu trasero de mi auto, Park— gruñó.
—Idiota— Murmuró Jimin entre dientes, saliendo del coche.
Estaban frente a una casa bastante grande y elegante. ¿Acaso era la casa de los Jeon? Con un poco de recelo, siguió a Jungkook hasta la puerta y este la abrió, entrando.
Jimin casi silbó. Si por fuera se veía bien, por dentro era todo un lujo.
—Sube, en alguna habitación tienen que estar tus cosas— Informó Jungkook.
—¿Qué?
—Lo que escuchaste. ¿Ahora eres sordo?— Preguntó de mala gana.
—No soy sordo— Respondió Jimin. —Pero no entiendo por qué mis cosas estarían aquí.—
—Porque como eres el maldito protegido de mi padre, él no quiere que subas escaleras por tu trauma y yo tuve que mudarme aquí— escupió Jungkook, enojado.
—Yo... El señor Jeon es un hombre muy considerado y bueno— Susurró Jimin, aún sorprendido.
Jungkook bufó y maldijo entre dientes, claramente en desacuerdo con la declaración de Jimin.
Jimin arqueó una ceja y lo miró mal. —Deberías estar agradecido de que tienes a tu padre contigo para apoyarte.—
—Da lo mismo si está o no está. ¿Y apoyarme?— Preguntó Jungkook con sarcasmo.
Jimin lo miró realmente indignado. —¿Cómo demonios puedes decir que da lo mismo tener a tu padre o no? Hay personas que desearían poder tener la oportunidad de ver a su padre, aunque sea una vez más, y tú tienes al señor Jeon, un buen hombre como padre, y no lo valoras.—
—Claro, es un gran padre, un gran hombre— Espetó Jungkook con ironía. —Tú no sabes nada, Park, no tienes idea de quién es en realidad el señor Jeon, así que cierra la boca— gruñó, antes de empezar a subir las escaleras.
Jimin se lo quedó mirando mientras desaparecía en el pasillo, totalmente asombrado por el resentimiento que había en la voz de Jungkook al hablar de su padre.
Subió unos minutos después y, afortunadamente, en la primera puerta que abrió estaba su maleta sobre una gran cama. Era un hecho: desde el primer momento que Jungkook no se llevaba bien con su padre, pero Jimin no se imaginaba hasta qué grado estaba destruida.
La curiosidad empezaba a crecer en su interior.
Hola mis amores míos de mí, aquí estoy sé que tardo eternidades en actualizar pero es que he estado ocupada :c
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