Capítulo 34
Dos años después...
—¿Nos veremos de nuevo en Boston? —le preguntó el Sr. Robert.
—Así es, el viaje ya está programado —informó Jeon.
—Entonces, es un placer cerrar este negocio con usted, Presidente Jeon —afirmó el hombre de ascendencia estadounidense con una sonrisa, tendiéndole la mano.
—El placer es nuestro, Sr. Robert —Jungkook estrechó la mano del hombre, dando así por terminada la reunión.
Jungkook vio al hombre y a sus abogados salir de su oficina con una mirada de satisfacción en el rostro. Esta era una oportunidad única, y por supuesto que la había aprovechado.
—Tu padre estaría muy orgulloso de ti —murmuró Namjoon a su lado.
Jungkook sonrió.
—¿Tú crees, Kim?
—Por supuesto. Eres tan bueno para los negocios como él, y mira a dónde estás llevando a la compañía —Namjoon le dio un par de palmaditas en el hombro antes de ponerse de pie y salir.
Jungkook se quedó un momento pensando antes de levantarse y acercarse a las ventanas de su oficina, desde donde podía ver todo el panorama de la ciudad.
Habían pasado ya dos años desde la partida de su padre y desde que Jungkook tomara totalmente las riendas de la empresa.
En ese tiempo, Golden Group se había convertido en una de las constructoras más reconocidas de Asia, y su nombre empezaba a escucharse en otros continentes.
Acababa de cerrar un importante trato con una compañía estadounidense que le abriría las puertas al mercado americano, y esperaba que Gong Yoo, donde quiera que estuviera, se sintiera feliz.
En cuanto a su relación con Jimin, estaban mejor que nunca. En esos dos años, ese hombre se había convertido en su apoyo y el motor que mantenía a flote su vida.
Park Jimin era la persona que más amaba en el mundo, y eran inmensamente felices. Junto a sus dos gatos regordetes y consentidos, eran una familia.
A veces tenían pequeñas discusiones y diferencias. Ambos tenían un carácter fuerte que chocaba con frecuencia, pero no era nada que no pudieran resolver.
Y bueno, Yoongi era otro asunto. Su cuñado, a pesar del tiempo que llevaba de relación con Jimin, aún no se llevaba del todo bien con Jungkook, pero este sabía que con una canasta de mandarinas las cosas siempre estarían mejor.
Con un suspiro, volvió hacia su escritorio y miró la foto que estaba allí. Era la última que se había tomado con su padre y Jimin el día de su cumpleaños.
—Me iré de viaje. Llevaré a Jimin conmigo —susurró—. Espero que todo salga bien. Deséame suerte —pidió antes de dirigirse a la puerta de salida.
—Señorita Kim, ¿dónde está Jimin? —preguntó Jungkook al ver que su novio no estaba a la vista.
—Dijo que regresaría a casa por unos papeles que olvidó, señor —le informó.
—Gracias —dijo Jeon con el ceño fruncido.
¿Papeles que olvidó? Su vuelo salía esa misma tarde y todo estaba en orden.
¿Qué podría haber olvidado su gnomo pelirrojo como para irse a casa?
—También me iré —dijo Jungkook, dirigiéndose al ascensor.
La secretaria hizo una reverencia para despedirlo.
Jungkook fue directamente al estacionamiento y puso en marcha su auto rumbo a casa. Intentó llamar a Jimin en el camino, pero su novio no contestó.
Cuando llegó, entró directamente a la sala, pero no escuchó ningún ruido. Ni siquiera los gatos salieron a saludarlo restregándose en sus piernas, como de costumbre.
—¿Jimin? —lo llamó, pero no hubo respuesta.
Eso era inusual. Subió las escaleras hasta su habitación, pero tampoco había rastros de su pequeño novio en ningún lado.
—¡Cariño! —murmuró, revisando el resto de la casa, pero parecía que Jimin había desaparecido.
¿Jimin había venido por papeles, no? El único lugar que faltaba por revisar era su despacho.
Caminó hasta allí y abrió la puerta. Una sonrisa se formó en su rostro al ver a su precioso novio sentado en su sillón, concentrado mirando la pantalla del computador y tecleando.
Algunos mechones de cabello rojo caían sobre la frente de Jimin, justo sobre los anteojos redondos que solía usar. Tenía los primeros botones de su camisa desabrochados; se veía tan adorable, pero a la vez sensual.
—¿Qué haces, cariño? —preguntó Jungkook, entrando al despacho.
Jimin levantó la mirada del ordenador y sonrió.
—Preparo algunas cosas —murmuró.
—¿Hay algo fuera de lugar? —preguntó Jungkook, un tanto curioso.
—No —Jimin sonrió amplio.
Jungkook levantó una ceja.
—¿Entonces qué preparas?
—¿Cerraste el negocio con los estadounidenses? —preguntó Jimin, en lugar de responder.
—Por supuesto que sí —respondió Jungkook, orgulloso.
—Entonces preparo tu regalo de felicitaciones —anunció Jimin, poniéndose de pie y rodeando el escritorio.
La mirada de Jungkook barrió el cuerpo del pelirrojo, y su boca se abrió llena de asombro.
Jimin en realidad sólo estaba usando esa camisa blanca que dejaba ver sus torneadas y sexys piernas en todo su esplendor, esa sola imagen dejo a Jungkook con un gran problema en su entrepierna.
Jeon se mordió el labio inferior y sonrió lascivo caminando hasta el pelirrojo y estrechando la cintura de Jimin entre sus brazos —Nunca me cansaré de recibir este regalo — susurró a través del oído de Jimin.
El pelirrojo dejó salir una risita traviesa y puso sus manos en el pecho de Jungkook empujándolo un poco hacia atrás —No te desesperes, tienes que recibir el regalo completo — Sugirió mirando a los ojos al pelinegro.
—¿No lo tengo entre mis brazos? —Preguntó Jungkook rosando su ya despierto miembro contra el vientre de su novio.
Jimin se rió de forma pícara —Sólo siéntate allí y espera un poco te encantará —Le aseguró.
Jungkook obedeció aunque el deseo crecía en su interior, cuando tomó asiento Jimin acercó una mano al computador y tecleo, música se empezó a escuchar en el lugar.
La canción que estaba sonando Jungkook la había escuchado en algún lugar, y sus ojos se llenaron de sorpresa y lujuria cuando Jimin empiezo a mover su cuerpo al ritmo de la música.
¡Oh por el diablo y todos sus jodidos demonios!, Jungkook jamás en su vida se imagino que Jimin podría verse aún más sensual de lo que ya era.
Los ojos de Jimin estaba sobre los suyos mientras movía sus cederás de forma tan erótica al ritmo de la canción.
—J-Jimin — Jungkook gimió casi sin parpadear.
Jimin le dio una sonrisa coqueta y bailando se acercó a la silla donde Jungkook estaba sentado.
—Shhh. Sólo disfruta — Ordenó balanceando sus caderas y moviendo sus flexible cuerpo mientras llevaba una de sus manos a uno de los botones.
Las manos del pelinegro picaban por tomar a Jimin entre sus brazos y hacerlo suyo.
Jimin dejó salir una risa sensual al ver las intenciones de Jeon — Sin tocar o pierdes— indicó.
—Pero...
Jimin sonrió amplio y negó con la cabeza mientras su cuerpo seguía la danza erótica haciendo que el miembro de Jungkook estuviera dolorosamente duro.
Botón por botón lentamente desbrochado y la camisa blanca se abrió dejando ver el vientre de Jimin, lentamente deslizó la camisa por sus hombros y está cayó al suelo.
Jungkook sentía su respiración pesada y su mirada estaba perdida totalmente en el cuerpo de Jimin, que era cubierto por un diminuto bóxer negro.
Jimin dio un par de pasos hacia Jungkook y tomo lugar en su regazo moviendo sus caderas de forma circular contra su entrepierna, la erección de Jungkook presionaba entre sus nalgas.
—¡Ah Jimin! — Jungkook puso una mano en su cintura pero el pelirrojo la retiró.
—Recuerda las reglas —Le dijo en el oído antes de llevar sus manos a la corbata y deshacerse de ella rápidamente.
Los dedos ágiles de Jimin se movían en los botones de la camisa de Jungkook mientras la música seguía reproduciendo marcando el ritmo.
Cuando abrió los botones del pelinegro tiro de la camisa para desacuñarla del pantalón dejando ver el bien marcado torso de Jungkook.
Sin ninguna vergüenza Jimin paso sus manos por la piel de Jungkook haciendo que este se estremeciera.
Jungkook estaba sobreexcitado, cada terminación nerviosa de su cuerpo se estremeció cuando Jimin se levantó de sus piernas y llevo sus dedos al elástico del boxer.
Lentamente y sin dejar de mirarlo el pelirrojo se deshizo de la prenda quedando completamente desnudo ante Jungkook.
La erección de Jimin se irguió y volvió a acercarse hasta Jungkook bailando desnudo prácticamente restregando su duro miembro contra el duro pecho de Jeon.
—J-Jimin de verdad ya no puedo más— Confesó Jungkook con voz ronca poniendo sus manos en las nalgas de Jimin.
—Que bueno porque yo tampoco — Aceptó Jimin su cuerpo también le pedía a gritos las manos de Jungkook.
Jimin se dejó caer sobre el regazo del pelinegro chocando sus labios en un apasionado y salvaje beso.
Sus lenguas se encontraron de inmediato mientras la música de fondo funcionaba perfecto con la lujuria del ambiente.
La parte superior de la ropa de Jungkook cayó al suelo mientras que las manos de Jimin temblaban tratando desabrochar el pantalón.
Para Jungkook fue completamente liberador cuando por fin su miembro estuvo fuera de sus pantalones, frotándose piel contra piel en los glúteos de Jimin.
Jungkook pasó su lengua por los pezones de Jimin haciendo que una electrizante corriente recorriera el cuerpo del pelirrojo.
Jimin jadeo apretando el cabello de Jungkook entre sus dedos.
—Necesito prepararte bebé —Murmuró llevando sus dedos a la entrada de Jimin encontrándose con esa ya resbaladiza.
Jimin dejó salir un gimoteo cuando los dedos de Jungkook tocaron su interior —Te dije que estaba preparando tu regalo —jadeo -Entra ya, voy a montarte—
Jungkook no dudo ni un segundo guió su grueso y duro miembro hasta la entrada de Jimin y este lo tomó por completo dejando se caer.
Jimin dejó salir un grito cuando el miembro de Jungkook fue directamente a ese delicioso punto, los dedos de sus pies se curvaron y sus uñas se clavaron en los hombros del pelinegro.
A Jimin le tomó un momento recuperarse antes de mover sus caderas dando saltitos sobre la erección de Jungkook, que entraba y salía de su interior en una deliciosa fricción.
Los dedos de Jungkook estaban clavados en las caderas de Jimin ayudándole a mantener el ritmo mientras el sonido de sus pieles al chocar hacia eco en la habitación.
El acto lleno de pasión los tenía completamente en las nubes, se entregaron a la gloriosa lujuria que sumergió sus cuerpo en un mar de gemidos y jadeos lascivos.
Jimin sintió que sus piernas no podían más y Jungkook tomó el mando embistiendo en el interior del pelirrojo, el miembro de Jimin hacia fricción entre ellos dejando salir fluidos.
A Jungkook le encantaba ver las facciones de Jimin cuando hacían el amor era tan jodidamente precioso y excitante.
El cuerpo de Jimin no pudo contenerse más corriéndose de forma salvaje manchando el abdomen de Jungkook.
Los espasmos del orgasmo de Jimin hacían que las paredes anales de este apresaran el miembro de Jungkook llevándolo a un glorioso placer y haciendo que siguiera a Jimin al llegar al clímax.
Jungkook lleno el interior de Jimin con su semen dejando salir un ronco gemido.
Ambos estaban temblorosos recuperándose mientras lentamente se besaban a su antojo.
Jimin sonrió mordiendo el labio inferior de Jungkook mientras sonreía.
—Me encantas —Le susurró al pelinegro sobre los labios.
Jungkook sonrió besando Jimin —Tu me fascinas —
Jimin sólo una risita traviesa —¿Te gustó tu regalo? —
—Gustarme es poco —Murmuró Jungkook —¿Dónde aprendiste a bailar así? —
—Me gusta bailar, pero JaeMin me dio un par de clases —Confesó.
Jungkook levantó una ceja —Si estas fueron sólo un par de clases, creo que te inscribiré en su escuela todo un semestre—
—Pervertido —Dijo Jimin riendo.
—Tu me provocas — lo acusó Jungkook.
Jimin se lamio los labios —Nuestro vuelo sale a las 4 de la tarde aún tenemos tiempo para más —
—Y el pervertido soy yo ¿Eh? — Preguntó Jungkook levantándose de la silla para cargar a Jimin sobre sus hombros y llevarlo a la habitación.
Hola hermosuras mías de mi, ya se nos va está historia estoy un poco nostálgica, espero que les haya gustado este cap hecho con todo mi amor para ustedes.
Me importan más de lo que imaginan ¿Sabían?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro