Capítulo 31
Jungkook caminó hacia la puerta con el corazón acelerado, mientras el miedo escalofriante empezaba a recorrer su cuerpo. Demasiados malos escenarios pasaron por su cabeza mientras abría la puerta.
Cuando giró la manija y entró en la casa, las luces se encendieron de repente, cegándolo.
—¡Sorpresa! —le gritaron de forma animada mientras le llovía confeti.
Frente a él estaba Jimin, con una enorme sonrisa adornando su rostro y un gorrito de fiesta en su cabeza.
—¡Feliz cumpleaños, amor! —cantó el pelirrojo, abrazándolo con ternura.
Jungkook apenas empezaba a asimilar la situación. ¿Hoy era su cumpleaños? ¿Cómo es que ni él mismo lo recordaba? Bueno, la última vez que lo celebró, su madre aún estaba con vida. Después de eso, no hubo ninguna otra celebración, y para Jungkook era un día más, a tal punto que la fecha pasaba desapercibida para él.
Pero, al parecer, hoy sería diferente gracias a ese precioso gnomo pelirrojo que tenía por novio.
Jungkook abrazó a Jimin, sonriendo aliviado. Así que las luces apagadas eran parte de la sorpresa.
—¡Estaba asustado! Pensé que algo malo había pasado —confesó Jungkook, escondiendo su rostro en el cuello de Jimin.
Jimin dejó salir una risita burlona.
—Tontito, es hora de celebrar.
Jungkook levantó el rostro, dándose cuenta de que Jimin no había organizado esta sorpresa solo. Frente a ellos estaban Yoongi y Hoseok. También estaba la señora Park, junto a TaeHyung, Namjoon e incluso el doctor Kim Seokjin.
—Jungkook, te ves pálido. No me digas que te asustaste —murmuró Yoongi, levantando una ceja.
—Por supuesto que no —mintió Jungkook, haciéndolos reír—. ¿Papá? ¿Eres parte de esto? —preguntó mirando a su padre.
—Era el encargado de mantenerte lejos de casa —respondió Gong Yoo, sonriendo con complicidad—. Feliz cumpleaños, hijo.
Jungkook sonrió mientras todos empezaban a felicitarlo. Hoseok le dio un efusivo abrazo, mientras que Yoongi solo murmuró un "Felicidades".
La decoración en la sala era sencilla pero muy bonita, parecía todo hecho a mano. Además, había algunas fotos aquí y allá. Jungkook ya se podía imaginar a Jimin haciendo todo esto. Su novio era realmente único. También había una mesa con bocadillos y un lindo pastel en el centro.
—¡Feliz cumpleaños, Jungkook! —lo saludó su primo, haciendo notar su presencia.
—Gracias —respondió Jungkook alegremente—. Así que todos estaban enterados menos yo.
—Si tú te enterabas, ya no sería sorpresa —cantó Jimin.
—Eso es verdad —estuvo de acuerdo JungHyeon, aclarando su garganta—. Y permítanme presentarles al mejor bailarín de toda Corea y al dueño de mi corazón: mi amado esposo —dijo orgulloso, rodeando la cintura de un hermoso hombre.
—¡Cariño! —el chico se rió—. Mucho gusto, Jeon JaeMin. Y feliz cumpleaños —dijo, saludándolos con una bella sonrisa adornando su rostro.
—Gracias, el gusto es mío —respondió Jungkook.
—Tengo que decirlo, realmente te pareces a JungHyeon —murmuró JaeMin asombrado.
—Qué bueno que fui yo quien entró ese día a la cafetería, ¿eh, amor? —susurró JungHyeon divertido al oído de su esposo.
—¡Cariño!—JaeMin se rió, sonrojado.
Jimin y Jungkook se miraron el uno al otro, sin entender de qué hablaban.
—Ya lo sabes, amor. Mi primo y yo nos parecemos porque los genes Jeon son perfectos —alardeó JungHyeon entonces.
—Eso es correcto —confirmó Jungkook.
Jimin y JaeMin se miraron el uno al otro antes de reír.
—Presumidos —casi dijeron al mismo tiempo.
Siguieron hablando y compartiendo historias con todos los invitados. Aunque no eran muchos, su presencia allí era muy importante.
Jungkook se sentía feliz y en familia. Esa sensación de calidez recorría su ser mientras compartía con sus amigos y su padre.
Se tomaron muchas fotos: Jungkook detrás de la mesa de los dulces junto a Jimin y su padre, y una de todos juntos.
Este era uno de los mejores cumpleaños para Jungkook, lleno de buenos recuerdos.
Jungkook abrazó a Jimin por la espalda con una sonrisa en los labios.
—¿Desde cuándo planeaste esto? —preguntó, dejándole un beso en la mejilla.
—Hace unos días, junto al señor Jeon y los chicos. Me encargué de la decoración; mamá me ayudó con los bocadillos, y JaeMin hizo el pastel. JungHyeon dijo que su esposo era el mejor para hacer pasteles.
—Gracias —susurró Jungkook, suspirando—. Eres el mejor.
—Lo sé —canturreó Jimin.
—Eso sonó un tanto arrogante de tu parte —se burló Jungkook.
—Aprendí de Mr. Arrogante, ¿qué esperabas? —se mofó Jimin.
—¡Es hora del pastel! —exclamó la señora Park, encendiendo las velas.
—¡Sí! —chilló Jimin, poniéndole un gorrito de fiesta a Jungkook—. Pide un deseo.
Todos empezaron a cantarle el "Feliz cumpleaños" mientras Jungkook apagaba las velas. Jimin tomó un poco de chocolate del pastel para mancharle la nariz a Jungkook, haciéndolo reír.
El pastel fue todo un éxito, exquisito, dejando claro que JaeMin era un gran repostero. Este prometió enseñarle a Jimin la receta para hacerlo.
—Muchas gracias a todos por esto —dijo Jungkook, sonriendo mientras comía pastel.
Jimin se sentó en su regazo.
—Te lo mereces —le dijo, dándole un besito rápido en los labios.
Jungkook tomó un poco de pastel y se lo llevó a la boca de Jimin, mientras observaba a los invitados hablar cómodamente entre ellos.
—Parece que Namjoon y TaeHyung están muy cerca ahora —le susurró bajito.
Jimin se rió—Eres un chismoso.
—No lo soy —Jungkook hizo un puchero—, solo estoy señalando lo obvio.
—Tae me dijo que estaban empezando a salir, pero llevan las cosas de forma lenta, ya que el arquitecto Kim recién se divorció —le contó Jimin.
—Espero que sean felices juntos —deseó Jungkook.
—Yo también —coincidió Jimin.
—¡Es hora de que el cumpleañero abra los regalos! —informó Hoseok con voz alegre.
—¡Vaya, tengo regalos! —Jungkook levantó una ceja emocionado y empezó a abrirlos. Recibió desde un elegante reloj hasta un traje.
También un par de calcetines con el logo de la casa de Slytherin. No había que ser adivino para saber de quién era el regalo. Jungkook se rió.
En ese momento, su padre le entregó un regalo, y los ojos de Jungkook se abrieron. Era un estuche de guitarra.
—Tu mamá siempre quiso que la tuvieras —le susurró.
A Jungkook se le humedecieron los ojos mientras abría el estuche. Dentro estaba la guitarra que su madre le había comprado. Ni siquiera la había tocado ese día, pero tenía sus iniciales grabadas y una nota: "Te amo. Atte: Mamá."
Jungkook se puso de pie y abrazó a su padre de forma fraternal. Cuando se había ido al extranjero, pensó que Gong Yoo se había deshecho de ella.
Jungkook sonrió y se limpió las lágrimas cuando se separaron.
—Muchas gracias, papá.
—Es el regalo de tu mamá —Gong Yoo suspiró.
—¿Puedo tocarla, verdad? —preguntó Jungkook, acariciando las cuerdas de la guitarra.
—Por supuesto que sí, hijo.
Jungkook miró a Jimin, quien lo observaba con una linda sonrisa en sus labios. Empezó afinando la guitarra, aunque no sabía qué canción tocar. La mayoría de las que conocía eran tristes, pero comenzó a cantar:
"No limit in the sky that I won't fly for ya
No amount of tears in my eyes that I won't cry for ya..."
Siempre le había gustado esa canción.
Jimin quedó asombrado. Jungkook tenía una voz increíblemente hermosa, y aunque olvidó la letra en un punto, se rió y empezó a tararear mientras tocaba. JungHyeon lo ayudó un poco con lo que seguía.
Ambos hicieron un dúo fantástico que recibió el aplauso de todos.
—Realmente cantan hermoso —susurró Jimin.
—Son multitalentos, está en los genes Jeon —murmuró JaeMin divertido.
Esa fue una noche inolvidable para Jungkook. Volvió a celebrar su cumpleaños y retomó la guitarra, algo que llevaba demasiado tiempo sin hacer.
Cuando todos se despidieron, Jungkook notó el rostro cansado de su padre y lo ayudó a subir las escaleras.
—¿Estás bien, papá?
—Lo estoy —murmuró Gong Yoo—. Hoy fue un gran día.
—Sí que lo fue —coincidió Jungkook—. Descansa.
—Tú también, hijo —respondió su padre.
Jungkook bajó nuevamente y vio a Jimin recogiendo todo—Pareces ocupado —susurró Jungkook, dándole un beso en la nuca.
—Ven a ayudarme —Jimin hizo un puchero.
—¿Por qué? Se supone que el cumpleañero no hace nada —se burló.
—¡Jungkook! —Jimin se rio.
Jungkook lo abrazó contra su pecho.
—Deja eso. Mañana se encargarán los empleados.
—Está bien —susurró Jimin—. ¿Te gustó la sorpresa?
—Me encantó —aseguró Jungkook.
—Qué bueno, porque me esforcé mucho en esto —Jimin le robó un beso—. Ver tu sonrisa vale todos los esfuerzos.
Jungkook sonrió ampliamente.
—Aunque, sin embargo, me falta algo —murmuró de repente.
—¿Qué? —preguntó Jimin, confundido.
—Tú no me diste ningún regalo —se quejó Jungkook.
Jimin dejó salir una risita, tomó una cinta de la mesa y se la amarró en la cabeza en forma de moño.
—Listo, ¿te gustó? —sonrió.
—El mejor regalo de la noche —afirmó Jungkook, cargándolo sobre su hombro.
—¿Qué haces? —preguntó Jimin, pataleando entre susurros.
—Voy a desenvolver mi regalo —anunció Jungkook, caminando hacia las habitaciones.
—¡Tu padre aún está despierto! —Jimin se rio.
—Entonces tendrás que ser silencioso —sugirió Jungkook divertido.
Aunque sabía que Jimin no era del tipo silencioso, optó por una habitación del primer piso, lo más lejos posible de la de su padre, para desenvolver su regalo.
Wenas amores míos!! Un poco tarde está noche pero aquí estoy con esta historias, un cap menos, eso me pone triste-feliz.
Buenas noches y dulces sueños.
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