Capítulo 22
—¡Eres una bomba de sensualidad! —exclamó Kai cuando terminó su trabajo con el cabello de Jimin.
Jimin sonrió al mirar el nuevo tono de rojo en su pelo, se veía sedoso, brillante y perfecto. —Eres un dios en esto —cantó emocionado.
—Oh, lo sé, querido —Kai sonrió—. Hacía mucho no venías por eso tenías el cabello un poco maltratado, pero no hay nada que mis manos no puedan solucionar.
—Sabes que estaba corto de dinero —Jimin hizo una mueca—. Pero ya tengo un buen trabajo.
—Y un sexy novio —murmuró Kai con picardía—. Ese hombre no te ha quitado los ojos de encima desde que empecé a cortar tu cabello.
Jimin soltó una risita mientras miraba hacia Jungkook. —Es mío, eh.
Kai también se rió. —¡Lo sé! Eres un jodido afortunado.
La semana había pasado volando con todos los nuevos proyectos navegando con viento en popa, habían estado muy ocupados y Jimin agradecía que al fin hubiera llegado el sábado.
Su primer plan había sido quedarse en la cama a holgazanear con sus gatos, pero Jungkook insistió en que lo acompañara a elegir nuevos muebles para reemplazar los dañados por sus mininos, y Jimin, por supuesto, no pudo negarse.
Habían visitado varias tiendas de muebles eligiendo los de su agrado, e incluso terminaron comprando algunos para los gatos. Cabe recalcar que la idea había sido totalmente de Jungkook.
Y Jimin tampoco iba a decirle que no.
Luego habían terminado recorriendo muchas tiendas comprando esto y aquello, cosas totalmente innecesarias solo por simple gusto.
Aunque Jimin estaba demasiado feliz con el castillo de Hogwarts que le compró Jungkook, este venía acompañado de un set de muñecos coleccionables de toda la saga de Harry Potter.
Jimin también había optado por comprarle un regalo, aunque aún no se lo había entregado. Era un poco sencillo a simple vista, pero para él tenía mucho significado.
Era una pulsera con la palabra "Always" grabada en ella.
Con ella, por fin le daría una respuesta definitiva a Jungkook. Le diría a ese tonto y arrogante hombre que quería estar con él en las buenas y en las malas a partir de ahora. Sonaba a mucho compromiso, pero de eso se tratan las relaciones. Jimin estaría allí para Jungkook, para ser su apoyo. Se sentía muy animado y nervioso, pero estaba feliz.
Jimin se puso, dándose una última mirada en el espejo. —Gracias, Kai.
—De nada, cariño. Y vuelve cuando necesites otro retoque —se despidió.
Jimin caminó contoneando sus caderas hasta donde estaba Jungkook con una sonrisa traviesa. —¿Cómo me veo? —preguntó.
Jungkook miró a Jimin de los pies a la cabeza, totalmente asombrado. —Te ves maravilloso.
—Soy maravilloso —Jimin se pasó un poco la mano por su cabello.
Jungkook sonrió con orgullo y rodeó la cintura de Jimin con su brazo mientras salían del local. Y si alguien los miraba mal, esas personas podían tomar un boleto directo a la mierda.
—¿A dónde quieres ir ahora? —le preguntó el pelinegro, animado.
Jimin sonrió. —No lo sé, creo que a casa.
—¿A casa, estás seguro? —insistió Jungkook.
—Ya me has consentido lo suficiente hoy —el pelirrojo besó la mejilla de Jungkook.
—Quizá no lo suficiente —comentó Jungkook, intentando sonar casual.
Jimin enarcó una ceja y una sonrisa coqueta adornó su rostro. —¿Tienes alguna sorpresa para mí?
—Tendrás que descubrirlo tú mismo —Jungkook se encogió de hombros.
Jimin abrió la boca. —¿Te atreves a usar mis propias palabras contra mí, Jeon?
—¿Eres una especie de Snape sexy? —se burló Jungkook.
—¡Tonto! —Jimin le golpeó el hombro mientras reía.
Jungkook se unió a su risa mientras llegaban al auto. —¿Vamos a casa entonces?
—Sí, hemos caminado demasiado y me duelen los pies —Jimin hizo un puchero mientras subía al auto.
—Lo que tú quieras entonces —Jungkook le robó un beso antes de empezar a conducir.
—Estás muy complaciente conmigo hoy —Jimin miró el perfil de Jungkook—. ¿Qué te traes entre manos, Mr. Arrogante?
—Nada, no sé de qué estás hablando —murmuró Jungkook sin quitar sus ojos de la carretera.
—Eres pésimo mintiendo —lo acusó Jimin, aunque no podía negar que estaba un poco ansioso por saber qué haría Jungkook esta vez.
Hablaron durante todo el trayecto a su hogar mientras escuchaban música. La mayor parte de la conversación se basó en la última película que aún le faltaba por terminar a Jungkook y que estaba muy emocionado por ver.
—Hogar, dulce hogar —cantó Jimin una vez entraron a la casa y se dejó caer en el sofá.
Hermione saltó a sus piernas de inmediato. —Hola, princesa, ¿dónde está tu hermano? —le preguntó acariciándole las orejas mientras ella ronroneaba.
Jungkook se sentó a su lado. —Tampoco lo vi antes de salir —murmuró.
—¡Seguro descubrió dónde escondí las golosinas! —Jimin se puso de pie dejando a la gatita en los brazos de Jungkook—. Ron, te voy...
Pero cuando Jimin entró a la cocina, se dio cuenta de que las croquetas estaban intactas, y no solo las que le guardó, sino también las del plato de Ron. El minino no estaba en ningún lado.
— ¿Jungkook, Ron no comió? —Eso era muy raro en su gato.
— Anoche no mucho, parecía no tener hambre y esta mañana se escondió bajo mi cama. ¿Por qué?
Jimin se mordió el labio inferior. Ron era un gato que amaba comer, y esto era demasiado extraño como para ignorarlo. Subió directo al cuarto de Jungkook para buscarlo, pero no lo encontró.
Eso lo hizo asustarse un poco. Empezó a llamarlo, pero no hubo ninguna señal. Caminó hacia su cuarto, casi entrando en pánico. ¿Se había escapado? Ron no haría eso, era demasiado flojo como para salirse de casa.
— Jungkook, no encuentro a Ron —le hizo saber al pelinegro mientras lo buscaba por los rincones.
— Debe estar escondido —Jungkook también subió buscando en las otras habitaciones.
— ¡Jungkook! —Escuchó un grito aterrador de Jimin que lo hizo salir corriendo a su encuentro.
— ¿Qué pasa? —Le preguntó cuando entró a la habitación.
— ¡Es Ron! ¡Está vomitando! —Jimin estaba llorando sin saber qué hacer.
— ¡Cálmate, Minnie! Vamos a llevarlo al veterinario, tal vez solo comió algo que le cayó mal —trató de consolar al pelirrojo mientras buscaba la jaula para transportar al gato.
— ¡Hay sangre allí! —Chilló Jimin, mirando lo regurgitado por su gato.
Jungkook puso al minino con cuidado en su lugar.
— Tranquilo, vamos al doctor ahora mismo.
Jimin asintió, aunque no dejaba de llorar. Sus gatos eran su vida, y pensar que pudiera perder a uno lo hacía querer volverse loco.
Subieron al auto de manera apresurada, y Jungkook pisó el acelerador.
También se sentía asustado. No quería que le pasara nada a Ron, y que Jimin llorara, eso le rompía el corazón.
Guiados por el GPS, llegaron a un hospital veterinario, y de inmediato ingresaron a emergencias.
Jimin estaba un poco alterado, así que Jungkook le explicó al doctor lo ocurrido. Ron no quería comer, se había escondido, y luego había vomitado con sangre.
El veterinario los escuchó y les aseguró que haría todo lo posible por averiguar lo que le pasaba al gatito.
Estuvieron por un largo rato a la expectativa, sentados en la sala de espera. Las manos de Jimin temblaban.
Jungkook lo tenía abrazado. Era increíble cómo habían pasado de estar felices sonriendo a estar allí esperando noticias de su gato.
En ese momento, el doctor regresó.
— Creo saber ya lo que tiene Ron —les dijo.
— ¿Qué es, doctor? —Jimin preguntó.
— Los gatos son animales muy curiosos, y todo lo que vean y puedan meterse a la boca lo van a masticar. Al parecer, eso es lo que hizo Ron, y ahora tiene un objeto extraño en su cuerpo, lo que le causa el vómito.
— ¿Un objeto extraño, qué podría ser? —Jimin miró al veterinario.
— Puede ser algún juguete —le explicó.
— ¿Usted puede sacarlo, verdad?
— Por supuesto. Intentaré un tratamiento con el endoscopio para extraerlo. No te preocupes, su gato estará bien —el veterinario trató de calmarlo.
Jimin asintió.
— ¿Lo escuchaste? Ron estará bien —le dijo Jungkook, abrazándolo.
Jimin escondió su rostro en el pecho de Jungkook, intentando tranquilizarse.
— ¿Jungkook? —Escucharon a alguien llamar al pelinegro.
Jimin levantó su rostro del pecho de Jungkook, mirando hacia donde provenía la voz, y sus ojos se abrieron por completo.
El hombre frente a sus ojos era como un gemelo perdido de Jungkook, con cabello castaño claro. Nunca había visto a dos personas tan parecidas.
Jungkook frunció el ceño, mirando también al hombre.
— ¿JungHyeon?
— ¡El mismo! —El castaño se acercó a Jungkook, tendiéndole la mano. — ¡Wow! Cuando el tío Gong Yoo me dijo que tú y yo nos parecíamos, no pensé que sería a este grado.
Jungkook también parecía sorprendido.
— Sí... es increíble.
— Es por la perfección de los genes Jeon —dijo el castaño, orgulloso.
— Debe ser eso —Jungkook sonrió.
Jimin levantó una ceja, mirando entre ambos hombres. ¿Lo de arrogante les venía de familia?
— ¡No nos veíamos hace años! —Exclamó el castaño. — ¿Cómo has estado?
— Bastante bien —Jungkook se aclaró la garganta.
— Me alegra —el castaño miró a Jimin. — Oh, lo siento, no me presenté. JungHyeon, soy primo de Jungkook.
Jimin tomó la mano del hombre.
— Park Jimin —dijo simplemente, mirándolo de arriba abajo sin poder evitarlo.
Era como si hubieran tomado la poción multijugos, solo que el castaño era un par de centímetros más bajo que Jungkook, pero tenían la misma contextura atlética, aunque se veía un poco mayor que su primo.
Otra cosa, parecía más parlanchín y daba la impresión de ser un hombre agradable a primera vista.
— ¿Qué hacen aquí? —Les preguntó.
— Nuestro gato, comió uno de sus juguetes, al parecer, el veterinario debe retirarlo —explicó, dejando implícita la palabra "Nuestro". — ¿Y tú?
— Oh, lamento eso —expresó. — Yo solo vengo con Balto para un chequeo de rutina. Cumplió 7 años ya, y me gusta mantenerlo en control.
En ese momento, la mirada de Jimin cayó sobre un enorme husky siberiano de color grisáceo, el cual el castaño sostenía de una correa.
Su primer instinto fue apretarse contra el costado de Jungkook. Le temía un poco a los perros, por eso él era más de gatos.
— Mmm, ya veo —murmuró Jungkook. Al no ser cercanos, no sabía cómo continuar la conversación.
— Sí, tuve que hacerme espacio hoy para traerlo. Mi esposo llega en unos días, y se enojará si sabe que lo había olvidado —les contó riendo.
— ¿Estás casado? —preguntó Jungkook.
— Felizmente casado hace 7 años —les contó. — ¿Y ustedes?
— Apenas iniciamos nuestra relación —contestó Jungkook.
Jimin los dejó hablar, uno, porque estaba demasiado preocupado por Ron, y dos, porque le parecía muy bueno que Jungkook empezara a relacionarse con la familia que le quedaba.
— Es genial conocer a nuestra otra mitad —cantó el castaño.
Jungkook asintió, abrazando la cintura de Jimin.
— ¿Tu esposo está fuera, dijiste?
— ¡Oh, sí! Él es profesor de baile, y fue con sus alumnos a una presentación fuera del país —les contó. — Es su último viaje del año.
— ¿No volverá a viajar?
— No, por estos tiempos ambos estamos haciendo espacio en nuestras agendas para los meses que vienen, porque seremos padres —contó con extrema felicidad.
— ¿Padres? —Jungkook abrió los ojos.
— Sí, estamos muy emocionados por la llegada del bebé —exclamó.
Jimin los escuchó hablar un poco más. Luego el tema cambió a términos laborales. Ambos alardeaban de sus trabajos. A pesar de no verse por años, parecía que empezaban a llevarse bien.
Jimin suponía que era debido a "los genes Jeon".
El castaño les contó que estaban por comenzar un proyecto para construir un nuevo hospital.
Y claro, Jungkook le dijo que su constructora estaría feliz de apoyar.
Pero en ese instante hubo una pregunta que puso a Jimin en estado de alarma.
— ¿Cómo está sobrellevando la situación el tío Gong Yoo? —preguntó el castaño.
Jungkook frunció el ceño.
— ¿Situación?
JungHyeon hizo una mueca.
— Sé que debe ser difícil para ambos. He intentado muchas veces comunicarme con tu padre, pero siempre está ocupado, y el doctor Kim tampoco dice mucho. ¿Sigue tomando los medicamentos?
El rostro de Jungkook estaba totalmente lleno de confusión.
— ¿De qué hablas?
El castaño levantó la mirada. Ahora él era quien estaba confundido.
— Del diagnóstico del tío Gong Yoo.
Jimin estaba entrando en pánico de nuevo. ¡Oh Dios! ¿Qué podría hacer ahora? Pero Jungkook no le dio oportunidad para hablar.
— ¿Qué diagnóstico? ¿Qué tiene mi papá? —Su voz sonaba alterada.
— ¿No lo sabes? —JungHyeon hizo una mueca. — Él dijo que tú regresarías al país cuando lo diagnosticaron.
— Tengo cara de saber algo. —Jungkook se acercó a su primo. — ¡Dime! ¿De qué maldito diagnóstico estás hablando?
El médico parecía pasar por una pequeña crisis antes de suspirar.
— Jungkook, tienes que tomarlo con calma, es un tema delicado.
— ¡Dime, maldición! ¿Qué diablos tiene?
— Cáncer —susurró.
El rostro de Jungkook se puso pálido, estaba en un estado de shock.
Jimin tampoco sabía qué hacer. Jungkook debía enterarse en algún momento, pero el pelirrojo tenía la esperanza de que fuera el mismo señor Jeon quien se lo dijera, y ahora no tenía idea de cómo reaccionaría Jungkook.
— ¿Cáncer terminal? —Jungkook pronunció esas palabras como si aún no pudiera creerlo.
— Lo siento, Jungkook, creí que ya lo sabías —había preocupación en el rostro del castaño. — Esa no es un área que yo maneje, está a cargo del doctor Kim, un colega.
El rostro de Jungkook estaba lleno de muchas emociones: asombro, tristeza y mucha rabia. Con fuertes zancadas se dirigió a la puerta.
Jimin lo llamó, pero Jungkook no lo escuchó. Salió de allí y el pelirrojo no tenía idea de qué hacer. Estaba entrando en pánico también.
— Tranquilo —JungHyeon le puso una mano en el hombro. — Jungkook te necesita ahora. Puedo quedarme con su gato, confía en mí.
Jimin miró el rostro del hombre y asintió con las manos.
Hola mis amores, Jungkookie ya lo sabe, es un tema delicado vamos a ver como lo manejará.
Los amo mucho hasta la próxima.
La Poción multijugos es una poción que le permite al bebedor asumir la forma de otra persona
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